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Parte De El por NaruGalletas

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Notas del capitulo:

Hello beautiful gummy bears!

Aqui Naru con la actualizacion, uwu

Antes de esto, un agradecimiento a las hermosas personas que me dejaron un comentario uwu como veran ya les he respondido~ siempre trato de responder todos los reviews x3

Disclaimer: Tanto Free! como The Little Mermaid no me pertenecen solo tomo prestada parte de esta historia y a los personajes de la serie para mis debrayes yaoiescos ocacionales~ (?)

 


Sin mas que agregar, Al fic! Nos leemos abajo~

Capitulo Dos.

El intercambio.

 

 

Habían pasado tres días desde “el incidente”, como le llamaba Nagisa al día en el que su príncipe había salvado aun humano y su cambio fue percibido rápidamente por todos aunque nadie, a excepción del rubio, sabia el motivo del cambio.

En esos tres días Haruka había dejado de salir a nadar a todas horas, en realidad casi no había salido de su habitación en ese tiempo, se sentía triste al no poder sacar de sus pensamientos a aquel hermoso joven, las cosas no mejoraron cuando al hablarlo con Nagisa este la había dicho que se había enamorado. ¿Enamorado él? ¡¿De un humano?! Era simplemente un amor imposible… y aquella desgarradora verdad había logrado deprimirle.

 

Rin había intentado por todos los medios a petición del rey saber que le ocurría a su hijo, incluso había “amenazado” a Nagisa para que este hablara pero simplemente no logro obtener algún tipo de información de ninguno de los dos, suspiro derrotado, esperaba que solo fuera pasajero y que el príncipe pronto saliera de aquel estado de tristeza ya que aunque no lo dijera, se preocupaba por el pelinegro.

 

Mientras tanto el de los ojos azules decidió dar un pequeño paseo, esperando poder sacar poco a poco aquel verde que le robaba el aliento. Comenzó a nadar por aquí y por allá, distraído en sus pensamientos hasta que cayó en cuenta de que estaba en un lugar que no reconocía, aquellas aguas por algún motivo se veían mas turbias, sintió el instinto de salir de aquel lugar rápidamente pero una voz le detuvo.

 

-          Le quieres ¿No es así? ¿Lo quieres para ti? Deseas al joven de ojos color verde…

 

Haruka se estremeció, no por miedo, si no por desconcierto ¿Quién era? ¿Cómo sabia de sus sentimientos hacia el chico que había salvado?

 

-          ¿Quién eres? Muéstrate. – dijo de manera seca pero firme.

-          Muchacho~ no seas insolente, después de todo yo solo quiero ayudarte~

 

Ante el se mostro un chico que aparentaba su edad, de cabello rosado y ojos amatistas, su mirada era afilada y la sonrisa que tenía en el rostro era un tanto perturbadora. Al mirar un poco abajo pudo notar que en lugar de una cola poseía varios tentáculos de un color muy oscuro, su aspecto le pareció extraño, nunca había visto a un chico con aquella apariencia.

 

-          Yo sé de aquella hazaña que realizaste, salvaste a un humano ¡Y no solo eso! También te enamoraste de ese humano~ -el chico pulpo se movía alrededor de Haruka mientras hablaba, llegando al punto del que el pelinegro deseo salir rápidamente de allí- No me imagino lo que pensara tu padre al respecto~ si bien sabes que el aborrece a los humanos.

-          ¿Quién eres? – fue lo único que pregunto el de los ojos azules, si bien quería irse, sus deseos de saber cómo es que aquel chico tenia conocimientos de todo eso le mantenían firme en aquellas aguas turbias.

-          ¡Pero qué descortesía la mía! Mi nombre es Kisumi, el hechicero de las mareas profundas, disculpe mi falta de atención, príncipe Haruka. –decía con una voz burlona, cosa que solo molestaba mas al otro.

-          No me interesa si eres un hechicero o si conoces quien soy, solo quiero saber cómo es que conoces lo que me paso con aquel chico.

-          Pero mi querido príncipe, debería interesarle el que yo conozca el arte de la hechicería, después de todo –se acerco al joven príncipe hasta casi abrazarlo por la espalda, terminando por irritar al pelinegro- Yo puedo lograr que puedas consumar tu amor.

 

Al decir aquello el enojo de Haruka paso a segundo plano ¿De verdad aquel extraño chico podría lograr que el consumara su amor por el chico de ojos verdes?

 

-          …¿De verdad? – el no era una persona de muchas palabras, pero sus ojos literalmente eran la ventana hacia su alma y corazón.

-          ¡Por supuesto mi querido príncipe! Pero la hechicería, como todo en la vida, necesita de un intercambio. – al observar que el otro no comprendía del todo siguió explicando – Para obtener algo, necesitas dejar otra cosa y tu, mi querido Haruka-sama, necesitas piernas.

-          … -el pelinegro no sabía que contestar, de verdad quería estar con aquel hermoso joven castaño pero si obtenía piernas jamás volvería a ver a sus amigos, ni a su familia. Pensó otro momento, estaba decidido.- ¿Qué tengo que dar a cambio?

 

El peli rosa volvió a sonreír de aquella manera un tanto perturbadora, de verdad aquel gesto le ponía de los nervios.

 

-          No es mucho lo que pido – se acerco de manera rápida al otro, tomándolo por la barbilla para mirarlo a los ojos- Solo necesito el color azul de tu mirada.

-          ¿El color de mis ojos?

-          No Haruka-sama, de tu mirada.

 

El pelinegro no entendía del todo, ¿Qué diferencia tendría sus ojos de su mirada? Si solo querría aquello, no le veía el mayor problema para entregarle aquello que necesitaba.

 

-          De acuerdo… te daré el azul de mi mirada.

 

El de los ojos amatistas rápidamente nado hacia una especie de caverna submarina, indicándole al príncipe de las profundidades marinas que le siguiera.

Dentro del recinto se podían apreciar muchísimas botellas, frascos y cofres, parecían estar repletos de brebajes y plantas extrañas. El chico pulpo comenzó a mezclar en un pequeño caldero todo lo que necesitaba para la poción; Haruka lo veía seriamente pero por dentro no podía evitar sentir el nerviosismo, ¿Aquel joven le recordaría? ¿Cómo le trataría? ¿Lo llegaría a amar? Tan inmerso estaba en sus pensamiento que no se dio cuenta cuando el peli rosa había terminado de mezclar todos los ingredientes. Al final, pudo notar como este tomaba dos piedras del tamaño de una perla grande y las colocaba dentro del caldero.

 

-          La poción esta lista su majestad, solo necesito que fije su mirada en aquellas dos piedras que están en el fondo del caldero. A tenido suerte de encontrarme justamente esta noche, mi querido príncipe, hoy es noche de luna llena y la magia y el mar toman más fuerza en estas noches – y por primera vez, aquel chico borro aquella sonrisa de su rostro, mirándolo de manera seria – Solo recuerde alteza, debe consumar su amor antes de la próxima luna llena, de lo contrario volverá a las profundidades del mar y su alma será mía por toda la eternidad, aun puede retractarse y dejar a ese joven humano.

 

Al escuchar aquellas palabras el pelinegro se alerto, el otro en ningún momento había mencionado las consecuencias, solo lo que necesitaba para aquel conjuro, volvió a pensarlo… El de verdad anhelaba al joven de los ojos color esmeralda. Tomo valor y poso su mirada en el fondo del caldero, al principio no logro ver nada, aquel liquido opaco no se lo permitía, pero poco a poco fue enfocando hasta lograr verlas, en ese instante su cabeza comenzó a dolerle de manera horrible, intento cerrar los ojos pero una fuerza desconocida se lo impedía, menos mal aquel pequeño suplicio duro muy poco, pronto pudo volver a parpadear con facilidad pero al volver a fijar su mirada en las piedras logro ver que ya no eran simples piedras, se habían convertido en perlas, del tamaño de un ojo, eran las perlas más hermosas que había visto en su vida, eran de un precioso tono azul, como el de sus ojos.

 

-          ¡Ahora nada rápidamente a la superficie o morirás ahogado!

 

Eso fue lo último que logro escuchar del hechicero antes de comenzar a nadar rápidamente hasta la superficie, noto como su nado iba perdiendo fuerza hasta que muy cerca de la orilla de la playa sintió el dolor más horrible de toda su vida, era como si con una navaja muy filosa le cortaran la cola en dos partes, se retorció de dolor pero aun así intento seguir subiendo pero no lo lograba, aquel dolor no se lo permitía, pronto sintió como dejaba de tener aire y sentía como el agua que tanto amaba lo estaba matando poco a poco ¿Acaso así iba a morir?.

 

De pronto, escucho una voz conocida llamarle, era Nagisa, quizás el joven se había preocupado al no encontrarle en su habitación y salió a buscarlo, el rubio como pudo ayudo al pelinegro a salir a la superficie, adquiriendo por fin el aire que necesitaba para vivir ahora.

 

-          ¡Haru-chan! – escuchaba como lloriqueaba el menor – al no encontrarte en tu alcoba Salí a buscarte, solo vi como nadabas a gran velocidad y después…

 

No fue sino hasta en ese momento que el menor logro notar cómo es que Haruka ya no tenía aquella hermosa mirada azul, en su lugar sus ojos solo eran una neblina gris atrapada en sus pupila, por ultimo noto que ya no poseía una cola, si no que ahora tenía unas piernas.

 

-          Haru-chan… -le miro asombrado- Eres un…

-          ¡¡HUMANO!! – aquella voz sobresalto tanto al rubio como al pelinegro, rápidamente reconocieron la voz de su amigo Rin.

 

Este al notar como el rubio salía a buscar a su amigo lo siguió sigilosamente, quizás así obtendría aluna información sobre el repentino cambio de humor del príncipe, por un momento había perdido a Nagisa de vista, pero como buen cazador que era no le costó mucho volver a encontrarlo, sorprendiéndose de que este ayudara a un humano, salvándolo de morir ahogado. Nado lo más rápido que podía en dirección al rubio, iba a castigarlo por tener contacto con un humano pero también estaba preocupado, aquel rubio era una persona muy ingenua y también era su amigo, no quería que le hiciesen daño.

Pero cuál fue su sorpresa al notar que el humano que Nagisa había salvado no era otro sino Haruka.

 

-          ¡¿Qué has hecho?! – el peli rojo estaba colérico ¿Por qué aquel chico que tanto amor profesaba hacia el mar ahora se encontraba allí frente a sus ojos convertido en humano?

-          RinRin… Haru-chan lo hizo por amor… - después de esto ya no podían seguir ocultándole la verdad al tiburón. – El cambio de humor de Haru-chan se debe a que se ha enamorado de un humano…

 

El de los dientes afilados simplemente no podía creerlo ¡No podía! ¿Qué le diría ahora al rey? ¿Qué su hijo fue en busca de su amor verdadero que resulto ser un jodido humano? Era algo demasiado obvio que esto solo se había logrado con algún tipo de magia, conocía teóricamente de que se trataba aquello. Miro colérico al pelinegro y noto como este ya no tenía aquellos hermosos ojos azules, aunque sabía que le estaba mirando a él, sus ojos ya no demostraban sentimiento alguno, ya no lo reflejaban en su mirada y su estoico rostro solo ayudaba a que simplemente pareciera una estatua hermosa pero sin vida, entonces Rin llego a una terrible conclusión, ese tipo de conjuros tenían que ver con un amor que fuera correspondido, de ser así entonces… ¿Cómo enamoraría Haru a aquel estúpido humano si no tenía el recurso de su hermosa mirada? Tenía que ayudar a su amigo, como sea.

 

-          Supongo que esto es obra de Kisumi el hechicero ¿No es así? – el chico de el rostro serio solo asintió – Bien… Iré a hablar con él en este preciso instante.

-          ¡RinRin espera!

 

Pero antes de que pudieran detenerlo el peli rojo ya no se encontraba, el rubio no quería dejar solo a su amigo pero al escuchar como alguien se acercaba solo atino a mirarle dolió con la mirada y sumergirse siguiendo a Rin, el tampoco se quedaría de brazos cruzados.

 

Haruka entonces por fin se miro en el reflejo del agua y comprendió el porqué sus amigos le veían con aquel profundo dolor marcado en sus rostros, su rostro había perdido toda la vitalidad y la poca expresión que poseía al quitarse aquel color en sus ojos, entonces recordó que el no solo le había dado el azul de sus ojos a aquel hechicero, si no el de su mirada, ahora comprendía la diferencia.

 

Escucho de nuevo movimiento, quería huir y esconderse en el agua pero luego recordó que ya no era un tritón, no tenia de que avergonzarse ¿Cierto?

Logro observar de quien se trataba ¡Era el chico de cabello castaño! Sintió el impulso de llamarle pero antes de que algún sonido saliera de su boca volvió a cerrarla ¿Qué le diría? ¿Cómo se lo tomaría? Era tan frustrante… jamás en su vida se había sentido de aquella manera, pero por algún motivo le gustaba que aquel joven le hiciera sentir así.

 

-          ¡Hey! ¡¿Estás bien?! – observo como el castaño le había encontrado, antes de pensarlo su cuerpo reacciono por él y solo se en congio un poco, casi haciéndose bolita – Disculpa si te asuste… No temas… no te hare daño…

 

Su voz era calmada y dulce, ligeramente profunda pero le daba ese toque que el pelinegro sentía como mágico. Por su parte el castaño se ilusiono al observar al joven frente a él, creyó que era el chico que le había salvado la vida, necesitaba encontrarlo, no había podido olvidar aquellos hermosos ojos azules y no pensaba hacerlo. Al mirar al otro a la cara lo primero que hizo fue mirarlo a los ojos pero para sorpresa de Haruka en la mirada esmeralda solo se reflejaba una gran decepción y entendió que aquel chico seguía buscando su mirada azul.

 

Volvieron a mirarse a los ojos, pero por más que Haruka intentara decirle con su mirada que él era el joven a quien buscaba el castaño solo lograba ver una neblina gris. Haru aparto su mirada observando fijamente al suelo, no le reconocía, necesitaba el azul de su mirada para que el otro le reconociera; mas de repente sintió una especia de tela cubrirle el cuerpo, reconoció el aroma, era una prenda de el joven del que estaba enamorado, de haber tenido su mirada azul rápidamente se hubiera notado ese brillo especial en sus ojos.

 

-          No sé porque te encuentras sin ropa aquí, pero no quiero que recuerdes nada de lo horrible que pudiera haberte sucedido, no debes temerme, no te hare ningún daño, soy el príncipe del reino de Iwatobi, Makoto Tachibana pero llámame solo Makoto ¿De acuerdo? – sintió como el castaño se levantaba y le daba la mano para ayudar a que el también se levantara al mismo tiempo que le dedicaba una hermosa sonrisa, intento levantarse de inmediato ayudándose del castaño, pero nunca pensó que controlar sus nuevas piernas fuera tan complicado, simplemente no parecía que pudiera mantenerse de pie el solo, Makoto solo soltó una delicada risa que hizo que el rostro de Haruka se enrojeciera – tranquilo, déjame ayudarte, te llevare a mi palacio y allí podre darte un poco de ropa.

 

Y sin más, el príncipe del reino de Iwatobi le cargo en brazos, como si de una princesa de tratara, cubriendo con su camisa la desnudez de aquel delicado chico que estaba cargando. Haruka simplemente se dejo hacer, acurrucándose en el amplio pecho de este, no importaba que no tuviera el azul de su mirada, el encontraría la manera de que su amor le correspondiera y eso era algo de lo que estaba completamente seguro.

 

 

Notas finales:

Espero les este gustando el fic tanto como a mi me esta gustando escribirlo x3 recuerden~ nos veremos cada juebebes para la actualizacion de cap :v actualizaria los miercoles pero esos son sagrados (?)

 

x3

Vanilla Kiss For You!

See ya in the next cap!.


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