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Los Inviernos se tornan en Primavera por BittaBlues

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Notas del fanfic:

Nota del autor(a):

 

Escribí algo. Empezó como un pequeño one-shot, pero 2,000 palabras rápidamente se convirtieron en 30,000 y no estoy segura de como fue que eso sucedió.

Para la mayor parte me base en la verdadera línea de tiempo, sin embargo, me tomé algunas libertades, así que no me maten por eso. Las recientes noticias de Jiyong y sus publicaciones en las redes sociales me provocaron muchos sentimientos y tuve que realizar mi propia versión de los hechos.

Espero que lo disfruten.

La primera confesión de amor que Jiyong hizo en toda su vida fue suficiente para que nunca más deseara hacer otra.

 

No estaba seguro de cuando empezó, no podía recordar si se había sonrojado mucho cuando él y Seunghyun eran amigos de barrio o si había sonreído tan fácilmente cuando trabajaba con él en su demo. No sabía si sus ojos siempre habían buscado a Seunghyun o si era algo reciente.

 

De cualquier forma, sin importar cuando surgieron, Jiyong tenía sentimientos por Seunghyun, sentimientos intensos que lo mantenían despierto por las noches y lo inspiraban para escribir canciones melosas. A veces, cuando los dos pasaban el rato, soltando beats o rapeando juntos, Jiyong sentía que nada podría ser mejor.

 

No era estúpido. Sabía que existían un millón de razones por las que él y Seunghyun nunca podrían estar juntos. Trabajaban juntos, en la industria del entretenimiento ser gay era una sentencia de muerte y Seunghyun no era gay, si consideraba a su actual novia como prueba de ello. Maldición, Jiyong ni siquiera estaba seguro de que él mismo fuera gay. No es que sintiera mariposas en el estómago al ver a otros chicos, eso sólo le ocurría con Seunghyun.

 

En cualquier caso, Jiyong no sentía la necesidad de confesarse. G-Dragon no era en absoluto un cobarde, pero no estaba dispuesto a avergonzarse a sí mismo innecesariamente. Aunque anhelaba algo más, estaba contento con cómo estaban las cosas. Tenía la música y tenía a Seunghyun. La vida era buena.

 

Pero entonces las acusaciones por plagio comenzaron. Jiyong se sintió desconsolado al darse cuenta de lo rápido que la opinión pública podía cambiar, de cómo su felicidad podía ser totalmente destruida. Apenas ayer había sido lo más valioso de YG Entertainment, el chico dorado, el favorito de Yang y, ahora había sido rechazado y etiquetado como fraude.

 

Se alejó de todos, no aceptaba visitas, ignoraba llamadas. Ni siquiera le contestaba a su familia, se sentía demasiado avergonzado.

 

Tenía el terrible hábito de revisar los comentarios que las personas publicaban sobre él en internet. Era horrible, cada comentario lo hacía sentirse peor, pero parecía ser incapaz de detenerse, era como un dolor de muela al que no podía dejar de presionar con su lengua. Algunos comentarios eran malintencionados, pero otros estaban llenos de odio.

 

G-Dragon debería matarse.

 

Jiyong no sabía que podía llegar a sentirse tan mal. La música era su vida. Había trabajado sin descanso por años por este debut, por este álbum, para compartir una parte de sí mismo con el mundo, y este era el resultado que obtenía. Quizá debería darse por vencido. Obviamente no era tan bueno como había pensado si lo que creaba sonaba a que le había copiado a alguien más. Quizá esto era una señal.

 

De pronto su celular sonó, interrumpiendo sus pensamientos. Era un mensaje de Seunghyun.

 

Déjame entrar.

 

Jiyong suspiró. No quería compañía, especialmente no de Seunghyun. Lo último que necesitaba era la compasión de la persona que amaba, sin importar sus buenas intenciones.

 

El celular volvió a sonar. Déjame entrar o romperé la puerta.

 

Jiyong giró los ojos; quisiera verlo intentar. Seunghyun no era precisamente conocido por su atletismo.

 

No me iré hasta que me dejes entrar.

 

Jiyong hizo esperar a Seunghyun unos minutos más sólo porque sí y cuando finalmente abrió la puerta, no dijo nada para saludarlo, simplemente volvió a su cama.

 

Seunghyun lo siguió, cerrando gentilmente la puerta detrás de él. Se sentó en el otro extremo de la cama, dejando a Jiyong conservar un poco de espacio entre ellos, que bien podría ser un abismo.

 

Sintiéndose repentinamente consciente de su aspecto, Jiyong deslizó sus dedos sobre su flequillo rubio, dejándolo caer sobre sus ojos. Sabía que se veía mal. No había dormido bien y aún tenía que ducharse ese día. Jiyong fijó su mirada en el piso frente a él, pero podía sentir cómo Seunghyun lo observaba con preocupación.

 

“¿Estás bien?”, Seunghyun finalmente preguntó.

 

Jiyong se encogió de hombros en respuesta, aun negándose a mirarlo a los ojos. Había algo dulce y tierno en la voz de Seunghyun, algo que Jiyong había anhelado por años. Pero no de esta forma. No cuando se sentía tan triste, destrozado y patético.

 

“Superarás esto”, dijo Seunghyun. “Esto terminará. Cuando estés listo, te llevaremos de nuevo al estudio y compondrás más canciones, incluso mejores, y nadie lo recordará”.

 

“Yo lo haré”, dijo Jiyong. “Yo lo recordaré”. Jiyong finalmente dejó de ver al piso para mirar a su hyung. “¿Y si ellos tienes razón? ¿Y si soy un fraude? No le copié a nadie. Juro que no lo hice. Pero, ¿y si no puedo evitarlo? ¿Y si no hay nada original en mí?” Las lágrimas aparecieron rápidamente sin que Jiyong pudiera evitarlo y, en ese instante, Seunghyun se acercó a él, eliminando toda la distancia que había entre ellos.

 

Las manos de Seunghyun tocaron las mejillas cubiertas por lágrimas de Jiyong. “Estás equivocado. Muy equivocado, Ji. Tú eres único. You’re one of a kind”. Seunghyun dijo esa última oración en inglés, obteniendo un atisbo de risa de Jiyong. “Eres asombroso, no tienes idea de cuánto. Maldición, yo ni siquiera estaría aquí de no ser por ti”.

 

Jiyong sacudió la cabeza. “Eso no es cierto. Lo habrías logrado de alguna forma”.

 

Seunghyun miró a Jiyong por un largo momento y se aseguró de que Jiyong le devolviera la mirada todo el tiempo. Jiyong, sintiéndose repentinamente tímido, bajó la mirada y mordió su labio inferior. Los pulgares de Seunghyun acariciaron las mejillas de Jiyong limpiando las lágrimas sobre ellas. “No, no lo habría logrado. No soy tan determinado como tú. Si no me hubieras ayudado con mi demo, si no me hubieras hecho creer que era posible… Estoy viviendo mi sueño gracias a ti, Jiyong. Si eso no es asombroso, no sé qué pueda serlo”.

 

Jiyong sintió que su corazón estallaría. La cara de Seunghyun estaba tan cerca, sus ojos eran tan cálidos y Jiyong se dejó llevar. Tomó a Seunghyun de la nuca y acercó su boca a la suya. Sintió a Seunghyun inhalar en sorpresa, pero cuando este no se alejó, Jiyong inclinó su cabeza y unió sus labios firmemente.

 

El beso fue dulce y casto. Cuando Jiyong finalmente se apartó, lo hizo sólo lo suficiente para recostar su frente sobre la de Seunghyun. “Te amo”, Jiyong susurró temeroso. “Creo… Seunghyun, creo que estoy enamorado de ti”.

 

Seunghyun se quedó en silencio por un largo tiempo, tanto que Jiyong empezó a ponerse nervioso. Jiyong se alejó y miró a Seunghyun a los ojos. “¿Hyung? Por favor, di algo”.

 

“Lo siento”, Seunghyun finalmente respondió. Jiyong inmediatamente cerró sus ojos. “Yo… tú sabes que tengo novia”.

 

“Cierto”, dijo Jiyong, poniéndose de pie rápidamente, desesperado por poner un fin a la experiencia más mortificante de su vida.

 

Seunghyun lo miró con impotencia. “Quizá si…”

 

Jiyong lo interrumpió rápidamente. “No, está bien. No sé en qué estaba pensando. Has sido tan amable conmigo y yo… confundí todo”.

 

“Jiyong…”

 

“¿Podríamos pretender que nada de esto sucedió? ¿Por favor?”

 

“Está bien”, Seunghyun estuvo de acuerdo, aún con esa mirada impotente en su rostro.

 

Jiyong estaba por irse a la cocina con la tonta excusa de estar sediento, lo que sea para acabar con ese ambiente incómodo, pero entonces Seunghyun se puso de pie y envolvió a Jiyong en un cálido abrazo. Seunghyun no volvió a disculparse, lo que Jiyong agradeció profundamente. Normalmente, Jiyong adoraba los abrazos de Seunghyun. Eran cálidos, reconfortantes y seguros, pero Jiyong estaba demasiado avergonzado como para permitirse disfrutar de éste.

 

Cuando Seunghyun finamente rompió el silencio, dijo, “Mira, Ji, acerca de este asunto del plagio. Sé que es terrible ahora, pero un día sacarás otro álbum y será más asombroso que este. Ganarás todos los premios y les cerrarás la boca a todos estos idiotas. De todos nosotros, tú serás la más grande estrella, sólo espera”.

 

Jiyong sintió que volvería a llorar. Si no hubiera sido ya lo suficientemente estúpido como para confesarle su amor a este hombre, probablemente lo habría hecho ahora, pero mantuvo la boca cerrada y aunque no volvió a pronunciar esas palabras, las sintió ahora más que nunca.

 

También decidió que esa será la única confesión de amor que haría en su vida. Era un chico listo. Sólo le costó quemarse una vez para aprender a mantener su mano lejos del fuego.

 

 

 

Después de su desastrosa confesión, Jiyong se convirtió en todo un playboy. Salía con sus amigos a los clubs donde bebía demasiado y coqueteaba mucho más de lo que bebía. Le gustaba que las chicas lo reconocieran, lo disfrutaba más si le sonreían. Era mejor si se sonrojaban. Después de ser totalmente rechazado, era agradable sentirse deseado.

 

Pero esa no era la única razón por la que lo hacía. Desde su confesión, las cosas se tornaron incómodas entre él y Seunghyun. Distantes. No se tocaban como solían hacerlo ni se buscaban el uno al otro entre la multitud. Probablemente Seunghyun mantenía cierta distancia porque no quería darle falsas esperanzas a Jiyong, el muy desgraciado. Jiyong se mantenía alejado porque se sentía como un tonto. Como un completo idiota, había hecho una confesión que sabía que no sería correspondida, y todo lo que Jiyong podía hacer era tratar de recuperar lo que quedaba de su dignidad, lo cual significaba poner cierta distancia entre él y Seunghyun, y enfocar su atención en otras personas.

 

En muchas otras personas.

 

Asistió a muchos programas de variedades, en los que los anfitriones le hacían burla por ser un playboy y Jiyong los dejó. Dejó que estas personas le bromearan sobre mujeres, sobre sentimientos que no tenía, dejó que se burlaran de lo que quisieran mientras no fuera de Seunghyun. Dejó que las chicas los despistaran y distrajeran de lo que realmente sentía dentro de su corazón.

 

Cuando las personas le preguntaban porque coqueteaba tanto y se preocupaba tan poco, Jiyong pensó que quizá podría darles una versión de la verdad. Les dijo que por dos años había sido víctima de un amor no correspondido, lo que hizo que no quiera entregar su corazón tan fácilmente. Complementó la historia con detalles falsos, como que esperó bajo la lluvia por horas a una chica que ni siquiera le dio su verdadera dirección.

 

Si Seunghyun se dio cuenta de la verdad, jamás lo dijo y Jiyong nunca preguntó.

 

 

 

Cuando Seunghyun y su novia terminaron su relación, Jiyong sintió como sus esperanzas revivían dentro de su corazón, pero rápidamente las eliminó. Incluso si algo sucedía entre ellos ahora, Seunghyun estaría despechado, así que eso realmente no significaría nada.

 

Debía olvidarlo. Nunca significaría nada. Seunghyun lo conocía hacía años; si fuera a enamorarse de Jiyong, ya lo habría hecho. A Jiyong sólo le quedaba aceptar que no estaban destinados a estar juntos.

 

Él tenía que seguir adelante.


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