‘’Agosto 23/2014 Tokyo Japón 9:30am’’
El viento frío me helaba por completo, me encontraba en las afueras del aeropuerto de Japón, sentado en un banco esperando un taxi no ocupado que pudiese llevarme a lo que hoy sería mi nueva casa. Al parecer en estos lugares de Japón se encuentra con un frío que no encontraba cuando vivía en Estados Unidos.
Me llamo Trafalgar D. Water Law, nací aquí mismo en Tokyo, hace 4 años y 6 meses me fui de Japón para estudiar medicina en Estados Unidos, ¿Bastante lejos no?, cuando mi abuelo murió me dejaron a cargo de mi tío Silvers Rayleigh, y ya que aún tenía 20 años y según él no tenía la edad suficiente para vivir solo me fui a Estados Unidos a vivir con él. Hace unos meses discutí con él un par de asuntos y lo convencí de dejarme vivir en Japón para estudiar el último semestre de mi carrera universitaria. Y heme aquí, helándome ya que en aquella parte de Estados Unidos el clima siempre era cálido, hace mucho que no sentía el viento frío chocar con mi piel, por lo cual me estaba helando.
Cuando por fin un taxi se dignó a parar en frente de mi le di la dirección para ir hacia mi viejo hogar, una casa de estilo moderno que era habitada por mí y mi abuelo, hasta que el murió. Ahora estaba totalmente sola y ahora yo regresé a esta.
Al bajarme del taxi sentí cierta nostalgia, saqué las llaves de mi bolsillo y entré a aquella casa, no era muy grande, pero no podía quejarme. Al entrar sentí el polvo de inmediato, y supe que antes de ir a cualquier sitio debía limpiar el lugar.
. . .
‘’-¡Law!, no te vayas…- dijo un joven peliverde con unas cuantas lágrimas en su rostro.
-Lo siento Zoro, nos volveremos a encontrar, y para que me recuerdes.- se acercó el joven ojigris y lo besó tiernamente.- Volveremos a vernos y esta vez no nos quedaremos en solo un beso.
-Law…-
-Zoro…-‘’
Me levanté de mi cama, miré el reloj y ya eran las 5:30pm, me tardé bastante limpiando y al parecer dormí unas cuantas horas, todo quedó reluciente. Saqué mis maletas y me dirigí a mi habitación, guardé la ropa y lo demás en el armario, luego noté que había algo de más ahí, un collar que tenía grabado el nombre Luffy en aquel collar. ¿Qué demonios era eso?, quizás mi tío lo dejó sin querer en su mochila, ha de ser del sobrino que tanto me hablaba. Me limité a guardarlo en mi bolsillo y salí a la calle un rato, no me haría mal salir un rato.
Cerré la puerta de mi hogar con llave, y fui a dar una vuelta.
Estaba distraído en mis pensamientos de nostalgia al reconocer casi todo, que cuando me di cuenta ya estaba en el parque. Así que saqué el libro que tenía guardado y me limité a leer bajo un árbol.
De repente siento como soy golpeado con un balón de futbol en toda la cara y se me doblan algunas páginas del libro.
-¿Qué demonios?- dije buscando quien fue el responsable, quizás hoy sí disecaría a alguien.
-¡Mi balón!- veo a un pequeño joven con el cabello negro al igual que sus ojos, corriendo con una infantil sonrisa hacia mí, quien diría que podía verse tan tierno y tan molesto a la vez.
-¿Podrías decirme porqué esta mierda me golpeó en el rostro?- dije con un tono lleno de furia y el otro solo se limitó a sonreírme.
-Lo siento, lo siento. Shishishishishi!- dijo el chico de cabello azabache.
-Vuelve hacer algo así y te juro que te cortaré en tantos trozos que ni podrás contarlos.- Amenazé yo con una mirada casi tan helada como el clima de ahora.
-Eres gracioso Shishishishishi!- se burló de mi sin ninguna preocupación, ¿Quién se creía este?
-¿Quieres jugar con nosotros?- me ofreció el chico.
-Ni loco jugaría, además de que interrumpiste mi lectura y arruinaste mi libro favorito- dije ya con una vena en mi frente.
-Oe! Luffy! ¿Por qué tardas tanto?- Escuché una voz ronca y vi a un chico con el pelo verde corriendo para ver que sucedía. Ese cabello… ¿Será?... no, no es posible.
-¡Lo siento Zoro!, lo estaba invitando a jugar con nosotros- el me observó y me sonrió, que molesto.
-Oye, te dije que no es bueno molestar a las personas del par...que- noté como se detuvo y me examinó con la mirada.
-Law…- ¿Me conoce? Entonces sí es el...
-Zoro…-Repetí yo.
-¿Se conocen?- preguntó el pequeño de los ojos negros.
-Claro que sí, él es Trafalgar Law, mi amigo de la infancia que se mudó a América hace unos años.
-¿Torao?, ¡Que nombre más chistoso! Shishishishi!- dijo el pequeño del cabello negro, ¿Qué le pasa?, ¿Acaso lo dejaron caer de pequeño?
-¿T-Torao?- dije no creyéndome como aquel mocoso se atrevía a llamarme así.
-En efecto Zoro, y volví para terminar el último semestre e regresar a mi vieja vida en Japón.- Aclaré con un tono serio.
-¡Hola me llamo Monkey D. Luffy y tengo 17 años! Mucho gusto amigo de Zoro shishishishi!- se rió y me miró como un cachorro.
-¿Luffy?- dije recordando ese nombre que se encontraba en el collar de antes.
-Sí, ¿Qué sucede?- preguntó.
-¿Eres el sobrino del tío Rayleigh?- dije con un poco de sorpresa.
-¡Claro que sí Torao!, ¿Él es tú tío? ¡Pues entonces somos primos lejanos! Shishishishi!- dijo sin sorprenderse en lo más mínimo, solo se alegró y saltó a abrazarme las piernas obligándome a caer.
-Luffy cuidado, lo vas a poner rojo del enojo.- Dijo Zoro recordando cómo me ponía hace cinco años, me sonrojo un poco por su comentario.
¿De verdad que le pasaba a este chico?, no me quería soltar, se supone que tiene 17 años, debería actuar como tal. En fin, que amigos tan raros te has conseguido Zoro, espero recuerdes el beso de hace unos años, porque no he dejado de pensar en ti desde aquel momento.
-En fin, Law, si tienes tiempo libre quizás mañana desees comer algo conmigo, sin la interrupción de mi pequeño amigo- dijo refiriéndose obviamente al moreno y soltó una corta sonrisa.
-C-Claro Zoro… por ahora tengo que terminar de instalarme en mi casa, nos vemos luego.- aclaré tratando de hacer que el pequeño chico de ojos negros me soltase.
-¡Pero si llegaste hace poco Torao!, juega con nosotros.- dijo el pequeño forzando más su agarre hacia mí.
-¡Oigan par de idiotas!, ¿Por qué demoran tanto?-
Escuché y miré buscando de dónde provenía la voz, cuando veo a un rubio alto con ropa negra, caminando hacia nosotros. ¿Quién era?
-¿Qué dijiste cocinero pervertido?- dijo Zoro con un tono amenazante.
-Pues buscándolos, ¿Qué no piensas estúpido marimo?- se burló de Zoro lo que me causó algo de risa.
-¿Qué les pasa a esos dos?- Dije con una gota de sudor recorriendo mi frente.
-Nada, son sus peleas de pareja, después de todo los novios pelean siempre shishishishishi!- Escuché decir al menor.
¿P-Pareja?, ¿Él se consiguió a otro?
Salí corriendo sin dar explicaciones dirigiéndome a mi hogar y me encerré en mi cuarto.
-¿Olvidaste nuestro tiempo juntos Zoro?- Dije mientras las lágrimas brotaban de mis ojos.
Debí imaginarlo, cinco años sin hablar con él ni por mensaje de texto, ¿Cómo pude creer que el aún me amaría?, soy un ingenuo.
Abracé mi almohada y recordaba esas palabras:
‘’-¡Law!, no te vayas…-‘’
Seguí llorando abrazando mi almohada, y cuando menos pensé, me había quedado dormido.