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Enchanted Forest [JongKey] por Dolche

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Notas del fanfic:

Voy a obviar, que el demonio es Jonghyun y Key el hada.

*Está terminado, contiene 3 capitulos de aproximadamente 10 hojas cada uno, así que actualizaré cada semana.

Notas del capitulo:

Bueno, espero les guste esta cosa rara :)

      En el Bosque Encantado puedes encontrar todo tipo de criaturas. Es un bosque mágico donde algunos de los árboles brillan al crepúsculo con colores eléctricos; los hay morados, verdes, naranjas, azules, rosas; es como un juego de luces. A esas horas, en los campos, las luciérnagas abren sus iluminados pétalos mientras siguen el andar de la luna. 
 
  Cuando el bosque está muy quieto, se pueden escuchar el trote lejano de los unicornios que corren en estampida hacia lugares más verdes que pastar. 

  Si te adentras, pasando entre los árboles frondosos y maravillosos estanques, encontrarás el hogar de las hadas. Justo al centro del bosque es donde ellas moran, en sus casas de piedra, éstas son uno con el follaje, ya que las ramas han crecido enredándose en ellas. Éstas son de gusto exquisito, pues a las hadas les gustan entre finura y elegancia.
  
  Constantemente las puedes ver fuera de sus casas, corriendo, brincando y jugando; buscando alguna razón para hacer un baile, como cuando las calabazas maduran y caen de los árboles, o el primer aleteo de una mariposa. 
  
  Hoy el festejo era porque el rey y la reina de las hadas, luego de una larga búsqueda, habían encontrado a la princesa con la que su hijo se casaría, abandonando el seno materno para formar su propio nido de hadas.

  No muy lejos de donde todas bailaban, detrás de la villa de las hadas, se extendía un sendero de madera. Al seguirlo te conducía al Recinto de los Hongos. En ese claro del bosque crecían todo tipo de hongos: desde los más pequeños de un solo color, hasta los más grandes y coloridos.

  El pequeño príncipe se encontraba sentado en el un hongo de cabeza ancha y roja, unos cuantos metros más alto que él. Había llegado hasta allá arriba con sus alas. Éstas aún no eran lo suficientemente fuertes para llevarle muy lejos, pues aún era una joven hada en vía de desarrollo pero, poseían la fuerza suficiente para elevarlo por un momento. Cuando Key aprendió a usar sus alas, fue el día más feliz de su vida; esa fue la primera vez que subió al hongo. Desde entonces, ese hongo se convirtió en su hogar.

  Sentado en ese hongo, miraba hacia lo profundo del bosque, donde le estaba completamente prohibido ir. Se preguntaba sobre todas las cosas que guardaba la oscuridad del bosque... 

  Entre ellas se hallaban los demonios, en la zona más profunda del bosque, donde se ubica el imponente castillo de torres puntiagudas en que viven.

  Todas las noches, el rey de los demonios emprendía camino por el bosque hasta llegar al Recinto de los Hongos. Se mantenía en las oscuridades para observar al hada se siempre se encontraba sentado sobre el mismo hongo. Ahora, con las piernas colgando y con el ceño fruncido, los ojos verdes del hada miraban al cielo; con la luz de la luna bañándole, su pálida piel brillaba como un sortilegio. 

  Noche tras noche, Jonghyun permanecía allí cuando el inocente joven caía dormido sobre el hongo, cuidaba que ningún peligro amenazara su sueño; luego, se marchaba al salir el sol, y descansaba un rato hasta que llegara la hora de verlo de nuevo. Esta rutina llevaba poco más de tras unas llenas, cuando un días por casualidad había dado con el lugar, y el haga le había hecho echar raíces allí mismo.

  Esta noche no.

  Esta noche no se quedaría ahí parado en las sombras. Cuando le vio recostar la cabeza en el hongo y dormir profundo, salió de su escondite y se elevó con sus alas para llegar hasta él. 

  Le miró hecho ovillo, de entre la maraña que eran sus cabellos negros, se asomaba la cima puntiaguda de una de sus orejas. Llamó su atención la vestimenta: un camisón blanco de tela delgada, con muchos lazos que caían adornando las mangas. El camisón era muy largo, y poseía dos aberturas, una a cada lado de la cadera que seguían a lo largo de los muslos hasta los tobillos, donde terminaba.<<Casi no cubre nada>> pensó. Si no fuera por sus noches de vigía, hace mucho que le habría pasado algo terrible. 

  Lo tomó con un brazo por debajo del cuello, y con el otro bajo las rodillas; tuvo cuidado de no despertarlo y voló lejos sin ser visto. Huyó con su preciada carga hacia su castillo y entró por el balcón de su habitación. Se apresuró a recostarlo sobre la gran cama de manta roja.

  Lo dejó dormir allí, mientras él salía un momento. Sólo esperaba que no despertara pronto hasta que tuviese todo listo...

  Los sonidos que le rodeaban comenzaron a llegar poco a poco a su mente, siendo cada vez más consciente. Movió su mejilla restregándola contra la suave felpa de la cobija. Entonces reparó en algo: “los hongos no tienen pelo”.  Sentándose sobre a cama en un tris tras, miro alrededor, y su corazón se paró por un momento.

  Frente sus ojos se encontraba un demonio. Un demonio real, no como los falsos demonios de las historias que le contaba su madre cuando no de niño que quería ir a la cama. <<Los demonios vienen por los niños malos>> le dijo ella. ¿Había sido un chico malo? ¿El demonio lo devoraría? Los ojos oscuros del demonio le miraban desde un asiento junto al balcón, el largo cabellos blanco le caía como una cascada furiosa sobre hombros y espalda, contrastaba con lo escuro de su piel y el par de enormes alas; eran como dos manos gigantes, con garras colosales que estarían listas para apresarlo si decidía huir.  No se movió, no hizo ruido alguno, temía activar el instinto depredador de la bestia. 

  —Has despertado. —Su voz era grave, baja y tranquila mientras se ponía de pie y caminaba hacia la cama—. He estado esperando a que lo hicieras.

  Key tembló con cada uno de sus pasos, pero sabía que gritar o correr sería un acto demasiado estúpido.

  La mano oscura con dedos que terminaban en garras, pasó por su mejilla. —Estás temblando. Tranquilo, no te haré nada malo.

  — ¡No me comas! ¿No me comerás?  —dijo apenas encontró su voz.

  El demonio rio por un momento. —No te comeré. 

  —Entonces ¿por qué estoy aquí? Quiero regresar con mis padres…

  —Eso no podrá ser de momento —esos ojos verdes que tanto le gustaban comenzaron a tornarse lacrimosos. Actuó por impulso: le acarició la cara con ambas manos y con sus dedos limpió las lágrimas para reconfortarlo—. Seremos esposos, así que no podrás visitar a tus padres por un tiempo.

  Los ojos de Key brillaron de reconocimiento. — ¿Eres tú la persona con quien mis padres me prometieron? 

  — ¡Claro! ¡Por supuesto! —Mintió sin remordimiento—. Soy Kim Jonghyun, el rey de los demonios. ¿Tu madre no habló de mi o de nuestro compromiso? —le ofreció su mano.

  Aceptando la presentación dijo: —Lo hizo pero, creí que sería dentro de algunos años; no me interesé en aquel momento.

  —Lo siento, príncipe —se arrodilló ante a él con una de las finas manos entre las suyas—, pero soy incapaz de esperar por esos años. No fui apto para resistirme a ti, y sólo te traje a mi castillo. ¡Que insensible de mí! Espero que puedas olvidar mi abrupto —llevó esa mano hasta su boca y la besó—. Seguro no brindaste atención a las palabras de tu madre por mirar al cielo desde un hongo. 

  — ¿Sabes sobre mi hongo? —preguntó asombrado, con los ojos muy abiertos y las cejas levantadas.

  Mirando a los ojos verdes, habló como si estuviese susurrando un secreto: —Oh, pero claro. —Se acercó más a su rostro—. Un día estaba mirando al bosque desde mi balcón, entonces una sensación invadió mi pecho, me insistía porque fuera hacia el norte adentrándome en el bosque. Caminé un largo camino. Estaba a punto de creerme loco y dar la vuelta pero entonces…

  — ¿¡Qué pasó entonces!? —interrumpió el hada, ansiosa por saber lo que pasaría después.

  —Entonces, recuerdo que olí un aroma dulce. Esa dulce esencia me llevó hasta un claro llamado Recinto de los Hongos —en ese momento, Key soltó una exclamación de sorpresa—. Ahí, sobre el hongo más grande, vi a la criatura más hermosa del mundo. Quedé tan fascinado por su belleza que desde entonces, regresaba cada noche con la esperanza de verle sentado sobre ese hongo. 

  Key sintió sus mejillas de hada calentarse como nunca sintió antes; brillaban de reconocimiento. 

  — ¿Y qué hiciste después?

  — ¿Después? —Lo pensó un momento—. Me dije: “Tiene que ser mío. Nadie lo admira más de lo que yo lo hago, nadie lo amará más de lo que yo lo haré”. Así que fui con sus padres y pacté nuestro matrimonio. Pero una de las tantas noches en que le observaba, su belleza pudo más conmigo y me lo robé. —Key sintió como la mano del demonio acariciaba su abochornada mejilla, y como las puntas de esas garras corrían hacia abajo por su cuello, poniéndole la piel de gallina.

  >>—Y planeo mostrarle toda la pasión que siento.

  Miró esos ojos oscuros, y por un momento, Key sintió como lo consumían.

  Jonghyun levantó su cuerpo postrado a los pies de Key. —Pero antes, hay algo que quiero mostrarte. Ven conmigo.

  Cuando Key tomó su mano, lo guio por el castillo. Key miró todo el lugar; era muy iluminado y cómodo. Por el momento no había visto a nadie más que no fuese a Jonghyun, rey de los demonios. Pero si era un rey, sus demonios debía andar por ahí; ese detalle le puso un poco nervioso. Llegaron a la parte trasera del castillo, donde Jonghyun abrió una puerta para que pasara primero. Dudo por un momento, pero luego atravesó el umbral. 

  A unos metros se extendía un estanque, donde desembocaba el agua del lago que rodeaba el castillo. Era hermoso. El agua era completamente azul, casi brillando en la noche; perfilado con grandes piedras, y enormes flores de color rosa flotaban por la superficie.

  —Quería que te sintieras como casa. No tengo hongos, pero desde estas piedras puedes mirar el cielo, o puedes recostarte en las hojas de nenúfar y navegar como los piratas. Puedes tener mil aventuras en este lugar, es mágico. ¿Es de tu agrado? 

  — ¡Claro! Es bellísimo. Amaré pasar aquí muchas de mis tardes —dijo Key, dándole una radiante sonrisa—. Ayúdame.

  Key plantó la manos contra la piedra listo para subir a ella. Entonces un par de grandes manos sujetaron su cadera, le ayudaron a subir con una facilidad impresionante. Sabía que podía subir hasta la piedra el sólo; no era tan alta como el hongo, pero la petición había salido sola de su boca.

  —Gracias. 

  Observó por unos instantes antes de añadir:

  —Es bellísimo, la luna se ve más grande…

  Desde su posición, Jonghyun tenía una visión perfecta de las brillantes piernas de hada. Si tan sólo se acercaba un poco más…, si tan sólo el camisón se moviese un poco por una corriente de aire…

  —Entremos; aquí está demasiado frío para ti. Te mostraré tu habitación.
Jonghyun le condujo hasta la estancia del segundo piso, donde la habitación de Key se encontraría justo enfrente de la suya, sólo debía cruzar la estancia para llegar al cuarto del otro.

  Hace tiempo, cuando nacieron sus primeros piensos sobre raptar al hada, e imagino cómo sucedería y todo lo que haría, comenzó de decorar la habitación. Sólo por si uno de esos días resistirse le fuese imposible. Y vaya que tuvo razón.

  Paró frente a la puerta de madera que se encontraba cerrada. —Es ésta. Espero que puedas sentirte cómodo en ella.

  Con un gesto de su mano le invitó a pasar.

  Key tomó la perilla, apenas la giró unos milímetros cuando dedos con garras rodearon su muñeca. Miró al demonio a la cara.

  —Aún no me has dicho tu nombre, joven hada.

  —Key, príncipe de la hadas. —Entró y cerró la puerta en su camino.

  Parado frente a la puerta, sus ojos se abrieron mucho por un momento, sólo por unos pocos segundos antes de perderse por el oscuro pasillo. 

Notas finales:

Para la siguiente semana subire el proximo capi, cuidense.
Saludos!! :D


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