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Enchanted Forest [JongKey] por Dolche

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Notas del capitulo:

Holap, vengo a dejas el 2do capi.

Estoy muy agradecida, la verdad, por todos los comentarios! Enserio, muchas gracias!! :)

    —Tenemos problemas —dijo Jonghyun.

  No dudó en hablar en cuando vio a Onew, su mano derecha; el demonio que menos parecía un demonio. Con la piel amarillenta y unas alas que parecerían romperse con cualquier corriente de aire, Onew se postraba frente a él. Su imagen podría causar risas entre los demonios más desarrollados. ¡Oh, pobre del que se atreviese! La vista tan desarrollada de Onew es capaz de encontrar atisbos de sonrisa hasta en la cara más fría. Entonces él quemará al desgraciado con el fuego que expide de su boca. 

  —Exactamente, ¿de qué problema hablamos? —Onew tomó asiento frente a él.

  Sentados en la biblioteca, uno a cada lado del escritorio que allí había, donde acostumbraban hablar sobre asuntos confidenciales.

  —El hada, Onew. No es cualquier hada común a la que nadie le importaría si desaparece. Rapté al príncipe de las hada. El cual, por ciento, está comprometido con no sé quién. ¿¡Cómo dejan a un príncipe vagando solo…!? Alguien podría raptarlo…

  —Sí. Y tú ya lo has hecho. —Onew le otorgó una paciente sonrisa—. ¿Qué quieres que haga?

  —Vigila a las hadas, averigua qué hacen y qué creen que pasó con el príncipe. No permitiré que se acerquen a mis tierras antes de que el matrimonio esté hecho.

  —Iré con Minho y Taemin, regresaremos tan pronto tengamos noticias para ti.
Así la noche terminó, mientras el Rey esperaba que sus actos no tuviesen consecuencias demasiado contundentes.









  La mañana del día siguiente, en el desayuno, Jonghyun lo presentó formalmente con los demonios. Las preparaciones para la boda se dieron por iniciadas. Key caminaba entre los demonios que iban y venían. 

  Ese día decidió explorar el estanque por su cuenta.

  Subió a la piedra más alta y miró al cielo. ¿Sus padres sabrían que se encontraba bien? ¿Sabían que estaba con Jonghyun? Esperaba que sí. Sus ojos cayeron hasta las grandes flores de un suave rosa, se preguntó si las hojas de nenúfar eran tan fuertes como para recostarse en ellas, como Jonghyun le había dicho.

  Bajó hasta la hoja flotante, con titubeos plantó sus pies. La hija tembló un poco; temió que pudiese suceder un desastre, pero sorprendentemente la hoja resistió su peso, así se recortó con la seguridad de no caer al agua. Disfrutando de la deliciosa sensación del sol tocando su piel, pensó en las palabras de Jonghyun: “Puedes tener mil aventuras”. 

  Cerró los ojos.

  En un instante, se encontró en el medio de un barco que navega por el océano.  Una cuerda de trenza ancha mantenía sus miembros prisioneros contra el palo mayor; a lo alto de éste, una bandera negra era ondulada por el aire, una bandera pirata.

  Un hombre mayor de barba sucia y enredada, apareció frente a él; vestía ropas viejas, con un parche cubriéndole el ojo izquierdo y un gancho afilado en lugar de mano. El hombre dijo con una voz rasposa:

  —Éste será el último de tus días, pequeño. Con tu muerte, haré que ese maldito pague por lo que hizo.
Key vio con temor como la punta del afilado garfio brillaba bajo el sol, acercándose cada vez más había su cuello.

  De pronto, un rugido atravesó los cielos, mientras se escuchaba el aleteo de dos alas infernales; el dragón rojo se posó sobre el mástil con fuerza semejante que sacudió el barco. La grotesca tripulación corría para salvar sus vidas. Al mismo tiempo, un navío se colocaba en posición paralela al barco del pirata con garfio.

  Se trataba de un barco colosal, sus tripulantes pasaban de un barco a otro con ayuda de sogas, o la plancha. Pronto toda la cubierta se convirtió en un campo de batalla. 

  Key observaba todo, el olor del mar subía por su nariz, la bestia lanzaba bramidos y el capitán con garfio cayó sobre su espalda, en el suelo frente a él. Pronto una figura apareció para sus ojos. Vestido de negro, una larga maraña blanca moviéndose al viento era lo único que permitía ver el sombrero sobre su cabeza; la espada todo el tiempo en su puño. 

  El capitán del garfio gritó furioso: — ¡Pirata maldito! ¡Te mataré, y lo mataré a él también! Aún si…

  Con un golpe de la bota negra, el capitán terminó desmayado sobre el suelo.

  —Lo siento, pero esto es mío. —En un rápido movimiento, la espada cortó la soga a su alrededor. Luego de tanto tiempo atado, el cuerpo de Key cayó sin poder sostener su propio peso. 

  El brazo de pirata rodeó su cintura, y sin esfuerzo aparente, le cargó a su costado. El pirata corrió, enredó el otro brazo en una cuerda y saltó sobre la borda sin titubeo alguno; resultando en un prefecto aterrizaje dentro del barco vecino.

  Con su carga bajo el brazo, el pirata subió por las escaleras hasta la popa del barco, donde tendrían más privacidad; allí le ayudo a mantenerse en pie.

  — ¿Quién eres?

  —Yo soy el Capitán Kim. Ésta es mi nave, éstos son mis marineros, y tú eres mi tesoro. —Quitó el sombrero de su cabeza haciendo una reverencia. Piel morena y ojos cafés.

  —Tú… ¡Dragón!  —Key vio al dragón venir hacia ellos; temió por su vida, tirándose sobre el suelo esperando que ninguna llamarada fuese lanzada.

  —Tranquilo —el Capitán comenzó a levantarlo del suelo—, este pequeño es inofensivo. 

  Al elevar la mirada, Key se encontró con una “lagartija” roja —no más grande que un perico— con dos diminutas alas, posada sobre el hombro y cuello del hombre.

  — ¿¡Tienes un dragón!? 

  —En las villas la gente tiene perros, vacas… Yo tengo un dragón como mascota; pega más a la hora de robar tesoros. —Se encogió de hombros.

  —Capitán Kim, ¿usted es un ladrón?

  —Te robé a ti, ¿no, tesoro?

  Frunció el ceño ante el apodo de ese hombre salvaje. —Yo no soy un tesoro, señor.

  —No, claro que no —el Capitán se acercó tanto a él y le miró intensamente, la mano del pirata recorría su mejilla, sin tocarla, como fuera a romperse por su toque—. En todo caso serias la llave que abre el cobre del tesoro. Dime, pequeño, ¿para qué me sirve un cofre el cual no puedo abrir? Es por eso que eres tan valioso, sin ti, mis riquezas no valen nada, no importan; las ensombreces.

  Me miraron por un momento, sus bocas se acercaban poco a poco. Key no tenía ni idea de lo que esto era, pero quería averiguarlo; ya podía sentía el aliento del otro en su boca.

  —Sabía que estarías aquí. —Al siguiente segundo, Key se incorporaba de la hoja del nenúfar abriendo los ojos. Por poco termina sumergido en el agua—. Cuidado, no querrás darte un chapuzón, ¿o sí? 

  Volando desde la hoja, llegó hasta Jonghyun. —No, no podría volar hasta que mis alas de recuperaran.

  — ¿Las hadas no deben mojar las alas? —Jonghyun lo analizó por un momento—. ¿Eso significa que no te bañas? ¿Qué hacen cuando llueve?

  Las mejillas de Key brillaron por la vergüenza. — ¡Claro que me baño! Sólo tenemos que cubrir nuestras alas con un sortilegio que las proteja… El único problema es que el sortilegio no sirve contra grandes volúmenes de agua. Además, las hadas no salimos cuando llueve.

  —Bueno, cuidaré que no caigas al agua —dijo, para después sonreír.

  Sentándose sobre una de las altas piedras, Key terminó frente Jonghyun. —Tuve un sueño muy extraño. Soñé con un barco, con piratas, había un dragón, y tú estabas ahí, eras un capitán. 

  —Eso no fue un sueño. Te lo dije, ese estanque es mágico, cualquier cosa que se encuentre gestando en tu cabeza, la veras allí. Pero es bueno que nos divirtiésemos hoy en alta mar.

  — ¿Sabes lo que vi? —preguntó con temor.

  —Algo así. Yo cree este estanque con la finalidad de que no te aburrieses. Mi energía crea las cosas que ves, pero estas se formaran según lo que haya en tu mente. Una vez que despiertas, no sé a ciencia cierta todo lo que hiciste, pero percibo la sensación cuando el sueño termina, cuando la burbuja ha tronado. —Jonghyun se postró bajo la roca y extendió lo brazos—. Vamos, es tarde. Hay que entrar.

  Cuando se deslizó por la piedra, las manos de Jonghyun atraparon su cadera y le ayudaron a bajar; levantó la vista y ellos estaban demasiado cercas. Recordó la escena final del sueño, y cerró los ojos cuando los labios de Jonghyun se acercaron tanto. 

  De un momento a otro sus labios se tocaron queriendo robarle el aire. No sabía qué hacer en esta situación, jamás vio caricia semejante entre la gente de su aldea. Unos pasos le hicieron retroceder hasta apoyase; su cuerpo era presionado contra la roca, era como estar atrapado, y esa boca no paraba de asaltar la suya. En el momento que la lengua de Jonghyun tocó su propia lengua, se alarmó por un segundo, pero la sensación era adictiva, estremecimientos que nunca tuvo antes recorrían su cuerpo. El beso se detuvo y él respiraba apresurado para llenar sus pulmones del aire que tanto le faltaba.

  Un último beso fue dejado sobre su hombro. —Es hora de entrar.

  Caminó junto a Jonghyun por el catillo, apenas se encontraban subiendo la escalera cuando se oyó una voz:

  —Jonghyun. —Tres Demonios a los que desconocía, los miraban.

  —Continua —le dijo—, yo también dormiré en un momento. Así Key siguió su camino por las escaleras—. Biblioteca. 

  — ¿Qué fue lo que encontraron? —preguntó una vez en su escritorio.

  Taemin, el del cuerpo ágil, contestó desde la mesa en que sentado, balanceaba sus piernas colgantes: —Pues, no están contentos. No, no.

  El alto Minho, recostado más allá sobre el sofá, dijo: —Todas las hadas se encuentran escandalizadas; han perdido a su príncipe. Por el momento sospechan del clan de la princesa que prometieron con el príncipe, dicen que ella se negaba a casarse y le mandó matar. También sospechan que los gnomos lo secuestraron, o que simplemente el chico se fue siguiendo a una manada de unicornios; parece que eso ya ha pasado antes. Aún no sospechan de nosotros, no vendrán pronto.

  —Pero lo harán —señaló Onew—. Puede que en este momento estén confundidas porque la desaparición del príncipe les sorprendió, pero no serán tan tontas para no notar nuestra presencia y querer meter sus narices de hada en el castillo.

  —Debo apresurar la boda…

  —Y después presentarte en su aldea como el esposo de su pequeño retoño y esperar que el verlo con vida impida que quieran cortar tu garganta; sería una pena tener que escupir fuego sobre tus suegros.

  — ¿Cuánto tiempo tenemos, Onew?

  —Huh… Hasta que descubran que todas sus sospechas son tonterías, dos semanas; hasta que piensen en nosotros, tres.

  —Perfecto. Sólo habrá que apresurar un poco los preparativos y tendremos tiempo de sobra antes de que las hadas se dejen ver en mis puertas.









  En menos de tres semanas se realizaría el matrimonio. Con entusiasmo, Key esperaba a que llegara el día, estaba convencido de que Jonghyun sería el esposo perfecto para él. Cuidaba mucho de su persona, se preocupaba por que estuviese bien, compartía charlas íntimas mientras caminaban por el castillo sujetados de la mano; Jonghyun hacía que su corazón se acelerara con cada beso. Además, éste desde el primer momento le declaró su amor, como nadie nunca hizo.

  Esa tarde, a una semana de la boda, Key se recortó en una hoja de nenúfar del estanque, con los brazos cruzados bajo la nuca. Recordó la noche en que despertó en la habitación de Jonghyun, en cómo el hombre se había robado su corazón al habla tan apasionadamente sobre su amor por él; antes nunca nadie le declaró amor —nadie a parte de sus padres—.

  Y nadie nunca besó sus labios, nadie nunca le abrazó, nadie nunca le acariciaba.

  Desde el gran beso que compartieron en la orilla del estanque, los siguientes besos fueron sólo toques simples y amorosos, pero Key por dentro guardaba sus ganas de uno como el de esa noche.

  Cerró los ojos con un suspiro.

  Escuchó un ruido y se sentó rápidamente sobre la roca. 

  —Jonghyun…, me asustaste.

  Pero Jonghyun no dijo nada, cerró su mano sobre el tobillo de Key, sujetándolo para besar su pie, luego subió a la pantorrilla, a la rodilla, al muslo… Entonces con un aleteo subió hasta acorralar con su cuerpo a Key.

  Los ojos de Jonghyun le miraban con hambre. — ¿Qué sucede? 

  —Shh…

  Jonghyun lo besó como no lo había besado; los labios tocaban, los rientes mordían, la lengua rozaba. Le quitaba el aliento. Sus mansos estaban por todo su cuerpo, las garras le recorrían la piel. 

  Comenzaba a sentir el calor mientras Jonghyun lo devoraba.

  Algo andaba mal con él. Abrió los ojos y vio toda su piel brillando como un fulgor rojo. Temió estarse quemando por dentro. Así que no lo dudó, abandonó la seguridad de la hoja de nenúfar y se arrojó al agua; sólo eso podría salvarlo.

  Desde la terraza, Jonghyun observaba a Key tomar el sol recostado en uno de los nenúfares del estanque; lo vio cerrar los ojos. Seguro estaba soñando con otra aventura de piratas, quizá fuese sobre sirenas, o unicornios.

  Los sueños de Key le dejaban con una buena sensación, le decía que su alma se había divertido en la nueva aventura.

  Algo llamó su atención, el sueño de Key no parecía ser un sueño común. Movía constantemente su cuerpo, su respiración se agitaba. Entonces algo increíble sucedió: la piel nívea de Key, comenzó a tornarse de un rojo brillante, como un foco; fue cuando de un momento a otro, Key despertó. Al terminarse el sueño, un cosquilleo ardiente pasó por su cuerpo, y se sorprendió. Jamás pensó que Key podría tener ese tipo de sueños.

  Oyó un chapuzón, y Key ya no estaba sobre el nenúfar.

  Al segundo, desplegó sus alas y se sumergió en el agua azul del estanque; lo tomó entre sus brazos y salió con él del agua.

  —Key, ¿estás bien…? Tus alas…

  —Estoy bien —dijo—, sólo no podré volar hasta que se sequen por completo.

  — ¿Cómo caíste al agua?

  —Yo… rodé mientras dormía.

  Key se sentía avergonzado, no podía decir lo que soñó, pues ni si quiera sabía lo que hacía en su sueño, sólo era consiente de un calor y una necesidad apremiantes.

  Miró a Jonghyun, igual de mojado que él. Con el pantalón y la túnica blanca empapados y pegados a su cuerpo. Era la primera vez que miraba algo del cuerpo de Jonghyun, como su duro pecho, los abdominales de su estómago, o los abultados brazos.

  Sin más se acercó a él y juntó sus labios con frenesí. No podía resistir la ganas compartir sus bocas. Luego de ese sueño, todo en su interior se encontraba hecho estragos; sólo con recordar la manera que las manos de Jonghyun le habían tocado dentro de sus fantasías… 

  Y algo sorprendente empezó. Key sintió que su entrepierna crecía; tuvo miedo.

  Se alejó rápidamente que Jonghyun y salió del agua diciendo: —Hay que ponernos algo seco—. Y corrió dentro del castillo, ocultando el bulto bajo el camisón.






  Luego del incidente del estanque, los días pararon rápidos. Key no parecía creer que ese día por fin se casaría. Todos los preparativos estaban listos; y él guardaba todas sus expectativas, desconocía como los demonios celebraban sus bodas; Jonghyun le dijo que sería secreto.

  Se miró el cuerpo vestido con un camisón verde con blanco, era elegante, y adornado con pedrería. Era un regalo de bodas que Jonghyun le mandó con una criada.

  Por quinta vez miró al reloj; la ceremonia estaba atrasa. ¿Algo iba mal…?

  — ¿Dónde está? —preguntó Jonghyun.

  Onew lo seguía de cercas. —En la biblioteca. Taemin está avisando que la ceremonia se retrasará unos minutos, y Minho cuidara que Key no salga de su habitación hasta que se haya ido.

  —Justo debía venir hoy… —dio un largo suspiro antes de empujar la puerta y entrar—. Kibum, rey de las hadas. ¿A qué se debe tu visita? Podrá darse cuenta que estamos a punto de iniciar una celebración.

  El hombre no quitaba sus ojos de Jonghyun, examinándolo en todo momento cuando tomó asiento frente a él.

  —Me encuentro aquí para pedir la ayuda del Rey de los demonios, mi hijo desapareció. Temo que ha sido raptado… Necesito refuerzos para extender la búsqueda a tierras más lejanas.

  —Lo haré. Les prestaré a algunos de mis soldados para su búsqueda, pero tendrá que ser dentro de unos días, cuando las celebraciones finalicen.

  Los labios del Rey se extendieron, más sus ojos se mintieron fríos. —Gradezco su bondad. El reino de las hadas estará en deuda con usted… Hasta pronto.

  En el Rey fue puesto en su carruaje, y cuando éste se hubo ido,  Jonghyun se relajó. La ceremonia llevaba un retraso de veinte minutos; debía darse prisa. Caminó a grandes pasos hasta el salón principal.

  —Taemin, avisa a Minho que es hora. —El joven demonio corrió a las escaleras.

  Unos débiles golpes resonaron contra la puerta de Key. —Está todo listo; es hora de bajar.

  Parándose de la cama, Key siguió a Minho y Taemin hasta las puertas del gran salón. Jonghyun le esperaba fuera. Enredaron sus brazos y entraron. Su boca se abrió inevitablemente, pues del techo colgaban cinco candelabros de vidrio; ellos dos caminaron hasta llegar al centro de salón, donde una sacerdotisa les esperaba; las mesas de los invitados creaban un círculo alrededor de ellos. 

  La sacerdotisa, un demonio de mayor edad, comenzó a hablar en un idioma diferente; las diablesas que eran sus ayudantes, preparaban las hojas. Jonghyun le había explicado que primero serían bañados con el humo de las hierbas al ser quemadas. Estos despertarían a sus almas, luego, darían un trago a un cáliz que contendría un brebaje mezclado con las sangres de ambos, para que sus almas se enlazaran. 

  Cuando el cáliz fue puesto en sus manos, dando Key el primer sorbo, las puertas del salón fueron abiertas abruptamente, y muchas hadas guerreras ingresaron; parecía que estaba allí todo el ejército de las hadas.

  Con un movimiento de su mano, Jonghyun le indicó a todos sus soldados se mantuvieran en sus lugares; no deseaba comenzar guerra por su propio acto irresponsable.

  El Rey entró en el salón. —“Te ayudaré a buscar a tu hijo”, “te prestaré a mis hombres”. ¿¡Crees que soy estúpido!? ¿¡Que no puedo darme cuenta que el olor de mi hijo esta impregnado en ti!?

  —Supongo que no logré engañarte….

  — ¡Bastado! ¡Mereces la muerte por raptar a mi hijo! 

  —Pero no moriré —contestó con calma—, ni con todas tus hadas lograrías tocarme. Te entrego a tu hijo. Tómalo y no iniciaré una guerra que tu gente no puede ganar.

  Key, miró con temor como los hombres de su padre caminaban hasta él; no entendía nada de lo que pasaba, sólo que planeaban alejarlo de su demonio.

  —Jonghyun —susurró—, no quiero alejarme de ti.

  —Ni yo de ti. Escucha… —Jonghyun  cerró sus alas alrededor de ellos— tienes que ir con tu padre; yo te explicare todo después. Sólo, prométeme que no creerás todo lo que ellos te digan.

  Key asintió con la cabeza, y antes de dejarlo ir, lo besó por última vez.

  Jonghyun vio a Key subir al carruaje junto a su padre.

  —Iré por ti, Key. —En su mano se encontraba el cáliz. Bebió de él, dando el segundo y último sorbo.

Notas finales:

Tengo algo que decirles!

The Perfect SHINee, esta planeando organizar unos eventos para festejar el cumpleaños de Minho y Onew. Si vives en Mexico, en cualquiera de estos estados: DF, Monterrey y Merida; y tienes ganas de ayudar, por favor manda un inbox a The Perfect SHINee.

El caso aqui es ayudar en alguna actividad a nombre de Minho, Onew y/o SHINee. 

A los que esten interesados, les dejare el link de la pagina: https://www.facebook.com/TPCSHINee?fref=ts

Para los que no conozcan The Perfect SHINee o, Supporting SHINee - from Mexico. Esta conformado por un grupo de chicas y se sacrifican mucho para que las chicas en Mexico puedan adquirir disco y goods de SHINee, y asi apoyarlos!

*Aclaro, TPS no es tienda!! Ellas no ganan ni un peso con la venta de estos productos, ellas solo son un medio.

TPS, suele organizar eventos para festejar el cumpleaños de cada integrante, por lo que se tiene el objetivo de hacer maximo 5, o por lo menos tres eventos en honor de Jonghyun, Key, Minho, Taemin y Onew.

Estos eventos se caracterizan por ser obras de caridad; asi que si alguien quiere contribuir en este presente para Minho y Onew, animense!

*Hago especial enfacis en Monrrey, es donde mas necesitamos ayuda.

Sin mas, me retiro, muy agadecida de quienes se timen el tiempo de leer esto, y sobretodo, a quienes realmente participen :)

Los veo la prox semana, y recuerden que es el capitulo final!! :3


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