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Mischievous por sehunnie swift

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Notas del capitulo:

¡A leer!

Mischievous



«At the start, you were sweetly, naturally attracted to me. You stepped up to me and told me it would forever be like that...»


Se sentó con despreocupación sobre uno de los taburetes frente a la barra y se giró para mirar a la multitud de cuerpos que se extendían ante él. Una vez más se preguntaba, ¿cómo es que había acabado ahí? Solo recordaba estar tan tranquilo en su casa, viendo una película en el sofá y atiborrándose de palomitas cuando llamaron al timbre y lo siguiente que supo fue que era arrastrado – de nuevo – a una fiesta en la casa de alguien popular en la universidad. Ni siquiera conocía al dueño de la casa y ahí estaba. Bueno, ahí estaba él y casi todo el campus universitario. ¿Cuánta gente podía albergar esa mansión? Incluso tenía un bar con camareros.


«Love is a red ocean that’s much more profound. Now breakin’ my rules again, in this boring world I don’t mind pain...»


Dejó escapar un suspiro. Al menos no era mala música.

Intentó encontrar entre la multitud de cuerpos a la persona que lo había arrastrado hasta allí para dejarlo abandonado cinco segundos después por una rubia americana que no tenía ningún problema en llevar un vestido cinco tallas más pequeño del que usaba. Seguramente estaría en algún cuarto de baño o en alguno de los dormitorios con aquella chica. ¿Por qué el no podía conseguir ninguna? No era feo en absoluto. Cuando iba solo, las chicas solían fijarse en él, pero si su amigo iba con él, prácticamente era invisible.

–¿Quieres algo para tomar? – le preguntó el camarero mientras limpiaba una copa con un trapo.

–Gracias, pero -

–Sírvanos dos vasos de vodka, por favor – dijo una voz detrás suya.

A su lado se sentó un chico con el pelo de color morado oscuro y con una sonrisa radiante en su rostro.

Sunggyu suspiró.


«You want me, you've fallen for me, you're crazy for me, you can't escape. I got you...under my skin»


–Hacía tiempo que no nos veíamos, Sunggyu hyung – dijo el chico a su lado.

–Te tengo dicho que no me llames hyung – se quejó, pasándose una mano por el pelo.

El chico le guiñó un ojo.

–Lo sé – se echó hacia atrás en la silla y estiró los brazos – ¿Cómo te va?

–Muy bien – sonrió – Este es mi penúltimo año de carrera, ya lo sabes.

–Lo sé – también sonrió – ¿Y qué tal con la novia?

Sunggyu se giró hacia él.

–Nam Woohyun, a veces pareces mi madre – puso los ojos en blanco – Tengo que centrarme en mis estudios, no puedo permitirme distracciones.

–No has cambiado ni un pelo – se rió – Yo rompí con la mía hace medio año.

Sunggyu se giró hacia él, sorprendido.

–¿Has roto con Shin Hye?

Conocía a Woohyun desde hacía cinco años y ella había estado presente en la vida del chico desde casi cuando se conocieron.

–Sip. Ya sabes, las cosas cambiaron.

–¿Y cómo lo llevas? La verdad es que eres bastante gilipollas, podrías haberme avisado antes – hizo una mueca – Qué pasa, ¿ahora no somos amigos?

Woohyun sonrió.

–Quería decírtelo. Pero sabía que estabas tan ocupado con tus exámenes que...no quise molestarte. Lo siento – hizo un puchero.

–A mí no me hagas aegyo – frunció el ceño.

Woohyun se rió.

–La verdad es que ha pasado más de un año desde que no nos vemos – lo miró fijamente – ¿Qué nos ha pasado? Antes salíamos más juntos.

–Cambiamos de círculo de amigos y, bueno, los estudios y todo lo demás. Se juntaron muchos factores.

–Deberíamos retomarlo, ¿no crees?

Sunggyu asintió.


«In your veins, flows hundreds of millions of my crystal. Finally, reaching the end of my transformation. Could this be love? Oh~»


Justo entonces el camarero trajo dos vasos con una bebida fosforescente en ellos.

La casa entera brillaba con luces de neón mientras la gente servía bebidas en los vasos, pasándose unos a otro el líquido con sus bocas, y este se caía por sus cuerpos empapados de sudor y alcohol.

Miró a Woohyun con una mueca mientras elevaba el vaso en el aire.

–¿Qué coño es esto?

–Se llama vodka, Gyu. ¿Nunca lo has probado antes?

–He probado vodka pero no tenía este...color – dijo mientras elevaba la comisura de su labio con una mueca de asco.

Woohyun cogió su vaso y le dio un trago. Sunggyu lo miró, esperando a que le diera un ataque epiléptico o algo por el estilo, pero nada pasó.

Decidió entonces llevarse el vaso a los labios para solo mojarlos. Nada más entrar en contacto con el líquido, sus labios experimentaron una sensación de calor.

Arqueó una ceja. Aquello realmente no era una mala sensación.

Le dio entonces un trago a la bebida, y el calor arrasó por toda su garganta. Tenía un sabor tropical, fuerte pero dulce a la vez. Quería más.

Se terminó el vaso mientras Woohyun se terminó el suyo.

Después de tres más, el chico a su lado dejó el vaso con fuerza en la mesa y levantó la cabeza hacia él.

–¿Quieres que vayamos a un lugar apartado?

Sunggyu apenas había terminado de acabarse el suyo, así que asintió sin prestar realmente atención a lo que le había dicho.

–¡Camarero! – gritó Woohyun. Su voz sonaba fuerte y constante, pero había un rastro de inestabilidad – ¿Puede darme dos botellas de esto?

El camarero arqueó una ceja.

–No creo que eso sea -

–¡Oh, venga! Mire a su alrededor. Todos tienen un montón de botellas y seguro que cuando se les acaben cogerán más de aquí. Después de todo el dueño de esta casa es el primero que está bebiendo hasta la saciedad. ¿Qué le puede costar darnos un par de botellas a nosotros?

El camarero, un chico delgado y de pelo rubio, parecía reacio a hacerlo, pero al final acabó cediendo.

Con las dos botellas en una mano, Woohyun cogió de la otra a Sunggyu y lo arrastró lejos de allí.


«I got you...under my skin »



***


Entraron a un cuarto en la segunda planta. Estaba bastante impoluto y no parecía haber ningún rastro de que alguien más hubiera estado aquí antes.

Woohyun cerró la puerta mientras Sunggyu sentó en la cama, estirándose

–Hazme un hueco, muchacho, que ocupas toda la cama.

Ahora fue el turno de Sunggyu para hacer un puchero.

–¿Acabas de usar aegyo conmigo? – rió Woohyun.

–No – frunció los labios – Solo me estaba quejando de que ocupas mucho.

–Pero si estás ocupando tú toda la cama – soltó, divertido.

Sin esperar a que se moviera, se tiró de espaldas sobre la cama, pillando el brazo derecho de Sunggyu debajo suya.

–Auch – se quejó mientras lo retiraba.

–Te avisé.

Woohyun le tendió una de las botellas mientras se pasaba una mano por el pelo. Estaba chorreando, probablemente debido al sudor.

–Aún no me puedo creer que haya venido aquí con Myungsoo y haya acabado en un dormitorio contigo – dijo Sunggyu con una risilla, justo después de darle un trago a su botella.

–Yo vine con Sungyeol y tampoco sé donde está, así que estamos en las mismas.

–Solo espero que no hagan nada de lo que se puedan arrepentir.

Woohyun se incorporó y echó su peso a un lado del cuerpo, apoyándose sobre su codo.

–¿Y nosotros? – Sunggyu levantó la mirada hasta que sus ojos se encontraron – ¿Haremos algo de lo que podamos arrepentirnos mañana?

Una sonrisa se extendió por los labios de Sunggyu mientras se llevaba la botella de nuevo a la boca.

Aquella sensación de calor se había convertido en algo demasiado placentero como para no disfrutarlo.

Él también se incorporó, y miró de nuevo a Woohyun.

–Depende de lo que ese algo signifique, ¿no crees?

Unas gotas del vodka se escurrieron de la comisura de sus labios, bajando como un pequeño riachuelo por su cuello y perdiéndose por el borde de su camiseta.

Woohyun se inclinó entonces y lamió el líquido, sin llegar a rozar los labios del chico.

Estaban a un par de centímetros, y sus respiraciones se aceleraron a la misma vez que los latidos de sus corazones. Woohyun sacó la lengua y lamió el labio inferior de Sunggyu.

Ese simple gesto hizo que el otro tomara la decisión y juntara sus labios.

Sus bocas se entreabrieron, dejando paso al sabor del vodka más que al sabor propio de cada uno. Sus lenguas se chocaron y jugaron entre sí, cada vez más apasionadamente.

Las manos de Woohyun fueron hasta la cadera de Sunggyu y este se tumbó mientras el otro chico se subía encima suya, sin romper el beso.

Una vez se separaron para coger aire, no cambiaron de posición.

Dejaron que sus respiraciones poco a poco se fueran estabilizando y se miraron el uno al otro.

–Ahora...es el momento en el que digo que quiero que paremos esto – dijo Woohyun, esbozando una sonrisa.

–¿Eso es lo que quieres? – preguntó el otro.

–Es lo que debería querer. Pero no, no es lo que quiero.

Sunggyu alzó una mano y metió un mechón de pelo del chico por detrás de su oreja.

–¿Te das cuenta de los motivos por los que todo esto está mal? – preguntó Woohyun mientras se inclinaba y comenzó a dejar un rastro de besos por la zona del cuello de Sunggyu.

–¿Es porque ambos somos chicos?

–Sí.

–Yo pensaba que te gustaban las mujeres.

–Yo también – una risita se escapó de sus labios justo antes de morder una de las clavículas de Sunggyu.

El susodicho gimió y se agarró con fuerza a la espalda del chico.

–Seguro que es por el alcohol – suspiró – Hemos bebido mucho.

–No hemos bebido tanto, Sunggyu... – se incorporó y lo miró fijamente.

–¿Qué me quieres decir con eso? – preguntó, frunciendo el ceño.

–Quiero decir que siempre me he sentido atraído hacia ti, solo que intentaba ocultarlo.

Un gemido de sorpresa se escapó de los labios de Sunggyu.

–¿Y has tardado como unos cinco años para decírmelo? – arqueó una ceja, incrédulo.

–Hubiera preferido cortarme la lengua antes que admitirlo. Supongo...supongo que el alcohol sí que tiene algo que ver con esto último.

–Eres un caso, Nam Woohyun – sonrió Sunggyu antes de juntar sus labios con los de él, de nuevo.

Y esta vez no hubo interrupciones.

Sus lenguas volvieron a encontrarse, dejando que el alcohol y la saliva se fundieran de nuevo. Woohyun le quitó la camiseta a Sunggyu, exponiendo su torso bien tonificado. La lengua del chico recorrió la curvatura de su cuello, bajando por su pecho hasta llegar a morder uno de sus pezones, causando que Sunggyu se retorciera. Continuó bajando hasta llegar a su ombligo y jugó allí igual que si estuviera masturbando a una mujer.

–Joder, Woohyun – gimió el otro, causando que el susodicho sonriera.

Siguió bajando hasta llegar a su cadera, depositando un mordisco, que dejaría marca, en ella.

Llegó hasta aquellos ajustados vaqueros que el mayor estaba vistiendo, y que ahora marcaban una buena erección.

–Me gustan estos pantalones – sonrió y Sunggyu soltó un suspiro de exasperación.

–No juegues conmigo, Nam Woohyun – siseó.

Woohyun volvió a reírse mientras desabrochaba la pretina del vaquero y los deslizaba hacia abajo, hasta que cayeron al suelo.

Unos bóxers negros enfundaban la parte inferior del mayor. Por alguna razón se veía como que le apretaban demasiado, y otra sonrisa se extendió por los labios del menor.

Colocó sus manos en las caderas de Sunggyu y se inclinó hasta tener el bulto a la altura de su boca.

Sunggyu lo miraba desde arriba, mordiéndose el labio. Respiró sobre su bóxer justo antes de lamerlo por encima de la tela.

Sintió a Sunggyu temblar y tensarse ante el contacto. Envolvió sus labios alrededor del bulto y aplicó un poco de presión. Si Sunggyu pensaba que el calor producido por la bebida había sido lo más placentero que le había sucedido, se equivocaba. Aquello, definitivamente, era lo más caliente y placentero que había experimentando.

Woohyun por fin tuvo piedad y liberó su erección de la tela, para acto seguido acercar sus labios hasta ella. Primero le dio una pequeña lamida, para después introducirla por completo en su boca. Lamió desde la base hasta la punta, aplicando presión cada cierto tiempo para intensificar el placer. Sunggyu agarró con fuerza las sábanas mientras el placer se extendía por sus venas con más eficacia con la que lo había hecho el alcohol. Con un par de lametazos más, Woohyun se incorporó y chocó sus labios contra los de Sunggyu, dejándole probar su propio sabor salado.

–Eres muy bueno en esto, Woohyun – susurró el mayor mientras alzaba las manos hasta el cuello del chico y lo acercaba más a él.

–Nunca he sido un santo, Kim Sunggyu – dijo, usando por primera vez su nombre completo y enfatizando cada sílaba.

Sunggyu le dio la vuelta y cambió de posiciones.

En menos de un minuto la ropa de Woohyun estaba tirada en el suelo y se encontraba gimiendo bajo las caricias del mayor.

–Mierda, no tenemos lubricante ni preservativos – bufó Sunggyu, frotándose los ojos con una mano.

–¿Quién ha dicho que no? – replicó el otro, con la respiración aún entrecortada – No he venido a esta casa sin preparar, Gyu.

Le hizo una señal con la mano para indicarle que estaban en el bolsillo de su chaqueta.

Tras cogerlos, Sunggyu vertió el contenido del líquido sobre sus dedos y miró a Woohyun, quien entendió la señal. Abrió las piernas, dejando al descubierto su entrada. Sunggyu vertió un poco del contenido directamente sobre ella, y frotó sus dedos por la zona.

–Agh – se quejó Woohyun, agarrándose con fuerza al brazo de Sunggyu – está frío.

El mayor sonrió e introdujo un dedo.

Woohyun se tensó, pero al cabo de unos segundos le indicó que podía continuar.

Sunggyu movió el dedo en el interior y después introdujo dos dedos más, sin previo aviso ni dilaciones.

Un gemido de dolor se escapó de los labios del menor y apretó el brazo de Sunggyu con tanta fuerza que al día siguiente iba a tener unas buenas marcas.

Sunggyu movió sus dedos en el interior, como si fueran una tijera, y simulando penetraciones hasta que lo consideró suficientemente dilatado.

Se colocó el preservativo y se echó aun más lubricante en el ya-lubricado-condón para que así le doliera menos.

Se incorporó sobre Woohyun, quien colocó ambas piernas alrededor de su cadera, y lo penetró.

Un gemido se escapó de los labios de ambos ante la sensación.

El mayor esperó hasta que Woohyun se hubiese acostumbrado a la sensación antes de comenzar a embestirlo. Entraba y salía de él lenta y deliciosamente, dejando que su pene entrara y saliera casi al completo en cada penetración. Cuando alcanzó su próstata, Woohyun se agarró a su espalda, arañándola.

Sunggyu sonrió.

–Mañana mi cuerpo va a ser un picasso – murmuró en su oído con voz ronca.

–Es...tu..cul..culpa... – dijo entre jadeos el otro – Y ahora, penétrame más rápido.

Sunggyu arqueó una ceja, divertido.

Pero acató la orden y comenzó a embestirlo con más fuerza. Agarró las sábanas mientras Woohyun se agarraba a su espalda. Sus cuerpos se movían al unísono, encontrando un ritmo perfecto.

Cuando Sunggyu sintió que Woohyun estaba a punto de correrse, llevó su mano hasta el miembro del chico y lo masturbó, dándole placer por doble. Eso llevó al menor al borde, causando que se corriera en un sonoro gemido. Las paredes de su entrada comenzaron a contraerse tras el orgasmo, apretando el pene de Sunggyu hasta alcanzar el clímax. Se corrió en un intenso orgasmo, gimiendo el nombre de Woohyun en su oído.

Cuando salió de él, el menor tiró de su mano para tumbarlo boca arriba, y después subirse sobre él, apoyando la cabeza sobre su pecho.

Sintió los latidos acelerados del corazón de Sunggyu y no pudo evitar sonreír. Levantó la cabeza y lo miró directamente a los ojos.

Sunggyu también sonrió.

–No creo que vaya a arrepentirme de esto mañana – dijo mientras depositaba un breve beso sobre sus labios.

–Eso si es que siquiera nos acordamos – replicó el otro.

–Dios quiera que sí – se quejó.

–Y si no, siempre podemos repetirlo.

Y depositó otro beso sobre los labios de Sunggyu antes de volver a recostarse en su pecho.

Notas finales:

No tenía pensado subir este fic tbh y si lo hacía, sería dentro de bastante, aunque ya lleva su tiempecito escrito (no sé por qué xD) peeeeeeero, me llegaron un par de reviews y dije, ¿por qué no? Así que se lo dedico a Gyu~. No sé si es lo que querías o no, pero bueno. En cuanto a lo que me pediste de mi otra historia, ¡lo voy a considerar! Pero no prometo nada porque el instituto me tiene muerta ; _ ; 

 

Btw, ¿qué os ha parecido? Dejadme vuestra opinión en un review ^^

Hasta pronto <3


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