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*~Clifford: La gran perra roja~* por Charisma2Min

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Notas del fanfic:

Sé que estoy escribiendo, sandia...pero no puede evitar escribir este three-shot cuando se me vino esta idea tan jugosa C: Realmente soy malo pero espero le den el visto bueno, no es nada enrredoso y es practico. El tituolo, de doy gracias a una quierida amiga..que si lo estas leyendo...Te quiero un chingo! 

sin más...a leyer~

 - Es que ¿Cómo te puede gustar esa zorra de mierda Minho?- El rubio exuberante que comía su ensalada de espinacas de manera exagerada  le lanza una lechuga cuando le pregunta.

 

-Que no te importe Kibum-  De mordidas leeeeentas pero grandes intentaba terminar su hamburguesa  cosa que creía una misión titánica ya que su supuesto mejor amigo no paraba de atolondrarlo con esas preguntas que ni al caso. A leguas se notaba que a Kibum  no le caía para nada bien  esa personita… ¿por qué? Ni él lo sabe, o tal vez si, solo que prefiere ignorarlo para evitarse la pena de maltratar a ese azabache teñido con complejo de gato.

 

- Pero, arrgh, solo míralo-  Sin ningún rastro de discreción apuntó con su tenedor a la mesa de adelante, donde su peor enemigo, Lee Taemin comía tranquilamente junto a sus amigos  –Es una puta, observa cómo le coquetea a ese perro-  Kibum rodó los ojos y Minho dejó de tomarle atención para intentar comer.

 

Si, teniendo la cuenta de cuantos insultos había lanzado contra Taemin, a él no le alcanzarían los dedos de las manos para contarlos, siempre a la defensiva cuando se trataba de esa muñequita de niño, porque realmente lo era, y eso hasta Kibum no lo podía negar.

 

Lee Taemin era un estudiante más de su instituto, de un cabello rojizo fuego, prendido, muy brillante, de ese color que llamaba la atención si tan solo paseabas la mirada por ahí (cosa que le pasó a Choi), de un metro setenta, piel porcelana, labios gruesos y rosas, bonitas y largas piernas, una cinturita envidiable y un trasero…uff, un trasero de infarto, tal y como le gustaban a Minho, grande, redondo y respingado.

 

-Acéptalo Kibum, te mueres por ese imbécil- Y pues…era cierto, a su gatuno amigo le gustaba el   perro al que según Taemin coqueteaba, no tenían nada en común verdaderamente, perros y gatos jamás se llevarían, este era un extraño caso en donde el gato se había enamorado de nada más  y nada menos que de Jonghyun, misterioso mejor amigo de Lee Taemin.

 

-¡¿Yo?! ¡Por favor Minho! ¿Cómo me va a gustar ese pulgoso?- Bufó

 

Pero él lo sabía mejor que nadie, gracias a que hace algunos meses había invitado al rubio a una fiesta en donde terminó ahogándose de borracho y escupió todo de lo que se guardaba, desde su amor por Jonghyun hasta su vasta necesidad por ser rubio artificial.

 

 

 

- Lo amas, se te nota- De una sonrisa picara terminó su hamburguesa e hizo bolita el papel. No sabría con exactitud porque su amigo odiaba a Taemin pero de algo estaba seguro…a él le gustaba y siempre lo hizo. Desde que entró como nuevo estudiante al instituto quedo prendido por Taemin, sus bonitas pestañas le coquetearon descaradamente cuando se lo encontró en los largos pasillos del edificio, sabía que a Taemin también le gustaba el, por el contoneo de sus caderas al caminar, por sus suaves roces por equivocación, con sus tantos pantalones rasgados y sus múltiples besitos voladores…la atracción era inminente, como polos opuestos que se atraían como imanes…ambos se gustaban y nadie lo podía negar. Pero la sorpresa con la que se llevó ese día en donde sus corazones se encontraron lo dejó pensativo…y a quien no, cuando la persona que gustas le apodan La Clifford: La gran perra roja.

 

Muchos rumores escuchararon sus oídos, que era una puta, una zorra, una desgraciada, una perra, recogida, y blah blah blah, realmente nada nuevo, y no lo creía, puesto que toda esa mierda salía de la boca de las muchachitas que le tenía envidia… ¿la razón? Solo una oración

 

Logró enamorar a Choi Minho a la primera.

 

Porque el apodo se lo había puesto gracias a él y no era algo de lo que estuviera orgulloso.

 

- ¡No digas mierdas Minho!- El rubio se levantó de su asiento cabreado de lo que su amigo acababa de decir, sus mejillas se tornaron de un rosa pálido y su entrecejo de frunció, era horriblemente adorable.

 

-Entonces tú cierra esa boca y deja de decir toda esa basura de Taemin-  Lo había dicho…por quinta vez…en el día.

 

-¡No se puede contigo Choi Minho!- Indignado tomó su bandeja y se levantó de su asiento. Ñah, ya se le pasará. Y pensaba eso, porque no era la primera vez que estaba en esa situación.

 

Lento, volteó la cabeza hacia una sola dirección, y ahí estaba, Lee Taemin, mirándolo con una sonrisa picara en sus labios, jugaba con un pequeño mechón de cabello que caía sutilmente por su frente, sus ojos avellana brillaban y Minho sabía muy bien porque.

 

El también lo deseaba.

 

El moreno le regresó la sonrisa importándole poco si alguien los miraba a cambio recibiendo un giño. Contento de ser lo suficientemente apto para acaparar su atención, se levanto sintiendo toda una parvada de buitres revolotearle el estomago.

 

Porque con Taemin todo era diferente, las miradas eran diferentes, los roces eran diferentes, los días eran diferentes, los síntomas también.

 

 

 

~*~

 

 

 

-¡Hey, perra!- Taemin volteó ceñudo a donde venia el grito…Hyuna y su chusma Uugh.

 

-¿Qué quieres imbécil?- Con una sonrisa de muñequita la encaró en el salón de clases, aparte de odiarla la tenía que soportar la mayor parte del tiempo en horario escolar. Taemin estaba sentado en su pupitre, era hora de literatura y ya estaba por terminar, Hyuna lo odiaba como la mayor parte femenina de la universidad, celos por aquí, celos por allá. Todo era gracias a los celos.

 

-Escuché que le abriste las piernas a otro pobre incrédulo y que lo botaste- Dicho esto, ella y sus perritas falderas rieron. Porque eso eran, perritas falderas que andaban tras ella viendo que se le caía de la boca para aprovechar y comer de las sobras…o eso era lo que Taemin pensaba.

 

-Uuyh, pues te digo cariño- El tono de voz de Taemin no podía sonar más hipócrita por que no se podía –Lávate bien las orejas, aprende a escuchar y luego me dices bien el chisme, creo que no lo escuchaste bien- Sonrió sínico.

 

- Mira hijo de puta yo..

 

-Bueno, y si fuera cierto ¿Qué te importa a ti? Si tú querías coger con él, pues ahí te lo dejo, yo, ya lo use, he escuchado que te gustan las cosas repasadas- Justo en ese momento el timbre sonó y sin más que decir se levantó de su asiento, la miró de arriba abajo dejándola con la boca abierta y rio de lo patética que se había visto al intentar humillarlo.

 

Era cierto, desde que comenzó a degustar de Minho, los apodos, insultos y charlotearía no tardó en aparecer, pero él no se iba a dejar y aprendió a defenderse de los buitres y carroñeros, a demás no es como si todo eso que dijeran fuera cierto, le gustaba bailar, jugar y divertirse con algunos chicos cuando estaba aburrido pero nunca se acostaba con ello. ¡No, ugh, me pegan el sífilis! Pero había un chico con el cual mantenía un relación escondida con el cual estaba seguro dejaría le pegara la enfermedad…Choi Minho. Recién vio al chico, juró lo iba a conquistar…y pues no falto más de unos cuantos coqueteos para que callera ante su hermosura que era algo que poseía con brutalidad, casi de forma pecadora, casi incitando a todos a que probaran el mismo infierno.

 

Su relación era algo diferente, pues como se dijo, todo era diferente cuando se trataba de Taemin, en la escuela no pasaban de ser simples alumnos que tenían una fuerte atracción sexual…pero afuera, eran una pareja oficial a espaladas de todos.

 

 

 

-No puedes contarle a la zorrita de tu amiga-

 

-¿Kibum?..Nah, ¿Para qué?- Taemin sonrió sobre sus labios. – Y tú no puedes decirle a tu perro-

 

-¿Jonghyun? Nah, ¿para qué?- Imitó con gracias lo antes dicho por su novio a escondidas, robándole un besito en los labios, uno que sonó por toda la habitación.

 

-Eres muy malo Lee- Minho pasó uno de sus brazos por la espalda de Taemin, quien estaba acostado en la cama con el moreno en sima dejándolo respirar de apoco.

 

-¿Yo?- Rieron entre beso y beso, rodaron por la cama hasta caer en el frio suelo, disfrutaron de su tiempo juntos antes de que llegara un nuevo día donde tenían que fingir no había nada entre ellos más que solo miradas cómplices y toqueteos perdidos.

 

 Más claro que el agua no podía estar Minho amaba a Taemin y Taemin a Minho, una vez más desesperados porque el tiempo transcurriera más rápido decidieron saltarse la ultima hora solo para poder estar un tiempo a solas, las cosas se hacía tediosas y Taemin comenzaba a desesperarse, ver como cada una de esas zorras se comía  con la mirada a SU NOVIO, le hacía la bilis más grande, no le gustaba que lo viera, que le hablaran, que le tocaran y todas esas cosas ridículas de jovencitas hormonales, no le gustaba llegara a abrazarlo y que oliera a perfume de rosas o cereza o alguna de esa cosa empalagosa de niñas, lo odiaba, lo detestaba. ¿Qué si era celoso?...ni le llegaba a los talones, él prefería irse del lugar cuando veía a Minho platicar con una chica antes de que lo metieran a la cárcel por intento de asesinato, si fuera por Taemin Minho no tendría amigas, ninguna perra tras de él y le tatuaría en la frente con letras mayúsculas: PROPIEDAD DE LEE TAEMIN.

 

Se acariciaban y se demostraban amor, uno arriba del otro, Taemin sentado en las piernas de Minho mientras veían una película, o eso simulaban, ya que prestaban más atención a sus caricias que a la trama del vídeo.

 

-¿Hyung, me quieres?- El pelirrojo se atrevió a levantar la cabeza de la comodidad del pecho del mayor, solo para con ojos brillosos, preguntarle.

 

-Mnnn..- Minho pareció dudarlo y a Taemin no le agradó nadita. –Creo…que…un poquito- Con una sonrisa indica con sus dedos índice y pulgar.

 

-¡¿Poquito?!-  Increíblemente había dos tipos de Taemin, el gruñón, zorra, perra, a la defensiva y Minnie para Minho.  -¡¿Por qué poquito?!- Y era el niño que ahora se desenvolvía frente a la curiosa mirada de Minho, quien no pudo resistir tanta hermosura y se lanzó contra el delgado cuerpecito.

 

 

 

-¡Dios Taemin, que te como!- De un empujón brusco, cayeron al suelo, Taemin quejándose con un suave imbécil, me dolió, y Minho con un me gusta estar sobre ti que logró un fuerte sonrojo en el menor.

 

-Serás imbécil- Con dulzura y el cuerpo de Minho sobre el suyo acarició sus negros cabellos que comenzaban a picarle los ojos, Minho sonrió y se dejo estar. –Pareces un vagabundo- Rio.

 

-Pero te gusta que este vagabundo te la meta~- Minho canturreó, escondiendo el rostro entre el cuello y el hombro de Taemin.

 

-¡Minho! ¡No digas eso, es vergonzoso!-

 

-Dime…¿Dónde quedó esa Clifford?-  Vio un hematoma que era más que obvio había hecho él en aquel blanquecino cuello y le dio un besito.

 

-E-en, la facultad- Sonrió, dejando sentir a su cuello los suaves y esponjosos labios de Minho, que comenzaron a repartir por toda la extensión, Taemin hizo la cabeza hacia atrás dejando su largo cuello a merced y este no desaprovechó, besando desde la manzana de hadan hasta el lóbulo de su oreja y bajó hasta la clavícula.

 

-¿Cómo se siente Tae?- Su recorrido se alargó hasta su pecho, que gracias a esa camiseta cuello V que llevaba puesta quedaba expuesto a la perfección tentándolo a pecar nuevamente.

 

-M-muy b-bien- Con timidez, pasó sus manitos hasta la fuerte espalda de Minho, era una de las partes de su novio que le encantaban, le gustaba abrazarlo por la espalda, descasar sus manitos ahí, ver las marcas y rasguños que él hizo, resultado de una noche de amor puro. El moreno volvió a  subir con su boca hasta los hombros de Taemin, le gustaba sentir como este temblaba a su tacto y como soltaba tímidos jadeos que llenaban sus mente, deslizó con la ayuda de su mano la camiseta del pelirrojo descubriendo su hombro, blanco y pulcro, recordó todas esas veces que lo vio marcado por él y se le antojo volver a hacerlo.

 

-Minnie..- Le llamó.

 

-Umm-

 

-Qué tal si..- Y un besito en su hombro, -Vamos a mi cuarto y..- Otro besito en su clavícula

 

-¿Si?- Preguntó divertido, sintiendo como el aliento de su novio y sus húmedos labios se paseaban descaradamente por su cuello.

 

-Y…yo te toco- Otro besito en la manzana – y...tú me tocas..- Un besito en la barbilla, -Y nos tocamos..- Un besito en las mejillas…-Disfrutamos…y.-Uno nuevo en los parpados. Taemin sonreía feliz, esa faceta de un Minho cariñoso y tierno le gustaba pero no negaba que el animal que se guardaba le hacía gozar –Y luego…te hago el amor y..- El beso que Taemin esperó, uno en los labios, uno que sabia a café y menta, uno que le gustó incluso más que los anteriores…

 

-Ujumm …¿Y qué más?- No podía ocultar la alegría que le rebuznaba de los poros del cuerpo, le hacía feliz saber que su pareja le quería complacer, que le hiciese latir el corazón , y avivara el color en sus mejillas, quería a Minho enterito y eso ninguna zorra lo iba a impedir, le cueste lo que le cueste. Sonriendo, beso a Minho ahora el iniciando una bella danza con sus torpes labios, labios que para el moreno, era la perdición, la ida al cielo y al infierno al mismo tiempo, era una brisa de verano y lo frio del invierno, lo cálido del otoño y la suavidad de la primavera. 

 

- ¿Y qué más..?...pues, te abrazó y te mimo y te amo-

 

-¿Y si mejor me llevas por un café?-

 

Minho definitivamente violaría a Taemin.

 

-¿Qué?-

Notas finales:

Perdonen las faltas de horrografia, no lo revise 2 veces n,n 

nos leemos por aqui..criticas y amenazas incerte un RW con amors

~EL ALEX~


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