Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Hombre de Arena por CheekyMint21

[Reviews - 275]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

CRIATURITAS! ♥------------♥

Vale, antes de empezar el capítulo quiero aclarar qué… ¡ESTE NO ES EL FINAL! Sé qué les dije que se suponía qué este iba a ser el capítulo final pero la verdad es qué si lo hacía así, iba a quedar DEMASIADO largo e iba a ser demasiado exhaustivo para ustedes leer algo de casi sesenta páginas:$ Así qué mis disculpas, éste sería el penúltimo capítulo y el próximo sería… *tantantan* ¡EL SALSEO FINAL! DDDD: Antes de empezar, he aquí mis musas:

+MMoon

+EimmyAnnh

+Kikyo-kiryu

+Kmmy Lee

+Joselyn

+Neko-chan PM

+KurocisFT

Ahora sí, ¡Suelten al aviso!

WARNING!

En éste capítulo lo más importante es la música, así que (¡NO ES OBLIGACIÓN!) Si quieres meterte más en la historia recomiendo leer escuchando éste mini repertorio qué he escogido para cada momento del capítulo pero si les recomendaría qué al menos la segunda mitad del segundo OPV lo lean escuchando la canción qué escogí.

Tema de Alex (Inicio Primer OPV, Flashback): https://www.youtube.com/watch?v=2mNsQDvaEfU

Primer OPV: https://www.youtube.com/watch?v=ae7-OXsPdV4

Segundo OPV (Desde la palabra “¿Cómo lo has hecho?” hasta “Delicadeza la mejilla”): https://www.youtube.com/watch?v=SlIUqieL1Xw

Segunda mitad del segundo OPV (Desde la palabra “naturaleza demoníaca” hasta el inicio del tercer OPV): https://www.youtube.com/watch?v=K9LrlxtnFm4

Tercer OPV (Desde la palabra “Joven Matt” hasta el inicio del Flashback): https://www.youtube.com/watch?v=uG3zctfVDV4

Flashback (Desde la palabra “puzle” hasta el final del OPV): https://www.youtube.com/watch?v=acFWfa87Vjk

Cuarto OPV (Desde la palabra “¡Suéltame!” hasta la palabra “Ninguno de los dos”): https://www.youtube.com/watch?v=dDOyXULrxkA

Segunda mitad del Cuarto OPV (Desde la palabra “¿Qué has dicho…?” hasta el cuarto OPV):  https://www.youtube.com/watch?v=3JnHDFtAPW4

Quinto OPV (Desde el inicio hasta la palabra “oliváceo”): https://www.youtube.com/watch?v=VbYN51rdvjo

Segunda mitad del Quinto OPV (Desde la palabra “No lo harás…” hasta el final del OPV): https://www.youtube.com/watch?v=mfGcBJBhptw

→  Traje de Alex: http://www.google.es/url?url=http://www.ebay.ca/itm/Artemisia-300-Rise-of-an-Empire-Lifesize-Cardboard-Cutout-Standup-Poster-/181378281273&rct=j&frm=1&q=&esrc=s&sa=U&ei=SEmPVfTANoTu-AGD4K7QDg&ved=0CCoQ9QEwCg&usg=AFQjCNHfFqdz8fvkgkNptBcieptnmrTY9w

Bueno, creo qué eso es todo ^^ Recuerden qué éstas son sólo pequeñas sugerencias para que se metan y disfruten más de la historia, repito, NO ES OBLIGATORIO. Ahora sí… ¡Aquí el capítulo 29!

Capítulo 29.

POV’s Matt:

‹‹-Mello…-susurro, sintiendo como lentamente el cuerpo me vuelve a la vida y un dolor agudo se extiende por cada fibra de mi cuerpo.

Vuelvo a cerrar los ojos porque sólo el hecho de tenerlos abiertos me toma un gran esfuerzo. Estoy exhausto. Estoy furioso y también estoy demasiado triste como para soportarlo. Todo dentro de mí se mezcla de una forma ponzoñosa y letal, una rabia que me sube por las venas y me calcina el corazón porque todo el mundo parece querer matarme y alejarme de Mello. “Mello…” vuelvo a pensar y frunzo el ceño, tratando de recordar algo importante pero no puedo. Sacudo la cabeza e intento despejarme con fuerza del sopor, pero vuelve a absorberme dentro de sus garras y a empujarme bajo la oscuridad de la inconsciencia.

…“Dando vueltas vamos, el mundo está girando; y cuando se detiene tan sólo vuelve a empezar, el sol brilla; vivimos y lloramos…”

La canción de cuna se detiene abruptamente y así lo hace mi corazón, mientras veo como un chico se pasea por mi habitación como si nada, jugueteando con las cortinas blancas por las que se ve la puesta del sol y arrastra un par de cadenas que repiquetean por el suelo con un estruendo. Le contemplo fijamente, viendo como sus pies desnudos están increíblemente lastimados y llenos de sangre seca, sus muñecas ceñidas por las esposas que las retuvieron, los magullones que suben por todos sus brazos y el cabello castaño y sucio que le cubre el rostro.

-¿Quién eres tú…?-le pregunto, pero el simplemente sigue caminando hasta que llega a una caja musical con forma de carrusel y la mira fijamente.

Cierro los ojos conteniendo las lágrimas, porque su presencia lejos de asustarme, me causa una desolación y tristeza muy profundas en el pecho. Estira su huesuda mano y lentamente empieza a mover el carrusel y las notas suaves de la siniestra canción de cuna vuelven a sonar llenando la habitación de ésa aura llena de dolor que parece rodear al pequeño sucio y malherido.

“…El sol se oculta y luego todos morimos”

La canción se para abruptamente y así lo hace también el niño… yo simplemente lo miro. No tengo miedo, pero sí siento mucho dolor. Mucha ira. Muchas ganas de hacer daño. Él sigue parado cuando escucho algo crujir. Y un potente olor a madera quemándose, siento como el humo empieza a llenarme los pulmones y a la vez no me ahoga. Simplemente sigo acostado observando al niño quieto… que me muestra.

-¡Sayu, hija, no! ¡No…!

La mujer se deja caer al suelo, chillando de forma desgarradora mientras el cuerpo de la pequeña se consume en las llamas. Alza la vista a la ventana y veo el reflejo del rostro del niño, que me hiela la sangre en las venas con su falta de emoción al contemplar la muerte tan violenta de su hermana. La mujer lo mira un par de segundos y el niño nada más vuelve a darle cuerda a la caja musical, poniéndose a entonar aquella triste y lúgubre canción. Es como si viera a través de sus ojos, veo a la mujer ponerse de pie con la mirada totalmente perdida y sin más, acercarse al árbol hasta que su cuerpo es consumido furiosamente por las llamas. Escucho el crujido de sus huesos desintegrándose, el olor nauseabundo de la carne humana achicharrándose bajo las leguas de fuego.

-¡Alex! ¡Alex, no!-otro castaño igual al niño que canta entra de golpe a la habitación con su rostro pálido y lágrimas rodándole por los ojos.-Me prometiste qué no les harías daño…-dice en medio de sollozos ahogados.

El niño se siente y le clava su mirada… y por primera vez hay un sentimiento. No sabría describir qué, pero hay algo.

-Pero lo hago. Lo siento Light, no puedo controlarlo… no puedo. Es muy fuerte. Y siempre me dice que mate, nunca se calla.-el niño se cubre los oídos y niega con la cabeza.

-Pero no me haces daño a mí… ¿Cierto? Yo creo en ti, sé que no vas a dañar a nadie más… déjame ayudarte…-Light se acerca con cuidado, abriendo sus brazos mientras que Alex le mira y empieza a sollozar también.

-¡Maldito bastardo! ¡Las mataste, maldito, las mataste!-un rugido irrumpe la escena y justo cuando Light se vuelve, un jarrón se estrella contra su rostro dejándolo inconsciente.-Tú…-el hombre, con la mirada desquiciada y la rabia nublándole el juicio señala a Alex que mira a Light mientras sigue llrando.-¡Eres un fenómeno! ¡Un anormal!

Un anormal…

Ésa palabra…

Y luego se acerca al niño, que de inmediato deja de llorar y mira fijamente al hombre que con violencia le da una bofetada. No hace nada, se queda quieto mientras el hombre lo zarandea de un lado a otro y le grita ‹‹anormal›› una y otra vez y empieza a arrastrarlo de los cabellos hacia afuera mientras la casa se prende en llamas y ellos logran escapar por poco… dejando a Light adentro a su suerte. Y de pronto el frío me corta la cara con fuerza y el viento me tumba al suelo, donde la nieve fría me recibe y me corta la piel… el pelo se me viene a la cara por la fuerza con la que el viento sopla y a penas y distingo algo por sobre toda la nieve que arrastra.

-¡Eres un maldito moustro, un asqueroso fenómeno!-veo al hombre de bigotes arrastrando al niño por el bosque, mientras él simplemente se deja hacer…

Sólo que ya no es el niño castaño.

Es un pequeño niño de cabellos rojos, que llora mientras le suplica a su padre que lo suelte, que le duele mucho y le dice que lo quiere. Aprieto la nieve entre mis manos mientras se me dispara el dolor del recuerdo, revolviéndome todas las fibras del cuerpo…

-¡No! ¡Suéltalo! ¡Suéltalo, desgraciado!-grito y echo a correr tras él, con las ramas cortándome la cara y las piernas y el frío calándome hasta los huesos pero no me detengo.-¡Suéltalo! ¡Suéltalo!-le grito a aquel hombre con mirada demente, empujándolo a un lado en donde se hace humo.

Escucho el chapoteo del niño aún dentro del agua helada, luchando por salir a la superficie y siento una opresión desesperante y muy familiar en el pecho. Me inclino, metiendo los brazos al agua llena de hielo y de un color azul negro hasta que algo me las toma con fuerza y tiro… tiro porque estoy ahogándome, estoy ahogándome y no quiero morir, ¡No quiero!

-¡ANORMAL!

Mis ojos se abren como platos cuando miro a lo qué he sacado del agua… unos potentes ojos negros y lacerantes se clavan con fuerza en mí, provocándome un tormento tan grande mientras imágenes de Mello muerto pasan delante de mí a toda velocidad… aturdiéndome, confundiéndome, deseándome morir sólo para detenerlo. Cierro los ojos y trato de ahogarlo de nuevo pero cuando lo intento, la sensación de que me falta el aire también vuelve a instalarse en mi pecho…

Porque soy yo.

Ése moustro soy yo.››

-¡Suéltame!-chillo con fuerza, revolviéndome en para salir de las aguas pero sólo me encuentro con un montón de sábanas.

Y luego, algo viscoso y asqueroso me sube por la garganta y me inclino hacia delante tosiendo con fuerza y con las lágrimas resbalándoseme por la cara mientras vomito ésa pasta… que no es otra que un montón de agua negra y helada, la misma que había tragado hacía casi cuatro años mientras mi padre me empujaba al fondo del río…

-¡Matt! ¡Matt, no!-unos brazos delgados y cálidos me acogen, apretándome contra un pecho suave donde un corazón late desbocado.-Tranquilo… tranquilo…-me susurra, acariciándome los cabellos mientras sollozo y tiemblo con violencia.-Estás helado… y empapado… Dios mío Matt, ¿Qué te sucedió?

Finalmente las lágrimas se disipan y me dejan ver el mismo rostro que en mi sueño: Un rostro aniñado y hermoso pero con unos ojos color miel en lugar de unos escarlata que me miran con preocupación que rápidamente se disipa y se convierte en terror… y lo sé: Sé que Light sabe lo qué me pasó, puede verlo en mis ojos. Su labio tiembla y vuelve a abrazarme, mientras solloza conmigo también y trata de mantenerme caliente.

-Madre mía … ¿Por qué está todo mojado?-dice… ¿Qué? No. No, no es posible, debo seguir soñando, no hay ninguna manera de qué él esté aquí.

Cruza la habitación rápidamente hacia un armario, de dónde saca un gruesa frazada y sin más me envuelve en ella. Yo sigue mirándolo, sin dar crédito a lo que ven mis ojos y es que nunca esperé ver a Elle… ¿Rubio? No lo sé, pero su pelo no es negro como solía ser y está algo más corto. Se acerca y con mi corazón aterrado, exigiéndome una prueba palpable de que sigue vivo le tomo por la muñeca y él me clava sus brillantes y profundos ojos negros confusos…

-¿Dónde está Mello…?-susurro, con un hilo de voz y con el corazón galopándome tan fuerte que me hace daño. Él sigue viéndome pero el brillo en sus ojos se apaga de una manera estremecedora.-¿Elle…?

Los brazos de Light me aprietan con más fuerza, como si así esperase evitar que me haga pedazos cuando Elle finalmente pronuncie en voz alta las palabras que mi corazón más teme… Cierro los ojos y respiro. Ya no estoy en el agua, pero vuelvo a sentir ésa opresión que no le da paso al aire.

-Bueno… las cosas no salieron precisamente de acuerdo a mis planes.-dice y se me escapa un sollozo, hasta que siento como él me toma de los hombros y abro mis ojos encontrándome con su rostro lleno de determinación.-A mí jamás se me hubiese ocurrido una gilipollez tan grande… pero yo no fui quién planeó esto.

Dejo el lloriqueo por un segundo y lo miro fijamente y luego a Light, que mira a Elle con una pequeña sonrisa en su rostro. “Pero… ¿Por qué sonríe? ¡Esto no tiene puto chiste!” pienso, apretando los puños ante su cinismo. Pienso en las pistas, en todo lo que había encontrado…

-N-No…-empiezo, negando con la cabeza.-Tú estabas desaparecido, te raptaron junto con Mello… ¿O no?

-Técnicamente desaparecido, sí.-dice y sonríe, dejándome aún más aturdido.

Técnicamente…” repito para mis adentros, exprimiéndome los sesos para hallarle la lógica a la situación pero no la tiene. Ni en las patas ni en la cabeza, no logro comprender.

-Pero Mello sigue perdido, ¿Verdad?-digo y entonces sus sonrisas desaparecen. Doy un suspiro y la decepción se cierne de forma aplastante sobre mí.

-Él va a volver Matt, yo jamás arriesgaría una vida y seguiría un plan tan estúpido por nada… él va a volver, confía en mí.-me pide Elle y su mirada es tan firme que casi me lo creo. Casi.

Vuelvo a mirarlos a ambos; Light que trata de infundirme calor y Elle que trata de convencerme con sus enormes ojos negros qué mi novio… bueno, mi amigo… ¿O mi ex? Ya ni siquiera sé qué era, después de lo de Near… cierro los ojos cuando siento la quemazón en el pecho. Y otro pensamiento me distrae, uno que me llena de una sorpresa más grande que incluso se me escapa un gemido.

-¿Qué ocurre? ¿Tienes mucho frío?-me dice Light alarmado, frotando mis hombros con ímpetu. Niego con la cabeza.

-Sigo sin explicarme cómo es que estás todo mojado…-dice Elle, negando con la cabeza pero al ver la expresión de Light tengo la impresión de que él sí qué lo sabe.

-Elle…-digo, de nuevo en un susurro apenas audible.-Si tú estás aquí… ¿A quién se llevó Kira entonces?

Sus ojos negros vuelven a relucir y un destello travieso se asoma en ellos, mientras una sonrisa infantil y socarrona cruza por su pálido rostro lleno de cortadas que no he notado hasta ahora y mis ojos se abren como platos… No puede ser, ¡Ahora sí que nada tenía puñetero sentido!

“Está vivo…” pienso y suelto una carcajada.

POV’s BB:

-Beyond…-dice, pestañeando por la sorpresa pero luego me sonríe con ésa malicia excitante y estremecedora que me revuelve el libido.-Vaya sorpresa, ¿No estabas muerto? Puedo decir que te sienta bien la mortalidad…-dice, recogiendo el látigo aún ensangrentado y con trozos pálidos de carne en sus ganchos, poniéndolo cuidadosamente sobre una mesa a un costado.

Suelto un bufido.

-La muerte no va conmigo, aunque admito qué fue divertido… ya sabes, uno no se muere todos los días.-le digo, relamiéndome los labios mientras contemplo su esbelta y fina figura de arriba hacia abajo.

“Le sienta bien la crueldad, no puedo arrepentirme del todo por la obra maestra que creé…” pienso, viéndolo pasearse tranquilamente por la celda llena de pedazos de cuerpos mutilados y sangre. Me clava sus ojos de nuevo y se acerca contoneándose, moviendo ésas estrechas caderas que tantas veces sujeté mientras le follaba duro. Me muerdo el labio.

-Aún así, es demasiado pronto… ¿A qué debo el placer de tu visita?-dice, enfatizando la palabra ‹‹placer››, mientras se limpia sus manos ensangrentadas en el remedo de playera blanca que me queda. Arruga la nariz.-El blanco no te va, el negro te hace lucir…-alza la vista y me clava sus potentes ojos, idénticos a los míos que me corroen con su veneno lujurioso mientras se pasa la lengua por sus carnosos labios de una manera tortuosamente lenta.-más deseable, tal vez…-concluye con voz ronca mientras me sonríe de forma burlona y excitante.

Chasqueo la lengua y me revuelvo, sintiendo como la temperatura fría de mi cuerpo empieza a aumentar y a hacerse más sofocante-

-Tenía qué meterme de veras en mi papel, lo siento.-me disculpo, agitando las pestañas y fingiendo inocencia.-¿Sabes? Por un segundo pensé qué me habías descubierto… Ya sabes, cuando me colgaste del techo… eso me excitó mucho, Alex, se me paró casi que al instante…-me inclino un poco hacia delante, hundiendo la nariz en ésos cabellos castaños con olor a sangre fresca y a rosas… ése olor tan enloquecedor que me hace gruñir de deseo.-Tú me excitas…-le susurro y luego sin más caigo de sentón al suelo cuando me suelta.

Alzo la vista y veo que se yergue sobre mí, imponente, dominante, letal… justo como yo le había enseñado. Me empiezo a reír quedamente mientras él me devuelve la sonrisa y lentamente se quita la capa qué trae encima, de una forma tan jodidamente sensual que vuelvo a gruñir… dejando ésos finos y pálidos hombros al descubierto… tentándome a mordérselos. Un gruñido gutural me sube por la garganta, escapando en un siseo ronco de entre mis labios mientras siento como la sangre me hierve en las venas. Deja caer la capa al suelo, que levanta polvo y me sopla su olor que lentamente va haciéndome perder la cordura. “Todavía no…” me recuerdo, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, mientras mi miembro empieza a apretar entre la tela de los pantalones y me imagino mordiéndole el cuello.

-Por ésta vez…-vuelve a tomar la palabra y lo veo sentándose delante de mí con clase y porte, justo como el niñato presumido que salve aquel día de entre las aguas. Toma el corazón que estaba comiéndose y gotea sangre y lo lame lentamente, mientras yo observo ésa traviesa lengua pasando por los tendones suaves y los dientes arrancar un suave trozo de tejido.-La copia superó al original.-la sangre se le desliza por la barbilla y me clavo las uñas en las palmas, con la excitación volviéndome loco.-¿Cómo lo has hecho? Tengo bastante curiosidad…

-Admito que no me la pusiste fácil… pero digamos qué nunca me convenció tu papel de Virgen Magdalena…-le digo, mientras sigo contemplándole masticar lentamente los trozos de corazón y chuparse los dedos ensangrentados uno a uno de forma insinuante.-Tú amigo el del FBI se puso muy hablantín aquel día…

-Ya decía yo porque no me había vuelto a buscar incluso cuando se pasó un mes… -se encoge de hombros de una manera dulce, como si el viejo Alex tomase posesión de su cuerpo y chasqueo la lengua mientras me imagino follándole ése perfecto culo sin piedad.-Oh bueno, me sacaste un peso de encima.-me guiña un ojo.

-Un placer. Y bueno partiendo desde ahí… lo demás fue relativamente fácil. Siempre supe qué ibas a buscar al albino, que le ibas a engañar y finalmente ibas a despedazarle. Lo del ojo fue bastante básico, yo qué tú, lo dejaba sin órganos…-suelta una carcajada burbujeante que me eriza los vellos del cuerpo.

-No tenía interés en él, sabes qué me aburro rápido de mis juguetes…-me mira, relamiéndose la sangre que le ha quedado en los labios. Entorna los ojos, que me invaden con su violencia y se pone de pie, porque a pesar de todo, está furioso porque me he burlado en su cara. Me tira del cabello y gruño, mientras se arrodilla a mí lado y sus ojos iracundos me consumen, me llaman, despiertan mi deseo.-¿Cómo lo hiciste hijo de puta?-masculla entre dientes, sentándose sobre mis piernas y “accidentalmente” dejándose caer sobre mi hombría…

Le sonrío y me acerco a él, lamiendo su oreja deleitándome con ése estremecimiento de su cuerpo tibio…

-Paso uno: Matar al maldito agente encubierto qué se cree gánster, invítale a una cita en un callejón oscuro… no te olvides el cuchillo, siempre hay qué ponerle adrenalina a las citas. Amenázale con el nombre de su patética familia y finalmente, cuando te haya dicho todo, dale un suave masaje con el cuchillo en el estómago… suave, no queremos que se le salgan los intestinos.-le muerdo y escucho como gruñe en respuesta.

Rompo las esposas con facilidad y ahora soy yo el que le toma por los cabellos, mientras le miro a sus ojos desconcertados e iracundos y soy yo el que sonríe… Oh sí nene, el control lo tengo yo. Siempre lo he tenido yo.

-Paso dos: Vete a un puto bar gay, el mismo en donde tu propiedad se folla a cualquier gilipollas que se le pone enfrente y espera. Tíñete el pelo de rubio, vístete como una ramera y aprende a servir tragos baratos. Sírvele un cóctel, déjale tu número pero no le digas qué le hiciste tragar un rastreador. Y observa al crío de doce años haciendo un patético striptease. Sírveles más cócteles… escucha su plan entre sonrisas y rondas de alcohol. Y después toma notas.-le digo y aprieta la mandíbula.

-Maldito albino…-susurra, mientras le quito el corsé de cuero con púas que le enmarca su fina cintura y lo arrojo a un lado.

-Paso tres: Vete a donde el imbécil detective a decírselo todo. No te creerá. Dale pruebas… llévatelo a un club de striptease, disfrázalo de un maldito presentador gordo ¡Ah! Y no te olvides del pelirrojo transvestido, porque queremos adherirle un poco de venganza y celos a nuestra receta. Baila. Dale celos a tu propiedad, qué sienta lo mismo que tú al ver cómo otro pito le parte el culo. Haz que te haga sexo oral, recuérdale qué vas a por él y sigues en el juego. Grábalo todo, ¿A quién no le gusta una buena cinta porno? Pero como el detective es un gilipollas, seguirá sin creerte. Envíalo a Alemania, inventa una situación nacional que requiera su presencia. Pero espera… Ah, sí: Eres un Shinigami. No cualquier shinigami… eres el rey, el jefe, el puto amo. Qué secuestren su avión ¿Y por qué no? A la rubia novio de la pelirroja con la que bailé… la rubia estúpida nunca puede faltar.-le guiño un ojo mientras veo como su piel empieza a mutar.-Deja que sea secuestrado por el albino, utiliza el rastreador qué le pusiste y ve a por él. Traumatiza al albino, diviértete, sé creativo… pero envíalo “casualmente” al mismo hospital donde saber que está el pelirrojo. Entrega a la rubia con el gemelo malvado.

-Todo éste tiempo…-me mira de arriba hacia abajo y le pongo un dedo sobre los labios, acariciándoselos con dulzura, viendo excitado su expresión de ira y sorpresa.

-¿Y qué te sobran? Un friki pelirrojo y un castaño embarazado… claro, porque todos aman a los bebés.-doy un suspiro, recordando qué de todo, eso fue lo más difícil.-Paso 4: Hazte pasar por un ayudante de laboratorio, comprueba qué el gemelo castaño idiota esté embarazado, y envía a un guardaespaldas. Metiche, de pelo azul… estoy seguro de qué tú le conoces, su nombre empieza con R y rima con Ryuk. Bastante carismático el tipo.-veo como sus ojos se abren todavía más y suelto una pequeña carcajada-Deja cocer al castaño y al pelirrojo en sufrimiento, sólo un poco… si se queman te quedas jodido. ¿Y el mayordomo? Bueno, no hay demasiado qué hacer por él. Qué le dé un paro cardíaco… rápido. Fácil. Sencillo. Y le evitas el sufrimiento. ¡Ah, el detective! Sí. También déjalo cocerse lentamente, un poco de trauma… para desquitar viejos resentimientos. Y luego, haz que el avión explote. Qué caiga al mar, donde la prensa amarillista pueda encontrarlo pero no antes qué tú. Envíale archivos falsos al FBI, utiliza internet y la prensa para difamar a su mejor detective… qué se distraigan de rastrear al supersoldado un rato. Eso le dará un toque de picante. Saca al “cuerpo”, arrástralo al muelle y haz un trato: Gemelo por gemelo. Cambia la apariencia del detective, algo más chic… ¿Un bombón Irlandés que maltrata a su esposo mientras rastrea a mi propio espía shinigami, quizá? Y hazte tú pasar por muerto, qué te lleven a la morgue y determinen qué te ahogaste, traga mucha agua y resultará convincente… Y ¿Por qué detenerse ahí? Graba otro vídeo antes de pasar al otro mundo, uno donde des pistas falsas… no queremos a un pelirrojo torpe metiendo las narices donde Kira no le llama, ¿Verdad? Aquí tendrás qué arriesgarte un poco: Dejarlo en manos de un traidor qué trabaja con tu propiedad, pero seguro qué se dará cuenta… lástima qué tuvieron que atropellarlo para que entrara en razón. Oh, bueno.-me encojo de hombros y disfruto con su expresión cada vez más furibunda.

-¿Cómo te metiste aquí?-masculla, apretándome el cuello con sus manos frías y que raspan… sus garras.

-Paso final: Ahora qué ya estás muerto, asume otra identidad, todos los asesinos psicóticos lo hacen. Métete en el papel… sufre cuando tengas qué sufrir, suplica cuando tengas qué suplicar. Y no te excites cuando te azoten… creo qué fallé en ésa. Déjale encargado al rubio y a tus shinigamis al gemelo malvado, qué se crea que tiene el control… qué se divierta jugando al sádico, después de todo, es excitante ver escenas gore. Trabaja en conjunto con el detective, deja qué conozca al guardaespaldas de su prometido, envíales al pelirrojo y al albino qué les dirán todo. Conecta las cámaras de seguridad de el calabozo de torturas con las del centro de investigaciones, así no se perderán de nada…-Alex se vuelve a ver a las cámaras totalmente atónito-Y ¡Voilà! Ahí lo tienes, un perfecto pastel de traición, venganza y muerte…-me acerco a él y le aparto el cabello de la frente-Ahora dime Alexander, ¿Quién es la copia ahora? ¿Quién es el mejor detective? ¡Ja! ¡Te gané Lawliet!-le digo, mirando hacia la cámara donde sé claramente que el muy maldito está viendo.

Un par de aplausos me sacan de mi momentánea distracción y cuando veo al frente, Alex nada más está riéndose de lo lindo y eso me deja descolocado… no esperaba ésa reacción, pero claro, él era más que impredecible. Empieza a reírse más fuerte, soltando sonoras carcajadas que me bajan por la espalda provocándome un estremecimiento.

-¡Bravo! Me dejas sin habla, B…-me dice, todavía aplaudiendo.-Todo te lo tenías perfectamente calculado, admito qué casi caigo con lo de los Shinigamis…-dice y ahora soy yo el que abre sus ojos como platos. Él deja de reírse y me mira con ojos de serpiente, maliciosos y calculadores mientras estudia a su oponente sin inmutarse lo más mínimo.-Y supongo qué ahora esperarás a qué me rinda porque estoy jodido, ¿No es así?-me susurra, calcinándome con su mirada ponzoñosa y acariciándome con delicadeza la mejilla.

-Sería lo ideal, no quiero volver a hacerte daño…-le digo y no bromeo: No me hallaba capaz de volver a hacerle daño, no a él.

Vuelve a soltar otra carcajada y me tira del cabello, mientras el silencio reina y simplemente veo mi propio reflejo en ésos ojos llenos de una promesa de muerte y la furia del resentimiento… y lo sé, estoy tan seguro de ello como lo estoy qué o es él o soy yo. Todo se reduce a esto, el motivo por el que Alex nació y fue arrastrado hacia a mí.

-¿Hacerme daño?-me dice con su voz deformándose junto con el crujido de sus huesos.-No Beyond, de eso nada… no puedes dañar a alguien qué ya está roto.

Y con la gracilidad de una bailarina y la mortalidad de una víbora, me clava un puñal en el muslo que más que dolerme, me causa una sorpresa qué me deja momentáneamente aturdido pero me aparto a tiempo antes de qué el puñal se clave directo en mi cara. Sonrío.

-Así qué volvemos a jugar a los amantes qué se odian, ¿Eh?-le digo, poniéndome de pie y arrancándome la camisa rota de encima. Me deleito viendo como se muerde los labios mientras sus ojos devoran mi torso desnudo… el deseo sigue ahí.

-Odio y amor, ambas letales en su apogeo…-me dice y veo como algo se remueve debajo de su piel, algo oscuro y brillante y yo sonrío, ansioso por terminar lo qué habíamos empezado en aquella cabaña hacía tantos años.-Rendición es una palabra qué no conozco, Beyond.-me dice con voz firme, mirándome con ojos letales.

-Yo recuerdo qué la conocías muy bien, Alex… quizá debería refrescar tu memoria.-trueno los huesos de mi cuello y me planto con firmeza en el suelo, sintiendo un cosquilleo familiar en mi espalda pero controlándolo.

Todavía no.

Se acerca a mí con pasos firmes, sus botas chirriando en el suelo ensangrentado y sus ojos devorándome con un fuego violento que me recuece las venas de puro calor. Se detiene a escasos centímetros de mí, con la afilada punta del puñal sobre mi corazón… o donde se supone debería estar, sólo que no hay nada ahí. Ni un latido, ni un atisbo de humanidad y aún así… aún con Kira absorbiendo a Alex cada vez más, con ésos ojos sangrientos odiándome de forma devastadora puedo sentir el sentimiento humano qué nunca creí sentir aplastado por la fuerza de mi deseo carnal, un deseo bestial qué nace desde lo más profundo de mi naturaleza demoníaca.

-No quiero matarte Beyond, éste cuerpo todavía te desea y ése mismo deseo me sobrepasa…-me dice, con sus labios rozando suavemente los míos.-Elle simplemente te envío aquí a morir y no dudará en dejarte agonizar entre mis garras sin mover ni un solo dedo porque ya tiene a su Light…-le miro a los ojos, a ésos labios tan cercanos y lujuriosos, tan frescos como un éxtasis en medio del desierto…-Tú y yo sabemos qué no eres esto, ambos fuimos cortados por la misma mano… ambos tenemos sed de sangre y toda una eternidad para saciarla.-el puñal baja por mi abdomen, erizándome todos los vellos del cuerpo y haciéndome estremecer y se detiene al inicio de mis jeans.-Te dan placer las súplicas, te da placer la crueldad y Kira te da más placer de lo que Alexander Yagami nunca te dio…-Sus labios se posan sobre mi oreja y cierro los ojos, con su aliento  tibio acariciándome suavemente la piel.-A mí lado… tendrás todo lo que Alex nunca pudo darte. Entrégame tu alma y yo te entregaré los pedazos rotos de Alex qué tanto anhelas…

Mis manos se posan sobre su estrecha cintura y suelto un gruñido al sentir ésa delicadeza de nuevo entre mis manos, ése cuerpo tan inocente y a la vez tan corrompido por mi propia mano… ése cuerpo tan roto y masacrado y ahora convertido en una perfecta máquina de dolor y tortura. Subo por su curvilínea espalda, rozándola con cuidado e imaginando las pequeñas cicatrices que sabía que estaban perfectamente escondidas bajo ésa ajustada armadura de cuero y retazos de cuerpos de shinigamis. Subo, acariciando la piel de su cuello y sintiendo los pequeños vellos erizarse ante mi roce… reconociéndome, ansiándome, llamándome y enredo mis dedos con fuerza en ésa cabello del que tiro para mirar ésos ojos tramposos y qué me miran expectantes y ahí… entre las pupilas negras, hay un rostro infantil cubierto de lágrimas y desolación suplicando por redención.

-Voy a por ti…-susurro y su rostro se deforma en una mueca de asco, repudio y el más puro de los odios. Y la primera puñalada me corta el abdomen.

Retrocedo entre risas, viendo a mi amante perdiéndose entre el odio y la pasión que flotan alrededor de nostros.

-Pues vas a morir junto con tu Alex entonces…-me susurra, rodeándome como un felino mientras ésa sombra de color negro tiñe el contorno de sus ojos y se vuelve completamente letal.

Y se precipita hacia mí, sujetando el puñal en alto y justo antes de que éste me dé en el pecho, sujeto el filo en el aire mientras la sangre me escurre por el brazo y él sigue haciendo fuerza para hundirme el puñal. Lo tomo con fuerza del pelo y sin esfuerzo alguno, lo arrojo hacia la pared en donde se da con fuerza y varios pedazos de roca salen volando debido al impacto.

-¿Crees qué puedes matar al rey con un simple puñal…?-le pregunto, riéndome mientras me lamo la sangre de la mano que sabe dulce como mi mermelada.-Esfuérzate Kira… déjame sentir ése odio asesino del que tanto te jactas…

Me mira un segundo, temblando mientras su cuerpo empieza a transformarse lentamente en ésa bestia de potentes alas qué yo tan bien conozco, escupiendo a un lado la sangre que le escurre de la boca…y vuelve a correr, sólo que esta vez me corta la pierna para distraerme y el filo del puñal se dirige directo a mi cuello… vuelvo a detenerlo en seco, resoplando con fastidio. Quería una cosa y una sola cosa de Kira y era qué me devolviese a Alex. Aprieto el puñal con fuerza, arrancándoselo de la mano mientras que con la otra apreso cuello y lo atraigo bruscamente hacia mí. Y le beso. Le beso con ira, con lujuria y con brutalidad hasta que le abro los labios y bebo su sangre, el néctar más dulce qué he probado. Succiono con fuerza hasta que una bofetada con una fuerza igual de bruta qué la mía me arroja al suelo… me echo a reír viendo como Alex está temblando, justo como la primera vez que le poseí. Sus huesos siguen crujiendo y yo aplaudo, incitándole a continuar con el espectáculo.

-¿Crees qué puedes dominar a Kira con unas simples mordidas?-utiliza mi frase en mi contra, sonriéndome de forma cínica y enfermiza mientras empieza a avanzar hacia mí con pasos lentos y sensuales.

-No…-le digo, poniéndome de pie, estirando mi mano que se encuentra el puño que quería asestarme y tomándolo con fuerza, retorciéndosela detrás de la espalda y pegándolo a mí cuerpo. Se retuerce y me araña, mientras yo paso mi lengua por su mejilla ensangrentada.-Pero así…

Lo arrojo sobre la mesa y sin darle tiempo a nada, tomo sus tobillos arrancándole los pantalones y las botas que arrojo a un lado mientras él me suelta un azote en plena mejilla que me voltea la cara… suelto una enorme carcajada sintiendo la sangre escurrirme por el cuello y antes de que pueda volver a tocarme, detengo el azote y tirando del mismo látigo, lo atraigo hacia mí hasta qué nuestros rostros quedan a escasos centímetros… su pecho sube y baja de manera errática, sus mejillas están coloradas y sus ojos más brillantes qué nunca atravesándome de una manera bestial. Le sonrío mientras subo mis manos por sus esbeltas y suaves piernas, tentándolas con mis uñas y dibujando pequeñas B con las yemas mientras veo como mi amante se muerde el labio y echa la cabeza hacia atrás…

-¿Te excitaste…?-le susurro, inclinándome y rozando ésa garganta de piel elástica y aceitada, cuyo perfume me hace ronronear de deseo.

Sigo subiendo, perdiéndome entre las faldas de su túnica y finalmente chocando contra algo tibio y duro. Gruño y sin más, lo aprieto con fuerza entre mi mano deleitándome con el alarido de dolor qué sale de la boca de Kira, lentamente perdiéndose en el placer violento de mi posesión… me tira del cabello atravesándome con sus ojos, ahora de un tono más ocre y no tan asesino pero igualmente letales que entrampan con fuerza a mis propias pupilas sangrientas. Y sin más, me da una patada en el estómago que me arroja hacia atrás, golpeándome a cabeza contra la dura pared. Justo en ése momento, la habitación es inundada por cientos de cuervos, todos chillando mientras un aleteo que mueve el viento de forma violenta se escucha en toda la habitación… enfoco la vista pero sólo consigo ver pequeños cuerpos, tiñéndolo todo de negro e inundando la celda con sus cánticos desiguales y chirriantes.

Y sin más, un par de afiladas garras se enredan con la piel de mi cuello y lo arañan con fuerza, casi abriéndomelo por completo; la sangre escurre sin piedad. Me doy vuelta, descubriendo a Kira detrás de mí tan sólo vestido con una extraña túnica de seda negra que se vuelve humo a sus pies y una capa de brillantes plumas negras que recubren todos sus brazos, en dos perfectas alas…

-Baila conmigo…-susurra y vuelve a atacarme, arañándome el torso y haciéndome retroceder en medio del mar de cuervos que me arañan la piel con sus alas y sus picos afilados.

-Un placer…-le digo, mirando sus manos ensangrentadas que gotean y vuelven a dirigirse hacia mí. Las atrapo antes de que vuelvan a llegar a mi garganta y empujo a Kira contra la pared que suelta un chillido.-Pero bailaremos mi pieza favorita, se llama ‹‹te voy a follar hasta romperte el culo››

Me sonríe con sorna y tomo sus piernas de nuevo, elevándolas sobre mis hombros y con una mano me desabrocho la bragueta…

-¡Maldito!-ruge Kira, cuando me adentro en su estrecha y húmeda cavidad de una estocada.

-Tan estrecho como te recordaba…-y salgo de él para embestirlo nuevamente, con fuerza y siento el líquido caliente de la sangre rodar por mi miembro y gotear sobre el suelo.-Esto es mío…-le digo, viendo su expresión de dolor entremezclado con placer.

Pongo sus manos sobre su cabeza y empiezo a embestirlo con furia, mientras pequeños gemidos salen de su garganta y se mezclan con el graznido de los cuervos. Hundo mi rostro en su garganta lamiendo y succionando con fuerza, marcando lo qué siempre me ha pertenecido mientras sigo profanando brutalmente ése cuerpo que sigue resistiéndose, cuya piel se torna sudorosa y se refriega de forma brusca y deliciosa contra la mía. Siento como lucha por liberarse y a la vez va al encuentro con cada una de mis embestidas, rechazándome y deseándome al mismo tiempo en una combinación que me incendia de manera furiosa con su deseo. Aumento la velocidad al tiempo que le clavo los dientes en la garganta, tirando con fuerza de la suave piel hasta que siento de nuevo ése sabor familiar…

-Hijo de… ¡Ahh! Puta… ¡Joder!-me dice entre gemidos qué se han transformado en gritos y dolor qué se ha convertido en un placer masoquista.

Se suelta de mi agarre y sus manos de inmediato se dirigen a mi pelo, que tira con fuerza mientras sus labios reclaman a los míos y su cuerpo sigue el ritmo de mis penetraciones sin oponer más resistencia pero negándose a doblegarse hacia mí. Me separo un poco y encuentro ése miembro duro y húmedo entre mi abdomen, urgido de atenciones y sin más, le clavo las uñas y empiezo a masturbarlo, arañándolo con fuerza en el proceso y recibiendo una mordida furiosa en mis labios por parte de Kira que gruñe y se aferra a mi mano, intentando apartarla y a la vez moviéndola para que vaya más deprisa. Y me aparto, saliendo bruscamente de él que sin previo aviso cae sobre el suelo y me clava su mirada furiosa…

-Cambiemos de posición…-le digo y antes de que pueda recuperarse, lo agarro del pelo y lo llevo a rastras como un perro hasta la mesa, donde lo arrojo de forma que queda boca abajo.

Escucho su chillido furioso y tomándolo con fuerza de las caderas, vuelvo a enterrarme en él. Ambos gruñimos y empiezo de nuevo a penetrarle, clavándole las uñas y escuchando el chirrido de la mesa por sobre los cuervos qué siguen presenciando el acto más violento y sensual de lujuria.

-Eres… mío… ¿Te queda claro?-le digo entre penetraciones mientras siento como trata de empujarme a un lado.

-Nunca…-susurra, y se echa a reír a carcajadas, inflamándome aún más la sangre furiosa entre las venas. Le sonrío y sin más, le aplasto la cabeza contra la mesa soltándole una nalgada a Kira que resuena por toda la habitación acorde con sus gruñidos y arañazos contra la madera.

-Tu turno…-le digo y sacándole otro puñal oculto de entre sus ropas, le rasgo la túnica tirándolo del cabello y escuchando sus gruñidos furiosos y excitados.-Me toca a mí marcarte…-vuelvo a arrojarlo sobre la mesa y le embisto con fuerza, pasando los dedos por su entrada que aún sangra y llevándomelos a la boca.-Todo esto es mío…-le susurro con voz ronca.

 Paso mis manos sobre la piel rugosa y llena de cicatrices y sin más le clavo el puñal con fuerza. El chillido que sale de sus labios no tiene comparación y aumento mis penetraciones, tocando ése punto que sé le enloquece mientras empiezo a dibujar dos enormes y violentos ‹‹13.13›› sobre su espalda, escuchando sus maldiciones y gemidos roncos del placer más retorcido y enfermizo que sólo yo puedo darle.

-¡La puta madre!-grita, cuando la mesa finalmente cede bajo nuestro peso, partiéndose con un chasquido y Alex se corre con fuerza, con su semen chorreando todo el suelo.

Me aparto y Alex cae boca abajo en el suelo, mirándome por sobre su hombro con una ira bestial y sin previo aviso, se pone de pie y corre hacia mí, enredando sus piernas en mi cintura, empujándome hasta que caigo acostado sobre el suelo raspándome la espalda abierta, con los espasmos del violento orgasmo todavía recorriéndole el cuerpo desnudo y chorreante de sangre me mira un segundo, erguido ante mí mientras se relame los labio y sin previo aviso se monta sobre mí dejándose caer de un tirón sobre mi miembro aún erecto que es absorbido con fuerza por su cavidad que parece hecha sólo para mí y le aprisiona con fuerza.

-¡Joder!-gruño entre dientes, cuando empieza a cabalgarme de manera lenta y sensual, haciéndome arquear la espalda y apretar los dientes de placer.-Así nene…-le digo, cerrando los ojos y dejándome invadir por el placer.

Alzo la vista, viendo sus labios entreabiertos y chorreando sangre por las comisuras mientras su rostro está teñido de rosáceo. Subo mis manos por su vientre plano, temblando al sentir su cicatriz y finalmente posándolas sobre ésos erectos botones rosas que tiro con fuerza, sacándole un verdadero chillido de placer a Kira. Me incorporo de forma de quedo sentado y me muevo al ritmo de sus caderas, chocando contra su cuerpo y componiendo una sinfonía de gruñidos, besos húmedos y el choque de dos cuerpos buscando destrozarse y amarse al mismo tiempo. Sus garras me arañan la espalda despellejada con fuerza mientras las mías vuelven a buscar ése trozo de carne y sigo bombeándolo, arañándolo hasta que siento la carne despellejada entre mis manos ensangrentadas…

-Ríndete…-le susurro, con su labio inferior entre mis dientes y mis manos estrujando ése perfecto trasero que rebota contra mi entrepierna de forma sonora y obscena.

Ésa sonrisa gatuna le atraviesa el rostro y me envuelve con sus alas, mientras los cuervos siguen volando a nuestro alrededor y chillan con más fuerza. Pega su frente con la mía mientras yo sigo embistiéndole, sintiendo rozar el éxtasis del cielo y el calor del infierno, todo al mismo tiempo mientras su aliento a manzanas choca contra mi rostro. Clavo mis ojos en los suyos, mirando en sus pupilas a Alex y Kira por primera vez unidos en la misma cosa, sin exterminarse ni al uno ni al otro y estirando una mano ensangrentada, le acaricio el rostro con cuidado, cerrando los ojos y sintiendo ésa caricia llegarme tan profundo… hasta que escucho un pequeño latido, un pequeño bum proviniendo desde lo más profundo de mi pecho y me hace abrir los ojos como platos de la impresión.

“Desde qué he nacido, durante toda mi existencia… jamás ha latido. Jamás” pienso, mientras Alex aferra mis hombros y echa la cabeza hacia atrás, gritando mi nombre con fuerza y trayéndome de nuevo al momento de furiosa pasión que ambos compartimos en medio de una lucha a muerte. Aferro su cintura y continuo las estocadas, certeras y justo en el punto de placer que nos llevan a ambos a la locura de lo prohibido. Atrapo un pezón de Alex y lo muerdo, tirando de él y succionándolo mientras él continúa componiendo ésa ruidosa y estridente canción con mi nombre.

-No…-dice en medio de un susurro, para posteriormente entregarse a las garras del clímax más violento y ávido, que lo hace retorcerse entre mis brazos.

Yo cierro los ojos, dejándome ir con él y vaciándome dentro de ésa cavidad que se contrae con fuerza, succionando mi miembro de una forma dolorosamente placentera mientras mis uñas desgarran la tersa piel de ésa fina espalda cortada y mis dientes vuelven a morderle con fuerza el cuello, marcándolo por siempre como mío. Los cuervos dejan de aletear y cuando abro los ojos, sólo hay un montón de pequeños cadáveres regados por todo el suelo y la única cosa audible son las respiraciones erráticas de ambos. Veo la mesa hecha pedazos, el látigo en el suelo, la ropa regada, la sangre en la pared y en el piso y sonrío porque ésa es mi forma de hacer el amor.

-No…-repite Alex de nuevo y siento unas frías garras clavarse en el centro de mi pecho, tirando con fuerza mientras él abre los ojos como platos.-Beyond…-susurra y el carmesí de sus ojos se apaga lentamente.

-Perdóname Alex…-le susurro, y le hundo más su propio puñal en el abdomen.

POV’s Near:

-Podremos reemplazarlo con un ojo de vidrio, dudo que haya muchos problemas con eso.-dice el Doctor que me atiende desde hace unos días, iluminando mi inexistente ojo derecho.-El único problema, será encontrar un color igual al tuyo… tendré qué mandar a hacer un molde, lo que tomará un poco más de tiempo pero valdrá la pena.-me dice sonriéndome y haciéndome un respingo en la nariz.

Doy un suspiro y vuelvo a ponerme el parche, tratando de contener las lágrimas y dándome media vuelta, incapaz de seguir encarando a L que me mira con ojos inquisidores.

-Muchas gracias Doctor Calum, le acompañaré a la salida…-dice con su voz ronca y aburrida y escucho sus pasos alejarse.-Gevanni, tú quédate a vigilarlo.

-Sí, señor.-responde ésa voz firme y varonil que me hace estremecer.

Me vuelvo y le miro durante varios segundos, enarcando una ceja.

-Creí que era médico, Señor Loud…-le digo, bajando de mi camilla y viéndolo tensarse al instante.-Sólo voy a por un puzle, no es necesario que me dispares…

Pasa saliva y aparta su mano del arma qué se carga, volviendo a su pose formal me estremezco, no sé porque siempre que estoy cerca de éste hombre me pongo… ¿Raro? Sí, bastante raro. Riego las piezas en el suelo y empiezo a armarlo lentamente, sintiendo una intensa mirada color hielo sobre mí.

-Sólo cumplía con mi deber de encubierto…-me responde, luego de varios minutos y cuando ya llevo la primera parte armada.

Escucho sus pasos acercarse y alzo la vista, sólo para verlo acuclillado a mí lado observando las piezas minuciosamente con los cabellos cayéndole sobre ése par de ojos tan singulares. Sacudo la cabeza y sigo armando el puzle hasta que él empieza a juntar piezas también… ayudándome. “En otras circunstancias, eso me hubiese fastidiado” pienso, encogiéndome de hombros y dejándolo ayudarme sin decir nada… hasta que sus dedos rozan los míos por un milisegundo. Aparto mi mano de inmediato.

-Perdona, sé que no te gusta que te toquen…-se disculpa y sigue armando piezas, pero dejándome a mí bastante intrigado.

-¿Cómo sabes eso?-le pregunto, ya que no se lo había dicho y mientras estaba en el hospital… no estaba cuerdo.

-Es algo obvio… siempre te estremeces aunque no dices nada.

Me quedo observándole, tratando de escrutar qué tiene éste hombre tan común y corriente y a la vez tan singular… me quedo tratando de entender porque puede leerme cuando aparentemente no hay nada en mi rostro y es el único aparte de L que no me trata como a un maldito perro pateado o a un crío travieso al que hay qué darle unas buenas nalgadas porque se ha portado mal. “Es muy… guapo” pienso, tomando un mechón de pelo entre mis dedos y rizándolo, pensando en qué eran éstos pensamientos, éstas sensaciones cada vez que estaba con Gevanni. ¿Era su paciencia? ¿Su delicadeza? ¿O quizá su capacidad de no necesitar las palabras al igual que yo?

-¡Listo!-dice, con la expresión de un niño que se ha sacado un diez en el examen y me mira fijamente.-¿Te sientes bien? Estás algo sonrojado…

Doy un respingo, totalmente anonadado… yo no me sonrojaba desde hacía mucho. “Bueno… no desde qué…” y recuerdo un par de brillantes y predadores ojos azules, mirando y analizándome a través de una vitrina mientras otros niños se reían y me señalaban y tiemblo… tiemblo con fuerza sintiendo como me golpean ésos pensamientos de posesión, de tener un derecho.

-Near, ¿Quieres qué llame al psiquiatra?-me pegunta Gevanni amablemente, sin inmutarse ante el ataque que siento va a estallar más tarde qué temprano.

Y me toca… me toma dulcemente entre sus brazos, llevándome a la cama y escucho cómo late su corazón justo a la altura de mi mejilla. Me quedo inmóvil, aterrado y a la vez sintiéndome tan rodeado por la calidez protectora de ésos brazos… le miro fijamente, perdiéndome en el hielo fundido de sus ojos y sintiéndome aturdido por la maraña de sensaciones qué experimento.

-No tengas miedo…-me susurra, acariciándome dulcemente como nadie lo ha hecho durante toda mi vida. Y no puedo rechazarle, no puedo… tengo miedo de mí mismo.

Mis labios tiemblan y ahí está: El llanto, las emociones humanas qué tanto me aturden y no sé cómo manejar… me cubro el rostro con las manos mientras tiemblo y recuerdo risas, muchas risas a mí alrededor y me siento perdido. Los mismos brazos pacientes y cariñosos me envuelven con cuidado, sin apretar demasiado porque sabe con cuánta facilidad me romperé. Me aferro a su camisa y sollozo, odiándome a mí mismo y a la vez sintiendo que tengo derecho alguno sobre ése rubio, que me pertenece. ‹‹Jamás vas a tenerme, Near… jamás›› me había escupido con veneno, clavándome su odio en el corazón. Lloro más, hago mi primera rabieta en mis 13 años de existencia. Gevanni no dice nada pero su silencio me reconforta todavía más qué cualquier otra cosa, me aferro a su tacto porque es el único que no me parece peligroso.

-Tranquilo, Near… ya pasó.-susurra, cuando mis sollozos se tornan más histéricos y llenos de angustia.

-Hueles…rico…-le digo, en medio de hipidos y tratando de calmarme cuando un destello rojizo llama mi atención.

Gevanni se separa pero no me suelta, sigue sosteniendo mis pequeñas manos firmemente mientras observa confuso al intruso… la sangre empieza a hervirme las venas, algo totalmente estúpido tomando en cuenta de que ése pelirrojo no es mi rival. Jamás lo fue.

-Perdonen… no quería interrumpir.-se excusa, agachando la cabeza y coloreándose del mismo color que su pelo.

Lo miro fijamente… ¿Qué tenía él que yo no? ¿Qué lo hacía tan vital para el rubio que era capaz de sacrificarse a sí mismo por ése mocoso común y corriente? Y cuando me clava sus enormes ojos de cachorro pateado alcanzo a verlo… renuentemente, pero ahí está: Tiene ésa chispa qué yo una vez tuve. Ésa inocencia, ésa vida que jamás está presente en mi rostro.

-¿Necesita algo, joven Matt?-le habla Gevanni y él titubea, jugueteando con sus tenis viejas y gastadas mientras se muerde el labio.

-B-Bueno… q-quería hablar c-con Near…-dice y por un momento me siento aturdido: ¿Hablar conmigo?

Gevanni aprieta los labios y me mira fijamente, como si me pidiese autorización… nunca nadie me había pedido autorización para nada, a fin de cuentas, yo no era más que un niño para los demás. Me acomodo en la cama, secándome los restos de lágrimas y estremeciéndome al sentir el hueco de mi ojo mutilado.

-Está bien… ¿A solas?-le pregunto pero sé que no es buena idea, si me da otro ataque no sé qué sería capaz de hacer. Él asiente tímidamente.

-Las cámaras estarán encendidas y yo me quedaré afuera.-anuncia Gevanni, soltándome completamente y frunzo al ceño al sentir un extraño vacío cuando suelta mi mano.

Me sonríe fugazmente y sale de la habitación, mirando por un milisegundo al pelirrojo que se queda en el umbral de la puerta mirando por donde se ha ido… y luego me clava sus enormes ojos de ése verde tan raro, estudiándome y veo qué hay indecisión. Cierro los ojos e inspiro hondo, tratando de tragarme el desprecio causado por mi obsesión.

-Puedes entrar… está bien, yo puedo.-trato de animarle y él retuerce los dedos, entrando con pasos cautos y temblorosos.-Puedes cerrar la puerta si quieras, no voy a dañarte.-“Creo” pienso, pero no lo digo.

-B-Bien…-tartamudea, y retrocede cerrando la puerta. Sólo entonces me doy cuenta de lo mucho qué tiemblan sus manos. Se acerca de nuevo, lo suficiente para que sienta su potente olor a limones pero lo bastante lejos como para correr si algo salía mal.-¿Cómo estás?-pregunta, dejándome descolocado.

Suspiro… era mejor dejar de salirnos por la tangente.

-Vienes por el vídeo, ¿A qué sí?-le digo, pero la verdad es qué estoy seguro: Elle me había cuestionado acerca de él… y también se había decepcionado de mí.

Pasa saliva y asiente, frunciéndome el ceño en una expresión un tanto chistosa de concentración. Sigo estudiándole, tratando de encontrar porque Mello le prefería a él… “Pecas, nariz, ojos, boca. No tiene nada diferente” vuelvo a tomar un mechón de mi pelo y lo enredo entre mis dedos, tratando de ignorar el sentimiento de hacerle daño aunque le hubiese dicho justo lo contrario.

-¿Cuándo empezaron…?-pregunta, acercándose un poco más y veo sus ojos cristalizándose… y aunque intento sofocar el sentimiento de placer que me da verle así por mí causa, sigue flotando por ahí.

-No sé a qué…

-Mello y tú… ¿Hace cuánto están juntos?-me interrumpe, escondiéndose tras su flequillo y veo cómo tiembla. Si es de rabia o impotencia, no lo sé.

Le miro… le miro fijamente mientras la pregunta vuelve a resonar en mi cabeza: ¿Qué tiene él qué yo no? ¿Qué necesita Mello? ¿Qué le ha dado él qué yo no? “Puedo mentirle, engañarle y destruirle… alejarlo de Mello, aún puedo” pienso, consciente de qué sólo él y yo conocemos la verdad y no creo que él vaya a decírsela…

-No lo estábamos. Nunca lo estuvimos.-le respondo a secas, con una parte de mí gritándome con desesperación que mienta.

Él alza sus ojos, bañados en lágrimas mirándome sin dar crédito a lo que he dicho… me duele el corazón, me duele en lo más profundo pero sé que esto es lo correcto. “Ya no quiero ser el malo” pienso, y aunque no comprendo por mi obsesión enfermiza y sigo repudiando a éste pelirrojo, voy a decirle la verdad.

-Y entonces… ¿Por qué ése vídeo?-me dice y tiemblo, recordando sus manos violentas sobre mi cuerpo y aún así el recuerdo me quema.-Near…-doy un respingo cuando el pelirrojo me toma de la mano y siento lo increíblemente cálida qué es.

-No me toques… por favor.-le digo, porque entonces mi odio se dispara y quiero mentirle sólo para verle sufrir.

-Lo siento…-dice con un hilo de voz.-Yo sólo quiero saber la verdad porque yo… yo…-dice y se le escapa un sollozo. Lo veo sentarse en la silla y apretarse las rodillas, totalmente perdido y asustado.

-Tú lo amas.-termino por él, sintiendo un nudo en mi garganta y mi ojo aguárseme. Paso saliva, pero sigue apretando.

-Sí… le amo, Near. Le amo tanto qué…-un sollozo, más desgarrador qué el anterior le interrumpe. Se cubre el rostro y empieza a llorar, llenándome de alegría y a la vez haciéndome sentir como un moustro.-Quiero creerme que les odio a los dos por haberse burlado de mí, más a él por haberme traicionado así pero no puedo, ¡No puedo!-dice y niega con la cabeza, abrazándose las rodillas con más fuerza… siendo tan vulnerable que siento la necesidad de presionar, sólo para ver cómo se rompe.

Tomo aire y enredo con más fuerza mi cabello, casi de forma psicótica. “Miente. Miente. Miente” me dice la parte más baja y negra de mí, la parte qué sigue aferrándose a un futuro que nunca existió junto a Mello… un futuro qué no era mío, jamás me había pertenecido. ‹‹Tienes qué dejarlo ir, Near… la primera fase para superar tu obsesión es comprender qué ésa persona quizá no sea para ti›› recuerdo las palabras del psiquiatra mientras me sonreía con su rostro joven.

-Nada de lo qué viste… en ése vídeo fue de verdad.-le digo, sintiendo ésa acidez de nuevo en la garganta. “Voy a dejarte ir, Mello…” pienso con un dolor atroz desgarrándome pero trato de permanecer tan sereno como puedo.-Yo lo obligué.

Me mira pestañeando, negando con la cabeza.

-No me mientas, yo sé lo que vi y él…

-No, no lo sabes. Yo amenacé a Mello diciéndole que si no se acostaba conmigo… iba a hacerte daño a ti. Le hice jurarme qué iba a alejarte o te dispararía.-le suelto antes de arrepentirme y que las mentiras maliciosas que me rondan la cabeza encuentren su camino al exterior.-No estoy mintiéndote, le he dicho esto mismo a L y Beyond también lo sabe, él descubrió a Mello.

Silencio. Las lágrimas aún le ruedan por las mejillas, pero su rostro se ha quedado en blanco mientras sus ojos verdes no caben en su asombro. Baja la mirada y siento como su respiración es acelerada, tiene miedo…

-¿Por qué nadie me lo dijo? ¿Por qué le hiciste eso a Mello?-me dice, y ahora hay una nota de ira en su voz. Doy un suspiro.

-Seguramente Mihael le pidió a Beyond que mantuviera el secreto, así no corrías peligro… no tienes idea de cuánto te protege, lo mucho qué Mello es capaz de sacrificar por ti.-le digo y mi voz se quiebra ante la fuerza de mis propias palabras.

-¿Ibas a hacerlo…? Tú… ¿De verdad querías hacerme daño?-me pregunta, y parece bastante descolocado.

-Sí.-le digo, sintiendo como algo se parte dentro de mí.-Sí, iba a hacerlo si Mello no cumplía su parte del trato.-solloza y se cubre la boca.-Mail…-digo su nombre, intentando qué se calme.-Mail, escúchame por favor.-le pido, cuando la histeria se apodera de él.

-¿Por qué hiciste eso…?-murmulla, pero creo que no habla conmigo sino con sí mismo.

-Mail, todo lo que Mello hizo, todas sus decisiones… todo fue por ti. Estoy enfermo Mail, tengo una obsesión con Mello y te odio.-le suelto y él me mira horrorizado.-Yo forcé a Mello a intimar conmigo pero… él te ama a ti. Sólo a ti.-le digo y las palabras me queman como ácido en la boca, tan amargas y duras que se me salen las lágrimas. Él está a punto de añadir al más pero niego con la cabeza.-Lo qué viste en el vídeo… Mello estaba drogado, todas las veces me suplicaba que le diera alucinógenos para no sentir nada en el momento porque… él no quería, jamás quiso e incluso le repugnaba el hecho de tocarme. Cada vez decía tu nombre, creía que eras tú a quien le hacía el amor y no a mí. Él nunca me quiso, sólo a ti. Te ama, más que a su propia vida.

Se queda mirándome varios minutos, pero no hay odio en sus ojos… simplemente es la mirada de alguien qué entiende, alguien que a pesar de su propio odio tiene un corazón que le impide odiar. “Eso es… por eso te escogió a ti” pienso, viendo la única cosa qué resaltaba en ése par de ojos verdes: Bondad. Simple bondad, no eran los ojos de alguien lleno de rencor.

-Tú también lo quieres…-susurra y una pequeña sonrisa le atraviesa el rostro.

-Sí… lo quiero.-le digo y me muerdo el labio tembloroso, porque es una de las pocas cosas de las que estoy en verdad seguro.-Y porque lo quiero… lo dejaré ir. Él es feliz contigo.

-¿Por qué Mello?-pregunta pero luego ríe, sacudiendo la cabeza.-Vale, menuda pregunta idiota...-me dice negando con la cabeza.

-Porque él fue quién me rescató, la primera persona qué se preocupó por mí.-le respondo, habiendo captado a la perfección lo qué había dicho.

Me mira confuso y yo le sonrío… abro la boca, narrándole las imágenes detrás de aquel recuerdo vago en aquella tarde de agosto.

-Flashback-

Me pego más a la pared sucia, intentando alejarme de todos aquellos niños qué me miran y se ríen de mí, señalándome con sus dedos y haciéndome parte del espectáculo qué sólo ellos disfrutan.

-¡Es el niño anciano!

-¡Qué asco! ¡Es todo de color blanco!

-¡Es un vejete muy feo!

Me deslizo en la pared hasta quedar sentado, apretando mis rodillas hasta que mis ojos reparan en un par de cabellos rubios brillantes como los rayos del sol y luego en un par de ojos azules… tan profundos y turbios, que no me miran con burla sino con una especie de ira. Me fijo en su rostro: Unas facciones perfectamente asimétricas, con la apariencia de un niño y a la vez de un hombre en una combinación extraña y a la vez… a la vez bastante interesante. Le miro y veo qué no se ríe, simplemente me clava sus ojos azules y luego al puzle que tengo a un lado. Me aprieto más contra la pared.

-Muy bien mocosos, se acabó el show… lárguense.-dice Barney, el encargado del circo echando a los demás niños que protestan con abucheos.

Me estremezco y a la vez me lleno de alivio, pero el niño rubio sigue parado viéndome fijamente… enarco una ceja, ¿A qué esperaba para irse? Me doy vuelta y empiezo a armar mi puzle de nuevo, restándole importancia a su mirada azulina que aún siento clavada en mi espalda.

-¿Y tú qué estás sordo o eres tonto, mocoso? ¡Dije qué era hora de largarse! ¡Fuera de aquí!-ruge Barney y veo como tironea del niño, sacándolo de manera brusca antes de que éste le dé un puñetazo y se eche a correr.-¡Maldito cabrón! ¡Regresa!

Sonrío pero dejo de hacerlo al instante… no vale la pena sonreír, es sólo una pérdida de tiempo. Escucho los pasos fuertes de Barney encaminándose a mí celda.

-¡Eh, tú! Dame las monedas qué te han arrojado…-me dice, escupiendo a un lado y dando un suspiro, saco el pequeño sombrero roto y viejo donde me dejan “mis propinas” que en realidad eran todas para Barney. Me coge con fuerza de la muñeca, apretándome y haciéndome daño pero no me quejo aunque me duele.-Y más te vale no pasarte de listo esta vez, o te daré otra golpiza… ¿Entendiste imbécil?

Asiento y me lanza hacia el montón de paja, donde me lastimo la espalda baja pero contengo muy bien mi expresión… he aprendido qué cuanto menos le demuestres a las personas lo qué en verdad sientes, mejor. Él se ríe y saca un plato con el que le dan de comer a los leones, echándole un poco de la comida de los caballos y arrojándolo al suelo en donde se desparrama todo…

-La cena, princesa.-me dice echándose a reír y se aleja, perdiéndose afuera de la carpa.

Doy un suspiro y cuento los pocos centavos qué he podido timarle… tendría qué esperar dos días más para comprarme una bolsa de cacahuetes fritos y vencidos y poder resistir hasta la próxima qué consiguiese robarle un poco de dinero. Doy un suspiro y me inclino, rebuscando algo comestible entre la comida de los caballos pero no hay nada e incluso creo que le han metido trozos de ratas molidas. Se me revuelve el estómago y a la vez chilla de hambre. Cierro los ojos y cuento hasta diez, tratando de olvidarme de ésa sensación molesta y dolorosa.

Desarmo el puzle para volverlo a armar en pocos minutos otra vez. Y luego vuelvo a hacerlo y otra vez hasta que me aburro pero ¿Qué más puedo hacer? Barney rompió mi libro la última vez y armar éste puzle que he estado armando desde hace dos años es todo lo que me queda. Escucho el relinche de los caballos y el trompeteo de los elefantes, ambos a los lados de mi celda y mis únicas compañías.

-Hola Rosie, hola Mario.-saludo a ambos. Rosie resopla para mí y luego asomando su trompa por encima de mi celda me echa un chorro de agua.-¡Rosie, no!-le digo, riendo quedito mientras trato de asearme pero el mal olor sigue ahí.-Bueno, échame un chorro más… pero sólo porque apesto igual qué tú.

Ella resopla indignada pero vuelve a echarme agua, que se siente increíblemente fresca. Abro la boca y bebo un poco, porque incluso el agua que le ponen a Rosie es mejor qué la que me dan a mí llena de suciedad y microbios y quién sabe cuántas cosas más. Un toque sobre mi hombro me sobresalta y me vuelvo, esperando encontrarme con Barney pero…

-¿Quieres salir de aquí?-la sorpresa invade mi rostro por un segundo, pero se esfuma casi al mismo instante en que apareció… es el niño de ojos azules.-¡Rápido, no hay mucho tiempo antes de qué ése idiota regrese!-me dice, echando los ojos en blanco y suspirando.

-Vete. Si Barney te encuentra te va a matar… los circos no son lugares tan felices como aparentan.-le digo, recordando la de muertes qué me había tocado ver cuando alguien no hacía lo que Barney decía.

El niño me toma del hombro, dándome la vuelta bruscamente y entonces lo miro: Le importa. Le importo. No sé bien por qué, no entiendo cómo ha decidido ayudarme si no me conoce de nada pero puedo ver en su mirada la misma que mi madre me dedicaba antes de que se muriese de neumonía y acabara en éste lugar.

-Yo conozco un lugar donde vas a estar seguro y ni ése panzón bigotudo ni nadie te harán daño… eres inteligente, pude verlo cuando tratabas de leer el libro del mocoso que te jaló las orejas.-me dice y aunque estoy asombrado por su capacidad de observación, simplemente le miro.

-No puedo… mira.-le digo, arremangándome la blusa sucia y pestilente y dejando al descubierto mi brazo con golpes para mostrarle el brazalete con el chip rastreador.-Si me voy, él va a encontrarme.

Mira el brazalete un segundo, entrecerrando los ojos y luego niega con la cabeza.

-Estira el brazo…-me pide y lo miro, ¿En verdad pensaba arrancármelo?

-No se puede quitar, sólo Barney…

-Estira el puto brazo y cállate.-me dice de forma brusca, sacándose un cuchillo del tobillo. Aparto el brazo.-El brazo.-exige, con una vena palpitándole en la sien.

-No, lo valoro mucho…-me toma del brazo y pasa un corte limpio sobre el brazalete. Se abre y cae al suelo, así de fácil.

-Ahora, ¿Quieres mover el culo? No quiero matar a ése gordo si se asoma…-me dice, poniéndose de pie y tirando de una cuerda.

Una mirada a ésos profundos ojos azules y sé qué habla en serio. “Libertad… después de tanto, al fin libertad” pienso y siento un enorme nudo en la garganta. Contemplo al niño que escala de forma ágil entre los barrotes y nada más puedo pensar qué es un ángel… un ángel que mi madre me ha enviado, donde quiera que esté y me ha salvado. Se ha preocupado por mí.

-Joder, ¿Vas a venir o qué?-dice, tendiéndome su mano sucia y llena de varios rasguños y se la doy sin dudar.

En cuanto mis dedos se encuentran con los suyos, una pequeña descarga me baja por la espalda. Y sé qué puedo confiar en él. Sé que puedo amarlo a él, demostrarle mis emociones a él porque va a cuidarme… lo siento en los latidos desbocados de mi corazón mientras corremos entre la maleza y él no suelta mi mano en ningún momento, sosteniéndome con firmeza y…

-Fin del Flashback-

-…me sostuvo la mano con firmeza y luego cuidó de mí. De no ser por él, yo ya estaría muerto o seguiría en los circos de fenómeno.-le digo, sonriendo mientras el recuerdo se esfuma lentamente.

Alzo la vista y veo cómo el pelirrojo está mirándome, con sus ojos chispeando con lágrimas… pero no son lágrimas lastimeras o la mirada que todos los demás me dan cuando les cuento esto… es la mirada qué le das a un sobreviviente, a alguien que a pesar de las circunstancias supo seguir luchando hasta el final.

-Gracias por contarme eso…-me susurra, limpiándose las lágrimas que se le salen con el dorso de la mano.-No me sorprende por qué te has enamorado de él… Mello tiene el corazón más grande y protector qué he conocido.

-Y es tuyo.-le digo, dejando escapar las lágrimas.-Él me salvo movido por su espíritu de justicia y lo que está bien… en cambio, él te salva a ti por los sentimientos de su corazón. Es distinto, Mail.-la realidad me aplasta, porque por primera vez la veo clara y sin la obsesión nublándome el juicio.-Sólo prométeme algo…-le digo, renunciando así a la persona a la que más he querido.-Cuida de él, no es tan fuerte como quiere aparentar pero sé que si tú estás a su lado… él jamás volverá a encerrarse en ésa ostra de violencia y rudeza, jamás volverá a estar solo.

-Near…

-Promételo, Mail… promete qué vas a cuidar muy bien de Mello por el amor qué ambos le tenemos.-le pido en un suave susurro, mientras él sonríe suavemente y asiente.-Bien…

Sin decir ni una palabra, se pone de pie y me abraza… me quedo estático, sintiendo como mi cuerpo al principio rechaza el contacto pero luego… es invadido por la calidez abrasante del corazón de ése pelirrojo y comprendo qué él puede darle a Mello el amor más sincero y fiel de todo el mundo, que él es el único que puede derretir la coraza del corazón de Mello y sacar lo mejor de él, ése lado amable y que pocas veces se deja ver. Comprendo que Mail debe estar con Mello, ambos están destinados a estar juntos.

-Gracias, Near.-me susurra, con sus lágrimas empapando mi hombro.

Lo rodeo torpemente, ya que nunca he abrazado a nadie y cierro los ojos, sintiendo como lentamente mi corazón deja de pesar y aunque duele demasiado, sé qué voy a estar bien. Mail se separa y me sonríe y yo intento hacer lo mismo.

-Ahora… será mejor qué lo encuentren pronto, de seguro ha de extrañar sus chocolates.-le digo y él ríe mientras que yo sigo sonriendo… sonriendo de verdad, alegre por Mello.

-Espero qué te recuperes… Descansa, Near.-se despide, revolviéndome el pelo y se aleja con ése andar patoso hasta la salida.

Cierro los ojos y sollozo un poco, sintiéndome aliviado y destruido a la misma vez pero sabiendo en el fondo de mi corazón qué he hecho lo correcto. Una mano firme y cálida sujeta de nuevo a la mía, mientras que otra me seca suavemente las lágrimas.

-Lo has hecho bien, Nate… has sido muy valiente.-me susurra Gevanni, sonriéndome con una sonrisa pequeña y tímida, muy linda.

-Gracias, Stephen.-le digo, llamándole por su nombre y… sonrojándome.-¿Stephen?-le pregunto y él clava sus ojos grisáceos en mí, haciéndome estremecer.-Yo… yo me preguntaba si tú… Oh.

-Eso no se pregunta, Near.-me susurra contra el pelo, estrechándome entre sus brazos en donde me siento cálido y querido.

Cierro los ojos.

“Sí… estaré bien” pienso, aferrándome a la camisa de Gevanni y dejándome caer en los brazos de Morfeo.

POV’s Light:

-¡Mierda!-chillo, apartándome antes de que la harina me cubriese por completo cuando el viento ha soplado.-Vale, esto es imposible.-digo resoplando con fastidio.

Miro el libro de recetas y frunzo el ceño, arrojándolo a un lado y siguiendo mi propia receta. Pongo huevos, harina, azúcar y levadura en un tazón y empiezo a batirlos mientras bailo un poco… “A pesar de que todo es sumamente extraño, me siento feliz de estar aquí” pienso sonriendo, tratando de concentrarme en que el pastel de fresas me quede perfecto. Estoy a punto de echar mi mezcla en un molde cuando de pronto, un par de sonidos bruscos me sacan de mi ensoñación…

-¡¿Por qué maldita sea?! ¡No pude protegerte! ¡No pude, no pude!-los gritos agónicos me hacen tirarlo todo al suelo y asomarme por la ventana, dejándome helado a lo que veo…

“Dios mío…” pienso, cubriéndome la boca y sintiendo como se me hace un nudo en el estómago. La lluvia recia apenas me deja ver pero sé distinguir ésos cabellos negros cuando los miro.

-¡Elle, no! ¡No hagas eso!-le grito, echando a correr hacia la salida de aquella casa con el corazón latiéndome a mil por hora.

-¡Me quiero morir! ¡Déjame qué me muera de una puta vez!-sigue gritando, destrozándome el alma al escucharle decir que quiere dejarme…

Corro sobre el fango, que se mezcla entre mis dedos y me ensucia por completo pero poca importancia puedo darle por sobre la necesidad atroz de estrechar a mi Elle entre mis brazos… está sobre la tumba de Watari, destrozándolo todo, arrancando las flores y tirando abajo el monumento en honor a su vida… rechazando de raíz la cruda realidad de que él ya no está y jamás va a volver.

-¡Suéltame! ¡Suéltame y déjame ir con él!-me grita, en cuanto lo atrapo entre mis brazos e intento apartarlo a un lado.

-¡Basta, Elle! ¡Ya para!-le pido, con las lágrimas escurriéndome por la cara y confundiéndose con las lluvia furiosa que les enjuga.

Elle sigue retorciéndose y gritando, haciéndome daño pero no le suelto… no pienso volver a dejarle ir nunca más. Cierro los ojos y me dejo caer sobre el lodo junto con él entre mis brazos, temblequeando y sollozando como un pequeño niño perdido. “Mi pequeño niño perdido…” pienso, apretándolo con fuerza contra mi pecho y besándole los cabellos empapados, tratando de que mi amor le alcance, que le regrese de ésa oscuridad que le atormenta de forma tan violenta y desgarrante.

-Tengo miedo Light… no quiero estar solo de nuevo, no sé qué hacer… ya no sé ni quién soy.-me dice, estrujándome el corazón con tanta fuerza que me escapa un gemido.-No me sueltes… no quiero estar solo.-me suplica, aferrándose con fuerza a mi cuello y a mi ropa hasta que está a punto de arrancármela.

-Aquí estoy mi vida… aquí me tienes…-le digo, en medio de sollozos mientras me aferro con más fuerza a él.

-¡Light! ¡Elle!-grita una voz joven y rota, y escucho el chapoteo de sus pasos precipitándose hacia nosotros.-¡Vuelvan adentro!-dice, tapándonos con un paraguas, dejándose caer a nuestro lado.

Elle tiembla más entre mis brazos y Matt me mira con sus ojos de cachorrito llenos de lágrimas, apartando la mirada y sollozando quedamente al ver el estado tan deplorable de Elle… lo abrazo más, no puedo evitarlo: Tan frágil, tan inocente y ahora… tan roto al haber perdido a la única familia que le quedaba. “Y encima yo dejé que me arrancaran a nuestro pequeño, a mi Mini Elle” pienso y sollozo con más fuerza mientras la posibilidad de un futuro feliz se esfumaba haciéndose añicos como las gotas de lluvia estrellándose contra el suelo.

-Light-kun, deben volver adentro…-esta vez es el Doctor Hawthorne en compañía del Doctor Calum quien me habla, mirándolo todo con los labios apretados.

-No… ¡No, Light, no dejes qué me lleven! ¡No, no!-grita Elle, apartándose las manos del Doctor de encima mientras éste intenta ayudarlo.-¡Light, ayúdame!-me grita, desgarrándome todavía más.

-Light-kun, habrá que sedarlo… está muy alterado, lo siento mucho.-me dice el Doctor Calum, sacándose una jeringuilla de su saco y preparándola.

Desvío la mirada mientras escucho los gritos suplicantes de Elle y siento como Matt me abraza torpemente, dejándome escuchar el latido desbocado de su corazón mientras el mío propio se esfuerza por mantener su ritmo pero ésos gritos… ésos maldito gritos de agonía que por siempre estarán enterrados en mi frágil mente y nunca dejarán de perseguirme incluso en sueños. Y Elle deja de gritar, quedando todo el dolor enterrado bajo el sonido de la lluvia.

-Ya pasó… ya está bien.-me susurra Matt, sorbiendo por la nariz y sin dejar de abrazarme con cariño.

Alzo la vista y ahí, como un muñeco roto y desgastado, está Elle colgando de los brazos del Doctor Hawthorne que se estremece al ver que incluso en la inconsciencia… mi pobre niño sigue teniendo su rostro atormentado por quién sabe qué clase de horrores que ése desgraciado le hizo pasar. “Todo es mi culpa, yo lo traje a su vida…” pienso, maldiciendo mi propia sangre por estar directamente conectada a una parte de ése moustro. Escucho la grava crujiendo a mí alrededor y contemplo el cuerpo de Elle, colgando… vacío y sin vida y sin siquiera darse cuenta de qué yo sigo aquí, de que siempre he estado aquí y eso me destroza.

-Seguiré aquí mi amor… seguiré aquí hasta el día en que regreses.-digo y siento como Matt suelta un gemido a mi lado, recordándome que esto aún no ha acabado.

Para ninguno de los dos.

-El sedante le mantendrá el pánico a raya por unas cuantas horas…-me dice Roland, dejando escapar un enorme suspiro.

Yo miro a Elle… el rostro demacrado, las ojeras más pronunciadas, la piel más pálida pero lo más duro de observar es la expresión de pérdida y desolación que no desaparecen nunca de su rostro. “¿Qué fue lo que te hizo?” pienso, acariciándole con cuidado y con un temor atroz a romperle si presionaba demasiado.

-Roland…-le digo en apenas un murmullo, sintiendo la voz apelmazada por el pánico de saber la respuesta.-¿Algún día Elle va a superar lo que… le hicieron?

Silencio. Sólo escucho la respiración de Roland y la mía propia, mezclándose con la respiración acompasada y forzosa de Elle. Un chasquido me trae de vuelta a la realidad y siento como Roland se sienta en una silla, a un lado de la cama y mira a Elle con fijeza.

-Es difícil decirlo… las personas que son víctimas de tortura, nunca aprenden a superarlo sólo a vivir con ello.-me explica y un peso demasiado grande se cierne sobre mi corazón.-Y encima que ahora ha perdido a Watari… Elle está completamente perdido en la oscuridad de su propio tormento.

Me muerdo el labio que ha empezado a temblar y apreto con fuerza la mano de éste hombre de apariencia arisca y corazón blando, éste hombre al que le pertenecen todas y cada una de las fibras de mí ser y este hombre al que quiero ayudar con todas mis fuerzas… pero sin saber cómo acercarme, cómo hacer para que se dé cuenta de que me tiene a su lado incluso en medio de todo ése dolor.

-¿Qué le hicieron, Roland? Dímelo… necesito saberlo.-me vuelvo a verlo y él baja la mirada, apretando las manos en dos puños tensos.-Por favor…-le suplico al ver su renuencia.

Niega con la cabeza, quizá horrorizado de sólo imaginarse en el lugar de Elle y me clava sus ojos pardos con fijeza… para al final dejar escapar un suspiro de las más pura y genuina frustración.

-Le torturaron con electricidad… es algo qué se conoce como Aircraft hijacking, que vendría siendo un secuestro aéreo…-me explica y el horror me sube por la garganta y se asienta en mi estómago que da un vuelco con fuerza.-Cuando Calum y yo tratamos de preguntarle qué había pasado, no pudo siquiera decirnos una frase sin estallar en un ataque de pánico psicótico.-vuelve a negar con la cabeza.-Nuestra teoría es que mientras le secuestraron, le obligaron a ver imágenes crueles o desagradables mientras le daban choques eléctricos para que así se grabaran de forma permanente e indefinida de su mente, imposibilitando el mecanismo de bloqueo en su mente.

-Es un maldito enfermo… todo es mi culpa.-siseo con las lágrimas perdiéndose entre mis labios, mientras aprieto con más fuerza la mano de Elle… dejándome absorber por su propio terror.

-Light… lo que necesita Elle en éste momento es sentir que tiene una vida normal a la cual regresar, algo a lo que aferrarse para salir de ése estado de psicosis y encima superar la pérdida de Watari que es lo que dispara sus ataques.-me dice y me estremezco.-¿Le has dicho ya lo del bebé?-me pregunta y el dolor se extiende por todo mi cuerpo de manera violenta.

Empiezo a temblar y por instinto, llevo mi mano al bolsillo donde siempre cargo los pedazos del delfín roto… el recuerdo de lo que alguna vez pudo haber sido y ahora estaba perdido. Me abrazo el vientre vacío y me revuelvo en la silla intentando encontrar consuelo bajo la atenta mirada de Roland.

-Yo…-susurro, sin saber cómo decirle porque no se lo he dicho a nadie.-Y-Yo… perdí al bebé.-digo y se me escapa un sollozo desgarrado, mientras sigo apretándome el vientre e imaginando la vida de mi Mini Elle extinguiéndose cada vez más ahí dentro.

Él abre sus ojos verdes con desmesura y se deja caer totalmente pálido a la silla, pasándose las manos sobre el rostro totalmente desconcertado.

-¿Cómo ocurrió?-pregunta en un susurro y sollozo con más fuerza, nada más negando con la cabeza.

-Cuando pensé que Elle estaba muerto… y ésa bestia que se aparecía en todos lados y encima que perdí la memoria y…-todo lo que estoy diciendo carece de sentido, pero no puedo explicarlo de una manera coherente.-Cuando desperté en el hospital, ellos s-sólo me… me dijeron que mi bebé ya estaba muerto.-digo lo último con mi voz tres octavas más alta.

De nuevo vuelve a reinar el silencio mientras intento recobrarme, pero… no puedo, no a sabiendas de que aún seguía llevando el bebé muerto de Elle en mi interior y me lo sacarían más tarde qué temprano.

-¿Y quién te practicó el aborto? ¿Dónde está el bebé?-me pregunta, visiblemente alterado mientras frota las manos con violencia.

-N-No… no h-hubo ningún a-aborto. Y-Yo… sigo t-teniendo al bebé en m-mi interior.-le digo y él abre sus ojos como platos, sacudiendo la cabeza.

-Pero… ¡¿Por qué?! Eso puede darte una infección, es tejido muerto… ¡Puedes morir!-me reprende y yo simplemente me encojo más en mi silla sintiendo el escozor insoportable dentro de mi corazón.-Hay qué sacártelo, Light, si algo te pasa Elle jamás…

-Elle no puede enterarse…-le digo firme, llenándome de pánico al instante.

Él me mira y luego niega con la cabeza.

-No, Light, ése niño también era de Elle y tiene derecho a saberlo… no pienso callarme algo así.-me dice firme, cruzándose de brazos.

-No puede saberlo ahora, Roland… ya tiene suficiente con su mente fragmentada y la muerte de Watari como para sumarle la pérdida de un hijo también. No.-le digo, parándome y enfrentándolo.-Le diré cuando esté lo suficientemente fuerte para afrontarlo.

Me mira un segundo y luego desvía su vista hacia Elle, que se revuelve inquieto entre las sábanas y su rostro sudoroso se deforma por el dolor y de nuevo suspira.

-Pero se lo dirás luego, ¿Verdad?-me dice y asiento, porque no pretendía ocultárselo para siempre.-De acuerdo yo… me retiro, ¿Vale? Trata de descansar un poco tú también.-me dice, dándome un tímido abrazo y luego sale de la habitación.

-Eso fue tierno, pero diría que te tiene ganas…-dice una voz carrasposa y la habitación se llena de unas estrepitosas carcajadas.

Me vuelvo y le clavo la mirada más ácida qué soy capaz pero sólo empieza a reírse más… me acerco contemplándole y estremeciéndome al mismo tiempo: Sin duda es la criatura más fuera de lugar y extraña que he visto, salida de cualquier historia patética para asustar niños a la hora de dormir… su olor a manzanas y putrefacción me golpea casi que al instante.

-Tú sabes dónde está Mihael, ¿Verdad? ¿Por qué no quieres decírselo a Elle? Ése no fue el trato que hicieron…-le recrimino, apretando los puños y pensando en el pobre pelirrojo con complejo de zombie que se pasa día y noche enfrente de un monitor en busca del rubio.

Más carcajadas y no hace sino fastidiarme, ¿Por qué no lo encerraban cómo la bestia que era?

-Si te lo digo se me va a reventar el chiste… además de que el rey se va a enojar bastante conmigo si desobedezco sus órdenes.-sigue riéndose mientras flota en el aire de cabeza, clavándome sus ojos rojizos tan familiarmente perturbadores.

-¿El Rey? ¿Qué rey?-la curiosidad me pica con fuerza cuando menciona ése detalle.

-Claro, el Rey Shinigami… y vaya qué el bastardo tiene su carácter.-se saca una manzana de sus ajustados pantalones de cuero y se la zampa a la boca de un solo bocado.-13.13…

Le frunzo el ceño porque ésos números a mí no me dicen nada… “Aunque podrían ser una coordenada, trataré de recordarlos y decírselos luego a Elle o a Matty” pienso y me muerdo el labio, mirando el cuerpo cansino de mi prometido sobre la cama y estremeciéndome.

-Por cierto, y que conste qué sólo lo digo porque me da jaqueca escucharte lloriquear todo el rato, tú bebé no está muerto… así que deberías empezar a comer mejor o va a nacer igual de bulímico que tu prometido.-dice con su voz chillona y vuelve a reírse.

Alzo mi vista de inmediato, sintiendo como el pulso se me dispara en las venas… me acerco a él, con mis piernas volviéndose gelatina y cayendo al suelo de rodillas ante él mientras la esperanza empieza a abrirse paso dentro de mí como un rayo de luz mañanero, calentándolo todo de una manera incontrolable y calcinante que me sobrepasa de cualquier modo posible… trato de respirar normalmente pero el aire no me pasa debido a la impresión y sin querer las lágrimas empiezan a derramarse por sí solas de nuevo.

-¿Qué has dicho…?-le digo de un siseo, visualizando de nuevo ésa posibilidad de un niño de bellos cabellos azabaches y facciones inocentes entre mis brazos. Él sólo vuelve a reírse, dejándome aún más en shock.-¡Repite lo qué has dicho!-le grito, sacudiendo la cabeza con desesperación.

-Ya, no seas tan mandón…-me dice, echando los ojos en blanco y flotando por encima de mi cabeza.-Te dije qué tú crío no está muerto, yo te hice creer que fue así porque mi jefazo me lo pidió…

-¿Por qué ibas tú a hacerme algo así? Aparte de que es bastante cruel… no parece que la maternidad vaya contigo.-le digo, mirando su irreverente ser de pies a cabeza.

-Ya te dije, órdenes son órdenes y 13.13 sabía que Kira iba a por ti y el mocoso así que… pensó que lo mejor era hacerte creer que estaba muerto y así él desistiría de matarlo.-me explica y mi boca casi toca al suelo.

-No, no es posible…-le digo, posando mi mano sobre mi vientre y abriendo mis ojos como platos al sentir justo en ése momento un pequeño movimiento dentro de él.-¡Pero si no tenía pulso! ¡Yo lo vi en la ecografía!

-Y dicen qué tú eres el más inteligente de todo Japón…-se burla, entre risas más quedas mientras sigue dando volteretas en el aire.-Mira, tú estudiaste medicina así que no creo necesario explicarte lo qué es un puto coma inducido… ¿O sí, lucerito?-me dice, dejándome helado de asombro.

“Un c-coma… ¿Inducido?” me subo la camisa y veo el pequeño bulto en mi vientre y presiono: Está duro y firme y sólo hace unos minutos sentí claramente un pequeño golpe. “Dios… ¿Serás tan cruel de darme esperanzas para luego destrozármelas de nuevo?” pienso, tragando grueso e imaginándome a mi pequeño naciendo pálido de mí, muerto y sin ningún signo vital… eso acabaría de pulverizar mi corazón sin mencionar el de Elle que ya de por sí está bastante trastocado. Respiro hondo y exhalo el aire de nuevo, justo como mamá me decía qué hiciera cuando no me sintiese seguro. “¿Qué debería creer? ¿Debo creer en lo qué dicen los especialistas o un shinigami que ya me engañó una vez?” pienso, viendo a Ryuk que va a por su segunda manzana y me clava sus ojos con fijeza en los que veo mi propio reflejo hecho un estropajo.

“Podría estarme diciendo esto porque Kira se lo ha pedido, nadie me dice que no pueden seguir comunicándose pero a la misma vez… ¿Qué fue eso que he sentido entonces?” aprieto mi vientre y como si el ser en mi interior quisiese probarme que está vivo, vuelve a patearme no una, sino dos veces de corrido… con fuerza, incluso puedo sentir que la piel se estira y roza mi palma. Chillo y aparto mi mano, fijándome en mi vientre ya no tan plano y maravillándome mientras las lágrimas empiezan a agolparse detrás de mis párpados. Ryuk me mira, por primera vez no con burla en sus ojos carmines, sino con un sentimiento parecido a la curiosidad mientras vuelve a morder su manzana y estalla en risas. “Mini Elle…” pienso y me echo a reír de forma bastante perturbadora pero no puedo creerme nada de lo qué acaba de pasar. “Seguro y ya me volví loco de nuevo…”

-¡Roland! ¡Roland!-grito, corriendo con hacia la sala de estar mientras Gevanni y Matt se ponen de pie alarmados.

-¿Se encuentra bien, Light-kun?-me dice Gevanni, con su rostro confuso y su acento americano. Niego con la cabeza mientras las lágrimas siguen rodando por mis mejillas y la sonrisa no se me quita de la cara.

-¿Qué ocurre, Light? ¿Se despertó Elle?-entra Roland a la sala, con la respiración agitada y en pijamas… me sonrojo cuando veo que sólo trae los pantalones encima.

-N-No…-le digo, carraspeando para quitarme la vergüenza de encima y le digo con mi voz más firme que nunca antes:-Quiero hacerme una ecografía, mi bebé justo y acaba de patearme…

Silencio y la tensión se condensa de golpe en la habitación, mientras todos los presentes se me quedan mirando como si fuese un chiflado y probablemente lo parezca… pero confío en lo qué me dice mi corazón y mi Mini Elle desde el interior de mi cuerpo.

-Light, creí qué…

-Por favor, Roland, te juro que me ha pateado… tres veces.-enfatizo ésas últimas dos palabras pero sólo me frunce más el ceño. Da un suspiro pasándose las manos por el pelo y al final asiente renuentemente.-De acuerdo, pero tendrás qué esperar a mañana… por ahora no cuento con el equipo necesario aquí.

-Gracias, esperaré.-le digo y vuelvo a rodear mi vientre, suspirando de alivio y sintiendo como la vida lentamente vuelve a mí.

Gevanni vuelve a sentarse mirando la tele y Roland se retira, mientras sólo Matty se queda de pie y me mira con una pequeña y tierna sonrisa en su rostro pecoso.

-Tan pequeño y ya da patadas igual a su padre…-me dice, guiñándome el ojo y me siento aliviado de que al menos alguien me crea.

-Te sorprendería saber en todo lo qué se parece a su padre…-le digo, recordando que había dejado un pastel a medio hacer y a mi prometido solo en su habitación.-Iré a preparar un pastel, ¿Ustedes quieren?

-Por supuesto, algo dulce no me vendría mal…-me dice Matt y viendo su delgadez extrema creo qué es mejor que le dé comida ahora que quiere.

-Yo también quiero, muchas gracias Light-kun.-me dice Gevanni, forzando una sonrisa recelosa.

Asiento y me vuelvo a la cocina, pensando en sí debería darle las gracias o un buen derechazo a ése shinigami tramposo y risueño.

POV’s Elle:

“La verdadera felicidad va de la mano con el verdadero amor mi pequeño Elle, así que si encuentras a uno, siéntete afortunado porque entonces los habrás encontrado a ambos… el amor es la única fuerza qué lo cura todo mi niño, la única cosa que en verdad nos hace valer algo en esta vida…”

-Light…-se me escapa de un siseo, mientras abro los ojos y trato de recordar dónde estoy. Tanteo la cama, encontrándome nada más con un hueco vacío y entonces el miedo me atenaza el corazón de una manera dolorosa.-¿Light…?-la respiración se me vuelve errática y me incorporo de golpe.-¡¿Light?!

Las lágrimas empiezan a inundarme los ojos mientras ése pánico sigue avanzando de forma sigilosa pero precisa, haciéndome pedazos los nervios y sin saber qué hacer, sintiéndome tan perdido me tiro del cabello mientras empiezo a jadear. “No, se lo llevó… ¡Se lo llevó igual a Watari!” pienso, haciendo las sábanas a un lado de una patada y poniéndome de pie mientras veo como un relámpago ilumina la habitación, creando sombras tenebrosas en la penumbra. Me tiro al suelo y me cubro la cabeza, mientras el corazón me martillea con fuerza con el pecho a punto de salírseme volando… justo como ésa bestia quería sacárselo a Light.

Me arrastro, buscando la salida de ése cuarto lleno de pesadillas, en donde los relámpagos me persiguen buscando chamuscarme la piel de nuevo y hacen bailar de forma violenta y absurda a las sombras que me gritan qué estoy solo. Consigo salir y me cubro los oídos, temblando y sintiendo el hormigueo familiar de las descargas eléctricas recorriendo mi cuerpo. “Por favor…” suplico, arrastrándome hacia atrás hasta que siento los barandales metálicos clavárseme en la espalda y sé qué estoy acorralado y van a matar a Light y después a mí para que le vea sufrir…

Y abro los ojos, porque ahí en medio de la danza de tormento y el hormigueo dentro de mi cuerpo, escucho la única voz que quiero escuchar por ahora maldiciendo por lo bajo… me quedo quieto, mirando hacia abajo en donde una luz brilla y me ofrece consuelo de las sombras que me persiguen… la luz de mi Light, la luz de su amor cálido que me recibe incluso con la mente rota. Me pongo de pie, sintiendo como las sombras quiere halarme y tumbarme al suelo para arrastrarme de vuelta a su reinado de tormento pero no pienso dejarles, no ahora que tengo la esperanza. “El amor… el amor lo cura todo” recuerdo las palabras de Watari mientras bajo las escaleras y finalmente llego al umbral de la cocina con mi último aliento topándome con una imagen que le inyecta el más cándido de los calores a mi corazón temeroso: Light sano y salvo, sentado a la barra mientras come mantequilla de cacahuete.

Le contemplo en silencio, sintiendo como mi corazón se tranquiliza sólo para volverse a acelerar, anhelando a su persona como nunca antes lo he hecho… recorro cada curva de ése cuerpo perfecto y cálido que tantas veces he poseído, que me pertenece en todo sentido y el mismo cuerpo que en éste preciso instante está tentándome con su belleza tan fina y despreocupada. “Mi suéter…” pienso esbozando una pequeña sonrisa, viendo qué Light está usando mi suéter blanco que le queda demasiado grande, dejando su hombro derecho al descubierto y sus largas y finas piernas a la contemplación de mis ojos que se pierden en medio de todos ésos centímetros de piel suave y de tono oliváceo.

-Mierda…-susurra con fastidio, cuando la cuchara se le cae al suelo y se queda petrificado cuando me mira parado contemplándole.-E-Elle…-susurra, con sus mejillas coloreándose.

Me acerco lentamente, viendo cómo aprieta las piernas con fuerza y baja la mirada, en ésa expresión inocente y sumisa que tanto me retuerce las entrañas con el fuego de la excitación… veo que tiene restos de mantequilla de cacahuete regados por toda la cara y sonrío porque se ve como un pequeño e inocente niño que necesita que le cuiden. Me acerco al taburete donde está sentado, rozando levemente con los dedos la piel desnuda de sus piernas y abriéndolas suavemente, posicionándome entre ellas mientras veo como su rostro se torna todavía más rojo.

Le quito la cuchara de la mano con cuidado y la dejo dentro del pote de mantequilla, mientras siento como su respiración acelerada me da contra la cara y me embriaga con su olor dulce a vainilla… Light sigue sin alzar la vista, tensándose cada vez más y sonrojándose mientras que mi miembro empieza a palpitar dolorosamente dentro de mis pantalones de pijama. Me inclino cerrando los ojos y soltando un pequeño siseo cuando su esencia me entra de lleno en la nariz, embriagándome con su dulzura y mis manos se enredan en sus castaños cabellos y disfruto del calor que sus labios a escasos centímetros de los míos le infunden a todo mi ser… y me desvío, bajando por la comisura de sus labios hasta llegar a los restos de mantequilla que lamo de su rostro… su suspiro me hace estremecer.

-Yo también quiero comer de lo mismo qué tú…-le susurro, alzándole el mentón y perdiéndome en ése par de pozas de color miel que me absorben con su calidez.

-Elle…-susurra, con un hilo de voz y sus ojos cristalizándose. Me inclino y le beso con cuidado, estremeciéndome y sintiendo el miedo de abrir los ojos y descubrir qué sigo en ése avión sin él a mí lado.-No…-me susurra cuando intento apartarme y a penas y puedo respirar por el pánico.-No me temas, Elle, no a mí… te juro qué no te haré daño.-me promete en medio de lágrimas que se mezclan con las mías.

Le miro a los ojos, viendo toda la pureza, toda la fuerza encerrados en ésos orbes color miel que arden como oro líquido fundido… atrayéndome con una fuerza que me quita el aliento y me revuelve hasta la última fibra de mí ser y justo en ése instante un relámpago resuena de forma destemplada en el cielo y se lleva todo atisbo de luz con él, sumiéndome de nuevo en las sombras a las que escucho acercarse por el pasillo, intentando hacer daño a Light. Empiezo a sollozar mientras me aferro al cuerpo cálido que tengo al frente y cierro los ojos con fuerza preparándome para el ataque.

-Aquí estoy, Elle…-Light me desprende de su pecho y me hace verle firmemente a los ojos, mientras los relámpagos iluminan su expresión decidida-Mírame, Elle: Aquí estoy… siempre he estado aquí y jamás voy a irme a ningún lado sin ti… mírame por favor…-suplica al final, acariciándome suavemente la mejilla.

-Tengo miedo, Light… tengo miedo de perderme a mí mismo.-le susurro con voz rota, siendo el mismo niño vulnerable qué siempre fui.

-No lo harás, porque yo sé quién eres, Elle… eres el hombre al que amo y con el que quiero pasar el resto de mis días, el hombre más dulce y noble qué he conocido, el…-le callo con un beso, perdiéndome en la suavidad de ése par de pétalos de rosa.

-…el hombre que quiere hacerte el amor, por el resto de mis días hasta que ya no pueda más.-le digo y él vuelve a sonrojarse, bajando la mirada.

Cierro los ojos y vuelvo a besarle, lentamente… porque se siente como si fuese la primera vez, como si estuviese conociendo al hombre que amo de nuevo… y vuelvo a estremecerme, a llenarme de pánico y a excitarme todo a la misma vez mientras siento sus brazos alrededor de mi cuello atrayéndome hacia él y sus finas piernas rodear mi cintura con fuerza mientras mi miembro más que despierto se roza con el suyo, igual de duro. Gimo contra su boca mientras él vuelve a restregarse contra mi entrepierna, haciéndome echar la cabeza hacia atrás y descender mis manos hasta su espalda baja, masajeando con cuidado ésas pomposas nalgas que sacan mis instintos más bajos.

Me separo cuando el aire se hace necesario y me pierdo en ésos ojos de nuevo, que me miran con lujuria y una pasión que me corrompe hasta los huesos, mientras sus suaves manos se cuelan debajo de mi camisa, recorriendo la piel que va quedando expuesta y poniéndome a vibrar en el acto… y la camisa cae, deslizándose por mi brazo hasta ir a parar al suelo. Sus manos suben por mi abdomen, despertando más a mi libido y acariciando las marcas de tantos golpes… sanándolas hasta que llegan a mi cuello vendado y atravesado por la bala. Le detengo las manos en seco y puedo sentir cómo estoy temblando de pánico.

-Déjame sanar tus marcas, Elle… déjame…-me suplica y lentamente, llevo su mano a mi cuello y cierro los ojos cuando siento como deposita suaves besos sobre él.

Lo atraigo hacia mí, aspirando con fuerza ésa esencia a vainilla en su cabello, depositando suaves besos sobre el mismo y deslizando mis manos por su trasero hasta alzarlo del taburete… gime en mi oído y yo gruño, sintiendo como lentamente voy perdiendo la cordura y le dejo caer algo bruscamente sobre la barra de la cocina, besándole con demanda y empujándole hasta que queda acostado sobre la fría superficie de mármol que al instante se calienta bajo nuestra temperatura.

-Tengo hambre…-le digo, guiñándole un ojo y tomando la cuchara con crema de cacahuete, apartándome a la altura de sus pies mientras le quito los calcetines… lentamente, rozándole la piel que se eriza con el contacto.

-E-Elle…-gime suavemente, retorciéndose sobre la barra. Le acaricio la planta de los pies y le doy un suave beso en el dedo gordo.-¡Me haces cosquillas!-me dice entre risas, mirándome con dulzura.

Cierro los ojos y sigo subiendo por ésa piel de seda, dando suaves besos mientras la unto con la crema de cacahuete, sintiendo los leves estremecimientos del cuerpo ajeno y los suaves gemidos que componían la más sensual de las melodías. Voy besando y trazando pequeños círculos en su piel, sintiendo los vellos erizarse a mí paso y su cuerpo revolverse sobre la barra… presa del mismo placer abrasante que me absorbe poco a poco a mí también. Tomo la tela de mi suéter entre mis dientes y tiro de él, rozando intencionalmente mi barbilla con ése miembro duro y urgido de atenciones y sigo arrastrando la tela hasta pasarla por su cabeza y finalmente dejarla caer a un lado junto con mi camisa… su cuerpo esbelto y curvilíneo queda una vez más expuesto ante mí, pero me deslumbra más que cualquiera de las veces anteriores.

-¿Qué he hecho yo para merecerte, Light Lawliet?-le digo, cobijándolo bajo mí apellido y sintiendo una descarga en mi espalda al llamarle así… al llamarle como mi esposo.

Paso mi dedo índice entre su pecho, relamiéndome los labios al contemplar ésos pezones erectos e incitándome a beber de ellos, descendiendo hasta llegar al borde de sus bóxers que ya no pueden seguir conteniendo ése miembro que me muero de ganas por probar… Light me saca de mis contemplaciones cuando se incorpora, tomando un poco de mantequilla de cacahuete y me la unta en los labios con su dedo meñique para después morderlos, saboreando de una forma bastante erótica a los mismos.

-Creí que tenías hambre…-me dice juguetón y lujurioso, metiendo su pie entre mis piernas y frotándolo contra mi hombría. Le clavo las uñas en las piernas de la pura excitación.-¡Elle!-jadea, hundiendo las manos en mi pelo.

Le miro a los ojos y de un tirón, le saco los bóxers dejándolo completamente desnudo y me monto a la barra, posicionándome sobre él y devorándole con mi mirada mientras veo como se estremece cuando atrapo ése trozo viril de carne que palpita ansioso entre mis manos…

-Y vaya qué tengo hambre…-le digo, sacando otro poco de crema del pote y regándolo por todo su abdomen hasta llegar su pene que se yergue ansioso y húmedo ante mí.-Y quiero que este sea mi postre…

-Ñgh…-gruñe y gime a la vez, cuando unto un poco de crema sobre la piel sensible.-E-Elle, e-estamos en la c-cocina a-algui… ¡Ahh!-gime, cuando le muerdo el cuello y succiono con fuerza.

-Nadie vendrá si te quedas calladito…-le digo, estirando la mano hasta tomar una pequeña manta a un lado.-No hagas ruido y nadie vendrá… y yo no tendré qué taparte la boca.-le digo, enseñándole el trapo y viéndolo jadear.-No hagas ruido, Light-kun…-le digo con voz ronca al oído, lamiéndoselo lentamente y sintiendo su cuerpo arquearse bajo el mío.

Desciendo por su cuello, lamiendo y succionando, marcando todo a mi paso mientras mis manos ansiosas se entretienen jugando con el glande del castaño que no deja de gemir y retorcerse bajo mis caricias… bajo, lamiendo la crema de ésos botones, mordiendo y tirando de ellos hasta dejarlos húmedos y rojizos bajo la atenta mirada nublada de placer de mi castaño que me aprisiona entre sus piernas y lentamente va sacándome los pantalones con sus pies.

-¿Te ayudo…?-le digo, irguiéndome y desabrochando la bragueta, quitándome los pantalones de pijama con todo y bóxers lentamente mientras él se pasa la lengua por los labios…

-Yo también tengo hambre…-me dice, y sin más, me tira sobre él y rueda de modo qué ahora yo estoy abajo.-Tengo mucha hambre…

-¡Hostia puta!-le digo, aferrando con fuerzas sus cabellos cuando se mete mi pene de un tirón a la boca y lo succiona con fuerza, desde la base hasta la punta de forma sonora y erótica.-Joder Light…-le digo, poniéndome el brazo sobre el rostro y tratando de recobrarme pero…-¡Argh!-gruño, sintiendo como vuelve a repetir la acción aumentando más el ritmo.

Me apoyo sobre los codos, mirando como sus cabellos danzan al ritmo de sus felaciones, elevándome cada vez más a una velocidad demasiado rápida que simplemente termino dejándome llevar hasta que vislumbro el cielo y puedo tocarlo con los dedos… tomo su cabeza y presiono con más fuerza, moviendo mis caderas para conseguir más profundidad en ésa boca que se ha vuelto una experta en darme placer. Todos los músculos de mi abdomen empiezan a contraerse, anunciando la llegada de uno de los mejores orgasmos de mí vida…

-L-Light… apártate, no quiero…-empiezo, pero él nada más aumenta el ritmo y aparta mis manos cuando intento alejarlo.-Light, espera, voy a… ¡Joder!-araño el frío mármol al tiempo que estallo y caigo en espiral devuelta a la tierra.

Me dejo caer de espaldas, recuperando el aliento y sintiendo pequeños espasmos recorriéndome todavía el cuerpo cuando siento un suave beso con mi propia esencia en mi boca… tomo su rostro entre mis manos y le beso con furia y lujuria, con mi semilla y el sabor de la mantequilla entremezclándose en una combinación extraña y a la vez tan dulce que quiero más… quiero mucho más…

-Sabes tan dulce… eres la única cosa dulce qué me gusta.-me dice el castaño, apartándome los cabellos de la frente sudorosa mientras sus ojos brillan como un niño que se ha salido con la suya.

Contemplo su rostro aún con restos de mi semen y las mejillas coloradas y tomándolo de la cintura, salto de la barra y lo cargo hasta la mesa del comedor, dejándolo en el suelo e inclinándome para darle un dulce beso… sintiendo ése calor despertar de nuevo en mi interior mientras él me acaricia suavemente el pecho, trazando figurillas y erizándome los vellos del cuerpo.

-Ponte en cuatro…-le digo, sonriéndole de forma pícara mientras sus ojos se abren a más no poder.

-¿Qué…? E-Elle, n-nunca…-le doy vuelta y lo empujo sobre la mesa, abriéndole las piernas con mi rodilla.-¡Madre mía!-chilla, arañando la madera.

-Sssht… silencio.-le digo, acariciando su trasero desnudo con cuidado y sin más le dejo caer un sonoro cachete que le hace revolverse.

-¡Joder, Elle!-vuelve a chillar y agradezco que esté lloviendo y haya una tormenta eléctrica afuera porque de otra forma ya todos habrían bajado por culpa de los gemidos de Light.

-Me prometiste qué ibas a estarte callado, Light… eres un desobediente.-le susurro al oído y le doy otra nalgada que vuelve a resonar con fuerza y esta vez me regala un gemido tan erótico que me uno a él en un gruñido.-Me encanta cuando gimes…-le digo y froto mi miembro contra su entrada palpitando.

-Dios…-susurra, cuando empiezo a hacer círculos con mi pene, lubricándolo con el líquido preseminal y finalmente me hundo en él de una estocada.-¡Mierda, Elle!

-¡Light!-grito yo a mi vez, aferrándome a su pequeña cintura y encajándole las uñas mientras siento como sus paredes húmedas y cálidas succionan mi pene de ésa manera enloquecedora.

-Venga… dame duro…-me dice, mirándome sobre el hombro con lujuria pura y moviendo el trasero de forma circular, apretando todavía más a mi hombría en su interior.-Hazme el amor cómo sólo tú sabes hacérmelo Elle Lawliet…

Y eso dispara el fuego en mis venas… salgo de su interior para volver a entrar de una estocada fuerte y vigorosa, sintiendo como mis testículos chocan contra ése trasero firme y mi miembro se abre paso en ésa estrecha cavidad que esconde el paraíso. Light echa la cabeza hacia atrás y yo me inclino sobre él, besándolo en el cuello mientras empiezo con un vaivén lento que se torna salvaje al igual que sus gemidos. La mesa se mueve con cada una de mis estocadas, el sudor me escurre por la espalda y sólo se escuchan el sonido de nuestros gemidos y el choque de nuestros cuerpos moviéndose en una danza pasional y lujuriosa que nos empuja a ambos cada vez más cerca de la cúspide del placer. Tomo su miembro y empiezo a masturbarlo mientras chupeteo su cuello, más que lleno de las marcas de mis dientes y mi lengua hasta que toco ése punto sensible en el cuerpo de Light…

-¡Más, Elle! Ahh… ¡Dame más duro!-me pide entre jadeos y gruñidos, aferrando mi mano y ayudándome a masturbarle.

Le obedezco sin rechistar, hasta que tiro de una silla y me dejo caer sobre la misma, con Light cayendo sobre mi miembro.

-Cabálgame, Light…-le pido, tirando de su pene que parece hervir bajo mi tacto.

Veo sus cabellos revueltos moverse mientras sube y baja de manera rápida y sensual, dándome más profundidad dentro de su estrecha cavidad y tocando ése punto G que lo hace chillar como loco. Muerdo su espalda, sus hombros mientras continúo bombeando su hombría cada vez más hinchada y a punto de estallar…

-E-Elle… m-me v-voy a…-tiro de su cabello ligeramente, echándole la cabeza hacia atrás y besándole con desenfreno, mordiéndole ésos labios carnosos y suaves y aumentando la velocidad de mis penetraciones.

Aprieto su miembro impidiéndole correrse mientras sigo entrando y saliendo de él… quiero correrme con él. Cierro los ojos, hundiendo la nariz en su cuello perfumado y sin más, me entrego a mi segundo orgasmo de la noche.

-¡Light!

-¡Elle!-gritamos al unísono nuestros nombres mientras su cavidad me absorbe con fuerza y me derramo en su interior mientras que él lo hace en mi mano.

Pasan los minutos, ambos recuperamos el aliento exhaustos después de la mejor sesión de sexo de toda mi vida… y aún así creo que quiero más de Light. Salgo de su interior haciendo un mohín cuando me recibe el sereno del exterior y le doy la vuelta, acomodándolo contra mi pecho y acariciando sus cabellos empapados de sudor.

-Te amo, Light… con todo lo qué soy.-le susurro cuando finalmente recupero el aliento.

Él toma mis manos y las pone sobre su vientre, que está un tanto más hinchado que de costumbre. Sonrío, a lo mejor y mi castaño se está poniendo un poco más gordito… eso explicaría ése trasero más lleno y apetecible.

-Nosotros también te amamos…-susurra y me quedo de una pieza, sin comprender porque ha usado plural por más que me exprimo los sesos. Se separa de mí y me mira con una sonrisa radiante mientras sus ojos brillan de una forma que nunca antes les vi…

-¿Nosotros…?-repito, pero mi mente poco a poco va conectando las pistas hasta que mis ojos se abren como platos.

-Así es, yo y Mini Elle…-se muerde los labios conteniendo la risa ante mi expresión de estupefacción total.-Estoy embarazado, Elle… vamos a ser papás.

Y una simple lágrima se desliza por mi mejilla, mientras todo atisbo de sombras se desvanece y la luz y la cordura finalmente vuelven a mí… llevándose el dolor de la pérdida y el trauma de la tortura.

-Gracias…-es todo lo que puedo decir, mientras lo abrazo nuevamente y lo estrecho con fuerza entre mis brazos.

Ahora tenía algo más por lo cual luchar.

Algo más a lo que amar.

Notas finales:

¡BUM! Bueno, antes de qué les dé un ataque epiléptico, cardíaco o cualquier otra cosa… ¡Salgan chicos! Hay qué cerrar con broche de oro su última aparición (Vale, no la última pero sí sus últimos LemonHardYaoi Love :c) sexosa en el fic… ¡Denles un fuerte aplauso a los L’s y a Beyond y a Alex! ^^

*Cientos de flashes les iluminan en la alfombra negra, todos vestidos con esmoquin y súper guapetones O.O*

*Babeando* ♥--------------------♥

Light: ¡EJEM! ¿Acaso no ibas a hacer unas preguntas? Date prisa qué tengo hambre… *se frota su mini pancita de embarazado*

L: Sí Cheeky, date prisa porque si no se pone de mal humor y después no quiere hacer el…

Light: ¡No es necesario qué digas eso aquí! Además creo qué después del capítulo ellas ya lo entendieron *sonrojo turbo kawaii*

*Se arranca la ropa y queda en traje de periodista* ¡OKEY! Vale Light, tú primero porque estás embarazado… ¿Qué quieres decirle a tus fans fujoshis antes de retirarte del arte del HardLemonYaoi? *se escuchan abucheos de fondo* Ellas no quieren qué te vayan…

Light: Bueno, primero qué nada agradecerles su apoyo… algunas estaban súper locas, como Kmmy Lee y Kikyo-kiryu pero todas son unos amores ^^ *Se escucha un “¡AWWWWW!” al fondo* pero ahora qué voy a tener a mi Mini L, tengo qué enfocarme en cuidarme y no puedo andar haciendo actividades tan demandantes sobre todo si es con L n//n

*Con un hilo de sangre bajándole de la nariz* ¡Eres una mega ternurita! Cuándo no estás intentando robarle a Mello su pelirrojo claro ¬¬* bueno ahora vamos con tu sexy esposo… ¿Tú qué nos dices L? ¿Cómo te sientes ahora qué sabes qué ya no habrá más Lemon para ti?

L: ¿Quién dijo qué no? El que no vaya a invitarlas a ver es otra cosa, pero ni porque Light esté embarazado pienso dejar de “ejercitarme” ¬u¬ *abraza a Light de forma posesiva*

Light: Ay Madre mía…

L: Y de hecho ya vamos tarde para otra sesión, hoy vamos a hacer “gimnasia acuática” así qué…

¡ESPEREN! Antes de irse… ¿Podrían darse un besito? No tiene qué ser un besototote, sólo un besito para el recuerdo… ¡Por fi! *Pone cara de El Gato con Botas de “Shrek”*

Light: *volviéndose hacia L* ¿Qué dices? ¿Lo hacemos?

L: Regalémosles su último deseo… *toma al castaño de la cintura y le planta un apasionado beso*

O.O *Explosión de hemorragia nasal* ¡KYAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡¿Lo tiene chicas?! ¡¿Tomaron foto de eso?! ¡Eso se queda para el recuerdo y para la futura generación de Mini L’s!

L: Bueno, ahora sí nos vamos… ¡Las queremos! Aunque sean unas chifladas y tú seas una demente que quiso matar a mi prometido… *guiño mega sexy y salen de escena*

*Suspiro tipo colegiala* ¡Bueno! Y ahora… recibamos con un fuerte aplauso al sádico y al masoquista favoritos de todas las fujoshis DN… ¡Beyond & Alex! Ay Señor, dame fuerzas para resistir tanta sensualidad *¬*

*Entra Beyond en un esmoquin al estilo 007 y Alex con un esmoquin de color blanco*

Beyond: Hola Nenas *guiño mega/turbo/jodidamente sensual*

Alex: Ya vas de infiel ¬¬*

*Presionando un pañuelo ensangrentado contra su nariz* B-Bueno, antes de qué me quede sin sangre… Intentaré hacerles una pequeña entrevista, ¿Vale? Primero Alex… muchas fujoshis te envidian porque tienes al cuero de cueros, al sádico por excelencia, al rey de los azotes y el gore… ¿Qué se siente estar en una relación con Beyond? *¬*

Alex: Bueno, pues para estar en una relación con Beyond se necesitan dos cosas. La primera es tener un trasero de hierro porque éste hombre nunca parece cansarse *sonrojo extremo* y la segunda es estar abierto a recibir cualquier tipo de daño físico aunque a veces se le pase la mano al muy *BEEP* ¬¬

Ay Dios… *se abanica* Beyond, tú eres un ícono sexual y tienes a muchos chicos & chicas detrás de ti… ¿Cómo haces para qué Alex no se ponga celoso?

Beyond: *con voz mega sexy y ronca* Pues cuándo yo encuentre la respuesta a ésa pregunta, te digo porque puede ser un sumiso pero saca las uñas…

*Chorreando sangre por todos lados* O-Okey… antes de morirme… ¿Hay algo qué quieran decirle a las fujoshis?

Alex: Sí… *lo enfoca la cámara y sus ojos se vuelven rojos* sólo quiero advertirles qué si se atreven a tocar a Beyond, les cortaré la cabeza… *vuelve a su estado normal* Eso es todo ^^ ¡Ah! Y gracias por su apoyo (y su odio ¬¬)

*agonizando de una hemorragia* ¿Y t-tú Beyond?

*Se apagan las luces y es iluminado por un enorme reflector*

Beyond: Quiero decirles qué las amo y qué mis servicios de sicario siempre están disponibles para todas ustedes… Nenas *guiño ultramega sensual*

A-Antes de m-morir… ¿Podríamos sacarles una foto sexy a ambos?

Beyond: ¡Por supuesto! A mí me encanta dar placer ¬u¬ *se quita la camisa y hay una hemorragia masiva entre el público fujoshi*

Alex: ¡BEYOND! ¬¬* ¡ME PROMETISTE QUÉ NO TE IBAS A QUITAR LA ROPA HASTA QUÉ LLÉGARAMOS AL LA CABAÑA DEL PLACER!

Beyond: Mejor ven y te daré unos azotes para el recuerdo ¬u¬

Alex: O.O

En tres… dos… uno… ¡KYAAAAAAAAAAAAAA!

*Cheeky, 1998 – 2015: Muerte por ataque de fangirlismo extremo*

¡KGGGGGGGGGG! ¡Cambio y fuera! ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).