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El Hombre de Arena por CheekyMint21

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Notas del capitulo:

¡GUAPURAS! ♥------------♥

¡OH MY JESUSFUCKINCHRIST! ¡Estoy súper emocionada de estar aquí con ustedes preciosuras! ^^ ¡AL FIN ARRANCAMOS CON LA PARTE FINAL DEL FIC! :DD Sólo puedo decir qué preparen sus pañuelos, sus bazucas, sus gritos tarzaónicos, su fangirlismo extremo, bolsas con su tipo de sangre… porque las van a necesitar ¬u¬ Antes qué nada quiero empezar…

¿?: Presentándome, ¿no? Estoy seguro de qué todas quieren verme ahora… ¡Y quiero qué me digas “Su sensualidad” cuando me anuncies! ›.‹

*¬* Ay, Madre Mía, cómo te creciste… ¡EJEM! *Limpiándose la baba* ¡En fin! Damas y Caballeros y honorable audiencia Yaoista, él ama los videojuegos y la pizza, es dueño de un gato Munchkin y adora hackear cuentas de Facebook… reciban con un fuerte aplauso a el pelirrojo favorito de las Fujoshis y los acosadores psicóticos… ¡MATT…!

Matt: ¡Recuerda! ¡Su Sensualidad!

¬¬

Está bien… reciban con un fuerte aplauso a ¡Matt “Su Sensualidad” Jeevas! *Se escuchan gritos histéricos de fondo* Ay, Madre mía… *¬*

Matt: ¡Hola! ^^ Yo muy feliz de estar aquí con todas ustedes… aunque me hayan hecho sufrir y dado un Lemon falso en el capítulo pasado ¬¬

Vaya, Matt, estás más alto… *alzando la cabeza para verle* Bueno nene, aquí estamos luego de tanto tiempo… ¡Se crecen tan rápido! *Se limpia una lágrima* ¿Cómo te sientes ahora qué eres…ehh… bueno, todo un hombre? ^^

Matt: Bueno, soy más alto y también puedo manejar autos… ¡Sin mencionar qué tengo acceso a armas! Mira lo qué conseguí… *le enseña un nuevo modelo de pistola* tiene incluido sensor térmico y puede lanzar incluso a kilómetros de distancia… ^^

Sí… *da un paso hacia atrás y se pone un casco* creo qué tendré qué reconsiderar tu manejo con las armas ya qué tu novio no se lo da tan bien… Y hablando de él, ¡PRODUCCIÓN! ¿Dónde está el rubio? ¬¬ Esperen… *contesta una llamada* ¡¿CÓMO QUÉ ENFERMO?! ¡PERO SÍ TENÍA QUÉ ESTAR AQUÍ! Ugh… vale. Bueno chicas, parece qué esta noche no tendremos hemorragias causadas por chocoadictos con problemas de ira *se escuchan abucheos* pero tranquilas, la noche sigue y… ¿No se supone qué tienes que ayudarme, Matt Su Sensualidad Jeevas? ¬¬*

Matt: Aunque sólo juegue videojuegos, igual me pagan para estar aquí… *sin despegar sus ojos de su PSP*

*Suspiro* Bueno, dado qué ya no tenemos invitados…

Matt: ¿Y qué hay de los demás? ¿Light? ¿Elle?

Ehh… *cerrando la cortina a su espaldas* Jeje, bueno, ellos están en otro lugar en dónde NO puedan hacer spoilers ¬¬ Sí, eso iba para ti pequeño pedazo de…

Matt: Vale, Matt Su Sensualidad Jeevas se retira… ¡Las amo, chicas! *sale de escena dándoles un besito*

*Limpiándose la sangre de la nariz* V-Vale, parece qué la maduraz no le ha caído tan mal… *babeando el escenario* En fin criaturitas, cómo ya no tenemos invitados…

Light: ¡PONDRÉ UNA DEMANDA! ¡Esto es  secuestro involuntario! ¬¬*

¡PRODUCCIÓN! ¡Dijeron qué estaban inconscientes! *se arregla el cabello* Bien, cómo les decía antes de ser interrumpiada por cierta voz molesta ¬¬ ¡ESTAMOS EN LA RECTA FINAL! Quiero en verdad agradecerles por todo su apoyo, por haberme acompañado hasta aquí y hacer realidad uno de mis más grandes sueños ^^ (Seh, sueno cursi, pero tenía qué decirlo ^^) y sobre todo por dejarme tanto amor anal, locuras y sacarme tantas sonrisas con sus sensuales y hermosos reviews ›.‹ nunca podré agradecerles todo su apoyo y les prometo qué siempre voy a darles lo mejor de mí y espero seguir contando con su apoyo para la nueva sarta de locuras, trolleos, HardLemonYaoi y demás qué se viene… ¡LOS AMO CON TODO MI CORAZÓN PEQUEÑO Y NEGRO! ^^

Y bueno, luego de eso, la verdad es qué el cap no tiene mucho Salseo DD: (Al menos para mi punto de vista) es más qué todo un cap introductorio a cómo están las cosas (Y es especial cierto pelirrojo más sensual qué el Príncipe Harry ¬u¬) en la vida de los chicos… Espero qué no se aburran, pero era necesario antes de pasar al súper Salseo Rompecorazones y traseros ^^ La verdad todavía no tengo muy claro cuántos capítulos va a tener ésta última parte pero mi meta es qué no se pase de diez por lo qué les pediré SU PACIENCIA ya qué los caps seguirán siendo largos (Al menos entre 20-30 páginas como máximo DD: ) pero igual… espero qué disfruten! ^^

Mis agradecimientos especiales a las Sensualidades qué han estado dándome su amor anal desde el principio y a todas las demás criaturitas qué me han llevado a más de 14K leídos… ¡Todavía no me lo creo! *respira hondo* en fin, sólo quiero agradecerles de todo corazón por motivarme en cada cap con sus reviews (Pese a los trolleos, los sangrados nasales y los ataques de ira XD) ¡SO MIS MUSAS! Y sin ustedes nunca hubiera llegado tan lejos… Las amo mis Sensualidades, espero seguir compartiendo locuras a los grande:DD

 

+MMoon

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+Joselyn

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¡MILLONES DE GRACIAS CRIATURITAS! (¿Qué? ¿Secreyeron qué no las recordaba? ¡JA! ¡Pues claro qué lo hago! ^^) En verdad, gracias a sus reviews pude llegar hasta aquí… ¡LAS AMO! ¡LAS AMO! ¡LAS AMO! Y a todas las demás personitas qué leen, siempre serán bienvenidas a comentarme, saben qué mi fic siempre está abierto para recibir a cualquier loqui… ¡EJEM! Digo, a cualquier personita…

Light: ¡QUÉ ESTÉ TAN DEMENTE CÓMO ELLA!

¬¬

Ignoren eso ^^ Error de producción, ¿qué les digo? ^^ En fin, dejo de darle lata y las dejo… Aquí, la parte final…

¡A leer!

-PARTE FINAL-

POV’s Matt:

Diez años después.

“De acuerdo…” pienso; doblando en una esquina, con las llantas del coche chirriando sobre el asfalto y con un disparo impactando contra el escaparate de una tienda. Es en ésos momentos en qué agradezco haberme pasado casi 36 horas seguidas jugando al Grand Theft Auto y saber manejar a la misma altura qué el criminal que tenía siguiéndome del culo.

-Matt, ¿se puede saber qué haces?-la misma voz aburrida qué he pasado escuchando los últimos seis años. Si no lo conociera lo suficiente, podría decir qué no está enojado. Pero sé qué no está enojado: Está qué se lo lleva el demonio de furioso a pesar del tono calmo.

-¡Maldición, Matt! ¡Esto no era…!

-¡Ups! No los oigo chicos, estoy perdiendo la señal… ¡Adiosito!-antes de qué Linda pueda concluir su regaño, me arrancó aquel intercomunicador del oído y lo arrojo por la ventana.

Si iba a hacer esto, iba a hacerlo a mi modo y Linda y Near podían ir a qué les den por culo si eso no les parecía bien. Un disparo reventándome el cristal del coche me hace dar un respingo y soltar el cigarrillo entre mis labios… el último qué tenía.

-Vale… ya me he enfadado.-mascullo, mirando como el tipo en el coche se troncha de la risa y vuelve a cargar el arma.

Piso con fuerza el acelerador y el auto sale disparado hacia delante, con los edificios desdibujándose a mí alrededor mientras puedo escuchar un zumbido a lo lejos… otro disparo, esta vez es mi retrovisor derecho el qué lo paga. Maldigo a aquel hijo de puta por estar destrozándome el coche, ¿con qué puto dinero iba a pagar las reparaciones? ¡Sí me lo había gastado todo el último juego de Last of Us! “Ya me harté, hora de terminar con el puto teatrito” pienso, acelerando aún más hasta qué vislumbro una brillante luz a lo lejos.

Freno de golpe y muevo el volante de forma brusca, con el auto derrapando por todo el asfalto hasta quedar de frente al coche rojo y casi a punto de atropellar a varios agentes… el coche rojo también pierde el control pero a excepción mía, va a estrellarse contra un café a un lado. Sonrío, ¿y se quejaban de mi manera de manejar? Ya no podían volver a sacarme eso ahora qué yo era el que había atrapado al tipo malo. Suelto el volante y miro mi cigarrillo en el suelo… aún sigue encendido. La necesidad esta por sobre la higiene: Vuelvo a ponerlo entre mis labios y me bajo del coche.

-Tranquilos, muchachos… déjenme ir a invitarle a un café y ya verán como esto se arregla.-les digo a los… al menos treinta agentes qué estaban apuntándole al coche rojo en éste mismo instante.

Me miran un segundo y luego el coche rojo vuelve a ser el centro de atención. Me encamino hacia él con paciencia, tomándome mi tiempo para meditar acerca de cómo carajos voy a pasar la maldita noche 4 de Five Nights at Freddy´s e intentando recordar si le había dejado comida a Marshmellow antes de salir disparado de casa a la una de la madrugada hasta qué un par de ojos marrones se clavan con furia en mí. Sonrío… las sonrisas eran la clave para una buena conquista.

-Buenas noches… casi me costaste un cigarrillo guapo, espero qué al menos valga la pena.-le digo, apoyándome contra el cristal mientras él entrecierra los ojos con desprecio.-¿Y bien? ¿Algo qué decir antes de qué te ponga las sortijas para sellar nuestra unión?

-Sí… vete a la mierda.-y el cañón de una pistola me apunta directo a la cara mientras aquel tipo sonríe como un demente.

Doy un suspiro.

-¿Es qué ninguno de ustedes, cabrones, puede ofrecerme un juego de vídeo o siquiera un cigarrito siquiera una vez en la vida? ¡Si soy amable con ustedes!-pongo los ojos en blanco y ladeo la cabeza, escuchando el alarido de dolor qué suelta cuando el disparo rompe el cristal del coche y le asesta en la mano. Me vuelvo hacia el helicóptero donde un francotirador vuelve a cargar listo para cualquier cosa.-¡Gracias, Yoshiro!-grito, tirándole un besito mientras él sólo levanta un pulgar en el aire. Me vuelvo hacia mi cita de aquella noche qué está agarrándose su mano.-¿No te dijo tu madre qué jugar con armas es peligroso?-abro la puerta del coche y lo saco… herido como está, ni siquiera pone resistencia.

-Maldito hacker de mierda… te vas a acordar de mí.-masculla, mientras le pongo las esposas y tomo una profunda calada de nicotina.

-Pero si ni siquiera me has dicho tu nombre, cielo.-le digo, echando a andar hacia los agentes.-Cómo sea, fue divertido. Un placer… todo suyo, señores.-digo, entregándoselo a un par de agentes cuando el chirrido de un auto interrumpe mi entrega especial.

Cierro los ojos y suelto el humo por la nariz, casi escuchando el chillido incluso antes de qué perfore la atmósfera. La puerta del Mini Cooper de Linda se abre y empieza a encaminarse hacia a mí y no precisamente con intenciones de celebrar mi heroico acto de atrapar al tipo malo.

-¡M!-chilla Linda, usando mi “sobrenombre” si así podía llamársele a una letra para mantener oculta mi verdadera identidad.-¡¿Qué rayos fue todo eso?!-se planta delante de mí… para medir 1.58, ésa mujer sí que tenía carácter.

-Eh… ¿Un arresto muy romántico?-le digo sonriendo y ella rueda los ojos.-Bueno, al menos está esposado en lugar de manejando por la calle como un chiflado, ¿no?

La veo abrir la boca, seguramente para recalcarme lo peligroso de haberme desviado del plan y no haber acatado órdenes otra vez cuando el sonido de un móvil la interrumpe. Me mira con aprensión y yo me encojo de hombros…

-¿Sí, N?-dice, soltando un suspiro y sin dejar de fulminarme con la mirada.-Sí. Sí, ya está en el coche de los oficiales y listo para verte.-suelta un suspiro mucho más largo y se frota las sienes.-Sí, N, está aquí fumando de lo más tranquilo… vale, hablamos luego.-guarda el móvil y me mira, echando los ojos en blanco.-Cito: M, gracias por tu colaboración, lo qué hiciste fue muy valioso. Sin embargo, también pusiste en riesgo la misión por eso yo mismo me encargaré de tu auto. Fin de cita.-se cruza de brazos y yo siento un nudo en la garganta.

-¿Van a quitarme a Maggie? ¡Pero la necesito! ¡¿En qué voy a irme mañana a mi primer día de prácticas?-le digo, mirando a mi preciado Dodge Coronet… después de Marshmellow y mi PSP, ése auto era una de las cosas que más quería.

-Ya podrás tomar el autobús…-desvía la vista hacia la sarta de gente qué empieza a aglomerarse alrededor y sólo es cuestión de tiempo para qué llegue la prensa.-¿Vas a venir?-me pregunta, mirándome con sus enormes ojos castaños llenos de anhelo. Me rasco la nuca.

-¿A un baile de invierno? Ni en sueños, tengo cosas qué hacer…-le digo, arrojando la colilla de mi último cigarrillo al suelo y aplastándola con mi pie.

-¿Cómo por ejemplo…?-me dice, enarcando una ceja y sé qué se huele que voy a pasarme jugando el resto de la noche.

-Dormir las… cinco horas y media qué me quedan de sueño. Verme hermoso todos los días es un trabajo duro.-le digo sonriendo y ella me devuelve la sonrisa.

-Vale, cómo tú quieras. Te veré luego, supongo… si me voy ahora creo que todavía llego a tiempo para bailar un poco. ¿Seguro y no vienes?-me pregunta de nuevo, mirándome con ésa misma expresión… pero realmente un baile no era lo mío.

-Seguro, ve tú y diviértete. Ya me contarás luego a quién se folló Takada…-le digo y ella me pone los ojos en blanco porque Takada no le cae nada bien.

Se acerca y me abraza… y me pongo incómodo. Si bien Linda y yo éramos colegas y amigos desde hacía… bueno, desde qué tenía once no dejaba de incomodarme el hecho de que ella parecía aguardar a que algo más ocurriera entre ambos lo cual era totalmente imposible. Le devuelvo el abrazo lo más naturalmente qué puedo pero mi cuerpo no deja de estar rígido. Me da un suave beso en la mejilla y me arden las mejillas.

-Bien hecho, M. Te veré mañana.-me guiña un ojo y se va, derechito a mi coche.

Veo como se aleja y con un suspiro, meto mis manos en los bolsillos de mis vaqueros y empiezo a caminar hacia su Mini Cooper azul y totalmente afeminado. No quería ni pensar en el chiste ambulante qué iba a ser mañana en la facultad. Enciendo el coche y miro mi reflejo por el retrovisor…

Quién diría qué el mundo iba a seguir viéndose divertido en color naranja.

Sacudo la cabeza y me pierdo en las calles de Tokio.

“Puto auto. Puto clima. ¡Puto día de mierda!” maldigo internamente, mientras libero el humo con furia y miro hacia el otro lado de la calle… nada. El puto autobús no se asomaba, ni tampoco la puta lluvia cesaba y ya llevaba diez minutos de puto retraso para mi puto primer día de prácticas. ¿Es qué el día no podía joderse más? Y todo gracias a Near y su idea de quitarme a Maggie en plena época de lluvia. Simplemente de fábula. Mi móvil empieza a sonar al característico ritmo de The Hamster Dance y varias personas se vuelven a verme con cara de ‹‹¿Es en serio?››

-Si llamas para decirme qué voy tarde, lo sé, ni se te ocurra repetírmelo.-digo en cuanto pego el móvil a mi oreja.

-Vaya… ¿vas empezando la segunda cajetilla de cigarros? Debe de ser un día realmente malo.-me responde Matsuda al otro lado de la línea, conociéndome perfectamente bien para saber qué era mejor no meterse conmigo si no eran las diez de la mañana y yo ya llevaba un cajetilla entera.-Bueno, sólo iba a decirte qué yo también voy tarde y si quieres puedo pasar a recogerte… ¿Dónde estás?

Bueno, a lo mejor y el día no estuviera tan jodido después de todo.

-En la parada de autobús, la que está justo enfrente del puesto de vídeos porno.-le digo, sonrojándome porque era de allí mismo qué sacaba todos mis vídeos de Yaoi.

-Vale, pasaré a recogerte en diez minutos.-lo que le sumaba otros diez minutos de retraso a mi primer día y seguramente iban a ponerme una mala referencia. Cinco años de carrera derechito a la mierda.

-Vale.-le digo, guardando el móvil y tomando una profunda calada, agradeciéndole al Dios de la Nicotina por la existencia de los cigarrillos… sin ellos, estaría perdido.

Me convenzo de qué aquello no es tan importante… a fin de cuentas, si había decidido ir a la Universidad y estudiar una carrera era sólo por insistencia de Elle. Al parecer, el trabajar como hacker para la NPA no era algo qué pudiese poner en mi currículum para mantener mi “identidad” así que era necesario llevar una vida más normal al lado de las persecuciones y las balaceras. Y heme aquí, en medio de la lluvia y esperando ser esclavizado por algún regordete obsesionado con el dinero y vender videojuegos que según muchos ignorantes “pudren la mente de los niños.” Ni siquiera me había graduado todavía de programador de videojuegos y ya empezaban a joderme. El sonido de una bocina me saca de mis pensamientos y veo el viejo Jetta de Matsuda enfrente.

Veo cómo las personas me miran con fastidio, seguramente porque también iban con retraso a sus oficinas y tenían qué seguir mojándose el culo para después montarse en un autobús atiborrado de personas en trajes fastidiadas de su vida y considerando el saltar por la ventana de sus oficinas… di gracias al cielo por haberme opuesto a estudiar Finanzas por más que Elle intentó convencerme de ello, de lo contrario creo que ya me habría dado un tiro sin mencionar qué a mí los trajes y las corbatas no me van. Parpadeo cuando miro a Matsuda en uno de ésos trajes y él hace lo mismo.

-¡¿Qué llevas puesto?!-decimos ambos, mirándonos con horror.

-Un traje, ¿qué más? Pero tú… ¿en serio vas a ir así?-me dice, poniendo el auto en marcha y sacudiendo la cabeza.

-¿Qué tiene? Esto expresa mi creatividad y no estoy ahogándome con una estúpida corbata…-le digo, tratando de entender qué podía estar mal con mi camiseta de Jake el Perro.

-Si tú lo dices… y por cierto, gracias por dejar tus cenizas tiradas por todo mi auto, adoro aspirar para quitarlas de los asientos.-me dice, rodando los ojos y yo sonrío.

-Un placer, siempre estamos a la orden.-le digo y él se ríe, negando con la cabeza.

-No te vi ayer en el baile… déjame adivinar, ¿The Last of Us o Five Nights at Freddy’s?-me dice, enarcando una ceja.

-¿Para qué estudiaste programación de videojuegos si ni siquiera te gustan?-le digo, negando con la cabeza… ¿cómo podían no gustarle los videojuegos? ¡Si eran lo más hermoso después de la pizza!

-Pero me gusta el dinero y soy bueno en informática, llámalo negocio inteligente.-me dice, encogiéndose de hombros.-De cualquier forma, te perdiste el beso entre Hiromi y Yuki. Creo que ya está en YouTube.

-Bien sabía yo que ésos dos eran gays, siempre qué iba al baño Yuki estaba planchándose el pelo.-le digo, riendo mientras Matsuda simplemente niega con la cabeza.-¿Qué? No me vayas a decir qué eres homofóbico.

-No lo soy, pero tampoco disfruto el género… Vaya.-dice, abriendo sus ojos como platos y yo sigo la dirección de su mirada.

-A eso le llamo yo negocio inteligente…-digo, contemplando el enorme edificio con el logo de Nintendo CO. Al tope del mismo. Estaba a punto de cumplir uno de mis más grandes sueños.

Matsuda se estaciona a un lado de la calle y corremos hasta la entrada, tratando de mantenernos secos en el camino pero mi cabello no se salva y se pone húmedo… acababa de ganarme por lo menos una semana resfriado. Pero valía la pena. Estaba en la puta Nintendo CO. ¡Joder! Ésa no era cosa de todos los días. Lo publicaría en mi Twitter si tuviera uno y no odiase las redes sociales. Caminamos hacia los elevadores y sonrío al ver a Matsuda chequeando su corbata y arreglándose el pelo.

-Estás precioso, Matsu…-le digo con burla, tirándole un besito y él simplemente echa los ojos en blanco.

-A ver si dices eso cuando me asciendan de puesto… al menos no apesto a nicotina.-las puertas del elevador se abren y entonces me invade el pánico: Aquello parecía más una convención de finanzas qué una oficina de videojuegos.-¿Quién es el que quiere demostrar creatividad ahora?-me dice burlón y yo miro mi atuendo de nuevo… mierda.

-¿Matto-kun? ¿Touta-kun?-una mujer esquelética y con un ceñido vestido negro resaltando su cuerpo de tabla nos mira enarcando las cejas, frunciendo el ceño cuando repara en mí… siento la necesidad de encender un cigarrillo pero sé que por los próximos cuarenta y cinco minutos no podría hacerlo.-¿Son los pasantes de la Universidad de To-Oh? Están algo tarde…

-Me disculpo en nombre de ambos, comprenderá que el clima no era el más…

-No se preocupe, el Señor Cawthon está esperándolos. Pueden darme sus abrigos.-nos dice y antes de siquiera empezar a sacarme la chaqueta, ella casi me la arranca de encima.-¿Hay algo qué pueda ofrecerles? ¿Café, agua, refresco?

“Vaya… esto es mejor de lo qué creí” pensé, sintiéndome más que abrumado por la atmósfera tan formal de aquel lugar y a la vez tan distinta a la de una oficina regular.

-No, gracias. No se moleste.-le dice Matsuda sonriendo pero yo la verdad era que sí quería un refresco, no había tenido tiempo de comer antes de venir.

Estoy abriendo la boca para decirle a la mujer qué quiero una Coca-Cola cuando se escucha un bramido seguido de un montón de cosas rompiéndose… todo el mundo se queda helado y veo a la chica estremecer.

-¡¿Es qué nadie puede hacer nada bien?! ¡Largo de aquí!-una silla sale precipitada por el pasillo, estrellándose contra la pared y haciéndose añicos… me quedo boquiabierto.-¡Fuera, ignorante de pacotilla!

-S… ¡Sí, Señor Cawthon !-un hombre sale arrastrándose y pasa corriendo a nuestro lado, metiéndose en el elevador y presionando sin cesar el botón del lobby.-¡Es un maldito desquiciado!

Oh-oh.

Sí había escuchado bien, aquel hombre había dicho Señor Cawthon…justo el mismo hombre qué se suponía iba a ser mi jefe por las próximas doce semanas y sin cuya aprobación no iba a graduarme. Me empiezan a sudar las manos.

-¡No, no, no! ¡¿Es qué nadie puede hacerlo bien?! ¡Estoy harto de todos los programadores tan idiotas!-continúan los bramidos resonando por toda la oficina… y aparece un hombre delante de nosotros. Sus ojos grises se clavan en Matsuda y en mí y se queda helado justo dónde está.

-Matsuda…-susurro por lo bajo, pero éste está demasiado en shock para siquiera mover un solo dedo.-Matsuda, yo me largo, SEGA también está disponible… ése hombre está…

-¡TÚ!-dice y empieza a encaminarse hacia nosotros. Mi mirada se desvía al elevador… no estaba demasiado lejos, podía echar a correr hacia él.-¡No te muevas! ¡Quédate ahí!

“Maldición, me atrapó… vale, quizá el ducto de ventilación…” pienso, viendo uno a un costado de la pared y tratando de recordar algo del entrenamiento qué nos habían dado en las fuerzas especiales pero mi mente estaba en blanco. Y seguía queriendo un refresco. El hombre empuja a Matsuda y se queda viéndome fijamente, acercándose peligrosamente hasta mi cara… sus ojos grises se entrecierran y me recorre de arriba hacia abajo. Se me suben los colores a la cara.

-¿Por qué viniste vestido así y no de traje?-suelta, en medio del recibidor y con todos los ojos fijos en nosotros.

Me le quedo mirando un par de segundos… ¿Esto era parte de un examen? ¿Ya habían empezado a evaluarme? Busco a Matsuda con la mirada en busca de auxilio pero éste está más que boquiabierto viéndome…

-B-Bueno… me g-gusta Hora de Aventura.-respondo, encogiéndome de hombros y tratando de ignorar las miradas de incredulidad a mi alrededor.

Vuelve a entrecerrar los ojos, poniéndome todavía más incómodo pero o no le importa o simplemente no se da cuenta. Opto por la primera opción, reservándome la de qué está demente para después.

-Sakura, dale a éste chico mi horario… empiezas la próxima semana.-me dice, se da media vuelta y se pierde al final del pasillo.

Esperen… ¿qué? Pestañeo y miro a mí alrededor, buscando las cámaras escondidas y esperando a qué todos se pusieran a reír pero la chica sólo se dirige a su escritorio y empieza a teclear cosas en su computadora, los demás siguen su camino y es como si nada hubiese ocurrido. No podía ser, a lo mejor y seguía durmiendo y Marshmellow iba a venir a despertarme para qué le diera de comer en cualquier momento porque no había forma de que me hubiesen aceptado después de una sola pregunta.

-Muy bien, Matto-kun, aquí tienes tu nuevo horario. Por favor, si tienes algún inconveniente con él, llámame para informarme. Bienvenido a Nintendo Co.-me dedica una sonrisa, tendiéndome un papel y una carpeta.-¿Matto-kun?

-Eh… puedes dármelo a mí, creo que sigue en shock.-dice Matsuda y Sakura le entrega la carpeta y el papel.-Ven Matt, vamos.

Me toma del brazo y empieza a arrastrarme fuera de aquel lugar, pero yo apenas y siento las piernas. Matsuda no dice nada hasta qué estamos en su auto… y finalmente me clava sus ojos marrones.

-¿Qué puñetas fue todo eso?-me dice, como si yo supiera qué responderle.

-No tengo ni puta idea… ¿Crees qué sigo dormido? Pellízcame.-le digo y él niega con la cabeza, aflojándose la corbata y arrojándola al asiento trasero.

-Eres un bastardo con suerte, Matt.-enciende el auto y nos ponemos en marcha.-¿Vamos a desayunar? Me morí de hambre por nada.

Mi primer día de prácticas y había resultado ser tan bizarro qué ni siquiera había palabras para describirlo… me acomodo en el asiento, enciendo un cigarrillo y me quedo pensando en la palabras de Matsuda qué está parloteando pero no puedo escucharle por sobre la confusión qué tengo encima.

‹‹Un bastardo con suerte››

Quizá y sólo quizá, la vida estuviese recompensándome todo aquel sufrimiento.

Y quizá, también la pérdida de un rubio adicto al chocolate, pero creo qué no hay recompensa para eso.

-¡Dame un abrazo, Marshy!-digo, desbordado en lágrimas y tomando a mi gato de la cola para ponerlo entre mis brazos.-¡No, Chloe, no!

Marshmellow se revuelve entre mis brazos intentando zafarse y esquivar mis lágrimas, pero yo no ibas a soltarlo: ¡El final de Life is Strange había sido tan triste! No había podido contener las lágrimas, la relación lésbica entre Max y Chloe tenía qué seguir… ¡Chloe se lo merecía! Marshy sigue revolviéndose hasta qué empieza a arañarme.

-De acuerdo, ya, te suelto. Pero no vengas luego esperando qué te dé atún.-él me mira ofendido y se va moviendo su regordete trasero hasta la cocina.

Me quedo viendo la pantalla fijamente y me estremezco… conocía tan bien ésa sensación de déja vù, al ver la relación entre ésas dos chicas: Chloe una rebelde herida por el pasado y Max una hipster con poderes para devolver el tiempo y divago… divago queriendo borrar una pequeña parte de mi memoria invadida por los turbulentos recuerdos de un rubio chocoadicto pero a la vez no quisiera, me daría miedo el perder siquiera eso. Sacudo la cabeza y enciendo un cigarrillo: Estaba jugando con fuego y comprendía perfectamente los riesgos qué el fuego causa cuando se le da cavidad en la vida. Me levanto y voy a la cocina cuando los aullidos de Marshy se ponen intensos pero mi móvil suena justo en ése instante…

-¿Matt? Es Linda y… ¿qué demonios es ése sonido?-me dice y suelto una risilla: Marshy suena como una anciana follando cuando se pone a maullar.-Matt, ¿estás con alguien?-me pregunta y casi puedo verla palidecer al otro lado de la línea.

-Sí, con mi gato qué está fingiendo un orgasmo porque acabo de darle atún.-le digo y sonrío, imaginando a Linda rodando sus ojos.-¿Qué ocurre? No me digas qué los idiotas del FBI quieren más dispositivos paralizantes porque no crecen en los árboles.-le digo con fastidio… no pensaba pasar otras 75 horas soldando y programando chips en sus malditos autos blindados.

-No es nada de eso, te llamaba para recordarte qué mañana vienen Elle y Light de su viaje a Paris. Digo, sólo recordarte porque no te lo has olvidado, ¿verdad?-me dice y me atraganto con el humo.-Déjame adivinar: Tienes un compromiso súper importante y lo olvidaste.

-Uau, aparte de amargada también psíquica… me asombran tus poderes, Linda. ¿De casualidad también puedes eliminar los Lunes?-le digo y ella sólo suspira.-Vale, lo siento…

-Matt, sabes qué cada Diciembre 24 es la reunión familiar…-me dice, con ése tono maternal e irritante qué agradezco en momentos como éste.-Vas a tener qué zafarte de algún modo…

-Linda, yo no sé… mi jefe es… ¿Especial?-me rasco la nuca, tratando de no estremecerme al recordar la extraña y bastante hippie actitud de Scott para el qué llevaba trabajando una semana y media.-Además, son las prácticas universitarias, las necesito para qué me den el puñetero título…-Ella empieza a decir algo pero justo en ése momento suena el timbre.-Dame un segundo, alguien llama a la puerta.

Le cuelgo ignorando su amenaza y voy hacia la puerta, totalmente extrañado… no esperaba visitas a las dos de la mañana sin cita previa y las únicas citas qué recibía eran las de Matsuda porque estaba demasiado ebrio para manejar y necesitaba un lugar para quedarse.

-¡¿Scott?!-digo, con mi mandíbula casi cayéndose al suelo al verlo plantado con dos cafés de Starbucks y una enorme sonrisa.-Perdone… ¿qué hace aquí, Señor?

-Tranquilo Matty, ya te dije qué puedes llamarme Scott. ¿Me invitas a pasar?-me dice y aunque todo lo que quiero es cerrarle la puerta en la cara, sonrío y me hago a un lado.-Muchas gracias, espero no interrumpir.

“Sólo está asustándome hasta el culo, pero está bien” pienso, cerrando la puerta tras él y recordando muy tarde qué sólo voy en bóxers de Yoshi y una vieja camiseta con la dona de Homero Simpson en ella.

-¡Vaya! Tienes un lindo apartamento… ¡Y un gato!-Marshy mira a Scott de forma envenenada… aparte de Linda, a él no le gustaba nadie.

“Definitivamente, ahora sí perdió la cabeza” pienso, forzando otra sonrisa y preguntándome cómo un hombre tan raro y posiblemente drogadicto o algo así podía haber creado uno de los mejores juegos de la historia. Mi pánico le ganaba a la admiración.

-Te traje un latte de Vainilla, ven…-palmea el asiento a su lado y me ofrece un vaso de Starbucks con mi nombre y una carita feliz.-Sé que te gusta.

-Hmm… muchas gracias, Scott.-le digo, tomando el vaso e intentando convencerme de qué el mocoso no era un acosador. Porque sí señores: Scott era un mocoso de dieciocho años podrido en pasta.-Y… ¿qué te trae por aquí?

-Pues bueno, estaba en mi apartamento viendo caricaturas y comiendo helado y tuve un ataque de inspiración… ¡Por fin conseguí el final del juego! Y no podía esperar hasta mañana, tenía qué ponerme a ello el día de hoy. Por eso vine a buscar a mi programador favorito.-sonríe de una forma bastante creppy-kawaii y bebo otro sorbo de mi latte.

-Ya veo… bueno, ¿en qué puedo ayudarte?-“Aparte de ponerte una orden de restricción y cambiarme el nombre…” pienso, sentándome a su lado lo más lejos qué el sofá me lo permite.

Me sonríe y empieza a explicarme sus ideas… qué para ser honesto, están geniales. Creo qué Scott es uno de ésos lunáticos brillantes: Luciéndose en su área pero bastante torpes en el ámbito social. No es qué yo fuera muy diferente, pero… bueno, tampoco me aparecía en las casas de las personas en la madrugada, ¿verdad? Le escucho con atención mientras él empieza a teclear códigos y comandos, mostrándome la evolución de los personajes en algo totalmente enfermizo y terrorífico. Mi lado gamer se despierta al instante y se une a su emoción.

-… Y también tengo pensado agregar un mini juego con Springtrap, algo simple pero no tan simple ¿Sí me entiendes? Con una linterna y una silla y un jumpscare, ¿tú qué crees?-me dice, mostrándome un borrador del diseño. Mis ojos brillan al verlo.

-¡Sí! Genial… y también podrías agregar más de ésos mini animatrónicos sobre la cama, atrás del niño y eso daría más miedo sin mencionar qué sería un tanto más difícil.-le digo, arrancándole la computadora de las manos y poniéndome a programar el juego.

-¿Ves, Matty? Por eso eres mi favorito, tú sí entiendes lo qué quiero.-me dice y apoya una mano sobre mi hombro… con demasiada firmeza para mi gusto.

-Bueno, es qué yo… adoro los juegos con buenas historias, cómo cualquiera.-le digo, sonrojándome y tratando de alejarme pero él no me deja. Me aclaro la garganta.-¿A-Algo más en lo que pueda ayudarte?

-Sí, hay una cosa más.-doy un respingo cuando siento como me quita los goggles y los deja sobre la mesa, tomándome de los hombros y clavándome sus enormes ojos grises.-¿Me concederías un beso?

Mis ojos se abren a más no poder y por puro instinto empiezo a retroceder, hasta qué mi espalda queda pegada contra el reposadero del sofá y un escalofrío me recorre la espalda.

-¿Q-Qué…?-le digo, sin saber hacia dónde desviar la mirada. Su pulgar me toma del mentón con delicadeza y mi nerviosismo me hace enmudecer completamente.

-Matty… tú no eres ningún tonto, ya debes de haberte dado cuenta de mis sentimientos por ti. Me gustas. Y mucho.-pronuncia las últimas dos palabras con un tono más ronco y sé que trata de enfatizarme el ‹‹mucho››.

Trago grueso y tomando sus manos, empiezo a sacármelas de encima mientras niego fervientemente con la cabeza. ¿Es qué las cosas no podían ponerse más raras? ¡Mi jefe estaba declarándoseme! Y tenía la plena certeza de qué si me atrevía a rechazarle esto iba a afectar directamente sus impresiones sobre mí y, por ende, también el que obtuviera un título. Mierda. Mierda. Mierda.

-Eres muy dulce, Scott, pero yo… yo no me siento listo…-pone un dedo sobre mis labios y no hago sino ponerme más nervioso… ¡Demonios! ¿Dónde estaban Matsuda y sus borracheras cuándo los necesitaba?

-Tranquilo, Matty, yo no te pido una respuesta ahora mismo. Date un tiempo para considerarlo y un día podemos salir a pasar un buen rato.-sin darme tiempo a nada, se inclina y mis labios se encuentran con los suyos.

Mi corazón se acelera… se acelera tanto qué voy a tener una taquicardia en cualquier momento y sólo tenía veinticuatro años. No podía mover ni un solo músculo pero cada fibra de mí ser se revolvía por apartar a Scott de encima de mí aunque eso me costase cinco años de ir a sentarme durante ocho horas seguidas aprendiendo acerca de algo qué ya me sabía de memoria. Escucho un maullido y lo siguiente qué ocurre, es mi gato clavándole las uñas en la cara a mi jefe qué chilla y maldice a todo pulmón. Sonrío, por primera vez Marshmellow era más que otra boca a la cual alimentar.

-¡Quítamelo, joder! ¡Quítamelo de encima! ¡Maldito gato!-sacudo la cabeza mientras lo veo trastabillar por todo el apartamento.

-¡Lo siento tanto!-“¡Nah! No realmente, tú te lo buscaste” pienso, conteniendo la risa y tratando de sacarle a Marshy de encima sin demasiado entusiasmo.-No sé qué le ha pasado, él siempre es un gato muy amable.

-Joder… ¡Maldito animal!-grita, sobándose la cara arañada y ensangrentada con una mano.-Ugh…

-De veras lo siento, déjame ayudarte…-me acerco a regañadientes, tomando un pañuelo de papel sobre la mesa y acercándoselo a la cara.-Tendrás qué lavarte.

Marshy hace ademán de volverlo a arañar y Scott lo fulmina con la mirada y sé que la única razón por la que no sigue despotricando en contra de mi pobre mascota es porque yo estoy presente y está intentando “conquistarme.” Esto merecía una recompensa, le compraría a Marshy un pescado de verdad para darle una buena cena mañana.

-Tranquilo, no pasa nada. Déjalo Matt, será mejor qué vaya a casa.-me dice, deteniendo mi mano entre la suya y dedicándome una sonrisa.-Aún así, fue un placer.-deposita un beso sobre mi mano y me estremezco porque no me agrada el contacto tan descarado.

-Me alegra qué no te haya hecho mucho daño.-Y aquí está lo que en verdad quise decir: “¡Carajo, Marshy! ¡¿Por qué no lo arañaste más, joder?!” pero sigo sonriendo.-Y aprovechando qué viniste y adelantamos un poco el trabajo, quería pedirte si podías darme el día libre mañana.

Parpadea un par de segundos pero si había venido a mi apartamento a las dos de la mañana para darme café, programar un videojuego y encima tener el atrevimiento de venir a besarme qué valiera la pena. Lo veo fruncir el ceño pero luego de un suspiro asiente.

-De acuerdo, supongo qué puedo darte un día libre y trabajar con tu amigo.-dice despectivamente y contengo las ganas de darle un zape. Me sonríe de la misma forma en qué yo lo he estado haciendo desde qué se metió a mi casa.-Prométeme qué vas a pensarlo, ¿vale?

-No puedo prometerte nada, Scott, pero lo intentaré.-le digo y aunque eso no parece gustarle, vuelve a asentir y se acerca a mi mejilla.

-Matty… de veras me gustas.-me susurra, causándome escalofríos y separándose.-De acuerdo, te dejo descansar. Buenas… digo, buen día.

Toma su computadora, su café y con una sonrisa saca su cara arañada de mi apartamento… me quedo unos segundos de pie mirando la puerta y luego tomo a mi gato entre mis brazos pese a las protestas de la pobre criatura y la zarandeo de un lado a otro.

-Te has ganado una comida de rey, Marshy. ¡Eres lo máximo!-vuelvo a abrazarlo y él aúlla con fastidio pero no vuelve a arañarme.-Gracias por salvarme de mi jefe.

Me mira durante unos segundos y luego salta de mis brazos, yéndose directo a su cama. Me dejo caer sobre los cojines y toco mis labios… No, definitivamente no.

No estaban ni por cerca de saber a chocolate.

-No me jodas…-me dice Matsuda, con sus ojos marrones abiertos de par en par mientras mastica el resto de sus panqueques con fresas y jarabe de maple.-Entonces… Cawthon, ¿es gay?

-Al parecer lo es, digo, es la primera vez qué alguien se aparece a las dos de la mañana en mi apartamento para besarme y casi violarme.-le digo, rascándome las sienes y tratando de olvidar el asunto.-¿Qué se supone que debo hacer ahora? Si la cago y le digo qué no, estaré frito…

Matsuda no dice nada. Al menos no en el momento, se limita a masticar su desayuno y yo intento hacer lo propio con el mío pero por primera vez el tocino no me despierta el apetito, mi cabeza seguía yéndose a cada minuto al momento en qué Scott me había besado… me sentía tan sucio y furioso, de no haber sido por Marshy quizá el tipo me hubiese violado ahí mismo. Suelto un suspiro y empujo el desayuno a un lado casi sin tocar.

-Tranquilo Matt, seguro y el tipo sólo está confundido… recuerda qué sigue siendo un idiota de dieciocho años con las hormonas a tope y montones de dinero.-me tranquiliza, tomando mi mano y agradezco tener un amigo tan leal cómo él.-¿Por qué no le pides un par de semanas? No te has tomado un descanso desde qué empezamos a trabajar para él.

-¿Un descanso?-le digo casi con horror: Yo nunca me tomaba descansos, además, me gustaba trabajar.-No lo sé, recuerda que mi título depende de eso…

-Ya lo sé, pero de momento es lo mejor. Dile al tipo qué necesitas tiempo de calidad contigo mismo o que tu gato va a tener crías o ¡yo qué sé! Alguna mierda con la que te deje zafarte de su oficina y sus acosos por al menos un par de días.-me dice, sonriéndome para animarme.

-Lo reconsideraré, pero ahora…-miro el reloj en la pared y me pongo de pie.-Deberíamos marcharnos, sabes qué Enoki-sensei se enfurece si llegamos tarde a su clase.

Asiente y pagamos la cuenta, mitad y mitad como siempre qué salimos a desayunar. Matsuda empieza a contarme acerca de su última andada con una chica de la facultad de medicina qué le enseñó mucha más biología de la que se requiere para la carrera de programación de videojuegos. Sonrío y asiento en los momentos indicados, tratando de parecer qué estoy prestándole atención pero en realidad casi nunca lo hago… sí, lo sé, suena bastante grosero pero es que me cuesta concentrarme y a veces hablar de chicas me parece demasiado aburrido sobre todo porque la mayoría están locas o simplemente se pasan de putas.

La rejilla de la Universidad aparece delante de nosotros e intento concentrarme… no entiendo porque últimamente se me hace tan difícil concentrarme en mi propia vida, si no estaba en una misión con Linda o con Near, entonces pareciera que me vuelvo un robot programado para seguir comandos simples de una manera demasiado sin vida. A lo mejor era por las fechas o quizá por el hecho de qué ahora que conocía otro lado de la vida éste se me hacía mucho más pesado de llevar. Por la razón qué fuera, cuando entré al salón supe que no iba a escuchar nada de la clase así que me dispuse a colar mi PSP entre el cuaderno e intentar pasarme el Call of Duty… sólo esperaba qué me durara más de media hora.

Ni siquiera fui consciente de cuando Enoki-sensei empezó a hablar acerca del funcionamiento interno de un Software o cómo crear una propia red multicomputacional para generar más alcance en… Bueno, ¿qué importa? Toda esta basura ya me la sabía de memoria. Maldito Elle y su obsesión por mantener una carrera, es decir, ¿por qué no podía poner en mi maldito currículum que mi profesión era hallar archivos ocultos o programar armas gubernamentales? ¿Qué había de malo con eso? Era una profesión, mucho más interesante qué cualquier carrera incluso si ésta incluía videojuegos y un acosador profesional.

-¡Matto-kun!-grito un sonrojado Enoki-sensei, haciendo qué todos los ojos se volvieran hacia a mí. Me quedo quieto, sintiendo su respiración encima de mi cabeza.-Vaya, ¿Con qué le gusta jugar videojuegos en mi clase, Matto-kun? Ya que muestra un enorme interés, ¿por qué no me muestra cómo programar un multired?

Alzo la vista lentamente, sintiéndome bastante incómodo… odiaba cuando la situación se concentraba en mí. Trato de sonreír pero él sólo se enfurece más y extiende la mano. Doy un suspiro y me despido en silencio de mi bebé, suerte qué tenía otro en casa o entonces sí estaría retorciéndome en el suelo.

-¿Y bien? Espere, se me ocurre algo mejor… ya qué parece más interesado en la práctica, usted me entregará un proyecto para finales de ésta semana y le costará el 70% de su calificación.-me dice sonriendo como el Gato Risón mientras yo sólo puedo atragantarme con el propio nudo de mi garganta.-Y más le vale qué sea algo increíble, Matto-kun, yo no suelo impresionarme fácilmente.

Se da media vuelta y continúa con su clase, mientras yo me quedo pestañeando y miro a Matsuda que está negando con la cabeza y dedicándome ésa mirada de ‹‹Estás jodido, viejo›› para luego volverse a tomar apuntes. Genial, no era suficiente con trabajar para un acosador, trabajar para el gobierno, estudiar en la maldita Universidad y tener una cena ésta noche con… “Esperen, ésta noche vienen Elle y Light de Paris… ¡Maldición! ¡No he comprado nada para su pequeño engendro! Diablos, ¡Y todavía no me pagan!” pienso, suspirando e intentando recordar cuánta pasta tenía pero seguramente no era la suficiente para comprar algo decente. Me palmeo la frente y trato de relajarme… necesitaba un cigarrillo con urgencia. “Oh, vamos… ¡Al diablo!” me pongo de pie, tomo mis cosas y empiezo a salir del salón ignorando las miradas sobre mí.

Una vez fuera, saco un cigarrillo de mi mochila casi con desesperación y exhalo el humo, sintiendo ésa bonita sensación relajante que sólo la nicotina era capaz de regalarme. “De acuerdo, la cena es las seis, hoy no tengo trabajo… esperen, sí, tengo qué ir a casa y dejarle comida a Marshy qué espera un jugoso salmón” empiezo a divagar, hasta qué incluso los pasillos de la universidad empiezan a asfixiarme y decido salir de ahí antes de perder la cabeza. El viento sopla, consumiendo mi cigarrillo por mí y maldigo en mi interior por no haberme traído la chaqueta. Vuelvo a tomar otra calada y miro el cielo grisáceo, anunciando próximamente la llegada del invierno y la tan ansiada navidad.

“De acuerdo, si yo fuera una pequeña pesadilla de nueve años y medio, sabelotodo y bastante curiosa… ¿qué me gustaría?” pienso, mirando los escaparates pero todo lo qué había eran juguetes por doquier. Juguetes que le gustarían a cualquier niña normal pero la hija de Light y Elle era cualquier cosa menos una niña normal y quería darle algo especial, las navidades eran para que el tío genial se luciera y ése era yo. “¿Postres? ¡Nah! Hmm… ¿Una mascota? Tampoco, para eso tiene a sus padres. Demonios estoy quedándome sin…. ¡Libros! ¡Perfecto!” pienso sonriendo y dirigiéndome hacia una librería hasta qué algo en el escaparate capta mi atención y me hace dejar caer el cigarrillo de la boca… y vuelvo a sonreír.

Sí, en definitiva ése iba a ser el regalo perfecto.

-¿Cómo me veo, Marshy?-le digo a mi gato qué me mira fijamente un segundo y vuelve a centrar su atención en su salmón.-Vale, de acuerdo, tú salmón está más guapo.

Me paso los dedos por el pelo intentando desanudarlo o al menos qué no luzca como un estropajo… pero me distraigo en mi reflejo. El chico del espejo alza sus cejas confuso igual qué yo, parpadea igual qué yo pero no puedo dejar de sentir que a la vez es diferente. Hay algo en él que ya no puedo reconocer, quizá sea la sombra que recubre sus ojos o quizá la forma en qué frunce los labios y aprieta un cigarrillo entre éstos o quizá… quizá sea que le falta algo. Sacudo la cabeza y me pongo los goggles, olvidando ésos pensamientos. Ya le había regalado un año de mi vida al Doctor McKlein, ni loco iba a volver a sentarme con un terapista para hablar acerca de mis sentimientos, miedos, sueños y toda ésa mierda.

-¡Matty! ¡Ya llegué!-escucho la voz de Linda en el segundo piso y compongo mi mejor sonrisa, tratando de mantenerla para dirigirme a las escaleras.-¡Uau! ¡Te ves genial!-me dice en cuanto me ve y agacho la mirada.

-Vamos, voy de rayas cómo todos los días.-le digo, mirando mi camisa gris y negra haciendo juego con mis vaqueros morado deslavado.-Tú también te ves muy bonita.-sonrío al verla y ella asiente con un leve sonrojo en sus mejillas.

Poco quedaba de la chiquilla con dos coletas de nuestros tiempos en Wammy’s: Linda se había convertido en toda una mujer y guapísima, con su cabello rubio al estilo Pixie y su ropa siempre a la moda. Cualquiera tendría suerte de tener su atención, por eso no podía evitar sentirme como un completo patán al rechazar sus intentos por intentar que una relación amorosa funcionara entre nosotros dos, pero… la veía simplemente como a una hermana, contra eso no podía hacer nada.

-Vale, ¿nos vamos? ¿Le dejaste comida a Marshy?-me pregunta y el ronroneo de mi gato con el estómago hinchado responde por mí.-Creo que él estará bien por ésta noche.

Le abro la puerta y nos dirigimos a mi coche… casi me saltan las lágrimas, mi Dodge era simplemente una parte de mí.

-¡Maggie! ¡Te extrañé!-me arrojo a él, abrazando el capó mientras Linda rueda los ojos.

-Hombres y sus estúpidos autos. Ten…-me lanza las llaves con un llavero de un minion y se sube al asiento del copiloto.-Disfrútalo, Near hizo qué le pusieran un poco más de velocidad.

-Nunca esperé decir esto, pero creo qué empiezo a querer a Near. Por cierto, ¿él viene?-pregunto, poniendo el auto en marcha y sonriendo al sentir el ronroneo del motor.

-Por supuesto, o al menos eso fue lo qué dijo. No le he visto desde hace casi seis meses, me pregunto porque tanto misterio.-dice ella, prendiendo la radio. Suelto un suspiro al escuchar a Ariana Grande sonando por las bocinas.-¿Qué?

-Nada, sigo sin entender porque te gustan ésas niñerías… es decir, ¿a eso le llamas música?-le digo, echando los ojos en blanco.

-Bueno, quizá no sea una Vocaloid japonesa cachonda y de pelo turquesa, pero a mí me gusta.-me ataca, sonriéndome de forma burlona.

Me sonrojo y la dejo con su música… pocos sabían de mi amor por Miku Hatsune, pero en mi defensa ella canta precioso y es una buena artista. Si tan sólo fuera de verdad…

-¿Qué le compraste?-me pregunta, mirando el pequeño paquete en la parte trasera y frunciendo el ceño.-Matt, se supone qué tenías que envolverlo en papel de regalo…

Niego con la cabeza.

-No cuando ése regalo es para la hija de Elle y Light… ya sabes qué ella es especial.-le digo y ella sólo suspira.

-Yo le compré una muñeca…-me dice y reviento a reír.-¡Oye! ¿Qué tiene? A todas las niñas les gustan las muñecas.-me mira ceñuda, cruzándose de brazos.

-Y es por eso, Linda, qué yo sigo siendo el tío genial.-le digo guiñándole un ojo mientras ella refunfuña y mira por la ventana.

Nos quedamos en silencio, únicamente con su ruido de fondo mientras miro hacia el frente y trato de pensar… si sería tan malo darle una oportunidad a Linda. Sé qué no soy gay, mi propio terapista me lo dijo ya qué sólo he sentido atracción por un solo hombre en mi vida. Pero ése hombre se había desvanecido en el pasado y yo había seguido adelante, ¿por qué no podía darle una oportunidad a una chica dulce cómo Linda que en verdad se preocupaba por mí? Y mejor aún: Que estaba aquí conmigo. Suelto una calada de humo y la miro de reojo cuando un semáforo se pone en rojo: Buenas tetas, hermoso rostro y una personalidad ruda… ¡La chica era el lote completo!

“Vale, pero aún así, yo sigo siendo un friki” pienso, viendo lo mucho qué distábamos el uno del otro: Linda estudiaba bellas artes, yo programación de videojuegos. Ella siempre estaba a la moda y yo disfrutaba comprando mi ropa en Hot Topic. A ella le gustaba el pop y a mí en rock indie, ella era vegetariana y yo amaba el tocino… era juntar agua y aceite, en algún punto se iba a acabar mal. Ella me mira y agita su mano frente a mi cara, trayéndome de vuelta la realidad y riéndose un poco. Se me suben los colores a la cara.

-¡Ya arranca, Matty!-me dice aún entre risas, acompañada del bocinazo de los demás conductores. Frunzo el ceño, bajo la ventanilla y levanto mi dedo anular.-¡Oye! ¡No pelees!

-No estoy peleando, simplemente le envío un saludo a ése imbécil… si quiere ir tan rápido, debería pasar encima de los demás coches.-le digo, acelerando y perdiendo aquel coche atrás.

Ella simplemente niega con la cabeza y vuelve a ver por la ventana y yo simplemente me dedico a manejar intentando no quedarme viéndola como un idiota ni pensando idioteces aún peores. Lo mejor era seguir siendo su amigo y no estropearlo todo intentando algo qué hasta yo mismo sabía que no iba a funcionar. La casa… ¡Qué digo casa! La enorme mansión de Light y Elle se asoma al frente y mi mandíbula casi toca el suelo: ¡Estaba más grande si cabe!

-Vale, esto… esto es pasarse de la raya. Sólo vienen una puta vez al año como para tener una casa así.-le digo a Linda, estacionando al frente y quedándome todavía más boquiabierto.

-Elle mencionó algo acerca de conseguir un nuevo empleo aquí… supongo qué irán a mudarse o algo por el estilo.-me dice ella, contemplando el jardín lleno de hermosas plantas. Me mira y cruza los brazos.

-¿Y ahora qué hice? Traje el regalo, sólo he dicho una palabrota y… ¡Eh! ¡No lo hagas! ¡No…! Lo hiciste.-le digo, suspirando al ver como aplasta mi cigarrillo con su tacón.-¿Sabes? Podías haberme dicho qué lo apagara o simplemente me lo acabara, me cuestan dinero.

-No necesitarías gastar dinero en éstas porquerías si dejaras ése horrible vicio.-me dice indignada y yo ruedo los ojos.

-Sí, mamá, ¿al menos podrías dejarle ése papel a Light ésta noche? Estoy seguro de que él también va a criticarme porque… ¡Puta madre!-digo, cuando un impacto me tumba al piso haciendo qué incluso mis goggles salgan volando.-Pero, ¿qué rayos…?-digo, mirando a mi alrededor hasta qué un par de botitas y una maraña de cabello castaño caen justo frente a mi rostro.

-¡Tío M! Creí que te había enseñado mejor… no aprendiste nada.-me dice una voz dulce y cantarina en perfecto japonés, ayudando a ponerme de pie.

La sonrisa invade mi cara casi de forma involuntaria y sin pensarlo, tomo a aquella pequeña criatura entre mis brazos y empiezo a lanzarla al aire para volverla a atrapar mientras ella ríe sin parar… contagiándome de su alegría.

-¡Ya para, tío M! ¡Acabo de comerme el pastel de papá!-me dice, mientras la atrapo y soplo en su estómago mientras ella se retuerce entre mis brazos.

-Eso explica muchísimo…-dice una voz ronca y cansada en el umbral de la puerta. Alzo la vista y ahí me recibe un hombre pelinegro y de enormes ojos negros, con una pequeña sonrisa en su rostro anguloso.-Bienvenidos y…

-¡Ellaine Clarissa Lawliet, espero qué estés usando abrigo si estás en la calle! ¡Y tú también, Elle Lawliet!-chilla una voz muy parecida a la de Ellie por el vestíbulo.

Ella suspira al igual qué Elle y ambos dicen al unísono…

-Sí, Light…

-Sí, papi…

Ambos se miran fijamente por unos segundos.

-No diré nada si me das tu porción de pastel...-dice ella y Elle abre sus ojos como platos pero luego suspira y asiente.-Y si me das un hermanito.

-Eso díselo a tu papi, a mí no me mires.-responde el pelinegro encogiéndose de hombros mientras ella sólo suspira.

-Pero él dijo qué no… tú eres mi papá, tú deberías hacer algo al respecto y sé qué puedes.-dice y Elle simplemente desvía la mirada…

-Chicos, no quiero interrumpir su plática acerca de procreación pero… ¿podemos entrar? Se me está congelando el trasero.-les digo y Elle asiente.

-Te extrañé tío M… ¡A ti también tía Linda!-dice la pequeña, zafándose de mis brazos para ir hacia los de Linda.-Te traje algo de Paris… ¡A ti también tío M!

-¡Genial! Vamos…-ambas entran de la mano y justo cuando yo estoy a punto de pasar, Elle me detiene y me sonríe de forma burlona.

-Escuche qué atrapaste a Higuchi…-me dice, guiñándome un ojo y me enseña un periódico.-Saliste en primera plana.

-¡Diablos! Y ni siquiera captaron mi mejor ángulo…-le digo y él suelta una risa, mientras se encamina hacia dentro.

No demasiadas cosas habían cambiado, salvo qué ahora Elle había dejado de ser, bueno… L y se dedicaba a llevar la compañía de patentes que Watari había dejado antes de morir y Light se había enfocado en su carrera como psiquiatra. Ellie había llegado como un milagro a la vida de ambos… era, literalmente, la luz de ambos y también la perfecta combinación entre los dos, tanto así qué incluso era impresionante. Ellie era como una Lisa Simpson sólo que más bajita: Sabelotodo y con talento para cualquier cosa qué involucrara el cerebro… O sea todo. Había heredado el gusto de Elle por la música y el amor de Light por la lectura, de ahí que a sus cortos nueve años y medio tuviese una propia biblioteca para distraerse.

La observo hablando con Linda, sin poderme creer el paso de los años desde qué había nacido… sonrío, perdiéndome en los recuerdos de aquel día que había sido uno de los más desastrosos qué recordaba, ahora valoraba más el proceso de traer a un mocoso al mundo…

-Flashback-

-Light, ¿estás seguro de qué no quieres irte a dormir?-le digo, pero el castaño niega con la cabeza y se mete una cucharada de mantequilla de maní a la boca… me entran náuseas.-¿No te aburre comer eso todo el tiempo?

-No, ¡es deliciosa! Pero de seguro qué luego de esto acabaré como una pelota…-dice soltando un suspiro y acariciándose el hinchado vientre qué parece a punto de reventar.-Me pregunto qué será… ¿Sabes? Quiero qué sea igualito a Elle, tan lindo con ésos enormes ojos negros…-se mira el vientre con añoranza y yo sonrío, porque parece tan feliz.

-De seguro y se te hace realidad el deseo, haz sido la mejor… eh… papá qué he conocido.-le digo, rascándome la nuca mientras él suelta una risilla.

-De veras eso espero… ¿Qué hora es? Elle ya debería de haberme llamado… ¿Crees qué se le haya olvidado?-me dice y por un segundo su voz parece a punto de romperse.

“Diablos, no tengo nada en contra de la procreación pero sus cambios de humor en verdad me dan miedo” pienso, soltando un suspiro y yendo a su lado para tomarlo de la mano.

-No te preocupes, seguro y ya te llama. ¿Quieres ver tele?-le digo y él asiente, apretando mi mano pero viendo el reloj de nuevo.-Tranquilo, Light, Elle debe de estar ocupado.

-Es qué… extraño qué me cante para que me duerma. Y el bebé también.-me dice, haciendo un puchero y frotándose la panza. Lo hacía a cada momento.

Lo miro fijamente… ¿Dolería? ¿Qué se sentiría cargar con una criatura adentro de uno? Light parecía llevarlo muy bien, muy pocas veces lo había visto gritándole a Elle o quejándose por algo y su apetito no parecía tan alterado… bueno, salvo porque se la pasaba comiendo mantequilla de cacahuete.

-¿Qué sucede? Ya estoy muy gordo, ¿verdad? ¡Lo sabía! Elle no me lo dice para qué no me sienta mal…-dice, apretando las manos en dos puños y frunciendo el ceño.-Ése idiota… ¡Cretino mentiroso! En cuanto me llame me va a oír…

-¡Light, tranquilo! No es nada de eso…-le digo, suspirando al ver su estallido de ira. Bien, ya habíamos pasado por el llanto, la euforia, la tristeza y ahora la ira… ésas eran la mayoría de emociones, no podía haber otra cosa.

-¿Y entonces por qué me veías así? ¿Crees qué estoy gordo?-me dice, ahora atacándome a mí.

“Maldita sea, si Light no mata a Elle lo haré yo cuando vuelva de Australia” pienso, recordándome mentalmente qué es la última vez que accedo a hacerme cargo de cualquier persona embarazada. Tomo aire y me preparo, porque no puedo hacer nada más que entender al pobre Light.

-No, Light, créeme: No creo qué hayas aumentado de peso. Te miraba porque… estaba preguntándome qué se siente cargar con otra persona ahí dentro.-le digo, mirando su vientre de nuevo y estremeciéndome.-¿No te pesa mucho?

Me sonríe dulcemente y entonces comprendo porque Elle le tolera incluso el que la arroje secadoras de pelo y le diga idiota y luego de eso tenga qué consolar a Light cuando revienta en llanto histérico… el castaño tenía una de las sonrisas más dulces qué había visto, una sonrisa… una sonrisa parecida a la qué yo solía tener.

-Bueno… sí, pesa un poco y a veces la espalda y los pies me duelen mucho, pero…-se mira la panza y la infinita expresión de amor qué refleja su rostro es tan única como su sonrisa.-todo eso no importa cuando sabes qué llevas algo tan bello, algo tan inocente y pequeño qué tienes que proteger. No importa si soy un saco de emociones o tengo qué aumentar trescientos kilos, eso está bien si mi Mini Elle está bien.

Le sonrío y miro de nuevo su panza.

-¿Quieres sentirlo?-me pregunta y mis ojos se abren como platos.

-¿En serio, Light? Yo… no sé.-le digo, sonrojándome pero él se ríe y toma mi mano entre las suyas. Soy incapaz incluso de respirar.

-Mira Mini Elle, te presento al tío Matt…-dice en voz suave y arrulladora, mientras siento la piel dura y cálida debajo de mis palmas.-Estoy seguro de qué él va a gustarte mucho, es muy dulce y atento conmigo y también muy inteligente. Seguro tendrás con quien jugar.-sigue y se ríe, mientras mis mejillas arden con fuerza.-Todos te queremos mi amor, no sabes cuánto…

“Se siente… tan cálido y tan bonito. Ya entiendo porque a Light le gusta” pienso y doy un respingo cuando siento un pequeño golpe. Light se ríe y me revuelve el pelo mientras yo me quedo quieto, esperando sentir algo de nuevo pero no hay nada.

-Vale, creo qué quiero un poco de limonada rosa… iré a por ella, ¿tú quieres, Matty?-me pregunta y trato de ir yo a por su limonada pero él niega con la cabeza.-Déjame Matty, ya me duele el trasero de…

Se queda quieto enfrente del umbral de la cocina, sujetándose el vientre con fuerza y soltando un pequeño quejido… me quedo en shock, no puedo moverme y el pánico lentamente empieza a treparme por la garganta. Veo qué los pantalones de Light empiezan a mojarse y mi mandíbula casi toca al suelo… ¡No puede ser! ¡Se hizo pipí! Sacudo la cabeza y corro hacia él.

-¡Light! ¡¿Estás bien?! Tranquilo, no se lo diré a nadie, ven… vamos al baño para qué te laves.-le digo, tomándolo de la mano pero él sigue con sus ojos desorbitados viendo hacia la pared.-No tengas pena, Light, de verdad: Lo entiendo y no voy a…

-Matty… ¿Podrías llamar a urgencias, por favor? Y luego a mi marido si no es mucha molestia.-se deja caer en el suelo y empieza a respirar de forma entre cortada.-Voy a tener un bebé…

-Sí, tranquilo ahora mismo… ¡¿QUÉ?!-le digo, volviéndome a verlo con los ojos como platos mientras él sigue en suelo respirando rítmicamente mientras empieza a sudar.-Espera, ¿Es en serio…?

-¡LLAMA A MI MALDITO MARIDO! ¡AHORA!-grita a todo pulmón y corro hacia el teléfono.

“Mierda… ¡Mierda! ¡¿Por qué a mí?! ¡Yo no sé nada de bebés!”pienso, mientras Light lanza un chillido qué me hace dar un brinco y casi tirar el teléfono al suelo… “Elle me la debe a lo grande” pienso, tratando de marcar el número con manos temblorosas.

-Matt, si estás llamándome para alguna estu…

-¡ELLE, MALDITO BASTARDO FLOJO Y HOLGAZÁN ARRASTRA TU MALDITO TRASERO HASTA ACÁ! ¡IMBÉCIL, POR TU CULPA…!

-¿Ésa te parece suficiente estupidez?-le digo y sólo hay silencio al otro lado de la línea.-¡Di algo, Elle! ¡Yo no sé nada acerca de partos y no quiero aprender así! ¡Tengo quince años!-le digo, viendo cómo Light sigue tirado en el suelo gritando obscenidades tan grandes qué en mi vida esperé escuchar y retorciéndose.

-Llama al Doctor Hawthorne y qué lleven de inmediato a Light a emergencias… y llegaré en catorce horas.-me dice y cuelga, dejándome con la mandíbula en el suelo.

Cuelgo el teléfono y me acerco a Light qué tiene las mejillas rojizas y respira entrecortadamente, con todo el pelo hecho un desastre y sudando como si fuera una maldita regadera…

-¿Y bien? ¿Qué…dijo…?-me dice, tomándome del cuello de la camisa y acercándome a su rostro. Podría apostar a qué acabo de ver mi vida pasar frente a mis ojos porque estoy seguro de qué voy a morir.-¡Qué te dijo!-chilla y cierro los ojos.

-Él dijo qué llamara al Doctor Hawthorne…

-¿Y..?-dice, y sé qué se viene lo peor.

“Bueno… supongo qué aquí es donde digo ‹‹¡Adiós Mundo Cruel!›› de forma dramática” pienso, mirando los ojos brillosos y ansiosos de Light.

-…Y qué iba a llegar en catorce horas.-mascullo y lo siguiente qué recuerdo, era haber sido zarandeado con tanta fuerza qué el cerebro me rodó adentro del cráneo.

-¡NO PIENSO TENER A NINGÚN BEBÉ HASTA QUÉ ÉSE DESGRACIADO ESTÉ AQUÍ CONMIGO! ¡ÉL ME HIZO ESTO!-siguió chillando, zarandeándome con fuerza.

Cierro los ojos… sí, en definitiva iba a aprender cómo llegan los bebés a éste mundo con todos sus colores.

-Oye chico, ¿no eres un poco joven para estar aquí?-me pregunta un Señor en la sala de espera en el ala de maternidad, mirándome con una ceja enarcada.

Miro a mi alrededor y sólo hay Señores… soy el único niño entre todos ellos. Doy un suspiro y me paso las manos por el pelo, mirando el reloj y tratando de qué éste fuera más rápido.

-No, yo sólo…

-¡NO TE ATREVAS A GRABARME CON ÉSA PORQUERÍA, MALDITO IMBÉCIL! ¡ELLE HIJO DE…!-se escuchan las groserías de Light por todo el pasillo.

Me encojo de hombros y el Señor a mi lado hace lo mismo y agradezco no ser el pobre enfermero qué se ha condenado a sí mismo para grabar el parto para Elle.

-…estoy acompañando a ésa persona.-le digo y el Señor me mira con profunda pena.

-Suerte con eso.-me dice y desvía la vista a su periódico mientras yo sigo mordiéndome las uñas.

Un chillido tan agudo y profundo resuella por todo el pasillo y me fuerza a tirarme al suelo, cubriéndome los oídos al igual que el resto de los presentes… Maldita sea, Elle era hombre muerto. Si light no lo mataba, lo haría yo mismo por dejarme siendo la niñera de su embarazado esposo.

-Esto apesta…-mascullo, mirándome los dedos para comprobar qué no me ha salido sangre de los oídos cuando veo al Doctor Roland asomarse por el pasillo totalmente exhausto y tirando el gorro al suelo.-Corrección: Esto está verdaderamente jodido.

-Matt… será mejor qué vayas ahí dentro.-me dice con un suspiro, frotándose las sienes.

-Dígame… no va a matarme, ¿verdad?-le digo, mirando el pasillo con desconfianza pero él niega con la cabeza.

-Está demasiado exhausto para hacerlo… y si ves a Elle… dile qué me la debe en grande.-me dice, entrecerrando los ojos mientras yo asiento.

Ya éramos dos. Empiezo a avanzar lentamente por aquel pasillo y me quedo indeciso frente a la puerta, considerando mis posibilidades de salir corriendo y dejárselo a Elle pero no podía dejar al pobre Light solo. “Bueno, al menos con esto ya puedo pedir un Game Cube” pienso, tomando aire y asomando la cabeza…cierro los ojos esperando la lluvia de groserías pero con lo único qué me encuentro es con las risas de Light y un par de sonidos débiles y raros.

-¿Light…?-pregunto con voz trémula, entrando a la habitación con el mismo cuidado qué entras a un campo lleno de minas.-¿Estás bien?

-Bueno… no siento el trasero y me duele incluso el cabello, pero… nunca he estado mejor.-me dice y cuando alza la mirada, ésta parece brillar como si tuviese estrellitas encerradas en los ojos. Alzo las cejas confuso, esto de verdad empezaba a asustarme.-Creo qué hicimos mal los cálculos… tendré qué re decorar la habitación.-me dice y se pone a reír débilmente.

Empiezo a acercarme más, tratando de entender porque estaba tan feliz si se veía… bueno, bastante horrible, con el pelo vuelto un nido de pájaros y casi tan pálido qué daba miedo pero estaba riéndose. Y entonces lo veo: Un pequeño bulto envuelto en mantas entre sus brazos, qué se revuelve con suavidad y hace ruiditos raros.

-Te presento a…-dice, apartando un poco las sábanas y me quedo en shock.-Ellaine.-dice al final y la diminuta persona entre sus brazos se revuelve inquieta.-Sí, creo qué será un buen nombre y se parece a Elle.

-¿El bastardo idiota y cabrón qué te hizo esto y va a pagártelo muy caro?-le digo, enarcando una ceja mientras él se sonroja levemente.

-Estaba algo alterado, pero ya estoy mejor.-me dice suavemente, devolviendo la mirada a su pequeño bebé.

Yo le imito y no puedo sino quedarme boquiabierto, porque es la cosita más pequeña y delicada qué he visto en toda mi vida… parece tan frágil qué me da miedo incluso mirarla durante mucho tiempo pero al mismo tiempo no puedo dejar de hacerlo porque simplemente es hermosa. Y muy tierna. Le sonrío cuando me clava sus enormes ojos negros, tan penetrantes como los de su padre y parece estudiarme fijamente. Pequeños mechones castaños asoman por encima de su cabecita casi calva mientras su piel blanquecina y cremosa como el marfil brilla bajo la tenue luz. Sus rosáceas mejillas se contraen mostrando una hilera de encías sin dientes en lo que parece ser una sonrisa.

-Creo qué le gustas… mira, Ellaine, tu tío Matt está aquí. Justo del qué te hablaba hace rato.-le susurra Light y el bebé se revuelve, soltando algo parecido a una risilla.

Me quedo de piedra cuando su pequeña manita apresa mis goggles y tira de ellos, mientras aquel trocito de gente empieza a reír y me toca la nariz… y desde entonces sé que quiero cuidarla y ser el mejor tío del mundo para ella, el tío genial que le da los regalos de navidad más guay y le ayuda a hacer travesuras a espaldas de sus padres.

-Hola, Ellie…-saludo, volviendo a bautizarla con un sobrenombre igual de dulce qué ella.

-Fin del Flashback-

-¡¿Qué mierda significa esto?!-el bramido de Elle me saca de mis cavilaciones y cuando alzo la vista, está parado en el umbral de la puerta, echando chispas por los ojos.

“¿Eh? ¿Qué está…? Oh.” Mis ojos se abren como platos cuando veo a Gevanni ayudando a Near a bajarse del coche… vaya, ésa sí qué no me la esperaba ni yo ni ninguno de los demás presentes porque Linda está igual de boquiabierta qué Light. Sólo Ellie sonríe y va al encuentro de la pareja.

-¡Tío N! ¡Tío Stephen!-grita con emoción, corriendo hacia el umbral de la puerta y deteniéndose para sostenerse de los pantalones de Elle.-¡Mira papá! ¡Voy a tener un primito!

Oh-oh.

La expresión de Elle me da a entender qué la noticia no le ha hecho ni pizca de gracia y qué las bolas de Gevanni están en el peor de los riesgos. Miro de nuevo por la ventana, tallándome los ojos para asegurarme qué no estoy soñando, y al parecer estoy bien despierto porque Near empieza a caminar tranquilamente con su embarazo a plena vista de todos.

-Elle, Light, Ellaine, Matt, Linda… Buenas Noches.-dice, con un leve asentimiento de cabeza mientras se enrolla un mechón de pelo en el dedo.

-Near, te daré dos minutos para que me des una buena explicación antes de qué le rompa el...

-Ejem, Elle, te recuerdo qué tu hija está presente.-interviene Light, tomando a Ellie entre sus brazos y mirando a Elle con una ceja enarcada.-¡Hola, chicos! Pasen, los estábamos esperando…

-Pero… ¿Qué te volviste loco, Light? ¡Mira nada más cómo está! Y tú…-el pelinegro señala a Stephen qué nada más agacha la cabeza.-Creo qué tendré una pequeña charla contigo…

-Elle, te recuerdo qué ya tengo veintidós años…-le dice Near fríamente, quitándose el abrigo y dejando más el descubierto su enorme vientre hinchado.

-Cierto Elle, Near ya es un adulto y cómo tal puede decidir acerca de…

-¡Apenas y ha cumplido la mayoría de edad! ¡Y ni siquiera están casados!-sigue Elle, asesinando una y mil veces a Gevanni con la mirada. Y lo sé: Si alguien no se mete, Stephen va a acabar estéril.

-¿Ah, no? Yo creí que una alianza era suficiente…-le dice Near, mostrándole la mano izquierda en donde brilla un brillante anillo de oro.-Estás siendo irracional, Elle.

-¡Irracional mis bolas!

-¡Elle!-chillan Linda y Light al mismo tiempo.

Me froto las sienes… Y oficialmente sabía qué había comenzado la cena familiar. Doy un suspiro y me acerco, buscando la forma de aligerar la situación.

-De acuerdo, chicos, vamos a calmarnos todos… la cena está enfriándose y no querrán ser groseros con Light ¿o sí?-le dedico una mirada a Elle pero éste sigue mirando a Stephen con dagas en los ojos.-¿Por qué no vamos todos a sentarnos y disfrutar del rico pavo navideño?

-Ni crean qué esto se ha acabado… en especial tú, Gevanni.-le apunta con el dedo y el pobre agente no hace sino atragantarse con su propio pánico.

Elle se va dando grandes zancadas al comedor, no sin antes zamparse un cupcake de un bocado a la boca. Near suspira mientras Light se sonroja y sólo Ellie parece estar emocionada.

-¿Papi?

-¿Sí, cariño?-le dice con dulzura, sonriendo.

-Creo que ya sé que quiero para Navidad y eso involucra que tú y papi dejen de usar ésos globos qué…

-¡Pasen todos al comedor!-dice Light, poniéndose rojo como un tomate mientras Ellie le frunce el ceño al mejor estilo Elle Lawliet.-Y, Matt, por favor…

-…Evita qué Elle asesine a Stephen, entendido. Pero les va a costar caro.-le digo, cruzándome de brazos.

-Tendrás todos los videojuegos qué quieras, sólo evita que esto se salga de control.-me dice, dando un suspiro mientras Ellie me guiña un ojo cuando Light no la mira.

Me vuelvo hacia Near y Gevanni , éste último encogiéndose de hombros mientras el albino simplemente permanece enrollando un mechón de pelo en su dedo y con el ceño fruncido… vaya, creo qué es la primera vez que le veo furioso.

-Navidad, siempre uniendo a las familias…-les digo, abrazándolos a ambos por el cuello mientras Near vuelve a soltar otro suspiro.

Sí, aquella sería una noche larga.

-El pavo te ha quedado delicioso, Light, eres un gran cocinero.-le hace un cumplido Linda al castaño, qué sonríe forzadamente intentando ignorar el modo en que su esposo asesina a Gevanni al menos mentalmente.

-Es verdad, te has lucido cocinando comida para todos… ¿No crees, Elle?-le digo, bebiendo un poco de limonada para armarme de valor.

-Claro, Light es un formidable cocinero, digno de preparar banquetes navideños, de cumpleaños, de… bodas.-suelta con acidez, mirando a cierto albino qué está comiendo más carne de la que lo he visto atiborrarse nunca antes considerando qué es vegetariano.

Muy bien, era hora del plan B.

-Y… ¿Qué tal Paris, chicos? ¿Se divirtieron?-trato de desviar la conversación hacia otro lado pero el pobre Gevanni está rojo hasta las orejas y con la cabeza gacha.

-¡Fue increíble, tío M! Algún día tienes qué ir, papá Elle y papi Light me llevaron a la torre Eiffel y también al musée du Louvre… ¡Tenían una hermosa exhibición de arte! Y también nos quedamos en un bonito hotel que parecía un castillo, pero a veces no podía dormir porque papá y papi hacían ruidos raros en la noche y…

-Ellie, cariño, ¿por qué no le cuentas al tío Matt cómo aprendiste a tocar el piano?-Light desvía el tema, sonrojándose con violencia mientras yo intento no reírme…

-Sí, Ellie, ¿no quisieras tocarnos algo? Ya sabes, puede ser cualquier cosa: Beethoveen, Tchaikovsky, Einaudi… ¿La marcha nupcial, quizá?-Elle aprieta el tenedor entre su mano, quizá imaginándose qué es el cuello del pobre Gevanni.

-Bueno, yo…-dice la pequeña, bajando la mirada y sonrojándose un poco. Sonrío, porque se parece a Light cuando hace eso.-La verdad es qué no soy tan buena…

-No, no eres buena… eres increíble, apuesto mi postre a qué sí.-le digo, guiñándole el ojo y ella sonríe de forma dulce.

-¿Escuchaste, Elle? ¿Por qué no tocas con Ellie?-le dice Light, pero el pelinegro apenas parece escucharle por sobre su dosis de veneno para con Gevanni… es la gota qué le colma el vaso al castaño.-¡Muy bien, ya basta Elle Lawliet!

El castaño golpea la mesa con su puño y todo se queda en silencio… me vuelvo a ver a Linda qué nada más suspira y se encoje de hombros mientras qué Near se cruza de brazos y le devuelve la mirada a Elle con más ira… aquí iba a haber guerra. Suelto un suspiro y aquí es donde me arrepiento de ser el árbitro pero el nuevo juego de Hatred lo vale y con creces.

-¡Bueno damas y caballeros! Creo qué se ha llegado…

-¿Cuál es tu maldito problema con Stephen, Elle? A ti nadie te dijo nada cuando embarazaste a tu esposo y recuerdo bien qué tampoco estaban casados…-suelta Near el veneno y parpadeo. Para seguir aparentando quince años, el pequeño tenía sus cojones bien puestos.

-¿Nadie quiere ir a abrir los regalos? ¡Vamos, Navidad es para…!-hago otro intento, pero de nuevo soy interrumpido por el veneno verbal volando por todas partes.

-¿Sabes lo que realmente me molesta de “Stephen”, Nate?-suelta el pelinegro, poniendo comillas sobre el nombre del Gevanni y busco a Linda por refuerzos pero ella simplemente niega con la cabeza.-¡Qué ni siquiera me haya pedido permiso para meterte su…!

-¡Elle Lawliet, a la cocina! ¡Ahora!-Light se pone de pie y se va dando grandes zancadas hasta ponerse al lado del pelinegro.

-Near, ¿Por qué no…?-Gevanni toma su esposo del hombro, intentando hacer su parte.

-Stephen, no digas nada.-le calla Near, sin siquiera volverse a verlo.-¿Cuándo vas a entender qué tengo veintidós años, Elle? Ya no soy un niño y no necesito pedirte permiso para nada… ¿qué propones qué haga?

-Elle, hablo en serio…-Light hablaba entre dientes y cuando eso pasaba, no significaba nada bueno.-Estás arruinando la cena de la familia…

-¿Quieres qué te diga mi solución? Yo hablo con éste vago y le doy algunas lecciones acerca del respeto, ¿qué te parece? Y después a ti, parece qué a alguien ya se le subieron los sumos a la cabeza…-Elle está que echa chispas.

-Linda, algo de ayuda, ¿no?-le digo, enarcando una ceja. Ella se da una palmada en la frente.

-Chicos, ya basta, ¿para qué pelear? Sólo nos vemos una vez al año… ¡Hay que disfrutar! Además, lo que Near necesita ahora es tu apoyo, Elle, no el qué le retes enfrente de su… eh… bueno, esposo.-dice la rubia, y por un segundo Elle parece ablandarse. Por un segundo.

-Tía Linda tiene razón papá, además… ¡Yo ya quiero al primito! Si es como tío N, será muy bonito.-trata de poner su grano de arena Ellie y señala mi pastel de queso sobre la mesa.

-Near, cariño, deja qué yo…-vuelve a empezar Gevanni pero Near está lejos de terminar.

-Eres mi mentor y como tal te respeto, Elle, pero no voy a dejar qué controles mi vida. A ti nadie te controla la tuya… ¿Por qué no le dices nada a Matt o Linda?-suelta el albino y mi boca casi toca el suelo.

-¡Yo ni siquiera tengo novio!-chilla Linda, poniéndose roja como tomate y desviando la vista un milisegundo hacia mi persona.

-Yo apoyo a Linda, mi único amor viene en docenas y huele a mentol.-digo, rascándome la nuca y devolviéndole la pelota a Near.

-¡Elle, ya basta! Near se casó con Gevanni y no te dijo, ¿no crees qué lo hizo porque sabía cómo te pones?-Light se cruza de brazos y sé que está en sus límites.

-Vaya, bravo, ¿por qué no escuchas a tu esposo de vez en cuando Elle? Es la primera cosa inteligente qué dicen en toda la noche.

“¡Maldita sea, Near! ¡¿Es qué no puedes callarte?! Mierda, y luego dicen porque odio la navidad” pienso, frotándome las sienes e intentando qué no estallen… necesitaba ir a fumar, lo necesitaba ahora mismo o si no iba a ponerme a gritarle a Near ahí mismo también.

-Bien, suficiente. Elle, dijiste qué querías hablar conmigo, ¿Deberíamos pasar a tu estudio?-interrumpe Gevanni, levantando la frente…

-Es el fin de tus bolas, viejo…-le digo, sacándome los goggles y mirándolo bien por última vez.-Eso es tener agallas.

-Stephen…-masculla Near, pero Gevanni ya se ha puesto de pie y se dirige al estudio.

-Con gusto, Stephen, ponte cómodo.-dice Elle y empieza a ponerse de pie pero Light se cruza en su camino.-Prometo no usar armas de fuego ni blancas, de cualquier forma tampoco las necesito.

-Si se lo arruinas a Near, yo te arruinaré tu regalo de navidad, ¿queda claro?-le dice el castaño, viéndolo de forma amenazante hasta qué Elle se encoje de hombros.

-Vale, seré todo lo amable qué mi “maravillosa” personalidad me lo permita.-dice el pelinegro y sus pasos se pierden en la cocina.

Silencio y una enorme incomodidad. Near ha empezado a enrollarse un mechón de pelo en el dedo y parece ansioso mientras qué Light se deja caer sobre la silla y resopla con fuerza… ¿Alguna vez tendría una cena navideña normal sin alguien haciendo rarezas? Y luego dicen qué yo soy el friki pero Elle está demente y Near hormonal, ni siquiera yo puedo competir con eso. Sacudo la cabeza.

-Ellie, ¿por qué no tocas algo para tu genial y guapísimo tío M?-“Y así no tendremos qué escuchar los gritos de Gevanni cuando sea masacrado” pienso, mirando preocupado el estudio.

-Pero…

-El tío Matt tiene razón, cariño, ve y luego abriremos los regalos… ¿Vale?-le dice Light sonriendo pero capté el mensaje: Quiere estar a solas con Near.

-De acuerdo, iré… pero quiero más pastel con Mantequilla de Cacahuete después, ¿vale?-dice con un suspiro y empieza a caminar hasta la sala.

Linda se pone de pie y la sigue, y antes de quedarme bajo ésa atmósfera tensa la sigo pero Light me detiene.

-Gracias… siempre me ayudas.-me dice con una sonrisa sincera y yo niego con la cabeza.

-No te preocupes, es mi trabajo.-le guiño el ojo y sigo el sonido de los tacones de Linda hasta llegar a la sala con el enorme piano de cola al centro.

Me quedo parado en el umbral y veo a Ellie sentarse… me río un poco cuando veo sus piecitos colgando del aliento pero eso no parece intimidarla ni un poco, porque parece a punto de dar un gran recital o eso es lo que deja entrever su entrecejo fruncido y su expresión concentrada. Sus manitas se posan sobre las teclas de marfil y lentamente empieza a rozarlas suavemente, tocando una melodía tan suave y delicada que sólo puedo compararla con la misma melodía qué escuche una vez… una vez hace tantos años pero qué recordaba perfectamente bien. Mi corazón se estremece y sin quererlo los recuerdos vuelven a correr detrás de mis párpados, por más fuerte que cierre los ojos e intente volver a enterrarlos… ahí están, el piano de chocolate y el desaparecido Hombre de Arena. “No, Matt… no más. No más de eso” me digo a mí mismo, apretando los puños con fuerza.

No me doy cuenta del momento en qué los demás llegan a la sala y observan a la pequeña, no me doy cuenta del momento en que Elle la pone sobre su regazo y empieza a tocar con ella ni tampoco el momento en qué empiezan a bailar… simplemente abro los ojos cuando el dolor del pasado y el miedo del olvido se hacen demasiado presentes como para ignorarlos y la suave melodía se convierte en la más letal de las armas. No lo resisto y me escabullo de ahí, corriendo hacia afuera tan rápido como me dan mis piernas hasta llegar a la fuente en medio del jardín. Saco un cigarrillo y lo enciendo con las manos temblorosas, cerrando los ojos y aspirando el fuerte tabaco qué me relaja los nervios lentamente y se lleva los malos recuerdos con cada exhalación.

-Todo está bien, Matt, no existen los Hombres de Arena ni tampoco los sueños.-me repito a mí mismo y me pongo a reír… una risa amarga, una risa llena de ira contenida.

-¿De veras, tío M? Pero… es mi libro favorito.-dice una vocecita a mis espaldas y maldigo en mi interior no por su presencia, sino por el hecho de que olvidé mi estúpido regalo.

-No Ellie, no lo digo en serio… ¿Te gusta?-le pregunto mirando el libro que aprieta contra su pecho, intentando desviar su atención pero ella simplemente niega con la cabeza.

-Ya puedes dejar de fingir, tío M, está bien sentirse triste. Cuando yo me siento triste como Mantequilla de Cacahuete y le digo a papá qué me toque el piano…-me dice y me quedo boquiabierto.-Dime, ¿lo extrañas mucho?

Trato de qué mi mandíbula no toque el suelo, pero no puedo evitarlo y el cigarrillo qué llevo a la mitad se estrella contra el asfalto húmedo.

-N-No sé de qué…-ella enarca una ceja pero me mantengo firme.-No estoy triste.

-De acuerdo, tío M, finjamos qué me tragué eso. Ten… Feliz Navidad.-me dice, sacando algo del bolsillo de su abrigo y dándome un fuerte abrazo.-Es para cuando te sientas triste.

Me sonríe al mismo tiempo qué me guiña un ojo de la misma manera coqueta que Light y vuelve al interior de la casa… en definitiva ésa pequeña era dura de engañar. Miro lo qué ha dejado sobre mi mano y mis ojos casi saltan de sus cuencas. Me quedo observando la pequeña cadenita y sobre todo el dije… es una pequeña barra de chocolate de plata, recién mordida y siento qué me arde el pecho. ¿Cómo ella lo habría descubierto? Un sonido agudo y casi imperceptible capta mi atención… algo parecido a un tintineo y no soy el único, porque Ellie frunce el ceño y mira hacia abajo. Veo un pequeño destello en el suelo y el corazón se me sube a la garganta.

-¡Ellie, no!-grito con fuerza, pero es demasiado tarde.

Una enorme explosión se cruza en mi camino y salgo precipitado hacia atrás, cerrando los ojos con fuerza y apretando la pequeña cadenita entre mis manos… casi como si pudiera sentirlo a él a través de la misma.

Y entonces llegan los gritos.

 

Notas finales:

*Se asoma detrás de una trinchera* Bueno… parece qué no hay peligro y me quedan algunos segundos de vida para despedirme… pero sólo por si acaso *presiona un botón y aparece en un bunquer blindado repleto de armas* Bien, así está mejor ^^ ¡BUM! ¿Y bien mis Sensualidades? ¿Qué les ha parecido el cap? ^^ Les aseguro por mis chocolates qué ése final fue TOTALMENTE IMPROVISADO de hecho, lo qué tenía en mente era otra cosa pero ¡BUENO! Admito qué estoy súper nerviosa DD: Al final resultó que Mini L era UNA Mini L *3* No sé, es qué me pareció más tierno qué tuvieran una niña (Por cierto, yo me la imagino como Georgie Henley de pequeña ^^) espero no haber hecho nada de lo qué se arrepientan:$$ En serio qué hay tantas cosas nuevas… ¿Qué opinan de Matt? Traté de darle la personalidad tan alivianada qué tan bien le conocemos pero a la vez darle ése pequeño vacío ante la pérdida de su chocoadicto ^^ ¡EN FIN! Espero qué en verdad les haya gustad el cap, cómo les dije no hubo tanto Salseo pero…

Light: ¿Salseo…? ¡¿SALSEO?! ¡NO PASÉ DOCE HORAS EN UNA SALA DE PARTOS PARA QUÉ VINIERAS A QUITARME A MI BEBÉ EN UNA EXPLOSIÓN! ¡ERES UN MALDITA HIJA DE…!

EJEM, Light, no te pongas así… *revisa el borrador del capítulo 33* ¡DIABLOS! Creo qué se me olvidó quitarle las hormonas… DD:

Matt: Cómo Su Sensualidad, yo te recomendaría qué empezarás a correr, ése hombre no tiene límites cuándo se trata de hormonas u.u

L: Cheeky… siempre te he apoyado, pero ahora simplemente…

Light: ¡CÓMO SE TE OCURRA DEFENDERLA TE PONGO A PARIR MONOS!

L: ¿Alguien quiere postre? *Tic en el ojo*

Matt: Matt su Sensualidad te acompaña… Light me aterra cuándo está de mal humor DD:

Light: ¡CHEEKY, MISERABLE HIJA DE…!

Bueno mis amores, yo me despido… *cavando el hoyo de su propia tumba* de ustedes y de éste mundo cruel… ¡LAS AMO! Si sobrevivo a la ira de una madre enfurecida porque toqué a su bebé, nos leemos el próximo fin de…

Light: *cof cof* ¿Por qué no mejor me ahorras el trabajo y te entierras viva?

¡Sí, Señor! ¡Adiós chicas! ^^

(P.D: Qué quede claro que sólo le hago caso a Light porque me metí con su pobrecita hija y eso me hizo sentir culpable, pero SÓLO POR ESO u.u)

*Fin de la transmisión*

-Cheeky, la enterrada viva DD:


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