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El Hombre de Arena por CheekyMint21

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Notas del capitulo:

Buenoooo! Aquí estoy de nuevo. Sé que ya había actualizado, pero hoy me siento súper-inspirada así que aquí le sdejó otro cap. Igual, creo que no podrá actualizar hasta dentro de dos semanas :(( Así que si por las dudas, aquí les dejó otro cap en donde finalmente aparece nuestro rubio oxigenado y come-chocolate favorito: Mello!! Espero qué les guste y no haya hecho con él nada de lo que se arrepientas, PORFI!! Déjenme saber su opinión en sus reviews, no sean malosos TT-TT siempre les pido qué dejen al menos uno y no lo hacen :'(( Los amo, pero me gustaría saber si en verdad el fic les gusta o qué...bueno, ya los dejó en paz. Ahora sí, aquí los dejo por con el cap. Ah!!

(P.D: No sé en sus países, pero "PAJA" me han dicho qué quiere decir como la tipo hierba que le ponen a los animales en los establos o algo así :l sólo lo aclaro. Ahora sí, A leer!!)

En shock. Así me encontraba después de que Roger me había dicho todas las exigencias que tenía la Wammy’s House pero sobre todo, había una que me erizó todos los vellos del cuerpo al escucharla: En Wammy’s, todos los internos y hablo de TODOS sin excepción alguna, debían compartir dormitorio con al menos otro interno. Eso me puso de los nervios ¡No tenía ni idea de cómo convivir con la gente! Apenas empezaba a salir al mundo, era literalmente, un bebé.

-Mail, ¿Te sientes bien? Te has puesto algo pálido. Te alcanzaré agua.-dijo Roger, dejando el reglamentario sobre el escritorio nuevamente y yendo por un vaso con agua fría-Ten.

Le di un pequeño sorbo pero mi garganta parecía estar inflamada y el agua no quería bajar, por lo que lo dejé antes de hacer un desastre.

-Y…-me aclaré la garganta, ya que mi voz sonaba pastosa-¿Cómo es eso del compañero?

-Así que ha sido eso ¿Eh?-dijo y estalló en risas. Bajé la mirada abochornado-No te preocupes, Mail. Todos son buenos chicos, te aseguro que serán muy amables contigo.-me aseguró, restándole importancia al ENORME problema.

“Eso no es lo que me preocupa. Podrán ser buenos chicos…soy yo el del problema” pensé, mordiéndome el labio como siempre que estaba nervioso. ¿Y ahora que iba a hacer? ¿Qué tal si era alguien muy inteligente? ¿O deportista? ¿O alguien ordenado? Watari siempre me había reprendido por ser “desordenado” aunque no entendía muy bien lo que eso quería decir. Y apestaba en deportes, eso lo había comprobado L al intentar enseñarme a jugar algo llamado “tenis”.

-Mail, ¿Estás poniéndome atención?-dijo Roger, trayéndome nuevamente a la realidad. Pestañeé.

-¿Cómo?-dije aún aturdido, con mi mente viajando a mil por hora.

-Sí que estás nervioso. Relájate un poco, ¿Sí? Todo irá bien. Ahora vamos…se hace tarde y tienes que bajar para la cena. Si recuerdas donde está el comedor ¿Verdad?-me preguntó, mientras se encaminaba hacia la salida de aquel galante despacho.

-S-Sí.-mentí. Tal vez podría saltarme la cena con la excusa de que me perdí, pero…no podía defraudar a L. Rayos, estaba en un buen lío.

Empezamos a caminar por aquel pasillo, ahora iluminado por los rayos del atardecer. Me gustaba la visión: Todo era naranja, como si se hubiese prendido en llamas. No pude evitar pensar…pensar en las pesadillas que me atormentaban en la noche. “Lo he olvidado y ahora… ¿Cómo voy a explicar eso? ¿O mi terror al agua? No quiero tener un compañero de dormitorio, ¡No quiero!” pensé cerrando los ojos con desesperación. Habían demasiados aspectos de mí mismo que eran demasiado difíciles de explicar, demasiado personales y que incluso me asustaban a mí mismo. Si ni siquiera yo comprendía, ¿Cómo iba a poder explicárselo a otra persona cuando me preguntase por ellos?

-Muy bien, llegamos. Tu compañero es un chico dos años menor que tú, pero es muy maduro para su edad. Te prometo que no te dará… Mail, ¿Tienes frío? Dios, estás temblando como una hoja, pequeño.-me dijo Roger, mirándome preocupado.

-N-No, estoy bien. No se preocupe.-le mentí.

“Vamos Mail, contrólate, sólo es una persona. Una persona que no… ¡A quién intento engañar! ¡Estoy frito!” pensé con pánico, pero rodeé mi cuerpo para disimular los malditos temblores que lo azotaban. Roger no dejaba de mirarme con aquella preocupación en el rostro.

-Muy bien.-tocó la puerta con sus nudillos y fui incapaz de siquiera respirar-¿Nate? Soy yo, Roger.

-Adelante.-dijo una voz infantil pero a la vez extrañamente aburrida desde dentro. Roger abrió la puerta y me sonrió.

-Ven, pasa.-me dijo Roger, tratando de infundirme valor y tendiéndome su enorme y cálida mano.

Respiré hondo y la tomé, no sin antes acomodarme el gorro nuevamente: Mi cabello era algo de lo que me avergonzaba…entré y me topé con un… ¿Ése era un niño demasiado adulto o un adulto demasiado bajito? No sabría decirlo, pero lo que sí sé es que me dio escalofríos. Su expresión era tan pacíficamente aburrida, tan carente de emoción que simplemente era imposible no sentirte intimidado. Y el hecho de ser albino de la cabeza a los pies no ayudaba en nada, puesto que el aire de frialdad a su alrededor sólo aumentaba. Tragué grueso y quise esconderme de Roger, pero era demasiado tarde y tuve que quedarme quieto siendo observado por aquellos enormes ojos grises y gélidos.

-Nate, te presento a Mail. El será tu nuevo compañero de dormitorio, por favor sé amable con él ¿Sí? Los dejaré solos para que empiecen a hacer migas. No olviden bajar a las siete en punto para la cena. Pasen buena tarde.-dijo Roger, dejó mi valija en el suelo y salió de aquella habitación.

Dos, cinco, ocho minutos pasaron en los que ninguno dijo absolutamente nada. Me limité a observar el cuarto…que estaba lleno, repleto de juguetes de toda índole. Desde muñequitos de acción, hasta piezas de legos y cosas para armar. “Santo Cielo, ¿Y ahora qué hago? No sé qué decirle y… ¡Ay, no! ¡Sigue viéndome con ésos ojos!” pensé y bajé la mirada, sintiendo aquel ardor en mis mejillas. Alcé la vista de pronto cuando escuché un pequeño sonido repetitivo y rítmico, y cuando alcé la vista me topé con aquel chiquillo acomodando un par de dominós. Me quedé parado observándole, sin saber qué hacer.

-Puedes tomar la cama de al lado, a mí no me molesta.-dijo con una voz monótona, de aburrimiento total al cabo de unos segundos.

-Uhmmm…s-sí. Muchas gracias, Nate.-dije, tomando mi valija y acomodándola en aquella cama.

-Near.-dijo, tomándome por sorpresa y sacándome un respingo.

-Perdona, ¿Cómo dices?-le dije, sin entender a qué se refería.

-Near. Todos me dicen Near.-repitió, arrastrando las palabras de forma cansada. Por alguna razón me recordaba mucho a L, claro con menos expresiones faciales si es que eso era posible.

-Ahh…bueno. Near. Qué bonito.-le dije rascándome la nuca, sin saber qué más podría decirle a aquel chiquillo.

-Eres finlandés, ¿Verdad?-comentó, sin apartar la mirada de sus dominós. Debía tener mucha paciencia para levantar todo aquello.

-Sí. ¿Cómo te has dado cuenta?-me senté al borde de la cama y fui captando más detalles de aquella habitación: Las paredes de un suave azul cielo…me recordaban demasiado al agua. No me gustaba.

-Por tu acento. Enfatizas mucho la ‘s’ y la ‘p’-dijo, encogiéndose de hombros sin importancia.

-Ah, vaya…no me había dado cuenta.-dije apenado y quise que la tierra me tragase. Mataría a L por haberme dicho que sabía hablar inglés “muy bien”-¿Y tú eres…?

-De aquí. Nací en un poblado llamado Kent.

Me di cuenta de que Near no era tan callado. A lo mejor y sólo era tímido. Sonreí aunque estuviese dándome la espalda.

-Ya veo.-No tenía ni idea de donde quedaba “Kent”, pero supongo que ya luego lo aprendería cuando tomase el curso de geografía inglesa-Te ves algo joven…

-Recién cumplí los nueve.-aclaró, un poco cortante. Me hice una nota mental: “No cuestionar a Near acerca de su edad. Se pone sensible”.

-Yo cumpliré once en Febrero.-le dije, meciendo mis pies. Tenía ganas de hacer algo…con L siempre veíamos películas o algo-¿No tienen tele?-pregunté, como quién no quiere la cosa.

-Sí, en la sala común. Si tienes suerte de tomar el control remoto antes que los de 18.-me explicó. Para este punto, su línea de legos ya casi llegaba hasta mi cama. Era impresionante lo rápido que los acomodaba sin que se le cayesen abajo.

Sacudí la cabeza, ¿Había dicho 18? ¿Es que acaso habían niños de dieciocho aquí? Madre mía…ahora sí que estaba seguro de que iba a tener que apañármelas para cuidarme el trasero aquí dentro.

-Me caes bien.-dijo, después de otro largo período de silencio. Lo miré abriendo los ojos como platos.

-¿Cómo dices?-le dije, en apenas un susurro.

-Qué me caes bien. Nunca antes me habían gustado mis compañeros anteriores, por eso hago que se vayan. Pero a ti no te pienso hacer nada.-dijo fríamente, sin saber que con sus palabras me había puesto los pelos de punta.

-Oh.-fue todo lo que salió de mi boca, aún estaba algo en shock por la revelación.

Luego de eso, Near no volvió a decir nada más hasta la hora de la cena. Y di gracias al cielo porque así fuera, tenía suficiente material en mis pesadillas para sumarle un pequeño albino con apariencia tétrica.

Di un gran suspiro mientras veía a todos aquellos chiquillos corriendo por aquel campo lodoso y lleno de charcos debido a la lluvia de la noche pasada. No entendía sus expresiones de felicidad ni tampoco su emoción por empaparse hasta el cuello. “¿Por qué demonios hacer ‘actividades físicas’ era un requisito obligatorio en Wammy’s?” pensé, apoyando la barbilla sobre mi mano y soltando otro gran suspiro. Apestaba en deportes, en verdad que lo hacía, ¿Acaso L no se lo había dicho a Roger? Además, ¿En qué beneficiaría esto a nuestro desarrollo? Hacer ejercicio era aburrido y dejaba adolorido el cuerpo. Al menos yo no podía concentrarme con el cuerpo dolorido. Y tampoco con el trasero congelado justo como ahora: Estaba muriéndome de frío, no estaba acostumbrado a salir al campo libre a plenas ocho de la mañana y con el viento soplando.

-¿Estás mirando, Mail? Sé que no conoces demasiado acerca de los típicos juegos ingleses, pero este no es tan difícil. Mañana tendrás que integrarte a la clase.-me dijo el Señor Nelis, a quién no le había hecho gracia el tener que dejarme sentado mientras mis demás compañeros se “desestresaban”.

Me mordí el labio. Lo sabía, mañana no me salvaría…traté de comprender aquel extraño juego en el que los niños parecían perseguir una pequeña pelota con unos extraños bastones, con lo que parecía una canasta al final. Al parecer se llamaba lacrosse y era el deporte más ‘genial’ por aquí, aunque seguía sin encontrarle la gracia a correr de un lado a otro en medio del fango y detrás de una pelota casi invisible al ojo humano. El señor Nelis se llevó el silbato a la boca, dejándome los oídos lastimados.

-¡Muy bien, chicos, acérquense!-gritó y todos los niños lo hicieron. Me sentí incómodo al sentir las miradas de varios clavarse en mí y esbozar pequeñas sonrisitas de suficiencia. Pero sobre todo…había un extraño niño rubio que no había dejado de mirarme en todo el rato. Me ponía nervioso, tenía los ojos más azules y penetrantes, y esto que ya había conocido a Near.-Ha sido una muy buena práctica, me siento muy orgulloso de ustedes. Pero ahora como siempre hago en mi clase, les dejaré hacer equipos para un partido amistoso ¿De acuerdo?-todos los niños asintieron y el rubio me sonrió de forma socarrona-Muy bien. ¿Quiénes serán los capitanes?

Por un segundo, todos se vieron entre ellos hasta que un chico de cabello negro y ojos carmesíes di un paso al frente. Mi boca casi toca el piso cuando vi que… ¡Era exactamente la copia de L! La única diferencia estaba en ésos ojos rojos y brillantes y en que su cabello estaba menos revuelto, pero por el contrario eran gemelos idénticos. Me pregunté si L tendría un hermano y no me habría dicho. Se lo preguntaré luego.

-Yo.-dijo con una voz suave y aterciopelada, muy fina pero que por alguna razón me dio miedo. Más miedo que Near y eso era mucho decir.

-¡Ja! Entonces esto será pan comido. Yo también.-dijo el rubio, dando un paso al frente y con aquel extraño bastón sobre sus hombros.

-Bien, creo que ya tenemos dos capitanes. Ahora pidan.-dijo el Señor Nelis, sonriendo. Al parecer ésos dos tenían una especie de rivalidad…o algo así.

-Las damas primero.-dijo el de ojos carmesíes, mirando de forma burlona al rubio que…en verdad, parecía una chica.

Varios chicos se contuvieron las risas y vi como el rubio tomaba una mirada llena de ira. Eso sí me dio miedo y no fui el único, porque las risitas pararon de golpe.

-¿Te gusta hacerte el chistosito, eh Birthday? Ya veremos si sigues haciendo chistes después de que meta la pelota en tu boca.-lo amenazó, y por su mirada supe que iba muy en serio.

-Blah, blah, blah. Eso es todo lo que escucho en lugar de nombres, Keehl. Date prisa, ¿Quieres? Tengo hambre y quiero ir a desayunar.-respondió el otro, echando los ojos en blanco.

-De acuerdo. Quiero a ése.-dijo y me señaló a mí. Me quedé de una pieza.

-¿Perdona?-le dije, sin salir de mí asombro.

-¿Qué estás sordo o sólo eres retrasado? Dije que estás en mi equipo, cabeza de fósforo.-dijo y todos estallaron en carcajadas. Bajé la mirada y me acomodé el gorro, ¿Cómo se había dado cuenta? ¡No me había quitado el estúpido gorro en ningún momento!

-Ehh…Mihael, Mail no está…

-Si no juega, ¿Cómo aprenderá entonces?-le respondió al señor Nelis antes de que este terminara la frase.

-Mail, ¿Tú qué dices? ¿Quieres intentarlo?-me dijo y me sentí acorralado.

-B-Bueno.-dije y me puse de pie, pero justo cuando iba a dar un paso me enredé con mis propias zapatillas y caí al suelo levantando un charco de lodo que empapó a Mihael y al otro chico…-¡Oh, mi Dios! ¡Cómo lo siento!-me levanté de inmediato, intentando inútilmente de arreglar mi desastre.

-Uau. Vaya jugador estrella que te has sacado, Keehl.-dijo el de ojos carmesíes, sin inmutarse por el lodo pero cuando vi a Mihael… “Madre mía, que el cielo me ampare” pensé, tragando grueso y siendo incapaz de mover ni un solo músculo.

-Atrás de mí.-masculló entre dientes, con sus ojos azules centelleando con ira y ahí fue que lo noté: Fueron sus ojos los que vi aquel día, los ojos que me llenaban de pánico y repulsión. Lo solté de inmediato, como si me hubiesen dado un choque eléctrico.

-Ya no quiero jugar.-dije, retrocediendo un paso.

-Pues ni modo. Ya estás en mi equipo.

-¡Eh! ¡Suéltame!-le grité, cuando sentí sus largos dedos clavarse en mi brazo y tirarme detrás suyo.

-Mihael, Mail…-empezó Nelis, pero se calló. Creo que a mí no era al único al que Mihael asustaba.

-Mail va a jugar, ¿Verdad?-dijo y sin previo aviso, tomó uno de aquellos bastones y me loe estampó en el pecho, sacándome en aire.-Así me gusta. Te toca, Birthday.

-Al fin. Krammer, vente.-dijo y un chico de pelo café y ojos verdes se puso de pie de inmediato, sonriendo con orgullo.

Miré de nuevo a Mihael, con lágrimas en mis ojos debido al golpe. “No me gusta. No me gusta nada, ¡Mihael tarado, rubio cabeza hueca!” grité en mi interior, queriendo darle en la cabeza con aquel bastón. Al cabo de cinco minutos, los equipos estaban formados y varios de los integrantes del mío me miraban y reían entre ellos. Me sentía tan enojado que quería llorar. Maldita costumbre, tan patética y humillante de llorar de ira…

-Muy bien, idiotas ya saben cómo me gustan las cosas. Y si por alguna razón no salen cómo a mí me gusta, serán idiotas fritos ¿Queda claro?-todos asintieron con miedo…menos yo-¿Y tú qué? Aparte de torpe, no me digas que también eres sordo.

“Suficiente. Ya me harté” pensé, y nunca había experimentado tanta ira como en ése momento pero es que… ¡Mihael era tan desagradable! ¡No quería ni verlo en pintura!

-No, no lo soy. Sólo no sigo órdenes de babosos cabezas huecas como tú.-le dije, alzando con reto el mentón.

-Oh-oh.

-Esto se va a poner feo.

-Qué Dios lo amparé.-dijo uno de mis compañeros, haciendo la señal de la cruz en mi dirección.

-¿Qué dijiste, pedazo de…?

En ése momento sonó el silbido del Señor Nelis, indicando el inicio de aquel estúpido juego, con el estúpido Mihael, en ése estúpido campo lodoso. Sentía que iba a prenderme en llamas de pura ira y ahora sí podría decirme “cabeza de fósforo”.

-¡Empieza el juego!-dijo el Señor Nelis y todos tomaron posiciones.

Mihael se volvió y me sonrió casi de manera diabólica. Me esforcé por quedarme tranquilo, aunque por dentro quería salir corriendo. ¿Tan pequeño y era así de intimidante? Dios… ¿Se llevarían con Near?

-Empieza el juego…perro.-dijo de forma burlona, se dio media vuelta y se fue hacia el centro del campo.

-Tarado.-mascullé, y me fui chapoteando agua hasta el campo, aunque me di cuenta de que estaba perdido-Oye… ¿Podrías decirme que tengo qué hacer? El señor “cómo-a-mí-me-gustan-las-cosas” no se molestó en explicarme nada.-le dije a un chico de pelo cobrizo.

-Claro… ¿Por qué no te quedas de guardametas? Ya que es tu primer juego, es la posición más sencilla de cubrir. ¡Oye, Moore! ¡El nuevo se va a encargar de la meta!-le gritó a otro chico y me sonrojé al escuchar el nuevo, ¿Eso era? ¿Ni siquiera era Mail? Qué pena. Moore asintió y se quitó de ahí, yéndose a otro lugar-De acuerdo, ya está. Sólo trata de que la pelotita no entre en la red ¿De acuerdo?

-S-Sí…-le dije, mordiéndome el labio y yendo hacia ése lugar.

Me paré y no pude evitar el temblor en mis rodillas…nunca había jugado nada aparte de tenis en mi vida. Sólo esperaba que éste juego fuese pacífico y no implicara moretones en mi piel. Mihael se volvió a verme y me sonrió de ésa manera tan…tan…tan Mihael. Era una mezcla entre coquetería y travesura. Me pregunté si siempre se comportaba así o sólo era por fastidiarme. Antes de darme cuenta, la pelota voló justo a un lado de mi cabeza y, literalmente, vi mi vida pasar frente a mis ojos.

-¡Anotación! ¡Uno a cero!-gritó el Señor Nelis y yo ni siquiera había tenido tiempo para salvar la meta.

Sentí un tirón en mi brazo y cuando me volví me topé con dos azulas duras como la gema misma. Tragué grueso y por alguna razón, sentí un pequeño retortijón en mi estómago.

-¿Qué carajo crees qué haces, imbécil?-dijo y me zarandeó con fuerza. Era obvio que no le gustaba perder-¡A la próxima te rompo la cara!-vociferó, furioso como sólo Mihael Keehl podía estarlo. Y yo le respondí, como sólo Mail Jeevas podía hacerlo.

-¡Suéltame! ¡El único imbécil al que miro aquí eres tú! ¿Me reclamas a mí por dejar pasar ésa estúpida anotación? ¡Te recuerdo qué es mi primer juego! ¡¿Qué rayos has hecho tú, eh?!-le devolví su amenaza a gritos, sintiendo mis mejillas arder pero esta vez no de incomodidad.

-Muy bien, tú así lo has querido.-dijo, lanzando su bastón a un lado.

Lo último que vi fue el puño de Mihael precipitándose contra mi cara y luego todo se puso negro…como los ojos de Elle, como la noche sin estrellas, como las pesadillas en las que quedaba atrapado cada noche.

Al principio todo lo que escuchaba era un molesto zumbido en mis oídos, pero luego ése zumbido fue cobrando más intensidad hasta volverse una voz clara. De hecho, eran muchas voces. ¿Dónde estaba? ¿Qué rayos había pasado? “El rubio idiota te ha dado un sopapo” me dijo mi consciencia, arrojando la última imagen que vi: Un rubio estrellando su puño contra mi cara. Sentí la sangre hervir.

-¡Está despertando!-dijo una voz.

-Venga, qué ése golpe ha sido fuerte…-dijo otra, con tono lastimero.

-Es muy valiente. Mira que para enfrentarse a Keehl hay qué tener los cojones bien puestos…-decía otra. Toda mi cabeza daba vueltas.

-Au…-ése gemido patético parecía provenir de mí.

-¡Sigue vivo, Señor Nelis!-vociferó otra voz, clavándose en mis tímpanos de manera dolorosa.

Me esforcé por abrir los ojos. Al principio la luz brillante me hirió los ojos, pero luego de varios intentos por fin conseguí distinguir varias manchas borrosas que poco a poco fueron tomando rostros y formas. Toda mi clase estaba rodeándome.

-Chico, ¿Te sientes bien? ¿Todavía te da vueltas el cerebro dentro de ésa cabeza dura tuya?-dijo un chico.

“Eso creo” pensé, viendo como aún el mundo bailoteaba de manera incómoda a mí alrededor. Empecé a levantarme y el dolor se fue de golpe a la parte trasera de mi cabeza. No podía abrir mi ojo derecho…estaba totalmente inflamado.

-Mail, ¿Cómo te encuentras?-distinguí la voz de Señor Nelis en medio de aquel gentío y agradecí que me ayudase a incorporarme.

-B-Bien…sólo…sólo algo mareado.-le dije y sentí algo frío contra mi cara. Solté un mohín.

-Eres mi héroe, Mail.-dijo una chiquilla de pelo castaño y un par de coletas, mirándome con chispitas en los ojos-Soy Linda.-se presentó, sonrojándose. Me pregunté si así me vería yo…

-¿G-Gracias…?-dije, sin saber qué responderle a mi nueva admiradora.

-¿Necesitas que te lleve a la enfermería o te bastará con ésa bolsa de hielo? Por cierto, gracias Linda.-dijo Nelis y su tono se volvió serio de pronto.

-No hay de qué. Lo que sea por mi nuevo héroe.-dijo la niña, pinchando una de mis mejillas y sonriendo con dulzura. Me agradaba, aunque fuese algo rara.

-Estaré bien.-le dije, sintiendo como el dolor mitigaba poco a poco y la claridad y lucidez volvían a mí. Debía admitirlo, para ser tan pequeño…Mihael pegaba duro.

-Muy bien, porque ahora vas a acompañarme a ver a Roger.-dijo serio el Señor Nelis y mi corazón empezó a bombear con fuerza.

-¡¿QUÉ?!-le dije, soltando la bolsa de hielo y poniéndome de pie demasiado de prisa. De no ser por las manos de mis compañeros, me hubiera estampado en el suelo nuevamente-No, por favor… ¡Es mi primer día!-rogué, pero el Señor Nelis sólo negó con la cabeza.

-No me interesa, lo que tengas qué explicar, explícaselo a Roger. Mihael, tú también…

-Sí, cómo sea.-dijo el rubio y a la sola visión de su persona, mi sangre empezó a hervir como si de un caldero se tratase.

Apreté los puños mientras íbamos detrás del Señor Nelis hacia la oficina de Roger… ¡Todo había sido la estúpida culpa de Mihael! ¡Y de paso el muy idiota estaba de lo más tranquilo comiéndose su estúpido chocolate! Me dieron ganas de arrancárselo de las manos y arrojarlo al patio, pero eso significaría otro ojo morado…y francamente tenía suficiente con uno. Me tragué mi rabia en silencio, pero escucharlo mordisquear ruidosamente su golosina no me lo hacían nada fácil.

-¿Al menos podrías comerte eso en otro lado? Eres irritante, Mihael…-le dije, cruzándome de brazos y mirando hacia otro lado. No soportaba su presencia.

-No me digas, porque tú tampoco eres un lecho de rosas, perro.-dijo, echando los ojos en blanco y siguiendo con su mordisqueo.

-¡No me digas así!-estallé, ¿Con qué derecho venía a ponerme apodos ridículos? ¡Detestaba a Mihael, de veras que lo hacía!

-Bueno, entonces dime cuál prefieres: Cabeza de fósforo, pelo de flama, intento de Ron Weasley, cara de queso, champiñón con pecas, aborto de orangután, cabeza de período…

-¡Cierra la boca! Te crees muy divertido ¿No?-le dije, sintiendo la furia crecer dentro de mí nuevamente-¿Qué me dices de ti? ¿Quieres escucharlos…rubia oxigenada?-le dije, apretando los puños.

La verdad no sabía qué quería decir eso, lo había visto en una película con L. Era de dos chicas…exactamente, una rubia y otra pelirroja. La pelirroja le gritó a la rubia “¡Rubia oxigenada!” y todos empezaron a burlarse de ella. Ésa rubia era igual de idiota que Mihael… ¡Hasta el mismo color de pelo tienen!

-¿Qué dijiste? Maldito pecas de…

-Ejem, ¿Qué iba a decir, Señor Keehl?-justo en ése momento, Roger estaba en la puerta con los brazos cruzados y mirada severa. Tragué grueso: Estaba en buen lío.

-Nada.-dijo el blondo, cruzándose de brazos con aquella actitud altanera. Quise darle de patadas por ello.

-Bueno, pues podrá decir “nada” en mi oficina, cuando me expliquen qué pasó en la clase del Señor Nelis. Ahora, adelante por favor.-dijo, haciéndose a un lado para dejarnos pasar.

Mihael pasó delante y yo tras él, muerto de vergüenza.

-Prepárate perro, esto es la guerra.-susurró, sólo para que yo pudiese escucharlo.

“Lo que tú digas, Mihael. Lo qué tú digas, torpe cabeza hueca” pensé, echando los ojos en blanco. Ése maldito rubio pelos de paja iba a pagármelas, no sé cómo…pero me vengaría de Mihael Keehl.

Notas finales:

Yei!! Bueno, qué tal?? Les ha gustado el cap?? Por fi, dejen reviews :(( Esta loquilla se los agradecería mucho y la harían más feliz de lo que ya la hacen con sus lecturas sí? Por fi, por fi, por fi ^^ y bueno, quiero decirles que he empezado otro fic, por si les interesa aquí les dejo el link: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=135822&warning=5 este es un LXLIGHT y es puro drama (Por si alguien es masoquista y le gusta sufrir xD) Así que se pueden desen una vueltecita por ahí y talvez me dejan un review :l (Lo siento, sé que soy insistente pero es qué me gustaría tener más opiniones O.o) Bueno, ahora sí, me despido...y espero leernos pronto (Si mi profesor de ciencias se muere o mágicamente se vuelve más "soportable" jeje) Besos,

                                                                         -Cheeky:DD


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