Las noches eran tan agotadoras que la idea de dormir hasta parecía pesada también, resultado: No poder hacer definitivamente nada aparte de la escuela y las prácticas, ¿Estudiar? ¡Puff!... Sí habían dormido algunas horas había sido un milagro. Takao se hundía en los nervios... Los magníficos exámenes que debía aprobar porque debía aprobar ¡Bien! Todo estaba perdido, sus padres le matarían y tendría que hacer una recuperación. Se rascaba la cabeza con fuerza, de la desesperación. Fue a la escuela y todo tranquilo, la prueba estaba en su mesa, dispuesta a ser contestada; dio un vistazo y aparte de que eran cosas como conceptos básicos, tenía una gran cantidad de reactivos con opción múltiple ¡Opción Múltiple! ¡Eso Jamás Ocurría! Así que era menos probable que se equivocara; respiró aliviado y dirigió una mirada rápida al joven peli-verde que contestaba su prueba concentrado, sonrió y siguió en lo suyo.
Ningún examen fue lo suficientemente difícil, incluso para el moreno. La semana se había ido corriendo y con ello el partido que, por supuesto habían salido victoriosos, por bastante. ¿Es que acaso la suerte les está sonriendo?. Los juegos anteriores, los exámenes... Takao ya se estaba planeando seguir a la tal Oha-Asa por las maravillas que había experimentado. No tenía nada que perder; y sí mucho que ganar... O al menos eso cree...
Era hora se salir y Midorima lucía nervioso y a la vez molesto; Takao no sabe a ciencia cierta quién pudo ser el causante de tal cosa, pues al menos él no había sido para nada, y si lo era, sabrá por qué será.
-Shin-chan ¿Pasa algo?- se atrevió a preguntar.
-Sí, tengo que irme temprano hoy.- Contestó leyendo una libreta, con la mano derecha tapándose la boca; sin dirigirle la mirada.
-Está bien, me prepararé rápido.- Cogía sus cosas con rapidez.
-Me iré solo.- Hizo una pausa y sorprendió al otro. -Debo arreglar muchas cosas- lo vio de reojo y siguió leyendo.
-Está bien- el moreno se había confundido ¿Qué rayos tenía que hacer Shintarou?
-Bueno, me retiro, hasta mañana- Tomó su maletín y salió del aula.
-Hasta mañana- Contestó con voz baja. Bien al menos hoy no tendría que cargar con el carrito ni nada de ítems pesados, ni cosas por el estilo... Pero no es que eso le molestara realmente...
Agarró su mochila y partió fuera de la escuela, el hecho de no estar con Midorima le dejaba bastante tiempo libre, ya que el mayor siempre le hacía ir de un lado a otro. Ahora era como un día para él... Pero después de tantos días iguales, ya no le llamaba la atención nada que no fuera con el otro. El amor si que te hace estúpido, pensaba a todas horas. Aunque una leve sonrisa le acompañaba con cada pensamiento de ese tipo.
Caminaba sin rumbo fijo, al centro de la ciudad; Quizás encontraría algo interesante en el camino y se entretendría un poco antes de regresar a casa. En una calle un aroma le llegó directo y suave... Café; Tenía mucho que no tomaba, bueno, al menos uno que fuera decente y no para sobrevivir por las noches.
Entró al pequeño negocio y pidió un vaso mediano, tampoco debía exagerar. El envoltorio tibio era cálido para las manos frías de Kazunari; Las 6 estaban por dar y el viento frío de la época empezaba a azotar... Tal vez llueva más tarde, más vale, porque no porta un paraguas. Sentado algo alejado de la ventana, unos 4 metros, puede ver ver a alguien sumamente familiar, pero ¿Sera? ¿Que hace por estos rumbos? giro un poco la cabeza para ver mejor, Pero aquella persona entró al café con una enorme sonrisa que le caracterizaba, de inmediato el cuchicheo de unas cuantas chicas se escuchaba de fondo. Kise Ryouta... Ese estúpido jugador e la Generación de los Milagros; Siempre le mandaba textos a Shintarou, causando los celos del chico. Lo vio y dispuso su mirada a otro lado, quería evitarle, no por otra cosa más que, no sabría de qué hablar.
Viendo como pasaba la gente, escuchó pasos acercare a él con rapidez.
-¿Takaocchi?- Se aproximo para verle mejor el rostro y cerciorarse -¡Takaocchi!- chilló al percatarse que sí era la persona que creía.
El moreno volteó a verlo y traía el fleco agarrado agarrado hacía atrás, con unos lentes de sol en la cabeza.
-¿Y Midorimacchi?- giró la vista a varios lados.
-Vengo... Solo- Respondió tímido.
-Vaya.- Suspiró. -¿Pelearon?- Un tono picarón.
-¿Eh? No, para nada... -tomo aire. -Tenía varias cosas que hacer-
-Oh... Ya veo, por eso te ves tan deprimido- Alzó una ceja y tomó asiento sin pedir permiso.
-¡Ja! Eso no es cierto- miró a otro lado.
-¿A quién quieres engañar Takaocchi?- esbozó una gran sonrisa. -Es más que obvio que te gusta Midorimacchi.- un sorbo.
El otro bajo la cabeza, como queriendo ocultar que había sido descubierto. Hubo un silencio por varios momentos hasta que se digno a hablar. -¿Tanto se nota?-
-¿Notarse? No sé como aquél pedazo de zanahoria no se ha podido dar cuenta- bufó
-Por favor, no se lo digas Kise, Shin-chan es... muy especial para mí...- Sintió pánico al pensar en cómo reaccionaría Shintarou si descubría sus sentimientos.
-Puedes confiar en mí Takaocchi- Tomó la mano de Kazunari.
-Gracias Kise- Suspiró con una carga de tranquilidad.
-Pero... Pobre de ti Takaocchi... Midorimacchi es muy tonto para el amor.-
-¿Enserio? ¿Por qué lo dices Kise?-
-He conocido a los antiguos amores de Midorimacchi y sé que es bastante torpe en ello.-
-¿Y... quiénes son?- preguntó temeroso el menor.
Río un poco -¿Para qué necesitarías saberlo? No creo que te ayude en lo más mínimo-
-Tienes razón Kise pero me intriga saber cómo es Shin-chan en ese aspecto.-
Rodó los ojos. -Es... muy peculiar- Rascó su cabeza. -Pero si algo te digo es que puedes conquistarlo.
-¿Cómo?-
-Siendo tú mismo.- saco ligeramente la lengua. -Espera- checo su reloj -¡Vaya pero que tarde es! Debo irme...- Se dieron cuenta de que aún le tomaba de la mano. - Fue un placer Takaocchi- Besó rápido su mano y partió.
Ahora se encontraba más confundido que antes... 'Los amores de Midorima' ¿Amores? o sea que habían sido más de uno ¿Quiénes? ¿Serian mejores que él? ¿¡Hombres o Mujeres!?... La mente le iba a explotar. Se sintió tan insignificante... Al menos hizo algo que Shintarou no había hecho con nadie más. Aparte Kise había dicho que podía conquistarlo con su forma de ser... Vaya tío, después le planta un beso en la mano, todo un raro. Si le hubiese contado todo lo que ha pasado con Shintarou, 1.- le comprendería y escucharía atento y 2.- Se reiría de él en su cara por ser un estúpido, y vamos que la segunda es la más confiable que suceda, porque en efecto es un estúpido.
Al día siguiente en la hora del almuerzo, no podía evitar preguntarle por lo que había escuchado de Kise... Takao estaba ansioso por saber la respuesta, y conocer un poco más de los gustos del alto. Con suerte le contestaría y más si es con la verdad. Sentados en sus bancas comiendo su bento uno frente al otro.
-Shin-chan... ¿Con quién has salido antes?- preguntó intimidado.
-¿Eh?- lo vio sorprendido. -¿Y eso para qué quieres saberlo?- Acortó la distancia entre los dos.