Call me Maybe
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Una rubia sacudió una mano enfrente de su rostro dándose aire, mordió su labio y suspiró al ver a aquel chico de cabellos rosados levantando esa bolsa que lograba que los músculos de sus brazos se marcaran. A aquel suspiro lo acompañó un gritito ahogado por parte de una albina que estaba a su lado y al final de la fila que disfrutaba del “espectáculo” se escuchó un bufido por parte de un chico de cabellos negros azulados.
No entendía como sus amigas se emboban frente a aquel tipo, qué vamos, no era la gran cosa. Podría tener un cuerpazo, una hermosa sonrisa y demás pero era ¡un idiota de primera!
—Luce…—Gray clavó sus orbes azules en los jades del quién había llamado a su amiga, su mirada descendió por aquel cuerpo encontrándose con los perfectos abdominales del chico, que claro, ¡estaban al descubierto! Mientras una camiseta blanca colgaba de su hombro. —Termine esto, ¿sigo con otra cosa?
— ¡Ay Natsu! Deberías descansar un poco…
Esa había sido Lucy, que andaba con las bragas mojadas desde que llegaron a su casa de verano, sus padres jamás le habían dicho que el chico que cuidaba de su hogar vacacional estaba más bueno que comer pollo con la mano.
—Pero si recién empiezo… —Rió animadamente el joven de cabellos rosados, su risa fue bajando volumen hasta desaparecer y por último dedicarle una media sonrisa al chico de ojos azules que lo miraba con cara de pocos amigos.
— ¿Quieres algo para tomar, Natsu? Seguro tienes sed…
El nombrado desvió su mirada hacia la albina que le había ofrecido algo para beber y asintió sin borrar su hermosa sonrisa del rostro, aquella que hacia suspirar al par de muchachas que estaban frente a él. Ambas salieron básicamente corriendo hacia la cocina dejando a solas a los muchachos, Gray frunció el entrecejo y reacio a iniciar cualquier tipo de conversación con aquel sujeto que le desagradaba completamente dio un paso al frente queriendo escapar de la incómoda situación, sin embargo su camino se vio afectado por un fuerte brazo que detuvo sus pasos.
— ¿Gray, verdad? —Pregunto el simpático joven queriendo que el muchacho se quedará a conversar con él aunque parecía que su objetivo iba a costar bastante.
—Así es… —Respondió el ojiazul empujando el brazo de Natsu para darse paso pero no es como si se pudiera librar tan fácilmente de este chico.
— ¿Eres amigo de la señorita Lucy? —Preguntó curioso el pelirrosa.
— ¿No es algo obvio? —Respondió con otra pregunta el muchacho de cabellos oscuros.
—Para mi no, pueden ser novios…
Gray hizo una mueca bastante divertida para Natsu que no contuvo una leve risa la cual no hizo más que enfurecer al otro.
—Si no tienes más preguntas idiotas me iré de aquí, ya bastante te vi la cara…
El muchacho de ojos jades sonrió y dejo que se vaya, ¡qué carácter tenía ese chico! Las muchachas no tardaron en aparecer con un vaso de limonada y galletas para compartir con el pelirrosa. Hablaron acerca de la ciudad y Natsu comento muy emocionado sobre el festival que se hacia dentro de unos días, el rostro de ambas mujeres se ilumino en pensar tan solo en el espectacular cuerpo del muchacho lleno de espuma.
—Y ponen música, y la gente baila, también pasan carros con flores y de más, ¡es muy divertido! ¡Tienen que venir!
— ¡Iremos! —Dijeron ambas al unísono. Natsu sonrió.
Lucy se percató entonces de la ausencia de su amigo, ¿dónde diablos se había metido Gray?! Lo busco con la mirada y no lo encontró, más no insistió en buscarlo, tan solo se encogió de hombros, no podía estar muy lejos y era demasiado probable que estuviera en su habitación.
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Mientras tanto el joven de cabellos azulados caminaba sin rumbo por la ciudad, ¿qué se creía ese idiota de cabeza chicle? Odiaba a la gente creída y estaba seguro que ese tal Natsu era un creído de primera.
¿Por qué? Era algo obvio, esas sonrisas que le dedicaba no eran más que las de un salido diciendo “Me creo mucho, no me llegas a los talones” ¡Vaya que le caía mal ese tipo! Sin darse cuenta, por andar metido en sus pensamientos, sus pasos lo llevaron a una pequeña tienda de dulces. La tienda tenia un letrero arriba de la puerta “Sugar” y sobre la ventana uno más pequeño que decía “ABIERTO” así que Gray entró sorprendiéndose de que el lugar era más grande de lo que imaginaba, había desde simples caramelos a cualquier tipo de chocolates, y los colores de la tienda eran tan alegres, que…
—¿Lo puedo ayudar en algo? —Preguntó una dulce voz desde el mostrador, Fullbuster dirigió su mirada hacia la pequeña niña de cabellos azules, mantenía una sonrisa en su rostro. —Cualquier duda no dude en decirme, señor…
—Claro… —Respondió Gray y comenzó a buscar algún dulce que pudiera comer en el camino, ¡había tantos! No podía decidirse, iba caminando de acá para allá sin tomar ninguno y la pequeña niña pareció darse cuenta de aquello.
— ¿No puedo decidirse? —Rió suavemente la menor.
—Es que hay tantos… —El de ojos azules suspiro.
—¿Acepta una recomendación?
—Claro… —Asintió Gray mientras se acercaba a la pequeña que señalaba una bolsa roja sobre un estante.
—Esos son mis preferidos…
—Perfecto, llevaré estos… —Gray dejó la bolsa sobre el mostrador y espero a que la niña le cobrará.
—¡Jamás lo había visto por aquí! —Dijo la niña mientras le devolvía el vuelto. —Mi nombre es Wendy…
—Estoy de vacaciones, en la casa de una amiga… —Explicó el joven con una sonrisa. —Soy Gray…
— ¿Vinieron por el festival?
—¿Festival? —El mayor ladeo la cabeza.
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La rubia golpeó con fuerza la mesa y luego se quejó llevando su puño cerrado hacia su pecho.
—Lucy, cálmate, debe andar paseando por ahí… —Trato de calmarla Lisanna.
— ¡Pero ese idiota se va a perder! Encima no se lleva el móvil, ¿es qué se puede ser tan tonto?!
Lisanna bajo su mirada, no creía que Gray estuviera perdido pero es verdad que ninguna de las dos se había preocupado por su ausencia hasta que Natsu se había ido de la casa, entonces recordó las palabras del pelirrosa.
La puerta se abrió de repente mostrando a un despreocupado Gray, que se limitó a hacer un gesto con la cabeza en forma de “saludo” y se encamino escaleras arriba dónde quedaban las habitaciones. El cuerpo de Lucy se rodeó de un aura negra y salió corriendo en dirección a su amigo, tomándolo de los hombros y sacudiéndolo exageradamente.
—¿Dónde demonios estabas, idiota?! Sabes lo preocupada que estaba por ti!
Cuando la rubia se detuvo fue cuando por fin pudo responderle, su cabeza había quedado colgando hacia atrás dónde podía ver a Lisanna al comienzo de la escalera que lo miraba con el entrecejo fruncido y brazos cruzados.
—Comprando dulces… Estaba comprando dulces.
— ¿Durante cinco horas?
—Es lo de menos… —Gray desvió la mirada y se encogió de hombros.
—Tienes razón es lo de menos… —Dijo Lucy y luego sus ojos brillaron, el de cabello oscuro tuvo miedo por un momento al ver las miradas que se dedicaban sus dos amigas, más cuando ambas miradas se centraron en él prefería que se siguieran matando con la mirada entre ellas.
— ¡Tienes que ayudarme a conquistar a Natsu! —Se escucharon como una sola voz, Fullbuster trago saliva, ¿las dos querían al mismo chico? ¿y ahora cómo salía de esta?
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El día del festival cayó sábado, ¡Un jodido y hermoso sábado dónde Gray tuvo que estar todo el día encerrado viendo como Lucy y Lisanna se cambiaban de ropa unas quinientas veces! (Y no estaba exagerando) Para él sus amigas eran hermosas y todo le quedaba bien, cada una tiene sus atributos y podían tener a cualquier hombre si así querían pero ¡no! Se ponían de acuerdo hasta para conseguir al mismo chico.
Se removió en el sofá y alzó la vista de su móvil cuando escucho los tacones de ambas bajar las escaleras. Lucy lucía un hermoso vestido blanco que resaltaba su piel bronceada y se pegaba perfecto a su figura mientras que Lisanna usaba unos shorts de jean y una camiseta de tirantes que dejaba su ombligo a la vista.
— ¿Y qué tal? —Preguntaron ambas para después dirigirse miradas asesinas entre ellas.
—Por milésima vez… Están hermosas. —Dijo Gray cansado mientras rodaba los ojos. El timbre sonó y fue como un coro de ángeles para el pelinegro. Aunque sabía que la persona que estaba llamando no era su persona preferida en el mundo. Se levantó para abrir la puerta y su gesto serio no desapareció en ningún momento mientras iba caminando escuchaba los murmuros de sus amigas diciendo lo “perfecta” que sería su cita con Natsu.
— ¡Ey Gray!
El mencionado saludo con la cabeza y rápidamente fue empujado por las muchachas que se abalanzaron a Natsu en busca de su atención. Y básicamente el camino hasta el festival fue una charla de tres, Lucy iba colgada de un brazo del pelirrosa mientras Lisanna iba colgada del otro, Natsu iba hablando animadamente mientras contaba tonterías y Gray caminaba totalmente aburrido atrás. ¿Por qué demonios tenía venir él?!
Llegaron a un puesto se puntería, Lucy insistió en que quería un peluche, Lisanna insistió en que ella quería otro y Gray solo quería jugar y demostrarle a aquel idiota que era mejor apuntando.
—A qué puedo pegarle a más patos… —Comentó el más alto cruzándose de brazos, el pelirrosado dibujo una media sonrisa.
— ¿Quieres competir?
— ¿Acaso piensas qué perderé, cabeza de chicle?!
Y después de diez intentos dónde los chicos habían empatado cinco a cinco y seguían discutiendo quién era mejor las voces femeninas de sus compañeras los hicieron ponerse en alerta.
— ¿Es qué acaso se la van a pasar peleando?!
— ¡Dejá de pelear con Natsu, Gray!
Ladeó la cabeza cuando escuchó a sus amigas, ¡se suponía que eran sus amigas! No las del idiota.
Sin embargo y a pesar de que las chicas se esmeraron por querer llamar la atención de cierto pelirrosa, al único que le prestaba atención éste era al pelinegro con cara de pocos amigos. Al final del día mientras los cuatro comían un helado y el par de chicos reía y discutía acerca de todos los juegos por los cuales habían pasado a Gray se le escapó una sonrisa.
— ¡Al fin te veo sonreír!
Dijo Natsu orgulloso de haber logrado algo tan grande. Las chicas que estaban a cierta distancia de ellos no le despegaban los ojos de encima.
—Eres un idiota… —Le respondió Gray frunciendo el entrecejo.
—Pero a qué ahora te caigo mejor… Me sonreíste y todo…
—Fue solo…
Gray no pudo terminar de hablar, tenía los labios de Natsu sobre los suyos, el sabor de helado de frutilla inundo su boca junto con la lengua del pelirrosa. Por otra parte las chicas no podían creer lo que sus ojos veían. ¡Ambas querían ser chicos en ese momento! Cuando los labios de ambos se apartaron Natsu dibujo una enorme sonrisa, sacó una lapicera de su bolso y tomó la mano de Gray.
—Me haces cosquillas… —Le dijo el pelinegro.
—Ya termino…
Y cuando Gray observó su mano identificó los números como un móvil: “54326734, llámame”
Antes de irse Natsu volvió a besar sus labios y luego de despidió de las chicas con la mano.
Lucy y Lisanna se acercaron a su amigo totalmente sorprendidas, pasaron una mano frente a la mirada gris totalmente perdida.
—¡Oe Gray! ¿Qué fue todo eso?
—No lo sé…
Lisanna tomó la mano de Gray y leyó en voz alta: —54326734, llámame
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