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Guantes Plásticos por 5kn_akatsuki

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Notas del fanfic:

Segunda parte de Guantes Blancos

#YOLOOOOOOOO yolo porque esta esla segunda version quehago de la continuacion de aquel fic. La primera se llamaba Guantes de Látex, pero pasó a ser Guantes Plásticos. 

La primer versión que hice dejé de disfrutarla como en la hoja 5, luego Zemon_kv me dijo cómo quería el fic, Zemon si estás leyendo esto te diré que te peuds ir mucho a la fregada :D lo unico que no cumpli con tus reglas es que fueran 14 hojas, salieron 15. 

De ahí en más, tiene todo lo qu ese feo me pidio (exigio). 

No menores de 18~ o al menos no me digan cuantos años tiene, así no me sentiré como el viejito qur dice "Niña, quieres un dulce?" xDDD

 

Notas del capitulo:

Ñé. 

Me gustó mucho lo que salio, me gustó abordar esa parafilia y exponer a Taemin con un dble filo. Realmente me gustó gustó lo que salió. 

Y espero que ustedes tambien lo puedan apreciar.

A leer!

Encajó una rodaja de limón en el borde de la copa y sonrió.

La copa con la limonada del Joven Amo la llevó a una bandeja de plata, la colocó a la mitad de la misma. Los guantes de látex que tenía puestos le facilitaba la tarea de tomar la bandeja con más presión pues el plástico se pegaba al metal haciendo que la bebida bailara menos que cuando llevaba los blancos.

Con la bandeja en su derecha y la izquierda tras su espalda salió hacia el jardín trasero, en donde Taemin estaba leyendo un libro de cultura. Caminó sobre el sendero de piedras que llevaban a la pequeña terraza en donde la familia se juntaba a tomar el té o sólo a charlar.

Al notar la presencia del sirviente Taemin se perdió entre la línea que ya había leído y la siguiente pero no dejó que Minho lo notara.

-Ya era hora.- susurró intentando encontrar el punto en el que su sirviente le pareció más atractivo que la lectura.

-Lo siento.- susurró dejando la copa en la mesa que yacía a un costado de Taemin.

El Joven Amo cerró el libro y tomó la copa, observó la rebanada del limón y luego miró las manos de Minho, éstas estaban enfundadas en los feos de látex que su madre le había dado “En lo que lavas tus guantes” entonces presionó sus músculos anales para sentir que aun tenía dentro ese preservativo con el dichoso guante dentro.

Movió su cabellera para descubrirse los ojos y beber de la limonada que había tardado horas en llegar. Para él claro, pues Minho lo había hecho a la velocidad de siempre.

Pasó el primer pequeño trago, luego la retiró de su boca, miró a su sirviente que estaba serio al lado de su silla reclinada, como esperando la aprobación de la bebida.

Taemin le mostró su dedo índice y medio, luego los flexionó para indicarle que se agachara. Minho asintió para agacharse, entonces la delgada mano del Joven Amo pasó por su mejilla hasta llegar a los mechones de cabello que estaban en su oído. Los tomó con brusquedad para acercar mejor al empleado.

-Si tardaste tanto, esperaba que estuviera buena.- con el rostro cercano de Minho pero inmutable, sorbió un poco de la limonada para escupírsela en el rostro, el sirviente sólo cerró los ojos al momento que la limonada se impactaba contra su cara y cabello. –Híncate.- ordenó, acto seguido el sirviente estaba hincado a un lado de la silla de Taemin.

Le quitó la rebanada de limón al vaso para igual lanzárselo al rostro y el resto de la bebida al traje.

Cuando Minho abrió los ojos vio como Taemin le mostraba la copa vacía, estiró su brazo hacia la izquierda y abrió la mano. El impacto provoco que la copa se quebrara y los trozos de cristal se esparcieran por el suelo.

Bien, esa copa saldría del sueldo de Minho.

Seguramente la Sra. de la casa creería que fueron sus guantes nuevos los que provocaron que la copa cayera de sus manos. Porque ella nunca se imaginaria la relación que había entre su hijo y el empleado doméstico.

Taemin retiró el rostro de Minho de los mismos mechones con los que lo acercó. El Joven Amo se desvistió de la parte superior del cuerpo olvidando su libro que quedó sepultado bajo la ropa (que aun estaba tibia por su temperatura corporal) tomó la corbata del sirviente para acercarlo a su pecho.

-Espero que esto sí lo sepas hacer bien.- susurró sintiendo la respiración tranquila de Mino sobre su pezón derecho.

-Sí, Joven Amo.- contestó, lubricó su lengua para asomarla y comenzar a tentar la piel ajena.

Taemin suspiró al tacto, enredó sus dedos en el cabello de Minho para marcarle un ritmo, él sólo se dejaba manipular porque sabía que cuando el sol se ocultara los papeles se invertirían y quien daba las órdenes era él.

Su lengua delineó la aureola y cuando el pezón estuvo erguido lo embistió.

Quería tomar la cintura del Joven Amo y acercar su cuerpo al pequeño, quería deslizar sus manos sobre el vientre hasta llegar a su pene, quería hacerle un montón de cosas ahí en la terraza pero contrario a sus deseos, su mente le ordenaba mantenerse bajo el margen de lo que en ese momento era.

Sólo el sirviente de Taemin.

Sus manos quedaron firmes a sus costados, su espalda estaba flexionada sobre la silla y del resto del cuerpo del Joven Amo, sería una posición difícil pero gracias a todo el ejercicio que hacía por las mañanas, (antes de comenzar con sus labores domésticos) lo podía hacer sin problemas y por un largo tiempo más.

El menor movió sin previo aviso su cabellera dirigiéndola al otro pezón que también necesitaba atención. Minho hizo lo mismo, sólo se dedicó a lamer y embestir.

-Muérdelo.- ordenó Taemin cargado de deseo.

El sirviente lo hizo, haciendo que el Joven Amo contrajera sus piernas y al liberar su pezón de sus dientes suspiró extasiado. Minho volvió a morderle sólo que esta vez movió su quijada de un lado a otro, rozando sus dientes entre ellos con el pezoncito de por medio.

Antes de volverle a morder Taemin lo retiró de su cuerpo. Minho irguió su espalda y movió su cabello para que se acomodara mejor, empezaba a sentir ligeramente molestia pues se  pegaba su cara por la limonada. Seguramente su cabello estaría igual

El Joven Amo se había desabrochado el pantalón junto con el cinturón. Metió sus dedos pulgares ente la ropa y su piel para tirar de ellos y sacarlos de sus piernas, al estar desnudo abrió sus piernas para permitir la vista a su miembro, el que tomó con una mano para masturbarse ante la mirada neutra de Minho.

Esos ojos que sólo miraban los contrarios, no habían bajado a observa la desnudes el hijo de los Señores, ni siquiera había mirado lo húmedo que dejó sus pezones menos iba a ver su estado de excitación.

Esa actitud le molestó en sobremanera a Taemin, sentándose en la silla tomó de nueva cuenta el cabello de Minho para llevarlo hacia su entrepierna y dejar su nariz rozando con su glande.

-Lame, es una orden.- por inercia la lengua de Minho se asomó para tocar el glande, delinearlo por el borde de la circuncisión y finalmente meterlo a su boca.

Tenía un sabor agrio que no le molestó pues él se había asegurado de reducir el consumo de azúcar de la familia. Lamió el glande sintiendo la textura suave y húmeda, pero sobre todo caliente. Remarcó lento desde su orificio hasta el borde, mordió ligeramente el mismo sólo con el filo de sus dientes, antes de que Taemin se quejara engulló el resto del miembro.

Sus mejillas se llenaba del miembro del menor, su cabellera subía y bajaba en la agria entrepierna y Taemin sólo suspiraba a la vez que enredaba sus dedos en el cabello ajeno.

Marcó un vaivén violento en el que para sentir mejor movía también su cadera para llegar más profundo en la garganta del sirviente. Antes de llegar al orgasmo retiró bruscamente al sirviente tirando de sus cabellos, Minho se tambaleó un poco pero no cayó al suelo. Retomó la postura inicial, hincado a un costado de Taemin, mientras que este tenía los ojos cerrados, su mano derecha en el pecho intentando controlar su agitada respiración y la izquierda sobaba su miembro.

Minho lo vio tan débil y perdido, como aquel día bajo la tormenta que sin penarlo más se agachó para besarle los labios.

Taemin correspondió ese gesto hasta que recordó en dónde está y qué hora del día era, entonces giró su cara para cortar el contacto y de paso, limpias sus labios de todo lo que era el sirviente.

-No me vuelvas a besar.- susurró Taemin mirando desafiante al sirviente, este asintió. Volvió a tomar sus mechones para acercarlo a su rostro. –Abre la boca.- cuando la quijada de Minho cayó, el menor no vaciló ni un segundo más en su pensamiento, escupiendo dentro de la cavidad bucal ajena.

El sirviente se sorprendió pero no dejó que se notara.

A lo mejor esos limones tenían valentía en su jugo, porque de otra manera el pequeño no se hubiera atrevido.

De todos modos luego se las cobraría.

Taemin le sonrió después de ordenarle que la pasara. Volvió a tomar los mechones de Minho dirigido su cabeza hacia su miembro en donde volvió a marcarle el vaivén que quería disfrutar. Tras cinco segundos retiró su miembro de la boca ajena para ahora dirigirla hacia su esfínter anal.

Minho sin decir nada asomó su lengua para lamer esa entrada, pero antes de disfrutarla tomó el filo de sus dientes el borde del condón que anteriormente le había introducido para retirarlo, lo dejó caer dentro de la silla reclinada observando el blanco de su guante al interior del plástico.

Entonces retomó su tarea anterior.

Sentía las grietas del Joven Amo expandirse al tiempo que su anillo se dilataba dejando entrar sólo la punta de su lengua.

-Hazlo de una maldita vez.- susurró cargado de excitación y molestia.

Minho dejó de jugar el rol del sirviente para erguirse, tomar los tobillos de Taemin y abrir sus piernas de manera obscena. Posarse entre ellas y ante la mirada del menor abrir el cierre de su pantalón para asomar su glande, llevándolo directo al cuerpo contrario.

-Ahh…- suspiró Taemin al sentir lo caliente que se encontraba su sirviente, frunció el entrecejo al sentir presión y finalmente liberó un gemido cuando fue penetrado.

El sirviente empujó su cadera para entrar completamente en el cuerpo del Joven Amo justo cuando el motor del auto del Sr. Lee se apagó en la cochera.

Salió lento del cuerpo de Taemin, tomó el preservativo para dirigirlo a su entrada y presionar hasta que se hundiera en ese delgado cuerpo dejando sólo los bordes fuera por último se acomodó el pantalón para disimular la erección.

-Cámbiese de prisa, no sea que su madre le vea así y malinterprete los hechos.- dijo Minho acomodando el resto de su atuendo.

-Habían dicho que tardarían al menos dos horas.- contestó Taemin tomando su ropa para comenzar a vestirse.

-Han pasado tres horas y media desde que sus padres salieron.- dijo Minho poniéndole la camisa. –Su libro era muy interesante que se perdió en el tiempo.- por ultimó tomó la bandeja en la que había llevado la limonada y al buscar la copa recordó que el Joven Amo la había dejado caer al suelo.

-De todos modos, vamos a tener la casa para los dos solos.- sonrió parándose de la silla para abrocharse el pantalón.

-Sólo no vuelva a tirar así las cosas.- dijo Minho dejando la bandeja a un lado de los trozos de vidrio para tomar los más grandes y dejarlos sobre ella.

Las manos de Minho cubiertas por el látex estaban expuestas a los cortes que el vidrio le pudiera hacer, sin embargo el mismo material plástico impidió que se hiriera. Suspiró satisfecho por haber limpiado el desastre de su Joven Amo.

Se sacó el guante derecho para sacudirlo en el viento y así liberar cualquier resto de vidrio de él para volvérselo a colocar. Taemin no perdió de vista la mano de su sirviente, no pudo evitar fruncir el entrecejo cuando la vio cubierta de ese blanco espantoso del látex.

-Tus nuevos guantes son un asco.- dijo dejando de admirar al sirviente para acomodar su cabello y hacer como que no ocurría nada dentro de su cabeza.

-Mi guante aun sigue dentro de ti, ¿acaso no lo sientes?-

Taemin no contestó, sólo tomó su libro y regresó a su habitación no sin antes saludar a sus padres.

Minho sonrió de medio lado para entrar a la cocina y dejar la bandeja en su lugar, depositó el resto de la copa en una bolsita que tiró a la basura.

-Por favor.- escuchó detrás de sí, giró su rostro para mirar a la Señora de la casa por encima de su hombro. Entonces se giró completamente para la siguiente orden. –Prepara la cena sólo para Taemin, mi esposo y yo saldremos.- Minho asintió. –Después de que la prepares, puedes tomar tu hora libre.-

-Gracias Señora.- dijo Minho haciendo una reverencia.

Su hora libre la tenía cada día y era el momento en el que dejaba de ser el sirviente para ser un miembro más de la familia, normalmente se iba al jardín a leer algún libro o miraba televisión, otras le ayudaba al Sr. Lee con algunos pendientes o sólo adelantaba sus labores domésticos.

Pero esta vez tenía una idea diferente.

Saboreó su saliva sintiendo el pay de frambuesas que Taemin había comido como postre. Esbozó una sonrisa.

Terminó de limpiar la cocina y se dispuso a prepararle la cena.

Caminó hacia el refrigerador para abrir la puerta y observar los ingredientes que tenía disponibles. Pensó en qué podría ser bueno, quizá un cena lujosa como la que sus padres comerían en el restaurante sería buena, pero tendría que lavar las verduras y con los guantes de pastico que llevaba no le gustaría hacerlo.

Cada que se mojaba las manos tenía una sensación graciosa y molesta, el plástico se pegaba a su piel. Aunque era más fácil lavar los platos con ellos porque esos mismos guantes los usaba en lugar de quitárselos para ponerse los guantes para lavar.

Extrañaba sus antiguos guantes, los de algodón que eran suaves con su piel y con la de Taemin. Pero habían dejado de ser impecables al momento de tocar la perilla de la habitación del primogénito y mancharse de nutella.

Miró sus guantes de plástico, notaba que sus manos comenzaban a sudar y el líquido estaba haciendo que se pegaran más. Frunció el entrecejo. Metió su dedo índice eñ borde del guante para quitárselo pero sintió una leve fricción entre el plástico y su piel.

Y no sólo eso, sino que al jalar el borde del guante los vellitos de sus muñeca se jalaron también.

-Malditos guantes.- susurró sacándoselo por completo, el dichoso ni siquiera había quedado con forma de tal cosa, sino que era una bola de látex.

-Querido.- escuchó de nuevo a la madre de Taemin así que rápidamente ocultó su mano desnuda para girarse y mirarla. –Aprovechamos la salida y compramos unos guantes nuevos.- le mostró un par de guantes como el que su hijo tenía dentro.

Blancos e impecables pero sobretodo de tela.

-Sería bueno que tuviera repuesto también de ellos.- caminó hasta entrar a la cocina y entregárselos en la mano que ocultaba tras su espalda. –Tienes varios trajes y zapatos, por el momento ya tienes otro par de guantes.- le sonrió alejando su mano de la contraria, sintiendo la piel tibia del sirviente.

-Gracias.- dijo Minho haciendo una reverencia, mirando los guantes nuevos.

-Tienes una manos sumamente suave.- dijo sonriendo, luego se giró para salir de la cocina pero quedar de pie en el comedor, en donde Taemin la miraba ligeramente molesto.

Él había lavado el guante de Minho. Había puesto especial dedicación en los dedos. Había usado un montón de detergente de fragancia. Había puesto suavizante. Hasta lo había desinfectado con cloro. Es más, él tenía el otro guante en su interior como Minho lo había puesto y la desgraciada de su madre era quien gozaba del tacto de las manos del sirviente.

Su sirviente.

Su Amo.

Su Minho.

-Gracias.- contestó el empleado sonriendo levemente. –Trato de cuidarlas.- completó.

Por eso siempre usaba los guantes, cuando hacia la comida sólo los retiraba para lavar las verduras y picarlas. Además de condimentarla. Cuando regaba las plantas, cuando lavaba la ropa, cuando servía la comida, cuando llevaba de un lado a otro lo que le pedían, siempre los usaba.

Sobre todo, cuando se trataba de tocar a Taemin.

Porque lejos de (esta vez) cuidar sus manos, le gustaba ver lo frustrado que e ponía el menor cuando sentía la tela.

-¡Oh! Hijo.- dijo la señora. –Le pedí a Minho que te preparara la cena.-

-Está bien.- contestó girándose para ir de nuevo hacia su habitación en la planta alta.

-Nosotros saldremos en una hora más.- dijo esta vez saliendo del comedor. –Gracias.-

-No es molestia.- contestó Minho para ver perderse la silueta de la Sra. en las escaleras.

Volvió a bajar la mirada para observar los guantes. Sonrió feliz por eso pero negó riendo al dejarlos sobre la barra e ir por la bola de látex que antes se había quitado. Lo estiró y sacudió en el aire par a volvérselo poner.

Regresó a su labor de hacerle la cena a Taemin, abrió la lacena y notó el frasco de nutella a medio comer. Frunció el entrecejo molesto tomándolo, abrió el frasco y fue directo al fregador en donde tiró el contenido.

Le encantaba el sabor del la crema de avellana con chocolate pero odiaba manchar sus guantes. Era su pequeña venganza. Feliz tiró el frasco a la basura y se dispuso a preparar unos hot cakes.

Quizá Taemin merecía una cena mejor, pero él no merecía ese trato tan dominante que el menor le mostró minutos antes.

Rápido tuvo preparadas tres porciones que guardó en un bol para que se mantuviera calientes. Puso la cafetera y sacó la leche descremada dulce como la mermelada de fresa para dejarlas en la mesa. Acomodó el plato de Taemin en su lugar habitual junto con el tenedor y el cuchillo, terminó colocando un vaso vacio y una servilleta doblada.

Sonrió al ver sus resultados. Luego caminó hacia la cocina para servirse un vaso de agua y ponerle dos cubitos de hielo. Tomó los guantes nuevos para caminar hacia su habitación y dejarlos en la cama, luego salió.

Caminó hacia el jardín trasero pero antes de salir, se recargó en el marco de la puerta. Disfrutó de la puesta de sol, el paisaje que las mismas flores y arboles le daban le relajó pero no fueron suficientes para siquiera pensar en perdonar lo que el menor le había hecho.

Tomó una vez más del agua servida hasta que los hielos chocaron contra sus labios. Bajó el vaso y pasó el agua fría. La saboreó relamiendo sus labios con la punta de la lengua, observó los hielos y sonrió.

Se irguió por completo y girándose se dirigió hacia la habitación del menor.

Subió las escaleras con calma, repasando lo que quería y por supuesto obtendría de Taemin.

Al girar en el pasillo lo vio de pie, con las manos quizá en el pecho y mirando algo. La risa que soltó le hizo supone que estaría concentrado en su móvil.

Se detuvo tres metros detrás de Taemin. Agitó el vaso y los hielos golpearon con el interior produciendo que el menor se sobresaltara. Giró su cuerpo por completo para ver al sirviente.

-Pero mis papás.- susurró asustado y presionando su esfínter anal. Excitándose.

La respuesta llegó como un golpeteo más intenso de los hielos.

Taemin asintió, llevó sus manos a su cinturón para comenzar a desabrocharlo.

-No quiero eso.- dijo Minho. Taemin lo miró y asintió.

Se hincó mirándolo, juntando sus manos y escondiéndolas entre sus muslos, inclinó su cabeza en señal de sumisión.

El sirviente caminó hacia él y tocó el cabello del menor, despeinándolo. El tacto suave se terminó al momento que tomó un puñado de cabellos y tiró de ellos para que Taemin elevara el rostro. Este abrió su boca, esperándolo.

Minho con su mano libre tocó la mejilla derecha, le acarició en repetidas ocasiones, delineó la línea de la quijada hasta que le soltó una cachetada. Esta hizo eco en el pasillo.

Taemin sólo presionó los ojos para contener el dolor. Recibió una cachetada más hasta que el dedo pulgar de Minho entró a su boca. Se posó con fuerza debajo de su lengua obligándolo a mantener abierta su boca. Lo que se toma prestado se regresa. Con esto en mente la saliva que Minho había acumulado la dejó caer directo a la pequeña boca.

La gota blanca cayó sobre su lengua, el contacto visual era tan directo que no fue necesaria palabra alguna para que Taemin la tragara. Minho sonrió por eso, sacó su dedo de la boca ajena y liberó su miembro que seguía ligeramente erecto.

Había sido una tarea titánica esconder su erección y seguir con la vida como si nada ocurriera en su entrepierna pero lo había conseguido.

-Las manos a la espalda.- ordenó Minho, Taemin cambió de lugar sus manos. –Hazlo bien.- colocó su glande dentro de la boca del menor y comenzó a embestirle.

Los sonidos húmedos y ahogados que emitía la fricción del pene de Minho con la garganta y lengua contraria eran tan fuertes que sólo le excitaban más. Llegó a provocarle arcadas que no eran atendidas pues seguía penetrándole, tomando de su barbilla y cabeza para garantizarlas más placenteras.

El señor Lee salió de su oficina porque tenía que atender sus necesidades fisiológicas, no prestó atención al cuerpo que estaba en  medio del pasillo sólo siguió caminando. Hasta que las arcadas de su hijo llegaron a sus oídos.

Entonces se giró.

-Oh, son ustedes.- susurró aliviado al ver que Minho estaba agachado atándole las agujetas a Taemin, este de pie frente al sirviente. –Hijo, no te aproveches así de Minho.- le regañó para girarse y retoma el camino al baño.

Taemin sólo asintió pues su boca estaba llena del semen del sirviente.

-A tu habitación, ahora.- ordenó Minho levantándose, limpiando sus rodillas y acomodando su pantalón. El menor asintió temblando por el orgasmo, caminó torpemente hasta abrir la puerta de su habitación y entrar.

Al sólo hacerlo se dirigió a su cama para dejarse caer y descansar.

-Báñate y baja a cenar.- fue todo lo que dijo Minho para salir.

Taemin frunció el entrecejo molesto, se levantó de su cama para ir a buscar al sirviente encontrándolo a la mitad de las escaleras. Corrió hacia él y tomó su mano enfundada en el guante de látex.

-¿Es enserio?- preguntó mirándolo a los ojos.

-¿Qué sucede?- preguntó el Sr. Lee que estaba al inicio de las escaleras en la planta baja. Taemin lo miró y resignado soltó la mano de Minho.

Apenas estaba sintiéndola tibieza de él. Pensándolo bien con los guantes de látex se sentía mejor su piel.

-Lo de no atar más mis agujetas.- contestó Taemin pasando al lado de Minho, no sin antes golpearle el hombro con su brazo.

-Hijo, no seas un aprovechado.- rió su padre para subir de nuevo las escaleras e ir por su esposa para salir a cenar.

Pronto ambos se quedaron solos en casa, Minho le servía la cena incluso partía los hot cakes por Taemin, este sólo se limitaba a comer mirándolo con el entrecejo fruncido.

-¿En dónde están los guantes que te compraron?- preguntó Taemin al llevar el resto de la loza sucia pues Minho ya se encontraba lavando para dejar todo limpio.

-En mi habitación.- contestó pasando el plato por el agua que caía, retirando así la espuma.

-¿Por qué no te los pones?- preguntó curioso.

-Porque los guantes que quiero están incompletos.- contestó cerrando la llave de agua. –Uno lo tengo yo y el otro tú.-

-¿Y no quieres el guante que yo tengo?- preguntó moviendo su cadera, distrayendo a Minho.

-Muéstramelo.- ordenó dejando la loza limpia. Taemin llevó sus manos a su cinturón para desatarlo, metió sus dedos pulgares entre su piel y la ropa para deslizarla por sus muslos y así quedar desnudo. –En cuatro sobre la mesa.- el menor asintió para caminar hacia ella, se retiró los tenis y calcetines como el resto del pantalón junto con los bóxer. Se subió a la mesa mirando a Minho. Recostó su cuerpo y abrió sus piernas.

-Mastúrbate.- ordenó. La mano derecha de Taemin fue hasta su miembro para comenzar a estimularlo, la izquierda fue más allá hasta tocar el borde del condón.

Minho caminó hacia la mesa en donde se grabó la imagen de Taemin, se posicionó entre las piernas del menor y poniendo sus manos en las rodillas las separó de manera obscena. Taemin sólo gimió por eso pero sin dejar de estimularse.

Entonces el sirviente tomó el borde del condón y lo retiró suavemente, las paredes de Taemin se cerraron al momento que el intruso salía de su cuerpo igual que sus labios emitían un suave gemido.

El guante de Minho había salido de su cuerpo, lo dejó a un costado de la pelvis de Taemin para inclinarse y lamer con la punta de su lengua la rosada entrada con fragancia a jabón. Delineando el contorno de la misma y embistió en varias ocasiones hasta que la punta pudo entrar al cuerpo ajeno.

La pelvis de Taemin se elevó al sentir la calidez del sin hueso de Minho, su mano aceleró el movimiento en su miembro.

-Ahh~- gimió el menor moviendo su cadera para intensificar el contacto que el sirviente le estaba dando.

Cerró sus piernas y elevó su pelvis.

Su semen salpicó hasta su playera.

Sus mejillas estaba sonrojadas y su respiración entrecortada.

Sintió un leve beso en su entrada, el calor de Minho se retiró de su cuerpo.

El sirviente se puso el guante blanco e impecable que había estado las últimas horas dentro del cuerpo de Taemin. En la otra mano tenía el de látex. Caminó hasta estar a la altura del rostro del menor entonces delineó con su mano enfundad en plástico la mejilla de Taemin, este entreabrió sus ojos.

-Gracias por devolverme mi guante blanco.- 

Notas finales:

Conti?

Habrá una tercera aprte, un tercer one-shot hecho por mi otro BR, que ahora será fanficker para hacer la ultima parte de el fic que creó Zemon_kv. 

PEro emintras él tiene tiempo para hacerlo, lo mejor será que siga siendo final abierto~ ya estará publicado y veremos en qué temrina. Sé que Zemon_kv y yo ttenemos el imsmo estilo de escritura, o similar al menos, así que~~~ agradecería mucho si no se prestara a comparaciones entre el otro fic y este, queambos están hechos con mucho amor. 

Espero que les haya gustado <3

Gracias por leer~


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