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Si supieras por DcHenri

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Notas del fanfic:

Este es un one- shot que prometí y que aquí tienen. Me tardé un poco al subirlo debido a que me eché un round con mi lap xD 

Pero lo prometido es deuda.

No saben lo satisfecha que quedé después de escribirlo. Esta parejita simplemente me hace sacar lo mejor de mi.

Esta basado en la escena final de Avengers y en la escena donde todos se despiden y cada quien toma su rumbo. Claro que con sus debidas modificaciones:3 

Así que traigan sus hot cakes porque este shot tendrá mucha miel... *-*

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, si no a sus respectivos creadores y a Marvel. 

Dicen que las mejores cosas suceden sin planearse, suceden por casualidad.

Nadie planeaba una guerra, ni destrucción, ni mucho menos enamorarse.

Yo me encontraba muy lejos de todo y creía ser feliz. El resto… Creo que es más que sabido. Vinieron los chitauris, Loki y el teseracto.

Y después de la batalla fue que sucedió, lo que jamás pensé que sucedería.

Comía como si minutos antes fuera yo un monstruo verde y gigante de una tonelada. Bueno si lo era pero ese no es el punto. Mi respiración estaba algo acelerada mientras el hambre no saciaba, de hecho ni si quiera me percate de lo que los demás habían ordenado. Ni de que el Capitán América estaba medio quedándose dormido en su asiento, ni que Thor comía como animal, que Tony veía a la nada pero sin dejar de masticar, que la agente Romanoff perdió su postura y ahora se encontraba encorvada masticando y mirando un lugar fuera de mi alcance… Ni de que tú estabas leyendo tranquilamente comiendo algunas papas fritas.

Mentira.  De ti no perdí detalle desde que te vi.

Yo comía como si no hubiera un mañana pero mi mirada estaba firmemente clavada en tu rostro, que se encontraba de perfil. Podría venir otro ejército de chitauris pero yo no me inmutaría ya que mi atención fue robada por ti. Sentiste mis ojos puestos en tu persona y me sonreíste de manera dulce. Retomaste tu lectura. Tus ojos ya habían recobrado su color original y solo en este momento pude apreciar la belleza que irradiaban. Me ponen nervioso. Lo notas y bajas la mirada riendo quedamente. Ni si quiera fui capaz de devolverte la sonrisa debido a los nervios y a la comida que aún tenía en la boca. Los ojos que antes estaban puestos sobre ti ahora estaban sobre la comida, ya que la vergüenza me imposibilitaba a volver a admirarte y que me cacharas infraganti.  

-¿No quiere más cátsup en sus papas doctor Banner? – Hablabas de manera lenta sin despegar tu mirada del texto. Me detuve por un momento y me limpié la boca donde tenía sobras aún de pan.

-Gracias, pero ya me llene.- Despegaste tus bellos ojos del libro y los clavaste en mí. La incredulidad reinaba y arqueaste una ceja.- ¿Seguro?- Preguntaste divertido. Yo me cubrí la cara con ambas manos y sentí las mejillas arder. Al descubrir mi rostro la pierna que tenías sobre la silla de Natasha quedo bajo la mesa al igual que la otra y ahora una sonrisa ocupaba todo tu serio rostro. El libro que descansaba en tus piernas ahora estaba sobre la mesa y tu mano se dirigía lentamente hasta mí.

-Tiene una mancha aquí doctor.- Y tu pulgar recorrió la comisura de mis labios hasta la barbilla. Yo tenía los ojos puestos en tu sonrisa.

Si supieras que la vida ya no es la misma,

Que el alba se ha vuelto un festejo y que las noches brillan más que el oro.

Que el corazón late sin esfuerzo,

Y eso sucede cuando miro tus ojos

Que chispean llenos de anhelo. Y furtivos de mis deseos.

Me sudaban las manos y mis pasos resonaban en la apacible habitación. El teléfono celular descansaba en la mesita de noche de aun lado de mi cama junto con el papel de tu número.  Miles de razones me gritaban pretextos para no llamar. Pero solo una me orillaba a hacerlo.

Quería oír tu voz. Me urgía.

Lo necesitaba.

Desde la última vez que te vi me he comportado de una manera más extraña que de lo habitual. Antes de subirme al flamante coche de Tony y que los asgardianos partieran, tú y yo nos despedimos. No nos dijimos adiós. Nuestra despedida fue eterna. Casi como si el tiempo fuese congelado para que yo me deleitara más con tu presencia. Nos damos un fuerte apretón de manos y tú levantaste los lentes que cubrían mí delirio. Y solo de esa manera nuestras miradas se conectaron de una manera tan febril. Siento el pequeño jalón que ejerces para abrazarnos. Poso mis manos tras tu espalda y tú haces lo mismo agregándole unos delicados palmeos.

-Espero verlo pronto, doctor.

-Dime Bruce.- Y eso lo decimos sin separarnos. Nuestro contacto prolongado me permite disfrutar tu masculino olor. Nos separamos después de una eternidad.

-Cuídate mucho.- Haces una pausa bajando tus lentes a su sitio.- Bruce.- Y te vas sin decir más. Sonrió bajando la mirada y sobando mi nuca.

Me flechaste.

Si supieras que los dogmas son ilusos,

Ante tus sublimes labios.

Si supieras que eres la belleza misma

Que eres mi sanación en carne propia,

Mi eternidad vuelta realidad.

Suspiro y arreglo el mantel por décima vez.  Me levanto de mi asiento y miro el reloj. Al volverme a sentar cojo un libro para leer y que así la espera se haga más tolerable para mi nervioso y ansioso cuerpo.  Me es imposible leer sabiendo que a escasos minutos tú llegaras a mi departamento a cenar. No estaba seguro si esto era una cita pero  espero no malentiendas las cosas y prefieras huir antes de lo esperado…

Tomo el teléfono decidido y marco sin meditarlo mucho. Al escuchar el primer timbrazo recuerdo que lo que estoy a punto de hacer está mal. Pero algo dentro de mí me hace escuchar el segundo timbrazo. Estoy por despegar el teléfono de mi oreja y darme por vencido. Contestas.

-¿Quién habla?- Tu voz suena algo irritada y me tenso. Se hace un breve silencio y bufas.

-Soy Bruce.- Sabía que eso de llamarte era una locura.

-Hola Bruce, ¿Cómo estás?- Tu voz cambia radicalmente a una más amable y llena de sorpresa.-Jamás imagine que serías tu.- Yo sonrío aliviado y me siento en la cama.- Yo me encuentro bien, pero si es un mal momento, yo comprenderé. Si gustas hablamos en otro momento.- Ríes ligeramente.

-Tuve un mal día, algo estresante. Pero ahora veo que me está pasando algo bueno. Tu llamada me cayó de maravilla.- Contengo la respiración y me dejo caer de espaldas.- ¿Podemos seguir hablando por favor?- Quedo paralizado y el silencio se hace extenso. Balbuceo un poco y te hago reír.- Claro que podemos hablar.- Me siento sumamente avergonzado y el teléfono se resbala por mi mano. Escucho que hablas pero no entiendo que dices, rápidamente lo levanto y veo que has guardado silencio.

-Disculpa se me ha caído el teléfono, ¿me podrías repetir lo que dijiste por favor?- Ríes de nueva cuenta.- Dije que a qué se debe la llamada.- Llamé porque me tienes cautivado y porque si no te escucho siento que moriré.- Solo para saber si estabas bien.- Guardas silencio.-No sabía que usted se preocupa por mí.

No tienes idea de cuánto.

Si supieras que mis dedos ansiosos

Gozosos están de rozar tu rostro,

De acariciar mis labios con los tuyos

Y de robarte aliento, bendigo

Aquellos fragmentos que tienes por ojos

Que me tienen frenético ante la perdida

De saber que me hace falta mirarlos.

Comemos callados y mis leves temblores aún no son tan notorios como para ser percibidos. La tenue luz que alumbra el comedor es perfecta, la comida que a pesar de todos los intentos fallidos me ha salido suculenta y el cielo que hoy se muestra estrellado han hecho una perfecta mancuerna con la silenciosa noche. Limpias tus delicados labios de los restos de comida.

-No sabía que a pesar de tener no sé cuántos doctorados y ser superhéroe aún tenías el tiempo para hacerla de chef.- Río quedamente bajando los cubiertos.- No te imaginas las veces que abracé el extintor esperando ver la cocina en llamas.- Reímos.

La plática se vuelve más amena y con soltura y sin darnos cuenta terminamos hablando de nuestra vida íntima.

-¿Tienes novia Bruce?- Bebo otro trago de vino y analizo la pregunta.- No.- Contesto distante.

-¿Qué me dices de ti ojo de halcón?- Tu meditas la pregunta y a largas más mi martirio al beber un trago de tu copa. Porque la respuesta podría darme esperanza o cavar mi tumba.

-No.- Fijas los ojos en mí.- Aun no llega esa persona.- Mi corazón me late rápido pero no despego la mirada de tus ojos.

-¿Cómo sabrás que es la persona indicada?- Me atrevo a preguntar tomando la botella casi vacía y sirviéndome todo el contenido. Sonríes y relames tus labios. La distancia entre nosotros se va acortando y tu aliento choca sutilmente sobre mis labios. Las miradas siguen fundidas, como si estuvieran capturando cada detalle. La adrenalina galopa en mis venas, puedo sentirla. Corre y viaja hasta mis manos. He decidido jugármela y navegar sobre aguas misteriosas. Coloco sutilmente ambas manos sobre tus mejillas y te beso. Siento tus mojados labios sobre los míos. Siento mil sentimientos sobre mi cuerpo. Tus manos suben hasta mis hombros y entre abres los labios. Succiono con delicadeza tu labio inferior.

Si supieras que me consume un fuego interno

Las noches me ahogan queriendo buscar una solución a este inferno,

Que el cielo de tus manos calmen la llamarada que surge en mi soledad

Que sepas por fin que muero si no estás.

Beso con vehemencia tu cuello y desciendo a tu lampiño y descubierto pecho. El camino de húmedos besos genera jadeos que salen de tu boca. Hoy la timidez me ha abandonado y ha cedido el paso al ya incontenible deseo. Mis juguetonas manos rozan el bulto que sobresalta de sus pantalones. Acaricio suavemente y ronroneas. Junto nuestros labios y la lujuria empuja a los míos haciendo que tu lengua roce con la mía en la danza más erótica jamás contada. Tus traviesas manos desabotonan con violencia mi camisa. Te deshaces de ella sin tapujos y la fricción entre nuestros cuerpos se vuelve más necesitada. Bajo de nueva cuenta por el camino que me guía a contemplar tú ya despierta entrepierna. Le quito con rapidez aquello que me impide saborearla.

Tus ojos cristalinos por la excitación me miran deseosos de más. Beso el interior de tus apetecibles muslos y tu entrada se contrae repetidas veces. Se lo que está por venir y con mis mojados labios te preparo. Mis dedos sustituyen a mi lengua y los gemidos que lanzas son cada vez más fuertes.

-Quiero ser aquella persona indicada Clint.- Te miro a los ojos.

-La persona indicada para mi debe ser aquella que me demuestre que es capaz de dejar todo por mí.- Hizo una breve pausa calmando su agitada respiración.- Y tú has roto tus propias barreras y eso es más que suficiente para mí.- Desvías la mirada sonrojado.- Ahora quiero ser tuyo. Hazlo.- Te beso apasionadamente, regalándote hasta el último aliento y acomodo mi miembro en tu dilatada entrada.

Las embestidas se vuelven cada vez más fuertes y rápidas. Ya no tengo miedo de nada y sé que ahora me siento capaz de domar hasta la bestia que vive en mí. Tus agudos gemidos acompañan al rechinido de la cama.

Estoy por llegar a la cima del éxtasis y nuestras miradas vuelven a encontrarse.

Eres lo que me hacía falta.

Tus manos se cierran sobre las blancas sabanas y tus ojos abandonan a los míos. Los gemidos se trasforman en gritos de placer. Ambos estamos cerca de tocar el cielo.

Si supieras alma mía,

Que estoy a nada de serlo todo,

Que tu amor me ha dado valentía

En los días carentes de fervor

 

Quiero fundirme en tu abrumador calor,

Si supieras lo que he callado por temor

Si supieras que soy tuyo,

Desde que mi mundo te encontró.

 

Notas finales:

¿Qué les parecio? Espero me puedan dejar su respetable opinión en un comentario:3 

Dense a los que gusten una vueltita por mi fanfic llamado "Academia SHIELD" para reirse un rato. 

 

Besos y abrazos 

DC. Henri. 


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