¿Existen las segundas oportunidades? Ciertamente esa pregunta ha rondado en su cabeza los últimos meses. Es decir, la llegada del peli morado más alto fue una desagradable sorpresa para todos los que vivían y trabajaban en Teiko. En especial para él. Si bien, su relación con Murasakibara jamás fue llamada como “amistad” entre ellos. De cierta forma se compadecía de Himuro e Ichinose. Pero lo que aún no tenía claro era ¿Por qué regreso después de 5 años de abandonar a su ex pareja junto con su hijo? ¿Qué quería lograr con aquello? ¿Otra oportunidad? ¿Recuperar el tiempo perdido? ¿Qué es lo que quiere? Bufo molesto… darle tantas vueltas al asunto no le ayudaban en nada, es más… ¿Por qué él tenía que pensar en eso? ¿En qué le ayudaba aquello?
-Disculpa…- una voz desconocida le saco de sus pensamientos. Lo primero que vio fue a un rubio de ojos ámbar profundos y expresivos –estoy buscando a Takao Kuzanari, ¿sabes dónde está?-
-¿Quién eres tú?- pregunto nada educado el peli verde ¿Quién buscaba a su novi- bueno ex novio? ¿De dónde conoce a Takao? ¿Por qué lo conoce? ¿Quién le dio el derecho de conocerlo?
-No creo que yo deba explicarte algo dado que no eres el indicado para eso pero…- vio como el peli verde se cruzaba de brazos y fruncía el ceño –me lo pediste tan “amablemente” que supongo debo presentarme. Mi nombre es Miyaji Kiyoshi. Soy el admirador secreto de Kuzanari- aquello le cayó como balde de agua helada al doctor ¿es… es enserio?
-Pensé que esa basura sobre el admirador secreto de Takao era puro cuento…- exclamo confundido el peli verde. Aunque ahora creía que su ex si era capaz de tener a otra persona que no fuera el peli verde.
-Si por puro cuento te refieres a que yo mismo me encargare de desplazarte del corazón de Takao, entonces sí, es cuento. Tranquilo yo cuidare de el- hablo el rubio, viendo como el otro le dedicaba una mirada gélida y sin sentimiento –yo se tu historia entre él y tu… Midorima Shintaro-
-¿Quién eres?-
-Ya te lo dije: Soy el que te va a quitar el amor de Kuzanari. Sino es que ya lo hiciste por tus propios méritos-
-Tú qué sabes de mí y de él?-
-Lo se absolutamente todo- contesto el de ojos ámbar –incluso el hecho de que le rompiste el corazón en su aniversario. Eso no se hace Midorima- se burló, viendo como los ojos esmeraldas del otro centellaban de enojo y furia dándole la razón al otro.
-¿Qué te hace pensar que él va querer estar contigo?-
-Midorima, no lo creo: él ya está conmigo. Te lo agradezco, me has dejado el camino libre-
-Eso lo veremos- advirtió el médico, fulminando con la mirada al otro el cual le veía con superioridad y con claras intenciones de hacer enojar al otro –recuperaré a Kuzanari, así sea lo último que haga-
-¡Ja! Eso ya lo veremos-
-No me subestimes Miyaji-
-Tú no subestimes. Acércate a él y me encargaré de destruirte lentamente hasta hacerte pagar por cada lágrima que hiciste que derramara por ti-
-Tú no sabes nada sobre eso-
-Etto…- interrumpió el rubio de ojos dorados –Midorimacchi, te está buscando Akashicchi ¿Quién es tu amigo?-
-Nadie Kise…- respondió seco el otro, fulminando con la mirada al sonriente ojo ámbar. –llévatelo de aquí antes de que haga algo del que pueda arrepentirme-
-Mmm… etto… okey…- respondió el trapecista, viendo como el otro se iba a ver al peli rojo –supongo que… Midorimacchi está así por verte ¿puedo saber quién eres?-
-Me presento, soy Miyaji Kiyoshi y estoy buscando a Takao Kuzanari ¿le conoces? Le pregunte a tu amigo y no me quiso decir nada al respecto ¿podrías ayudarme a encontrarlo?-
-Claro, no hay problema- respondió sonriente el modelo, haciendo señas al otro rubio para que le siguiera para ver al de ojos azules –disculpa a Midorimacchi, es que él y Takaocchi rompieron recientemente y bueno… te darás cuenta que él no le gusta hablar de su ex -
-Ya me lo suponía…- respondió tranquilamente el otro, siguiendo al otro rubio –por cierto ¿Por qué el “cchi” en los nombres de todos? ¿Qué significa?-
-Oh eso… bueno, el “cchi” se los pongo a los nombres de las personas que respeto y admiro. Ambos son mis amigos y por eso hablo así- hablo, respondiendo a la pregunta del otro –eres nuevo por aquí ¿verdad? Akashicchi no nos dijo nada sobre tu llegada-
-Podría decirse que sí, soy nuevo en Teiko, es más, hoy le pediré a Akashi entrar a trabajar en este lugar- explico, viendo fijamente al otro –me gustaría estar al pendiente de la persona que quiero-
-Adivinare… tu eres el admirador secreto de Kuzanaricchi- el otroasintió –está bien, no le diré nada de quien eres si me prometes que no lo lastimaras. El… el sigue algo triste por la ruptura con Midorimacchi y no me gustaría que el llorara a causa del amor. Es como el hermano que nunca tuve y por eso me preocupo por el-
-Lo quieres mucho, me doy cuenta de eso- razono el otro –yo le admiro mucho, cada canción que produce y utiliza en sus actos es mágico, único y es por el que quiero continuar con mi carrera musical. No lo lastimare, no como lo hizo ese doctor de cuarta-
-Creo que te llevaras muy bien con Francocchi y Akashicchi- comento, buscando con la mirada a su mejor amigo –supongo que estará en buenas manos- tan luego dijo eso el modelo, junto con el otro rubio buscaba al de ojos azules, algo le decía que el corazón de su amigo estaría entre la espada y pared.
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-Ese estúpido rubio, ¿Quién se cree para amenazarme a mí?- gruño el peli verde, buscando con la mirada al heterocromático, ¿Dónde diablos estaba? ¿Ahora que quería de él?–Supongo que Akashi ya sabía de ese idiota y aun así no me dijo nada-
-Daiki enserio, ahora no estoy de humor para tolerar tus caprichitos, haz lo que te ordeno y ya. Deja de comportarte como el energúmeno que eres- la voz de su amigo lo saco de sus maldiciones internas ¿Qué estaba pasando?
-No es ningún capricho, Akashi…- bramo el moreno, fulminando con la mirada al otro -¿Por qué debo de ser yo el que cambie de remolque con el cuatro ojos bipolar de Midorima? YO NO LO TOLERO NI EL A MI-
-Perdón…- exclamo el peli verde, acercándose donde le invocaron -¿yo que tengo que ver en esto?-
-En nada Shintaro…- contesto el peli rojo, ahora enfocando su vista al moreno –y tú…- señalándolo –más te vale que hagas lo que te digo a no ser de que quieras una de estas en la entrepierna cuando despiertes- mostrándole un par de filosas tijeras, haciendo que el otro tragara duro.
-¿De qué me perdí?-
-Midorima-kun y Aomine-kun son ahora compañeros de remolque…- respondió tranquilamente el pequeño peli celeste, oculto entre las sombras y con una malteada de vainilla en los labios –no creo que a los dos le guste la idea-
-Estoy de acuerdo con Kuroko… no me gusta. ¿Por qué debo cambiar de remolque con este bruto?-
-Cuidadito con tus palabras cuatro ojos-
-Llame cuatro ojos de nuevo y te esterilizo sin anestesia un día de estos, nonadayo-
-Inténtalo, y veraz lo que pasa al meterte conmigo-
-Silencio…- sentencio el peli rojo, con un aura oscura a su alrededor –ambos harán lo que ordeno y fin de la discusión… nadie les está pidiendo su opinión o si están de acuerdo con esto- les callo –además, los dos deberían de estar agradecidos por la oportunidad que les estoy dando. No cualquiera permitiría que ustedes dos estén juntos-
-POR ESO MISMO NO ESTAMOS JUNTOS. YO LE ODIO- hablaron al unísono el moreno y el peli verde, señalándose mutuamente.
-No griten- les regaño el peli celeste, aun con su malteada de vainilla en las manos, viendo entretenido la pelea entre esos dos, con su mirada inexpresiva de siempre –estoy de acuerdo con Akashi-kun, esto es algo que ambos estaban buscando desde el principio ¿desde cuándo objetan por algo que ustedes querían desde hace meses?- al ver que los otros no le entendían, continuo –Midorima-kun desde que termino con Takao-kun ha estado con un humor de perros porque Akashi-kun no quiere cambiarle de remolque porque simplemente no hay nadie que le tolere (hasta ahora)- el mencionado solo abrió los ojos de la impresión, ¿Cómo alguien como Kuroko podía saber de eso? –Mientras que Aomine-kun comienza a molestarle la presencia de Sakurai-san ¿me equivoco?- el otro iba a decir algo, pero el heterocromático le gano.
-Ya oyeron a Tetsuya. Ahora ya saben el porqué de ahora en adelante ustedes compartirán remolque. Eso hasta que se termine esta gira o hasta que alguno de los dos termine asesinando al otro, lo que pese primero- razono el peli rojo, con un aura oscura y macabra a su alrededor.
-A veces eres demasiado sádico, ¿lo sabias Akashi?-
-Claro que lo se Shintaro (nwn)-
-A mí no me molesta la presencia de Ryo- se quejó el moreno, fulminando con la mirada a su amigo peli celeste.
-Eso no me pareció haber escuchado en la última presentación. Incluso Kouki te llamo la atención a causa de aquel comentario de tu parte a Ryo ¿estoy en lo cierto, Tetsuya?- el otro asintió, ahora el moreno no sabía que decir al respecto –que sea la última vez que te dedicas a ver fijamente a MI KOUKI porque a la próxima te castro, ¿oíste, Daiki? Él es mío y el único que tiene el derecho de verle soy yo- amenazo, celoso y con claras intenciones de matar al otro.
-Akashi-kun solo está haciendo lo que es conveniente para Teiko, aun si eso significa a poner polos tan apuestos en el mismo lugar, lo hará, no va a dudar al respecto- intervino el peli celeste, deteniendo a su amigo peli rojo para que no hiciera algo de lo que se pudiera arrepentir –además, la decisión la tomó Sakurai-san, jamás Akashi-kun intervino para que el decidiera alejarse de Aomine-kun- tan luego dijo eso, vio como sus palabras hacían efecto en el otro. Nunca pensó que sus palabras llegaran a afectar tanto a ese castaño, tanto así como para decidir alejarse de él.
-¿Dónde está Ryo, Tetsu?- ordeno el moreno. Algo le decía que las palabras de Kagami se estaban a punto de hacer realidad.
-Esta con Kagami-kun, en la cocina- respondió tranquilamente el peli celeste, viendo como su amigo se iba rumbo a la cocina a hablar con el castaño.
-Shintaro, algo me dice que no es solo el hecho de que vas a estar viviendo en el mismo lugar que Daiki el que estés molesto en estos momentos ¿quieres decirme que te pasa?-
-Acabo de conocer al admirador de Takao- eso sí que fue sorpresa para el peli celeste, ¿el destino acaso?
-¿Te afecto acaso eso?-
-…- el otro no contesto, ciertamente dijo cosas que pensó no diría nunca, mucho menos a alguien que nunca había deseado conocer en su vida.
-Pienso que a Midorima-kun no le gusto conocer a la persona que pretende estar con Takao-kun- razono el peli celeste, cruzándose de brazos y viendo al peli verde –creo que aun siente algo por el…-
-Puede que sea verdad Tetsuya- continuo el peli rojo -…pero Shintaro me ha jurado tanto el hecho que nunca lo amo que no creo que sea posible ¿verdad?-
-¿Y si eso no fuera cierto, Akashi? ¿Qué dirías si todo lo que te he dicho son puras mentiras y que en realidad amo a Kuzanari?-
-Entonces te diría que dejes de ser un cabeza dura y que vayas a dar la lucha por recuperar su corazón. Pero te recomiendo que lo hagas rápido, no quiero que Kuzanari salga igual de afectado que Tatsuya. En la vida no existen las segundas oportunidades, mucho menos en el amor. Ten en cuenta eso- tan luego dijo eso el peli rojo, se llevó consigo al pequeño peli celeste pues lo necesitaba para algo de suma importancia, importándole poco el que el otro tuviera que empacar para la próxima función que se realizaría en unas cuantas semanas en Paris, Francia. Y todo eso antes de que acabara el año.
-Akashi está loco…- hablo al aire el peli verde viendo como los otros dos se iban de ahí –pero cuando esta con Kuroko no hay nadie que lo pare- concluyo, yendo a ver cómo diablos ese “salvaje” y el iban a quedar repartidos en el remolque “Solo espero que Kuzanari sea capaz de perdonarme”.
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Le conoció cuando estaba arreglando y ordenando la utilería de los actos de sus amigos. Ciertamente nunca imagino encontrar a alguien tan lindo en una bodega tan fría y sola junto con un chico de cejas deformes además de peli rojo e hiperactivo. Nada que ver con aquel ángel de cabello negro además de que tiene un lindo lunar de bajo de su ojo derecho mientras que el izquierdo era cubierto por un mechón de su cabello.
Solo verle era un deleite. En el instante que su mirada se conectó con la del pequeño ojo gris algo en su corazón le decía que ese chico era especial y único. Sintió una terrible necesidad de protegerlo, cuidarlo, amarlo tan locamente solo para que los demás supieran que él fue el que le descubrió yendo de contrabando al almacén. No podía dejarle ir, no podía permitir que él se le fuera de las manos, tenía que hacer algo al respecto. Así que tan luego el menor le pidió “Por favor, no digas que nos has encontrado, te lo suplico” salió en busca de Aka-chin, él sabía que era el único que podía manejar esas situaciones, además de que sabía que sería el único que podía convencer a Niji-chin para que se quedaran ese par de “colados” en Teiko.
El día que jamás olvidaría fue aquel cuando el pequeño peli negro de nombre Tatsuya Himuro junto con su “hermano” oficialmente se unieron a las filas del Mundialmente cocido Circo Teiko. Aun sin darse cuenta, él ya se había enamorado perdidamente de ese niño. Ese día no solo conoció el amor, no solo fue abrazado fuertemente por su protegido, también fue testigo de que tan grande puede ser una persona para lograr cambiar a otra. Suspiro con pesadez… eso ya había pasado.
Ahora estaba en el presente, la triste y cruel realidad. Fallo en su misión, él se juró que nadie iba a lastimarlo, siempre lo defendería, lo amaría más que cualquier otra cosa, y fue el primero que le decepciono, le mintió. Y por si fuera poco, ahora sus hijos también le odian (o al menos eso es lo que cree) nunca tuvo que haberse ido de Teiko. ¿Qué logro con eso? El chico del que se enamoró tan profundamente le odia con cada fibra de su ser. Por más que trataba de no pensar en eso, siempre fallaba. Lo ama, con cada célula y partícula de él, lo ama más que cuando lo conoció, con mayor razón cuando supo que le iba a ser padre, ahora por partida doble. Lo quería de nuevo entre sus brazos, en su lecho, que lo consintiera como siempre lo hizo desde que lo conoció, que lo tratara como niño pequeño en cada uno de sus caprichos. Quería a su Muro-chin de regreso, lo quería con él y sus hijos. Quería a su familia.
-…Muro-chin…-
-¿Cómo conoces a mi Oto-chan?- la voz de un pequeño peli morado lo saco de su pensamientos. Se giró solo para ver como ese pequeño es su viva imagen, solo que más pequeño y más chico de edad.
-¿Quién está hablando de mi Muro-chin, eh, Rito-chin?- un segundo peli morado se acercó a ellos. El mayor quería llorar ahí mismo, sus hijos… estaba hablando con sus hijos.
-¿Quién eres?- pregunto el mayor de los hermanos Himuro, comiendo al igual que su hermano una barra de chocolate sólido, viendo fijamente al mayor que tenía enfrente.
-Me llamo Murasakibara Atsuhi…- respondió con un nudo en la garganta, dolía que tus propios hijos no supieran de tu existencia, ni cómo te llamabas -¿y ustedes, como se llaman?- pregunto, sonriéndole a los menores los cuales tenían toda la boca cubierta de chocolate.
-Me llamo Raito Himuro, pero me dicen Rito de cariño-
-Yo me llamo Yuki Himuro, a mí me dicen Yuki-chan-
-Somos gemelos…- hablaron al unísono ambos peli morados.
-Puedo darme cuenta de eso…- unas rebeldes lagrimas rodaron por las mejillas del mayor. Nunca pensó que podría hablar con sus hijos, menos de esa manera –discúlpenme, últimamente ando un poco sensible, no quería asustarlos. Tienen unos lindos nombres, su papá hizo un magnífico trabajo para buscarles un nombre-
-Muro-chin es genial, el solo ha salido adelante con nosotros-
-Si… desde que Oto-san tuvo que irse al cielo antes de que pudiéramos conocerlo, Oto-chan ha salido con nosotros-
-¿Su padre murió?- los menores asintieron –lo siento, no fue mi intención recordarles cosas feas- los menores negaron y después sonrieron.
-No… Muro-chin dice que nuestro padre era una buena persona. Siempre lo quiso y velo por el cuándo estaba enfermo. Además de que lo considera su salvador. Nunca pudimos conocerlo pero… con lo que Muro-chin dice sobre él, nos damos una idea de lo que sería capaz de hacer por nosotros-
-Oto-chan es el mejor, pero… no nos gusta verlo triste. Él no lo dice, pero por las noches llora por Oto-san. No nos gusta que él sufra- murmuro con tristeza Raito, quitándose la paleta de la boca mientras limpiaba sus ojos dado que unas lágrimas rodaban por sus mejillas.
-No llores Rito-chin, estoy seguro que Muro-chin no le gustaría verte triste- consoló el mayor, palpando la cabeza del gemelo mayor, dándose cuenta que el cabello de este era suave y sedoso, como el del peli negro de ojos grises. A diferencia de Franco, el menor se sentía cómodo con la mano de aquel señor en su cabecita. Era extraño, dado que con la única persona que le gustaba que su cabello fuera acariciado era por su Oto-chan.
-Mura-chin tiene razón, a Muro-chin no le gusta vernos llorar ¿lo olvidas?- secundo su gemelo, abrazándolo y sonriéndole tenuemente. El peli morado mayor se sorprendió al escuchar su nombre de esa manera, nunca lo hubiera pensado. Al parecer sus hijos (sin saber) lo estaban aceptando y eso en cierta forma le alentaba para seguir con su plan de reconquista al peli negro. Sus pequeños eran igual al de ojos grises.
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-¡¿Dónde estás Ryo?! –bramo molesto el moreno, ya fue a la cocina y ni una señal por parte del asustadizo castañito ¿Dónde rayos estaba? En hora buena buscaba en un circo de tres pistas y un sinfín de lugares para esconderse de él.
-¿De quién es la carta, Sakurai?- la voz de cierto peli negro de sonrisa tétrica le perturbo ¿carta? ¿Qué carta?
-Mmm… etto… e-es de un a-amigo. Ahora él está en Paris, le dije que en unos días iría haya y me gustaría mucho verle- contesto con pena el castañito, pues a decir verdad desde hace años que no sabía nada de su amigo. Es más le sorprendía que supiera de su ubicación actual.
-Con que… un amigo ¿eh? Ryo-chan, ¿tu amigo de casualidad es guapo?- pregunto con interés cierta peli rosa, haciendo enojar al peli negro y sonrojar al castaño.
-N-no sé, sinceramente desde hace mucho que no sé nada de el- contesto avergonzado –pe-pero supongo que sí, o eso es lo que creo- continuo, levemente sonrojado.
-¿Sera que no quieres compartirnos esa información? ¿Lo quisiste mucho?- continuo con el interrogatorio la peli rosa, viendo analíticamente al castaño el cual no sabía dónde meter la cabeza de la pena. Ciertamente todo aquello le llamaba la atención a cierto moreno, además de que una pequeña molestia comenzaba a invadirle ¿amigo? Hasta donde sabía el castaño no tenía amigos fuera de Teiko.
-N-no lo quise…- reflexiono el castaño –lo sigo queriendo. Él me ha ayudado mucho en todos estos años. Lo considero mi mejor amigo-
-¿Dónde dejas a Aomine?- pregunto el de sonrisa tétrica, aquello desconcertó a los tres que estaban escuchando eso. En especial al moreno y el castaño.
-B-bueno…- se puso nervioso el ojo café –él se mi senpai, y por más que trate de hacer que el me vea de otra manera, no podre lograrlo- continuo, con un nudo en la garganta –por tal razón tome la decisión de que lo mejor sería separarme de él. Después de todo, Aomine-senpai no muestra interés en otra persona que no sea el mismo- eso ultimo lo dijo serio y sin sentimiento alguno, algo que ni la peli rosa y el de sonrisa tenebrosa habían visto en el siempre tímido y sumiso Sakurai.
El moreno estaba shockeado. Nunca pensó que la persona que ha estado de tras de él como una sombra en los últimos años pensara aquello de él. Bueno… no es como si no fuera cierto, es más, cada una de esas palabras tenían razón, la maldita y estúpida razón, pero… dolía. Si, dolía el que una personita tan ingenua y vulnerable dijera y pensara eso sobre ti. En especial si aquella personita se ha encargado de “cuidarte” como si fuera esa su único trabajo.
-Entiendo tu postura sobre Dai-chan y el hecho de que “La única persona que puede vencerme soy yo” y lo que ustedes quieran pero… ¿no crees que el pude cambiar? A lo que me refiero es que puede que si se lo propone puede dejar de lado aquello…-
-Me gustaría creer en eso Momoi-san, pero conociendo a Aomine-senpai lo veo imposible- continuo, para después aclarar la garganta. Aquello que estaba a punto de decir lo había estado pensando por varios meses, pero sinceramente nunca llego a pensarlo enserio como ahora -…posiblemente esta sea mi última gira en Teiko…- aquello desconcertó a los dos con los que estaba hablando –aun no es un hecho pero pu-puede que re-renuncie a Teiko y me dedique a otra cosa-
-¿A qué? ¿Qué puedes hacer además de la cocina, Sakurai?-
-¿No crees que es un poco precipitado esto, Ryo-chan?-
-No lo sé Imayoshi-san, pero supongo que puedo hacer otras cosas. Además todos dicen que tengo mucho talento para la cocina, si encuentro a alguien que me instruya puede que pueda abrir mi propio restaurante. Pero aun no estoy muy seguro de que eso pueda pasar Momoi-san-
-Dai-chan no permitiría que te fueras, Ryo-chan-
-No estoy tomando en cuenta lo que Aomine-senpai piense al respecto de esto Momoi-san…- respondió serio el castaño pero con algo de inseguridad en su voz –la dedición la estoy tomando en cuenta por lo que yo quiero, no por lo que los demás piensen al respecto. Entre eso, lo que piense Aomine-senpai-
-Has madurado mucho, Sakurai- hablo el peli negro, sin embargo la peli rosa esperaba otra cosa de su parte, no que alentara al castaño a tomar sus decisiones sin considerar los sentimientos de los demás, algo que no pasó desapercibido el de lentes –es bueno tener deseos y ambiciones egoístas de vez en cuando Satsuki. Si eso es lo que Ryo está deseando, entonces no veo porque no apoyarle en cuanto a sus sueños-
-Gracias Imayoshi-san- contesto el castaño, sonrojado pero con un peso menos del cuerpo.
¿Ambiciones y deseos egoístas? ¿Qué mierda significa aquello? Si lo que Ryo quiere es irse, que se vaya que él no va a detenerlo. Sin el castaño el estaría mejor que nunca. Adiós a tanto “Lo siento” por parte del jovencito de 18 años, adiós a su apoyo. Adiós a sus cuidados, a su comida, a su aseo respecto al remolque, adiós a todo lo que el castaño hace y ha hecho por el en los últimos años. Si su felicidad no se encuentra con ellos, entonces que se vaya por donde vino, él no lo necesita, puede hacer las cosas que el castaño hace por sí mismo, además, ya estaba harto que le dijeran parasito mantenido por culpa de ese niño.
-…Ryo… por favor, no te vayas… no me dejes solo…-
Lejos estaba de que su deseo se cumpliera. Para Aomine Daiki, las segundas oportunidades nunca han existido. Más le vale que empiece a creer en ellas, porque estaba a punto de pedirle a la vida una segunda oportunidad para recuperar lo que el en pulso iba perdiendo.