El dolor me consumió de tal manera que solo quería alejarme de mi realidad, quería irme lejos de todo lo que conocía. Corrí, corrí como si fuera una carrera olímpica, el paso se fue deteniendo mientras mis cabellos empezaban a caer en mi cara por el viento, mientras mis ojos se secaban por el viento, mi rostro se congelaba por el frio, mi cuerpo no podía soportar más. Llegué a una plaza, tomé mis rodillas mientras doblaba el cuerpo intentando recuperar mi aliento, sus palabras me cruzaron por la mente.
-Ya no quiero nada contigo, no te amo, ya tengo a alguien más, entiende.
Sentía como el dolor me quemaba por dentro como mi cuerpo entero se paralizaba por el solo hecho de pensar que ya no estaría a mi lado, por el solo hecho de pensar que ya no quería estar conmigo ¿Por qué? ¿Por qué ya no me amaba? ¿Qué hice mal? En mis fríos pensamientos me giré de golpe y entonces lo ví por primera vez, juro que hubiera querido nunca haber conocido a un ángel como él. Me había levantado con tal impulso de correr de nuevo sin rumbo que impacté con ese chico. Sus cosas se esparcieron por el suelo, el iPhone blanco fue a dar a un charco y su maleta también, el cayó sentado y yo sobre él, lo miré por unos dos segundos y entonces pude pronunciar como debía.
-Lo… lo siento mucho… -Me aparté de él para no continuar invadiendo su espacio personal.
-Debes de tener más cuidado… -Escuché su voz por primera vez, tenía un acento extraño, no parecía en coreano en lo absoluto. –Toma… - El chico de acento extraño se quitó su mochila de su espalda, me dio curiosidad, la mochila tenia una decoración de Panda muy particular, de esa sacó una lata de Red bull, me la pasó repitiendo su afamado eslogan. – Si quieres ir más rápido, ten, ya sabes, te dan alas. – No me había dado cuenta, el chico aún estaba tirado en el suelo y yo estaba parado ahí mirándole sin nada más productivo que hacer que agarrar la botella con mi diestra. De pronto el chico tomó su iPhone del agua.
-Gracias, yo… espero que ayude…-Me puse de cuclillas para tomar su maleta la cual estaba mojada gracias al charco de agua-. Lo siento soy muy despistado.
-Lo noté, otra persona me habría ayudado a levantarme, pero tu levantas mi maleta… -Esa risa pequeña la escuché por primera vez esa noche también, pude observarlo sonreír.
Se levantó con su iPhone mojado y su mochila de nuevo en su espalda, sacó el polvo de su saco que lo tenía hasta las rodillas, era casi de mi tamaño, alto, de cabello negro de ojos felinos y con un aura diferente a todas las que había visto.
-Y tú muy desinteresado… Otras personas hubieran dado un grito al cielo por haber tirado su iPhone al agua.
-Pero no, además mira, no se ha malogrado, solo estuvo ahí unos segundos y el charco no era que digamos gigante, así que no hay de que alarmarse. – El estaba volviendo a conectar los audífonos, mientras yo aún lograba descifrar su acento.
-¿Vas de viaje? – Logré preguntar.
-En realidad cabo de llegar.
-Siento recibirte así- Me miró con esa sonrisa que jamás olvidaría.
-Espero que no todos los coreanos sean tan despistados como tú.
-Oh, no, no lo creo hay gente interesante por todo lado.
-Ya veo… - Logró decir mientras continuaba mirándome como si esperara algo.
-Y… - No, no sabia que decir.- ¿De donde vienes? ¿O de donde eres?
-Vengo de París. Soy de París, pero mis padres son Chinos y mi medio hermano es coreano… vengo a visitarle a él… -
- Entonces uno de tus padres…
-Se casó con un Coreano, mi madre en realidad, mi padre murió cuando yo era muy pequeño. Si, una larga historia… -Continuó mirándome como si esperara algo o como si quisiera burlarse de mi.
- ¿Llegaste hoy? – Pregunta tonta.
-Ah… Si…-
- Entonces… ¿Soy el primero coreano con quien hablas?
-Excluyendo a las azafatas de la aerolínea, a la ahnjuma que me vendió los dulces y el red bull, excluyendo al taxista también, si, eres el primero. – Volvió a reír y continuar con esa mirada que ya estaba empezando a incomodarme.
- Yo… Ah… ¿Cuál es tu nombre? -
- Me llamo Tao… Huang Zi Tao… ¿Tú? -
- Chanyeol… Park Chanyeol –Hice una venia como saludo, era costumbre-
-Oh, cierto… -Me imitó levemente mostrando su respeto. –Un gusto Chanyeol. –Su acento era tan extraño… me gustaba, de nuevo esa mirada…
-Perdón… ¿Por qué me miras así? – Si tenia que preguntar, es que hasta llegué a pensar que miraba mis orejas o si tenía algo en mi cara, sinceramente al correr nada me había importado tal vez tenía algo en el rostro.
- Es que no me has devuelto mi maleta… - Si, yo era un despistado. Me ví como un completo idiota.