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Conexión por B G Livi

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Kick Buttowsky le pertenece a Sandro Corsaro y Disney XD. Yo sólo tomé sus personajes para realizar esta pequeña historia.

Advertencia: Este fanfic está basado sólo en las temporadas 1 y 2. Si sucede algo muy importante en las siguientes temporadas, no podré mencionarlas en esta historia (como es de mencionar)

Notas del capitulo:

Bueno, :3 SIEMPRE quise hacer algo slash de esta serie. Me gusta mucho la pareja de Gunther y Jackie, pero me dije a mí misma ¿por qué no un Gunther x Kick? Así que del alma me salió esta historia ¡Espero que les guste el primer capítulo!

Capítulo I

-¿No puedo hacer nada para revertirlo? Tú ayudaste a que mi familia no se fuera de Mellowbrook-La voz de Gunther se mostraba desesperada, como reaccionaba él a la hora de un conflicto-. Si es necesario, yo…

-Lo siento, Gunther-interrumpió Kick, agachando la cabeza, desconsolado-No hay nada para revertirlo. Es grave…Esta vez sí que es grave.

Gunther calló y sus pensamientos parecieron ceder a la desgracia por la que estaban pasando. Kick también pensó lo mismo que su mejor amigo, porque los dos tenían una fuerte conexión, una complementación que no se conseguía de cualquier persona.

Y el destino fue quien decidió que ambos pensaran exactamente lo mismo en tiempo y forma exactamente igual:

“Qué horrible es crecer…”

 Los dos juntos, los dos sellaron esa frase en sus mentes sin poner un acuerdo antes. Porque ¿quién necesitaba un acuerdo previo cuando había conexión?

Conexión que desconocían, pero estaba allí, dentro de los dos amigos.

XXX

-Todo es insípido. Todo es abrumador y aburrido sin ti, Gunther.

Y cómo quería decírselo. Decírselo hubiera sido el peor error, y lo mejor que le hubiera pasado. Y qué duro y horrible era crecer y darse cuenta de que nada tenía sentido.

“Qué horrible es crecer…” retumbó la frase, insistente en su cabeza protegida por el casco.

Era inaudito que algo así le pasara  nada más y nada menos que a Kick Buttowsky, pero sí que era real. No había excusas ni explicaciones. Sólo existía el hecho y parecía que nada más. Pero en realidad no era así: detrás de esa mudanza hecha hacía exactamente un año atrás había una carga de dolor y tristeza inexplicables. Había un abismo que Kick intentó llenar con acrobacias y nuevos amigos. Pero no funcionaba porque su alma le pedía a Gunther, su mano derecha. Su mejor amigo. La persona más preciada que existía para él.

Y ese abismo enorme que trataba de llenar no hacía más que crecer con el tiempo a medida que quería cerrarlo y acabar con esa tristeza.  Tenía una sensación amarga que no lograba curar, y tampoco comprendía hasta qué punto y por qué era tan trágica esa situación ¡Sólo se había mudado! ¡No era tan malo algo nuevo! Sí, se podía comunicar con su mejor amigo y oír su voz por celular lo reconfortaba…Pero ¿de qué servía oír su voz y ver sus fotos que le mandaba, si su presencia tan lejos estaba de él? Eso lo debilitaba mucho, aunque algo de esperanza y orgullo sobraban en el muchacho para decirse a sí mismo que no era tan terrible, que Gunther lo visitaría, y viceversa.

Pero en su pecho no existía consuelo. Si había posibles soluciones a ese problema ¿Por qué tanta tristeza? ¿Por qué tan agobiado? ¿Por qué tanto anhelo y angustia hacia Gunther? Pensó que el dolor sólo sería el comienzo y que luego pasaría, como se remedia cualquier enfermedad. Pero fue en vano tratar de calmarse: lo extrañaba más de lo que pensaba; “muchísimo” no era la palabra para describir cuánto deseaba tenerlo cerca y seguir con su rutina…

…Su rutina de siempre, la que les daba sentido a sus vidas. Kick solía brillar por sí solo, y Gunther también. Eran diferentes uno del otro, pero no tanto. Uno impulsivo, el otro más tranquilo; uno más rudo, el otro un poco más tierno; uno más duro y fácil de enfadarse, el otro más pacífico y paciente; uno más cerrado, el otro más demostrativo. Los dos compartían la mayoría de sus gustos aunque exceptuaban a varios, y sus actitudes eran diferentes. Aún así, se complementaban.

 Quien no daba su vida por un amigo como Gunther estaba desperdiciando una gran posibilidad que le daba sentido a su vida…Y Kick sabía perfectamente que daría su vida por ese amigo que tanto apreciaba. Era en todos los sentidos alguien muy especial ¿Y cómo no serlo? Gunther estaba ahí cuando él quería demostrar sus acrobacias, el que lo ayudaba siempre, el que lo curaba cuando se lastimaba, el que lo defendía ante las burlas de los demás, el que siempre estaba a ayudarlo en sus piruetas, el que creía en él…El que le guardaba su admiración y respeto, pero también su amistad y seguridad para su persona ¿Qué sería de Kick sin Gunther? ¿Qué sería sin su mano derecha?

-Nada…-se dijo.

No era nada. Porque…

-…porque todo es aburrido sin tí, Gunther-se repitió mientras hundía su cara en la almohada esperando a dormirse. Sólo en las noches podía descargar su frustración que le traía esa desgracia.

Por eso odiaba crecer. Porque si hubieran sido los preadolescentes de antes –casi niños-, se hubieran sacado la cabeza buscando un plan para evitar ese hecho inevitable. Y hubiera valido la pena intentarlo por más decepciones que trajeran las consecuencias. Pero ellos, adolescentes ya, no habían intentado impedir esa mudanza porque sabían eso: que era inútil intentarlo. Rendirse por miedo a la decepción.

“Qué horrible y patético es crecer”

Al crecer, había perdido parte de ese ímpetu que lo llevaba a buscar y buscar soluciones a su manera. Pero ahora era eso cosa del pasado. El razonamiento y la prevención de lo que iba a pasar había ocupado parte de sus pensamientos sin remedio, como siempre pasa cuando una persona crece. Y no era que las soluciones se hubieran ido, es que para ESE problema ellos no habían encontrado ninguna solución de antemano. Simplemente lo dejaron pasar.

Y ya no estuvieron los intentos de aquella vez que Kick evitó que Gunther se mudara nuevamente a Noruega. Porque, si bien había sido en su época un problema grande, ahora que lo pensaba no había sido tan difícil. Porque para él siempre había sido difícil, no imposible.

¿Por qué esa vez, en vez de buscar algo para evitarlo, simplemente lo había dejado pasar? Porque era imposible (respuesta que hacía controversia a su personalidad decidida). Eso ya se lo había respondido mil veces.

Pero si era imposible ¿Por qué se había eximido a no guiarse por los sentidos? ¿Por qué de antemano ya sabía que buscar soluciones al asunto era inútil?

Si las soluciones hubieran llegado, no estaría sufriendo tanto. Y eso lo llevaba a pensar ¿Por qué tanto dolor? Porque nunca se imaginó que hubiera extrañado de esa manera tan grande a Gunther. Ese pesar en su alma le traía estupor.

Nunca se imaginó que Gunther sería de importancia en demasía en su vida. Quizás lo quería más de lo que pensaba, pero no era consciente de ello aún. Todo ese anhelo y dolor aún eran inexplicables para Kick.

XXX

-¡AHORA GUNTHER!-gritó Kick, levantando el pulgar de su mano derecha en indicación de que ya estaba listo.

-Muy bien Kick, a la cuenta de tres, te lanzas-le respondió el adolescente rubio, mientras tomaba su cámara de video.

Luego de mucho insistir y aventurarse a preguntar mucho, averiguaron que Wade tenía idea de cómo pilotear una avioneta. Aunque a la temprana adolescencia Kick había hecho deportes totalmente extremos, nunca se había lanzado de una avioneta en bicicleta para aterrizar con todas sus fuerzas a tierra.

Estaba emocionado, y Gunther también aunque no deseaba arriesgarse como él hacía. Los dos chicos habían cambiado mucho pero sus almas seguían teniendo el mismo ímpetu de siempre.

Físicamente, Guther había crecido por lejos: a sus quince años recién cumplidos había tomado una estatura favorable con atractivos músculos, aunque su cuerpo era macizo y acompañando ese aspecto con su voz que se había vuelto un tanto más gruesa (incluso más que la de su amigo). Su cabello rubio había sido cortado un poco, y tenía una muy fina barba en su mandíbula que no se había molestado en afeitar. Era tan enorme que intimidaba, pero sus ojos tenían ese toque dulce y bondadoso que tenía cuando aún contaba con doce años de edad (aunque sinceramente se agrandaba un poco por tener tal físico alto que llegaba casi al metro y ochenta centímetros).  Su vestimenta apenas había variado, utilizando siempre una camiseta azul, y su gorra roja seguía vigente. Cada tanto, para mostrar orgulloso sus costumbres nórdicas, solía llevar un casco vikingo con enormes cuernos, pese a las burlas de algunas personas.

En cambio Kick, pese a haber crecido bastante y tener un año más que Gunther, no superaba esa estatura. Solía quejarse a su mejor amigo diciéndole que sus genes lo ayudaban a ser más grande. Su voz casi no había cambiado, pues la había desarrollado muy bien en la pre adolescencia. Aunque su traje no había cambiado en nada, por su casco se solían asomar algunos mechones de cabello castaño que no se preocupaba ya en tapar como antes. A pesar de tener menos físico y ser más pequeño que Gunther, había tenido más suerte con las chicas por su personalidad más segura. Su amigo solía ser más tímido aunque decidido a la hora de enamorarse…Pero no había tenido más que un par de conquistas, a diferencia de Kick que había tenido muchas…por no decir, miles. No obstante, a pesar de ser tan llamativo, el Medio Doble de Riesgo nunca tenía relaciones duraderas porque no era su fuerte ser dulce y demostrativo.

“-Mi único verdadero amor es la adrenalina” le decía a Gunther cada vez que una relación se terminaba.

Y eso mismo le había dicho esa mañana, antes de subirse a la avioneta para hacer una acrobacia más que extrema. Gunther sólo negó con la cabeza, sonriente. Le dijo que no servía para tener un noviazgo en serio, entre risas y bromas.

Pero el tema de su relación terminada quedó quebrado, porque era hora de concentrarse en la acrobacia:

-A la una…-comenzó a contar el adolescente vikingo, mientras Kick se subía a la bicicleta y se aseguraba el arnés que lo sostenía. Eso era emocionante: siempre le encantó ser el primero en hacer acrobacias exóticas e inimaginables ¡Al diablo con calcular demasiada física! Si lo intentaba, podía hacerlo y comprobar cuán peligroso era: le gustaba sentir y comprobar por sí mismo.

-…A las dos-seguía contando Gunther mientras sostenía la cámara de video para filmar ese momento épico.

Kick sentía su adrenalina subir hasta tal punto que se mordió el labio para contener su emoción.

-Oye Gunther-dijo Wade a su lado con dificultad-Si sigues contando lentamente, todo volará en este avión.

Y era cierto: el rubio tenía que agarrarse de la manija de la compuerta del avión para no caerse del aire que le agolpaba en la cara. Para hablar con alguien debían gritar porque el viento les llevaba la voz sin piedad.

-… ¡A LAS TRES!-anunció el adolescente rubio. En ese instante, Kick se lanzó sin remedio pedaleando en el aire con su vehículo.

En el momento en que se lanzó Kick pegó un grito de júbilo dejándose llevar por esa sensación fabulosa que lo estaba arrastrando.

-ES FABULOSO ¡WUJUUU!-gritó el chico, mientras Gunther lo seguía filmando desde arriba.

-Oye Wade…Si tú estás al lado mío ¿Quién conduce?

-Piloto automático, hermano-le sonrió despreocupado, mientras su gorro habitual que adornaba su cabeza se salía por el impacto del viento entrante en el avión.

La acrobacia fue un éxito: gracias al paracaídas que Gunther le proporcionó, pudo caer con menos impulso a tierra, justo en el comienzo de La Colina Del Muerto. Aunque la filmación no salió tan bien, los dos amigos estuvieron satisfechos y agradecieron a Wade por ser tan amable y ofrecerse a pilotear la avioneta.

Aunque no salió tan bien como pensaban: Kick tropezó con las piedras picudas que se encontraban al fondo de la colina y el impulso del golpe lo hizo volar y caer por todos los tejados de Mollowbrook (aunque ya estaba algo acostumbrado a ello).

-¡KICK!-sintió que le gritaban con desesperación-¿Estás bien, Kick?

Sólo puedo sonreír para disimular su dolor…Y el propio gesto le dolió al articularlo

-Tranquilo, Kick. Te llevaré a tu casa así puedes reponerte-le dijo suavemente su amigo, alzándolo y llevándolo en sus brazos.

Hacía mucho que no se golpeaba tan fuerte como esa vez que ni siquiera pudo moverse. Últimamente su orgullo le permitía ponerse de pie solo para que Gunther no se molestara en llevarlo…Y porque como había crecido, le incomodaba que su mejor amigo tuviera que cargarlo y curarlo. Lo ponía un poco nervioso y le avergonzaba esos recuerdos en donde Gunther lo asistía como si fuera un enfermero personal.

Por eso se inquietó cuando se sintió cobijado por esos brazos enormes y también esa sensación de cierto pudor duró cuando su amigo lo desvistió parcialmente para desinfectar sus heridas. Era normal que tapara esa vergüenza con mal humor que no tenía en verdad.

-¡Auch! ¡Ten cuidado, Gunher!-le decía con el ceño fruncido y sin poder moverse del dolor.

-Lo siento Kick-le contestó sin dejar de pasar un algodón esterilizado por sus heridas-, pero debes quedarte más quieto así no se te genera una infección.

-¡Argh!-se quejó levemente, mientras se retorcía en respuesta a su ardor.

-Vaya…Sí que te has golpeado. Pero la acrobacia fue fabulosa-le sonrió-, de hecho ya te olvidaste de tu reciente ex novia-bromeó.

-Sí...La acrobacia tenía que pagarme con un precio alto-contestó sonriendo de medio lado. Comprendió las buenas intenciones de Gunther de comenzar una conversación para que no sintiera tanto dolor-Y sabes que Kick Buttowsky olvida fácilmente a sus novias.

-Vaya Kick ¿Cómo es que terminaste con ella? Fue con la que más duró tu relación.

-Lo sé…Scarlett tenía los mismos gustos que yo para hacer cosas extremas. Pero no era para mí. No nos prestábamos atención casi. Era como si fuésemos amigos muy íntimos y nada más ¿Sabes Gunther? Creo que no sirvo para tener novias. Ya te lo dije: la adrenalina es el amor de mi vida-respondió sonriendo de medio lado.

Sólo a su amigo le podía contar los amores rotos que había tenido, así como él tuvo que escuchar a un Gunther desesperado por perder un par de veces el amor. Scarlett había sido su última novia y la que más había durado. Ambos compartían ese infinito amor a las acrobacias, que los había impulsado a atraerse uno al otro. Pero era tal el impulso por lo extremo, que ninguno de los dos exigía atención mutua y la relación terminó deteriorándose. Esa llama de amor que habían sentido se apagó y decidieron romper (cuestión que a ninguno de los dos les importó en demasía)

-A veces me pregunto si existirá esa persona que tenga conexión contigo-replicó Gunther, mientras buscaba más vendas para las lastimaduras y cortes.

-¿Conexión? No digas tonterías ¿quieres?-sonrió burlón. Odiaba cuando su amigo se mostraba cursi y reflexionaba acerca del amor y esas bobadas que nunca resultaban para él.

Pero en realidad escondía rencor. Quizá porque Gunther había tenido esa cierta “conexión” con sus novias y, por lo tanto, había tenido romances plenos y duraderos ¿Por qué demonios él no había tenido esa conexión con sus amores rotos? ¿Qué encanto hacía falta tener?

-Arg-su quejido interrumpió sus pensamientos que lo atravesaron por sólo unos segundos-Acaba de una vez con esto.

-Ya estoy terminado Kick, sólo me falta…-acercó el algodón húmedo hasta la herida que se extendía a lo largo de su muslo.

Cuando esa zona fue tocada, el acróbata sólo puedo suspirar más pudoroso que dolorido ¿Por qué le incomodaba tanto que su amigo desinfectara esa parte? Gunther le había sacado espinas de su trasero cuando eran más pequeños ¿Por qué la piel se le erizaba? Ni siquiera estaba del todo desnudo, sino que se encontraba en ropa interior. Imaginó que Brad los descubría en esas instancias: ¡Cuántas cosas les diría, cuánto se burlaría!

Kick volvió a suspirar incómoda mientras sentía el algodón pasarse lentamente por su herida. Se retorció, y se quejó.

-Basta, Gunther-le dijo, con un hilo de voz.

-Pero Kick…

-¡Basta, dije!-le gritó inclinándose para enfrentarlo. Gunther retrocedió, entre desconcertado y estupefacto.

Y se arrepintió de haber hecho tal cosa con su amigo. La cara del joven vikingo estaba tan descompuesta que la culpa le cayó como un balde de agua fría. Tal grito inútil por un pudor que sentía y quizás su amigo no lo veía así. Él había intentado curarlo ¿Qué demonios pensó? ¿Qué lo iba a violar? ¡Era su amigo, nada más ni nada menos ¿qué demonios le estaba pasando?! ¿Por qué esa incomodidad que lo llevaba a pensar semejante estupidez? Aún no lo comprendía. Porque su amigo siempre lo había asistido ¿Por qué entonces esa sensación tan extraña?

Porque estaba creciendo. Esa fue la única respuesta que encontró aunque no lo convencía del todo. Crecer le había ensuciado la mente. Era así de simple, y por eso  se sintió tan acosado cuando en realidad Gunther había tenido otras intenciones.

-Yo…Lo siento…-susurró él, mientras guardaba todo en su botiquín de mano.

-Espera…Gunther, yo…-pudo balbucear.

Pero no sirvió de nada. En vez de escucharlo, sólo siguió de largo hasta la puerta y se dio vuelta para despedirse:

-Que te mejores-le dijo suavemente, con su mirada dolida llena de desconcierto pero también de respeto por esa actitud incomprensible que había tenido el acróbata hacia él.

La puerta se cerró, y allí quedó Kick. Solo, en ropa interior y con la última herida sin curar.

Así estuvieron dos semanas: sin contacto alguno. Lamentablemente, Kick dejó de hacer acciones extremas pero sólo fue por voluntad propia. Si hubiera querido, hubiera salido en su patineta por más heridas que lo acompañaran. Pero la culpa le gritaba, lo golpeaba y lo castigaba por dentro.

-Sólo fue un grito. No puede ser tan grave…-se repetía a sí mismo. Pero sí que era grave. Por pensar en esas cosas sucias, por ver mal intencionado a Gunther y por tratarlo tan injustamente mal. Era hora de salir de esa sensación abrumadora y enfrentar a su colega... Porque debía decirle algo que no le había dicho a nadie aún.

A las dos semanas, luego de practicar su disculpa, encontró al vikingo de espaldas barriendo la entrada del restaurant que acababa de cerrar. Se acercó sigilosamente, y cuando iba a tocar su hombre, se detuvo… ¿qué pasaría si no lo perdonaba jamás? Tenía todo el derecho de hacerlo. Pero no: debía intentarlo y arriesgarse como cuando hacía deportes extremos.

-Gunther…-lo llamó con voz decidida pero inyectada con un miedo que parecía leve pero que escondía muy bien bajo ese rostro dispuesto a ser perdonado.

El rubio se dio vuelta lentamente, pero al verlo y asegurarse bien, volvió a darle la espalda. Había una huella de dolor en su mirada pero más bien se mostraba ofendido.

-Ah, eres tú…-le contestó de mala manera.

-Escucha, Gunther…Yo lo siento mucho. No debí tratarte así, es que sólo fue un mal entendido por mi parte…

-Ajá ¿Y qué más?-inquirió él, dejando ver su perfil enfadado.

-Y que soy un idiota. Tú no tienes culpa alguna. En verdad yo…-su voz se extinguió hasta transformarse en silencio ¿Qué le iba a explicar? ¿Cómo? Si ni siquiera él entendía bien por qué se había comportado de esa manera tan burda. Agachó la cabeza, sin más que decir.

Sintió que su hombre era tocado con calidez y hasta con cariño. Lentamente levantó su mirada a quien lo palmeaba amistosamente y puedo ver la cara sonriente de Gunther sin rastro ya de resentimiento ¡Lo había perdonado! ¡En verdad lo había hecho! Un alma tan buena y poco orgullosa como era la de su mano derecha merecía más que un pedestal: lo merecía todo.

-Gracias, Gunther-susurró esbozando una sonrisa leve.

-¿Cómo no perdonar a mi amigo?-golpeó su casco con total hombría-¡Vamos! Ya dejemos las cursilerías: ¿Cómo te sientes?

-Mejor…Eh, Gunther ¿qué tal si vamos a nuestra guarida? Hay algo que debo confesarte-dijo tratando de ocultar su pesar.

¿Cómo decírselo? ¿Cómo empezar? Era algo inesperado como fatal lo que iba a pronunciarle dentro de unos minutos.

Luego de bromear un rato en ese lugar especial que había sido testigo de una amistad forjada fuertemente, Kick dejó de pronunciar palabras y su mirada se tornó oscura.

-¿Sucede algo?-le preguntó su amigo, inquieto por el repentino silencio de Kick.

-Me voy a mudar.

-¡¿Que qué?!-GRITÓ Gunther Poniéndose de pie. Al principio pensó que era una broma típica de Kick…pero estaba tan serio que tuvo que ceder ante la verdad.

-Eso… Nos vamos a mudar a Ottawa. Al parecer, mi padre se contactó con un amigo que andaba buscando a un buen cellista para su orquesta…Y es una buena opción para mi familia.

-No puede ser-musitó volviendo a su lugar, descolocado.

Kick le explicó, sin muchas ganas, que sus padres lo habían pensado, y que luego de ver la gran posibilidad la consideraron digna de no desperdiciarse. Y por eso, no se lo habían planteado antes. Estaba decidido, tanto que ya no podían interferir con tal situación.

-¿No puedo hacer nada para revertirlo? Tú ayudaste a que mi familia no se fuera de Mellowbrook-La voz de Gunther se mostraba desesperada, como reaccionaba él a la hora de un conflicto-. Si es necesario, yo…

-Lo siento, Gunther-interrumpió Kick, agachando la cabeza, desconsolado-No hay nada para revertirlo. Es grave…Esta vez sí que es grave.

Se quedaron en silencio, abrumados y tristes ¿Qué harían ahora? ¿Qué sería de ellos?

-¿Cuánto tiempo te queda en Mollowbrook?

-Sólo dos meses-contestó el acróbata desconsolado.

Al ver a su mejor amigo tan afectado por esa noticia, supo que estaban desperdiciando tiempo con la tristeza.

-¡Vamos, Gunther!-alzó la voz y se levantó de su lugar-Ya deja de tener esa cara tan llorosa.

-Pero...-balbuceó desconcertado por el repentino cambio de ánimo de Kick.

-Ya lo sé, sé que es doloroso y que no podremos hacer nada al respecto. Como ya es segura la mudanza, debemos aprovechar el tiempo al máximo.

La cara de Gunther brilló. A pesar de todo, Kick seguía teniendo ese impulso por mantenerlo feliz y por aprovechar cada segundo. Sí, era triste. Pero la tristeza no iba a ganarles para comerse el tiempo a su antojo.

Y claro que Kick trataba de esconder ese desconsuelo para dar ánimos. Pero se daba la razón a sí mismo: ¡aprovechar sería hacer todo lo que no habían hecho en años!

Acrobacias, planes para visitarse, más cosas extremas…Nunca desperdiciaron ni un segundo. Y durante esos dos meses no hicieron más que cosas increíbles que rememorarían siempre.

Pero el tiempo pasaba sin remedio…

XXX

-Adiós, Kick…Te visitarremos prronto-le dijo cariñosamente la señora Magnuson con su notable acento nórdico.

-Y también podrrás venir a Mellowbrrok. Te ofrrecerremos nuestrra casa si te place quedarrte-dijo a su vez el padre de Gunther.

Ambos también sintieron la partida de la familia Buttowsky, ya que los padres de Kick fueron amigos del matrimonio Magnuson desde jóvenes. Pero ellos se tomaban con más calma y comprensión la mudanza que los adolescentes. Porque ellos habían crecido ya…

-Muchas gracias-les respondió con una sonrisa comprometedora

Luego se despidieron de los demás, quedando sólo Kick y Gunther. Los amigos pasearon por el aeropuerto sin decir una palabra y ambos con las manos en los bolsillos. Ya no había nada que decir. Ya se lo habían dicho los últimos dos meses en que aprvecharon ese valioso tiempo.

-Valió la pena-sonrió Gunther, de repente.

-¿Qué cosa?

-Aprovechar el tiempo. Creo que hicimos demasiadas aventuras en un tiempo límite que nadie superaría…

-Sí-sonrió melancólicamente-REALMENTE valió la pena.

-Kick… ¿Harás nuevos amigos?

-Supongo-se encogió de hombros-Pero nadie te reemplazará a ti…

Sin darse cuenta, habían vuelto a donde se encontraban sus familias.

El último instante en que todo acabaría los dos amigos se fundieron en un abrazo, sin importar nada ni nadie que los estuviera viendo. Era como si ellos dos fueran esos preadolescentes que solían ser antes.

Fue tan cálido y tan profundo que Kick no logró olvidarlo del todo. Aún cuando el avión partió y convirtió la figura de su mano derecha en un puntito a medida que sobrevolaban, sentía los brazos de Gunther cobijándolo.

Suspiró melancólico y a la vez feliz.

-Realmente valió la pena-se dijo.

XXX

Un año de ese día tan triste y emotivo. Y aún no lograba olvidar ese abrazo, ni tampoco lograba calmar ese anhelo.

Lo extrañaba. Lo extrañaba infinitamente.

-…Porque es aburrido sin ti, Gunther-se repetía en voz baja.

Quizás era cierto. Pero había algo más oculto en esa nostalgia que lo invadía.

Notas finales:

Espero que les haya agradado la primera parte, serán más o menos unos once capítulos si es que lo quiero hacer muy largo XD Muchas gracias a quien lo haya leído

¡SALUDOS!


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