Desde que conoció a KyungSoo, JongIn no pudo quitar sus ojos del mayor. Había sentido que era amor a primera vista, que era el destino, que su hyung era la persona con quien querría pasar todos los años de su vida hasta ser ancianos. Eso fue lo que siempre pensó. Cada día se despertaba con la ilusión de ver al mayor, y se dormía pensando en éste.
Parecía una obsesión, pero no era así. Sólo lo observaba demasiado, quería estar cerca de él aunque sin excederse ni dejar ver sus sentimientos (en realidad, todos sabían del enamoramiento del bailarín).
SeHun le decía todo el tiempo que lo se lo confesara al cantante, que no dejara pasar el tiempo; pero JongIn quería esperar el momento perfecto, quería hacer algo hermoso, algo que su hyung nunca pudiese olvidar.
Sin embargo, uno no puede tomarse tanto tiempo, ¿no? Es mejor ser directo, ¿no? Esas fueron las preguntas que se hizo el bailarín después de descubrir lo que sus ojos no habían querido ver.
Se había despertado a las 4 a. m., sintiendo mucha sed, por lo que decidió ir a la cocina. Se levantó cuidadosamente para no despertar a Sehun, su compañero de habitación, y salió de la misma. Fuera de esta pudo ver cómo la luz se escapaba por la puerta del cuarto de su hyung. Conforme se fue acercando escuchó algunos sollozos; ¿era Kyungsoo?, se preguntó. Con cautela se paró al lado de la puerta y se asomó lentamente.
Su corazón se rompió entonces, o al menos eso sintió él. Frente a sus ojos se encontraba una escena que hubiese preferido jamás ver en ese momento: KyungSoo estaba consolando a Chanyeol, pero no como cualquier amigo lo haría, no. Kyungsoo estaba sentado sobre el rapero, con las piernas rodeando la cintura de éste, mientras sus manos jugaban con los cabellos oscuros del alto. Chanyeol estaba sentado sobre la cama, abrazando al de menor estatura con mucha fuerza, preguntando si alguna vez Kyungsoo lo dejaría. Quizás la respuesta a esa pregunta fue lo que más resintió el bailarín.
–Estaré a tu lado para siempre, Chanyeol, eres todo en mi vida; no necesito a nadie más –esa había sido la sincera respuesta; pues JongIn conocía al cantante después de tanto tiempo, sabía que Kyungsoo había sido completamente sincero. Y eso, eso dolió.
∞
El día siguiente trató de aparentar que todo estaba bien. Toda la noche había tratado de olvidar lo que había visto, pero fue en vano, así que solo le quedaba “tapar el sol con un dedo”. Sin embargo, al final del día se encontró acorralado por los dos maknaes.
–¿Qué ocurre? –como siempre Sehun no esperaba a nada.
–¿Debería pasar algo? –Preguntó JongIn mientras se recostaba en su cama.
–Sabemos que estás mal y tiene que ver con KyungSoo –no tardó en decir Tao, mientras se sentaba al pie de la cama de Sehun, con este al lado.
–¿Lo notaron los demás? –JongIn preguntó después de un no muy corto silencio.
–No, hablé con Joonmyun hyung y creen que estás volviendo a sentir el dolor en tu cintura… Kyungsoo quería venir a hablar contigo, pero le dijimos que lo haríamos nosotros –explicó Sehun.
Al menos no lo habían notado, se dijo JongIn, al menos no por ahora.
Después de esa noche, de esa conversación con sus compañeros, intentó actuar normal. Era difícil, pero tenía a sus amigos. Incluía a Taemin en el grupo, pues el pasar más tiempo con su mejor amigo le había hecho mucho bien. Además, Zitao y Sehun se encargaban de distraerlo siempre que podían; juegos, bromas, risas, parecía que todo iba bien. Poco a poco se sentía bien.