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Comienzo y Fin por PAUPAU_MBU

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Notas del capitulo:

No me había tomado el tiempo para escribir desde el capítulo anterior. Pero el día de hoy comencé a medio día y aunque salía en diversos momentos regresaba y escribí y escribí y ya no quería parar pero aquí esta, a ver que piensan.

Después de bajar del pedestal, y de no haber soltado esa mano, se acercaron a la caja registradora y con esa elegante voz, pregunto el mayor a la Madam –Disculpe y ¿cuál es la cuenta?- sacando un pequeño saquito de dinero de la capa que portaba –Claro joven Malfoy, son 50 galeones, ya sabe por ser un excelente cliente- aclaro con una gran sonrisa la señora. Draco solo busco las monedas y pago, Harry solo se le quedaba viendo porque no conocía las nominaciones de las monedas mágicas, acercándose le pregunto sin que la Madam escuchara –Draco, y ¿cuánto va a ser de mi ropa?, yo no sé del dinero que se maneja aquí- mostrando un saquito con el dinero que había sacado de Gringotts con Hagrid.

 

-No te preocupes Harry, ya fueron pagadas, es mi regalo de bienvenida a el mundo mágico- Sonrió apretando un poco más la mano de Harry antes de soltarla, dirigiéndose ambos a la salida en silencio. Ya en el callejón vieron a su alrededor y unieron de nuevo sus miradas. –Y bueno Harry, ¿qué vas a hacer?- a lo cual Harry recordó que había quedado de acuerdo con Hagrid. –Bueno buscare a Hagrid ya que él me va a ayudar a continuar con las compras, como te pudiste dar cuenta no se mucho  de cómo moverme aquí.- Sonrió por su obvia inexperiencia. –Conque el guarda bosques es el que va a ayudarte, bueno está bien, me hubiera encantado ser yo el que te mostrara lo mejor que puedes encontrar aquí, pero bueno, será para la próxima ocasión.- Sonrio de lado, volvió a tomar su mano pero no de despedida, sino para acercar esa pequeña mano y depositar un  beso en el dorso de esta, a lo que Harry solo pudo ponerse aún más rojo de lo que había estado en toda esa excelente experiencia de compras. –Pero aun así nos vemos mañana en el tren, te guardare un espacio en mí compartimiento- Le giño un ojo y se fue, Harry se había quedado sin palabras, solo pudo sonreír como un bobo enamorado, que en realidad, es lo que era en ese momento Harry.

 

 

Harry en lo que sobraba el día no había pensado en otra cosa más que en ese majestuoso joven que con solo esos detalles que tuvo con él en esa rápida hora que estuvieron juntos cautivo todo su ser, si aprendió muchas cosas más realizando sus compras necesarias para su primer curso de escuela. Hagrid lo llevo a el caldero chorreante para cenar, y en medio de su cena, se acercó el mesero, que llevaba un paquete muy grande y lo poso a un lado de Harry, este solo se le quedo viendo, pero no sabía cómo reaccionar ya que el papel era de un verde muy elegante y un moño plateado que le recordó los ojos que no podía sacar de su cabeza. –Joven Potter, llego este regalo para usted.- Sus pobres ojos ya estaban hartos de esos movimientos drásticos que hace con ellos ante las expresiones de asombro que hacía.

 

-Oh Harry, ¡otro regalo por tu cumpleaños!, pero ¿de quién será?- cuestiono asombrado, ya que según el Harry no tenía alguien conocido que supiera donde se encuentra y menos que es su cumpleaños, más que Dumbledore, pero sabía que el director no tendría ese tipo de detalles.

 

El pequeño solo extendió su mano y tomo la pequeña nota que se encontraba cerca del moño que tanto le había gustado, la acerco a su campo de visión para poder leerla y sonrió como tonto sonrojado, esa letra tan bella solo podía ser de alguien tan elegante como esta,

“Otro pequeño regalo para el pequeño cumpleañero,

Feliz Cumpleaños Harry

D.M.”

Quitando la envoltura, un poco ansioso de ver lo que le había mandado Draco de regalo, pero con cuidado de no romperla mucho ya que quiere conservar ese hermoso moño, alcanzo a escuchar un pequeño ruido que llamo más su atención, y asomándose del pequeño espacio que había abierto vio una jaula de metal y algo tan plateado como su moño, y ante sus ojos encontró una hermosa lechuza que no pudo más que robarse un ruidito de asombro que salió por esa pequeña hendidura que había abierto en sus labios.

 

-Wow, una lechuza plateada, esas son muy raras de encontrar, aparte de muy caras, ¿Quién te la mando Harry?- preguntaba Hagrid también muy sorprendido apreciando a el hermoso animal. –Un joven que conocí en la tienda de túnicas- contesto  no quitándole la mirada de encima, a según lo que decía en la jaula, Hedwig, un hermoso nombre que está casi seguro le escogió el rubio.

 

-Pues que detalle tan grande, ya hiciste un nuevo amigo.- Sonrió ante eso, Harry merecía tener todos los amigos posibles que su familia no le había permitido tener, siendo un niño tan lindo y se veía con tan puros sentimientos. –Deberías de mandarle una nota de agradecimiento, podrías estrenar a tu hermoso Hedwig- le recomendó siguiendo con la cena que ya se le había olvidado que estaba degustando. A Harry le destellaron los hermosos ojos ante esa posibilidad de comunicarle con ese alto rubio que giraba en su mente. –No sé cómo se hace eso, pero si me encantaría agradecerle el detalle.- susurro triste porque todavía le faltaba mucho que aprender de este mundo. –No te preocupes, él sabrá llegar, escribe en un pergamino lo que quieras decirle, le dices a Hedwig que necesitas que haga una entrega diciéndole a quien quieres que llegue y el mismo te indicara en que pata la tienes que amarrar, le das un premio y se ira a ser su entrega, si envían respuesta con ella misma llegara.- Harry escuchaba atentamente lo que tenía que hacer, esperando no olvidar nada.

 

Rápidamente dio gracias por la cena, tomo sus cosas y subió a su habitación, en la cual ya se encontraban todas sus compras, busco entre todo los pergaminos y el tintero con la pluma. Se acercó al escritorio que se encontraba ahí y comenzó a escribir lo mejor que podía, claro nada se comparaba con la hermosa letra de Draco, pero se esmeraba por que saliera bien. Se acercó a Hedwig y teniendo cuidado de no lastimarla hizo lo que le indico Hagrid y asombrado que después de haber atado la nota a su pata salió volando por la ventana, Harry solo se puso a rogar que llegara la nota a Draco, y que Hedwig regresara, no sabía cómo le hacían esos extraordinarios animales para saber lo que se tiene que hacer, por favor tiene que regresar ese hermoso animal que Draco le regalara.

 

 

Lejos de donde se encontraba ese pequeño de ojos de esmeralda en una gran mansión imponente, más que mansión parecía castillo, pero específicamente en un balcón que daba al jardín trasero, que más que jardín era un bosque tremendo perteneciente a su familia, estaba el gran heredero de todo eso, el guapísimo Draco Malfoy, el cual no muy diferente de su contraparte se encontraba pensando en ese hermoso pequeño que ya quería que estuviera de nuevo con él. Esa pequeñísima hora que estuvieron juntos fue una de las experiencias más gratificantes que ha experimentado.

 

A lo lejos vio algo brillante que se acercaba, a una distancia más cercana la reconoció como el regalo que le mando a el pequeño, en el reducido tiempo que se tardó en llegar a él pensó mil cosas, desde que pudo haber rechazado su regalo o que no le agrado, o que pudo ser muy descortés ser muy atosigante con el detalle. Pero se armó del valor que tanto contaba y tomo la nota que le extendía, sacando de su capa un pequeño premio para la lechuza se lo dio y le acaricio su cabecita, desenrollo el pergamino y lo leyó.

 

“Muchas gracias por el detalle, me ha quitado el aliento.

Solo que no sé cómo te enteraste que es mi cumpleaños, pero enserio lo aprecio.

Gracias de nuevo y espero verte mañana para decírtelo en persona.

H.P.”

 

Que pobre letra, pero que bellas palabras, se lo imaginaba escribiéndolas con esas mejillas sonrojadas, que cosa más hermosa, pero que pasaba, que le pasaba, que es lo que hacía que se sintiera así, no sabía todavía que era lo que causaba todo eso en él, pero quería averiguarlo alado de ese pequeño.

 

Se acercó al gran escritorio, tomo un pergamino y la fina pluma de águila que estaba en su tintero y escribió su respuesta,  la enrollo y deposito en la pata del abe –Gracias, devuélvesela a tu dueño, muchas gracias- Solo pudo ver como partía y deseando que mañana pudieran estar juntos, también esperaba que quedara en su casa, pero ese corazón tan puro no caería en una casa de tal fama como la suya, veríamos que pasa mañana en la selección.

 

-¿Hijo?- Escucho como le hablaban a su espalda en la entrada del balcón, volteo y se encontró a su hermoso padre, el cual lo había llevado en su interior y adoraba, no solo por ser su papá sino porque era una hermosa persona la cual lo amaba y a todas las personas, por él no es una persona seria y cerrada como su padre, sino alguien reconocido formal y educado pero con un corazón que le enseña a respetar.

 

-¿Mande papá?- dijo acercándosele, su papa vio en sus ojos una gran duda, que supo viene de su corazón, a lo cual solo pudo acercársele y abrazándolo. El pequeño a comparación de su padre, bueno no tan pequeño ya que solo tenían una diferencia de 8 cm, que sabían en unos pocos años seria revertida. –Que pasa mi vida, porque esa mirada tan confundida, y no me puedes mentir, huelo cuando me mientes.- Dijo acercándolo más y demostrándole que estaba con el fuera lo que fuera, porque todos sabían que nunca había regañado con palabras fuertes o castigado a su pequeño cachorro, él tenía ese don de apoyar a su hijo en cualquier decisión que tomaba, con palabras que le hacían reflexionar ante sus malas decisiones pero no haciéndolo sentir regañado sino apoyado.

 

-Conocí a un niño, que puedo apostar es un hermoso doncel, pero no sé qué hizo en mi interior que llamo mucho mi atención, lo vi en la tienda de Madam Malkin con un atuendo de lo más horrible, pero no te preocupes papá lo ayude a escoger un atuendo adecuado, aparte de pagarlo yo.- Ante eso su amado padre se le quedo viendo con sorpresa, su hijo era muy bueno con las personas que conocía y su familia, pero cuando trata un extraño tiene que pasar un cierto tiempo de análisis para saber si va a contar con su confianza, pero a ese chiquillo hasta le había comprado ropa, algo que para Draco es sagrado ante su buen gusto.

 

– ¡Ha! y lo más interesante papá es el famoso Harry Potter, que desapareció hace 11 años junto con su familia  y Hagrid el guarda bosques es el que lo llevaba de compras- Decía volteándolo a ver y quedando sorprendido ante el impacto que mostraba la cara de su papá y una lagrima que empezaba a caer de sus hermosos ojos miel. –Papi, ¡que pasa porque lloras!, perdón si dije algo incorrecto- Trataba de disculparse pero su papá no reaccionaba y Draco se estaba poniendo muy nervioso, a lo cual solo pudo soltarse y correr a su puerta a gritarle a su padre. -¡PADRE! ¡Papá no reacciona!, ¡PADRE!-

En la primera planta se encontraba el imponente Lucius Malfoy leyendo el profeta frente a una hermosa chimenea, pero al escuchar a su primogénito gritando corrió escaleras arriba y entrando al cuarto vio a su amado esposo parado en el balcón viendo hacia afuera, se acercó a él y viendo su rostro se asustó al ver lo impactado  que reflejaba su rostro y con lágrimas en sus ojos. –Amor, amor, Rem que pasa amor- preguntaba un poco asustado moviéndolo un poco, pero no quería reaccionar, solo pudo acercarse y darle un pequeño beso en esos hermosos labios, a lo cual Remus solo pudo aprisionar a su esposo en sus brazos y exclamar en un pequeño susurro. –Harry está vivo.-

 

 

Notas finales:

 

¿Qué piensan que pasa?, ¿quienes creen se robaron a los papas de Harry?, me encantaría puntos de vista o alguna recomendación, pero por el momento los dejo no sin antes desearles un genial fin de semana


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