Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El artista y el conejo. por Pelusita

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aclaración: Las relaciones entre hermanastros (a diferencia de las relaciones entre hermanos y medio-hermanos) NO son incesto. Así que no puse el "incesto" como advertencia.

Esa noche llovía mucho. Los truenos retumbaban y los rayos iluminaban toda la habitación. Sé que ya estoy un poco grande para esto, pero aún hasta el día de hoy me siguen aterrando las tormentas. Desde que soy pequeño, mi medio-hermano, Giovanni, me ha protegido de todo: Los niños malos, los perros que me asustaban, los ruidos de la noche, la oscuridad… y también las tormentas. Durante esos tiempos, cada vez que algo no me dejaba dormir por la noche, le pedía a Giovanni si me dejaba dormir con él, y el accedía, de mala gana, pero sabía que no lo dejaría en paz hasta que me dejara. Justamente, aquella tormenta no me dejaba pegar ni un ojo...Su cama quedaba al lado de la mía, dormíamos en la misma habitación. Cuando éramos pequeños dormíamos en habitaciones separadas, pero como me daba miedo dormir solo, le pedí a nuestros padres mudarme a la habitación de Giovanni, y a pesar de las quejas de éste, me dejaron. La pieza de mis hermanas queda enfrente de la nuestra. Miré hacia la ventana, claramente la tormenta no iba a parar hasta dentro de un buen rato, así que decidí despertar a Giovanni.

— ¡Psst! ¡Giovanni! — dije casi en un susurro. No obtuve respuesta, así que volví a intentarlo:

—Bunny, ¡despierta! ¡Tengo miedo! ¿Puedo dormir contigo?

Como otra vez no respondió, creí que estaba muy cansado como para despertarse. Estuvo todo el día ayudando a papá a arreglar los rosales del jardín. Pensé que lo mejor sería simplemente acostarme a su lado sin despertarlo, entonces me levanté con mi osa de felpa en brazos y me dirigí hacia su cama. Me senté en el borde de ésta, y fue justo en el momento en el que estaba por meterme debajo de las sábanas cuando pude escuchar, en un tono muy leve, la voz de Giovanni:

—Ah…Maurice…basta…

— ¿Eh? ¿Te desperté? — pregunté, un poco confundido, porque pensé que se había molestado.

De nuevo no respondió a mi pregunta, simplemente se volteó y me abrazó. Me sonrojé un poco, él no es de mostrarme mucho su afecto. Sé que en el fondo realmente me quiere, pero le cuesta mucho demostrarlo, así que, tratando de no despertarlo, me acomodé en la cama y también lo abracé. De repente, mi miedo se esfumó, era una sensación tan agradable…Sin embargo, cuando lo abrazaba, sentí como algo tocaba mi cuerpo…era algo…algo duro… Al principio pensé que era un juguete, tal vez algunaBarbie de Paris, mi hermana de diez años,  pero cuando me moví para agarrarla, accidentalmente la rocé con una de mis piernas. Pude escuchar un pequeño gemido de Giovanni, y cuando volteé mi cabeza para mirarlo, creo que estaba un poco sonrojado él también. Además, cuando lo abrazaba, pude notar como su cuerpo estaba muchísimo más caliente que lo normal. Me quedé mirándolo durante un largo rato, hasta que me percaté de lo que estaba sucediendo… ¡Estaba soñando conmigo! Y no era un sueño cualquiera. Ese “algo duro” no era una Barbie… Dios mío, ¡era una erección! ¡Una erección que mi propio hermano estaba teniendo mientras soñaba cosas pervertidas! ¡¿Pero por qué justamente Giovanni tendría esa clase de sueños conmigo?! Es decir, eso no es algo normal. Recuerdo cuando nos explicaron algo de esto en nuestras clases de educación sexual. El profesor había dicho que, durante la adolescencia, los varones solían tener “poluciones nocturnas” o “sueños mojados”, es decir, soñar cosas “calientes” que generalmente los hacían despertarse con la ropa interior manchada o con una erección…pero… ¿ese tipo de sueños no deberían tener como protagonista a una mujer? Sin embargo, Giovanni no soñaba con una chica, soñaba conmigo, un hombre, un hombre que para colmo, era su hermano…

Así pasé unos minutos, rojo como un tomate mientras Bunny se aferraba a mí. No sabía que hacer, no podía dejar de pensar en “eso”, y cuánto más pensaba, más nervioso me ponía.

—    G-Giovanni…d-despiértate, por favor…- susurré mientras lo sacudía un poco.

—    Agh… ¿Qué quieres, estúpido? Déjame dormir…— dijo sin siquiera abrir los ojos.

—    E-Es que me estás abrazando muy fuerte…

—    ¿Mmmh? — apenas abrió los ojos, pero cuando se dio cuenta de que realmente me estaba abrazando, me empujó de la cama violentamente. — ¡¿QUÉ DEMONIOS HACES EN MI CAMA, TARADO?! ¡Nadie te ha dado permiso! — gritó furioso, creo que aún no se daba cuenta de lo que sucedía entre sus piernas.

—    Oye, ¿qué anduviste soñando? — pregunté en tono burlón, mientras señalaba su erección.

—    Ay, joder, otra vez no…— suspiró molesto, mientras dirigía una de sus manos hacia su parte íntima.

—    Hey… ¿q-qué vas a hacer? — pregunté  un poco incómodo.

—    Masturbarme.

Me puse pálido. ¿Iba de verdad a hacer eso? ¡¿Delante de mí?! De ninguna manera. No puede hacer eso enfrente de nadie, ni siquiera enfrente de mí.

—    N-No vas a hacerlo…

—    Claro que sí. ¿Qué hay de malo con eso? ¿Vas a decirme que vos nunca te tocaste? No me mientas, porque va a crecerte la nariz ~

—    Eso no es de tu incumbencia… ¡Ten un poco de respeto y al menos vete al baño!

—    No tengo ganas de pararme. Hace frío ~

—    …

—    Bien, si tanto te molesta, ¿Por qué no te paras vos, te vas y me dejás joder las pelotas?

—    Agh, ¡eres tan detestable! — grité mientras me envolvía con un acolchado verde que papá Souta me había regalado para mi cumpleaños. Salí de la habitación y me senté en el piso, apoyando la espalda en la puerta.

Al día siguiente, desperté en la cama de Giovanni, abrazando a mi pequeña y amarronada osita de peluche, Ginger. Ginger fue un regalo de papá Jamie, quien también tiene un lindo y viejo oso llamado Candy, y éste es el padre de mi Ginger. Miré hacia un lado y me encontré con que Bunny también se hallaba durmiendo en la cama, abrazándome, como la noche anterior. ¿Me había quedado dormido y todo aquello del “sueño mojado” de Bunny fue, en realidad, un sueño mío? A pesar de eso, no podía evitar sentirme un poco nervioso por su cercanía. Estaba tan abrazado a mí que podía escuchar su respiración. Estaba tan nervioso que me puse a temblar…

—    ¿Qué te pasa, pedazo de enfermo? — me preguntó — ¿Tenés frío?

—    ¡A-Ah! ¡Bunny! ¡E-E-Estabas despierto! Y-Yo…

—    Estás todo rojo, ¿te sentís mal? ¿Tenés fiebre?

—    ¿Eh? N-No…estoy b-bien…

—    Me disculpo por lo de anoche. Tenías razón en que era algo irrespetuoso de mi parte hacer lo que hice enfrente de ti.

¿Qué dijo? ¿Entonces no fue un sueño mío? ¿Sucedió de verdad?

—    A-Amh… N-No es nada… — musité. — ¿F-Fuiste vos quién me trajo a la cama?

—    Pfff, claro que sí, mocoso, no podía dejarte dormir en el suelo con el frío que hacía.

—    ¿Pero p-por qué no me dejaste e-en mi cama?

—    Porque dijiste que tenías miedo. Y cuando te alcé para acostarte, estabas helado. Además, tenía ganas de tenerte cerca…

—    ¿Qué? — pregunté un poco sorprendido.

—    NADA. Ya levantate, que me muero de hambre, bajemos a desayunar.

Asentí y me levanté, me dirigí hacia la puerta y la abrí. Los conejos de Bunny, Milky y Phillip, entraron saltando alegremente y se treparon en la cama, donde Bunny los abrazó con más cariño del que suele demostrarle a cualquiera en la familia. Giovanni es un obsesionado por los conejos, le encanta todo lo relacionado con ellos. Milky en realidad es una de las tantas mascotas de papá Jamie, pero es casi propiedad de mi hermano. Es un conejo blanco, de ojos negros, viste un elegante trajecito con galera y moño, además tiene una mancha redonda y negra alrededor de su ojo izquierdo. Phillip es también blanco y suave, de colita pomposa, nariz rosada y ojos color rojo. Como Giovanni estaba muy entretenido con ellos, preferí bajar las escaleras solo. Mientras lo hacía, podía sentir el dulce aroma de los brownies que papá Souta estaba horneando para el desayuno. De repente, observé como papá Jamie iba y venía de la cocina, parecía que buscaba algo.

—Papi… ¿Qué pasa? —

— ¿No has visto mi pote de mermelada de frutilla? ¡SE ME HA PERDIDO LA MERMELADA DE FRUTILLA! ¡BWAAAAAH! ¡SOUTAAAAAAA! —

Y se fue llorando. Sí, tengo un padre muuuuy raro. Así como mi hermano está obsesionado con los conejos, mi padre está obsesionado con las frutillas. Pero creo que eso lo hace tierno. Papá Jamie es rubio, de estatura pequeña, con unos grandes y redondos ojos color aceituna. Además, siempre anda con ese espíritu jovial y alegre de siempre, contagiando su felicidad a toda persona que lo mire, incluso cuando está triste. Es muy raro que llore, la mayoría de las veces sólo llora para que le presten atención o por puro capricho, como ahora. Sí, no es para nada maduro a pesar de tener veintiocho años. Yo tengo quince, pero no es como si él hubiese sido padre a sus trece años, dado que yo soy adoptado. Él y papá Souta me adoptaron cuando yo tenía cinco años. Por otro lado, papá Souta sí es un poco más maduro y serio. Pero creo que él es así por las cosas que le sucedieron a lo largo de su vida. Tiene siete años de diferencia con Jamie, es decir, ahora tiene treinta y cinco. Posee unos brillantes ojos del color del cielo y cabello de color negro azabache con las puntas teñidas de color rojo sangre. Siempre viste ropa oscura, a diferencia de papá Jamie que siempre usa vestimentas bien coloridas. También es el padre biológico de Giovanni y Annette. No, no es que haya engañado a mi otro padre con alguna mujer, Bunny y Annie son anteriores a la relación de mis papás. Pero eso ya es otra historia.

Seguí bajando las escaleras, sintiéndome contento debido al aroma de los brownies, la suavidad de Ginger en mis brazos y la brillante luz del sol que se colaba por las ventanas, a pesar de la gran tormenta de la noche anterior. Apenas terminé de bajar, pude sentir como una pequeña bola de pelos blanca me tiraba del pantalón.

— ¡Hey, Rubí! ¡Ya basta, bobo! — dije tratando de sacarme al perrito de encima, quien empezó a saltar como loco moviendo desesperadamente el rabo.

Lo tomé en mis brazos junto a Ginger y lo llevé conmigo hacia la cocina. Rubí es el primer perro que tuvo papá Jamie, el primero en conformar esta familia junto a él. Tiene casi trece años y se comporta como un cachorro. Igualito a Jamie. Es un maltés blanco, muy normal, a excepción de sus extraños ojos rojos. Por eso la gente le tiene miedo a veces y dicen que es un “perro del demonio”, pero en realidad es de esos perros que sienten un amor muy profundo por las personas que quieren.

Entré a la cocina y saludé a papá Souta, quien estaba cocinando con un ridículo delantal rosa con encajes que papá Jamie le había comprado y le obligaba a usar. Bueno, antes le obligaba a cocinar sin camisa, dejando ver todo su torso, así que creo que es preferible el delantal antes que eso...

— ¡Hola papá! — dije mientras apoyaba a Rubí sobre su cabeza.

—Hola Maur- SACA ESE BICHO DE MI CABEZAAAAA! ¡Va a llenar los brownies de pelos! — gritó mientras yo reía al ver su cara de espanto. Tomé  al animal de nuevo en mis brazos.

— Perdón, perdón… ¿Quieres que te ayude en algo?

—No, no, está bien ~ ¿Cómo has dormido, hijo?

Me sonrojé un poco al recordarlo y mis nervios volvieron.

— B-Bien, papá…

— Oh, que bueno ~ Tu padre y yo creíamos que en algún momento ibas a venir llorando a nuestra cama por culpa de la tormenta ~ — se rió.

— Papá, ya no soy un niñito tonto como antes…— le dije, un poco molesto.

—  Dices eso, pero es obvio que dormiste con Bunny porque tenías miedo. — siguió riendo.

— ¡C-Callate papá! ¡S-Sólo tenía frío! Bueno, y un poco de miedo, tal vez…

— Ah, está bien, no tienes que avergonzarte, todos le tenemos miedo a algo… toma, lleva este plato de brownies a la mesa. Y dile a papá que se me rompió su pote de mermelada y lo tuve que tirar…— dijo en un tono preocupado, mientras se rascaba la cabeza, porque sabía que papá Jamie lo regañaría.

— Sí, papá. — me reí un poco de su desgracia y llevé el plato de brownies a la mesa del comedor. Luego fui a avisarle a papá Jamie lo que pasó con su pobre pote de mermelada y mientras volvía a la mesa, pude ver que Giovanni bajaba las escaleras…sin la parte superior de su pijama. Ay, este chico…

— Bunny, creo que nos compran los pijamas para usarlos enteros, no por la mitad.

—Tengo calor, pelotudo. — se frotó los ojos y bostezó.

— ¡Pero si hace un frío! ¡Yo me estoy congelando y vos andas en cuero, re pancho de la vida!

—… ¿Y? Ah… ¿quieres de mi calor? — preguntó dedicándome una mirada extraña.

— Dios… sentate y desayuná, por favor. — le dije mientras me sentaba en una de las bonitas sillas y comía un brownie de chocolate, tratando de esquivar a Rubí quien quería arrebatármelo.

Giovanni se sentó enfrente de mí y también se puso a comer. En ese momento, se podían escuchar los histéricos gritos de Jamie que venían de la cocina, que estaba gritándole a papá Souta por haber roto su preciado pote, así que no pude evitar soltar una risita. Al rato, Jamie salió de la cocina, tranquilo, porque ya se había descargado lo suficiente y además Souta ya se estaba encaminando hacia la puerta, para ir a comprar más mermelada de frutilla. Papá Jamie pasó por detrás de Giovanni y le palmeó la espalda.

—Abrigate pibe, que te vas a resfriar y después tu abuela te va a cuidar. — y subió las escaleras, seguramente en busca de mis hermanas.

— Seeeh rubio, seeeh. — le contestó Giovanni mientras seguía comiendo su brownie desinteresadamente.

Luego de unos minutos, pude sentir que me miraba con la misma mirada que antes.

— ¿Qué? — le pregunté molesto.

— Nada. ¿Yo te dije algo? — contestó, aún mirándome de la misma forma.

— No, pero…es que me estás mirando de manera rara…

—Así es como veo a todos. Si te gusta bien, y sino, también.

—Bueno, pero, ¿tenés necesidad de mirarme fijamente mientras estamos comiendo? — ya me estaba poniendo nervioso.

—Mmmh…Sí.

— No. No lo hagas, me incomoda.

— Pero sos lindo y no puedo dejar de mirarte, pibe. — apenas terminó su frase, se largó a reír.

— Ja-ja, pero que chistoso que sos, dios…— seguí comiendo, sabía que lo que dijo era mentira porque se rió. Quiero decir, cuando alguien dice una mentira bromeando siempre se ríe. Aunque he visto personas que se ríen cuando están nerviosos, pero no creo que Giovanni  lo haga por nervios.

Nos quedamos sin decir nada más, pero de repente el silencio fue irrumpido por los estrepitosos pasos de nuestras hermanas que venían a desayunar con nosotros.

— ¡Buenos días a todos! — exclamó Paris, tan alegre y linda como siempre a pesar de estar despeinada porque recién se levantaba.

— Buenos días, Mauri, Bunny~— dijo Annette, sonriendo levemente mientras se acomodaba una hebilla en su sedoso cabello.

— Ay, ustedes… ¿ya empezaron a comer? No son ni capaces de esperar a sus hermanas, muertos de hambre…— susurró Jamie, mientras se llevaba una mano a la frente y suspiraba.

—Conejito, ¿no tienes frío? — preguntó Paris acercándose a Giovanni y tocándole un brazo — Wah, la verdad es que estás bastante tibio…— se sorprendió un poco.

— Vos tenés las manos frías…vení~— alzó a la pequeña, sentándosela sobre sus piernas y abrazándola con un brazo.

— Ohh…qué calentito…—

Paris quiere mucho a Giovanni y me dijo que si tuviera que casarse con alguien, se casaría con él. Aunque ese es sólo un tonto sueño como todos los sueños que tienen las niñitas de su edad. Ella es un poco parecida a Jamie en cuanto personalidad, pero no es caprichosa ni histérica. Es chiquita y morocha, de cabello negro y ojos cafés. Annette, en cambio, es la melliza de Giovanni, así que son muy parecidos, sólo que ella tiene ojos verdes en vez de celestes, como su madre, y el cabello corto, por encima de los hombros.

Ella se sentó al lado mío y papá Jamie fue a recibir a papá Souta, quien ya estaba abriendo la puerta con miles de potes de mermelada y toneladas de dulces, disculpándose torpemente por haber roto el de papá Jamie. Sí, es que si rompes o pierdes algo que sea de Jamie, él te pedirá que se lo devuelvas por multiplicado.

Así estuvimos toda la mañana, disfrutando del delicioso desayuno, intercambiando tontas conversaciones entre todos, hasta que llegó la hora de ir a la escuela. Me abrigué, agarré mi mochila, saludé a mis padres y me fui con mis hermanos, pensando en como pasaría el resto del día.

Notas finales:

¡Bueno! Y aquí termina el primer cap. ^^ Más que nada, era una pequeña introducción de los personajes y su ambiente, pero pronto vendrá el yaoi de verdad u v u espero que les haya gustado y esperen por más~ <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).