¿Por qué habría de fijarse en un rubio malhumorado e inexpresivo? Casi siempre el pelirojo se preguntaba eso, pero no podía evitar pensar que Tsukkishima era una persona que se merecía todo su amor, absolutamente todo.
Hinata se enteró de que le gustaba Tsukkishima cuando le vio hacer algo que el tardo en hacer, bloquear un remate de un equipo adversario. Al comienzo creyó que era admiración pero con el tiempo se halló a el mismo observando con una intensidad que él desconocía.
Siempre lo veía junto con Yamaguchi y sentía unos celos enormes, eso no era justo. ¿cómo le diría a Tsukkishima lo que él sentía? Pues el pelirrojo no tuvo necesidad de hacerlo.
Un día cuando el entrenamiento terminó Hinata fue por su bicicleta al estacionamiento de la escuela, iba tarareando una canción, iba en las nubes.
Cuando tomo su bicicleta se dio media vuelta para ir a casa y ahí se topo con el rubio que le robaba el aliento.
-Hinata.-El rubio le hablo con su típica indiferencia y su típica mirada llena de superioridad-
-¿Qu-qué pasa?...-contestó el nombrado con un nerviosismo notable.-
Sin responder, sin chistar, tomo a Hinata de la camisa y lo jalo hacía el, robandole un beso, un beso fugaz.
Hinata quedó en blanco su mente no servía y no sabía como reaccionar.
-Sal conmigo.-Emitió Tsukkishima, estaba sonrojado, emocionado y con un toque de felicidad.-
Hinata asintió, su corazón se llenó de una felicidad inexplicable. Desde ese día ambos comenzaron a salir, Almorzaban juntos, tenían citas y ambos tenían una felicidad compartida.
Yamaguchi al principio no acepto esa relación puesto que él era homofobico.
Los besos y las caricias entre ellos iban y venían. Sentían la necesidad de llegar más lejos pero no sabían como hacerlo.
Tsukkishima decidió investigar, si lo iban a hacer él debería saber como hacer algo así, ¿no? Pasó una noche en vela pero valió la pena.
El rubio llevo a su pareja a una cita común, fueron a cine, a comer helado y terminaron en un hotel. ¿cómo pasó eso? Ambos estaban sentados en la cama en silencio. La tensión era tal que se podía cortar con una espada.
-I-ire a tomar un baño...-Hinata rompió la tensión.-
-vamos juntos.-Comentó el rubio mirando hacía otro lado.-
Ellos se hallaron en la bañera sentados uno frente al otro, el rubor iba y venía. Tsukkishima no pudo esperar más, no quería esperar más. Con su pie comenzó a acariciar el falo del ajeno, notó como el otro se incendió en un rubor que le cubrió todo el rostro incluso las orejas del pelirrojo estaban rojas.
Las caricias del rubio subían y bajaban. La sonrisa del rubio se volvio picarona, pervertida y excitante para el pelirrojo.
Después de varios gemidos del pequeño Tsukkishima decidió pasar al otro nivel, cargó a su pareja hasta la cama que estaba adornada con un velo, en la cabecera había una caja con pañuelos y al lado habían condones.
Tsukkishima comenzó a besar el cuello del ajeno, dejando marcas a su paso. Los gemidos de Hinata iban y venían era tan excitante estar en esa situación.
-Tsu-Tsukkishima...-susurró entre gemidos el pelirrojo.-
-Dime Kei, Shoyou.-comentó el rubio para después depositar un beso en los labios del ajeno.-
El rubio bajo su mano hacía la entrada de su pareja, masajeo la entrada un par de veces. Hinata se tensionó, arqueando la espalda y aferrandose a las sábanas.
-¿Estás listo?-Preguntó el rubio con un toque de preocupación-
-Cu-cuida de mi porfavor...
Tsukkishima busco en los cajones un lubricante para hacer más fácil su entrada pero no encontró. Gruñó para el mismo y tomo una nueva decisión.
Lamió sus dedos con gran rapidez dejandolos mojados y los dirigió a la entrada del pelirrojo, primero un dedo; masajeo y acostumbró la cavidad ajena.
Se halló a si mismo introduciendo dos dedos más para moverlos con delicadeza y facilidad. Los gemidos de Hinata invadian la habitación, estos gemidos excitaban en exceso a Tsukkishima.
Sus dedos salieron del lugar que invadieron. Se puso en frente del ajeno, pasando sus piernas a cada lado de su cadera. Miro a Hinata y le beso denuevo. Y con un simple esfuerzo entró con toda su virilidad dentro de su novio.
La noche pasó llena de placer, probaron todo lo que querían probar, se bañaron nuevamente juntos. Ahora eran uno sólo. Eran felices.
Años después se casaron, adoptaron un lindo niño de ojos oliva. Su vida se vio colmada de bendiciones y felicidad.