Naruto- cuida a “Bola de Pelos” por favor.
Sasuke- ¡qué caraj*?- el ojinegro abrió ambos ojos como platos- no, no haré algo como eso.
Naruto- vamos teme, tienes que hacerlo, nadie más que tú puede hacer ésto por mí.
El ojinegro miró al rubio delante de él, su cara expresaba claramente suplica, el animal entre sus brazos temblaba como lo había hecho en la mañana, quizá no le agradaba el aura del Uchiha.
Sasuke- ¿Qué ganaré si lo cuido?- preguntó sonriendo de lado.
Naruto- yo… yo… haré lo que quieras- palabras tentadoras para el albino- ¡por favor!- inclinó el cuerpo haciendo una reverencia y extendió sus manos con el zorrito en ellas hacia su compañero.
El joven Uchiha no podía creer lo que veían sus ojos, podría pedirle cualquier cosa que se le ocurriera, y seguramente él no se negaría ¿qué negras ideas pasaban en la mente de Sasuke?
-bueno- dijo el pelinegro- tendrás que venir a limpiar a tu mascota las veces que sea necesarias, me obedecerás en lo que pida, sea lo que sea; si tu bestia causa algún desastre, tú lo pagarás; comprarás sus bienes, yo sólo le brindaré el hogar; y la más importante de todas: nunca, pero NUNCA debes mencionar una palabra de ésto, a nadie.
El rubio parpadeó algo impresionado, y preocupado sobre que si podría recordar todo.
Naruto- es un trato.
--
El albino consiguió una caja de cartón y el ojiazul se encargó de convertirla en una cama adecuada para su peludo amigo, preparó leche en formula que había conseguido, recogió una habitación que le designó Sasuke para colocar ahí al zorro y limpió el fango que había metido a la casa cuando llegó.
Sasuke- ya es suficiente, puedes irte. Está bien si vienes cada tres días a limpiar.
Naruto- pero así casi no podré verlo.
Sasuke- yo dije a limpiar, dobe, lávate las orejas.
Al rubio se le iluminaron los ojos.
Naruto- ¿quieres decir que podré verlo más seguido?
Sasuke- es un animal salvaje, no puede estar todo el tiempo encerrado, lo sacaremos de noche cuando nadie pueda vernos- giró un poco la cabeza para ocultar un ligero sonrojo, le hacía feliz ver al ojiazul contento, pero ese sentimiento era algo que el gran Sasuke no podía darse el lujo de mostrar.
Naruto- entonces me voy por hoy. Te veo mañana en el entrenamiento.
Sasuke- si…
El joven con chaqueta naranja se fue corriendo entre las sombras, estaba muy emocionado y satisfecho por lo que había conseguido para su pequeño nuevo mejor amigo.
Sasuke- a ver pequeña alimaña, vamos a poner un orden. El que manda aquí soy y… ¿dónde está?
Cuando regresó la vista hacia el pasillo donde Naruto había dejado al animal, el lugar estaba vacío, se dispuso a buscar a su nuevo inquilino por toda la casa. Él conocía el lugar más que aquella bestia, además era un ninja, no sería difícil encontrarlo, o por lo menos eso creía.
--
Los rayos del sol rayaba en el pasto aún mojado con el rocío, las mañana, al igual que las noches empezaban a ser más frías con el paso de las estaciones. Un somnoliento chico rubio caminaba con desgane hasta un claro con un tronco en el centro de éste. Cuando llegó se acostó sobre el tronco y se propuso a dormir un poco más.
-¿por qué Kakashi-sensei tiene que citarnos tan temprano?
Sakura- y siempre llega tarde. Hola Naruto.
-Sakura-chan –se puso de pie inmediatamente para dejarle algo de espacio a la joven pelirrosa, ella se sentó al lado de él sin muchos animos, siempre lo había considerado molesto y escandaloso aunque en su interior ella misma fuera de esa manera, prefería notablemente y en sobremanera al azabache ojinegro, el cual estaba retrasado aquella mañana.
Sakura- es raro que Sasuke llegue tan tarde.
A la vez de sus palabras, un peliplata con la mitad de la cara cubierta con una máscara gris llegó envuelto en una nube de humo como era su costumbre.
Kakashi- buenos días muchachos, hoy tengo una misión para ustedes, es por eso que he decido llegar un poco más temprano el día de hoy. ¿Alguna idea de dónde está Sasuke?- Naruto sintió un escalofrío recorrer su espalda. Volvió la vista y se encontró al pelinegro viéndolo fijamente, tenía bolsas bajo los ojos, parecía que no había dormido bien, su insignia de la Hoja estaba mal colocada al igual que sus vendas.
No pronunció palabra alguna y escuchó atentamente las palabras de su mentor junto con sus otros dos compañeros presentes. La misión no era nada del otro mundo, necesitaba dirigirse a la aldea vecina para recabar algunos alimentos que hacían faltan en el cargamento mensual que intercambiaban con las aldeas cercanas.
Acabaron al redor de las seis de la tarde, el sol comenzaba a ocultarse. Todos parecían, no tanto haberse divertido, sino más bien conformes con el trabajo. Sólo uno de ellos era quien mostraba estar más exhausto de todos, el Uchiha había sido abatido por los contenedores de comida y los animales del paso, estaba increíblemente cansado.
Sakura- no te ves bien, Sasuke-kun, ¿te puedo ayudar de alguna manera?- se acercó la pelirrosa al ojinegro, él estaba recargado en un árbol, casi durmiendo.
Sasuke- no, gracias.- fue como una cubetada de agua tibia empapando su cuerpo. A ella, a ella a la que el joven siempre había rechazado, le dio las gracias. Con un violento sonrojo se fue flotando hacia donde su mentor.
Kakashi- eso es todo por hoy chicos, gracias por venir, mañana podemos vernos un poco más tarde, hoy hemos trabajado desde muy temprano.
El azabache se acercó a Naruto antes de irse, después cada uno tomó su acostumbrado camino, el rubio no siguió a la kunoichi por segunda vez.
--
Fuera de la mansión Uchiha, a punto de las once, esperaba el conocido rubio a que el dueño de la casa hiciera su aparición junto con su huésped. Si las mañanas parecían frías, más lo hacían las noches. La puerta se abrió con un crujido y algo, similar a un fantasma, salió a través de ella.
Naruto- Sa…sasuke, pero qué demonios ha pasado contigo.
Sasuke- nada que te incumba, toma- extendió sus manos para darle una linterna- entra y buscar a tu bicho- el chico tenía rasguños, mordidas y ronchas en ambos brazos.
Entró por cinco minutos y salió con el animal en sus brazos, el joven tenía una gran sonrisa en su rostro, sonrojado sin razón aparente.
Naruto- estaba en la ropa sucia- sonrió ampliamente- mira lo qué me encontré- levantó la mano con un calzoncillo de color verde en ella- a Sasuke le gustan los colores brillantes.
Sasuke- deja eso, idiota- ni siquiera ganas de pelear mostraba.
Naruto- algo ha pasado contigo, tienes esta actitud de aún más tonto, tu cuerpo está dañado y no hay luz en tu casa… no será qué… ¡fantasmas!
Sasuke- no seas idiota. Es tu maldita bestia la que me ha hecho ésto, se ocultó toda la noche, mordisqueó los cables de corriente eléctrica de la toma principal de la casa, me rasguñó, mordió y tiró objetos sobre mí. Tendrá que irse.
Naruto- pero…. Pero no tengo dónde resguardarlo, no puedo dejarlo ir todavía, sigue herido.
Sasuke- no lo parece…
Naruto- vamos teme, haré lo que sea.
Sasuke- … bien, múdate aquí hasta que se cure.
--
La mañana siguiente transcurrió como de costumbre en el entrenamiento, Sakura y Naruto se quejaban por el retraso de Kakashi, Sasuke observaba todo en silencio, después Naruto metía la pata en la misión y el Uchiha lo salvaba, todo igual que siempre.
Al finalizar el día cada quien tomaba una dirección a casa, Kakashi por un lado, Sakura por otro, y Naruto y Sasuke por el otro. Así fue toda la semana.
--
-¡estás segura de lo que has visto?
- totalmente, puerca fea- decía una pelirrosa.
Ino- ten cuidado con lo que dices, frentota, accedí a ayudarte porque a mí también me interesa Sasuke.
Sakura- lo sé. Y algo raro pasa aquí, el primer día me dije a mí misma “Naruto debe de haber entendido que no quiero nada con él y empezó a irse por su cuenta”, el segundo día pensé que mi sueño se hacía realidad, el tercero cuando se fue con Sasuke-kun pensé que era una pesadilla, ¡ahora se van juntos todos los días!
Ino- cálmate, deberíamos de ir a ver qué pasa.
.