Me sentía muy triste, no tenía ganas de nada, pero la tristeza no te libra de tus deberes, es mas tus deberes sirven para no pensar en tu tristeza, ni siquiera saber que mi mini-álbum está en primer lugar en muchos chart me saca una sonrisa honesta, pues cada vez que lo veo, cada vez que nuestras miradas se cruzan mi corazón duele, y no lo puedo evitar, es muy difícil aceptar que la persona que más amas se valla de tu vida para siempre, que no puedas hacer nada más que tragarte las lagrimas.
Era día sábado y acababa de volver de una presentación, el estaba en casa solo puesto que los demás estaban en la agencia o en paseando por quién sabe dónde, cuando me dirigía a mi cuarto escuche que me llamaba, sentí que mi corazón se oprimía, no estaba listo para hablarle, todavía no.
-KyuHyun, ¿me puedes ayudar por favor?- su suave voz provoco que me girara sobre mis talones para así observarlo y darme cuenta que traía puesto el traje que seguramente ocuparía en su boda.
-¿Qué sucede?- pregunte cortante y frío.
-Bueno… Es que quiero cambiar el traje pero antes necesito la opinión de alguien. ¿Qué me dices? ¿Cómo se me ve este?
-Te queda muy bien hyung, sabes que todo lo que te coloques se te ve bien- respondí con toda sinceridad.
-Muchas gracias- me dijo con sus mejillas teñidas de un suave color carmesí. ¿Qué a este hombre no le basta con tenerme casi sumido en una depresión? ¿Ahora busca que lo viole sin piedad?- Mmm... ¿Crees que a Sa Eun le guste?- dijo mirándose el traje, cuando mi cerebro proceso sus palabras no pude hacer nada más que darme media vuelta y seguir el recorrido que llevaba anteriormente. Sa Eun… Sa Eun, en todo lo que hace o dice esta ella entrometida, la odio por el simple hecho de quitarme a mi conejo rosa.
Llegue a mi habitación lanzándome bruscamente sobre cama. –Ella no lo merece... bueno tal vez si... Hay por Dios a quien engaño yo soy el único que sobra ahí, el único que no lo merece por ser tan cobarde- pensé antes de que el sueño comenzara a ganarme. Ya estaba quedándome dormido cuando sentí que alguien abría la puerta de mi cuarto y entraba con suma precaución, me levante y encendí la luz para ver quién era la rata curiosa e intrusa que venía a molestar, ¡Y qué sorpresa me lleve! –Nótese el sarcasmo.-Era el estúpido y sensual conejo que me torturaba aún más con su estúpido y adorable pijama rosa, el cual no veía hace bastante tiempo.
-¿Qué sucede Kyu? ¿Por qué me dejaste hablando solo hace un rato? – Me cuestionó mientras caminaba y se sentaba en el borde de mi cama. Ignorándolo completamente mire a otro lado y el comenzó a acariciar mi cabello delicadamente, yo no respondí, solamente volví a recostarme en la cama, esta vez boca arriba, el imito mi acto y se recostó junto a mí, pero de costado, sin quitar sus ojos de mí. Cerré mis ojos y permanecí en silencio por unos minutos, lo único se escuchaban era nuestras tranquilas respiraciones y uno que otro suspiro que escapaba de vez en cuando. Tomé el valor suficiente y me gire para mirar directamente aquellos ojos que tanto me encantaban.
-¿Por qué estás enojado Kyunnie?-
-No estoy enojado SungMin… Bueno si… O sea… Ay, lo siento... –Tome una gran boconada de aire y me dispuse a hablar con la mayor claridad posible. - Me fui porqué ya no lo soporto, no soporto que todo lo que digas tenga que ver con… “Ella"... Y me enojo porque soy un cobarde que ignora sus sentimientos, que cada vez que tiene la oportunidad de sacarlos a la luz prefiere morderse la lengua y tragarlos, me enojo porque nunca he sido capaz de decirte lo que siento.
-¿De qué hablas Kyu?- su mirada estaba fija sobre mi y eso me ponía nervioso y mucho, sentía que mi piel se erizaba, quería salir huyendo de esa habitación pero ya había llegado hasta aquí y sabía que no había vuelta hasta atras.
-Hablo... Hablo de que ya no aguanto más estos sentimientos… Hyung se que es raro y que me trataras de loco, asqueroso, marginal y todas esas cosas pero SungMin yo... Yo...-estaba nervioso pero no me rendiría así de fácil. Me senté en la cama mirándolo fijamente- SungMin Hyung yo... Yo te amo... Por eso me comporto así, lo hago porque estoy celoso... -ya no podía seguir hablando, baje la mirada pues la vergüenza era demasiada y extrañamente las lagrimas amenazaban con salir al recordar que jamás seria mío, pero no me quería ver débil frente a él...
Un incomodo silencio se formo, tenía miedo, el no hablaba y mis sollozos se comenzaban a oír, había fallado quede como todo un debilucho frente a mi hyung, fue ahí cuando sentí sus cálidos brazos rodearme por el cuello, estaba bastante sorprendido pues no esperaba esa reacción por su parte, aunque esto no me impidió corresponder su abrazo. Nos quedamos así un momento, las lágrimas habían dejado de amenazar con salir, y una estúpida sonrisa decoraba mi rostro.
Sentí que él comenzaba a separarse de mí, estaba a punto de sostenerlo más firmemente para evitar que se alejara pero me sorprendí ante su acción. Sus labios estaban posados sobre los míos, el me estaba besando de una manera que no sé cómo explicar correctamente... Tal vez apasionada, no lo sé pero cuando salí del shock correspondí gustoso aquel beso con la misma o mayor intensidad, mis manos comenzaron a recorrer su torso mientras que el me acostó nuevamente en la cama, ubicando su gran traserito sobre mi miembro, frotándose contra él, sacándome uno que otro jadeo entre el beso. Nos separamos a causa de la ausencia de aire, dejando un hilo de saliva que unía nuestras bocas, sus mejillas estaban rojas y su respiración era muy agitada por lo que no pude evitar sonreír.
-Kyu... Eres un diablillo ¿sabes?... Por lo que tendrás que haberte dado cuenta que en este momento no quiero busco solo hablar.- su rostro se enrojeció furiosamente casi por completo, su mano bajo hasta llegar cerca de mi miembro y quedarse ahí- Yo solo... Quiero que esta noche me hagas tuyo, que me hagas gritar tu nombre, que me dejes sin caminar por una semana (JuiJui¬u¬), que me demuestres cuanto me amas y cuanto me deseas, porque yo sé que es así, sé que me deseas.
-SungMin... Yo...- estaba tan atónito jamás creí que él me diría eso, sabía que era una oportunidad única pero él tiene a alguien más, no era capaz, esa chica no me ha hecho nada malo para yo pagarle acostándome con su novio- No puedo Minnie, por mucho que te ame tú tienes novia y ella no lo merece, lo siento.
-KyuHyun... Aunque suene feo ella no me importa sabes que nos vamos a casar por un acuerdo de fama, nada más, yo... Yo solo quiero estar contigo, eres al único que amo y amaré.-sus palabras provocaron que abriera tanto mis ojos que casi quedo como KyungSoo, el había dicho que me amaba, ¡SungMin me ama así como yo le amo a él!
Fue ahí cuando perdí la cordura total, lo atraje nuevamente a mí y volví a besarlo, era un beso apasionado y lleno de lujuria, de sentimientos encontrados, si alguien nos estuviera viendo en aquel momento estoy seguro que diría que me encontraba comiéndolo vivo. En un ágil y rápido movimiento invertí las posiciones dejándolo bajo mi cuerpo.
-Te lo ganaste conejo, serás mi cena.- seguí besándolo hasta que comencé a bajar por su cuello dejando mi rastro y marcándolo como mi propiedad.
-Mmg... Kyunnie~ -esos gemidos lograron terminar de encender mi cuerpo, bruscamente quite su pijama dejando su hermoso cuerpo al descubierto y solo para mi... (El resto queda a su imaginación, djsakd, juijuijui.)
Esa fue la primera de muchas noches que nos quedamos "jugando" hasta ya entrada la madrugada. Lo único que quedaba por esperar era que aquella boda tan molesta se anulara y nosotros pudiéramos estar juntos, a escondidas de todos, pero al fin y al cabo, juntos, amándonos como pocas parejas eran capaces de hacerlo.