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La “dicha” de un plebeyo por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaa

Lo sé han pasado como tres o cuatro meses creo, lamento haberl@s abandonado, pero este año ha iniciado de una manera distinta. Ha habido cambios en mi vida y me estuve acostumbrando a ello. Ahora creo que ya estoy mejor, añádanle a eso que me quedé sin pc. Sí, hace poco que tengo una y por ello he vuelto a escribir.  Pero aparte de eso, creo que me ha servido darme un respiro. Escribir cansa de verdad, es más complicado de lo que parece, espero recuperar su apoyo y ahora sí a seguirla, porque este año sí o sí, culminó mis fics. 

“toc, toc”

 

-no abran la puerta por favor. – rogó el joven castaño  con los ojos llenos de lágrimas.

 

No obstante, de manera abnegada su padre abrió la destartalada puerta de madera. Una mujer con un pequeño niño en brazos  ingresó al hogar de la familia kwon. A pesar que sus prendas estaban viejas y un poco sucias, ella tenía una sonrisa gigante en su rostro. Sus ojos llenos de esperanza miraban al encantador joven  quien   era incapaz de mirarla. 

 

-joven Ji Yong. – habló la mujer. – no sabe la emoción que siento de estar frente a usted, es un privilegio para mí poder mirarle. Yo soy una madre soltera, mi pequeño hijo apenas tiene tres meses de nacido. Me apena no poder darle una dadiva como muestra de mi respeto, pero por favor le pediría que me escuche. Hay muchas madres que tenemos a nuestros hijos solas, no contamos con ningún soporte, luchamos diariamente para poder sobrevivir. Cuando contraiga nupcias con el rey, por favor acuérdese de nosotros. No nos desampare.  Yo deseo vivir para ver a mi hijo crecer, siendo un hombre de bien. Le suplico, le ruego por favor que  apoye a nuestro pueblo.- decía con brillo en su mirada. – no quiero incomodarlo más. Supongo que ha de estar cansado luego de haber escuchado a cada poblador  durante estos días. Deseo que descanse con bien, me despido. Buenas  noches.

 

Cuando aquella mujer se marchó, el hogar quedó en completo silencio. Había transcurrido exactamente una semana desde que el señor kwon le anunció a su hijo que había sido escogido por  el rey, y cuatro días desde que todo el reino se enteró de aquella decisión, a través del comunicado que se emitió desde el mismo palacio anunciando el compromiso. A pesar que el muchacho no admitía lo que estaba sucediendo, eso no fue impedimento para que los pobladores fueran a su hogar y  le rogaran para que  cambiase sus vidas. Tantas  historias, cada una más triste que la otra fueron narradas. Sus noches atormentadas por terribles pesadillas  lo enfermaron, aun así no podía negarse a recibir a aquella gente que creía que a través de él  su vida podría mejorar.

 

Con el rostro bañado en lágrimas, Ji Yong se levantó del asiento que ocupaba y sin decir nada a sus padres  caminó a un pequeño cuarto para recostarse sobre el montón de pajas cubiertas por una manta, que eran su cama.  Se abrazó a si mismo sin dejar de llorar en silencio. Sentía el frío de la noche calar sus huesos, su corazón  destrozado de tanto dolor, su  cerebro taladrarse después de escuchar tanta tragedia. El peso sobre sus hombros era tan grande que creía que todo era una horrenda utopía.    

 

Desde la entrada al cuarto los señores veían con lastima el destino de su único hijo. Les dolía en el alma verlo sufrir día a día. Pero no podían hacer nada. No tenían la capacidad ni el poder de negarse o cambiar la decisión que había sido tomada. Dentro de cada uno el arrepentimiento por no haber escuchado los ruegos de su niño por no ir a ese festín los atormentaba, ahora estarían dispuestos a aceptar cualquier castigo que les hubiesen impuesto con tal de no ver el sufrimiento de su hijo. Y les dolía mucho más el saber que su angustia y dolor no terminaría ahí, no. Esto aumentaría, en poco tiempo tendrían que dejar a su hijo partir, se los arrebatarían sin ninguna pena. 

 

 

 

 

 

 

-¿Cómo va la organización, señor Oh? – cuestionó Choi Yoong Suk.

-ya todo está completamente arreglado, majestad. –respondió sonriente, el hombre de cabellos blancos. – los adornos, las flores,  el bufete, los partes. Cada detalle ha sido revisado al mínimo. No hay nada de qué preocuparse, solo falta esperar que llegue el día.

-confió plenamente en su palabra, señor Oh. Sabrá usted que no me agradan los errores, menos en eventos tan trascendentales como mi compromiso.  – exhaló relajándose mientras miraba desde  la azotea del palacio, el campo de entrenamiento donde se encontraba el príncipe Seung Hyun. –¿Ya le enviaron el parte a la princesa Eun Ji?

-desde luego. Ella nos comentó que está muy emocionada por conocer al joven que usted escogió. Además,  también dijo que añoraba ver a su prometido. – sonrió pícaramente.

-la princesa es la mujer ideal para mi hijo. Estoy seguro que ella  sabrá cómo manejar ese carácter tan  indomable  que tiene, son jóvenes así que se entenderán.   – una expresión de orgullo se manifestó en su faz al ver al príncipe ganar la lucha de espadas contra uno de sus guardias.

 

Como si lo hubiese escuchado hablar de él, Seung Hyun levantó la cabeza en dirección de su padre, quitó  la máscara que cubría su rostro y  le dedicó una mirada molesta al rey, quien le devolvió una ligera sonrisa. El pelinegro enterró la espada en la tierra y se retiró sin decir nada, seguido por  dos guardias.

 

-el joven príncipe parece que aún no ha aceptado su decisión. –comentó el organizador. El rey le dedicó una mirada reprobatoria causando que el hombre se disculpara en el momento -. Disculpe mi atrevimiento, majestad. No volverá a ocurrir.

-eso espero. Se puede retirar… ¡ah! Espere – le dijo al hombre – quiero que lleven al joven kwon al segundo castillo para que lo entrenen durante  tres días.  Enséñenle todo lo que debe hacer. Quiero que se pruebe el traje que ha sido confeccionado para él, debe quedarle exacto, si hay que hacerle alguna mejora la hacen y recuerde,  mi prometido  no podrá recibir visitas de nadie  durante los días que se encuentre en el palacio hasta  el día de nuestra boda.

-como ordene majestad- asintió.

 

 

 

 

 

 

Los días pasaron tan rápido en el reino, que cuando se dieron cuenta todos estaban reunidos en el palacio real para llevar a cabo el compromiso del rey.  Los glamorosos  invitados esperaban ansiosos que la ceremonia iniciase. La gente del pueblo se sentía maravillada por ver el despliegue de glamour.  Los murmullos iban de un lado a otro. Todos comentaban  como era la futura pareja del rey.  Casi todos estaban felices.

 

-joven entendemos que esté emocionado por este momento tan especial, pero no puede seguir derramando lágrimas. Por favor intente contenerse, el  rey no puede verlo en ese estado. – dijo una mujer,  a la vez que con un fino pañuelo secaba el rostro húmedo del castaño.   

 

El menor asintió, mordiéndose los labios para evitar sollozar. Suficiente tenían aquellas dos ajhummas que lo habían cuidado durante los días que estuvo en aquel palacio. La carroza en la que iban los tres se detuvo, alertando  al menor. Ya habían llegado. Su vida sería otra una vez que la portezuela fuera abierta por algún guardia. Era imposible dar marcha atrás. Cerró los ojos unos segundos, dejando que su mente y su cuerpo se calmaran. Si la gente lo veía mal se armaría un gran alboroto, y él había prometido a sus padres hacer el mayor esfuerzo por cumplir con lo dictaminado. Todo era por ellos,  sus padres eran las personas más amorosas que pudo conocer. Cuando la boda llegase a su fin, ellos serían llevados a un palacio un poco alejado, pero tendrían todas las comodidades que nunca tuvieron y vivirían con bien el resto de sus días. No podía ser egoísta en sus decisiones,  el amor y gratitud hacia los seres que le dieron la vida era mucho más grande que el dolor que le tocaba vivir ahora.

 

-es hora de salir, ya lo están anunciando. – comentó la otra mujer, sonriéndole.

 

La puerta fue abierta y se escucharon los resonantes aplausos.  Ji Yong sintió su cuerpo temblar cuando  sus pies se movieron en dirección de las pequeñas escaleras colocadas para que él pueda descender.  Acompañado por las damas comenzó su caminata hacia el centro de la ceremonia. El trayecto era inmenso o así es como lo sentía. A sus lados escuchaba las palabras de alabanza hacia su persona, pero no podía apartar la mirada de la larga alfombra colocada para que pudiera andar.  Con ayuda de las mujeres subió los escalones, el traje que vestía era único y a la vez pesado, no había otro igual en todo el reino porque fue hecho exclusivamente para él.  Forzó una sonrisa  cuando la gente de la realeza lo saludó educadamente. Todos ellos vestían prendas tan ostentosas como las que él mismo llevaba.   Aun así se sentía tan fuera de lugar.

 

-ahora, demos la bienvenida a la persona más importante de nuestra nación, su majestad ¡el rey Choi Yoong Suk! – se anunció.

 

La banda sonó en todo el palacio, y el rey descendió de su carroza. Con una sonrisa inigualable saludó a  los plebeyos quienes inclinaban la cabeza como muestra de respeto, caminó con elegancia,  cada paso que daba acortaba la distancia entre él y su prometido.  La emoción era distinguida en el rostro del hombre y fue aún más notoria cuando estuvo frente al joven que con solo verlo una vez lo fascinó.   

 

-luces sumamente hermoso. – comentó el rey Choi, encantado por la imagen dulce  que trasmitía el muchacho.

-gra…cias – pronunció torpemente el menor, inclinándose. Era la primera vez que veía al rey en persona. Es decir, acababa de conocer con quien se iba a casar.

-majestad, demos inicio a la ceremonia. –dijo el hombre encargado de realizar la boda.

-por supuesto.

 

En un abrir y cerrar de ojos, Ji Yong  vio al pueblo levantarse en gozo cuando la ceremonia terminó.  El rey, ahora su esposo, tomó su mano  y depositó un delicado beso sobre ella.  Con una sonrisa, el rey lo hizo voltear para mostrarse frente a la gente.  Sus ojos se pasearon por todo el gentío pero pararon  en aquellas personas que lo miraban  con los ojos acumulados de lágrimas. Su corazón se rompió, pero se hizo el fuerte y les sonrió como si todo estuviera bien. Porque así debía ser.

 

-¡todos coman y beban que hoy es un día para celebrar!- dijo el rey Choi antes de retirarse con su joven pareja.

 

Los sirvientes  comenzaron a desplazarse repartiendo  bocadillos para toda la gente del pueblo.  Mientras las personas de la realeza se retiraron  a un lugar más íntimo  en una sala preparada dentro del palacio. Ahí los músicos entonaban melodías que amenizaban el ambiente mientras se esperaba la llegada de los reyes. 

 

-principe Seung Hyun – dijo una suave y delicada voz. El nombrado se giró y sonrió galantemente para  la bella joven de cabellos rubios frente a él.  

-princesa Eun Ji – se acercó y tomó la delicada mano de la muchacha y dio un beso en ella, logrando sonrojarla. -. Es un placer verla después de tanto tiempo.

-lo mismo digo.  Estoy muy feliz por  haber sido invitada. La boda ha sido realmente hermosa, y el rey ha hecho una estupenda elección. – comentó amenamente. No obstante el rostro del príncipe se descompuso. – ¿sucede algo?

-no, princesa.  Es solo que estoy un poco agotado por  los días de preparación que se ha llevado en el palacio para esta ceremonia.  – mintió.

-aun así, usted permanece aquí, acompañándonos con su presencia. Eso merece doble reconocimiento. 

-sus palabras me halagan. Pero no creo que… - detuvo su hablar, cuando vio  las puertas del salón abrirse, dando paso a su padre y su pareja.

-¡Los reyes han llegado!- comentó la  señorita mientras se unía con aplausos a los demás invitados.

 

El rey Choi Yoong Suk  y el ahora rey kwon Ji Yong  se abrieron paso entre  los invitados y  tomaron asiento en los muebles dispuestos para ellos. Ya no vestían las prendas tradicionales de boda, sino otras hechas para la recepción.  Poco a poco los invitados se reverenciaron delante de ellos y les fueron entregando sus regalos. Al culminar el rey Choi se puso de pie tomando la mano de su pareja. Ambos caminaron al centro del salón  e iniciaron un elegante baile.  Era la primera vez que bailaban juntos y lo hicieron a la perfección. Claro está que el rey Choi fue quien guió el baile, puesto que él ya se había comprometido una vez.

 

-por favor, amigos acompáñennos a danzar en este día tan especial.- pidió el rey.

 

Todos en parejas se dispusieron a  acatar lo pedido. Entre reyes, príncipes, condes y otros nobles el salón se llenó. Bebidas y bocadillos fueron repartidos. El rey se encargó de presentar personalmente a Ji Yong con cada invitado.  Todos opinaban que era una belleza andante, y eso aumentaba el orgullo del hombre.

 

-ven conmigo –dijo el rey al castaño. – quiero presentarte a mi hijo.

 

Ambos se encaminaron hacia el balcón  donde un joven pelinegro estaba recostado admirando las estrellas del cielo.  No fue necesario llamarlo para que éste volteara y comenzara a acercarse.

 

-hijo, quiero presentarte a este hermoso joven que se ganó el corazón de tu padre. – habló. – Seung Hyun, él es kwon Ji Yong. Ji Yong, él es mi hijo, el príncipe Seung Hyun. 

-mucho gusto.- dijo Ji Yong levantando la mirada para ver al pelinegro. Sus ojos se abrieron de la sorpresa al reconocer aquel rostro masculino. Era el mismo joven que lo había empujado en la fiesta que organizó el rey.  Jamás podría olvidar un rostro tan exótico.

-el placer es mío, majestad. – dijo Seung Hyun inclinándose ante el castaño, sorprendiéndolo. –espero que logre acostumbrarse al palacio, ahora su nuevo hogar. Haré todo lo que esté en mis manos para hacerlo sentir como…  en casa. – sonrió.

-muchas… gracias. –respondió dudoso.

 

Algo en  la mirada del más alto no le llegó a generar  ni una pizca de confianza. Cierto escalofrió le recorrió el cuerpo, pero alejó esos pensamientos negativos. Si iba a pasar el resto de su vida en ese palacio era mejor que comenzara a confiar en la gente que vivía en él y empezaría por el príncipe Seung Hyun.

 

CONTINÚA…

Notas finales:

Espero aunque sea ver un comentario en cada  uno de mis fics actualizados. Sé que no estoy para pedir, pero eso siempre ayuda :P , y muchas gracias a todos aquellos que comentaron por última vez los capítulos anteriores. Gracias por todo y les entregó mis más sinceras disculpas. 

 

*ahora me estoy concentrando en escribir "El dolor nunca es eterno", cuando lo termine lo subiré*


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