Habían pasado ya una semana desde que el escritor no había podido conciliar el sueño debido a esas inseguridades de las cuales el castaño se encargo de desaparecer, no solo con aquellas palabras sino también con lo que hizo. Puesto que a la mañana siguiente –o técnicamente horas más tarde – Misaki había llamado a su hermano rectificando la invitación que habían hecho a él, esposa e hijo a una cena para hablar sobre un tema importante. Ahí estaban ahora, arreglados a la espera de la única familia del menor, se veía nervioso, hasta cierto punto temeroso, con sigilo se coloco detrás del joven que no se percato del mayor hasta sentir unos cálidos besos siendo esparcidos por lo visible que la camisa lo permitía.
-¿Qué ocurre Misaki? Te noto algo extraño- le susurro con lentitud, tomando entre dientes el lóbulo de la oreja.
-Tengo miedo…- explico el castaño, tratando de acallar los jadeos que eran más que evidentes, junto al sonrojo.
Toda acción paro por parte del mayor, sin embargo no se movía de la posición en la que habían quedado, a veces olvidaba lo nervioso que podría ser Misaki afectándole también de alguna manera a él, con las manos en cada hombro del muchacho lo giro hasta tener frente a él aquellos ojos verdes que lo miraban con algo de nerviosismo.
-¿A que le tienes miedo? ¿No piensas decirle a Takahiro?- pregunto sin poder ocultar muy bien el tono hosco con lo que soltó aquello.
-¿Eh?... ¿! Ehhhh?!? ¡No! Me refiero a que tengo miedo, ¿y si nii-chan no se lo toma muy bien?- dijo el castaño con un sonrojo, sintiendo temor tan solo de imaginarse una negativa por parte de Takahiro.
-Solo es eso- soltó el aire que no sabía estaba reteniendo.
-No te preocupes, yo estoy aquí, ¿acaso lo olvidaste? Te dije que nadie te separaría de mi, incluso te amarrare a la cama si tu lo intentaras- respondió con una sonrisa, abrazando el cuerpo frente a él.
-Usagi-san, ¿no tienes miedo?- le pregunto Misaki con un leve temblor en su labio, no quería separarse de Usagi aunque no lo fuese a decir en voz alta o le costara decirlo.
-No, porque te tengo a Misaki conmigo- respondió con simpleza depositando un suave beso en los labios contrarios, un roce tratando de transmitir lo que sentía en ese momento.
-Misaki, Usagi-san, ¿están en casa?- la voz por el intercomunicador les obligo a separarse, algo exaltados por haber sido interrumpidos en los besos. Con lentitud Usami acomodo la corbata que ni siquiera el noto cuando comenzaba a ser desarreglada, al ver que Misaki aun abrochaba los botones superiores de su camisa, decido el atender la puerta, encontrándose con su amigo vestido en un traje, con la esposa usando un vestido hermoso junto al pequeño también bien peinado y arreglado. La cena lo indicaba aunque la familia del hermano de Misaki no supiera muy bien a donde iba el asunto.
-nii-chan, nee-chan, bienvenidos- saludo Misaki con un sonrojo bastante notable, siendo fundido en un gran abrazo por Takahiro.
-Misaki, ¿Cómo has estado? Te ves muy delgado ¿has comido bien? ¿Cómo te va en los estudios? ¿Tienes amigos? ¿tienes novia?...- el mayor bombardeaba con pregunta tras pregunta el menor, mientras que incapaz de responder las parejas de los respectivos solo podían ver la escena enternecidos, sin embargo cuando Takahiro menciono la posible existencia de una novia, fulmino los nervios de Akihiko, haciéndolo sentir hasta cierto punto celoso de que alguna chica así existiera. Lo cual Misaki pareció notar pues con rapidez le indico a su hermano que no era así.
-La cena a esta lista, vengan a sentarse- señalo Misaki, entrando a la cocina, siendo esperado por toda su familia.
-¿Cómo se porta Misaki? Usagi-san- cordialmente sonrió Takahiro.
-No causa ningún problema, además el se encarga de limpiar y cocinar- le recordó el peli plata a su amigo. Segundo después Misaki entro con los platos de comida poniéndolos frente a cada persona.
La cena paso de manera amena, entre platicas, risas de cada una de las personas ahí presentes, el aire que se respiraba era como el de una verdadera familia, Usami sentía esa aura que era hasta cierto punto desconocida, Misaki aferraba su mano bajo la mesa ya que se sentó a su lado derecho, al contrario de Takahiro y Manami que exhibían sus manos por sobre la mesa, mostrando en su sincronía los anillos de casados. Sin embargo cuando la cena hubo acabado, un silencio extrañamente serio había surgido, anormal si se tomaba en cuenta el ruido que hasta hace unos segundos había estado presente.
-nii-chan tengo algo que decirte- dijo Misaki con la poca calma que podía reunir, sintiendo como la mano de Usagi se aferraba a la suya dándole ánimos a continuar.
-¿Qué es lo que ocurre Misaki?- la seriedad en el ambiente ahora era palpable, se sentía mucho en estos cuatro adultos.
-Tengo pareja- soltó, ya que fue lo único que a su confundida y nerviosa mente acudió.
-Te felicito pero, hay algo mas ¿o me equivoco?- contraataco el pelinegro.
-Si, bueno lo cierto es que mi pareja es hombre…- antes de poder continuar fue interrumpido por la voz de su hermano, una que sonaba más cordial de lo que esperaba.
-¿Eso es todo?, no hay de qué preocuparse, con tal de que te haga feliz- respondía con simpleza Takahiro, fue entonces que Misaki y Akihiko se miraron al parecer el oji azul no estaba entendiendo del todo a donde iba esto, por lo que tomando un nuevo suspiro reanudo Misaki la charla, Akihiko le ayudaría sin embargo Misaki le advirtió que él quería informarle.
-Nii-chan, Usagi-san además de ser hombre, es diez años mayor que yo…- espero la respuesta de su hermano, recibiendo una mirada seria –Tu lo conoces muy bien, debes confiar en él, ¿verdad?-
Misaki no se esperaba el que su hermano se levantara de golpe acercándose hasta un igualmente confundido peli plata que solo pudo recibir el puñetazo en la mejilla, ladeando la cabeza hacia el lado izquierdo. En el acto Manami detuvo a Takahiro el cual planeaba darle otro golpe a Usagi, mientras que Misaki revisaba al otro recibiendo que se encontraba bien, sin esfuerzo se levanto sentándose en la silla de la cual había sido tirado hasta hace unos instantes.
-¿¡Cómo pudiste hacerme esto Usagi!?- la voz del peli negro estaba histérica.
-Takahiro cálmate, no es nada malo- respondió Akihiko tratando de alguna manera el nivelar lo que pasaba, escondiendo a su vez el nerviosismo propio.
-¿Qué no es nada malo? Akihiko, es menor que tu por diez años, es prácticamente un niño…-
-Ya no soy un niño nii-chan, solo quería decírtelo, pero si no estás de acuerdo no me importa, yo lo amo y es lo único que me importa- hablo de manera firme el castaño.
-Takahiro, entiendo que Misaki es tu hermano menor, tu preocupación y familia, pero también para mí es muy especial, tu eres mi amigo desde hace tiempo, sin embargo si estas en contra de nuestra relación tanto Misaki como yo nos iremos.- respondió ahora Akihiko mas serio esperando hacer entrar en razón a Takahiro.
-¿Cómo puedes decir eso Akihiko?- cuestiono el pelinegro aun enojado pero más calmado.
-Es algo que decidimos, entre ambos, no permitiré que me apartes de mi prometido- dijo para luego ponerse algo nervioso.
-¿Prometido? ¡¿Incluso se van a casar?! ¿Cuándo planeabas decírmelo?-
- Misaki pensó mucho el decírtelo, no queríamos que tuvieras esta reacción- le dijo de manera recriminatoria el peli plata.
-¿reacción? ¿Qué esperabas? Que lo aceptara como si nada- pregunto irónico el oji azul.
-Eso esperaba, pero nii-chan decide, ¿nos aceptas? O ¿nos pierdes?- le pregunto Misaki con cierto tono enojado, a la vez que trataba de sonar esperanzado.
-…Misaki empaca tus cosas- respondió con algo de molestia en la voz, siendo firme en su decisión.
-Lo lamento nii-chan ya no soy un niño, y si no piensas aceptar nuestra relación, esto es un adiós- Misaki estaba seguro de su relación.
-¿Misaki?- pregunto Takahiro.
-Lo siento pero deben irse-
Respondió el castaño empujando tan solo un poco el cuerpo de su hermano hacia la salida, se despidió de Manami que tenía a su sobrino en brazos y cerró la puerta para después deslizarse por ella hasta tocar el suelo de madera, abrazando sus rodillas contra su cuerpo, las lagrimas no se hicieron del rogar cayendo una por una. De verdad lamentaba haber tenido que tomar esa decisión, peor aún el ejecutarla, sin embargo no planeaba abandonar a Akihiko, no lo pensó antes no lo pensaría ahora, simplemente se dejo acurrucar por los brazos que le reconfortaban sintiendo la calidez que se había vuelto vital, las grandes manos jugando con algunos de sus cabellos castaños, los besos esparcidos en su frente, de manera delicada, sin una doble intención.
-Todo estará bien Misaki, Takahiro no lo dijo en serio, debe aceptarlo de a poco recuerda eres su hermano menor, y le es algo difícil entenderlo con tanta rapidez- el también se encontraba mal, pero por evidencia era que Misaki debía sentirse aun mas.
Misaki en ese momento simplemente no hablaba, su voz se encontraba lo suficientemente quebrada como para hacerlo, quedo dormido en los brazos que le recibieron gustosos.
Al día siguiente, Akihiko y Misaki fueron de viaje, de alguna manera esperaban que Takahiro lo entendiera, pero para ello debían estar lejos, aunque solo fuera por un día, la idea era que Misaki se relajara, que se olvidara de lo que lo aquejaba, que mejor que la playa a la que Akihiko lo llevaba.