Jungkook abrió con pesadez sus hermosos ojos, para luego volver a cerrarlos por un par de segundos. La luz que se filtraba por el gran ventanal frente a su cama le resultaba casi insoportable a esa hora de la mañana. Al salir de su habitación ya listo para empezar su día, comprobó, un tanto alborotado, que sus Hyungs ya no se encontraban en el departamento. "El ensayo... maldición." se reprochó mentalmente y comenzó su carrera del día.
Al llegar a la empresa se ligó una reprimenda de "manager Hyung" y entró a la sala de ensayo rápidamente, no sin antes pedir disculpas unas trescientas veces al mayor.
La música resonaba en toda la habitación rodeada de espejos, sus compañeros realizaban una gran performance en la cual la coordinación no faltaba, pero al percatarse de su presencia, decidieron tomar un descanso.
-Hasta que por fin llegas bello durmiente.- Se acerca a el un muy alegre J-Hope y le extiende una botella de agua, el maknae no podía disimular su agitada respiración, consecuencia de andar a las apuradas.
-¿Cuántas calles has corrido esta vez, eh?-
Kook sonríe, con esa sonrisa angelical, de esas que compran a cualquier Hyung, y acepta gustoso la botella con agua.
-¡Jeon Jungkook! Maldito gigantón del demonio, ¡¿Cómo te atreves a llegar tarde?! Durmiendo hasta tarde... ¿Quien te crees que eres? -Jimin corrió hacia él hecho una furia. Había estado desde bien entrada la mañana ensayando duro junto a sus Hyungs, y no le parecía nada justo que su GoldenMaknae tuviera el privilegio de poder dormir mayor cantidad de horas que él.
-Ya déjalo idiota.-Comento el líder pasando su brazo por los hombros de Kook. Éste, agachó su cabeza en señal de disculpas, en verdad se le notaba apenado. RapMonster rió levemente. -Escucha, con esta ya van tres, babbo. Te perdonamos solo porque tu rendimiento es excelente, pero deberías comenzar a despertar a horario. Jimin y sus celos son insoportables.-Soltó el mayor de una manera muy despreocupada. Tal comentario hizo reír al resto del grupo, pero el bailarín simplemente bufó y volvió a su práctica.
Para despejar un poco su mente, y olvidarse de su mala mañana, Jungkook decidió quedarse a practicar después de hora. Cuando sus compañeros abandonaron el estudio se sentó por un momento en el suelo y contempló su reflejo en el gran espejo.
En todo el día no había dejado de reprocharse a si mismo su error. Era un chico muy aplicado a la hora de hacer su trabajo, y se sintió bastante mal cuando recibió aquel regaño por parte de su amigo. En verdad no le gustaba ver a su Hyung favorito enojado.
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-Oye Jimin, ¿no crees que has sido un poco rudo con nuestro pequeño? El es un gran chico, y siempre está dando lo mejor de sí... -J-Hope al ataque. Jimin bufó por décima vez en lo que iba de su jornada. Lo admitia, ese día tenia mucho mal humor para su pequeño cuerpo, y le molestó de sobremanera, además de tener que levantarse muy temprano, que su compañero llegara tarde a la práctica. Probablemente en otra ocasión simplemente no le hubiera importado. Él solo seguiría bailando, pero ese día, algo era distinto. Ignorando por completo a J-Hope se dió la media vuelta y marchó directamente a su habitación. Seguido de eso, un fuerte portazo se escuchó.
-¡¿Pero qué demonios le ocurre a ese idiota?!-Adiós al J-Hope atento y cariñoso. El líder, espectador de tal escena, sonrió ladino. El día había resultado bastante interesante.
Empujó la puerta lo más fuerte que pudo y se aseguró de que ésta hiciera el mayor ruido posible. No entendía lo que ocurría con sigo mismo y eso lo alteraba. luego pediría disculpas. Al prestar detenida atención al cuarto fijó sus ojos en las dos camas, La suya... y la de Jungkook. Su compañero de cuarto sin duda era alguien a quien admiraba, aún conociéndolo desde hace tiempo seguía sorprendiendose igual que el primer día de su potencial. El niño desbordaba talento y habilidad para todo. Incontables eran las veces en las que practicaban juntos en las épocas de trainee, recordaba claramente sus sanas competencias de baile.
Era tan divertido... Jungkook era divertido. Y extrañaba eso.
Últimamente lo notaba cansado y desanimado, y con pocas ganas de hablar. Detestaba ver mal a su amigo.
"Tal vez debería charlar con él en vez de gritarle como idiota... " Pensó. A veces, la mente de Jimin se iluminaba.
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-Ya estoy en casa... -Se escuchó una voz cargada de cansancio desde la puerta principal. Dejó las llaves, se quitó la chaqueta, sus zapatos y al no notar actividad alguna en todo el lugar dedujo que sus Hyungs debían estar durmiendo.
Caminó directo a la habitación que compartía con Jimin, estaba completamente agotado. Sin encender la luz se dirigió sin problema alguno hasta su cama. Y cuando se dispuso a dormir una dulce y tranquila voz le interrumpió.
-¿Jeon Jungkook? -susurró.
-Buenas noches Jimin Hyung... -Habló muy bajito, estaba apenado por el incidente de la mañana.
-¿Dónde has estado? Ya es bastante tarde...-Preocupación en su regaño. Cayó en cuenta de que en verdad pensó en el...Momento. ¡¿Pensó en el?! Agradecía a los cielos la oscuridad de la habitación, sin verse en el espejo podía asegurar que estaba rojo cual tomate y sin razón alguna... después de todo, es un Hyung y es normal que se preocupe por su pequeño. Y que piense en el... durante dos horas... sin parar. Completamente normal.
-Me he quedado practicando hasta hace un rato Hyung. En verdad lamento lo de hoy, tenias toda la razón.-La voz de Kook sacá al bailarín de su conflicto mental. Éste se sentó en su cama y rió apenado.
-Ya olvidalo Kookie, exageré bastante... hoy no tuve un buen día, lo lamento pequeño.- El alivio en el pecho de Jungkook fue increíble. Podría dormir bien esa noche y estaba agradecido por eso. Lo necesitaba después de todo.
-Hyung, ¡Te quiero~! -susurró con una amplia sonrisa en su rostro y optó por descansar. Su agenda para el día siguiente era bastante apretada y no pensaba quedarse dormido esta vez.
Las palabras pronunciadas por el moreno, rondaron en la cabeza de Jimin toda la noche.
¿Desde cuando la voz de su maknae le resultaba tan dulce & hermosa...?
"Necesito vacaciones." Sentenció.