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El Contrato. por CBane

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Notas del fanfic:

¡Hola!

Empezó solo como una idea, así que espero que termine bien. (?)

Prólogo.

 

— Tienes que dejar de hacer esas cosas, Ren… -Imploraba su padre una vez más; era prácticamente como el pan de cada día que esas discusiones resonaran en eco a través de las paredes de esa enorme casa.

— Tú no puedes decirme que hacer o que no, jamás estás en casa, ¿y ahora te quieres creer el jefe? No me hagas reír.

 

Hyuk siempre observaba desde lejos, o cuando tenía suerte, solo escuchaba desde su habitación, después de todo, su hermano tenía esa facilidad para hacer que todo el mundo se enterara de sus rabietas. A pesar de tener la misma sangre él y Ren eran polos completamente opuestos.

A Ren le encantaban las compras, costosísimas compras, las fiestas, los viajes, la moda; vamos que le encantaba llamar la atención de cualquier forma posible, Hyuk pensaba que debía ser como la versión coreana de esa chica, Paris Hilton, pero de una forma muy extraña. Tenía escándalos de todo tipo, por su actitud, por diferentes enredos con varios hombres, y vaya que eran varios a pesar de estar ya comprometido por un arreglo previo.

Hyuk no era nada de eso, aún si su padre era rico, literalmente, él no tenía ninguna necesidad de estar presumiendo su efectivo o tarjetas de crédito. Él estudiaba la Universidad como cualquier persona normal; más o menos, pues su padre le había elegido la universidad privada más privilegiada de todo Corea. Él era tranquilo, y la mayor parte del tiempo callado, a excepción de cuando estaba con personas de confianza, las cuales eran muy pocas.

Hyuk suspiró mientras volvía a revisar el reloj en la pared, desde su escondite al borde del pasillo principal, parecía que esta vez iban a demorar más de lo habitual. Le harían llegar tarde al cine, por la única razón de que él no quería atravesar ese campo de guerra y verse involucrado en la pelea. Seguramente el rubio había salido a su madre, o eso pensaba, pues no había llegado a conocerla

 

— ¡Entiende que no eres solo tú el que se está poniendo en ridículo allá afuera, es toda la familia!

— ¡Esta porquería no es una familia! ¡Por eso mamá te dejó! ¡Eres un asco!

— ¡No te permito que me hables de ese modo!

— ¡Te odio, te odio! ¡Mejor deberías estar muerto!

 

Y ahí estaba, Ren siempre usaba aquella frase para rematar cualquier discusión, solo porque sabía cuánto le podía a su padre algo como eso. Hubo un silencio que le hizo pensar a Hyuk que finalmente su padre se había rendido una vez más ante el carácter imposible de su hermano, por lo que afirmó bien su bolso al brazo, dispuesto a irse una vez ambos salieran del recibidor. No era que no le interesara, era que ya demasiadas veces había tratado de actuar en defensa de su padre y él terminaba siendo el peor mal parado de los tres.

— ¿Papá…?

 

Pero aquel murmullo puso una alerta inmediata en la cabeza de Hyuk.

 

— Papá, ¿qué tienes? ¡Papá! ¡Responde! ¡Ayuda! ¡Hyuk! ¡Ayúdenme!

 

Los gritos de Ren fueron lo suficientemente angustiosos como para que Hyuk botara sin pensarlo su mochila al suelo y fuera corriendo hasta donde antes discutían su padre y su hermano. La escena le oprimió el pecho como jamás antes en su vida. Estaba su padre desplomado en el suelo, con una de sus manos oprimida con fuerza sobre el costado izquierdo de su pecho, estaba pálido y con los ojos desorbitados; y Ren estaba de rodillas a su lado, tratando de levantarlo, de sacudirlo por la ropa; seguramente ni cuenta se había dado de que había empezado a llorar de la desesperación.

 

— ¡Hyuk, llama a una ambulancia!

 

Seguramente él también se había quedado pasmado, solo había reaccionado hasta que su hermano le había gritado de ese modo.

Corrió y tomó el primero teléfono que encontró, marcó el número de emergencias y apenas logró hablar lo suficientemente claro como para que entendieran el mensaje antes de colgar a toda prisa y volver a tratar de reanimar a su padre.

Pero nada funcionó. Ni en casa, ni en la ambulancia, ni en el hospital. Fue apenas entrando la noche cuando finalmente el médico salió de la zona de urgencias y tuvo que dar la fatídica noticia a ambos hermanos; su padre había muerto de un infarto terminal.

En el expediente médico figuraba que la salud de el señor Han se había ido deteriorando apresuradamente en los últimos meses, probablemente víctima del estrés hasta terminar de aquella manera.

— Él jamás me dijo nada, de haberlo sabido yo…

— Habrías hecho exactamente lo mismo que hoy. –Interrumpió Hyuk en un dolido murmullo, mientras permanecía de pie casi inerte a un lado del cuerpo de su padre, que aún permanecía en la cama del hospital, seguramente mientras llenaban todos los papeles de defunción.

— ¿Cómo puedes decir algo así? Tolo que le dije, todo eso no era más que… solo estaba enojado. ¿Tú qué sabes de todos modos? Eres un tonto…

— No te desquites conmigo, Ren, ¿o es que quieres matarme a mí también?

 

No había sido con intención, pero había dado duro y directo en contra de su hermano. El rubio solo salió, de la habitación y del hospital, a saber a dónde, aunque Hyuk se daba ya una idea, Ren siempre desquitaba sus frustraciones de la misma manera. Hyuk debería hacerse cargo de poder darle a su padre una apropiada ceremonia de despedida.

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La noticia se corrió por todos lados, después de todo a los reporteros jamás se les escaba una noticia tan grande como esa, mucho menos cuando pueden subir el raiting o la preferencia utilizando la desgracia ajena.

 

El joven de cabello negro empezaba así la rutina, escuchando solo frases sueltas en el radio, o en la televisión mientras había tomado un rápido desayuno; un café y una tostada de pan.

Cuando llegó a su oficina, la que se encontraba en el piso 20 de aquel corporativo de marketing internacional, NOVa Group, el CEO por fin pudo enterarse de la noticia completa:

“MUERE DUEÑO DE LA CADENA HOTELERA STAR, HAN KYUNSOO”

Era lo que figuraba en el titular de la primera plana de su diario.

 “El hecho ocurrió la noche de ayer, aproximadamente a las 22 horas. El reporte del médico forense ha determinado que la causa del deceso del empresario fue un ataque al corazón. Según personas allegadas al occiso, su salud se había venido deteriorando desde hacía meses atrás, pero había sido su decisión el no hacer eso del conocimiento público.

A pesar de los intentos de los reporteros, no se consiguió ninguna declaración o comentario de parte de ninguno de los dos hijos del empresario, Ren y Hyuk Han.

El funeral será llevado a cabo el día de mañana en las instalaciones del recinto principal de Busan.

Otra de las interrogantes principales de las personas dentro del medio será el quién ocupará el cargo de CEO del corporativo, si realmente será el mayor de los hijos, Ren, o pasará la batuta a su hermano menor, ya que Ren ha manifestado en varias ocasiones su rechazo a ocupar el lugar de su padre, aunque todo está en espera de cualquier declaración oficial al estar también implicado Jung Taekwoon, declarado como el prometido reconocido de Ren.”

 

Era la forma en la que todos los medios cerraban la trágica noticia, tratando de causar expectación o furor, desviando todo el posible interés de la pérdida familiar.

— Maldición…

 

El hombre soltó un suspiro de fastidio, cerró y arrojó con desinterés el periódico sobre el escritorio, después de todo, odiaba verse envuelto en noticias que no resultaban ni siquiera de su interés. A pesar de estar comprometido con Ren, con trabajos se había visto o hablado con él en su vida, y ahora, de buenas a primeras, tendría que soportar a los reporteros encima suyo, tratando de sacar algún comentario sobre una situación de la que sabía apenas un poco más que nada.

 

— ¿De qué te quejas ahora? Ah, ya has visto la noticia.

 

Era HongBin, haciendo su aparición estelar en la oficina de su amigo de infancia y socio de negocios, vicepresidente de la agencia de relaciones públicas Mirage, donde su padre resultaba ser el dueño, probablemente sus personalidades chocaban tanto como la de Ren y Hyuk, pero era imposible que ellos lo supieran.

 

— No sé de qué te quejas, te volverás dueño de la cadena hotelera, serás rico… aún más. Las relaciones por “amor” no existen ya, a menos que amemos el dinero, en esos casos tenemos mucha suerte.

— Me estás fastidiando… -Murmuró apenas en un esfuerzo, mientras mantenía los ojos cerrados y luego masajeaba su ceño con los dedos índice y pulgar de su mano derecha. — Yo no quise tener nada que ver con ese tipo, lo has visto.

—Sí, es quien sale casi a diario en los chismes de sociales, ve el lado bueno, tu matrimonio jamás pasará desapercibido.

— No voy a ser ridiculizado por sus escándalos. Ni yo, ni mi trabajo.

— Grr, el león se ha enojado de nuevo. –Murmuró con sorna el apodo que había tenido desde niños para él.

— Eres una molestia…

 

Había pasado tanto tiempo que ni siquiera recordaba el porqué seguían siendo amigos, de la forma en la que fuese, Hongbin siempre había estado ahí para apoyar a Taekwoon y Taekwoon siempre había estado ahí para evitar que Hongbin se matara a sí mismo con sus propias boberías. Aún a pesar de eso, en aquel momento no tenía idea de cómo sentirse mejor, esperaba tener el tiempo suficiente como para encontrar una salida a ese compromiso lo antes posible, y justo en ese momento había elegido el padre del niño mimado ese para morirse, era realmente problemático.

— Vamos, Taek, quien sabe, podría resultar algo bueno de todo esto.

 

Resultaría gracioso el sentido que tomarían las palabras de Hongbin tan solo un par de días después.  

Notas finales:

Don't be cruel with me. (?)

 

Trato de que tome forma sobre la marcha, así que espero que funcione.

 

Igual díganme que les parece y si merece que lo continue y esas cosas.~


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