Angel (unkind)
It's you who will opened my wounds
You're the one who pollutes me
Cuando lo conoció, nunca imaginó que sería alguien tan magnífico, amable, comprensivo, cariñoso, un buen amigo que te apoyaría en las buenas o las malas, que nunca se iría, que cada vez que lo necesitases, él acudiría, siempre, a pesar de todo.
Junmyeon conoció a un ángel. Un hermoso ángel.
En la primavera, Yixing llegó como un alumno transferido desde china, Junmyeon fue el primero en conocerlo y desde que sus ojos se posaron en Yixing, sintió mil emociones que jamás había sentido nunca.
—Hola.-Saludó el chino, dejando ver una deslumbrante sonrisa que agitó de manera violenta el corazón de Junmyeon. — ¿Eres Kim Junmyeon?-preguntó.
—Sí.-Respondió el nombrado, mirando con atención al otro chico.
—Un gusto,-se inclinó el chino—soy Zhang Yixing, alumno transferido y me han dicho que tú serás mi guía.
—Un placer, Yixing.-Esa fue la primera vez que Junmyeon sintió como se saboreaba el nombre del recién transferido en su boca.
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Cuando Yixing llevaba alrededor de tres meses en la universidad nacional de Seúl, Junmyeon se dio cuenta de algo. Ese día, Junmyeon se dio cuenta que se había enamorado irremediablemente de Zhang Yixing.
A Junmyeon le encantaba platicar todo el tiempo con Yixing, y el menor sonría cada vez que estaba en compañía del otro, provocando mil emociones en Junmyeon que cada día era más difícil ocultar aquel amor que sentía por el chino.
Kim-gran-Junmyeon nunca había amado a nadie. Si que había tenido una que otra pareja pero jamás amó a nadie, no hasta que Yixing apareció en su vida y el amor brotó como lo hacían las flores en primavera.
A la vida de Junmyeon llegó un ser hermoso que, día con día, el mayor iba amando cada vez más. Amando, amando y amando con mucha intensidad, haciendo a Junmyeon sentir tantas cosas que eran desconocidas para él y que ahora, sentía y pensaba que era lo mejor que hubiese sentido en toda su monótona vida.
—Myeon, myeon.-Canturreó Yixing. —Quiero un helado.-cuando el mayor escuchaba su mote que Yixing le había dado, dentro de su estomago había una revolución de mariposas revoloteando de un lado para otro.
—Lo que tú pidas, Yixing.-Sonrió Junmyeon, mostrando hileras de dientes blancos.
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Junmyeon estaba enamorado de Zhang Yixing y todos lo sabían, todos, excepto Yixing. No es que Yixing no quisiera darse cuenta es que simplemente no se daba cuenta de lo que ocurría. Así era Yixing, desde siempre había sido un chico algo torpe, lento, despistado e inocente chico, que creció con ello y que con esas virtudes que él tenía jamás se daba cuenta de absolutamente nada.
Nadie sabía si era bueno o malo que el chino fuera así, porque podría llegar a lastimar los sentimientos de Junmyeon, que no estaba lejos de ser verdad.
Después del primer año desde que llegó Yixing, Yifan, un chino-canadiense, llegó como alumno nuevo y desde ese momento, había desatado lo que nadie había imaginado nunca.
—Hola.-Junmyeon miró al chico nuevo; alto, rubio, con una voz hermosa y que a simple vista tenía complejo de un chico bastante frio, pero cuando el chino de hoyuelos lo vio sonreír, vio a un chico dulce y encantador.
—Hola.-Había soltado Yixing y ese día, a la llegada de Yifan, Junmyeon notó algo diferente en su Xing Xing
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En el invierno del segundo año de Yixing en Seúl, Junmyeon tuvo su primer desamor. El más doloroso de ellos. Cuando el ahora rubio se había decidido de enfrentar sus sentimientos por Yixing, de confesarse y expresar cada uno de los sentimientos que Yixing provocaba en él, Yifan ya le llevaba un paso por delante.
Ese día Junmyeon había recibido palabras de apoyo, sonrisas cómplices de sus amigos, empujones juguetones, una sonrisa de Yixing antes de verlo desaparecer al término de una clase y luego, recibió un duro golpe en su corazón.
Junmyeon había salido minutos después de que Yixing lo hubiese hecho, llevó consigo un rosa blanca, porque para Junmyeon, el alma de Yixing era blanca, pura, como la de un hermoso ángel y fue en su búsqueda. Le llevó unos cuantos minutos antes de que alguien le hubiese dicho que lo había visto ir al gimnasio e inmediatamente Junmyeon corrió hasta allí, con una sonrisa amplia y maravillosa que se le borró cuando abrió la puerta del gimnasio y vio a su hermoso ángel besando a Yifan.
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Junmyeon lloró muchísimo después de eso. Faltó una semana a la universidad y lo que más le rompió su ya deshecho corazón fue la llamada de Yixing, con aquella voz preocupada que antes hacía emocionarlo pero que ahora simplemente le provocaba dolor.
—Myeon, myeon,-Comenzó Yixing y Junmyeon comenzó a llorar silenciosamente. —estoy preocupado.
— ¿Porqué?-Le preguntó Junmyeon lo mejor que pudo, sin que ningún sollozo escapase de su interior. — ¿Sucede algo, Xing?-Junmyeon llevó su puño a la boca y mordió tan duro como le fue posible.
—No has ido a la universidad por una semana.-Junmyeon escuchó a su ángel y lloró más. — ¿Estás enfermo?
—Sí, he estado enfermo.-Mintió ¿o no?, Junmyeon sí estaba enfermo pero su dolor no era físico, sino emocional. Estaba enfermo de amor, uno que ahora estaba matándolo.
—Voy a ir a verte para ver como estas, me has tenido muy preocupado y además,-Yixing guardó silencio por unos segundos y luego agregó: —tengo que contarte algo.-Junmyeon notó ese tinte de felicidad en la voz de su Xing Xing y lo odio, a pesar de que él siempre deseó ver a Yixing feliz.
—No es necesario que vengas Yixing, no quiero contagiarte de esta enfermedad.-Cortó rápidamente el rubio. —Pero puedes contarme por teléfono lo que sea que tengas que decirme.-Junmyeon sabía, sabía lo que Yixing le quería contar y no iba a soportarlo si se lo decía de frente, prefería mil veces oírlo por teléfono antes que Yixing notara sus lagrimas de dolor.
— ¿Estás seguro Myeon, myeon?-Preguntó Yixing. —Sabes que no me importaría enfermarme, al contrario, estaría feliz de enfermarme contigo.-detente, pensó Junmyeon. Él no necesitaba oír eso, no quería oírlo porque lo lastimaba más y más.
—No quiero verte aquí Yixing.-Bramó Junmyeon y eso desconcertó a Yixing pero el rubio no quería–ni tenía las fuerzas–para explicarle a Yixing su comportamiento así que rápidamente agregó: —Enserio, no quiero verte aquí, no quiero enfermarte de esta maldita enfermedad. El Lunes estaré en la universidad, esto ya está pasando.-mintió. —Así que, sea lo que sea que vas a decirme, dilo ahora que el lunes estaré muy ocupado como para tener nuestras habituales y largas charlas.-rió sin ganas pero no quería ser cuestionado por Yixing.
—Está bien Myeon, myeon.-Junmyeon no dijo nada, el chino tampoco pero después de unos segundos, soltó la bomba que rompió–si es que es posible–más el corazón de Junmyeon. —Comencé a salir con Yifan.
—Enhorabuena.-Dijo Junmyeon, soltando lágrimas.
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Después de eso, Junmyeon se dio cuenta que su ángel, era un ángel cruel. Junmyeon se había enamorado de un hermoso ángel cruel que sin proponérselo lo había lastimado irremediablemente.
Yixing era feliz con Yifan y era feliz con su mejor amigo, Junmyeon, a quien le podía contar todo, absolutamente todo. Junmyeon no lo odia, no es como que Yixing supiera que Junmyeon estaba enamorado de él, sino que simplemente no sabía que Junmyeon estaba enamorado de él.