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Escultura de hielo por MerrickLioncourt

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La luz del sol brillaba en el lejano horizonte. Unos días atrás el resplandor anaranjado era apenas visible. Ese día la corona solar se asomaba cómo una lejana promesa de un nuevo amanecer, un milagro en medio del crudo invierno boreal. Una semana más, y llevaría a Iakov a la torre para ver el primer amanecer de la temporada. Sonrío ante tal pensamiento. Iakov era el único ser humano al que mostraba sus sentimientos, nunca más le volvería a esconder lo que sentía.


 


Bajo de la torre de vigilancia dando un salto, camino por el campamento verificando que todo estuviera en su lugar. Después de revisar a los animales y la bodega se dirigió a la habitación que compartía con Iakov. Hyoga sonrió, la mayoría de sus compañeros de batalla con los que aún tenía contacto se burlaban de él por dos cosas. La primera por revisar tan concienzudamente un lugar al cual ningún humano común podía entrar por sus propios medios. La segunda razón se encontraba durmiendo plácidamente entre las mantas de lana y piel.


 


El Cisne se acercó al chico y beso sus cabellos con ternura, el menor apenas y se revolvió un poco bajo las mantas, el mayor sonrió. El quejido era más por el frio que sintió con el contacto de los labios de Hyoga que por la caricia en sí. El caballero de Athena colocó más leña en la chimenea antes de acostarse junto a su compañero de vida.


 


Los recuerdos de los últimos tres meses le llegaron mientras yacía en el lecho con Iakov acostado sobre su pecho.


 


Hyoga y Iakov habían pasado un mes viviendo en Moscú antes de recibir la visita de Saorí. No era algo que al rubio le agradara, pero percibió que no había malicia ni reproche en la mirada de aquella chica.


 


- ¡Hola, Hyoga! – Saludo la joven mientras seguía bajo el dintel de la puerta. - ¡Es un placer verte nuevamente! – Hyoga la veía con su mirada usual que no reflejaba sentimiento alguno aunque por dentro estaba desconcertado. La chica frente a él había cortado sus largos cabellos rubios por encima de los hombros, con ese nuevo corte los ojos de la chica se veían más grandes y expresivos. Además, había dejado de lado los vestidos largos y ahora portaba un conjunto sastre de falda en azul marino. La joven debía verse profesional al ser la directora general de la corporación Kido y seguramente se veía bastante atractiva.


 


- Athena. – Respondió simplemente al saludo de la chica.


 


- ¿Puedo pasar? – Inquirió la joven con una sonrisa calma y los ojos brillantes de emoción. El Cisne se hizo a un lado y señalo con su mano izquierda al interior del departamento. La diosa entró examinando todo superficialmente. El departamento estaba limpio y no muy amueblado. Había unos pocos muebles y menos artículos de decoración. La joven camino hasta llegar a la sala y ahí se quedó parada esperando a Hyoga.


 


- Por favor. – Dijo el joven señalando el pequeño sofá, Saori sonrió y tomo asiento.


 


- Esto es espléndido. – Dijo viendo a su alrededor. No se burlaba, aquél hogar era cálido y estaba bien cuidado, reflejaba el amor que aquellos dos jóvenes sentían el uno por el otro. Hyoga se sonrojó un poco ante el comentario de la chica. – De verdad que este es un hogar. – Dijo posando sus ojos sobre el caballero del Cisne quién seguía de pie. - ¿Puedes llamar a Iakov? Tengo algo que decirles a ambos. – La chica seguía sonriendo, tal vez ese gesto fue lo que lo convenció de ir a buscar a su novio. Así que sin más asintió y se dirigió a las habitaciones.


 


Regresó un par de minutos después empujando la silla de ruedas despacio. Iakov seguía quejándose de dolor en la espalda, las costillas aún no soldaban, en parte por culpa del menor que no sabía estarse quieto


 


- ¡Hola, Iakov! – Saludo la joven desde su lugar. El menor volvió una mirada inquisitiva a Hyoga, quién respondió encogiendo los hombros. – Me gustaría quedarme un rato más, pero hay otras cosas que debo hacer. – Hyoga suspiró, no quería saber nada más al respecto así que simplemente asintió. – Tengo algo que decirles a ambos, y es muy importante. – Hyoga se sentó en el sillón frente a Saori y sujetó la mano de Iakov de manera gentil, el gesto hizo sonreír a la diosa. – No ha pasado desapercibido el afecto que sientes por Iakov, y quiero que sepas que tienen mi permiso para mantener su unión, lo más importante, Iakov tiene mi permiso para vivir en el campamento de Siberia. – Iakov miraba sorprendido a la diosa, el creía que por el incidente con Shun no le dejarían volver al campamento.


 


Tan absortos estaban asimilando lo que les acababan de decir que no se percataron el momento en que la chica se levantó dejando una caja sobre la mesa de centro.


 


- Debo volver, mis padres tienen problemas otra vez. – La chica suspiró. – Por lo menos Zeus ya entendió de que se trata la fidelidad. – Le guiño el ojo a Hyoga, este asintió. – No es necesario. – Dijo levantando las manos al ver que Hyoga dejaba su asiento. – Conozco la salida. – La joven camino hasta la puerta y salió dejando a los chicos viendo la caja de terciopelo que se encontraba sobre la mesilla.


 


Hyoga volvió a sonreír ante los recuerdos al tiempo que veía la alianza que rodeaba su anular izquierdo. Movió su mano hasta entrelazar sus dedos con los de la mano izquierda de Iakov. El joven se quejó al tiempo que abría lentamente los ojos.


 


- ¿Ya amaneció? – Hyoga río por la pregunta.


 


- Falta una semana para el amanecer. – Iakov dejó salir un gruñido de frustración.


 


- Despiértame en una semana entonces. – El joven se cubrió con las cobijas hasta las orejas mientras daba la espalda al Cisne.


 


- ¿Qué tal si mejor nos entretenemos un rato? – Dijo el caballero mientras besaba los hombros del muchacho y acariciaba con las yemas de los dedos el pecho del menor.


 


- ¿Qué tanto me puedes entretener? – Hyoga sonrió.


 


- Vamos a averiguarlo. – Dijo volteando al chico y besando los labios. - ¡Te amo! – Susurro entre besos, Iakov no necesitaba más, ver los ojos de Hyoga cuando pronunciaba esas dos palabras era la única muestra de amor que necesitaba. Se dejo hacer y se entregó al amor de su vida cómo tantas noches había hecho ya y cómo tantas noches haría en el futuro.


 


Para Iakov aquello era el paraíso. El caballero del Cisne había estado junto a él desde el momento que dejó el hospital. El joven tenía conocimiento de que el caballero había viajado a Japón unos días, pero lo que realmente importaba era que Hyoga había regresado a Rusia. No le hizo muchas preguntas al respecto, no le interesaba meter fantasmas en su relación. Hyoga lo amaba y haría cualquier cosa por él. Para demostrarle al chico que en su mente ya no había cabida para el menor de los santos de bronce, el Cisne se había desecho de las fotografías en las que aparecía Shun. Para Iakov aquello había sido realmente importante, no le gustaba saber que aún existía algún tipo de relación entre su pareja y el menor de los guerreros divinos. Para él, Shun siempre sería una amenaza a tomar en cuenta. Lejos estaba de entender que el de Andrómeda quería demasiado al Cisne cómo para obligarlo a algo o buscar un afecto en dónde no había ninguno.


Hyoga tenía el interés de preservar la felicidad de su novio, por eso la carta que había recibido de la fundación unos días atrás seguía oculta junto con las fotografías de Shun. Porque si bien las había retirado de sus marcos, Hyoga no tenía intención alguna de deshacerse de las imágenes de quién le había salvado la vida y por quién sentía un cariño muy especial, pues a fin de cuentas eran hermanos de batalla. Ya buscaría el momento de hablar con su pareja, esa noche, ese día, era para ellos. Solo importaba el amor que se profesaban mutuamente.


Hyoga tocaba el cielo cuando tenía a Iakov entre sus brazos, mientras que este se sentía el ser más valioso del universo.

Notas finales:

Una disculpa por el atraso. El próximo capítulo es el último. Espero que les haya gustado la historia.

Por cierto, va ganando un dios cómo pareja de Shun... Debo aclarar que el hecho que tenga un romance con algún dios o mortal no quiere decir que se vaya a quedar con él. En el epílogo 2 habrá más luz sobre la historia que ocurre detrás de Escultura de Hielo.

Saludos =)


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