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KyuMin: "Evanesce" por ZaffireHeart

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Notas del fanfic:

Bueno! Al fin! Aquí estamos! Llegué al fin, lo terminé, después de luchar y luchar contra mi word, que se me tilda de la nada, y luego no me abre el archivo hasta que se le antoja QnQ


Pero bueno, ya basta de drama (?) lo bueno es que por fin lo pude terminar y ustedes lo puedan disfrutar n.n

Notas del capitulo:

Sin mucho más que agregar, más que lo que digo siempre o casi siempre xD


"Los personajes no me pertenecen, son propiedad de la SM Entertainment"


Espero que les guste y no decepcionarl@s n.n ♥


Ahora sí! :3 


LET'S GO! A Leer! ♥

OneShot; KyuMin:

"EVANESCE"

-¡Chicos, descansen, que mañana tenemos la presentación!-

Habló nuestro líder LeeTeuk, todos asentimos y nos dirigimos cada quien para su departamento.

-SungMin, ¿Te llevo?-

Pregunté como solía hacerlo siempre, cuando las reuniones terminaban, siempre le pregunté de manera amable y dulce, a lo que él siempre me respondía con una de sus dulces sonrisas, pero todo eso hace poco que se viene desvaneciendo, él comenzó a aplicar una distancia en mí, poco a poco, tanto que sin que me diera cuenta, terminamos comportándonos nuevamente como dos extraños que nos acabábamos de conocer.

Yo no quería eso, podría continuar siendo todo “lo evil” y “troll” que era, y como todos me conocían, pero todas aquellas “travesuras” con el tiempo dejaron de cruzarme por la mente cuando SungMin comenzó a entrar a mi vida de una manera un poco más profunda e íntima. Ahora era alguien un poco más maduro, que sólo quería tener una “relación estable” con ese conejito rosa, quería volver a oír sus risitas en mis oídos, quería ver esos ojitos cerrarse de una manera risueña cuando sonreía, quería volver a verlo sonrojarse cuando yo me le acercaba, o le acariciaba, quería que volviera aquel “dulce y tierno” SungMin que solía ser, cuando estaba a mi lado, entre mis brazos.

-Lo siento KyuHyun, no quiero ser una molestia.- Contestó casi sin voz, abrazándose así mismo, mientras me desviaba la mirada. –Llamaré un taxi.- Sacó su móvil de su bolsillo trasero ese que aún conservaba la funda de un “conejito rosa”, una que yo le había regalado en una de nuestras tantas citas pasadas.

¡Maldición! Extrañaba horrores aquellos momentos vividos en el pasado, ¿qué fue lo que sucedió, para que comenzara a alejarse de mí?

-No- Dije de manera calmada y seria mientras colocaba mi mano sobre su móvil y se lo bajaba para que dejara de buscar en el directorio alguna agencia de taxis. –Yo te llevaré, insisto, no es una molestia.- “Quiero averiguar qué es lo que realmente te sucede conmigo”; me hubiera gustado terminar la frase de aquella manera, pero decidí que mejor era callarme, aunque sea por el momento.

Entonces él mirándome a los ojos por unos segundos con algo de tristeza, sentimiento el cual no entendí su razón, asintió y volvió a guardar su móvil en su bolsillo trasero.

-Gracias…-

Fue lo único que dijo nuevamente en ese tono casi inaudible, era tanto que hasta creí que su voz se quebraría en cualquier momento dándole lugar a las lágrimas, pero aún no entendía por qué, y de esta noche no pasaría, no me importaba sea cual sea la respuesta, necesitaba saberlo.

Asentí, en lo que él se dio la vuelta y se agachó levemente para recoger su bolso con sus pertenencias, y aunque suene quizás algo “enfermizo” de mi parte, no pude evitar mirarle el trasero, ese que muchas veces acaricie y “pellizque”. Era realmente una sensación sin igual, tragué saliva… ¡Maldición, realmente le extrañaba! Pues hacía más o menos 4 meses que este “distanciamiento” había dado inicio.

-KyuHyun…-

Oí su dulce y calmada voz, decir mi nombre, levanté la mirada dándome cuenta de que me había quedado mirando fijo el vértice de una alfombra.

-Sí, lo siento, vámonos, ya no tenemos nada que hacer aquí, hemos terminado.-

Hablé con mi voz también serena pero seria, mientras me dirigía hacia las afueras del edificio, mi voz ya no era tan dulce como se tornaba de manera automática cada vez que me dirigía a él. Sí… definitivamente algo grave estaba sucediendo entre nosotros, y era momento de arreglarlo, ya no podía soportarlo por mucho más.

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Ambos ya estábamos de camino a nuestros departamentos, por supuesto que primero lo llevaría al de él y luego, me iría al mío, cosa que en el fondo, deseaba que no fuese así. Lo sé, debo aprender a controlar “mis hormonas” aún de adolescente, cuando ya todos sabíamos que no lo era, ¿Pero qué podía hacer? Él ha sido mi primer hombre en mi vida, y nunca jamás me había sentido tan completo, tan satisfecho, tan feliz y a la vez tan… “libre”.

Miré de reojo a SungMin, él miraba absorto por la ventana con una clara “nostalgia” en su rostro. No pude aguantarlo más, comencé a bajar la velocidad del carro paulatinamente, estábamos a medio camino.

-¿Qué es lo que realmente sucede SungMin?-

Él pareció que le echaban un balde de agua fría, ante su expresión que expresaba ahora sorpresa y miedo.

-Nada, no te preocupes.-

Contestó volviendo aquella expresión de absoluta serenidad a su rostro, pero por supuesto que con aquella respuesta no me conformaría, no descansaría hasta saber toda la verdad, éramos amantes aún, aunque ya prácticamente ni nos tocásemos, pero nunca oí un “terminemos” de su parte y jamás lo oiría de la mía…

-SungMin… Te conozco mejor de lo que te conoces a ti mismo, y sé que ese rostro, ese ánimo, no es de “nada”, exijo saberlo… por favor, dime, ¿Qué sucede realmente? ¿Qué nos sucede?-

Él cerró los ojos con pesadez, aún no me dirigía la mirada en todo este trayecto que habíamos recorridos. Abrió sus ojos nuevamente mirando las luces de la ciudad.

-Sabía que debería de haberme tomado un taxi. Gracias por acercarme, pero me bajo aquí.-

Habló, y esta vez se notaba que se estaba sobre esforzando por parecer sereno, calmado e inexpresivo, pero ese brillo que tanto conocía, lo delataban, tenía ganas de llorar. Y cuando vi que amagaba con quitarse el cinturón y abrir la puerta, por suerte mis reflejos fueron rápidos, y le bloquee las puertas con seguro.

-KyuHyun…-

Volvió a mencionar mi nombre, mirándome por primera vez, y sabía que con ese tono, me estaba “suplicando” que lo dejase en paz, que no lo presionara y lo dejase ir, pero yo realmente no estaba dispuesto a seguir con esta incertidumbre, estas inquietudes en mi interior que corroían mis venas.

-No.- Dije levemente autoritario mirándole a los ojos también, correspondiendo a su mirada, él la desvió como si “el macho alfa” de una manada le hubiese regañado. –No te dejaré ir, hasta que me digas la verdad, ambos sabemos que te sucede algo, que te guardas para ti algo que no nos quieres contar, pero que te hace daño y te va matando día a día. Dímelo o de aquí no saldrás nunca más, y no me importaría faltar a la presentación y ser amonestado por el líder y el mánager, como tampoco me importaría que nos despidieran…- Él me miró nuevamente ahora con algo de enojo, pero dominaba más la sorpresa que la ira. –Sí, dime egoísta de mierda, niñato, inmaduro, capullo, escuincle, como se te antoje, pero sabes que hablo en serio, así que dilo.- Mi voz había ido aumentando de volumen paulatinamente pero no llegando al punto de transformarse en gritos, pero sí en palabras autoritarias, podría ser el menor de todos en el grupo después de Henry, pero sabían que cuando “me enojaba” o me “proponía algo” lo lograba, y esta no sería la excepción.

Él aún mirándome cerró sus ojos para dejar escapar una silenciosa lágrima.

-Eres un maldito egoísta de mierda, niñato, inmaduro, capullo, escuincle, que no entiende nada. ¿Por qué tú? ¿Por qué tenías que ser justo tú, quien lo preguntara, quien lo dijese? ¿No podrías simplemente haberlo dejado por la paz, y dejarme continuar con mi vida, ignorándome, odiándome, olvidándome por mi estúpido y “frío” comportamiento contigo?-

Sus lágrimas se dejaron ver finalmente de una manera mucho más obvia, al parecer ya no podía ocultarlo más, lo sabía, algo lo estaba matando poco a poco por dentro, y estaba a un paso de averiguarlo.

-¿Por qué, preguntas?- Hablé aún serio y sereno, mientras me animaba a tocar su mentón y elevarlo para que me mirase. –Aún no puedo creer que no conozca la respuesta a eso. Es simple SungMin, porque… te amo. Sabes que te amo y aún lo hago, por eso no puedo permitirme que estés mal, así que por favor dime que es lo que tanto te atormenta, para llevarte a este estado.- Hablé ahora con la voz un poco más dulce, como solía hacerlo hace tiempo atrás, y algo en mi corazón también se revolvió, detrás de mis ojos sentía una leve picazón, ¿Acaso, también… quería llorar con él?

Pues sí, quería hacerlo, realmente lo extrañaba, pero aquello no sé si me orgullo me lo permitiría “confesarlo” en voz alta.

-KyuHyun… basta… no-no lo digas más, no digas que me... me amas.-

Abrió sus ojos un poco, en lo que intentaba desviarme la mirada una vez más. Yo me sorprendí ante aquellas palabras, pero extrañamente se me hizo fácil fingir que no, y actuado de manera serena, limpié sus lágrimas, obligándolo a mirarme una vez más.

-¿Por qué? Si es la verdad, ¿Qué es lo que te hizo alejarte repentinamente de mí? No lo entiendo, explícame.-

Él se alejó repentinamente de mí, quitándome las manos de su rostro de un manotazo, el cual ahora sí, me dejó visiblemente sorprendido.

-¡Me casaré KyuHyun! ¡Me casaré con una mujer!-

Soltó de repente, con ira, dolor, angustia, y toda una mezcla de emociones, vorágine que también despertó en mí al dejarme helado con aquellas palabras sin rodeos.

Mi corazón se detuvo, y mis lágrimas como si se tratara de magma, no pudieron detenerse, comenzando a recorrer mi rostro de una manera constante, ¡NO KYHYUN, NO LLORES MALDICIÓN!

-¿E-es una broma, verdad? T-tú, tú n-no puedes ve-venir y decirme esto si-sin anestesia, si-sin rodeos. ¡No puedes estar hablando en serio, maldición! ¡Aún estamos saliendo! ¡Aún somos pareja!-

Se doblegó mi orgullo y mi corazón se rompió cual hoja caída seca de otoño. Un ataque de desesperación, ansias, ira, y angustia me dominó.

-¡SungMin!-

Grité sin poderme controlar, tomándolo con brusquedad del brazo, atrayéndolo hacia mí, estampando mis labios con los suyos de una manera tan bruta que nuestros labios se lastimaron por los dientes del ajeno. Él gimió suavecito ante el dolor, pero yo no emití ningún sonido alguno, simplemente me obsesioné con besar y saborear esos labios, aún con el sabor metálico mezclado de nuestra sangre.

Succioné tanto sus labios, como si no hubiera mañana, quería dejarle en claro a él y a todo el mundo, que él me pertenecía por completo, pero luego de corresponderme un segundo para luego empujarme con fuerza haciendo que me estampara levemente con mi puerta del carro, me miró… furioso.

La había cagado… lo sabía pero aquella noticia no me cayó para nada bien. ¿Qué esperaban? ¿Cómo reaccionarían ustedes, si de un momento a otro se enteran de que quien creían que era el amor de su vida, se va a casar con otra persona a la cual no tienes ni la más puta idea de quien es?

El sonido de una abofeteada en mi rostro e despertó de mi estado de locura, “esquizofrénico”  si se puede decir. Mis manos temblaban, mi cuerpo temblaba, mientras que mi garganta ardía, a igual que mis ojos.

-No estoy bromeando…- Volvió a hablar con aquel tono casi inexistente de su voz, mirando hacia afuera una vez más, mientras se abrazaba a sí mismo. Yo no podía moverme, estaba realmente petrificado ante esas palabras. –En menos de un mes me casaré con ella… Mis padres y nuestro mánager saben de lo nuestro, fuimos descubiertos KyuHyun, rumores acerca de nuestra relación estaban tomando “intensidad”, eran bastantes cercanos a la verdad, y tanto mi padre como el mánager han arreglado esto…-

Me explicó mejor, y cuando supe de todo eso un nuevo ataque amenazó con dominarme. -¡Niégate! ¡Diles que no! ¡Qué tú no quieres eso!- Volví a soltar con mi voz quebrada, cosa que nunca me hubiera imaginado que alguien la podría oír. Hice un intento por acercarme nuevamente a él, pero me detuve en mi límite de asiento, controlándome a mí mismo. -¡Diles que te dejen ser feliz!-

-¿¡Crees que no lo he intentado ya!? ¿¡Crees que no me he opuesto a esto con uñas y dientes!? ¡Es imposible! ¡Está todo listo! ¡A nadie le importa mi felicidad! ¡Sólo quieren que nuestros rumores se deshagan con la noticia del casamiento! ¡Ya no hay vuelta atrás, debo hacerlo!-

Se giró y me gritó con todas sus fuerzas, una ira, angustia, temblor tomaba su voz.

-¡Escapemos entonces! ¡No estoy dispuesto a que nos separen por culpa de este maldito país aún tan retrógrado! ¡Huyamos a París, olvidemos nuestra vida aquí, y comencemos una nueva allí, dónde nadie nos conoce y dónde a nadie le importa si estás con una mujer, un hombre o un perro!-

Contraataqué con mi última carta, ante la desesperación, realmente lo amaba, y quería que todo esto se tratase de una pesadilla despertar ya mismo y encontrarme con mi hermoso SungMin, quien dormía con una maravillosa sonrisita en su dulce rostro, acomodado sobre mi pecho y entre mis brazos.

-¡NO KYUHYUN! ¡Reacciona! ¡Sabes perfectamente que no podemos huir como si nada! ¡Tenemos familia, tenemos responsabilidades, un trabajo con el que debemos cumplir! ¡Desde un principio, entregarme a la felicidad que me provocabas, fue un error! ¡Sabía que este momento llegaría y aún así, decidí seguir adelante, sabiendo las consecuencias…!-

Pasó su mano por su cabello peinándolo hacia atrás, liberando un gran suspiro de frustración ¿acaso tan afectado estaba?

-¿Error, consecuencias? ¿¡Qué errores, qué consecuencias!? ¿¡Acaso haberte animado a ser feliz es una consecuencia es un error!? ¿¡Nuestra felicidad es un error!? ¡No puedes estar hablando en serio SungMin! ¿¡Acaso te escuchas lo que dices!? ¿Ser feliz… para ti es un error, un pecado?-

Cuestioné realmente confundido, manteniéndole la mirada fija en su perfil ¿Acaso era eso lo que me quería decir? ¿Qué todo lo nuestro nunca tuvo futuro?

Él se giró lentamente aún con su mano entre sus cabellos dorados, y suspirando una vez más cansino, abrió sus labios.

-Terminemos KyuHyun…-

Aquellas palabras, a las milésimas de haberlas oído anularon por completo todo mis sentidos. Mis ojos se abrieron de sobremanera, pero solo por inercia, porque realmente yo ya no sentía nada, sentía que acababa de morir, sentí como mi corazón se detuvo abruptamente, deteniendo también mi torrente sanguíneo, mis pulmones también dejaron de funcionar reteniendo mi último aliento.

Estaba totalmente petrificado, anonadado, estupefacto. Mis palabras, mi respiración estaban totalmente inhabilitadas. Les resultaba imposible escapar.

-Gracias por todo…-

Me pareció escuchar con eco, mientras veía una figura borrosa acercase lentamente a mi ser, para luego alejarse nuevamente, y el sonido de la puerta cerrándose con delicadeza debería haberme despertado de mi shock, pero no fue así. Realmente había quedado petrificado ante aquellas palabras.

"Silencio, ¿No hay nada más que decir?
Ha pasado mucho tiempo desde que
Las flores blancas de la risa se marchitaran
Los pétalos de las flores cayeron más y más (más y más)
Y se convirtieron en tierra (no)
La ardiente pasión se convirtió en cenizas
¿Por qué todo lo bueno siempre se vuelve así?”

 

Luego de quien sabe cuánto tiempo, mi sistema nervioso pareció “despertar” devolviéndole la vida a mi corazón, torrente sanguíneo y también a mis pulmones, sentía como todo mi cuerpo comenzaba a funcionar lentamente de nuevo hasta alcanzar mi ritmo “normal”, como si me tratase de una máquina a la que acaban de encender nuevamente.

Más lágrimas silenciosas escaparon de mis ojos. ¡Esto no podía ser cierto! ¿¡Esto era todo!? ¿Así acababa?

“Don’t know why! (Don't know why)
Tell me why!? (Tell me why)
¿Por qué termina el amor?
¿Por qué desaparecen (desaparecen)
las cosas (las cosas) que son tan hermosas?
Es sólo soñar despierto
El amor es como soñar despierto”

 

Llegué a mi casa, aún no sé cómo, pues aquellas últimas palabras, me dejaron realmente desorientado. Aún sentía que tenía, mis sentidos entumecidos.

Pero sin dudarlo, cuando logré entrar a mi departamento, tiré las llaves de mi coche sobre la mesita ratona del living, me quité la chaqueta y la arrojé también sobre un sofá. Comencé a desvestirme, camino al baño dejando ahora un regadero de ropa. Regadero el cual si estuviese Minnie, lo hubiese recogido mientras me regañaba por ser tan desordenado.

Me detuve en seco al darme cuenta de que ya nuevamente estaba pensando en él, sonreí de lado, amargamente, e ingresé a la ducha. Comencé a reírme despacio tomando todo aquello como un chiste, pero esa risa pronto se transformó en sollozos, mientras que mis lágrimas se camuflaban con las gotas de la regadera.

¡Esto realmente era humillante! Jamás en mi vida había llorado tanto por alguien. ¡Ni siquiera por mi primera novia, quien me dejó por otro más guapo, alto y adinerado!

SungMin… SungMin se había transformado en la luz de mis ojos, en mi guía, en aquella luz que iluminaba mi vida día a día, aquella que me alejaba de la completa y densa oscuridad. Pero ahora… todo se tornaba cada vez más y más grisáceo hasta llegar a un negro implacable.

Comenzaba a suceder aquello que más temía… “ser envuelto en la oscuridad absoluta”.

“Oscuridad, ¿Por qué (por qué) borras todo lo negro?
No puedo ver nada
Me haces soñar con el futuro eterno por mí mismo
Sin embargo lo quiero.”

Cuando finalmente salí del baño y me encontraba en mi cama, intenté dormir, aunque sabría que me sería imposible, lo intentaría.

No sé cuando fue que sucedió, pero al parecer si me había dormido, pues, el sonido del celular insistente me trajo de vuelta a la realidad, lo atendí de mala gana.

-¿Sí?-

-¡KyuHyun! ¿¡Dónde demonios estás, te estamos esperando solo faltas tú!? ¡Debemos ensayar y luego aprontarnos para la presentación!-

Se oía la voz alterada y preocupada de nuestro Líder LeeTeuk, pero realmente luego de aquella noticia que me cayó como bomba atómica, no tenía ganas de nada, no estaba listo para fingir absolutamente que todo estaba bien, no mientras tuviera a SungMin en frente, no luego de haberlo escuchado decir las palabras que jamás creí escuchar de sus labios.

-Lo siento hyung, no me siento bien, no tengo ganas de nada, pueden hacerlo sin mí.-

“El sol se ha ocultado más y más (más y más)
Y creció la oscuridad (no)
Las olas se estrellarán algún día
¿Por qué todo lo bueno siempre se vuelve así?”

Dije con un tono totalmente desinteresado, estaba a punto de cortar cuando escuché otro grito.

-¿¡Acaso estás loco!? ¿¡Cómo es que piensas que podemos cambiar todo a último momento!? ¡KyuHyun, no seas inmaduro e irresponsable, desde hace meses que venimos ensayando y sabías que hoy era la fecha! ¡Mueve tu trasero aquí de inmediato! O te iré a buscar con el mánager y sabes lo que pasará.-

Jamás en sus años en “Super Junior” había oído a su líder tan alterado, ni siquiera cuando él le jugaba sus bromas “pesadas”. Suspiró, tenía razón, no podía permitirse, darle el lujo a SungMin de verlo tan afectado por aquello, su orgullo no se lo permitía, él era el “Evil Maknae” al que nada le importa, y hace todo a su manera… Él que siempre molesta a los demás pero al que los demás no pueden molestar por ser más astuto y ágil que ellos.

Suspiré cansino. –De acuerdo, tienes razón, estaré allá en media hora.- Y finalmente cerré mis ojos derrotado, en verdad que no tenía absolutamente ninguna gana de salir de mi refugio, pero debía. Yo había elegido esta vida, me había entrenado para esto y ahora que lo tenía, no podía tirarlo todo por la borda, por un simple “capricho”…

-¡Mas te vale que así sea, o de lo contrari-!-

Le corté sin pensarlo, y me paré con pereza de mi cama, renegué de mi mismo, y me dirigí al baño, a lavarme la cara, los dientes, me cambié y salí, ya compraría algo en el camino para desayunar.

Como había dicho, en media hora estuve ahí, y sin mirar a SungMin que obviamente también estaba ya allí, saludé a todos, en un susurro, realmente quería quedarme en casa. “Pero el deber llamaba”. Renegué una vez más de mi mismo, y cuando LeeTeuk se percató de mi presencia se vino hacia mí como alma que lleva el diablo, genial… lo que me faltaba, un sermón de alguien que es como “mi madre”.

Él estaba con el ceño fruncido, pero cuando intenté ya anular mis oídos de antemano, para no oír nada, todo mi mundo se desencajó, cuando siento un abrazo de su parte.

-Dios… no sabes lo preocupado que me tenías KyuHyun, no sé que es lo que te suceda tan de repente, pero por favor, no vuelvas a hacerlo, pensé que te había sucedido algo, gracias al cielo que estás sano y salvo.-

Okey… esta reacción, definitivamente no es la que me esperaba, pero sentir que él se preocupaba por mí como una madre, ese tono empleado de preocupación y dulce tan diferente al del teléfono, me aflojó las lágrimas otra vez, no estaba consciente, de lo mucho que necesitaba un abrazo afectivo y comprensivo.

No pude controlarme, no pude mantener al “duro KyuHyun”, sólo, sorbí mi nariz una vez, y me aferré a su cuerpo, no era el “que realmente quería tener en mis brazos” pero me calmaba como no se dan una idea.

-Lo siento… intentaré que no vuelva a suceder.-

Hablé intentando con muchas dificultades de que mi voz no se ollera ni quebrada ni angustiosa, pero sí se oyó bastante bajita, pero no lo suficiente para que él no me pudiera escuchar. Estaba devastado.

-Descuida Kyu, como dije, no sé lo que te sucede realmente, pero sabes que puedes contar conmigo o con cualquier otro miembro del grupo, sabes perfectamente que somos una familia y nos ayudamos entre nosotros, así que si quieres hablar, estaré disponible para ti en cualquier momento.-

Nuevamente ese tono de madre comprensiva, suspiré de manera entrecortada, por aquel llanto retenido, y me separé de él con suavidad, le miré a los ojos mientras él miraba a los míos y acunaba una de mis mejillas en sus manos, asentí con seriedad para luego intentar sonreír pero no me sentí capaz de hacerlo, por lo que mantuve un gesto duro, pero sereno. Él sonrió y me dio otro abrazo mientras palmeaba mi espalda en claro gesto de ánimo.

-Si hyung, lo tendré en cuenta…- Hablé ahora y levanté la mirada, dónde justo se cruzó con la de SungMin, quien notó que le había descubierto “mirándonos” y rápidamente de manera inexpresiva siguió su camino, mientras mis ojos no podían dejar de seguirle hasta que desapareció de mi campo visual.

“Don’t know why! (Don’t know why)
Tell me why!? (Tell me why)
¿Por qué termina el amor?
¿Por qué desaparecen (desaparecen)
las cosas (las cosas) que son tan hermosas?
Es sólo soñar despierto
El amor es como soñar despierto”

–Quizás cuando todo termine y me encuentre más relajado, te busque.- Fue él el que asintió ahora y se giró sobre su eje, para darme la espalda y dirigirse a la sala de ensayos.

-De acuerdo, tómate unos segundos, para volver en ti, y poder concentrarte en la presentación, y únete a nosotros.- Sonrió nuevamente y se alejó, le oí lanzar un sonoro suspiro y comenzó a aplaudir. –Bien chicos, es hora de ensayar, a sus lugares.- Habló como si nada, volviendo a su papel de Líder, realmente le admiraba por esa capacidad que tenía de separar al “hombre” del “Líder”, a “Park JungSoo” de “LeeTeuk”, no por nada era nuestro líder y quizás uno de los mejores.

 

Suspiré luego de unos cuantos segundos, y cuando terminaron de ensayar la primera coreografía por primera vez, me uní a ellos, todos me miraron algo extrañados menos SungMin, y creí que me acribillarían de preguntas tanto con la mirada como con preguntas, pero por suerte, todos me sonrieron y me dieron de cierta manera la bienvenida al ensayo. Eso realmente me conmovió, todos sabían que algo me sucedía, pero nadie me lo preguntó porque sabían que no querría hablar de ello, ellos realmente eran como una muy buena y comprensiva familia, realmente no sabría cómo sobrevivir si me tuviera que separar de ellos, como lo hizo HanGeng. Supongo que realmente habrá sido duro para él, pero por suerte, él está triunfando sólo en su país y mucho más tranquilo. Estaba feliz por él.

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Los ensayos continuaron, y en los descansos nos reuníamos todos a hablar un poco de cosas triviales de la vida, para relajarnos tanto física como mentalmente. Aunque extrañamente, tanto SungMin como yo, estábamos algo abstraídos del grupo, cada quien en sus propios pensamientos, pero yo era capaz de sentir, las miradas de preocupación que el Líder, “JungSoo” me otorgaban de refilón, a las que intentaba corresponderle con un intento de sonrisa cuando era capaz de notarlas.

Luego del último ensayo, nos dieron un pequeño descanso para que pudiéramos regresar a casa, o ir a nuestros camarines a ducharnos, para así comenzar a prepararnos para la presentación, ropa, maquillaje y peinados.

Yo quería regresar a casa, ducharme y dormir, pero no tenía realmente ganas de salir de la empresa, ir al estacionamiento, regresar a casa, ducharme cambiarme y volver, por lo que decidí ir a mi camerino, el cual tenía un pequeño baño con su ducha.

Además de que si realmente volvía a mi departamento, no querría salir de nuevo y seguramente las ganas incontrolables de llorar y la fría oscuridad me rodearían por completo. Sí, era mejor ir a mi camerino.

Ya en la ducha, realmente tenía ganas de hablar con SungMin, tenía ganas de oír su voz, de abrazarlo, y sentirlo acariciarme para que mis nervios se drenaran a través de sus caricias como era siempre antes de salir al escenario. Deseaba… que me sonriera devuelta.

“Incluso si el sol se eleva de nuevo
Después de que termine la noche
He esperado mucho por este momento
Que no puedo retener”

Quería llorar, realmente quería llorar, y no me “quedé” con las ganas, pues mis lágrimas comenzaron a salir por sí solas sin que me diera cuenta, pero por suerte podían mezclarse con las gotas de agua que recorrían mi rostro.

Luego cuando creí que ya había sido suficiente, cerré la ducha tomé la toalla me sequé y me vestí con una muda de ropa que tenía allí siempre de “repuesto” guardada en mi camerino, luego cuando terminé de vestirme, minutos después siento como golpean la puerta con suavidad, me acerco a ella y abro, encontrándome con SungMin, me quedé petrificado, estático. Él me miró y bajó su mirada segundos después, desviándola hacia un costado.

-Mánager sumbae nim, me ha enviado a que venga por ti, ya que es hora de comenzar a prepararnos.-

Habló con aquella voz, seria, “masculina y madura” que tenía, haciendo notar al hombre que era y que yo había olvidado, debido a que siempre conmigo se comportaba de una manera tan dulce cariñosa y aniñada.

Asentí y cerré la puerta detrás de mí, siguiéndolo en absoluto silencio. Quería abrazarlo, decirle que podríamos charlar para llegar a un acuerdo, pero simplemente no me encontraba en condiciones de expulsar aquellas palabras, debido a que si lo hacía, ya no podría volver a “invocar” al “cantante, miembro del grupo Super Junior” que debía ser en estos momentos.

 

Más de 5 horas de “producción” y finalmente estábamos casi listos, con las asistentes que estaban terminando de colocarnos nuestros micrófonos. Realmente el proceso de maquillaje peinado y vestuario era de cierta manera agotador, pero allí estábamos todos, “maravillosamente resplandecientes y guapos”, era increíble como el maquillaje podía transformar mi rostro de absoluta depresión en uno “poderoso y con mirada sensual”. Realmente el maquillaje era mágico, y aún no dejaba de asombrarme a pesar de los años que llevo viendo y notando estos cambios tan abruptos.

Era una de las tantas presentaciones de nuestro “comeback” estábamos todos muy emocionados a decir verdad o mejor dicho, “ellos” lo estaban, porque yo aún seguía con el corazón magullado luego de aquellas duras, frías, y lacónicas palabras, que se me dijeron ayer en la noche. “Terminemos KyuHyun… terminemos…” Aquellas palabras que se me cruzaban por la cabeza cada 5 segundos, agrediendo más y más a mí ya tribulado corazón.

Antes de nosotros se presentaron otras bandas, pero era nuestro turno ahora, una de las últimas… ahora sí que no podía negar el hecho de estar nervioso para subir al escenario, necesitaba esas palmadas, esa sonrisa, y esas palabras alentadoras que me tranquilizaban, pero ya no era capa de “disfrutar de ese privilegio”.

O eso creí.

-KyuHyun…- Oí su voz algo temblorosa, también supongo que estaba nervioso, aunque no se si por la presentación o por hablarme nuevamente. No importaba, cual fuera la razón, simplemente me giré algo desesperado. Él me miró  bajó la mirada unos segundos para luego volver a mirarme a los ojos. –Mira, sé que fui duro con lo que te dije anoche.- Hizo una pausa y yo abrí mis ojos de sobremanera, é tragó saliva y continuó hablando. –Pero el hecho de que ya no seamos más el “KyuMin”, no quiere decir que deje de querer estar a tu lado, somos una familia, un grupo y debemos apoyarnos entre todos, por favor, no me tengas rencor, es por nuestro bien, y no estés nervioso, siempre cantas de maravilla, tu voz es única.- Habló de una manera un poco más veloz, pero con un tono suave y sereno, que a pesar de lo que esas palabras decían, oírlo nuevamente dirigirse a mí, resultó como un bálsamo para mi interior tan dañado, no dije nada, no quería empezar una discusión allí antes de subir, no quería quebrarme, y decirle que lo extrañaba horrores, no quería tomarlo de la muñeca y llevármelo de allí a la rastra, hacia nuestro “final feliz”, lejos de todo y de todos.

Asentí y me giré, haciendo mi mayor esfuerzo por mostrarme indiferente, agradeciéndole mínimamente por sus palabras, y me dirigí hacia el escenario donde ya todos estaban esperando.

Nos tocó y subimos, era difícil interpretar “Mamacita” como si nada estuviese sucediendo en mí, y más difícil aún cuando oía a SungMin cantar, y acercarse a mí por causa de la coreografía. Sí era difícil, demasiado, pero aquellas palabras aunque no lo quisiera admitir, me ayudaron de todas maneras.

La canción había terminado, y teníamos preparado una sorpresa para nuestras fans y nos tocaba cantar ahora “Evanesce”, estaba mucho más nervioso ahora, esa letra… esa letra era demasiado “autobiográfica” para mí en estos momentos.  Y lo peor de todo era que yo era quien la comenzaba a cantar ahora.

Nuevamente me sobre esforcé por no involucrarme sentimentalmente con esa letra, pero me resultó imposible, mis miradas se cruzaban con la de SungMin a cara rato, y llegando al final de ella, mi voz se vio algo tomada por el “sentimentalismo” que finalmente me había logrado dominar, y más aún en aquel ultimo estribillo, cuando EunHyuk comenzó su solo de baile con la bailarina. Mis ojos estaban tornándose vidriados, ¡no quería llorar en vivo! ¡No hoy, no ahora! Pero una vez más saqué fuerzas ya no sé de dónde y me las aguanté, hasta que finalmente mi tortura concluyó.

Nuestra presentación terminó, fuimos aplaudidos y ovacionados, eso siempre me reconfortaba me llenaba de orgullo y me hacía sonreír, pero hoy, hoy nada podía hacerme sonreír, sólo llorar. Realmente estaba sobre esforzando a mi estado de ánimo, y sabía que esto tendría consecuencias mañana o pasado, pero no podía hace otra cosa, era nuestro comeback, y estábamos realmente trabajando muy duro, no tenía tiempo para “deprimirme”, “llorar” o “gritar” para desahogarme.

Cuando hicimos una pequeña reverencia en forma de agradecimiento y nos fuimos, ya debajo del escenario, todos estaban bastante eufóricos, a diferencia de SungMin y yo, ambos nuevamente estábamos en nuestros mundos yo sumergido en un dolor un vacío sin igual y él… él parecía muy pensativo y nervioso al respecto, no entendía la razón del “por qué”, pero inevitablemente, algo en mi pecho, nuevamente se estrujó, quería ser yo, ahora quien lo reconfortara, con un abrazo, aunque sea amistoso, pero quería abrazarlo. Pero… en ese momento, no me sentía capaz de separar mis sentimientos de hombre, del de “Maknae”.

-¿¡Qué les parece a todos si vamos a por unos tragos para festejar, nuestra perfecta presentación!?-

Profirió eufórico HeeChul, yo estaba a punto de ser el primero en negarme, pero alguien… me ganó de mano.

-Chicos…- Dijo su voz algo apagada, todos se giraron y lo vieron curiosos, sabían de mi “mal estado de ánimo” pero no del de “SungMin”. –Y-yo, antes de irme a casa, tengo algo que decirles…- Habló nuevamente preocupado… temeroso, y solo entonces, entendí, a que se debía su comportamiento anterior.

Inconscientemente, ambos cruzamos una mirada, y la de él tenía un “Lo siento” escrita en sus ojos algo suplicantes.

No necesité más nada, simplemente giré mi rostro, enfurecido, y me retire de allí.

-¿No vas a escuchar lo que SungMin hyung tiene para decir KyuHyun!?-

Fue l voz dulce y suave de RyeoWook, pero negué con la cabeza. Miré sobre mi hombro y dije. –Ya lo he escuchado.- Hablé sin poder retener la leve ira en mi tono, Wook, se sonrojó apenado y desvió su mirada de la mía, sabía que había sido rudo con él, cuando él no tenía nada que ver, pero mi estado de ánimo, mi autocontrol, estaba a punto de colapsar. Yo ahora solo quería regresar a casa, tirarme en la cama, y llorar como un maldito bebé, desahogándome quitándome toda esa angustia que me estaba consumiendo.

Me fui. Nadie me siguió, nadie dijo nada. Sabían que quería estar solo. Y en efecto, lo necesitaba, no soportaría oír una vez más, aquella devastadora “noticia”. 

-¿¡CÓMO QUE EL 13 DE DICIEMBRE TE CASAS!?-

Oí a lo lejos, los gritos totalmente sorprendidos al unísono de todos ellos, y nuevamente, mis lágrimas comenzaron a caer, ahora me dirigí corriendo hacia el estacionamiento. ¡YA NO LO SOPORTABA MAS MALDICIÓN!

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~Viernes - 12 de Diciembre… ~

Fuimos invitados a unos de los tantos programas de variedades, para hacer un especial de Navidad, fuimos tan sólo unos pocos, éramos nuestro Líder LeeTeuk, EunHyuk, DongHae, yo; y… SungMin.

No podía creer que tan empecinada estaba conmigo la vida, para hacerme sufrir de tal manera, ¿acaso se estaba cobrando todas mis travesuras antes hechas? No lo sé, aunque seguramente sea así… el Karma.

Mi rostro no podía estar más demacrado, realmente luego de una de aquellas primeras presentaciones, había caído en un poso depresivo indescriptible, ya ni el maquillaje podía tapar los rastros, de aquel malestar físico y mental que tenía, además de que también estaba demasiado cansado por todas aquellas presentaciones que debimos hacer para promocionar nuestro nuevo álbum.

Yo estaba realmente ido de allí, del estudio de grabación. No había lugar dónde menos quisiera estar que no fuera allí al lado de SungMin, demasiado cerca, su aroma me estaba comenzando a acechar, a seducir una vez más, a hechizarme, como tantas otras veces, y tanto tiempo sin aquel aroma impregnado en mi piel, mi cuerpo comenzaba a reaccionar a “aquel estímulo” involuntario.

-¿Y qué tiene para decirnos acerca de su casamiento SungMin ssi? Ciertamente ha sorprendido enormemente con ese anuncio tan repentino.-

Aquella voz del conductor, dirigiéndose a “Minnie” me trajo a la realidad devuelta y no pude evitar gesticular la sorpresa que aquello me causó, abrí mis ojos a más no poder, deseando que nadie allí lo hubiese notado.

-Pues aún no me canso de disculparme con las fans debido a esta noticia tan repentina, pero creo que estoy en la edad justa, para casarme y comenzar a formar mi propia familia.-

Habló dulce y sonriente como si realmente estuviese feliz de ello. ¡Y UNA MIERDA! ¡MENTIRAS! ¡SON PURA MENTIRAS! ¡TU AÚN ME AMAS Y ODIAS EL HECHO DE QUE TE OBLIGUEN A CASARTE CON ESA MUJER!

Estaba al borde de un ataque de histeria, pero los gritos de las fans me sacaron de aquel estado, sorprendiéndome levemente.

-Oh~ ya veo, ¿Y tú KyuHyun ssi, como lo has tomado? Pues quizás después de esto, ya no habrá más “KyuMin” para las fans.-

Unos gritos de “abucheo” simulando estar tristes se dejo oír en todo su estruendo. ¿Acaso era un maldito idiota infeliz? ¿¡Cómo demonios se atrevía a preguntarme eso!? ¡Maldición! ¡Quería abalanzarme sobre él y golpearlo hasta dejarlo irreconocible!

-Pues… es una lástima, supongo que él merece ser feliz, y si él lo es, yo también…-

Dije con una dulce y suave voz sonriéndole, mirándolo, aún no entendiendo como había logrado aquello a pesar de estar que echaba humo por dentro, y nuevamente una ovación de gritos “fangirls” se escucharon de fondo.

El “MC” rió, y continuó entrevistando a SungMin, yo me aparté, me alejé de allí mentalmente, pes ya no lograría soportarlo más, hasta que…

-¡Y eso ha sido todo por hoy! Lamentamos tener que irnos ya, pero no podemos quedarnos más tiempo, ¡buenas noches a todos! Esto ha sido “Weekly Idol”-

Se despidió el “MC” y nosotros haciendo una reverencia cortésmente, también nos despedimos sonriendo y agradeciendo el apoyo a las fans. Nuevamente el grito de las fans y las cámaras seguidamente se apagaron. Sentí como me deshacía de un gran peso de encima. Continué sonriendo un poco más, pues aún había unas cuantas fans mirándonos, pero fui el primero en salir del set de grabación hacia “el detrás de escena”, segundos después me alcanzaron los demás.

-¡Buen trabajo el de todos hoy chicos! ¡Han trabajado muy duro! ¡Ya podemos relajarnos e irnos a casa! Debemos descansar para mañana que ¡Es el gran día!-

Comentó eufórico nuestro Líder LeeTeuk, a lo que SungMin se sonrojó levemente mientras bajaba la mirada y sonreía tímidamente. Yo no podía contagiarme de la hilarante tonalidad de LeeTeuk, por lo que sólo asentí.

Para ellos, podía ser el gran día, pero para mí, “Era el maldito fin del mundo”, tal vez piensen que exagero, pero realmente, es lo que siento.

-¿SungMin hyung que hará? ¿Ha traído su coche, o llamará un taxi?-

Cuestionó EunHyuk para mi sorpresa él estaba a punto de abrir su boca para contestar pero le gané de mano.

-No, yo lo llevaré.-

Proferí, nuevamente esas palabras, nuevamente estar a solas con él en el carro y en un silencio que era tan incómodo y tenso que se podría cortar con un cuchillo desafilado.

-No, no se preocupen, hoy me apetece tomarme un taxi, estaré bien, no quiero ser molestia.-

Habló él esbozando una  falsa sonrisa como yo la identifiqué y sí, sería capaz de identificarla a leguas de distancia.

-No, por supuesto que no lo eres, no eres una molestia, además no veo el porqué gastar dinero innecesario, vamos, yo te llevo, no es molestia.-

Hable, mirándolo, olvidándome por completo de que estaba EunHyuk allí mirándonos sospechosamente, pero luego se retiró, al ver que ya no tenía “vela en este entierro”.

-No quiero KyuHyun…-

Cambió su voz a una más seria y de ultratumba, yo me sorprendí levemente.

-¿Por qué? ¿No fuiste tú el que dijiste que a pesar de que… que te casaras, seguiríamos siendo “familia”? Pues bueno, comienza a aplicar tus propias palabras.-

Le rematé con aquellas palabras que él me dijo aquella vez, antes de subir al escenario para la presentación. Sus ojos temblaron levemente y suspiró cansino. Y antes de que me diera cuenta, ya estaba dirigiéndose a mi coche. Sonreí con algo de felicidad, sinceramente, pues no podía evitarlo.

Subimos al coche, y salimos finalmente del canal, y nuevamente un silencio algo incómodo llenó el ambiente, pero rápidamente se vio interrumpido por las palabras de SungMin las cuales me sorprendieron y erizaron mi piel, al oírlas retumbar dentro del coche que estaba en absoluto silencio, y hacer vibrar mi cuerpo.

-¿Así que… eso que dijiste ahí dentro e-era cierto?-

Se notaba algo nervioso, y tímido, le miré de reojo rápidamente y pude notar aquel sonrojo tan notable en sus mejillas.

-¿A qué te refieres exactamente? Dije muchas cosas allí dentro.-

Hablé en tono serio, él tragó saliva y comenzó a jugar nerviosamente con sus dedos, y nuevamente se hizo el silencio, durante unos cuantos minutos.

Cuando ya se me estaba tornando insoportable, saqué mi mano de la palanca de cambio y la dirigí a la radio, necesitaba algo de música. Y cuando estaba por encenderla, él me interrumpe.

-E-eso de que si yo soy fe-feliz tú-

-Tal vez.-

Le corté lacónicamente, mirándolo de reojo una vez más, estaba mucho más sonrojado que minutos antes, y justamente antes de que me diera cuenta ya estábamos en su departamento. Frené el coche, lo estacioné y lo apagué. Él asintió sin decir nada, pero sabía que era un “gracias” y se desprendió torpemente el cinturón y salió de allí al parecer sofocado. Yo me le quedé mirando, le seguí con la mirada y veía como sus manos temblaban y le costaba encajar la llave en su cerradura.

Y sin pensarlo, antes de que me diera cuenta, ya estaba saliendo del coche también, subí las pequeñas escaleras del portal, y justo cuando al parecer logró desbloquear la puerta y quitarla de la cerradura, yo me apoyé en él, arrinconándolo contra la puerta y mi cuerpo, él liberó un gemidito del susto, y sin pensarlo nuevamente, abrí la puerta en su lugar, y le empujé hacia adentro, cerrándolo con brusquedad detrás de nosotros, estampándolo contra la pared del recibidor.

-¡Ky-KyuHyun! ¿¡Qué-qué ha-hac-!?-

Mis labios capturaron los suyos con algo de salvajismo, impidiéndole que terminara de quejarse, y como era de esperarse, el seguramente de pura inercia, correspondió a mi contacto, tan desesperado y hambriento como yo. Si bien fui yo quien “lo atacó” realmente me sorprendió que segundos después él tomara el control, debido a mi estado de shock por ese accionar. Pero no tardé mucho, para que nuevamente tomara el control, gracias a toda esa adrenalina y excitación que recorría mi cuerpo, llenándome de vitalidad y energía como si fuera la espinaca de Popeye. Estúpida comparación, lo sé,  pero es que 5 meses sin sonreírnos, sin tocarnos, sin besarnos, era demasiado, había resultado mucho más duro lo que creí, jamás imaginé que lo amaba tanto…

-Tal vez, te casas mañana, tal vez finjas que estás feliz con tu matrimonio, y tal vez jamás volvamos a “tocarnos”, pero tanto tú como yo, sabemos, que tú siempre vas a ser mío, y que jamás lograrás olvidarme del todo, tu cuerpo me pertenece… SungMin-

Solté aquellas palabras sonando como un maldito egoísta obsesivo, pero simplemente esas palabras salieron de lo más profundo de mi ser, y también ¿para que negarlo?, con algo de lujuria.

Él me miró sorprendido ante aquellas palabras, pero no le dejé contestar absolutamente nada, porque sabía que tenía razón aunque él lo negara, y pues sus labios correspondiendo a los míos, su cuerpo volviendo a reaccionar a mi toque, a mis caricias… lo decían todo.

-¡K-Kyu~! ¡Aah!-

Gimió suavecito, sonreí de lado, aquel SungMin “sumiso” que conocía, había vuelto. Yo lo había hecho regresar.

-Maldición, tan caliente…-

Jadeé dejando aquellos labios mordisqueados, para pasar a su cuello, mi autocontrol, ya a tan sólo segundos de comenzar, con esto, era inexistente, y peor aún que él realmente no se resistía, sabía que quizás su cabeza decía una cosa, pero su cuerpo todo lo contrario.

Quité su saco con urgencia, mientras seguía lamiendo y besando su cuello, en lo que él liberaba esos gemiditos que me encendían a mil.

-¡Aah~! ¡Ky-KyuHyun~ ma-mañana me aaamns me caso, n-no po-podemos aamns hacer esto!-

Su voz temblaba, sus manos se asían con fuerza a mi espalda, y aquellos gemidos se le escapaban entrecortando sus palabras, desvalorando “su paupérrima excusa”.

-Oh~ ¿De verdad? Tu cuerpo… no piensa lo mismo que tú.-

Sonreí de lado una vez más sobre su cuello al sentir como una de sus manos se había infiltrado dentro de mi saco y había comenzado a acariciar mi lateral.

-¡Aamhns Ky-Kyu~! ¡N-no podemos ma-maldición!-

-Es tu despedida de soltero mi conejito hermoso…-

Hablé ahora con esa voz ronca, varonil, dominante y sensual  que me salía siempre en situaciones como estas.

Él gimió absorto en placer, cuando se lo dije cerca de su oído y le mordí suavemente el lóbulo, sus piernas al parecer fallaron, pues sentí como su peso caía por una fracción de segundos sobre mi cuerpo.

Más que satisfecho, separé mis manos de su cuerpo y él se arqueó hacia ellas, con el fin de no separarse de mi toque, pero no le complací, pues quería quitar mi saco también, una vez que lo tiré al suelo, aferré mis manos con más fuerza a su cintura, y lo arrastré hacia más dentro de su casa y lo estampé contra la pared aún más fuerte, él gimió una vez más con más volumen y se aferró a mi cuello.

-¡KyuHyun, por favor!-

Sonreí de lado, su gemido se oyó tan desesperado, tan necesitado y sin pensarlo le di lo que quería. Besé sus labios una vez más con ferocidad, mientras comenzaba a desprender su camisa, intentando controlarme de no arrancársela, mientras que el también hacía lo mismo con la mía, su cuerpo vibraba, temblaba, se estremecía, se erizaba bajo mis manos, bajo mis caricias.

-¿Ves? Colaborando es mucho más fácil y placentero, conejito~-

Sonreí de lado satisfecho, de lo que aún provocaba en el cuerpo de SungMin, mañana se casaba, con una mujer… ¡Ja! No me jodan, dudo que pueda “entonarse” con aquel cuerpo, estoy seguro de que “invocaría” a este momento, para que le pueda cumplir… Jaja, sí, eso hará, y si no, me encargaré de que así sea.

Mi mano viajó a aquel miembro ya levemente despierto y su cuerpo se sobresaltó, amaba cada una de sus reacciones a mis toques.

-¡Aahmns! Mal-maldición Kyu~ ¡e-esto e-está mal!-

Sus ojos se entreabrieron al parece con muchas dificultades y me miró, su mirada tenía un brillo tan trémulo, que parecían claramente 2 enormes llamaradas, llamaradas de lujuria pura. Nuevamente sonreí de lado cuando siento que es él ahora quien coloca su mano en mi miembro aún a punto de despertar, mientras intentaba con desesperación desprender la hebilla de mi cinturón.

-¿Qué está mal? ¿Qué mañana te casas? ¿Qué lo nuestro es imposible? Tal vez, pero este día lo recordarás por el resto de tu vida, y cuando estés con ella, te aseguro que a tu cabeza no podrá venirse más que mi imagen reclamándote una y otra vez como sucederá hoy.-

Hablé con mi voz sensual, mientras mis delgados dedos, se infiltraban por el borde del pantalón y el elástico de sus bóxers, ejerciendo un contacto directo mínimo con su miembro, el cual se crispó ante mi toque.

Si bien, el hecho de imaginármelo con esa maldita mujer, no me agradaba nada, me “tranquilizaba” saber que ella jamás lo podrá complacer como lo hago yo.

Desprendí el botón y bajé la cremallera de pantalón para luego dejarlo caer en medio de la sala, él gimió levemente, y sin decir nada, seguí “concentrado” en complacerle de todas maneras posibles, tantas que todos sus sentidos se verían obstruidos, inundados de mí.

Lamía su cuello una y otra vez, mientras le daba de vez en cuando, besos intensos, abarcando la mayor parte de su cuello posible.

-¿Te gusta Conejito? ¿Sientes como tu cuerpo enloquece frente a mis besos, a mis caricias, toques, y proximidad? ¿Sientes como tu miembro quiere desesperadamente ser acariciado, tomado, besado, succionado por mí?-

Le susurré una vez más en su oído, jadeando levemente por mi propia excitación, él gimió y su cuerpo claramente se erizó ante mi voz. Sonreí y reí por lo bajito aún en su oído y lami toda su oreja deteniéndome una vez más en su lóbulo para morderlo suavemente.

-¡Aaah~! ¡KyuHyun~!-

Gimió fuerte y claro, de lo más profundo de su corazón, aquel gemido escapó con una cantidad “obscena” de placer y excitación.

Y una vez más sonreí de lado satisfecho, cuando siento como las manos de SungMin buscan las mías, para arrastrarlas a su miembro ya más que erecto, aún dentro de aquel bóxer gris.

Pero yo no le hice caso, me detuve y me alejé de él con una mano apoyada al lado de su cabeza y la otra sobre mi propio miembro.

Él me miraba totalmente confundido, perdido, desesperado.

-Aun no has respondido… ¿Te gusta?-

Cuestioné divertido y malvadamente mientras indagaba en su mirada. Él parecía estar intentando controlar el que su vida no se le vaya en uno de aquellos jadeos que le había provocado. Sonreí de lado sin decir nada, pues veía en su mirada, la desesperación que la “falta” de mis caricias le provocaba, y más aún con aquella “imponente” erección.

Su mano viajo por inercia hacia sus partes íntimas inferiores, pero mi mano en mi miembro le detuvo y la apresó sobre la pared por encima de su cabeza, él gimió levemente, como habiendo querido ocultar aquel gemido. Seguidamente lo intento con su otra mano, pero utilicé con rapidez la mano que tenía al lado de su cabeza y lo apresé nuevamente por encima de la cabeza quedando totalmente inhabilitadas sus manos. Me acerqué a él, a casi 5 centímetro de sus labios y le miré, otorgándole el privilegio de sentir mi aliento sobre sus labios, él se mordió el labio inferior y yo hablé.

-No pequeño travieso… no hagas eso, sólo yo puedo “liberarte” y no continuaré con “tu alivio” a menos que me digas la verdad de si te gusta o no, mirándome a los ojos…- Me acerqué aún más a sus labios, abriendo mi boca ya listo para “devorarlo” una vez más, pero me detuve a tiempo, justo cuando él ya había abierto su boca para recibirme gustoso, delatándose solo. –No me has contestado conejito hermoso, no puedo continuar, no si no sé lo que te gusta o no…- Le dije arrastrando mis palabras, pronunciándolas de la manera más sensual y erótica posible.

Él se mordió el labio inferior una vez más y con sus mejillas ya como unas cerezas absolutamente perfectas, desvía su mirada. Pero yo le seguí con mi rostro, acercándome a sus labios una vez más, y moviéndome a la vez para que su mirada y rostro estuvieran nuevamente de frente, ambas, me siguieron como si fueran una serpiente encantada, y eso me hacía sentir poderoso y deseado…

-¿SungMin? Espero tu respuesta…-

Hablé nuevamente juguetón mientras una vez más mi rostro se dirigía al suyo, pero esta vez acaricie la parte de atrás de su oreja con mi nariz.

-Aah~ ¡MALDICIÓN! ¡SÍ! ¡SÍ KYUHYUN ME GUSTA, AHORA HAZLO DE UNA MALDITA VEZ!-

Gimió y explotó, claramente lo estaba llevando al borde de la locura, y ¿para que mentirles en esto también? Me encantaba.

-Hmm, buen chico, así se habla.-

Dije satisfecho, solté sus manos y sujetándolo de la muñeca de manera algo tosca, lo llevé a su habitación, lugar el cual me sabía de memoria, tanto que hasta podía llegar con los ojos vendados, luego de que me hayan hecho girar varias veces…

Lo arrojé a la cama con “histeria” y él rebotando una vez más gimió bajito y agudo, de esa manera tan dulce y tierna que suele hacerlo él. Él no se movió para absolutamente nada, yo me quedé de pie, me terminé de quitar la camisa y el pantalón también con algo de prisa y desesperación, y me arrojé encima de él, aprisionándolo contra mi cuerpo semi desnudo, haciéndolo gemir una vez más, pero no le di tiempo a mucho, pues, nuevamente tomé sus labios, los besé, los mordí, los succioné, y exploré absolutamente toda su cavidad bucal con mi lengua, nuestras mandíbulas se abrían a más no poder, incluso la de él sonó una vez.

Me apegué un poco más a su cuerpo, y él se aferró de mi espalda con tenacidad, no podía pedir más, pues lo tenía absolutamente a mi meced, listo, servido en bandeja de plata para “devorármelo”

-¡Aaah~ maldición Kyu~-

Gemía y se retorcía entero, cuando mi mano se infiltró de manera ruda dentro de su bóxer, tomando su miembro sin previo aviso. Comencé a estimularlo, mientras mordía ahora su cuello y también se me escapaban algún que otro jadeo, pues sus uñas comenzaban a rasguñarme, pero aquello me encantaba, la sensación de sus manos, era la octava maravilla para mi, para mi cuerpo.

Mi miembro también estaba reaccionando a los “sonidos” de su voz, a sus manos, a sus movimientos, a “mis” sensaciones en el tacto, por lo que realmente ya no tenía más “paciencia” para jugar con su “sufrimiento”. Era yo el que se estaba comenzando a poner ansioso ahora ante esta situación.

Detuve su estimulación, y él gimió en claro gesto de protesta, por lo que no pude evitar sonreír de lado.

-Tranquilo MI conejito, resiste tan solo unos segundos, ¿Cómo harás sino, cuando ya estés casado y no obtengas este placer? Porque dudo que tu “esposita” tan pulcra e inocente, se anime a complacerte de la manera en que yo lo hago…-

Ataqué una vez más sin saberlo, sin darme cuenta y le quité finalmente la última prenda que me privaba de su completa desnudez, la vista más maravillosa que mis ojos, hayan podido jamás contemplar, y que conservarían, hasta el final de mis días. En verdad que amaba a este hombre en su totalidad, con su defectos y virtudes.

Él desvió su mirada de manera algo atribulada, como dándome la razón de aquello que decía, pero debo admitir, que esa mirada, era lo menos que quería ver en estos momentos, por lo que suspirando cansino me quité también mi ropa interior algo apresurado, y ataqué sus labios una vez más, no dándole oportunidad a que su mente se llenara de sentimientos tristes o angustiante.

Como dije era su “despedida de soltero” y sé que quizás no era lo mejor, y quizás podría interpretase como algo egoísta e inmoral de mi parte lo que le estaba haciendo, pero realmente necesitaba sentirlo, una última vez entre mis brazos, entre mis labios…

Segundos después de haber dicho eso y ver su mirada, me arrepentí de haberlo dicho, pero ya era tarde, por lo que de la única manera en que podía compensarlo, era “amándolo” como realmente se lo merece, y no como lo he estado tratando hasta ahora, como si fuera una “puta”, él no lo era, y no se lo merecía, era yo, el que estaba enojado y resentido, por la decisión “ a futuro” que tomó, decisión en la cual, yo no estoy incluido.

Pero según dicen, “si lo amas, déjalo ir”, no estaba absolutamente en nada de acuerdo con ese “famoso dicho” que no sé quien lo haya inventado, pero era un idiota, ¿¡Quién dejaría ir a quien ama!? No lo sé, pero más idiota soy yo, por obedecer a ese dicho.

Un gemidito me sacó de mis pensamientos, y me di cuenta de que por mis ojos estaban corriendo pequeñas lágrimas, en un rápido movimiento me las sequé y me concentré nuevamente en “complacer a MI SungMin”.

-Kyu~… aah~ ha-hazlo, te-te quiero e-en mi a-ahora.-

Exigió en un gemidito dulce y penoso, yo solo sonreí, esa dulzura me hizo recordar a los tiempos en los que estábamos tan felices y jamás pensábamos que tendríamos, “una última vez”…

-Seguro corazoncito…-

Se me escapó aquella voz tan dulce y tierna que solía utilizar en nuestro momentos más íntimos. Él al igual que yo se sorprendió por aquella voz y palabras que escaparon de mí, y en ese momento, él fue a quien se le escaparon las lágrimas ahora, mi corazón sintió una fisura aún mucho mayor a la que había sentido anteriormente, y no pude evitarlo, olvidé todo y mi cuerpo reaccionó por sí solo, mis labios besaron sus lágrimas, y mi mano se acunó en una de sus mejillas mientras la punta de mis dedos se enredaba en sus hermosos cabellos y le besé, ahora con una sinceridad, con una delicadeza inexplicable, realmente quería que esta “última vez” fuera inolvidable, tal vez no como tenía pensado desde el principio, pero sería inolvidable de una manera diferente.

Cuando noté que ya sus lágrimas no escapaban más de sus hermosos ojitos color chocolate, comencé con la preparación para “el acto final”, él podía estar tan acostumbrado a mi cuerpo como yo al suyo, pero esto, siempre, era diferente.

Hice todos aquellos “procedimientos” que solía hacer en estos momentos, hasta que finalmente él me exigía sentirme.

Sin discutir esta vez, lo hice, pero antes…

-SungMin… antes de que esto suceda; ¿me permitirías sentirte al 100% esta única y última vez? E-estoy limpio… lo prometo…-

Cuestioné por primera vez con dudas y algo de pena, destrozando para siempre aquella imagen de “macho alfa” de “hombre seguro de lo que hace” que mantenía frente a SungMin, solo para darle más seguridad a él…

Él una vez más me miró sorprendido ante aquel tono que emplee para proferir mis palabras, mi petición y asintió luego de unos intensos segundos mirándonos a los ojos. Asentí agradeciendo su permiso, pues realmente ya no me encontraba capaz de fingir satisfacción, o de emplear una sonrisa de lado “provocativa”. Mi corazón en este momento estaba mucho más expuesto y vulnerable que de costumbre.

-Gracias Conejito, aquí… aquí voy…-

Dije finalmente, sujetando mi miembro para guiarlo e introducirlo con cuidado, dentro de SungMin por última vez…

Él lloraba, y yo, estaba a punto de hacerlo también, pero aún, aún no quería quebrarme. Debía mostrarme de alguna manera fuerte, y serio, aunque realmente ya no tuviera ganas de fingir más.

-Aah~ Kyu~ Kyu~-

Gimió con algo de dolor en lo que yo me iba adentrando en él, lenta y suavemente, como nunca jamás lo había hecho, pues normalmente lo nuestro siempre era “salvaje” y ambos estábamos de acuerdo de esa manera, pero hoy… hoy sería diferente, tanto para él como para mí.

-Sssh, tran-tranquilo, só-sólo un poquito más, re-resiste.-

Hablé con calidez en mi voz, sus lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas una vez más y esta vez no pude más que también comenzar a aglomerar mis ojos de lágrimas.

Una vez que estuve finalmente en su interior completamente, sintiéndolo absolutamente en toda su plenitud, en cualquier otra situación estaría eufórico y lujurioso, pero ahora, ahora, solo estaba triste, y realmente quería guardar estas sensaciones en los lugares más recónditos de mi mente para siempre.

Besé sus labios una vez más de manera dulce y tierna, y comencé a “mecerme” suavemente, para acostumbrar su interior nuevamente a mi “talle” y yo acostumbrarme a estas nuevas sensaciones.

Y justamente, estas nuevas sensaciones, comenzaban a transportarme a otro lugar, absolutamente alejado de esta habitación y de esta situación, “nuestra última noche juntos”…

Gemidos ahora de ambos, comenzaron a “adornar” el espacio allí, por más de que no éramos consciente de tal cosa, ambos comenzamos a complementarnos en nuestros movimientos, y nuevamente la temperatura comenzaba a aumentar entre nosotros debido a la fricción.

-Aaah~ KyuHyun~ Aah~ Kyu!-

Gemía SungMin sin parar, alentándome a aumentar más la velocidad entre jadeos, hasta que finalmente ya no pude continuar más, espirales de placer, comenzaron a recorrer mi cuerpo, despertando en mi bajo vientre dándome a entender que esto ya estaba por acabarse por más que no quisiera… Por más que quisiera que el tiempo se detuviera justo aquí, era imposible y ambos lo sabíamos.

-¡Aaah~ ma-aldición! ¡T-te amo SungMin!-

Solté finalmente entre gemidos, lágrimas y en voz alta sorprendiéndome a mí mismo, luego de haber sucumbido a las oleadas de placer que me golpeaban…

Caí agitado sobre aquel pecho también agitado que chocaba contra el mío, y oculto de sus ojos, limpié mis lágrimas, para separarme finalmente de él, para quitarme de su encima. Su mirada mostraba auténtica sorpresa y confusión.

¡Maldición! No debí haber dicho aquello, ¡ni mucho menos llorando! Si bien escapó de lo más profundo de mis sentimientos, no era momento para exteriorizarlo, se supone que era una despedida…

-Ky-KyuHyun…-

Oí su voz rasposa, y sentí sus manos dudosas a mi alrededor. Cerré mis ojos con fuerza por unos segundos y sobre esforzándome, me retiré, de su interior, con cuidado, pero a la vez con prisa, busqué aquel paquetito de pañuelitos húmedos en mi saco, y limpiándome velozmente, comencé a vestirme, sin mirar a SungMin, a pesar de que sentía su mirada clavada en mi nuca.

Un silencio tan incómodo e intenso se apoderó de la situación que hasta sentía que mi cuerpo se sentía oprimido por aquel silencio aplastante y tenso.

Cuando finalmente terminé de vestirme, me digné a girarme, él aún permanecía desnudo en la cama, mirándome confundido, sorprendido, triste…

Tragué saliva ante aquella visión frente a mí, y desvié mi mirada.

-Lo-lo siento, no-no debí decir eso, olvídalo, de-debo irme… A-Adiós SungMin.-

Me giré finalmente reteniendo las lágrimas una vez más ante aquellas últimas 2 palabras que tanto me dolió decirlas, y más aún con aquel nudo insoportable en mi garganta, pero me dispuse a desaparecer de allí, de lo contrario yo…

-¡KYUHYUN ESPERA!- Aquella voz desesperada y aguda, que me indicaba que el llanto ya había corrompido su voz me hizo detenerme de golpe. Respirando hondo intentando guardar mis lágrimas y le miré y él desvió su mirada levemente, para luego dirigirla una vez más a mis ojos. –Yo-yo tam- Su voz pareció desaparecer, antes de que él lo pensara y bajó su mirada con algo de brusquedad, sus mejillas permanecían rosaditas, y me dieron ganas de morderlas, pero ya… ya no se me permitiría ese “privilegio”.

-A-Adiós Lee SungMin-

Volví a repetir, para convencerme finalmente de que todo esto había acabado, aquí y ahora mismo. Él dentro de unas horas se estaría casando y estaría comenzando a formar su propia familia, iba a comenzar “con su nueva vida” dónde yo no estoy incluido como mencioné anteriormente…

Me fui, me retiré finalmente de aquel departamento, liberando por fin mis lágrimas retenidas durante tanto tiempo, luego de haber cerrado la puerta detrás de mí.

Me dirigí a mi auto, y finalmente me retiré a mi propio departamento, llegando con bastantes dificultades, debido a lo nublado de mi vista provocado por mis lágrimas que caían y caían sin cesar, sin poder controlarlas más.

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~ Sábado – 13 de Diciembre – 18.45 hs. ~

El día “D” había llegado, y allí estaba yo torturándome aún peor, estando medianamente cerca del altar. Lo podía ver todo, a él… él estaba realmente impecable, y reluciente con aquel smoking que tanta presencia le otorgaba, quería sujetarlo de la muñeca, sacarlo de allí, llevarlo lejos y hacerlo mío una vez más, pero no, eso quizás ya no sería posible. Mordía mi labio inferior, intentando controlar la ira, y la angustia que se arremolinaban de manera impetuosa en mi interior como un pleno huracán.

Ustedes se preguntarán ¿Qué hacía allí, si me estaba prácticamente matando solo por dentro? Pues la respuesta es simple, “apariencia”. Debía de estar allí y fingir que solo éramos buenos amigos, pues allí habían algunas cámaras, no muchas porque habían decidido que sería una ceremonia íntima, pero de todas maneras las había.

Quería llorar, y muchos tal vez lo interpretasen como un llanto de emoción, de orgullo, pero nada más desacertado que eso. Mi corazón se encogió y se magulló hasta que fuera prácticamente inexistente cuando oí aquellas palabras.

-¿Lee SungMin, acepta a Kim SaEun como su esposa?-

-...-

Un silencio por parte de él me hizo abrir los ojos, ¿¡Se arrepentiría!? ¿¡Saldría corriendo conmigo tomándome de la mano!? ¿¡Aceptaría dejar toda su vida aquí para irse a Paris conmigo!? Tragué saliva…

-¿Lee SungMin?-

Cuestionó realmente confundido y anonadado el cura, SungMin pareció reaccionar, y volvió a la realidad, miró al cura, a ella y luego a nosotros, especialmente a mí, mi corazón se fisuró por completo…

-… Yo… S-Si… acepto.-

¡NO MALDICION, NO! No pude soportarlo más, realmente no me importaba que cámaras estuvieran grabándome, no me importaba que me echaran de la empresa por protagonizar tal escándalo, por mi reacción, pero ¡no lo pude soportar! Me puse de pie, y miré por última vez a SungMin, él notó mi repentino movimiento y correspondió a mi mirada, pero yo no pude hacer más que retirarme de allí, con mis ojos ya prácticamente lagrimeando.

“I don’t know! (I don't know)
Wanna know! (Wanna know)
¿Este sueño terminará así?
La persona que amo (la persona que amo)
La persona que amo (la persona que amo)
¿Por qué no puedo tener a ambos, 
La persona que amo y el amor?”

¿¡Esto era todo!? ¿¡Finalmente el KyuMin quedaba oficialmente “extinto”!? Salí de allí prácticamente corriendo sin decir nada, pero con mi mirada nublada, subí a mi coche y conduje a toda velocidad, lo más lejos posible de esa iglesia…

No oía, ni veía nada, mi llanto emergía y emergía de mis ojos, no podía detenerlo, mi corazón lloraba, y lloraba sangre, realmente estaba resultando ser demasiado duro para mí, si bien “anoche” le dije que no me importaría que se casara, porque sabría que siempre tendría que recurrir a mí “en esos momentos”,  ahora, nada de eso, tenía valor, ahora todas aquellas palabras me daba cuenta que simplemente fueron palabras de alarde, de un idiota egoísta, egocéntrico, que creía que tenía a todo el mundo bajo sus pies, aunque solo me importara SungMin.

Fueron palabras sin valor, que sirvieron para mantener aquella fachada de “Yo, te dejo a ti, no tú a mí”. Pero eran tan falsas como aquel maldito y asqueroso “Moustache” de SiWon en “Mamacita”.

“Al final todo es momentáneo
El amor es momentáneo
Es solo un sueño pasajero
No quiero despertar todavía”

Llegué a una playa… no había nadie porque estábamos ya prácticamente en invierno. Por lo que realmente me vino ideal para poder desahogarme tranquilo, gritar y sacar toda mi ira, angustia y dolor de mi ser. No podía creer que esto hubiese resultado ser no más que un simple sueño, uno demasiado corto para mí, nos quedaban tantos años por delante, tantos aniversarios y citas que celebrar. Tanto amor para darnos, pero todo había acabo con un simple “Sí, acepto”.

“Un corto ensueño, un ensueño
Un corto ensueño, un ensueño...”

(LINK 1)

Me senté en la playa, respiré hondo y mirando hacia el horizonte, mis recuerdos de él comenzaron a asaltarme, “Kyu~ KyuHyunnie~ Ven aquí un momento~”; “Jaja, ¡No seas tan cruel Kyu!” su voz, sus sonrisas, sus miradas, “nuestros momentos” en el escenario, todo aquello comencé a revivirlo una vez más, su voz tan dulce y melodiosa se oía tan nítidamente en mi cabeza, que hubiera jurado que estaba allí a mi lado, pero sabía que eso era imposible, él… él no dejaría a su ahora “esposa” por mí, no, ya me había dejado en claro, que elegía a sus padres, a su familia, a su vida, por sobre mí. Que le importaba más el maldito “Que dirán” que su auténtica felicidad… a mi lado…

Aquella reflexión no hizo más que despertar la cólera en mí y abriendo mis ojos, mirando hacia la costa, observando como aquellas olas se estrellaban contra las grandes piedras, comencé a gritar, mientras liberaba mis lágrimas una vez más, aquellas que había estado reteniendo a lo largo de todo este tiempo cuando todo comenzó. Imaginando que todo aquello se iba junto con las olas que regresaban al mar.

“KyuHyun…”; su sonrisa, sus abrazos; “Pequeño travieso, te amo”; un dulce beso en los labios, “Soy tuyo”; pequeñas lágrimas surcando su rostro, distanciamiento… “KyuHyun, terminemos”“Si, acepto”.

¡MALDICIÓN! ¡TE AMO HIJO DE PUTA! ¿¡CÓMO DEMONIOS PUDISTE HACERME ESTO!?-

Desgarré mi garganta prácticamente ante ese grito. Y golpeé con fuerza aquella arena, que para mi sorpresa estaba levemente tibia, debido al calor del sol, contrastando demasiado con el clima frío que ya se respiraba de invierno.

Lloré aún más, gracias a aquel dolor que golpearla ( a la arena) me provocó, por un momento tuve el pensamiento de irme junto con las olas, y dejar todo atrás, pues sentía que ya nada valía la pena, pero luego desvié mi mirada de las olas, y me dije a mí mismo, que era más fuerte que eso, más fuerte que aquella maldita “tentación”.

Cerré mis puños con fuerza sobre la arena, y me encontré con una pequeña piedra bajo ella, a la cual no dudé de arrojar al mar con todas mis fuerzas, desahogándome también la ira que sentía por mí mismo, odiándome por estar en un estado tan lamentable, y más humillante aún “por otro hombre” pero ante eso, no podía hacer nada, en verdad que amaba a ese conejo rosa, más de lo que jamás imaginé.

Él, como mencioné anteriormente, se había convertido en mi todo, y ahora no podía creer que ya fuera un “Hombre casado” ¿De verdad formaría su familia con esa mujer? ¿De verdad le gustaba un poco, para elegirla como “la madre” de sus hijos, hijos que yo jamás podré darle? ¿En verdad estaba bien con ello? ¿Él de verdad había decidido dar lo nuestro por terminado ayer oficialmente, luego de nuestra lujuriosa sesión de sexo? No, sexo no… ¿De hacer el amor? ¿Él me habría usado? ¿Él desde un principio sabría que esto terminaría así?

No sé si era posible ya, a estas alturas, pero más lágrimas recorrían mi rostro surcando mis mejillas, extrañando ya su toque, sus manos, su contención, su sonrisa… En mi corazón el cual estaba enfrentando una tempestad, se estaban estrellando impetuosas e impías olas tal como las de esta playa.

¿Cómo haría de ahora en adelante, para seguir adelante con mi vida, sin… sin SungMin? Realmente su personalidad, su carácter, su cuerpo, su sonrisa me capturó tanto, que ya no recordaba cómo era mi vida sin él, ni la imaginaba tampoco a futuro.

Él, él con esas 2 simples palabras, “Si, acepto” se llevó mi corazón, lo desgarró, lo destrozó, me dejó totalmente insensible, incapaz de creer que podría volver a amar. Y seguramente así sería, pues mi corazón ahora inexistente, no me permitiría “darme una segunda oportunidad” con alguien más, no importando si es varón o mujer.

Lo amé, lo amo, y lo amaré solo y únicamente a él. Podrán pasar muchas nuevas personas, por mi cuerpo, por mi cama, pero nunca jamás nadie, podría reemplazarlo a él. Él fue, es y será mi único y verdadero amor, a quien le entregué mi primer beso y a quien desearía entregarle el último también…

-Aún te amo Lee SungMin, no será fácil borrarte de mi corazón, de mi alma ni quitarte de debajo de mi piel. Pero te amo, y dicen que si amas, debes dejarlo ir… no pretendo hacerlo de inmediato, pero lo intentaré, porque realmente anhelo tu felicidad, por más que no sea a tu lado…-

Limpiándome las lágrimas una vez más de mis ojos, respiré entrecortado varias veces a causa del llanto, y con algo de dificultad me puse de pie, limpié mis manos, y mi ropa sacudiéndome la arena y emprendí nuevamente camino a mi coche, me iría directo a casa, pues realmente ya no tenía ni siquiera la voluntad para fingir ser “Cho KyuHyun, Maknae de Super Junior”, mi cuerpo estaba realmente laxo, desvalido, realmente parecía como si me hubiesen molido a golpes,  no tenía ni siquiera fuerzas para levantar la mano y abrir la puerta del coche, por lo que con mucho esfuerzo intenté subirme y retirarme, necesitaba dormir, y llorar aún más como un idiota…

(LINK 2)

Cuando llegué a casa, cerré la puerta, y me fui directo a mi dormitorio, quería dormir… dormir y olvidarme de todo, para siempre y nunca más despertar. Cerré mis ojos y de inmediato creo sentir el ruido de mi puerta, y oigo una susurrante voz que dice -“Lo siento”-, mientras al parecer esa presencia se agachaba a mi lado de la cama y me acariciaba la espalda y el rostro con suavidad. Quería abrir los ojos, pero no podía, no al principio, hasta que supe de quien se trataba, y sin poder evitarlo, nuevamente la “llave de agua” se abrió en mis ojos, liberando lágrimas silenciosas. Me encontré con esos ojos… esos hermosos ojitos marrones. Se veía el arrepentimiento el dolor en ellos, y a pesar de que me sorprendí y exalté, no me inmuté. –“No llores Kyu…”- Me dijo repentinamente con una voz demasiado tierna y dulce, mientras intentaba secar mis lágrimas. No pude evitarlo, mi cuerpo sintió la necesidad  y finalmente reaccionó, apresándolo con desesperación entre mis brazos, lo atraje hacia mí, logrando tirarlo encima de mi cuerpo y cama.

 

Pero… ese cálido y hermoso cuerpito, se desvanece cual humo al viento. Entro en estado de shock, y me doy cuenta de que abrí mis ojos de golpe, la habitación oscura, la puerta como la dejé, cerrada, y nada a mi alrededor, sólo soy capaz de sentir la humedad en mi almohada y me doy cuenta de que lo único real, fueron mis lágrimas.

¡Maldición! Una sensación de vació me invadió, ¿acaso comenzarían a ser así todos mis amaneceres? Si eso sería un hecho, entonces, desearía poder dormir para siempre, para tenerlo siempre allí entre mis brazos aunque a veces creo que comenzaría a ser mejor nunca más volver a soñar… aún mi cuerpo tiembla al tener latente bajo mi piel la sensación de su cuerpo, es tan real, es como si su presencia estuviera aquí. Miré la hora y me di cuenta de que eran recién las 1.30 de la madrugada. Limpié mis lágrimas con brusquedad y suspirando intenté volver a cerrar los ojos…

Nuevamente… su imagen, esta vez se acerca directamente hacia mí, sonriendo, con esa sonrisita que tanto amo, sintiendo mi corazón galopar desenfrenado haciéndome notar lo mucho que extraño que esa expresión sea dirigida a mí. ¿Ese es mi SungMin, cierto? ¿Ese es mi conejito rosa de siempre? ¿Con sus mejillitas sonrosaditas, que me dan ganas de morderlas, como dos deliciosas cerecitas? Un esbozo de sonrisa al parecer quiso formarse en mi tenso rostro, pero desapareció de inmediato cuando veo a “esa mujer” acercándose a él, tomándolo del brazo con delicadeza sonriéndole, mientras él le corresponde la sonrisa llevándoselo.

Y aquel galope incesante de mi corazón de repente se siente en contra, y siento como si me pecho fuera estrujado, aplastado por algo realmente pesado, ¿una pata de elefante tal vez?

Mi cuerpo entero nuevamente se siente entumecido, y siento ahora a mi cuerpo ser recorrido por un sudor frío en su totalidad. Nuevamente me encuentro con que estaba soñando, y despierto. Tan sólo un día de “separados” y ya invade mis sueños de esta manera tan devastadora, llevándome al cielo al principio, para dejarme caer al maldito infierno luego, dónde no hace calor, sino todo lo contrario, es frío, es tan frío que siento hasta mis huesos escarcharse.

No quiero, lo odio… odio soñar con cosas que duelen recordar, que duele admitir, SungMin; ahora está. Casado. Una estaca de hielo se incrustó en aquel lugar, dónde se supone se encontraría mi corazón… pero ya no había uno allí, estaba vacío.

Todo se vuelve borroso de repente ante aquel dolor impío en mi pecho, pero entre toda esa agonía creo que soy capaz de ver como él se liberaba del agarre de aquella mujer con delicadeza y una sonrisa amable pero falsa y se acerca nuevamente a mí. Mi cuerpo comienza a vibrar nuevamente de ansiedad, mi cuerpo no se puede mover, pero no se aguanta las ganas de tenerlo nuevamente entre mis brazos. No quiero dormir solo, sólo quiero qué él me abrace, se apoye en mi pecho como solía hacerlo siempre y así de esa manera jamás volver a despertar.

 

Mis ojos se abren finalmente, ahora sí, habiendo un poco más de claridad en mi habitación, pero sólo a penas, siento mis ojos hinchados, pegoteados, mi mandíbula duele como el infierno… y me siento en mi cama, lentamente, pues también me encontraba con un dolor de cabeza incesante. Pero cuando logro sentarme y apoyarme en el respaldar de la cama, veo un paño blanco caer de mi frente, húmedo y algo caliente… Abro mis ojos de manera inhumana, importándome un carajo que mi cabeza estuviese partiéndose a la mitad. Siento un tenaz tirón en mi pecho, en el lugar de mi “supuesto corazón”, el cual al parecer se detuvo de golpe. Miro a mi alrededor y me encuentro con un pequeño cuenco con agua y otro paño dentro.

(LINK 3)

Ignorando todos mis dolores y malestares producto de la espantosa noche que pasé, me levanté de la cama, descalzo y comencé a buscar por toda la casa, o mejor dicho “buscarlo”. ¿Él habría sido el que vino a cuidar de mí? No lo creo, él jamás dejaría su noche de bodas para venir a verme, yo, yo simplemente no sabía que pensar, pues hacerlo y saber que SungMin fue capaz de venir a mi departamento para ver como estaba, era mucho más de lo que yo lo creía capaz, ¿Entonces, quizás hay esperanzas para lo nuestro?

No vi a nadie, no encontré nada fuera de lugar, tan sólo el cuenco con agua en mi mesa de noche. Apretando mis puños con fuerza, concentrando toda mi frustración en el agarre, caí de rodillas. ¡Esto era un maldito infierno!

-Si tan sólo pudiera verte SungMin, si tan sólo pudieras volver a mí, si durmieras a mi lado una vez más, si tan sólo pasara una vez más, qui-quizás podrían a-apaciguar mi maldito dolor…-

Nuevamente comenzaron a caer lágrimas, cosa que era curiosa, pues creía que ya no tendría más reservas…

Él sonido de la puerta principal me sacó de mis pensamientos, y rápidamente giré, y mi cuello resentido me hizo notar lo brusco que fue mi movimiento, pero no me inmuté, pues había quedado paralizado con la figura frente a mis ojos.

 

 

 

 

Ojos los cuales fueron de inmediato captados por los ajenos. Silencio… incomodidad y su mirada se desvía de la mía, como si hubiese lamentado ser descubierto…

-KyuHyun...-

¡Su voz! ¡Esa era su voz! -¡Sung-!- Quise exclamar su nombre, pero un nudo se atoró en mi garganta, además de que él no me dejó terminar.

 -Deberías estar aún en la cama, l-la fiebre aún no ha bajado.-

Desvió su mirada una vez más de mi cuerpo, de mis ojos. ¡Santo DIOS! ¡Maldición, estaba en un estado tan deplorable que me sentí realmente humillado!

-¿¡Q-Qué rayos haces aquí!?-

Solté de repente, mega enfurecido, pero no tanto con él, sino conmigo mismo, ¡Diablos! ¿¡Qué demonios pasó contigo KyuHyun!?

Él al parecer se asustó con mi reacción, pero con una voz algo inexpresiva contestó.

-Sólo… vine a verte, te vi cuando huiste de la ceremonia, y como no te veías nada bien como tu mayor me preocupé por tu salud, así que cuando todo terminó vine a vert-

-¡Deja de decir estupideces! ¿¡Cómo mi mayor!? ¿¡Estas malditamente bromeando!? ¡Vete! ¡No quiero volver a verte! ¡Tú ya elegiste tu camino, ya elegiste tu vida y yo no estoy en ella! ¡Así que deja de fingir que te preocupas por mí, si realmente te preocuparas, jamás habrías aceptado el casarte con esa mujer!-

Escupí una vez más venenoso, aquellas rudas palabras, realmente necesitaba que se fuera, verlo no me estaba haciendo para nada bien, una vez más lloré, ¡Y lloré frente a él JODER!

-Kyu-

-¡NO! ¡MALDICIÓN NO! ¡NO DIGAS ABSOLUTAMENTE NADA Y VETE!- Me paré como pude del suelo, pues mis piernas aún se sentían desganadas y me dirigí a él con la intención de empujarlo fuera de mi casa, pero cuando mis manos tocaron sus hombros para empujarlo, sentí como una descarga eléctrica me golpeaba, lo solté de inmediato, él me miró extrañado, pero luego frunciendo mi ceño y forzándome a salir de mi propio shock volví a sujetarlo de los hombros para empujarlo, -¡Maldición! ¡Sal de aquí de una puta vez! ¡No quiero verte, no quiero oírte, te odio, maldito infeliz!- Repetía una y otra vez aquellas palabras totalmente ido, no oía ni veía nada, aunque me pareciera que escuchaba su voz reclamarme algo, pero como dije, no era consciente de eso. Estaba cegado por mi ira.

Él para mi sorpresa, se liberó de mi débil agarre en un brusco movimiento, y me abofeteó haciéndome callar de inmediato, haciéndome entrar en razón, haciéndome volver… a la maldita, cruda y cruel realidad.

-¡Maldición, cálmate KyuHyun!-

Me gritó como jamás nunca lo imaginé, ¿Acaso esto no tendría que ser al revés? ¿Acaso no tendría que ser él el desesperado, el dolido, el que estuviera fuera de su sano juicio, por algo que yo habría hecho? ¿Acaso no era él, quien hacía este tipo de escenitas siempre?

Caí una vez más bruscamente sobre mis rodillas, haciéndome temblar absolutamente toda la pierna por el impacto. Dándome cuenta de que aunque llore y llore los recuerdos de él no se borrarán tan fácilmente, y nuevamente inundo de llanto a mi vacío corazón. Mis lágrimas caían y caían sin cesar de manera silenciosa.

El calló arrodillado también frente a mí, pero de una manera un poco más suave…

-Cielos, debo admitir que sinceramente no esperaba que te comportaras así, de esta manera, como alguien realmente dolido, y herido, nunca demostraste amarme de manera tan ferviente como lo has demostrado en estas últimas horas… yo creí… que tu reacción cuando te di la noticia aquella vez, había sido porque me considerabas uno de tus juguetes, el cual solo pertenecía a ti, y no querrías compartir… pero ahora, con tus llantos en sueño, y mi nombre balbuceado de esos labios con tanto ahínco, anhelo y desesperación, me doy cuenta de que quizás, realmente si me amabas… Pero ya es tarde KyuHyun, es tarde… para mí.-

Era él ahora el que tenía sus ojos levemente llorosos, y era yo ahora quien tenía una mirada de sorpresa y confusión, ¿¡Cómo es que hemos cambiado de “papeles”!? ¿¡Cómo demonios sucedió que yo me convertí en el “niño sensible y frágil” y él en el “Hombre maduro” de la relación!?

-¿E-estás a-acusándome de ser frío, e in-insensible y el culpable de tu “mala decisión”? ¿A-acaso ahora te arrepientes?-

Comenté pretendiendo estar furioso, pero me fue imposible con lágrimas recorriendo ambos lados de mis mejillas, ¿¡Cómo demonios llegamos a esto!?

-No KyuHyun, no te estoy culpando a ti,  me estoy inculpando a mí mismo, por ser tan idiota y no darme cuenta de tus verdaderos sentimientos, a pesar de que tanto los anhelaba.-

Comentó serio, provocando que abriera aún más mis ojos ante aquella declaración.

-¿Me-me amas? ¿¡A-aún lo haces!? ¡Si es así, po-podemos in-intentarlo de nuevo! ¡E-empezar desde cero otra vez!-

Comenté desesperado, e ilusamente esperanzado. Intentando ponerme de pie, pero él me interrumpió.

-No KyuHyun, como dije anteriormente, ahora… ahora ya es tarde, no hay vuelta atrás, y yo de verdad quiero concentrarme para intentar comenzar a disfrutar de mi nuevo estado “marital”.-

Contestó calmado y serio, y él quien me sostenía de los hombros, para que me concentrara y le mirara a los ojos, me soltó lentamente, y en ese momento sentí un frío irracional, sin igual, antinatural recorrer mi cuerpo en su totalidad, mi piel se rizó mi cuerpo se estremeció y mi corazón se encogió.

Abrí y cerré mi boca, en un estúpido y vano intento de replicar, de decir algo, pero mi voz no salió, aparte de que él tampoco me lo hubiera permitido, pues me silencio, y continuó hablando.

-Sí, te confesaré que aún no la amo, simplemente la precio mucho, pero confió que con el tiempo, logre amarla, es una buena muchacha, y no se merece que yo “la engañe”, es más, incluso yo en estos momentos no debería de estar aquí, sino con ella, recogiendo las valijas para irnos de luna de miel, pero sin embargo aquí me tienes KyuHyun, a tu lado, arrodillado frente a ti, consolándote, ¿Y sabes por qué? Porque aún me importas y me preocupo por ti, y como he dicho antes, tal vez… ya no seamos más el “KyuMin”, pero tanto arriba como debajo de escenario, me seguirás importando, me seguirás preocupando, porque eres alguien a quien aprecio mucho… así que por favor Kyu… ya no llores, intenta ser feliz, y por más que lo que hayas dicho en Weekly Idol sea mentira, de mi parte no lo será, si tu eres feliz, yo también lo seré.-

Contestó serio, besando mi frente y poniéndose de pie, y yo mirándolo desde el suelo podía ver en sus ojos rastros de angustia, tristeza, culpa, pero a la vez se veía que se estaba esforzando por comportarse de manera madura.

-Tú eres toda mi felicidad, maldición…-

Contesté de manera casi inaudible, pero él me escuchó, y volvió a agacharse frente a mí, sujetando una de mis mejillas suavemente con una de sus manos.

-Hay otras maneras de ser feliz, Kyu…-

Contestó sereno, a lo que yo negué con mi cabeza levemente mientras cerraba mis ojos, y sujetaba con mi mano la suya la cual estaba sobre mi mejilla izquierda.

-¡No me interesan!-

Volví a contestar pero esta vez de una manera un poco más audible, y le miré a los ojos, para luego avanzar sobre él y besarlo, una última vez…

Él me correspondió solo un segundo y luego me apartó de sus labios una vez más de manera suave y lenta, mi corazón ya no podía romperse, astillarse ni desintegrarse más.

-Debes esforzarte Kyu, también tienes derecho a ser feliz, y yo jamás me permitiría ser un obstáculo entre tu felicidad y tu…-

-¿¡Es que no entiendes!? ¡Tú eres mi felicidad!-

Volví a replicar una vez más, pero él negó suavemente con su cabeza, mientras apoyaba su frente en la mía, quise retirarme de ese contacto, pero el quien me había sujetado ahora con ambas manos no me lo permitió.

-No Kyu, por favor, no seas caprichoso, sé que eres nuestro Maknae de Super Junior, y que probablemente pienses que debes de mantener tu papel en todo momento, pero ahora… no estamos en un escenario, estamos en tu departamento, tu y yo, ahora no somos “El conejo rosa” y “el evil maknae”, somos Lee SungMin y Cho KyuHyun, los hombres mayores, los adultos… así que por favor comprende, debes de seguir adelante, sé que con el tiempo, conseguirás también una buena chica con la que formar tu familia… así que por favor, ya no sufras… no llores, debo irme Kyu… Adiós…-

Habló finalmente con cierta seguridad, que dio por zanjada la conversación, ya no había lugar a más discusiones… besó mi frente una vez más y se retiró.

-Cuídate Kyu… sé feliz.-

Y cerró la puerta detrás de sí, luego de otorgarme una última mirada, llena de emociones ilegibles.

Nuevamente solo, mis lágrimas volvieron a escapar surcando mis mejillas y no pude evitar susurrar un último; -Vuelve a mí SungMin…-

Pero nadie respondió a ese llamado… nadie respondería a él… nunca más. Mi vida sentimental murió junto con mi corazón en ese instante en que la puerta se cerró detrás de mi único amor, ahora… ahora sólo sería un caminante vacío, sin alma, sin corazón, sin sentimientos… un recipiente vacío…

 

SongFic; Evanesce - Super Junior -

Notas finales:

QnQ Listo... espero que les haya gustado, y como dije m´s arriba, espero no haberlas decepcionado, a pesar de que sufrí por el mal funcionamiento de mi Word, disfrute escribiendo este oneshot, medio larguito que me salió...


Sólo quería pedirles disculpas por si hay faltas de ortografía, está recién sacadito del "horno" xD y pues, por la emoción no lo revisé, así que bueno, espero que no haya mucho.


Con respecto al nombre de "la esposa" no sé si realmente se llama así o no, pero creo haber oído a mi amiga llamarla así, así que me quedó ese nombre xD jeje, me disculpo si no es el correcto u.u


Y también con respecto a la mención del programa "Weekly Idol" también debo disculparme, en ese momento en que lo escribí, solo ese nombre de programa me surgió a la mente jeje, así que bueno, eso :P


Sin más que decir, me despido, y espero con ansias sus opiniones acerca de que les pareció este oneshot n.n y también les dejo mi página en Facebook, por si a algún nuevo lector le interesa n.n


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Así que nuevamente sin más... me despido ♥ ^u^//


Bye bye~ ^u^//


♥ ZaffireHeart ♥


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