10 años atrás.
El sol rayaba el cielo, creando un majestuoso amanecer; el cual era atentamente admirado por el niño de ojos siempre somnolientos y de mente siempre distraída.
Zhang Yixing estaba despierto desde hace mas de tres horas y esperaba ansioso el momento en que el sol hiciera acto de presencia por el este. ¿Por que un niño de siete años esperaba desde tan temprano que amaneciera?.
Simple.
Todo se debía a que cuando el sol estuviera ya en lo alto del azul cielo, él podría al fin, abrir sus regalos de navidad. No hay cosa más emocionante que recibir algo que ha sido esperado, literalmente, durante todo un año, y más si viene de un anciano pasado de peso que viste de rojo y que viaja en trineo, jalado por ciervos mágicos que son capaces de dejar una estela dorada al correr entre nubes. Bueno, para un niño pequeño eso aún es emocionante.
ㅡMamá, papá .ㅡ El niño de cabello azabache corrió hasta la cama matrimonial donde descansaban sus padres y se lanzó, cayendo en medio de ambos progenitores. ㅡYa es navidad, mamá ¿Ya puedo abrir mis regalos? Por favor ¿Si? Quiero abrirlos ya...ㅡEl pequeño daba saltitos, rebotando en el colchón con suavidad.ㅡAnda mamá, por favor...ㅡGiró el rostro hasta su padre y dejó caer su cabecita sobre el abdomen del mayor.ㅡPapá, dile a mamá que me deje abrirlos...por favor...ㅡBalbuceo, haciendo un puchero con sus labios rosados y luego de unos cuantos intentos más, logró que sus padres le dieran el permiso de rajar el papel de colores brillantes y admirarse con los juguetes que había recibido.
ㅡYixing...ㅡEl nombrado dirigió su vista hasta la alta figura de su padre, con las mejillas infladas y llenas de gomitas de colores. ㅡNo comas tantos dulces tan temprano...ㅡEl tono que usaba el padre era de autoridad, pero siempre cargado de amor y cariño para su único hijo. ㅡTe dolerá la pancita si sigues así, hijo. ㅡ
ㅡYep abba...ㅡContestó el niño con la boca llena, logrando que un fino hilo de saliva escurriera por la comisura de sus labios.ㅡEgsto esh lo utimo...ㅡContinuó Yixing al momento en que unos pedacitos de brillantes gomitas cayeran desde su boca.ㅡ
Hace siete años atrás.
Yixing tenía exactamente diez años y tres meses cuando un chico nuevo y de tez morena entró por la ancha puerta de su salón de clases. Sus ojos nunca se despegaron de la esbelta figura de aquel niño, incluso cuando éste notó la atención que recibía.
ㅡMi nombre es Kim JongIn. ㅡLa aún aguda vocecita del niño resonaba por el silencioso salón. ㅡ Vengo de la primaria Deungmok, desde el sur.ㅡExplicó. ㅡ Acabo de mudarme, espero por favor nos llevemos bien...ㅡFinalizando su presentación el niño de ojos oscuros pasó a tomar asiento donde la maestra le había indicado; cuatro puestos adelante de Yixing.
Algo, por muy extraño que sea, le dijo a Yixing que siempre miraría la espalda de ese chico, que él continuaría adelante y que por su parte, no podría avanzar tanto como quisiera. Yixing sacudió su cabeza deshechando aquel atisbo de futuro y dejó que el tiempo pasara.
Cuando las clases finalizaron Lay, como siempre se apodaba en juegos en línea, salió a pasos calmados de la escuela. Con su mochila al hombro y unos cuantos libros más desordenados entre sus brazos; definitivamente nunca podría lograr que todas sus cosas entraran en su morral. Con sus ojos siempre brillantes y somnolientos, se admiraba con la forma de las nubes en el cielo, era una persona fácil de impresionar y contentar.
Pasó por la estación de autobuses que lo llevaría a casa cuando notó la presencia de su nuevo compañero, Kim JongIn.ㅡ"Quizá viva al otro lado de la ciudad"ㅡPensó Lay al ver que tomaba el autobús que dabaa vuelta a la cuidad. Él, por su parte decidió caminar, hacía buen clima y andaba de ánimos para sonreirle a quién pasase a su lado.
Al llegar a la puerta de su casa, por instinto giró la cabeza justo en el momento en el que JongIn entraba a la casa de enfrente. ¡Santo Dios! El niño nuevo y de mirada calculadora vivía frente a él... En ese momento, Yixing no sabía cuántos problemas le traería eso.
Un mes.
Todo ese tiempo pasó hasta que al fin JongIn y Yixing intercambiaron las primeras palabras, el inicio de muchas vivencias juntos. El moreno había perdido su lápiz de tinta y lo andaba buscando por todo el salón, era de su padre y lo había sacado sin permiso; que gran lío se armaría si su progenitor no lo encuentra esta tarde en su escritorio cuando llegue a casa.
ㅡ¿Haz visto mi lápiz azul?ㅡIba preguntado JongIn puestos por puesto, recibiendo solo negativas hasta que llegó a la mesa donde Yixing dibujaba un dragón.ㅡ
ㅡNo lo he visto...ㅡEl pelinegro infló sus mejillas y sonrió. ㅡPero si quieres...te ayudaré a buscarlo...
ㅡ¿En serio?...Gracias Yixing. ㅡKai, como le decía su hermana, sonrió agradecido y le explicó a Lay como era el lápiz que aquejaba tanto su existencia.
Ambos chicos se quedaron después de clases para poder buscar sin obstáculos el objeto, encontrandolo después de unos cuantos minutos en el estuche general del salón, todos los lápices perdidos terminaban ahí, siendo de uso público.
Ese día JongIn supo que Yixing vivía frente a su casa de dos plantas y que era hijo único, supo también que podían caminar o bien tomar el autobús juntos a casa, inquirió que aquello sería una buena amistad...por ahora.