Capitulo 1:
Homosexual
Un día tranquilo, sin nada en que pensar y en qué hacer Naruto se encontraba sentado sobre su cama alistando nuevamente las cosas para la escuela. Ya hace varios meses que habían comenzado las clases y tener que soportar a los retrasados y odiosos de sus compañeros cada vez que le decían “el marica” o “mariquita” era insoportable. El mismo se declaro 100% homosexual pero tampoco era para que cada día de clases, cuando entraba a su salón, su preciado y hermoso asiento tuviera un papel escrito con la palabra “nena” y de vez en cuando “putita” para el eso era muy normal, toda su vida se acostumbro a esos insultos y hasta pisotones que le daban muchas veces en el recreo.
Uzumaki es un chico bastante hiperactivo, altanero, divertido, lo que toda una buena mujer podría desear para hacerla reír un rato, divertirse y pasar una noche grandiosa con aquella maravilla viviente. Pero existía un gran problema y además de ser Gay era una persona de familia humilde, mejor dicho pobre aunque nadie se lo considera pobre cuando tiene casa, padres y una hermanita a punto de nacer, lo que el tenia no sobrepasaba la pobreza, era intermedio y aunque no tuviera el dinero necesario para entrar a la escuela privada de Konoha Hish School por una extraña razón le otorgaron una beca gracias a su carrera como actor.
Ahora a sus dieciséis años de edad podía decir con orgullo que estaba inscripto en esa escuela desde hace cuatro meses. Pero nunca seria igual a la mayoría de los alumnos que iban ahí, no era un nene de papi, tampoco un sábelo todo, ni un modelo con carrera asegurada gracias a sus padres. El solamente era Naruto un chico normal y corriente molestado por ser un marica de primera.
-¿Naruto hijo? La cena esta servida
-… ¿si?
Su madre era la única mujer la cual veía su sonrisa y hasta sus lamentos, la única enterada de lo que pasaba en la escuela pero por la beca que tenia era preferible no anunciar ni declarar nada en contra de la escuela, fue demasiado que le dieran ese privilegio de asistir ahí, sin mucho más que decir Kushina salió del cuarto de su hijo con cuidado de no hacer mucho esfuerzo por su futura bebe que aun vivía en su vientre. Paso a otro cuarto en donde su esposo se encontraba leyendo un libro de arquitectura, Minato al verla abrir la puerta se levanto de la cama dejando el libro sobre ella para ayudar a su esposa a sentarse. Esta solamente le sonrió negando con la cabeza para que no se preocupara demasiado.
A demás de ser una mujer bastante fuerte en estos momentos su cuerpo era débil para muchas cosas, la falta de médico y el sobre carga acompañado con el estrés no era una muy buena señal para el bebe.
-haha lo siento Minato, solamente venía a decirte que la comida esta lista…
-¿segura que es solo eso?
-¡claro que si!... aunque también quería platicarte de algo acerca de Naruto
-lárgalo, soy todo oídos
-… ¿podríamos sacar a Naruto de esa escuela?
-…¿eh? Claro que no, ahí podrá desempeñarse en una gran carrera como es la actuación
-siempre supe que Naruto daba para mucho mas además de ser molestado
-Kushina, son épocas nuevas, los chicos lo molestan para llamar su atención… es muy normal
-¡Minato!
-no voy a permitir que mi hijo viva en la tierra como lo hacemos nosotros, ponte en mi lugar y déjalo en esa escuela.
-amor… hay muchas escuelas
-ninguna se compara con esa, el lo superara
Ella solo se dispuso a suspirar, las charlas con su esposo eran prácticamente innecesarias porque siempre diría lo mismo con respecto a la escuela.
Sin mucho merito a continuar hablando Kushina beso la frente de su esposo para luego levantarse y dirigirse a la cocina tranquilamente y tratando de no hacer mucho esforzó, ella sabía que en solo algunos dos meses o tres su bebe nacería por fin.
La cena paso tranquila, solamente Kushina conversaba y preguntaba muchas que otras cosas sobre el día, como habían aumentado los precios y que gracias a eso muchas personas morían de hambre al no poder pagar un kilo de tomate. Mientras tanto la lluvia comenzaba a caer sin compasión contra el techo de la casa Namikase, algunos que otros truenos y relámpagos alumbraban al viejo Kurama que dormía dentro de unas cagas de madera que el mismo Minato había hecho para el pobre perro dormilón. Naruto una vez termino de comer se levanto de la mesa para dirigirse nuevamente a su habitación, pero no conto con que unos brazos se lo impidieran tomándolo desprevenido.
-Naruto ¿me quieres ayudar con esto?
-sip… -sonriendo a todo dar, comenzó a secar los últimos platos mojados mientras que su madre limpiaba los vasos con un trapo. Él solo suspiro y se relajo cuando escucho que la lluvia se convertía en una pequeña llovizna.-
-¿Cómo te esta yendo en la escuela?
-normal…
-hmn … -no siguió la conversación porque al ver la cara de su hijo ponerse pálida le informo que los asuntos de su hijo por ahora iban de mal en peor ¿verdad?-
-ah… Má mañana volveré tarde a casa, tengo que ir a la biblioteca para ordenar algunos de los nuevos libros que van a dejar despues de la escuela
-¿no hay una secretaria para eso?
Si la había… y dos
-está enferma…
-pero eso no te corresponde a ti, No trabajas como tiempo extra para ganar puntos o una mejor nota en literatura ¿o sí?
-… Má
-Naruto
- … es que y-yo solo quiero –
Su madre sonrió e ignorando nuevamente el tartamudeo de su lindo retoño por explicar las cosas provoco que se tranquilizara un poco. Su Naruto, su niño la veía con esos ojitos que mostraban algo más que miedo a ir a la escuela o soledad, simplemente Amor.
-Que sea antes de las siete, no quiero que te vengas muy de noche y menos en esta época
-je, no te preocupes vieja no te libraras fácil de mi
-¡a quién crees que le llamas vieja pendejo ingrato! –Sí, una de las mejores madres que Naruto podía desear en ese mismo momento-
Naruto al escuchar que su perro ladraba decidió que era hora de entrar al pobre animal dentro de su acogedora casa para que le ayudara a calentarse en su habitación, le gustaba dormir con Kurama y eso nadie le podía contradecir, mientras abría la puerta de su casa Kurama entro rápidamente y sin desviar su vista a aquel muchacho que lo miraba entre la lluvia el ladro nuevamente. Naruto no era tonto y se percato de que era observado por alguien, siguiendo la mirada de su perro sus ojos se abrieron completamente al encontrarse con la figura de un muchacho que lo miraba entre las gotas de agua que caían.
Si no fuera por la oscuridad del lugar podría reconocer a tal figura, y como no hacerlo si el maldito chico que estaba caminando en otra dirección, pertenecía a su escuela.
Rápidamente cerró la puerta de su casa logrando volver en si cuando Kurama comenzó a molestarlo para que se fueran a la cama.
Las una de la madrugada mostraba su reloj de mano, era hora de dormir, y aunque fuera temprano para él prefería tomar una hermosa siesta a estas horas antes de volver a quedarse dormido y perder otro examen. Lo agobiaban demasiado con el estudio en esa escuela, le daban más tarea que en su otra secundaria. Joder.
-ven Kurama –el perro no mostro señales de vida ante su dueño, el maldito ya estaba durmiendo en un pequeño colchón después de un largo y relajante baño con su lengua para limpiar los rastros de agua que tenia gracias a la lluvia.-… que descanses amigo
Se durmió sin ninguna interrupción después de algunos minutos, y cayendo a los brazos de Morfeo descanso sus ojos esperando que su tranquilidad siguiera, porque el día de mañana seguramente volvería a la selva con todos los animales salvajes que tenía como compañeros.
Mientras tanto en otro lugar, lejos de la casa de nuestro famoso protagonista un azabache se encontraba caminando sin rumbo alguno, entre la lluvia y los charcos de tierra que accidentalmente llegaban a él dejándolo sucio. Como un alma en vida empezó mostrar desinterés por hacer algo al respecto con su pequeño problema. En estos momentos no tenia ánimos de nada y menos de seguir aguantando las quejas de su padre. Él prefería perderse en el camino que a tener que llegar a su casa y pasar por lo mismo que hace unas cuantas horas atrás, Sin ningún lugar a donde ir llego a un parque desolado, donde rápidamente se refugió ayudado de su chaqueta para no seguir mojándose.
Se sentó en el fino suelo aguantando las gotas de agua caer desde el techo en donde se encontraba. Suspiro pesadamente y cargando consigo una rebanada de pan (que fue lo único que logro sacar de su casa cuando escapo) se la llevo a la boca para parar el hambre. No había logrado sacar nada de comida por la pela, ni tiempo le dio su padre para que por lo menos agarrara la ropa para la escuela. En unas horas, cuando la lluvia parase volvería a su casa para buscar lo necesario.
Después de todo, tiene el derecho de volver cuando se le plazca… su padre entendería que el también es un Uchiha, uno que nunca le podría dar nietos de su sangre.
Continuara