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Lo único que te pido (Corazón de melón, Amour Sucré) por Personneinconnue

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Notas del fanfic:

Escribí el fanfic antes del capítulo 23 del juego así que, lo de la pelea era creatividad de verdad xD

Esto es romance drama, así que es un poco más serio de lo normal

Lo otro es que no puedo saber como sigue la historia oficial, así que puede que haya algunas incorcondancias.

Notas del capitulo:

Debo decir que los personajes le pertenecen a Chinomiko ( es muy genial decir esto) y lo fujoshi es mío. No los entretengo más lean por favor.

Esta historia está narrada desde el punto de vista de Castiel y Nathaniel, cuando esté narrando alguno de los dos lo escribiré arriba.


Castiel

El molesto ruido de mi alarma me despertó, solté un quejido de protesta, me voltee, di manotazos en el aire hasta alcanzar el aparato y lo lancé lejos.

Me escondí bajo las sábanas para seguir durmiendo pero el sonido volvió con mayor intensidad.

- ¡Joder! ¿No puedo domir unos putos 5 minutos? - Solté molesto.

Resignado tiré las frazadas a mis pies. Mi despertador estaba colgando del cable conectado al enchufe a mi lado, la verdad era que la máquina era inmortal, había recibido mies de palizas de mi parte y aun así seguía funcionando, lo cual no sabía exactamente si me agradaba o me desagradaba.

Lo último que quería hacer era ir al instituto, no había dormido más de tres horas pues me quedé casi toda la noche mirando el techo, lo único que me hacía ir era que Lisandro quería enseñarme una nueva canción que había compuesto.

Reuní la suficiente fuerza de voluntad y me levanté de la cama. Mi cuarto estaba un poco desordenado: mi ropa estaba botada por todos lados, había un paquete de fritura a medio comer y un par de latas de cerveza esparcidas por allí.

Lancé el bóxer que llevaba puesto a alguna parte del caos del lugar, me metí a la ducha y la relajante agua caliente cayó sobre mí.

Salí del baño con una humeante nube de vapor a mí alrededor, el cabello mojado y con una toalla envuelta en la cintura. Cogí una camiseta y ropa interior limpia del armario más un pantalón que había usado hace unos días del suelo y me los puse.

Demonio estaba durmiendo en el sillón, apenas había levantado la cabeza al verme, así que le dejé comida y agua en sus platos, tomé un poco de pizza que había sobrado del día anterior y me la comí fría, después de terminar, me puse mi chaqueta de cuero, agarré las llaves, me coloqué la mochila y me marché.

Vivía a aproximadamente 30 minutos del Sweet Amoris, pero en mi motocicleta el tiempo se reducía a la mitad, además mi viaje era bastante entretenido porque la calle siempre estaba vacía y podía jugar a sacar velocidades récord a mi máquina.

Cuando llegué al instituto estacioné, me saqué el casco y entré. Habían empezado ya las clases hace a lo menos 20 minutos por lo que estaban todos los pasillos sin ninguna alma rondando. Me fui a recostar en el césped, bajo la copa de un árbol para que el sol no me llegase a la cara. Me dediqué a observar las hojas para pasar el tiempo.

Cuando pequeño me gustaban los jardines y los árboles, solía corretear por un parque cerca de mi antigua casa buscando bichos o escalando juegos.

Bostecé y cerré los ojos, realmente tenía sueño...

* * *

Me desperté sobresaltado por la campana, miré a mi alrededor desorientado.

Estaba sobre tierra húmeda, y me había dado frío...

¿Dónde diablos estaba?

Me recompuse rápidamente y atisbé por la ranura del ojo el pelo rubio del delegado principal.


El chico estaba apoyado contra un árbol, parecía no haberme visto aún y tenía una expresión muy cansada. Se pasó una de sus manos por la cabeza

removiendo sus cabellos y suspiró.

¿Eh?> Me sorprendí. Así que el señor perfección también tiene sus momentos> Pensé con sorna

Detestaba a Nathaniel ¿Por qué tenía que ir por el mundo siendo el tipo perfecto?, era él más correcto, él más puntual, él con las mejores calificaciones, él de la conducta intachable...

Era un lame botas con todas sus letras, siempre persiguiendo a la directora y a los profesores.

Me paré para que se fuera o para burlarme de él pero desapareció de la nada antes de que pudiera hacer algo, así que tomé mis cosas extrañado y me fui a la siguiente clase, lengua.

Caminé por los pasillos hasta mi casillero, saqué mi cuaderno y luego seguí derecho hasta llegar a la sala. En la habitación estaba el profesor nuevo haciendo clase así que entré y me senté entre Sucrette y Lisandro.

- Señor Castiel- Dijo el tutor enojado- Estas no son horas de entrar, por último si va a aparecer tarde, por lo menos tiene que pedir permiso-

- Que va - Respondí borde.

El tipo suspiró resignado y prosiguió con la clase.

- Como decía antes de que nos interrumpieran, Shakespeare se caracterizó por ser...-

Abrí mi cuaderno y oí el tono burlesco de Su.

- Oye hoy estás más rebelde de lo normal, ¿Qué te pasó?

- ¿De qué hablas?, no ha pasado absolutamente nada, tabla.

- ¿A quién llamas tabla, cabello de menstruación? - Dijo ella medio en burla y medio enojada.

Me reí, Sucrette era una chica extraña y graciosa, me gustaba ser su amigo, en algún momento luego de conocerla pensé que me podría ser su novio, pero la verdad es que me agradaba demasiado como para echar a perder la relación que teníamos, además sospechaba que le atraía a Lisandro por lo que no iba a tocarla.

Su se puso a tomar apuntes, por lo cual miré a la pizarra y me preparé para una larga, larga hora...

El timbre sonó demasiado tarde para mi gusto.

Me levanté y hui rápidamente del salón de clases, no tenía ganas de esperar a Su y a Lis por lo que me fui directo a mi casillero en busca del equipo de deportes, Nathaniel me alcanzó y me agarró el brazo para detenerme.

- Castiel, te pido por favor que dejes de llegar tarde a clase, si vuelves a retrasarte te suspenderán, por ahora necesito que firmes esto.

Me enojé.

- No firmaré nada y menos del perro de la directora.

Me di media vuelta, abrí la taquilla y me puse a ignorarlo.

- Castiel, por favor, este tipo de cosas no pasarían si dejaras de faltar a clase y te centrases en tus estudios.

- Deja de meterte en mis asuntos, Nathaniel, yo no me ando escondiendo en las faldas de la directora para que me tenga buena, yo soy independiente y hago lo que quiero - Ok, eso había sido una respuesta algo patética.

Iris apareció y se acercó.

- ¿Qué pasa chicos? - Dijo preocupada - ¿Todo bien?

- No pasa nada, Iris, Castiel solo está un poco molesto porque estamos viendo cosas sobre papeleo - Dijo el delegado con una gran sonrisa.

Me harté y saqué el equipo de deportes. De improviso, de reojo logré distinguir una mancha café moviéndose a toda velocidad, detrás venía la directora, tenía el cabello desarreglado, la cara roja y la ropa sucia, se veía realmente graciosa.

- ¡Joven! - Me dijo exasperada mientras perseguía al perro- Ayúdeme a atrapar a Kiki.

Me reí disimuladamente.

- K-Kiki, mi niñito - Gritó la directora suplicante mientras corría - ¿Por qué te escapas de mami?

Observé como el profesor Farrés salía despreocupadamente del aula B y como la vieja no alcanzaba a reaccionar a tiempo.

El pobre tipo antes de la colisión alcanzó a ver la adrenalinica cara que puso la mujer que se dirigía a toda velocidad hacia él. El pelinegro cayó de espaldas y la sonrojada y sudorosa directora sobre él.

Me reí, parecían una pareja muy apasionada los dos ahí en el piso.

La primera reacción de la dueña del perro fue pararse rápidamente pero los años le jugaron en contra y volvió a caerse. El profesor "caballerosamente" se paró, rojo como un tomate, y la ayudo a levantarse. Todo el instituto se quedó expectante mirando el espectáculo.

- ¡Muchacho!, atrapa a Kiki y tráelo a mi despacho, si le pasa algo a mi pequeño será tu culpa - Exclamó la directora avergonzada y antes de que Farrés pudiera responderle se marchó a la sala de profesores y de paso le gritó a un par de alumnos que estaban allí presentes.

El profesor se fue tras el perro y luego que desapareciera por el pasillo todo el instituto rompió a reir. Sentía que los ojos se me ponía llorosos de tanta risa.

Luego del alboroto la multitud se dispersó y solo quedó Iris a mi lado

- ¿Oye Cast, no seguirás enojado con Nath? - Comentó incómoda - Se supone que ya aclaraste toda la historia entre Debra y tú ¿no?

- Sí, eso lo tengo claro- dije molesto - pero eso no quita que sea como kiki y que persiga todo el tiempo a la directora para lamer su mano.

- Pero, Nath la debe tener difícil, siempre se esfuerza mucho para complacer a su padre y su hermana no se lo hace nada fácil.

- Si, por supuesto, es de familia, son un par de idiotas. - Dije tajante.

Me di vuelta y me encaminé hacia la zona de deportes, escuché a Amber cuchichear mi nombre pero la ignoré y seguí mi camino. Atravesé a las parejas que se quedaban en el patio para embrollarse un rato y entré al recinto.

Era recreo aún por lo que en la cancha de Baloncesto no había nadie y las pelotas se hallaban inertes en el piso, estaba realmente silencioso comparado con el resto de las veces que pasaba por aquí...

Ingresé al camarín sin ninguna gana y lancé mi bolso a la banca.

Escuché un sonido de exclamación, no estaba solo ahí.

Levanté la vista y logré divisar por un segundo la espalda desnuda de Nathaniel, tenía magulladuras por todos lados y un moretón cubría la mayor parte de su hombro derecho.

Se veía horrible, ese tipo de heridas hacían que te quedaras en cama y que no te movieras, ninguna persona corriente soportaría ese dolor y menos haciendo la rutina normal del día a día sin rechistar.

Debía de arder y mucho...

El delegado se dio vuelta bruscamente y me miró asustado.

- ¿Qué demonios te pasó en la espalda?- Exclamé buscando palabras que decir -

- No es de tu incumbencia - Siseó venenosamente mientras se ponía la camiseta del equipo.

Me miró con odio, ni siquiera intentó disimularlo con una sonrisa como normalmente lo haría, se veía molesto, muy molesto.

- Solo preguntaba porque pareciera que te hubiese saltado encima una pandilla - Respondí automáticamente.

- ¡Qué no es tú maldita incumbencia! - Gruñó

- ¡Woah! ¡Nathaniel diciendo palabrotas, eso es algo nuevo! - Vociferé sorprendido y un poco molesto por su actitud.

Su respiración se agitó, me miró a los ojos, apretó los dientes y medio segundo después había saltado hacia mí. Me agarró de la camiseta y me empujó hasta la pared aprisionándome. Sentía su aliento irregular en mi cara.

< ¿Qué estaba haciendo?>

Por puro instinto lo empujé de vuelta y se calló de espaldas.

- ¡¿Qué mierda te pasa?! - Gruñí

Su cara estaba roja y sudorosa. Se paró y se me abalanzó de nuevo.

- ¡Ey, Detente! - Grité pero Nathaniel me golpeó con su puño en el estómago y se me escapó el aire de los pulmones, me obligué a mantenerme de pie para recuperar el oxígeno.

- ¡¿Qué está mal contigo?! - logré decir

Le di un golpe fuerte en la nariz para detenerlo de una vez, se llevó las manos al rostro, dio un traspié hacía atrás y se estrelló de espaldas con estrépito en los casilleros. Bajó su vista, desviando la mirada, pero me pareció que tenía los ojos llorosos y húmedos.

- ¡Castiel!, ¿qué pasa aquí?

Giré mi cabeza hasta la puerta para ver la silueta de mi amigo, parado, observando la situación, tenía una mirada tranquila y desaprobadora. El delegado principal aprovechó la distracción para ponerse de pie y huir.

- ¿Qué pasó Castiel?, ¿Por qué estaban golpeándose?- Insistió Lisandro.

Intenté calmar mi respiración.

- No sé qué mierda le pasó, ¡ni siquiera le provoqué!, solo saltó sobre mí.

Comencé a sentir un dolor pulsante en el costado en donde Nathaniel me había aporreado.

- Solo, llegué cuando se estaba cambiado de ropa y vi su espalda...



* * *

Por alguna razón nostálgica y estúpida había terminado en el parque que había cerca de mi antigua casa. Comencé a caminar por el sendero, la gravilla crujía suavemente bajo mis pies, el viento corría a través de las copas de los árboles y las hojas murmuraban.

El sol rehuía por el horizonte y el calor se iba con él...

Busqué en mis bolsillos un cigarrillo y me lo llevé a los labios.

El lugar no había cambiado nada desde la última vez que había estado ahí, era el mismo sendero, los mismos árboles, el mismo césped y los mismos juegos, el único cambio era que las bancas estaban más descoloridas y descolchadas...

La piel de mis brazos se erizó por el frio, a pesar de que llevaba mi chaqueta puesta.

Al final luego del incidente con Nathaniel, el imbécil no volvió a la clase y al parecer tampoco estaba por el instituto. Todavía no entendía su arrebato, que más que enojado me dejaba sorprendido. ¿Por qué demonios un gilipollas como Nathaniel había perdido tanto los papeles?

De todos modos no me interesaba lo que hiciera el señor perfección.

Solté una bocanada de humo por la boca y me dediqué a observar como el último niño ubicado varios metros más allá era llamado por su madre para que se fueran a casa.

Ahora sí estaba solo en el parque, iluminado únicamente por los faroles dispuestos a la horilla del camino.

Lancé una carcajada, ¡¿Qué diablos estaba haciendo?! ¡Mierda, esto era realmente patético!

Solté la colilla de mi cigarrillo al suelo y la aplasté. Me di media vuelta y vi la silueta de un hombre derrumbarse y caerse un par de metros más allá, lentamente me aproximé. Primero distinguí el cabello rubio y luego la sangre. Se me escapó un sonido ahogado de los labios y me acerqué corriendo.

- ¡Nathaniel!, ¿Qué demonios te pasó? - Lo tomé cuidadosamente del cuello - te... ¡llevaré al hospital!.

- P-por favor - Susurró - No lo hagas, te lo pido...

Dudé... Su voz se oía tan suplicante y humillada...

Su ropa estaba sucia y pegajosa, la cara se le deformaba por el dolor...

Podría tratarlo en casa... además era lo único que pedía, pero su estado lucía realmente horrible...
Notas finales:

Emmmmm ohh dios estoy muy nerviosa, este es el primer capítulo que subo y alguien lee,  (a mí me da mucha cosita que la gente lea lo que escribo), lo hago solamente porque necesito saber si lo que hago sirve. A mi editora me costo mucho mostrarle esto, a ustedes más, pero bueno por algo hay que comenzar.

En fin espero que les haya gustado, si quieren seguir leyendo diganme porque muchas veces escribiendo este capítulo sentí que la historia era un asco y tuve ganas de mandar todo por la borda, seguí con la condición de que si al subirlo a alguien le gustaba iba a continuar, así que ustedes deciden


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