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Sangre del pasado por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Hola a todos, tengo una mala y una buena noticia y es que el día 25 no voy a poder subir el capítulo porque me voy a ver a la familia, así que en compensación... la buena noticia es que hoy subiré dos capítulos jeje. Del día 26 que es cuando vuelvo subiré el capítulo correspondiente pero algo más tarde de lo normal, cuando regrese del viaje y tenga internet.

 

Así que os deseo a todos unas felices fiestas y Feliz Navidad.

Naruto Namikaze POV

 

Cuando Kakashi llegó de trabajar y nos dijo que había visto luz en la casa de los vecinos… me sonrojé al recordar como aquel chico moreno me había visto medio desnudo paseando por mi habitación mientras me ponía el pijama y es que mi ventana… daba justo a la ventana de la habitación de aquel chico tan guapo al que también debía ver en clase.

 

- ¿Qué te ocurre Naruto? – Me preguntó Kakashi mirándome con preocupación - ¿Estás bien hijo?, estás muy rojo ¿Tienes fiebre? Puedo llamar al médico si no te encuentras bien – me comentó mi padre tocándome la frente.

 

- Estoy bien papá – le dije – sólo un poco cansado.

 

- ¿Mucho entrenamiento? – me preguntó sonriendo y me tensé al recordar el Lacrosse.

 

- Sí, algo – le dije.

 

- Creo que debería ir a hablar con ese entrenador tuyo que tienes… no está bien que te fuerce a entrenar tanto, te deja destrozado y demasiado cansado.

 

- No – le grité – no hables con nadie – le pedí y mi padre se extrañó aún más porque había levantado la voz, algo que nunca hacía. – Lo siento – me disculpé por levantar la voz.

 

- No pasa nada hijo, es el estrés seguro. ¿Tenéis partido pasado mañana, no? – me preguntó y yo me entristecí un poco más.

 

- Sí – le aclaré.

 

- Entonces iremos toda la familia a verte jugar el partido, te animaremos desde la grada – me dijo Kakashi con una sonrisa

 

- Vale – le dije mirando ahora a mi hermano que estaba detrás de Kakashi mirándome con ojos incrédulos, con esos ojos que siempre ponía cuando sabía que me ocurría algo y vi la tristeza en sus ojos, su preocupación por mí.

 

En realidad creo que Deidara podía sentir mi tristeza también, éramos gemelos y nos entendíamos a las mil maravillas, muchas veces me daba miedo que pudiera ver a través de mí y descubriera todo lo que me ocurría, porque quería mantenerle al margen de mis problemas en el equipo, no necesitaba que él se involucrase en esto, de hecho… no quería que él pudiera pasar por lo mismo que yo, así que trataba de ocultarle siempre las cosas, porque sé que si se enteraba… querría ayudarme y podría caer él también en mi problema, no quería eso para él. No me apetecía tener que contarle nada y él nunca me presionaba, pero veía en sus ojos la preocupación. Me moría de ganas de poder decirle todo, pero no podía, tenía demasiada vergüenza y miedo como para contárselo incluso a él.

 

- ¿Qué os parece si vamos mañana todos a saludar a nuestros nuevos vecinos y así los conocemos? – preguntó Kakashi.

 

- Sería genial – dijo Deidara con una gran sonrisa como si fuera una gran oportunidad para él de conocer gente, de hacer amigos después de tantos años de soledad.

 

Yo recordé a aquel chico moreno de espectaculares ojos oscuros mirando mi cuerpo desnudo a través de la ventana y… bastante tenía ya con verle en clase y sonrojarme allí por lo que había pasado como para encima tener que ir a su casa… no quería hacer amigos y menos ahora que ese chico encima me había visto desnudo. No quería tener que verle, me daba mucha vergüenza y para colmo… yo no quería amigos, rehuía a la gente, no me daban confianza alguna así que no quería ir a la casa de los vecinos.

 

- A mí no me apetece – dije y miré a Deidara desilusionarse y preocuparse un poco por mí.

 

- Estás seguro Naruto… puede ser una oportunidad para…

 

- He dicho que no quiero ir – le repetí elevando un poco la voz y miré entonces como todos me miraban extrañados de mi comportamiento.

 

- Entonces yo tampoco iré – dijo mi hermano de golpe entristecido – me quedaré con mi hermano y estudiaré – dijo sonriendo ahora como si eso me calmase a mí, lo estaba haciendo por mí y eso me dolía, porque él no tenía amigos, era una oportunidad para él que yo le estaba arrebatando por mi egoísmo de no querer conocer a gente.

 

- Creo que deberías de ir Dei –le dije al final – enserio… no te preocupes por mí, ve y luego me cuentas como son los nuevos vecinos.

 

- ¿Estás seguro Naru? – me preguntó

 

- Sí Dei, ve tú.

 

- Naruto… - empezó ahora mi padre Minato – creo que sería bueno que fueras, llevas un tiempo muy raro y distante con todos ¿Ha ocurrido algo que no sepamos?

 

- No, pero no quiero ir.

 

- Naruto… - volvió a llamarme Minato – antes traías muchos amigos a casa pero hace años que no traes a nadie ¿Seguro que estás bien?

 

- Estoy bien, sólo no quiero ir – le dije

 

- Está bien, iremos los demás.

 

Sé que antes era como mi padre decía… era extrovertido y bromista, salía con los amigos a todos los lados pero ya no podía hacerlo, no confiaba en nadie excepto en mi propia familia. Aunque pensaba así… tampoco estaba ciego y ese chico moreno de al lado… era guapísimo, pero no me hacían falta amigos, decidí alejarme de todos y eso haría.

 

Me fui hacia mi habitación y Dei me siguió preocupado, sé que lo estaba, que yo llevaba mucho tiempo raro y en cierto modo yo también lo sabía. No podía dejar de pensar ahora en aquel moreno y en el inminente partido de Lacrosse. Quería dejar el equipo pero no podía, el director del centro me obligaba a seguir allí, mis notas era muy malas y sólo me dejaban quedarme en este instituto elitista gracias a que mi hermano era un genio del que no querían prescindir por la reputación que daba al centro y porque yo ganaba partidos, así que me aprobaban a veces con cincos para poder jugar los partidos, pero realmente… si no fuera por el Lacrosse y mi hermano, me habrían echado del centro hace mucho.

 

Mi hermano sé que llegaría lejos, tenía una mente brillante y siempre trataba de ayudarme en todo, tenía un corazón enorme y se lo agradecía, pero yo no tenía su cerebro. Si me hubieran expulsado del centro, Dei habría dejado el instituto también para venirse a otro conmigo y nuestros instituto no quería perderle.

 

- Naru-nii – me llamó Dei cuando entró en mi habitación - ¿Qué ocurre?

 

- Nada Dei, es sólo que no quiero ir a ver a los vecinos.

 

- Pero… tú siempre has sido muy extrovertido y tenías muchos amigos ¿Es por mi culpa?

 

Me encantaba mi hermano, era tan inocente y dulce, siempre preocupado por los demás, siempre sintiéndose culpable. Era cierto que al no tener él amigos yo había dejado a los míos para estar con él, pero no era su culpa, había sido mi decisión y además… si mis amigos no aguantaban a mi hermano ¿Qué clase de amigos eran que no me entendían? Eran falsos y no necesitaba gente falsa a mi lado.

 

- No es tu culpa Dei, es mía, yo no necesito falsedad cerca de mí – le dije.

 

- Pero tenías muchas amigos… tienes suerte, todos quieren ser tus amigos.

 

- A mí no me importan ellos Dei, si se meten contigo se meten conmigo también, eres mi hermano, yo jamás te abandonaré.

 

- ¿Por qué quieres dejar el Lacrosse? ¿Ya no te gusta? – me preguntó.

 

- Claro que me gusta… pero no soporto que me utilicen para ganar partidos, no soporto los entrenamientos duros con ese odioso entrenador y creo que soy más que un jugador, quiero poder divertirme y ahora sólo es como un trabajo, una obligación cuando antes me divertía jugando.

 

- Lo sé, pero tú eres genial – me dijo sonriendo como un niño pequeño – quiero ser como tú Naru.

 

- No digas eso – le grité y me di cuenta de que era mi hermano, que no podía gritarle a él. Le abracé en cuanto pude a modo de disculpa – no seas como yo Dei, tú tienes luz propia, llegarás más lejos que yo. Yo no podré nunca estar a tu altura Dei.

 

- Pero siempre serás mi hermano, a mí me da igual tus notas, eres muy listo, pero no te gusta estudiar… nada más. Si a ti no te gusta estudiar yo lo haré por ti, te ayudaré siempre.

 

- Te quiero Dei – le dije abrazándole de nuevo – me siento orgulloso de tenerte como hermano.

 

- Y yo a ti Naru – me dijo sonriendo – pero no llores, si quieres dejar el equipo yo te apoyaré.

 

- No puedo dejarlo Dei, necesitas éste instituto y si lo dejo me echarán.

 

- Me iré contigo donde sea.

 

- No Dei, aguantaremos aquí hasta que te gradúes.

 

- Naru… yo no tengo amigos aquí, no me costaría dejar el instituto este para ir a otro y sólo quiero verte feliz, si quieres jugar en otro instituto nos cambiamos y ya está.

 

- No Dei, éste es el mejor instituto para tu futuro.

 

- Como quieras Naruto – me dijo sonriendo y como siempre… su sonrisa era tan contagiosa que me hacía sonreír a mí también.

 

Aquella noche dormí abrazado a Dei, era mi hermano y le adoraba, con esa inocencia suya que esperaba jamás cambiase, era una gran persona y no iba a permitir que nadie le hiciera daño. Por la mañana entró Minato a buscarle y tras vestirse se marcharon hacia la casa de los vecinos. Yo me quedé un rato más en la cama y luego bajé a la cocina a desayunar.

 

Hacía un día espléndido y decidí sacarme un trozo de bizcocho y mi vaso de leche a las escaleras del porche. Estaba tan tranquilo desayunando allí fuera cuando mis ojos se cruzaron con los de aquel chico moreno tan guapo que venía hacia mí. No supe si irme o quedarme pero mis piernas se paralizaron en el sitio y no me pude mover. Me puse rojo como un tomate al escucharle y ver su agradable sonrisa.

 

- Hola… ¿Naruto, verdad? – me preguntó.

 

- Sí – le dije – perdón… pero no recuerdo tu nombre.

 

- Sasuke – me dijo sonriendo – ¿Vas a salir corriendo como ayer o puedo sentarme un rato? – al no contestarle se sentó a mí lado – te he visto desde mi casa y creo que debía acercarme a disculparme por lo de ayer, no estuvo bien mirar por la ventana, así que lo siento.

 

- No pasa nada – le dije totalmente sonrojado pero no quise seguir su conversación y me callé.

 

- ¿Estás incómodo conmigo? Pareces tenso.

 

- Es que no te conozco – le aclaré.

 

- Soy Sasuke, tu compañero de clase, tu vecino y espero que tu amigo en un futuro – me dijo sonriendo y tendiéndome la mano, yo la estreché sonriendo.

 

- Naruto Namikaze, encantado. ¿Os habéis mudado hace mucho tiempo? – pregunté por hablarle de algo y no ser descortés aunque quería marcharme cuanto antes.

 

- No, llevamos un par de días. Aún no conozco a nadie. Oye… ¿Sabes que han mandado un trabajo de ciencias en parejas? – me preguntó.

 

- Sí, algo escuché – le dije tomando un sorbo de mi leche.

 

- Me preguntaba si querrías hacer el trabajo conmigo – casi escupí la leche… a este tío no le habían dicho que yo siempre suspendía…

 

- No te conviene hacerlo conmigo –le dije – siempre suspendo, nadie quiere ser mi compañero.

 

- No te vendes muy bien – me sonrió – pero sigo queriendo que seas mi compañero.

 

- Pues debes de ser un genio en ciencias para querer ir con alguien tan cazurro como yo – le dije – o es que deseas suspender y no sabes cómo – él empezó a reírse.

 

- Digamos que se me da algo bien eso de estudiar – me dijo - ¿qué me dices? Venga… no dejaré que suspendas.

 

- Vale – le dije al fin.

 

Hablé con él algo, no mucho porque yo seguía desconfiando y en ese momento… apareció mi entrenador que corría por la calle haciendo deporte y es que… siempre pasaba por mi calle. Orochimaru se acercó hacia nosotros en cuanto me vio ahí fuera y a diferencia de la sonrisa de Sasuke… la de Orochimaru la odiaba.

 

- Vaya… Naruto-kun – dijo - ¿Estás preparado para el partido de mañana? – preguntó – ya sabes que si necesitas entrenar estaré por la oficina, pásate y practicaremos antes del partido – me aclaró.

 

- Gracias – le dije muy serio y Sasuke a mi lado se sorprendió de mi tono – pero estoy listo, no necesito entrenar más, sólo descansar.

 

- Me alegro entonces, ya sabes que contamos contigo para ganar mañana.

 

Lo sé – le dije sintiéndome utilizado de nuevo.

 

- ¿mmm? ¿Tú no eras el chico nuevo que se ha apuntado a mi equipo? – preguntó mirando a Sasuke y yo me sorprendí.

 

- Sí – le dijo Sasuke.

 

- Entonces te veremos mañana, esperemos que seas bueno o tendré que echarte del equipo.

 

- Lo soy – dijo Sasuke con prepotencia – esperemos que el entrenador sea bueno o tendré que quejarme a la dirección – le amenazó sin sentir ni un poco de miedo de él y aquella seguridad me impresionó.

 

No quise ni acabar la conversación, me levanté y me dirigí al interior de mi casa. Orochimaru se marchó despidiéndose y Sasuke me agarró de la muñeca para evitar que me escondiera.

 

- ¿Qué te ocurre con él? – me preguntó y me sorprendí.

 

- Le odio – le dije – sólo nos utiliza para ganar, mientras ganemos él seguirá de entrenador. No te acerques a él, no es un buen tío – le dije y él se sorprendió – deja el equipo ahora que puedes – le comenté entrando en casa y cerrando la puerta tras de mí.

 

 


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