Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sangre del pasado por Fullbuster

[Reviews - 1143]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto Namikaze POV

¡Dios mío! Ser descubierto por Sasuke en esta situación no era lo que me habría imaginado jamás pero tampoco imaginé que se pondría como lo hizo, hasta tal punto se cabreó que llegó a pegar al entrenador. Yo nunca habría hecho algo así, no podía pegar a un profesor, a un entrenador pero él sí se atrevió, era un chico sorprendente, no se dejaba intimidar nunca por nadie. Se había enfrentado al profesor del laboratorio y había declarado prácticamente la guerra a todos los alumnos de clase por mí y ahora… hasta golpeaba a mi entrenador.

No hablé en todo el camino a casa y es que no aguantaba más, no quería decir nada por vergüenza o porque pudieran hacerle lo mismo a mi hermano y agradecí que Sasuke no hubiera dicho nada aún, pero tenía miedo de que hablase y se descubriese todo… me daría demasiada vergüenza que todos se enterasen de esto. Recordé a mi hermano la noche de antes diciéndome que él soñaba y deseaba ser como yo y como le grité que no fuera como yo. Él no podía ser como yo, no soportaría que le pasaran las cosas que a mí me ocurrían, no quería que nadie se aprovechase de él como lo hacían conmigo, él era mejor que yo.

Cada vez que recordaba las cosas me ponía peor y traté de no pensar en nada hasta que llegué a casa. Ni siquiera quise cenar, les dije a mis padres que estaba demasiado cansado y que me iba a mi habitación a descansar. Me encerré allí y me cubrí con las mantas llorando sin poder parar, ni abrir la persiana quise por miedo a que Sasuke estuviera al otro lado ¿Cómo iba a mirarle después de esto? Había pillado a mi entrenador prácticamente abusando de mí, al menos… tocándome lascivamente y me daba mucho asco.

Recordé entonces todo lo que había pasado, cómo tras las fotografías que el director me obligaba a tomarme para el periódico y dar fama a su instituto asqueroso por haber ganado volví al vestuario para descubrir que mis compañeros ya se habían marchado, como siempre, porque a mí siempre me retenían demasiado tiempo por ser el que llevaba a su equipo a la victoria.

Empecé a quitarme todo el uniforme para cambiarme por la ropa de calle cuando sentí una mano envolverse en mi boca obligándome a permanecer en silencio y me pasó su otra mano por la cintura levantándome del banco en el que me encontraba sentado mientras me conducía hacia las duchas. Intenté luchar contra él, pero mi entrenador era más mayor y tenía mucha más fuerza que yo, así que acabó saliéndose con la suya como siempre. Me agarró las muñecas con el cinturón y me las ató a lo alto de la ducha mientras paseaba sus manos por todo mi cuerpo y lamía mi cuello.

Me quejé y lloré, quería que parase, no soportaba más esto y es que durante dos años había estado aguantando como había podido. Sé que mi hermano estaba preocupado por mí, que llevaba dos años con este carácter frío y solitario, que llevaba dos malditos años diciendo que quería dejar el equipo para que parasen de abusar de mí, pero él no podía ni imaginarse lo que me estaban haciendo y yo me negaba a contárselo, no podía contarle a nadie esto, sería una vergüenza y el entrenador se aprovechaba de eso precisamente.

Le rogué que parase como siempre hacía cuando empezaba pero sus manos continuaron tocándome hasta que masajeó mi miembro intentando excitarme, algo que no sé si conseguiría con el asco que me daba, pero él seguía intentándolo, ya sabía cómo hacerlo después de dos años cayendo en sus juegos.

Grité por el asco y deseé que parase, que me dejase tranquilo de una vez… dos años así ya era demasiado para mí y él tan bien como yo sabía que no diría nada por la vergüenza que me suponía contar algo como esto, sólo tenía dieciséis años recién cumplidos y una de sus mejores amenazas para mantenerme calladito, era que podría hacerle lo mismo a mi hermano y no quería que le hicieran nada a él, bastante humillación tenía yo ya como para que él también la sufriera. No podía permitirlo… no a mi hermano.

Yo ya no tenía solución o eso pensaba, tras dos años así… ya había dejado de confiar en la gente, odiaba este deporte, odiaba lo que ocurría en el vestuario cuando todos se marchaban y me dejaban con mi entrenador, odiaba todo. Estaba pensando en todo eso y en la asquerosa lengua que chupaba mi cuello cuando escuché como una bolsa de deporte caía al suelo y me giré para ver a Sasuke allí con cara de loco mientras yo lloraba. Se abalanzó contra el entrenador y fue capaz hasta de amenazarle, este chico era completamente diferente a cualquiera que hubiera conocido, no le daba miedo enfrentarse a nadie, él siempre estaba ahí y defendía sus derechos, era un chico genial, pero yo me moría de vergüenza de que me hubiera descubierto.

Descolgó mis manos con algo de esfuerzo por la altura y mis piernas cedieron cayendo en el frío azulejo de la ducha de rodillas mientras seguía llorando. Sasuke se quedó allí conmigo un rato, colocándome su chaqueta por encima para cubrir mi desnudez y aunque estaba avergonzado y sonrojado, no pude para de llorar mientras me agarraba a él, porque él me había salvado al menos hoy y no quería que se separase de mí ni un momento, me sentía seguro si estaba allí conmigo.

Me acompañó hasta donde estaban mis padres y es que… el vestuario estaba siempre prohibido de pisar si no eran jugadores, así que nadie sabía lo que realmente me ocurría a mí en los vestuarios y preferí callarme. Sasuke no dijo nada, pero me miró con aquellos ojos preocupados mientras se marchaba con su hermano hacia casa.

No hablé en todo el camino y Deidara que estaba sentado a mi lado en el coche me miraba con preocupación sabiendo que me ocurría algo, como siempre que terminaba un partido pero sin imaginarse que era algo tan grave como esto. No quise mirarle por miedo a que descubriera algo, bastante preocupado estaba ya con que lo supiera Sasuke como para encima… que ahora pudiera enterarse todo el instituto de esto. Tenía que hablar con Sasuke… tenía que suplicarle si era necesario para que no contase nada de lo que había visto porque no lo soportaría, ese ridículo y humillación que sufriría me haría tener que dejar el instituto y no podía consentirlo de ninguna forma.

Llegamos a casa y todos empezaron a preparar la cena y colocar la mesa, pero yo alegando que no tenía hambre me fui a mi cuarto. Deidara no tardó mucho en llegar y aunque yo estaba a oscuras y llorando agarrado con fuerza a la almohada y con la persiana cerrada para evitar la mirada de Sasuke desde la ventana de enfrente, mi hermano entró preocupado pidiéndome permiso con su vocecilla débil como si le sentara mal preguntarme.

No le respondí al principio y estuvo a punto de dejarme solo, le vi empezar a cerrar la puerta tras él pero luego, volvió a abrirla de golpe y cerró tras él viniendo corriendo y lanzándose en la cama abrazándome con fuerza mientras yo lloraba sin control. Agarré el brazo de mi hermano que ahora pasaba bajo mi cuello y quise quedarme así mucho tiempo, sintiendo sólo la protección de mi hermano, él era el único para mí en quien confiaba de verdad y ciegamente, él jamás me fallaría ni me traicionaría como todos los demás. No podía dejar de llorar… incluso al sentir el abrazo de mi hermano, aún me derrumbé más desahogándome todo lo que pude.

- Déjalo Naru – me dijo Dei susurrando con preocupación – no sé qué te ocurre, pero si vas a llorar siempre que vienes de un entrenamiento o un partido no merece la pena estar en este instituto, déjalo – me repitió – quiero verte feliz… como antes, como cuando empezaste a jugar. Por favor Naru… déjalo.

- Estoy bien Dei – le mentí.

- No… no lo estás y sé que no quieres contármelo pero… me gustaría poder ayudarte, quiero saber que está pasando.

- No pasa nada Dei – le comuniqué – enserio… es sólo que odio que me utilicen.

- Naru… piensa lo de dejar el equipo por favor – me dijo – yo haré que subas tus notas para que no te echen, me haré pasar por ti si es necesario en los exámenes, por favor… no quiero volver a verte llorar.

- Lo intentaré – le dije – intentaré abandonar el equipo, te lo prometo.

Deidara durmió aquel día en mi habitación y no me soltó ni un minuto, quería protegerme de todo y es que él siempre se quedaba conmigo cuando venía tan destrozado por mi entrenador. Me desperté algo más animado pero tenía una cosa clara… tenía que evitar a Sasuke, sé que necesitaba hablar de lo que vio… pero me daba mucha vergüenza verle en este momento… no podía verle sabiendo lo que había visto de mí. El único chico con el que creí que podía empezar de nuevo a sentir lo que era la amistad… ahora parecía que iba a tener que alejarle de nuevo como me pasó con todos mis amigos. No podía mirarle a la cara ahora, no tenía valor para hacerlo.

Llegué al instituto y traté de estar como siempre aunque me tensé cuando vi a mi entrenador llegar en su coche y decidí entrar por otro de los pasillos aunque tuviera que dar más vueltas, pero no quería encontrármelo, ya sabía lo que me esperaba con él. También me encontré a Sasuke y sé que me vio, los dos nos miramos de punta a punta del pasillo y entonces… decidí irme por otro para evitarle también a él. Creo que intentó alcanzarme para hablar conmigo, pero yo me perdí entre pasillos para que no pudiera alcanzarme, no quería verle, me daba demasiada vergüenza.

Fui al despacho del director simplemente a decirle que dejaba el equipo y me costó mucho hacerle ver que lo dejaba de verdad, porque él trató de chantajearme como siempre hacía para que continuase en el equipo ganando los partidos para la reputación de su instituto, pero fui muy claro… lo dejaba. Aquella noticia corrió como la pólvora, todos empezaron a lanzar rumores absurdos sobre mi renuncia al equipo y casi todos eran malos para mí. Yo pasé de todos, hice como si no me afectasen las mentiras que estaban soltando aunque sí me afectaban… y entonces… cuando entré en la cafetería vi a Sasuke peleándose con uno de los del equipo de Lacrosse que había lanzado algún rumor infundado y perverso sobre mí.

- Retíralo – le gritó Sasuke cogiéndolo del cuello de la chaqueta.

- No me da la gana, todo el mundo lo sabe… es antisocial y nunca ha hecho nada para llevarse bien con el equipo, seguro que lo ha dejado porque no le importamos los de su equipo.

- Eso es mentira – le dijo Sasuke – él no es de la clase de personas que abandonan sin motivo.

- Qué sabrás tú sí sólo eres el nuevo, ese chico está loco, tan pronto era un bromista y extrovertido como se convirtió en ese chico sin amigos y solitario… está completamente loco.

- No está loco – le gritó Sasuke – tú no entiendes nada de él.

- ¿Y tú sí chico nuevo? – le preguntó el otro con una sonrisa.

- Basta ya – les grité a todos – lo dejo porque me ha dado la gana – les grité a punto de llorar – ya no me gusta el Lacrosse, lo odio ¿Queda claro? – grité – lo odio, os odio a todos, no volveré a ganar ni un partido para este estúpido instituto, ganadlo vosotros si es que podéis – lancé mis palabras sin medir las repercusiones y salí corriendo por el mismo pasillo por el que había venido y aún escuché como me insultaban por haberme metido con ellos diciéndoles que les odiaba a todos, pero también escuché a Sasuke pelearse con ellos antes de salir corriendo tras de mí gritando mi nombre para que me detuviera, pero no lo hice, seguí corriendo y llorando.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).