Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sangre del pasado por Fullbuster

[Reviews - 1143]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno para mañana, Naruto jeje.

Deidara Namikaze POV


Llegué contento a casa y es que con la excusa de que quería que Itachi me ayudase, al final me había salido con la mía, que era poder estar con él, quería que él fuera el primero porque me sentía seguro y cómodo a su lado, deseaba que fuera él quien tuviera mi primera vez y se la di, quería dársela a Itachi y sólo a él. Estaba feliz por haberlo conseguido y sobre todo… porque no tenía miedo, porque había sido muy cuidadoso y tranquilo, muy tierno y dulce, siempre pensando en mí y en hacerme el menor daño posible y cuando vi cómo se comportaba, supe que había elegido al chico perfecto y que encima… le quería, me di cuenta de que le amaba de verdad como nunca había hecho con nadie, era él a la persona que siempre estuve esperando y tenía que acabar con esta mentira de Hidan, quería a Itachi y estaría con él.


Mi padre últimamente estaba algo raro, desde el otro día que llegó borracho, yo sabía que ocurría algo pero él no me lo contaría, de eso estaba seguro. De mi hermano Naruto, lo único que pude saber al entrar en su habitación, es que se había marchado a dar una vuelta y a mí me extrañó, pero supuse que andaría con Sasuke y eso me alegraba, porque había estado demasiado tiempo solo y ya iba siendo hora de que tuviera algún amigo.


Bajé al salón tras estudiar un rato y mi padre que entraba por casa en aquel momento con un rostro algo extraño y preocupado, me miró justo cuando yo ya bajaba por las escaleras en dirección al salón y es que me apetecía tener compañía, no quería quedarme a solas en el dormitorio por miedo a Hidan.


Minato vino corriendo hacia mí y me abrazó dándome un gran beso en la frente. Creo que le había preocupado demasiado la otra noche cuando me marché corriendo pero no aguantaba la presión, sé que era malo, la bronca que nos echó a Hidan y a mí fue muy fuerte pero tenía razón, yo lo reconocía aunque Hidan aún se quedó un rato enfrentándose a mi padre, no sé si eso era porque me quería o por obsesión como decía Itachi, quizá una mezcla entre ambos sentimientos, pero yo ya no quería nada con Hidan.


- ¿Dónde está Naru? – pregunté a Minato.


- Ha salido con un amigo a jugar – me dijo.


- ¿Qué amigo? – le pregunté por curiosidad.


- No lo sé, pero no he querido preguntarle ahora que empieza a salir de nuevo, luego le preguntamos cuando vuelva ¿Te parece bien? – me preguntó sonriendo y yo sonreí


- Claro – le dije sonriendo.


- Dei – me llamó Minato antes de ir hacia la cocina - ¿Cómo ha quedado el asunto de Hidan? – me preguntó y me sorprendí.


- No volveré a hacerlo – le dije – te lo prometo, voy a romper con él, me he dado cuenta de que no es el chico al que amo – le expliqué – tenías razón, era una locura.


- Me alegro de que entraras en razón, nos vemos luego entonces y Dei… por favor no vuelvas a darme un susto de esos.


- Vale – le dije sonriendo – te lo prometo.


- Dei… no quiero parecer malo con esto pero… Hidan no es un chico para ti, es mayor que tú y yo no te veo enamorado, no te brillan los ojos como debería de sucederte, no te veo esa ilusión por estar con él, te veo demasiado inocente aún como para estar metido en líos con chicos – me explicó.


- Lo sé papá – le dije – te prometo que voy a romper con él hoy mismo, me he dado cuenta de que no era el chico que yo creía, no tengo sentimientos de esa clase por él, sólo le tengo cariño, como un hermano más – le aclaré.


- Me alegro de que te dieras cuenta entonces Dei – me dijo sonriendo y besándome la frente de nuevo – nos vemos luego entonces, aún tengo que preparar mucho del caso de Kushina.


- Vale papá – le dije.


Sabía que mi padre tenía mucho que trabajar en casa y es que estaba obsesionado con ganar este caso, no sé muy bien por qué, yo imaginaba que era por Kushina, era su mejor amiga y fue nuestra madrina cuando nos bautizaron, ella siempre había estado con nosotros desde pequeños, nos hacía bizcochos y pasteles los fines de semana, nos trataba tanto a Naruto y a mí como si fuéramos sus hijos y me encantaba, era una gran mujer y merecía que mi padre ganase el juicio, porque no merecía lo que querían hacerle.


Vi la televisión aunque no hacían nada educativo ni nada entretenido, programas basura en uno y otro canal y cuando escuché la puerta abrirse, apagué la televisión y salí corriendo hacia el pasillo para ver a Naruto y le sonreí aunque él me miraba extrañado.


- ¿Has salido con Sasuke? – le pregunté entusiasmado.


- Sí – me dijo Naru algo serio – sólo quería hablar con él de lo del otro día – me aclaró.


- ¿Y qué ha dicho?


- Nada de interés – me comentó.


- ¿Le gustas? – Pregunté - ¿Te ha dicho eso, verdad? – pregunté intrigado.


- Dei… mañana te cuento mejor ¿Vale? Estoy un poco cansado.


- ¿Qué ha pasado? – le miré con preocupación.


- Nada Dei, una leve discusión – me dijo – ya lo arreglaré.


No podía dejar las cosas así y le seguí por las escaleras hacia su habitación entrando con él y tirándome en la cama a su lado. No tardó ni dos segundos en agarrarse a mí con fuerza y llorar, sabía que estaba mal en cuanto le vi entrar por aquella puerta.


- ¿Qué ha pasado Naru? – pregunté.


- Yo… he visto a mi entrenador cuando estaba con Sasuke – me dijo llorando – es un maldito cabrón, lo odio, lo odio mucho.


- ¿Qué ocurre Naru? ¿Qué te ha hecho?


- Él siempre me fastidia la vida, él es el culpable de todo.


- Naru… me estás asustando, por favor.


- Abusó de mí – me dijo llorando y agarrándose aún más a mí. Yo no podía creerme lo que me decía – no me dejes solo Dei… por favor.


- Yo nunca te dejaré solo Naru, pero tienes que contarme qué está ocurriendo, podemos solucionarlo.


- No puedo… Sasuke me presiona para que denuncie.


- Y tienes que hacerlo, puede pasarle a cualquier otro, vamos Naru, tú eres valiente, siempre lo has sido, tienes que denunciar.


- ¿Estarás a mi lado cuando lo haga? – me preguntó


- Siempre Naruto – le dije


- Todos se reirán de mí, me acusarán con el dedo, me mirarán mal.


- No lo harán, yo siempre estaré contigo, pero Sasuke tiene razón, necesitas hacer esto.


- Gracias Dei, te quiero.


- Y yo a ti.


- ¿Puedo estar un rato a solas? – preguntó.


- Claro, pero si necesitas ayuda, ya sabes dónde estoy.


- Sí.


Me marché de su habitación preocupado y aunque le escuché llorar y me habría gustado estar a su lado, al pedírmelo tan serio que me marchase y le dejase solo un rato, lo hice sin decir nada, no era un buen momento para él. No podía creerme que su entrenador pudiera haber hecho algo así a mi hermano, me ponía de muy mal humor y desde luego… estaba con Sasuke, tenía que denunciarle, era urgente que lo hiciera pero había algo que me preocupaba también, como lo tomaría Minato al enterarse, como lo tomaría Kakashi… no les iba a gustar pero teníamos algo a nuestro favor, Minato era el mejor abogado de esta zona del país y sé que ayudaría a su hijo fuera como fuera.


Entré en mi habitación y cerré la puerta tras de mí buscando el interruptor de la luz, pero no lo encontré… era raro, porque fui a gritar cuando sentí la mano de alguien cogiendo mi muñeca mientras me tapaban la boca evitando que gritase. Forcejeé como pude pero no hizo efecto y sentí como me arrastraban hacia la cama tirándome en ella.


Tenía miedo y traté de liberarme de aquella persona… estaba seguro de que era Hidan y cuando escuché su voz comprobando que tenía razón, aún me dio más miedo, porque sabía lo que quería de mí y yo sólo quería que me dejase en paz. Pude gritar solo una vez y grité el nombre de mi hermano tratando de que se diera cuenta de que estaba aquí, su habitación era la más cercana.


- Cállate o iré a por él cuando acabe contigo – me amenazó Hidan y no pude evitar llorar, no quería que fuera a por mi hermano y menos después de enterarme de lo de su entrenador – así me gusta, estate quietecito. Tú y yo nos lo pasaremos bien.


- Déjame – le dije – por favor déjame en paz, no quiero nada contigo.


- ¿Creías que ibas a romper conmigo tan fácil? – me preguntó y me sorprendí de que supiera que iba a dejarle - ¿Crees que soy idiota? Te escuché comentárselo a tu padre, no tienes ningún derecho a dejarme, eres mío Deidara – me gritó antes de darme un fuerte golpe en la cara.


Lloré y lloré más mientras él desgarraba mi ropa, porque ni siquiera me la quitó con calma, la estaba rompiendo, haciendo trizas y es que parecía molestarle demasiado, se le notaba enfadado. No sé si estaba enfadado con Minato por la bronca, con Naruto por habernos descubierto o conmigo por no querer tener sexo con él, supongo que era una mezcla entre todo.


Dio igual cuanto supliqué para que se detuviera, no me hacía caso, sólo sonreía y seguía destrozando mi ropa. Me tocó con sus asquerosas manos y me obligó como la otra vez a meter mi mano para que acariciase su miembro y traté de quitarla, traté de sacarla de sus pantalones haciéndome más daño, porque él me forzaba a mantenerla allí, él mismo tenía su mano sobre la mía dándose placer y yo lloraba, esto no era para nada como con Itachi, con él disfruté, hizo que me enamorase de él, pero Hidan jamás podría tener mi amor ni mi cariño, era imposible, no así forzándome como lo hacía.


Traté de taparme con mi mano libre al verme desnudo frente a él pero Hidan era más fuerte y me retenía la mano apartándola todo el rato mientras me miraba con lujuria, mientras besaba mis pezones y los mordía con fuerza haciéndome daño, pero él disfrutaba o eso parecía.


- ¿Eso te hizo Itachi? – me preguntó sonriendo y me sorprendí de que supiera eso - ¿Así que crees que puedes acostarte con él y dejarme a mí sin nada? Eres mío Deidara y te lo demostraré, no volverás a estar con ningún chico que no sea conmigo ¿Te queda claro? Si querías sexo aquí estaba yo, no te atrevas a volver a irte a buscar a ese Uchiha.


- ¿Cómo lo sabes? – le pregunté llorando.


- ¿Creías que podías esconderme algo así Dei? ¿Tan imbécil te crees que soy? ¿Disfrutaste mucho con él? – me gritó.


- Sí – le grité yo a él enfadado – más que contigo, sólo sabes forzarme, él era delicado y dulce, tú no eres nada comparado con él


- Así que no ¿Eh? Pues voy a enseñarte lo que es bueno Dei, te enseñaré a respetarme. Te enseñaré que soy mejor que ese Uchiha en la cama.


Vi como se quitaba el cinturón y me obligó a darme la vuelta mientras me hundía el rostro contra la almohada y golpeó… grité al sentir el primer golpe en mi espalda ya desnuda y grité más con el segundo, pero no salía apenas ruido teniendo la almohada cubriendo los ruidos. No podía dejar de llorar y sentir dolor, sentirme impotente ante él porque no podía hacer nada.


Sentía tanto dolor que pensé que perdería la conciencia en poco tiempo, pero al notar Hidan que ya apenas gritaba, que me estaba desmayando, aprovechó para atarme las manos con el cinturón que había utilizado y entró en mí sin cuidado. Volví a gritar esta vez más fuerte y entonces escuché que alguien tocaba a la puerta y Hidan aún con su miembro dentro de mí me tapó la boca para que no pudieran escucharme y yo sólo deseaba que alguien me ayudase.


- ¿Dei? ¿Estás ahí? Abre la puerta – dijo mi hermano intentando abrir la puerta, pero Hidan había pasado el seguro. Quise hablar, pero Hidan sonrió.


- Si hablas, lo meto aquí a jugar con nosotros – me amenazó susurrando y destapó mi boca hundiéndose más en mí.


Me mordí el labio haciéndome sangre evitando gritar por el dolor, no quería que Naruto entrase y le hiciera lo mismo que me hacían a mí, quería que se marchase, pero él seguía al otro lado de la puerta pidiéndome que le abriera hasta que dejé de escucharle… creo que se marchó a su habitación. Ya no pude gritar mucho más… sentía el movimiento de Hidan, le escuchaba disfrutar mientras destrozaba mi cuerpo, notaba como se divertía y se excitaba follándome sin que yo pudiera evitarlo y al final… notando un líquido salir de mí, me di cuenta que estaba sangrando, me estaba hiriendo y le daba igual, sentía las gotas de sangre correr por los muslos de mis piernas y pensando en ellas con lágrimas en los ojos, me desmayé. Ni siquiera recuerdo si Hidan acabó o no, no recuerdo cuando se marchó de mi habitación, pero cuando abrí mis pesados ojos… estaba allí solo, medio desmayado y sangrando, toda la sábana estaba llena de sangre de mi espalda y de mi interior, no podía dejar de temblar del dolor.


- Na… ru – dije en susurro sin apenas voz tratando de que alguien me ayudase.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).