Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sangre del pasado por Fullbuster

[Reviews - 1143]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Deidara Namikaze POV


No podía creérmelo… me había acostado con mi hermano, creí que no era sólo Hidan quien podía quererme, creí que había un mundo ante mis ojos y que podía ser especial… Itachi me hacía sentir especial, pero ahora me daba cuenta de que ni siquiera con él podía estar y él era el único al que parecía importarle a parte de Hidan ¿Mi destino era estar con Hidan? Al final yo tenía razón… solo Hidan podía quererme, sólo él me quería y no podía evitarlo.


Empecé hasta a sentirme culpable… ¿yo le había obligado a tener que violarme con mis rechazos? ¿Era yo realmente el culpable de que hubiera pasado todo aquello? Ya no estaba seguro de nada, ni siquiera de la denuncia que puso mi padre… “mi padre” sonaba tan vacía ahora esa palabra, creí que me apoyaba, que siempre estaría ahí y me había mentido durante dieciséis años. Naruto había tratado de convencerme durante esa noche de que lo que había hecho Hidan era imperdonable, de que era su culpa, pero yo seguía pensando que era mía, no podía evitarlo… yo había jugado con él, le había rechazado demasiadas veces y al final no aguantó más, encima… yo le había traicionado con mi hermano, con Itachi. Sólo podía pensar en eso, quizá me lo merecía, sería mi castigo por haberme acostado con mi hermano.


Decidí salir a la cita con Itachi, pero simplemente para romper con él tal y como Naruto también iba a hacer con Sasuke. Realmente no quería hacerlo, sabía que mi corazón sólo podía pertenecerle a Itachi… pero el maldito destino lo separaba de mí como separaba también a Sasuke de mi hermano y sé que aunque Naruto se hacía el fuerte, sufría igual que yo por dentro. Habíamos estado hablando y decidí al final ir a ver a Itachi.


Cuando salí, estaba allí esperándome con una sonrisa en la boca y yo no podía sonreír, me era imposible, ni siquiera podía fingirla como siempre hacía, me dolía demasiado lo que iba a hacer como para tratar de sonreír, como para aparentar que todo estaba bien. Le miré bien… porque esta sería la última vez que volvería a verle, a partir de hoy le evitaría porque me dolía demasiado verle, sólo con recordar que me había acostado con mi hermano… ya me dolía demasiado.


Me acerqué a la valla y él trató de besarme, pero me alejé antes de que lo hiciera diciéndole un “no”. Supongo que se extrañó mucho por mi comportamiento al ver como giraba la cara y no le dejaba besarme, tanto… que sus manos se alejaban ahora con calma de mis mejillas sintiéndose mal por haber tratado de tocarme y yo haberme rehusado.


- ¿Qué ocurre Dei? – me preguntó.


- Yo… - intenté hablar pero no me salían las palabras – yo… quiero romper contigo – le dije al final.


- ¿Por qué? – me pidió una explicación.


- No podemos estar juntos… lo siento.


- Eso no es una explicación razonable – me dijo y de verdad que me recordaba a mí, yo también exigía explicaciones convincentes, éramos tal para cual y el destino nos separaba.


- Lo siento Itachi… pero he descubierto algo por lo que no podemos seguir viéndonos – le dije


- ¿Qué motivo? – volvió a preguntarme.


- Tu padre… - intenté hablar y se me entrecortaba la voz – tu padre también es mi padre – le dije – soy tu hermano.


- Venga ya Dei – me dijo – eso es imposible.


- Por favor Itachi… créeme… no podemos estar juntos.


- Dios mío – me dijo como si hubiera caído en algo importante – espera… mi padre me dijo que siempre había estado enamorado de Minato… pero no creí que vosotros… Oh Dios mío – me dijo echándose las manos a la cabeza – Dios… ¿Qué hemos hecho?


- Lo siento Itachi, de verdad que lo siento – le dije llorando – yo… no puedo estar contigo.


Me marché de allí a toda la velocidad que mi dolorido cuerpo me dejaba y es que no podía verle, le vi hundido, deprimido, destrozado… tanto como lo estaba yo y es que creí encontrar a mi chico ideal, al hombre perfecto, mi otra mitad… y era todo una ilusión, mi mitad debía de ser Hidan, porque era el único que parecía quererme. Al final… Hidan tenía razón, yo le pertenecía.


Lloré toda la noche en mi cama y Naruto estuvo conmigo, durmió abrazado a mí y también le escuché llorar aunque trataba de camuflarlo. Éramos un par de idiotas por habernos enamorado de las personas equivocadas. ¿Qué íbamos a hacer ahora? Ya no nos quedaba nada más que sufrir y yo tenía clara una cosa… se acabó el Deidara perfecto, ya todo me daba igual, había perdido la ilusión por vivir, había perdido la ilusión por estudiar, por encontrar el amor… ya todo me daba lo mismo y le iba a demostrar a mi padre que no podía controlar mi vida cómo quisiera.


Aquella mañana me levanté más revoltoso que de costumbre, yo nunca había hecho nada malo, siempre era el chico perfecto pero hoy dejaría de serlo, estaba cansado de todo, hoy nacía el nuevo Deidara, no quería seguir siendo este chico inocente que creía en la gente, Naruto tenía razón, la gente te defraudaba. Me vestí con lo más viejo y destrozado que encontré en el armario y cuando bajé, primero fue Naruto el que casi escupe los cereales al verme y luego mi padre que se quedó demasiado sorprendido hasta para mediar palabra.


- Sube a cambiarte – me dijo.


- No quiero – fue mi contestación y Naruto se sorprendió el doble porque yo nunca había contestado mal y menos a nuestro padre.


- Deidara no me hagas enfadar, sube a cambiarte, pareces…


- ¿Qué parezco? – le pregunté


- Un vagabundo – me dijo cabreado – sube ahora mismo y cámbiate.


- Me voy a clase.


- Deidara… vuelve aquí, cámbiate de ropa y desayuna.


- Me has quitado el hambre con tanta discusión – le dije y cogí la mochila marchándome por la puerta.


Aún escuché a Minato preguntarle a mi hermano qué me ocurría hoy, pero Naruto tampoco tenía ni idea, elevó los hombros en señal de duda y salió tras de mí al poco tiempo. Yo había aprovechado el rato en el que me cambiaba para avisar a Hidan y ya me esperaba fuera de casa. Creo que se sorprendió un poco también cuando me vio.


- ¿Qué pasa? ¿Ahora estás en tu fase rebelde? – me preguntó.


- ¿Te molesta acaso? – le pregunté enfadado.


- Para nada – me dijo sonriendo


Sin mediar palabra alguna en cuanto llegué hasta él cogí el cuello de su camiseta y empujándolo hacia mí le besé. Me dio igual los que me vieran, ya nada me importaba después de la traición que me habían hecho, mi corazón estaba tan destrozado que no podían romperlo más, había perdido al chico de mi vida, había comprobado cómo mi padre me mentía una y otra vez, me ocultaba secretos demasiado importantes como para ocultarlos y ya no podía más. Hidan sonrió con prepotencia en cuanto me separé de él y esa sonrisa me hizo temblar, porque seguía temiéndole, pero traté de aparentar que todo estaba bien, él era el único para mí, debería acostumbrarme a esto, debería acostumbrarme a este miedo.


- ¿Por fin te has dado cuenta de que sólo puedes ser mío? – me preguntó.


- Sí – le dije – vámonos – le comenté mirando a la ventana de casa donde Minato me miraba con cara de pocos amigos.


Creo que no le gustaba la gente con la que me estaba marchando, porque Hidan no era trigo limpio, todos lo sabíamos, pero supongo que era mi vía de escapatoria, ya no quería seguir viviendo así, era la forma de huir, la forma de demostrarle a mi padre que no volvería a ser ese chico al que podían engañar, que no volvería a ser el chico educado y perfecto, ahora sería esto.


Naruto me llamó preocupado tratando de convencerme de que no me marchase con Hidan y hasta se atrevió a pegarle a Hidan por lo que me había hecho en el pasado, pero no le hice caso y acabamos hasta insultándonos, era la primera vez que discutía enserio con mi hermano y cuando vio que no podía impedir que me marchase, me pegó un puñetazo que me tiró al suelo sangrando por la nariz, pero me dio igual también, sonreí, me levanté y seguí a Hidan marchándome.


- Dei… te he dicho que no vayas con él – me gritó Naruto pero yo ya me estaba marchando calle abajo – que vuelvas aquí maldita sea, no es de fiar ¿Eres un maldito masoquista o qué narices te pasa? Aléjate de él.


Caminos cinco minutos y entonces sentí como un coche paraba detrás de nosotros y el que había bajado me agarraba del brazo apartándome de Hidan. Mis ojos se cruzaron con los de Itachi y sentí dolor, mi corazón volvía a romperse, verle era una tortura porque sabía que le amaba y sabía que no podíamos estar juntos.


- ¿Qué narices estás haciendo Dei? – me gritó él enfadado y mi carácter combativo se redujo, no podía enfadarme con Itachi pero tenía que hacerlo… tenía que separarle de mí fuera como fuera.


- ¿No lo ves? – Le pregunté – me voy al instituto con Hidan.


- ¿Por qué? – Me preguntó - ¿Cómo puedes volver con él después de lo que te hizo? Mírate bien Dei, estás destrozado y es por su culpa, porque él te violó, no puedes irte con él por dios… entra en razón. ¿No le tienes miedo?


- Es mi vida Itachi – le dije – puedo salir con quien yo quiera.


- Con él no – me gritó enfadado – mírate, tiemblas sólo de estar cerca suyo, ni siquiera puedes camuflar el miedo que te da tenerlo cerca, no puedes fingir conmigo Deidara, te conozco demasiado.


- Vete de aquí Itachi… no tengo por qué hacerte caso, sólo eres mi medio hermano – le dije – deja de preocuparte por mí y rehaz tu vida como yo rehago la mía.


- Esto no es rehacer tu vida Dei, es destrozarla, tú no eres así, no te metes nunca en líos, no eres un chico problemático ¿No lo ves? Tienes un brillante futuro por delante y lo estás tirando por la borda.


- Puede que no haya sido un chico problemático… pero en esto me habéis convertido todos, ya nada me importa Itachi, aléjate de mí si no quieres entrar en este mundo – le dije.


- Deidara… no te metas en líos – me dijo – por favor… piensa bien las cosas, donde quieres entrar no hay vuelta atrás, no puedes ir con Hidan, he visto a sus amigos y no son para ti, sólo acabarás mal si sigues por ahí. No me hagas esto Dei… no puedo ver cómo destrozas tu vida por un cabreo con tu padre, porque es eso… ¿Verdad? Estás cabreado con Minato y por eso estás haciendo esto, quieres hacerle sufrir como él te ha hecho sufrir a ti, pero este no es el camino Dei – me dijo y sé que había dado en el blanco de todo – Tu hermano está preocupado también y yo no creo que quieras preocupar a Naruto, venga Dei.


- Aléjate – le dije a punto de llorar por sus palabras y es que el maldito utilizaba las palabras perfectas en el momento perfecto, era como yo y no podía evitar quererle aún más, tenía que separarme de él.


- No quieres a Hidan Dei – me dijo susurrando para que Hidan no le escuchase.


- Pero él me quiere a mí.


- No es cierto… quiere tu cuerpo, tu cerebro, no a ti, es obsesión, no te ama. Dios Deidara… te hará daño, él no va a traerte nada bueno, sólo tienes que alejarte un par de días, su juicio es en nada.


- Él es el único que me ama.


- Estoy aquí Dei, estoy aquí luchando por ti, yo te amo, Hidan no es el único.


- Tú no cuentas – le dije mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla y él se sorprendió – eres mi hermano – le dije y me marché con Hidan hacia el instituto.


Este mundo en el que me iba a meter con Hidan… sé que era peligroso, sé que Itachi tenía razón en todo lo que dijo y que no quería entrar, pero también es cierto que quería darle un escarmiento a mi padre y esta fue la única forma que ahora mismo tenía para lograrlo. Lo sentía de verdad… pero ya no podía más, tenía que alejar a Itachi de mi vida.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).