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Sangre del pasado por Fullbuster

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Naruto Namikaze POV


 


Maldecía el día en que me enteré de que Sasuke era mi hermano. ¿Por qué todo me salía mal? No podía confiar en nadie… ni siquiera podía ser feliz ¿Por qué no podía ser feliz? Sasuke era el único con el que me había sentido a salvo y seguro, le amaba a él y sabía que sólo con él podía estar bien, no confiaba en nadie más que en él y en mi hermano. La vida era cruel… mi hermano estaba en su etapa rebelde contra mi padre y yo… yo le había pegado ¡Había pegado a mi hermano! Jamás había hecho eso, yo siempre le defendía pero me había sacado de los nervios, no quería que fuera con Hidan y tuve que ir a avisar a Itachi para que lo detuviera cuando le vi irse con él. No sé si Itachi conseguiría algo o no, pero tenía que intentarlo.


Cómo odiaba a Hidan… desde lo que le había hecho a mi hermano le odiaba mucho, casi tanto como odiaba a mi entrenador y es que no soportaba a Orochimaru y debía ir a poner la denuncia… aunque claro… ahora no sabía si hacerlo porque Sasuke dijo que estaría siempre a mi lado y me había mentido, no podía estar a mi lado, no estaría allí para mí, ahora dudaba si podía ir yo solo a ponerla y es que tenía miedo, tenía miedo de afrontar este problema yo solo, de lo que dirían, de lo que pensaría mi padre cuando se enterase, de lo que pensaría mi hermano… sólo Sasuke lo sabía y ahora me daba miedo que contase algo, me daba miedo estar solo en este problema.


Hoy en el instituto lo había pasado fatal, ver a Sasuke todo el tiempo allí me hacía sentir mal, hacía que me doliera más aún mi decisión de haber terminado con él. Creo que mi destino era quedarme solo y entonces… cuando salí al pasillo me choqué con Sai, un compañero del equipo de Lacrosse… o lo era, porque yo ya lo había dejado por suerte. Incluso estando tan lejos de Orochimaru seguía sintiéndome demasiado cerca, cada vez que lo veía por los pasillos me ponía enfermo, le odiaba y él siempre me sonreía con lujuria o me guiñaba un ojo haciéndome sentir aún más incómodo.


- Ey Naru – me llamó y yo le miré sin muchas ganas de hablar con él, en realidad no quería hablar con nadie.


- Mi nombre es Naruto – le dije de forma seca intentando marcharme.


- Vamos Naruto… escúchame un minuto – me dijo bloqueándome el paso.


- Tienes treinta segundos – le comenté y miré mi reloj de muñeca poniendo el cronómetro y Sai se sorprendió demasiado – el tiempo corre – le dije mirándole.


- Quería invitarte a una fiesta que vamos a hacer esta noche.


- No me interesa – le dije de forma seca tratando de irme pero volvió a bloquearme.


- Me has dado treinta segundos y no ha pasado el tiempo – me dijo – me lo debes.


- Esta bien, habla.


- Sé que nadie aquí entiende por qué has dejado el equipo, ni entienden por qué gritaste que nos odiabas a todos pero… yo no quiero estar a malas contigo, venga por favor, ven a la fiesta – me comentó – te prometo que te lo pasarás bien.


- No me gustan las fiestas – le dije.


- Eso es mentira, antes ibas a todas.


- Ya… y no quiero volver a mi pasado, ahora no me gustan las fiestas - intenté volver a marcharme pero no pude.


- Me quedan diez segundos – me dijo – haré lo que quieras si vas a esa fiesta.


- No quiero ni necesito nada – le comenté – lo siento, busca a otro.


- Por favor… vamos Naruto, ven a la fiesta, aunque sólo sea pasarte a saludar.


- Sólo media hora y tienes que invitar a mi hermano – le dije – esas son mis condiciones.


- De acuerdo – me dijo sonriendo y el cronómetro sonó en ese momento.


Aún no se había marchado Sai cuando Sasuke apareció por allí y me miró extrañado, creo que porque ayer ya tuvo un altercado con Sai por estar rondándome, era un caso perdido, sé que estaba algo celoso, la verdad es que le entendía, a mí también me ponía nervioso ver a Sasuke con más gente aunque realmente él no estaba con nadie, parecía pensar sólo en mí y se lo agradecía en parte, pero otra parte de mí quería que dejase de hacerlo, necesitaba alejarme de él.


Quizá sería un buen comienzo empezar de nuevo a volver a fiestas, tenía razón Sai en algo… antes siempre iba a todas las fiestas pero desde lo de mi entrenador… había dejado de salir con gente, había optado por volverme más introvertido y aunque mi hermano me animaba a salir y se alegraba por mí, también me sentía mal por él, porque nunca le habían invitado a una fiesta, ni había tenido amigos, yo no quería ir solo, no quería ser el único que se divirtiera así que mi condición es que tenía que venir mi hermano. Al menos Sai pareció aceptarlo.


Le vi perderse con sus amigos y me sentía extraño cuando Suigetsu me miraba, últimamente había algunos chicos que me miraban de esa forma y la odiaba, me recordaba a Orochimaru, como si fuera un trofeo, un objeto que podían utilizar, odiaba mucho esa forma de mirar.


- Hasta luego… Naruto – me dijo Suigetsu al pasar por mi lado mirándome con esa sonrisa pero yo no hice mención alguna y caminé en dirección contraria a ellos.


Mi sorpresa es cuando al girar la esquina me crucé con Sasuke que venía por el otro pasillo y al verle, me giré de golpe volviendo por donde había venido tratando de evitarle, pero él me llamó y vino corriendo hacia mí. No me quedó más remedio que echar a correr por los pasillos mientras Sasuke me seguía y encima el cabrón era rápido, era demasiado rápido, en algún momento me atraparía. Para más mala suerte… me choqué contra alguien en mi carrera y caí al suelo de culo a los pies de Sasuke que me perseguía.


Sasuke se había quedado inmóvil y no sabía por qué se había paralizado ahora que me había atrapado, pero al levantar la mirada… me encontré con el director frente a mí. Mi mala suerte iba a peor… me había chocado contra el director del instituto, de esta no sé si iba a salir muy bien parado.


- Uchiha… a clase – dijo el director en tono serio – y tú Naruto… a mí despacho, tenemos una conversación pendiente.


- Con todo respeto – dijo Sasuke – necesito hablar con Naruto un momento.


- Ya hablará con él cuando acaben las clases – le dijo el director – ahora vaya a clase – le repitió y Sasuke tuvo que marcharse – y usted acompáñeme – dijo dirigiéndose a mí.


Me levanté del suelo y le seguí por los pasillos bajo la atenta mirada del resto de estudiantes que ya iban hacia clase y hasta me crucé con mi hermano que me miró extrañado. Le hice un gesto de que no sabía qué quería el director y aunque estaba preocupado, siguió hacia clase empujado por el resto de los estudiantes.


Llegué a la oficina del director y me abrió la puerta comentándome que entrase y le hice caso. Me ofreció asiento y aunque al principio dudé si sentarme o no, al final ante la insistente mirada que tenía fija sobre mí, acabé sentándome y mantuve el silencio… porque había un tenso silencio entre nosotros.


- ¿Has visto los últimos partidos? – me preguntó.


- No – le dije muy serio.


- Mejor para ti… porque los hemos perdido – me dijo enfadado.


- Pues lo lamento mucho – le comenté.


- No lo lamentes… vas a volver al equipo.


- No voy a volver – le dije – ya lo dejé muy claro la última vez, no quiero jugar más al Lacrosse.


- Si quieres permanecer en este instituto jugarás en el equipo, porque tu estancia y la de tu hermano están en tus manos.


- No puede obligarme a jugar – le comenté enfadado.


- Oh… sí puedo – me dijo – puedo hacer de tu vida y de la de tu hermano un infierno si no accedes a volver a jugar. Tú eliges – me dijo y maldije a este maldito instituto y todos los que me obligaban a hacer cosas que no quería, yo sólo quería alejarme de Orochimaru.


- Está bien – le dije – jugaré.


- Así me gusta, por cierto… dile a tu amigo Sasuke que puede volver al equipo cuando quiera también, necesitaremos su ayuda para ganar.


- No es mi amigo – le dije muy serio – dígaselo usted.


Salí del despacho enfadado y atrapado… de nuevo en el equipo. Caminé por el pasillo hacia la salida del departamento de las oficinas, quería volver a clase y cuando llegué… Sasuke estaba en una de las esquinas esperándome, creo que había escuchado parte de la conversación porque estaba muy enfadado.


- ¿Cómo te atreves a volver al equipo? – me preguntó.


- No tengo más remedio, era eso o la expulsión, mis padres pagan mucho para que podamos estudiar aquí.


- Me da igual lo que paguen, tienes que denunciar a ese tipo.


- Para ti es muy fácil decirlo… no eres tú el que sufre sus abusos – le comenté - ¿Crees que es fácil para mí? Todo el mundo se reirá, todos sabrán lo que me han hecho, todos creerán que pueden hacer conmigo lo que quieran porque uno lo consiguió.


- No es lo mismo Naruto, ellos son estudiantes, puedes defenderte, Orochimaru es un profesor, te tiene atrapado, no puedes revelarte contra un profesor pero puedes denunciarle por lo que te está haciendo.


- Déjame Sasuke… - le grité – estoy cansado ya… aguantaré hasta que acabe el instituto y no tendré que volver a ver a nadie de aquí, ni a Orochimaru, ni a mis compañeros, ni a mis antiguos amigos… ni a ti – le dije y él se sorprendió por mis palabras.


- ¿Eso es lo  que quieres? ¿Quieres que desaparezca de tu vida?


- Sí – le dije – no debió haber pasado nada entre nosotros, eres mi hermano Sasuke.


- Deja de lado eso por un momento Naruto… ¿Me quisiste? ¿Me quieres? – me preguntó.


- Sí – le dije mientras una lágrima resbalaba por mi mejilla.


- Entonces no me rendiré contigo Naruto, no mientras sigas queriéndome – me dijo cogiéndome de las mejillas y limpiándome la lágrima. – voy a volver al equipo… no dejaré que te haga nada, te lo prometo.


- Olvídalo Sasuke… nadie puede protegerme, como tú has dicho, es un profesor, puede mandarte a hacer cualquier cosa mientras abusa de mí. Déjalo ya Sasuke… tú y yo hemos terminado, por favor… deja de perseguirme.


Solté sus manos de mis mejillas con delicadeza y tras deshacerme de su agarre me marché de allí caminando hacia mi clase. Yo entré a clase y me llevé la bronca del profesor que como siempre… trataba de dejarme en ridículo frente al resto de alumnos por ser el zoquete… el tonto que no sabía nada, pero a mí me daba igual. Me senté en mi sitio y esperé a que Sasuke decidiera entrar… pero no lo hizo, él no entró y no sé dónde se había metido. Quizá había tomado muy enserio mis palabras y me dejaba en paz, sé que eso es lo que le dije, mi cerebro lo tenía muy claro, pero mi corazón se rompió en mil pedazos sabiendo que no volvería a estar con él, que se olvidaría de mí. Miré por la ventana y traté de aguantar las lágrimas, no quería llorar en clase pero hoy… tampoco presté atención a la clase.


 


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