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Sangre del pasado por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV


Que Naruto me dijera algo como que le hiciera lo que yo quisiera en ese tono dulce y juguetón a la vez mientras se sonrojaba de esa forma… era demasiado para mí, no podía aguantarme tanto, sabía que era mi hermano, sabía que estaba fatal esto, pero mi cuerpo solo veía ese sonrojo y pedía a gritos a mi cerebro que le hiciera mío, frente a mí no estaba mi hermano, estaba Naruto, ese chico rubio al que conocí por accidente en el instituto por un choque fortuito y del que me enamoré prácticamente a primera vista.


Le besé con pasión y es que hacía mucho tiempo que deseaba hacerlo, Naruto me volvía completamente loco, me excitaba cada gesto, cada sonrojo, cada caricia… todo de él me gustaba. Sus caricias siempre eran suaves y tiernas, sus besos adictivos y cuando me miraba con aquellos ojazos azules y ese rubor en sus mejillas, me excitaba como nunca, era mi rubio…


Le cogí con suavidad envolviendo mi mano derecha a su cintura y recostándole con suavidad en el sofá mientras me colocaba encima de él sin soltar ni un solo segundo sus labios. Bajo mi cuerpo sentía a Naruto temblar, imaginaba que no era porque tuviera miedo ni porque no quisiera hacerlo conmigo, eran los recuerdos de todo lo que había vivido y ya sufrí su miedo la última vez, era normal que no estuviera del todo seguro para hacer esto. Fui despacio, necesitaba ir despacio para no causarle aún más temor y es que eso era lo último que yo quería. Sólo deseaba que Naruto disfrutase y estuviera a gusto.


Acaricié su abdomen por encima de la camiseta y le vi cerrar los ojos con fuerza mientras temblaba y supe que no iba bien. Le besé la frente y cogí con mi mano izquierda su mejilla con dulzura antes de hablarle con la voz más calmada que pude sacar.


- Naruto… no hagas eso – le dije – abre los ojos por favor.


Naruto abrió los ojos con lentitud y me miró fijamente, yo aproveché para sonreír y acariciar con mi pulgar su mejilla tranquilizándolo.


- No soy él, mírame bien Naruto, yo no soy él – le dije.


-  Lo sé.


- Si te vienen sus recuerdos… abre los ojos y mírame, no vas a encontrarle a él Naruto, él no volverá a hacerte daño – Naruto sonrió como pudo antes de besarme en la mejilla.


- Te quiero Sasuke – me confesó y aquello me cayó como un cubo de agua frío encima.


Yo también le quería y sabía cuánto le había costado a Naruto decir aquello, pero no podía dejar que se enamorase de mí, no podía permitir caer yo también en él aunque ya hubiera caído, porque éramos hermanos, esta sería nuestra última vez y creo que Naruto se dio cuenta algo tarde de lo que había dicho porque se sonrojó más y se sintió mal por mi reacción.


- Lo siento – se disculpó – no debí decirlo.


- Está bien Naruto – le dije intentando sonreír – está bien, no te preocupes. No era la mejor situación para decir esto pero tampoco quiero que te siente mal, porque me ha alegrado escucharlo, es sólo… que no lo esperaba en una situación así – le confesé – si no hubiéramos sido hermanos… esa frase habría llegado como la mayor de mis ilusiones Naruto.


Naruto trató de hablar, pero yo se lo impedí con un beso tierno y es que no quería que cogiera miedo a decir sus sentimientos porque era algo bueno, me alegraba de que me lo hubiera dicho, pero me hacía sentir un poco culpable en este momento sabiendo que jamás podría estar con él.


Metí mis manos con delicadeza bajo su camiseta y aunque tembló, me dejó acariciarle con suavidad. ¿Estaba mal lo que hacía? Seguramente… pero no podía evitarlo, su cuerpo y sus ojos mirándome con esa profundidad e inocencia que seguía teniendo Naruto, me hacían desearle cada vez más, me era imposible negarle algo. Le besé de nuevo intentando tranquilizarle y sus manos aunque temblaban, se agarraron a mi espalda cogiendo con fuerza la camiseta y arrugándola.


Empecé a levantarle la camiseta con calma y podía ver aún en su abdomen los moratones del último partido, las heridas que le habían hecho el resto de jugadores y se quejó un poco cuando sin querer toqué uno de los moratones.


- Lo siento – le dije.


- No pasa nada.


- Tendría que haber llegado antes a ayudarte.


- Déjalo Sasuke – me dijo – no tienes la culpa, hasta entraste en una pelea por mi culpa, jugué mal adrede y lo sabes, me lo merecía.


- No te lo merecías Naruto – le dije besando con suavidad uno de sus moratones – te mereces ser feliz, no estar lleno de heridas.


- Soy feliz contigo – me dijo – sólo contigo podría ser feliz.


Le besé con más intensidad esta vez cambiando el ritmo que habíamos llevado hasta ahora y es que yo necesitaba algo más de marcha y esperaba que Naruto fuera perdiendo el miedo a medida que avanzásemos y creo que lo iba haciendo, al menos lo intentaba, porque hasta se atrevió a quitarme él mismo la camiseta. Sonreí al verle sonrojarse de nuevo como generalmente hacía cuando me veía y es que me encantaba ese rubor en sus mejillas, lo hacía parecer tan dulce y tan inocente que me encantaba. Puede que Orochimaru le hubiera arrebatado muchas cosas, pero no podía arrebatarle esa inocencia que tenía innata, no podía quitarle ese rubor que se le ponía al verme.


Bajé su pantalón sonriendo y Naruto aunque seguía nervioso, parecía mucho más relajado. Lancé el pantalón junto a su ropa interior al suelo y cogí su miembro en mi mano sacándole un gemido a Naruto casi imperceptible, porque creo que le daba tanta vergüenza gemir que trató de callarlo como pudo, lo que hizo que sonriera aún más. Subí hasta él para poder besarle, metiendo mi lengua a jugar con la suya, devorando su boca mientras mi mano seguía moviéndose en su miembro masajeándolo y Naruto me agarraba de la nuca presionando más su boca contra la mía profundizando el beso mientras le escuchaba ahogar sus gemidos en nuestro intenso beso.


Aproveché para levantarme y dirigirme al baño para coger el lubricante y es que no quería hacer daño a Naruto, no después de todo lo que había vivido. Volví a colocarme encima de él que me miraba con ojos dudosos mientras me veía colocar el lubricante en mis dedos para preparar su entrada. Al empezar a introducirlos, sentí como Naruto se tensaba y le pedí dándole a la vez ligeros besos en el cuello que se relajase, no quería hacerle daño y esa tensión que llevaba encima sólo podía traerle dolor. Trató de relajarse y lo coloqué de forma en que yo tuviera mejor el acceso y seguí lubricándole bien hasta que escuché como gemía y su cuerpo terminaba de relajarse.


Me deshice del pantalón tirándolo sobre el de Naruto y me coloqué el preservativo dispuesto a entrar en él. Entré muy despacio pero no me detuve hasta el final aunque parecía que le dolía un poco, pero no dijo nada, aguantó mientras yo me movía lentamente dentro de él tratando de dilatarle por completo y tras varios movimientos míos, Naruto dejó de sentir dolor y empezó a disfrutarlo.


Me sentí feliz en aquel momento que escuchaba sus gemidos, porque comprendí que disfrutaba conmigo, sentía que empezaba a olvidarse lentamente de sus malos momentos para centrarse en mí y en lo que hacíamos, por fin, parecía volver a ser ese chico del que todos los rumores hablaban, ese chico inocente, sonriente y extrovertido, por lo menos… ahora conmigo empezaba a sonreír de nuevo y eso me llenaba de felicidad a mí.


Con aquel eterno sonrojo en sus mejillas y jadeando como lo hacía mientras entraba una y otra vez en él, no sé si aguantaría mucho y menos aún cuando le escuché pronunciar mi nombre de forma sugerente mientras se agarraba con fuerza a las sábanas arrugándolas entre sus dedos debido al placer que sentía. Al final viéndole tal cual estaba, acabé corriéndome de la excitación que llevaba y el placer que me daba Naruto.


Me tumbé a su lado en el sofá y pasé mi brazo por su cintura pero entonces le vi llorar y me asusté. Sabía por qué lloraba, a mí también me preocupaba todo esto de ser hermanos. Pasé mis manos por su nuca y lo atraje hacia mi pecho para que llorase tranquilo.


- ¿Por qué no puedo estar contigo? – Me preguntó llorando – yo sólo te necesitaba a ti.


- Ya lo sé Naruto, a mí también me duele esta situación, pero buscaremos alguna solución, ya lo verás.


- ¿Qué solución? No puedo cambiarme la sangre, eres mi hermano.


- Quiero estar contigo Naruto – le dije – me da igual lo que seas o lo que digan, sal conmigo, sé mi chico Naruto.


- Estás loco – me dijo levantándose y buscando sus cosas para vestirse mientras yo me incorporaba en el sofá.


- Vamos Naruto, piénsalo bien, ¿Qué más da? Vale no es la mejor situación del mundo pero nos tendría que importar a nosotros, los demás me dan igual.


- A mí no – me dijo Naruto medio enfadado – esto no puede repetirse Sasuke, lo siento.


- Naruto… sabes que seré el único para ti como tú eres único para mí, te necesito a ti.


- No puede ser Sasuke – me dijo llorando – no insistas por favor, habíamos quedado que ésta sería nuestra última vez.


- Lo sé, sé que lo acordamos pero no puedo sacarte de mi cabeza ni de mi corazón Naruto, vamos por favor, quédate conmigo.


- No Sasuke, lo lamento.


Me levanté del sofá caminando hasta él y le cogí de la muñeca con fuerza girándole hacia mí para besarle de nuevo con pasión y se dejó, correspondió mi beso mientras una lágrima resbalaba por su mejilla y cuando me separé, tenía los ojos cerrados y medio sollozaba.


- Ves como me quieres – le dije.


- Claro que te quiero, pero eso no cambia el hecho de que no podemos estar juntos Sasuke, lo siento.


Terminó de vestirse y se marchó corriendo hacia su casa… creo que esta era nuestra despedida y no podía creerme que me ocurriera precisamente a mí algo como esto, cuando encontraba a mi alma gemela, resultaba que era mi hermano. Terminé de recoger las cosas y me fui a mi cuarto, pero no podía dejar de mirar por la ventana por si veía a Naruto, supongo que no estaría en su habitación, sus padres lo habrían retenido para hablar de todo el problema que había tenido con su entrenador.


Esa noche no dormí, me pasé la noche prácticamente llorando en silencio y escuché la puerta principal, supuse que Itachi que habría dejado a Deidara en su casa y había venido a dormir, porque al rato, la puerta escuché como abría y cerraba la puerta de su cuarto. Por la forma en qué caminaba por el pasillo y había cerrado la puerta, creo que tampoco le había ido precisamente bien con Deidara.


A la mañana siguiente, Naruto estuvo todo el día evitándome y en el instituto no fue mejor la cosa… el rumor de que ambos teníamos una relación se expandía como la pólvora pero encima… empezaba a saberse que éramos hermanos y eso era un problema, porque no paraba de escuchar los rumores y susurros de la gente, cuchicheaban a nuestra espalda, tanto de Naruto como de mí y me ponía de mal humor que estuvieran riéndose de algo que ellos no entendían, era un problema que no tenía por qué ser del dominio público, era algo entre Naruto y yo. Si antes era complicado acercarse a Naruto… hoy lo era mucho más, porque ni siquiera me miraba y menos…después de confesar frente a todo el comedor que le amaba… y es que fue una locura.


Ni siquiera lo pensé, escuchaba los cuchicheos constantes y las risas a mi espalda, era insoportable ya y Naruto estaba mucho peor que yo, ni siquiera levantaba la cabeza y todos le señalaban y se reían de él. Al final acabé por hacer lo que nunca creí que tendría que hacer, subirme encima de una mesa del comedor y gritar a todos los estúpidos de allí dentro que le amaba y que puede que fuera mi hermano, pero me daba igual, le quería y ellos no entendían lo que era sentir algo tan fuerte por alguien. Naruto al escuchar aquello, se puso rojo como un tomate y salió corriendo del comedor avergonzado, al final me tocó salir detrás de él.


Desde luego era un gran deportista, corría mucho y no me daba tiempo a alcanzarle… aún así intenté coger los pasillos por los que atajar, sabía que iría hacia la salida y traté de alcanzarle por el camino más corto llegando al patio prácticamente a la vez que él. Le vi salir corriendo dirección hacia la calle y ni siquiera el idiota miró por si venía alguien, cuando se quiso dar cuenta, el coche lo tenía encima y menos mal que estaba medio cerca de él y pude cogerle del brazo a tiempo empujándolo hacia atrás provocando que cayese encima de mí y el coche pasase de largo.


- Idiota – le grité enfadado y asustado mientras Naruto se agarraba a mí intentando calmarse por el susto – serás imbécil, ¿Cómo se te ocurre salir sin mirar?


- Deja de reñirme Teme – me dijo enfadado – todo esto es tu culpa ¿Cómo se te ocurre decir que me amas delante de todos?


- Porque es la verdad Dobe, te quiero y me da igual que lo sepan los demás, es la única forma de que dejen de cuchichear.


- Claro… bonita forma… ahora todos lo saben.


- Pues mejor – le dije – así no tendrán que esconderse para hablar de esto, una vez confirmado se acabó los rumores inventados ¿No te das cuenta? Sólo se metían con nosotros porque podían hacerlo, pero ahora que todos lo saben no tienen nada que pueda hacernos daño.


- Eres imbécil – me gritó.


- Lo soy, pero te amo – le grité antes de cogerle de la nuca y besarle apasionadamente y me dio igual quien estuviera mirando, me había asustado mucho al ver que podía haberle pasado algo con aquel coche.


- Te odio – me dijo Naruto sonrojándose y yo sonreí, porque esta vez era él quien me besaba a mí – te odio mucho, pero no puedo estar sin ti.


- Lo sé.


- ¿Qué narices has hecho conmigo? – me preguntó y yo sonreí.


- Enamorarte – le dije volviendo a besarle y Naruto me continuó el beso, porque ninguno de los dos podíamos estar lejos del otro.


 


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