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Sangre del pasado por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV

 

Enterarme de que Fugaku no era mi verdadero padre me causó una sensación muy contradictoria, deseaba con todo el alma ser hijo de Fugaku, para mí era mi padre y lamentaba en lo más profundo de mi ser enterarme de que mi padre era Madara, porque para mí siempre sería un maldito desgraciado que no se parecía en nada a mi padre. Sé que esto le dolía también a Fugaku, se enteraba de todo el engaño de mi madre y no sé si él seguiría viéndome como a su hijo, eso me preocupaba, porque para mí él siempre sería mi padre, pero por otro lado… enterarme de que no era mi padre, me aliviaba, porque podía estar con Naruto, no tenía la sangre de Fugaku dentro de mí y era libre para estar con él, algo que también me causaba algo de tristeza por Itachi, porque al fin y al cabo, él siempre sería mi hermano y no podría estar con Deidara.

 

Toqué insistentemente la puerta de Naruto y no me abrió pero sí que vi como miraba entre las cortinas de la ventana del salón quién era, creo que no quería verme después de lo que habíamos hecho, me había dejado muy claro que era la última vez que íbamos a tener sexo y me había besado en el instituto, pero seguía insistiendo en que era mi hermano, él no sabía aún que no éramos hermanos, necesitaba explicárselo.

 

- Naruto ábreme por favor – le pedí – tengo que hablar contigo, es urgente.

 

- Vete Sasuke – escuché al otro lado – ya te lo dije, no podemos estar juntos.

 

- Sí podemos, no eres mi hermano Naruto – le comenté.

 

- No inventes Sasuke, nuestros padres estaban juntos en la universidad, hicieron las pruebas, tu padre es mi padre.

 

- No Naruto, mi padre no es Fugaku, me acabo de enterar, abre por favor, necesito hablar de esto.

 

- No es cierto, estás mintiéndome

 

- ¿Cuánto te he mentido yo, Naruto?, yo siempre he estado cuando has necesitado ayuda, ahora la necesito yo Naruto, necesito hablar esto con alguien porque me destroza que Fugaku no sea mi padre, me destroza ser hijo del que creía mi tío porque encima… se estaba follando a mi madre, por favor… necesito tu ayuda.

 

La puerta se abrió de golpe y sentí los brazos de Naruto envolverse a mi cuerpo en un abrazo sobreprotector y no pude hacer otra cosa que abrazarle también. Naruto no parecía querer soltarme ahora, creo que pensaba que yo no tenía problemas, que era un chico normal, pero todos tenemos problemas en algún momento.

 

- ¿Me vas a dejar entrar? – le pregunté.

 

- Sí – me dijo abriendo más la puerta y dejándome entrar.

 

Era la primera vez que estaba en su casa y parecía un lugar muy agradable, me gustaba todo, creo que tenían un buen gusto, porque desde luego mi padre… era lo que menos tenía, buen gusto. Quizá por eso congeniaban tan bien Minato y mi padre, porque uno tenía lo que le faltaba al otro.

 

Naruto se sentó en el sofá y me ofreció sentarme también así que lo hice. Un tenso silencio se hizo entre nosotros hasta que Naruto lo rompió para ofrecerme algo de beber, pero yo le dije que cualquier cosa que tuviera por la nevera estaba bien, no me apetecía nada en concreto. Me sacó un zumo y se sirvió otro él antes de volver a hacer el tenso silencio.

 

- ¿Qué ha ocurrido? – me preguntó rompiendo el silencio – yo siempre creí que no tenías problemas, que podías solucionar cualquier cosa.

 

- Todos tenemos problemas Naruto, no quise meterte en medio de ellos, pero creo que si vamos a salir juntos, deberías de saberlo – le dije y él se sonrojó al darse cuenta de que le estaba volviendo a pedir salir conmigo – hace unos meses, pillé a mi madre acostándose con mi tío – le aclaré – no supe cómo decírselo a mi padre y se lo conté a mi hermano. Creíamos que si la amenazábamos un poco dejaría esa relación, pero no lo hizo y cuando nos mudamos aquí a Seattle, pensamos que al estar lejos no volverían a estar juntos, pero mi tío se vino a buscarla. Al parecer no es que tuvieran una relación de hace unos meses, es que llevan años viéndose a escondidas, Fugaku no es mi padre Naruto, es el que yo creía que era mi tío.

 

- No puede ser – me dijo preocupado - ¿Estás bien? – preguntó.

 

- Algo desorientado, yo no quiero ser nada de Madara – le dije – siempre he visto a Fugaku como mi padre y ahora ver a Madara… no puedo, él no es nada mío, aunque en parte me alivia porque no soy tu hermano y me hace feliz poder salir contigo. Estoy confuso. Por una parte siento alegría porque puedo estar contigo pero por otra… siento tristeza por Fugaku.

 

- Es normal sentirse así Sasuke, pero yo estaré aquí para apoyarte en todo igual que tú me has apoyado a mí.

 

Le besé y esta vez le besé con pasión porque no aguantaba más, me había contenido demasiado tiempo con él y no podía seguir haciendo esto, le necesitaba, quería estar a su lado siempre, quería todo con él.

 

- Te quiero Naruto – le dije.

 

- Y yo a ti, Sasuke – me dijo totalmente sonrojado pero con una gran sonrisa que hipnotizaría a cualquiera, tenía una sonrisa muy pegadiza.

 

- Tengo que irme, pero te prometo que luego vendré y haremos algo. Te invitaré a una cita – le dije.

 

- Vale.

 

Recibí una llamada en aquel momento y era mi padre con voz muy preocupada, al parecer Madara había disparado a Kakashi y había fallecido allí mismo. No me enteré muy bien de la historia, pero le comenté que pasaría por el hospital en cuanto pudiera. Miré a Naruto y no quise contarle nada para que no se pusiera peor, esperaba a que su padre se lo contase cuando regresasen, yo no podía verle sufrir más hoy.

 

Me marché de casa de Naruto no sin antes volver a besarle y repetirle cuánto le quería. Me encantaba ver esos sonrojos y esas sonrisas que ponía cuando me escuchaba decírselo. Caminé hasta la parada del autobús y lo cogí para ir al centro, sé que mi madre estaría en el hotel y es que mi hermano, ya había estado investigando dónde se estaba hospedando desde lo del divorcio de mi padre.

 

Se sorprendió de verme allí, supongo que no esperaba encontrarse con nadie de su familia pero aún así, me dejó entrar y colocó esa voz dulce y suave que solía ponerme cuando quería conseguir algo, en su caso, imaginé que quería mi custodia, pero yo no estaba dispuesto a caer en sus enredos, yo quería estar con Fugaku, para mí, él era mi verdadero padre. Mi madre hablaba de las muchas cosas que haríamos juntos, de los viajes que haríamos y varias tonterías más, yo sabía que todo era mentira, nunca se había preocupado de nosotros y no empezaría ahora, sólo quería mi custodia para hacerle más daño a Fugaku.

 

- Deja de mentirme – le dije de golpe enfadado y ella se detuvo.

 

- No te miento – me comentó con tono dulce.

 

- Sólo he venido a que me expliques cómo pudiste hacerle algo así a mi padre.

 

- Tú padre es Madara.

 

- No, mi padre es Fugaku, jamás reconoceré a Madara como mi padre igual que no te reconozco a ti como mi madre. Fallaste a mi padre, le fallaste a mi hermano y me has fallado a mí. Sólo quiero una explicación de qué te hemos hecho para que nos abandonases como lo hiciste ¿No era suficiente tenernos a Itachi y a mí?

 

- Yo nunca quise quedarme embarazada – me dijo de golpe – mi padre me obligó a contraer matrimonio con un hombre de buena familia y ahí estaba Fugaku. ¿Quién me diría que después de tener a Itachi encontraría el amor de mi vida en el hermano de mi esposo? – me preguntó.

 

- No sé ni para qué he venido – le dije – Ni siquiera vas a disculparte con nosotros.

 

- ¿Por qué tendría que disculparme? – me preguntó con prepotencia.

 

- No lo sé, quizá porque casi mataste a dos críos inocentes, porque trataste de hacer que Minato perdiera a esos niños, porque nos has fallado a nosotros, por todo – le dije – es un caso perdido hablar contigo, espero que te vaya muy bien con mi tío, sois el uno para el otro.

 

Cogí el pasillo hacia la puerta y mi madre se quedó en el salón, ni siquiera quiso acompañarme a la salida, tampoco me hacía falta, sabía dónde estaba la salida, pero al llegar casi a la puerta, me di cuenta que en el mueble de recepción, el cajón estaba medio abierto y algo resplandecía levemente. Abrí el cajón observando que mi madre no viniera en ese momento y lo que me encontré fue todavía peor… un arma con una camisa llena de sangre. Creo que ahora empezaba a comprender todo lo que había pasado en el hospital, todo el jaleo que llevaban con lo de Kakashi. Cogí ambas cosas y salí lo más rápido que pude de la habitación de mi madre caminando hacia la salida del hotel mientras escondía las cosas.

 

Ya estaba en la calle cuando escuché a mi madre que venía detrás corriendo llamándome y eché a correr calle abajo por medio de la ciudad hasta la entrada del metro. Ni siquiera esperé a la cola, pasé por medio de ellos, salté la barrera y corrí para coger el primer metro que vi antes de que mi madre pudiera alcanzarme, porque sé lo que quería, las pruebas. Seguramente la había pillado intentando eliminarlas y las había dejado en el cajón escondidas hasta que me marchase, pero yo había sido más rápido, no esperaba que las encontrase y ahora se desesperaba sabiendo que las tenía yo y podía acusarla.

 

Bajé en la estación más cercana al hospital y salí corriendo nuevamente hacia allí aunque sabía que mi madre no me seguía, pero ella era capaz de coger el coche y venir a buscarme con tal de evitar que la delatase y es que estaba seguro… que del accidente que Fugaku me había contado, era mi madre la que lo había planeado, por mucho que me hubieran dicho que era Madara quien disparó, las pruebas indicaban claramente que mi madre estaba involucrada tanto como Madara.

 

Entré corriendo por el hospital y vi a mi padre allí intentando consolar a Minato y es que no me había enterado muy bien de la historia. Mi padre al verme entrar tan rápido y con la respiración entrecortada dejó a Minato para levantarse y acercarse a mí.

 

-  Ey ¿Qué te ocurre?

 

- Era mamá – le dije sacando las cosas que había encontrado y él se sorprendió – fui a verla porque quería una explicación de lo de mi verdadero padre y me encontré esto en su habitación del hotel, creo que ella y Madara lo planearon todo, me estaba persiguiendo.

 

- Vale, cálmate, yo no dejaré que te haga nada.

 

-  Lo sé – le dije sonriedo - ¿Qué vas a hacer? – le pregunté con las pruebas en la mano.

 

-  Llevarlo a la policía para que investiguen las pruebas – me dijo sonriendo – lo has hecho bien ¿Vale? Pero no vuelvas a intentar nada arriesgado, mantente lejos de ellos, no es seguro.

 

- Vale.

 

Mi padre parecía preocupado y pude ver a Itachi sentado no muy lejos de donde estábamos con la cabeza agachada y sin mirar a nadie, creo que estaba bastante deprimido y no entendía el motivo. Mi padre me tocó el hombro para disculparse y se marchó a sentarse al lado de Itachi. No quise moverme, me tenía preocupado ver a mi hermano en ese estado y al final, me enteré de que él si era hijo de Fugaku y eso le impediría volver con Deidara. Mi padre trató de convencerle de que no pasaba nada, pero no había solución, Itachi estaba decidido a dejar marchar a Deidara.

 

Cuando mi padre se levantó sin haber conseguido absolutamente nada de Itachi, fui yo quien me senté a su lado y le abracé. Creo que mi hermano ahora necesitaba apoyo y entonces al sentir mi abrazo, se derrumbó empezando a llorar.

 

- Ya está Itachi – le dije – por favor anímate.

 

- No puedo – me dijo – él lo era todo para mí

 

- Lo sé – intenté entenderle – sé por lo que estás pasando, yo también creí que era hermano de Naruto, que lo perdía.

 

- Tú al menos has tenido suerte – me dijo – no tengo nada contra mi padre, es estupendo, pero por primera vez en mi vida me habría gustado no ser su hijo – me aclaró.

 

- Lo sé, pero Deidara no es tu hermano Itachi – le dije – es medio hermano, dios Itachi… si le quieres no renuncies a él por esto, vamos Itachi, siempre has luchado por lo que has querido.

 

- Es mi hermano.

 

- Puede, sí – le dije – pero a mí me da igual lo que sea de ti, no os habéis criado juntos, habéis tenido padres diferentes y a mí la sangre me da igual, no os conocíais de nada y ahora mírate, te enamoraste de un chico increíble al que no conocías, míralo así, deja de verlo como tu hermano.

 

- La gente lo vería mal.

 

- ¿Y qué más da lo que vea la gente? Tenéis diferente apellido, si no lo decís nadie lo sabrá – le comenté intentando animarle – no lo dejes Itachi, pelea, venga – le dije.

 

- No sé lo que haré Sasuke, pero gracias por intentar animarme – me dijo levantándose y marchándose hacia el baño.

 

No tuve mucho tiempo de pensar, porque dos policías aparecieron por el hospital buscando a mi padre y cuando me acerqué a ver qué ocurría, aparte de darles las pruebas que yo había conseguido sobre lo de Kakashi, nos comunicaron que acababan de apresar a Orochimaru y el juicio sería pasado mañana. Mi padre pareció relajarse por un momento y me comentó que debía preparar ese caso, porque Orochimaru no volvería a ver la luz del día mientras él estuviera allí. Al menos yo respiré tranquilo sabiendo que Naruto estaba a salvo.

 

 


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