Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sangre del pasado por Fullbuster

[Reviews - 1143]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto Namikaze POV


Una de las grandes ventajas de hacerme mayor es que por fin tenía mi propia habitación desde hace unos meses, pero ahora… tanto tiempo peleando por este derecho y resulta… que echaba de menos a mi hermano y la mitad de veces, me iba a su cuarto a dormir con él y es que… siempre había dormido con él, era una costumbre difícil de quitar, era mi hermano, le adoraba y aunque a veces discutíamos, le quería demasiado, tanto como él me quería a mí, de eso estaba seguro.


Nuestro padre siempre había trabajado muy duro para que no nos faltase de nada, así que en sus ausencias, sólo estábamos mi hermano y yo, nos cuidábamos mutuamente y nos protegíamos, si alguien le fuera a hacer daño a mi hermano… tendría que vérselas conmigo, porque jamás lo permitiría como Dei tampoco lo haría si quisieran hacerme daño a mí, me gustaba nuestra relación, no podía vivir sin mi hermano.


Mi hermano lo era todo para mí, además era muy ingenuo, aunque era mayor que yo… ¡por dos minutos! Le tomaban el pelo enseguida y se dejaba, era tan bueno mi hermano que todos intentaban aprovecharse de él y eso no me gustaba nada. En realidad, era de esas personas que confiaban demasiado en la bondad de la gente, de las que creen que todas las personas son buenas y no es así, él era demasiado confiado y no quería que le hicieran daño.


Creo que Dei jamás había tenido un novio, yo tampoco realmente… pero desde el accidente que tuve, jamás pensé en tenerlo, rehuía a los chicos y aunque no dije nada por vergüenza y por no preocupar a mi hermano ni a mi padre, yo jamás había vuelto a ser el chico risueño, alegre y extrovertido de antes, me había recluido en mi mismo, ya no tenía amigos, no me fiaba de nadie y me había vuelto el doble de sobreprotector con mi hermano por miedo a que le pasara como a mí.


De todas formas y aunque yo ya no quería saber nada de novios, tenía mi sexualidad muy clara igual que mi hermano, nos gustaban los chicos y eso también nos lo callábamos como nos callábamos que éramos donceles por mandato de papá. La gente nos habría mirado extrañados, nos habría tratado como bichos raros y yo no quería eso, ya lo pasábamos bastante mal en el instituto los dos como para que encima nos tratasen mal, aunque mi hermano lo pasaba peor que yo… creo, al menos en cuanto a niños y es que los niños pueden llegar a ser muy crueles, más que los adultos.


Mi hermano era de los que soñaban o creían que existía el amor a primera vista, era muy enamoradizo, si un chico le hubiera dicho de salir con él, se habría enamorado perdidamente y yo estaba convencido de que le habría traicionado, Dei lo habría dado todo por esa relación y le harían daño, porque el amor a primera vista, el chico perfecto no salía de un día para otro, generalmente nunca era el primer amor, la vida era larga y era una búsqueda incesante, pero mi hermano no lo veía, creía que el primer amor sería el definitivo y me daba miedo que le hicieran daño con esa mente loca que tenía.


Yo era muy desconfiado, temía decir que era homosexual por si se metían conmigo, quizá ese miedo se lo pasé a mi hermano, porque él tampoco quiso decir nada, creo que ese era uno de los motivos por el que no se permitió tener novio tampoco aunque era bastante más extrovertido de lo que era yo ahora. Supongo que antes nos parecíamos mucho, pero mi desilusión de la vida vino rápido tras el accidente, yo jamás volvería a ser el mismo, mi corazón estaba roto, mi mente destrozada y mi confianza en la gente hecha añicos, nadie podía ayudarme ya, sería así de antisocial el resto de mi vida y me daba miedo quedarme solo, quizá por eso me acercaba tanto a mi hermano, tenía miedo de la gente y sus traiciones pero también de la soledad, sólo confiaba en mi hermano y en mis padres.


Caminamos calle abajo y Dei siempre sonreía, me encantaba su sonrisa, me animaba a mí y era con el único con quien había vuelto a sonreír, a nadie más le enseñaba mi sonrisa, siempre estaba serio y mi hermano era el único privilegiado, él lo sabía y aunque trataba de animarme a hacer amigos, yo no quería, le tenía a él, era todo lo que necesitaba, no confiaba en la gente, siempre me traicionaban y estaba cansado de eso, eran falsos, se acercaban a mí porque era popular en el deporte, sólo me querían por provecho, para sacar algo a cambio y yo no quería gente interesada, mi hermano era genial, él nunca me pedía nada, me sonreía porque quería hacerlo y me hablaba porque nos llevábamos bien, no necesitaba gente falsa a mi lado teniendo a mi hermano.


Dei siempre saludaba a todos los compañeros de su clase que se cruzaba en el camino pero yo veía las miradas de ellos, como si Dei fuera un bicho raro y lo odiaba, él no lo era, era un cerebrito, estudiaba mucho y sacaba buenas notas y sólo porque el deporte no se le diera bien o fuera un torpe que tropezaba hasta con él mismo, no les daba derecho a juzgarle como lo hacían, porque él no tenía amigos, nadie quería estar cerca de Dei a menos que necesitasen ayuda con los deberes o en caso de estudiar para levantar sus notas, odiaba esa actitud interesada, pero mi hermano era tan ingenuo que creía que eran amigos suyos y les ayudaba… no se daba cuenta de que sólo le utilizaban. No lo soportaba, odiaba que tratasen así a mi hermano y hacía que siguiera pensando que la gente era asquerosa, seguían haciendo que me recluyese más y más en mí mismo y no hablase con nadie, no intentase hacer amigos, no confiase en nadie.


A mí lo que más me extrañaba desde hacía ya bastante tiempo, era el comportamiento de Hidan y es que conmigo no hablaba tanto, supongo que por mi forma introvertida de ser, pero sí hablaba mucho con Dei y éste sonreía siempre, pero así era mi hermano, nunca le vi triste, él siempre ponía una sonrisa al mal tiempo. Hidan últimamente estaba muy pegado a mi hermano y yo creo… que le gustaba un poco Dei, siempre estaba muy encima de él y aunque en casa mantenía las distancias supongo que por mi padre, cuando él no estaba, siempre estaba encima de él, que si una caricia, que si te quito algo de la mejilla, que si te has dejado algo aquí… siempre tocando a mi hermano. No le había visto propasarse con él, pero a mí me daba la sensación como si intentase cuidarle, como si intentase ligar con él y mi hermano era muy ingenuo, si ligaban con él sabía que acabaría cayendo en el amor.


A mí lo único que no me gustaba de Hidan era su pasado criminal, la gente con la que había ido porque no sé si aún seguía con ellos, yo esperaba que no y es que si llegase a salir con mi hermano no quería esa vida para él, mi hermano era muy inteligente, tenía un brillante futuro por delante y no quería que se lo arruinasen. Además… Hidan tenía veintiún años y mi hermano tan solo dieciséis, no lo veía muy claro, era muy mayor para él o yo lo veía así. Para mí, mi hermano seguía siendo como un niño pequeño, no le veía teniendo sexo aún, yo tampoco me veía así, en realidad… yo nunca estaría con un chico por culpa de ser introvertido y no confiar en nadie.


Yo a Dei… le defendería toda la vida, era mi hermano, no quería que le hicieran daño, puede que yo jamás tuviera pareja, pero no podía impedirle a Dei que la tuviera, él era dueño de su propia vida, pero sí le defendería, no dejaría que nadie pudiera abusar de él o destrozarle el corazón, yo siempre estaría allí para ayudarle con lo que fuera.


Al llegar al instituto, entré por el edificio y no me di cuenta hasta varios pasos después de que mi hermano se había quedado atrás hablando animadamente con Hidan. Suspiré porque ese chico no tenía remedio, era demasiado amable con todo el mundo, daba confianzas y eso es lo que más me preocupaba, que se aprovechasen de él. Estaba aún caminando por el pasillo con la mirada atrás cuando me choqué contra la espalda de alguien, por poco me caigo al suelo pero por suerte, conseguí mantener el equilibrio.


Aún me quejaba por el golpe cuando el chico se giró a mirarme y yo aprovechaba para disculparme por el golpe que le ha había dado. Me sorprendió porque era un chico al que no había visto nunca por el instituto, un alumno nuevo seguramente pero es que era guapísimo. Puede que yo no confiase en la gente y no volvería a hablar con él, pero mirar no era un delito y es que era guapo, no era ciego, sólo desconfiado.


Era un joven de ojos oscuros y cabello negro azabache, con un cuerpo muy trabajado, seguramente porque hacía deporte intenso y llevaba una mochila a la espalda. Cuando él me habló, su voz me pareció muy varonil, muy seductora y no pude evitar sonrojarme un poco aunque intenté camuflarlo como pude.


- ¿Estás bien? – me preguntó cortésmente.


- Sí – le dije – lo siento


-  No te preocupes – me contestó con seriedad.


- Naruto – escuché la voz seca del director llamándome la atención – vete a clase ya si no quieres un parte – me dijo y entonces, me di cuenta de que el timbre para clase estaba sonando.


No perdí tiempo y aunque no me gustó la contestación y el tono del director, estaba acostumbrado a que me tratasen así todos, porque sólo me trataban bien los días de partido y querían ganar, entonces era el mejor, pero en días de clase, yo era sólo el peor estudiante al que podían pisotear. Me callé y seguí caminando hacia clase con algo más de rapidez para que no volvieran a llamarme la atención y pasé de ellos girándome mientras caminaba por el pasillo para ver a aquel joven. Al girarme me di cuenta de que aunque el director le hablaba, él no prestaba atención, mantenía su mirada fija en mí y yo aparté la mía de él con rapidez sonrojándome ¿Por qué seguía mirándome ese chico?


Entré en clase y el profesor me miró con extrañeza, me echó una bronca por llegar tarde y tras dejarme en ridículo frente a los alumnos, me hizo sentarme en mi sitio. Ni siquiera prestaba atención en clase, estaba acostumbrado a que creyesen que yo era como mi hermano, que debía ser el estudiante modelo como él, pero yo no tenía su cerebro, él era inteligente yo un atolondrado, él era malo en deportes y yo muy bueno, ¿Cuándo se darían cuenta de que éramos diferentes? Aún así, por mucho que me comparasen con él, jamás conseguirían que le tuviera celos o envidias, amaba a mi hermano, le quería con locura, siempre podría contar conmigo como yo contaba con él. La verdad es que él también debía soportar que le comparasen conmigo en deporte donde era malísimo.


Aquel chico moreno del pasillo cruzó mi mente y es que era guapo o a mí me lo había parecido, sin embargo, intenté borrarle de mi mente, no era para mí, yo siempre estaría solo, no quería novios, no necesitaba amigos ¡Yo era y sería siempre un solitario!


Llevaba diez minutos sentado sin escuchar cuando la puerta se abrió y entró el director acompañado de aquel chico moreno de mirada profunda que cruzaba de vez en cuando mi mente. Me sorprendió aquello y él en cuanto me vio allí sentado, sus ojos no dejaron de mirarme pasando del resto de la clase.


Allí le dejaron y se sentó un par de asientos por detrás de mí, aunque no paró de mirarme mientras caminó por el pasillo hasta su sitio. Me puso nervioso y me sonrojé, pero no quise demostrárselo y desvié mi mirada como si él no me importara en absoluto. Al finalizar las clases, estaba recogiendo cuando el chico se acercó a mi mesa.


- ¿Naruto, verdad? – me preguntó a forma de Saludo – Soy Sasuke


- No lo tomes a mal Sasuke, pero tengo algo de prisa – le dije – lo siento enserio – me disculpé y aunque vi su mano allí para que se la estrechase, yo no quise tocarle, no tocaba a nadie nada más que a mi hermano desde hacía meses.


Sentía ser desagradable, pero yo no era como mi hermano, tenía problemas con los chicos y me negaba a que me tocasen, le tenía algo de miedo y desconfianza. Me habría gustado saludarle como se merecía, parecía un buen chico, pero mi actitud extrovertida había desaparecido hace ya demasiado tiempo, nadie volvería a romperme el corazón, nadie volvería a acercarse a mí, ni siquiera los que parecían buenas personas, porque luego… siempre me traicionaban.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).