Lo más importante para mi eres tú. por xavtankgirlrr

Ya habían pasado como 2 meses desde que Arendelle volvió a la normalidad. Las casas volvían a ser cálidas, los árboles volvían a crecer y el sol volvía a brillar de nuevo. Elsa y Anna también volvían a ser como antes, como mucho antes, cuando eran pequeñas y jugaban juntas a las muñecas o a corretear en el extenso patio del castillo. Sin embargo, las dos habían olvidado lo que era ser una verdadera familia desde que sus padres murieron, habían olvidado aquél cálido cariño que sentían, habían olvidado el amor.

Una mañana, la dulce princesa de cabello color azafrán despertó de su dulce sueño. Con los ojos adormecidos y el cabello algo despeinado, la chica se dirigió hacia el baño para poder arreglarse. Después de unos minutos salió del baño totalmente arreglada; con dos largas trenzas que hacían lucir su cabello, un hermoso vestido color esmeralda y unas zapatillas de color blanco.

La joven princesa salió de su habitación y se dirigió hasta el dormitorio de su hermana mayor, la reina. Con gran sutileza abrió la puerta para poder pasar. Allí la joven notó que su hermana seguía dormida, así que caminó silenciosamente y se acercó hasta la cama donde se recostó junto a su hermana. Miró sus ojos dormidos y pensó: "Se ve tan bien cuando duerme...Me gustaría ser tan bella como ella". La princesa acarició la mejilla de su hermana mayor y allí fue cuando esta despertó.

- ¿Anna?... -dijo con la mirada adormecida. - ...¿Qué haces aquí?

- Vine a despertarte, ya amaneció. -susurró.

- Ah, entiendo, ya me levanto. -la reina se levantó de la cama y se dirigió al baño para acomodarse. Luego de unos minutos
salió. - Estoy lista. -la rubia salió con un vestido color celeste, una trenza que recogía su cabello y unas zapatillas comunes
de color blanco.

- Está bien, vamos a desayunar. -La joven princesa se dirigió junto a su hermana al comedor donde se suponía que se encontrarían sus desayunos.

- ¿Y los desayunos? -preguntó la reina al notar que no había nada en la gran mesa.

- Ah, tenemos que hacerlo nosotras. -dijo la menor.

- ¿Nosotras? ¿Y qué hay de los sirvientes y los cocineros? -preguntó confundida.

- Ah, anoche les dí el día libre a todos. -dijo entrando a la cocina que quedaba justo al lado del comedor.

- Ah, con que día libre...¿Y quién te dio la autoridad aquí para dar ordenes? -preguntó la reina con una sonrisa pícara en su
rostro.

- Pues, verás querida reina...Yo también tengo algo de la realeza en este castillo, así que también puedo dar ordenes. Después de todo soy la princesa. -dijo sonriendo también. - Así que ya deja las preguntas y ven a ayudarme a cocinar. -La reina rió un poco y luego caminó hacia el comedor.

- ¿Entonces princesa? ¿Qué cocinaremos? -preguntó al notar que la menor no dejaba de observar en los cajones para ver que encontraba.

- Realmente no lo sé...Hmm, ¿qué tal unas tostadas?

- ¡Buena ídea! Tú las puedes ir preparando mientras yo hago las bebidas.

- Está bien. -la joven sonrió y rápidamente se acercó al refrigerador para sacar los ingredientes que utilizaría para rellenar las tostadas. - Veamos, tenemos pan, queso y mantequilla. ¿Falta algo?

- ¡Las bebidas! ¿qué prefieres? ¿jugo de naranja o jugo de manzana? -preguntó mientras sostenía en sus manos una manzana y una naranja.

- ¿Qué tal chocolate caliente? ¿se puede?

- Hmmm, realmente las cosas calientes no son mi especialidad, pero veré que hago. -dijo sonriendo.

- Está bien. -la menor empezó a hacer las tostadas, mientras que su hermana empezaba a preparar las bebidas. Luego de unos minutos terminaron. - ¡Está listo! vayamos a comer. -las dos chicas sacaron los desayunos y los pusieron sobre la gran mesa del comedor para comenzar a comer. - ¿Cómo están sus tostadas reina Elsa?

- Muy deliciosas. ¿Cómo está su chocolate caliente princesa Anna?

- Delicioso, pero algo congelado. -las dos jóvenes rieron juntas.

Después de unas horas las dos chicas ya habían terminado de desayunar y de hacer sus deberes. Anna y Elsa se encontraban en el gran patio del castillo recostadas en el césped mirando hacia el cielo.

- Realmente es un hermoso cielo... -dijo la menor.

- No tan hermoso como tú. -agregó la reina.

- Por dios Elsa, no digas estupideces. -soltó negando por completo lo que dijo su hermana mayor.

- Pero es la verdad. -sonrió. - Oye, cambiando de tema...¿Y Olaf? -preguntó mientras miraba a los lados buscando a su pequeño amigo.

- Salió con Kristoff esta mañana.

- Uh, con Kristoff... -la rubia desvió la mirada.

- ¿Hmm? ¿pasa algo? -dijo con curiosidad.

- No, solo que recordé...

- ¿Qué recordaste? -preguntó aún con más curiosidad.

- ¿Muy pronto será tu boda con Kristoff? ¿no?

- Emmm, sí... -asintió la menor. - Pero sabes, creo que ya me estoy arrepintiendo...

- ¿Eh? ¿Arrepintiendo? ¡pero si Kristoff y tú son el uno para el otro! -dijo la reina algo sorprendida.

- Sí, lo sé, pero...Hay cosas más importantes que una boda, mejor dicho, personas más importantes. -la menor le dedicó
a la reina una dulce mirada.

- A-anna... -la rubia soltó una lagrima y luego abrazo fuertemente a su hermana.

- Elsa, tú eres más importante para mí que muchas cosas...

- Anna...