Zelo----
-he-hermano~…- me sentí como si toda mi vida hubiera dado vuelta, la cabeza me dolía y tenía ganas de vomitar pero aun siendo esos síntomas muy fuertes no les puse atención, por la gran impresión y felicidad que me invadían. Sin importarme que Yong Guk estuviera presente me abalance hacia mi hermano que también estaba llorando por verme.
Por la fuerza con lo que lo había abrazado lo había tirado y yo estaba encima de él mientras escondía mi rostro en su sucio pecho lleno de suciedad y… sangre!! Me separe rápidamente al notar esto último y lo mire a al rostro con miedo, se veía pálido y su rostro trataba de mantener una sonrisa pero el dolor era mayor
-¿estás bien?- le dije con los ojos muy abiertos y mientras lo sostenía entre mis brazos con más preocupación de la que dejaba notar.
-s-si humg- no pudo hablar bien por el repentino dolor que parecía comenzar a tener de un momento a otro
-le han disparado en el pecho…no le queda mucho tiempo, aun con tratamiento todo estaría igual, no sabíamos que era tu hermano hasta después de dispararle, me disculpo por eso…- sentí como mi corazón que estaba lleno de felicidad se rompió en mil pedazos, deje de respirar un momento mientras mi mente estaba en blanco y sentí como perdí todas mis fuerzas, quería morir junto a él, suicidarme en ese momento era lo único en lo que pensaba.
-t-tranquilo…tú estás bien y e-es lo que importa- se notaba a millas que se estaba esforzando demasiado, coloque mi mano en su frente para que sintiera mi calor y tratar de tranquilizarme también.
-no te esfuerces demasiado…te quiero mucho hermano- en realidad no sabía mucho que decir, lo único que pensaba era que no quería que muriera y me dejara solo. Las lágrimas seguían brotaban de mis ojos y sentía que caía por un abismo negro sin fin
-n-no llores…- intente hacerle caso pero era imposible, era mi única familia y estaba muriendo en mis brazos mientras yo no puedo hacer nada para evitarlo, solo puedo observar sus últimos respiros, escuchar sus últimas palabras, ver su última mirada, sentir su ultimo tacto y lamentar su muerte cercana.
-no mueras, aún faltan muchas cosas por hacer, no las puedo hacer sin ti, t-te necesito, no mueras po-por favor…no mueras- volví a acercarme a su pecho, sintiéndolo con más detenimiento, sus latidos eran lentos al igual que su respiración, y se sentía muy frio.
-lo sé, pero aun estando yo vivo o muerto, tu debes de ser feliz y vivir tu vida, disfrutar cada momento como si fuera el ultimo y… amar a alguien- sus ojos miraban la nada, su vos era más relajada y parecía como si se estuviera durmiendo, poco a poco comenzó a cerrar sus ojos mientras yo me aferraba más a él.
-no te olvidare nunca- me acerque a su oído, sabía que aún me podía escuchar –prometo que los vengare~- me quede en blanco de nuevo cuando al volver a ponerme en su pecho escuche como su corazón dejo de latir, lo coloque suavemente en el suelo, estaba muy pálido y ya se sentía bastante frio, derrame una última lagrima que callo en su mejilla, note como también tenía bastantes en su rostro y algunas ya estaban secas, dejando un camino en un cuerpo donde antes tuvo vida, quite mi lagrima de su rostro mientras lo miraba con tristeza y melancolía, luego susurre –te lo juro- .
Me levante con la cara en alto mientras me dirigía a la salida
-¿quieres que le enterremos?- su vos se escuchó como cuando estábamos en el baño. Muy diferente a otras veces, tan calmada, tan dulce.
-él siempre quiso que lo quemaran y dispersaran sus cenizas en un lugar hermoso- dije mirando la nada con los ojos enrojecidos y con una vos también calmada.
No me dijo nada, solo me llevo de nuevo al edificio con un paso lento. La verdad es que me sorprendía que no estuviera llorando, intentaba no derrumbarme y suicidarme, no sin antes haberle cumplido la promesa a mi hermano y a mi familia en si.
No sentí el tiempo pasar, estaba perdido en la nada hasta que sentí como me sentaba en mi cama. Me recosté y me quede dormido.
-Zelo…. Zelo- sentí como una vos grave me llamaba mientras la luz comenzaba a segarme –ven, tienes unas cenizas que dispersar- me sorprendí tanta comprensión por parte de Bang, ¿Qué le pasaba? Estaba actuando en verdad muy raro y eso me daba mucho miedo, tal vez no tarde en matarme.
Me levante en silencio y lo seguí de nuevo. A un lado del ascensor vi como Kenia llevaba una cajita muy hermosa y a la vez muy costosa. Cuando llegue a su lado me la dio con un rostro triste –lamento mucho lo de tu hermano-
-gracias- le dije en tono bajo y un poco quebradizo. Me adentre junto con Bang al elevador y nos dirigimos al piso de abajo. Salimos del edificio de nuevo y un auto negro nos esperaba, un sirviente nos abrió la puerta y el auto arranco. Los vidrios estaban polarizados y no tenía muchos ánimos de bajar la ventanilla. En el camino yo iba pensando en los buenos tiempos, en los que peleaba con mi hermano a manera de juego, mis padres disfrutaban de una vida no muy costosa, éramos más bien de la clase media. Mi hermano una vez me prometió que me daría un sobrino al cual poder acariciarle la cabeza, ya que no estaba yo muy seguro de querer tener hijos algún día. Me consolaba en los momentos más tristes de mi vida, dormíamos juntos cuando alguno de los dos teníamos pesadillas. Desearía que la última vez que sonreímos juntos, la hubiera aprovechado al máximo, si tan solo hubiera sabido que sería la última…
Llegamos a un lugar que no creí que existía, era en pocas palabras, hermoso. El auto paro cerca de un arroyo de agua cristalina, los alrededores estaban llenos de árboles verdes y uno me llamo la atención, era un árbol encorvado, parecía que se caería, las ramas parecían lluvia estando caídas. Me acerque lentamente hasta llegar a los pies del árbol. Me hinque con pesadez y un profundo dolor en el pecho, comencé a dispersar las cenizas por el alrededor del árbol y una briza fría recorrió toda el área, parecía que el árbol podía sentir mi dolor y me acompañaba en mi melancolía.
Mire hacia arriba y deje escapar un suspiro que no dejo que sacara todo lo que tenía atrapado dentro de mí, tenía unas inmensas ganas de gritar y matar al responsable de una vez por todas. No me gustaba lo que pasaba por un momento trate de dejar de pensar en lo que pasaba, me concentre en la forma del árbol y, cielos, se veía mucho más hermoso cuando me encontraba debajo de él. Me relaje y volví a suspirar pero esta ver solo fue para calmarme y no para desahogarme.
Baje la mirada y me encamine hasta donde Bang me esperaba, contemplando algo en el arroyo que parecía llamarle la atención. Lo escuche reír con diversión como si hubiera visto algo gracioso o le hubieran contado un chiste. La curiosidad me gano y me asome para ver lo que le causaba tanta gracia.
Lo que vi me dejo perturbado hasta los huesos. In pequeño pez muy lindo estaba en la orilla del arroyo, el problema es que no tenía suficiente agua que lo cubriese para que pueda seguir su camino o siquiera respirar, notaba como hacia su mejor esfuerzo por volver al agua pero en vez de eso solo se alejaba más y más de ella hasta que no se pudo mover, su respiración era bastante agitada y poco a poco dejaba de respirar.
Cuando ya no estaba tan paralizado me moví rápidamente hasta llegar en la ubicación del pez, con sumo cuidado y delicadeza alce al pez y cuando estaba a punto de meterlo al agua escuche que Bang me decía con una sonrisa
-eehh, tú, aplasta al pez con una piedra, veras que es divertido, ¡anda! Te gustara- me sonrió como si me hubiese pedido que jugásemos a la pelota, tratando de convencerme de que será divertido. No pensé un segundo más y deje que el pececito volviera al agua, intente reanimarlo pero parecía que ya estaba muerto, la corriente se llevó al cadáver de lo que fue un hermoso pez muy llamativo y junto con él se fue mi oportunidad de que algo bueno pasara este día, o por lo menos en lo que sería el resto de mi vida.
me subí de nuevo al coche y Bang se subió después de mi, yo lo encare con desaprobación, estaba tan enfadado que no sabía las consecuencias de mi descaro. Él me miro con intriga y sorprendido por mi extraño comportamiento.
-eres un cobarde, como no te atreviste a matar a ese simple pez, jah me das pena- se burló en mi cara y mi rostro hiso un gesto que ni yo sabría cómo explicar
-lamento no ser un maldito sádico y esquizofrénico como tú lo esperabas de mi- no quede muy satisfecho con mi respuesta, quería decirle todo lo que sentía pero no me atrevía a decirle más en esos momentos, estaba cansado de la vida en sí, de todo lo que había ocurrido en las pocas horas del día
-no esperaba que fueras un enfermo, esperaba que tuvieras las agallas suficientes como para terminar de matar a un pececito que sufría, ooww pobre pececito- fingía tener lastima por ese animalito pero en realidad no parecía que tuviese sentimientos, solo se veía como un estúpido haciendo esos gestos tan lastimeros que luego fueron cambiados por unos de gracia y burla.
Me recargue en el asiento esperando dormitar un poco pero por el cansancio creo que me quede dormido.