Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

It's rare to see you without the Nutcracker suit (Chanbaek) por Ms Ohorat

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un especial de Navidad que se me ha antojado publicar xD

Ms Ohorat.

Notas del capitulo:

Parte Uno de este hermoso Two-Shot Chanbaek.

Espero que lo disfruten~ 

Ms Ohorat.

Baekhyun estaba sentado en el fondo del autobús, observando con detenimiento los copos de nieve caer y perderse en el manto blanco que cubrían las calles de Seúl.

 

Y suspiró, sin saber qué mas hacer para calmar su emoción.

 

Baek, ¿sigues allí?

 

El chico se sobresaltó en cuanto había escuchado aquella voz, y recordó que aún tenía el teléfono en su mano, pegado a su oreja, y que su mejor amigo estaba esperando en la otra línea a que contestara algo que no había tenido la oportunidad de procesar.

 

— Sí, aquí estoy. Lo lamento, 'Soo.

¿Te ha sucedido algo? Has estado suspirando desde hace un buen rato. Imagino que no has escuchado ni una palabra de lo que te he dicho.

— Solo estaba pensando —dijo un tanto apenado—. Estoy algo nervioso, ¿sabes?

— ¿Es por ese sujeto? Todavía falta una semana para Navidad, ¿y ya estas nervioso? Por Dios, Baek. Debes calmarte.

— Lo sé, es solo... —soltó—. No puedo evitar estar ansioso. Y, para rematar, todo me recuerda a esa fecha.

 

Y es que no podía tener más razón.

 

Las casas decoradas con montones de luces verdes, rojas y amarillas, entre otras, sobre los techos y ventanas, moños navideños colgados en las puertas, muñecos de nieve hechos por niños, tiendas repletas de gente comprando regalos, y alguno que otro cantando villancicos, de los cuales Baekhyun reconocía unos pocos.

 

A pesar de faltar todavía una semana entera, las personas ya estaban bastante ocupadas preparando todo para el gran día.

 

Bueno, debes olvidarte de aquello al menos por un momento, y escucharme —prosiguió su amigo, con un ligero deje de reproche—. ¿Sabes? Jongin y yo pasaremos las fiestas en casa de sus padres, y nos preguntábamos si querrías pasar la Navidad con nosotros. Sé que quieres quedarte allí solo para ver a tu amado muñeco andante, pero sería una pena que estuvieses solo otro año más.

 

Baekhyun pensaba lo mismo.

 

Y es que se sentía tan bien cuando aquel desconocido le daba una rosa, pero era tan solitario y triste luego de que se iba. Cenando solo, festejando solo, recibiendo saludos y regalos de sus padres desde China, pero, aún así, estando solo.

 

No era lindo, si era sincero. Pero él prefería quedarse, y no ser una carga para los demás.

 

Así que solo esbozó una débil sonrisa, agradecido en cierta forma.

 

— Me encantaría, 'Soo, pero no puedo —contestó—. Debo ayudar a la señora Park ésta semana.

 

Su amigo bufó.

 

Baek, ¿has vuelto a aceptar su petición de ayudarla en la cafetería?

— Y a decorar su casa.

¡Oh, por el amor de Dios! —soltó—. Baekhyun, se supone que deberías de tomarte vacaciones en éstas fechas, como todas las personas normales. No trabajar horas extra.

— Pero no me molesta.

Y, sobre todo, quiere que le ayudes a decorar su bendita casa. ¿No era que tenía un hijo?

— Ella ha dicho que se había ido a Busan por estudios.

Aún así. Baek, no puedes seguir haciendo ésto. Deberías de estar cansado de verla cada día del año.

— Pero ella es agradable. No me molesta —insistió.

Esta bien que ella te agrade, pero no puedes explotarte de esa manera solo porque te sientes solo.

 

Demonios, dio justo en el blanco”

 

Realmente, si quieres venir, no nos molestaría.

— Kyungsoo —dijo—. Estoy bien, ¿si? Solo ayudaré a la señora Park con ésto, y ya. Prometo salir con alguien, si es lo que te preocupa. O, en peores circunstancias, iré a visitar a Jongdae y a emborracharme toda la noche.

Baek...

— Deja de preocuparte por mi y disfruta de la Navidad con tu novio, ¿bien? —prosiguió—. Prometo contarte todo lo que haya pasado con el Cascanueces.

 

La línea había quedado en silencio por unos minutos, dejándole en claro a Baekhyun que su amigo estaba pensando en lo que le había dicho, y sujetó el teléfono con fuerza, rogándole a quién sea para que dejase de insistirle.

 

— …. ¿Estás seguro?

— Completamente.

¿Irás con Jongdae? —preguntó para cerciorarse.

— En las peores circunstancias.

Baek...

— Bien, iré —el chico puso en blanco los ojos—. Pero ni en broma me quedaré a dormir en su casa. Es una verdadera pocilga.

Y que lo digas.

 

Baekhyun miró una vez mas por la ventana y notó que el autobús estaba cerca de la parada en donde debía bajarse, y se puso de pie.

 

— Debo colgar, 'Soo. La política de la señora Park es: menos charla, más trabajo. Y eso incluye los celulares, por lo que no quiero hacerla enfadar.

Bien —dijo su amigo—. Pero debes prometer que irás a la casa de Jongdae en Navidad, Baek. Me enteraré si me has mentido, y la pasarás mal.

 

Baekhyun arqueó una ceja.

 

— ¿Estás amenazándome?

Sí, lo hago, y es por tu bien. Ahora cuelga que no quiero que te despidan por mi culpa.

— Bien. Adiós, madre 'Soo —bromeó y cortó antes de que pudiese replicarle nada.

 

El frío viento de invierno había golpeado de lleno su cara en cuanto hubo bajado del autobús, y se ajustó la bufanda, subiéndosela hasta por encima de la boca para cubrirse. Acomodó su gorro de lana, tapándose las orejas, y metió las manos en los bolsillos mientras comenzaba a caminar rumbo a casa de los Park. Sus dientes castañeaban y su cuerpo temblaba, y su nariz no tardó en volverse roja. Ese día hacía mucho frío como para que él lograse aguantarlo, y aceleró el paso, tratando de llegar a su destino lo mas rápido posible.

 

Y cuando estuvo frente a la puerta, no pudo evitar sentirse inexplicablemente nervioso.

 

Porque él no era del tipo sociable, que iba de casa en casa, o se desenvolvía muy bien con las personas que apenas y conocía, no. Él era, mas bien, una persona un tanto tímida. Demasiado, de hecho, que no encontraba tema de conversación lo suficientemente interesante como para, siquiera, hablar de él. Alguien que prefería ser mas independiente, vivir solo, y sin tener que relacionarse con demasiadas personas, que causarle problemas a todo el mundo. Un chico al que le gustaba más quedarse en su casa, viendo una película en la comodidad de su sofá, que salir en una doble cita, o cosas como esas que incluían conocer nueva gente. Alguien que, definitivamente, nunca aceptaría ir a la casa de una persona que apenas conocía solo para ayudarla con las decoraciones, y mucho menos si hacía un frío infernal que, sabía, él no toleraría.

 

Pero allí estaba, esperando a que le abrieran antes de que muriera de hipotermia.

 

— Hola, Baek, querido —le saludó la señora Park, haciéndose a un lado—. Pasa, que hace mucho frío.

 

El aludido hizo lo que le había dicho, y, en cuanto hubo entrado, se dedicó a observar el interior de aquella bella casa en la que se encontraba, y que, muy pronto, decoraría.

 

Pero una voz lo había sacado de sus pensamientos, haciéndolo sobresaltar.

 

— ¡Mamá! ¿A qué hora llega Yeollie? —gritó, y calló de inmediato en cuanto hubo visto al invitado en medio de la sala, y le regaló una sonrisa al segundo— Oh, hola. Tú debes ser Baekhyun. Mamá ha hablado mucho de ti. Un gusto.

 

Baekhyun sintió su corazón bombear de los nervios.

 

— Huh, hola. El gusto es mío —respondió el chico, haciendo una reverencia.

— Baekhyun, ella es Yura, mi hija mayor —dijo la mujer—. Nos ayudará con las decoraciones, entre otras cosas. Espero no te moleste.

— Oh, no. Para nada —se apresuró a responder, siendo guiado en el proceso por la señora Park hasta una habitación que, suponía, sería el ático.

 

Y allí comenzaría su trabajo.

 

-

 

Ya habían pasado tres días desde que había ido a la casa de los Park a trabajar, moviendo cajas de allá para acá, yendo y viniendo de la cafetería, y entregando pedidos a toda hora. Él sabía muy bien que la cantidad de clientes aumentaría en cuanto la fecha se acercase mas, y que ésto no era ni de cerca tan atareado como lo sería en cuanto faltasen dos días para Navidad, pero no podía evitar pensar que era agotador.

 

Pero, por sobre todas las cosas, no podía entender por qué demonios el hijo menor no estaba allí para ayudar. Ni siquiera lo había visto desde que había llegado el mismo día en que él había empezado su trabajo. Y aquello era raro, ya que, se suponía, se encontraban en la misma casa.

 

— Venga, Baek. No te tires abajo ahora, que necesitamos tu ayuda por aquí —le había dicho Yura, que, sorprendentemente, se había vuelto cercana a él en muy poco tiempo.

— Estoy agotado... —murmuró.

— Sí, supongo que puedo entenderte. ¿Por qué no tomas un descanso?

 

Un descanso estaría bien... “

 

Baekhyun asintió y fue hacia la cocina por un vaso de agua, y se sentó en el sofá de la sala, procurando no desacomodarlo.

 

Su vista viajó a toda la habitación, contemplando la escasa decoración que hasta ahora había, hasta que vio algo que le llamó la atención.

 

Un pequeño cascanueces rojo del tamaño de su mano estaba colocado sobre una de las repisas negras, y, a su lado, una foto de un niño de no más de cinco años, vestido como cierto muñeco, deslumbrando a Baekhyun con su bella y amable sonrisa.

 

El chico no pudo evitar acordarse de su amado muñeco gigante y se levantó para ver la fotografía y el cascanueces mas de cerca.

 

Eran tan idénticos: la vestimenta, la peluca de cabello grisáceo, el bigote falso, el enorme gorro. Simplemente, le hacía recordar al desconocido que le regalaba rosas el día de Navidad, y no pudo evitar sonreír con ternura hacia ambos objetos.

 

— Ese es Yeollie, mi hermano menor. La tomamos cuando tenía cuatro años.

 

Baekhyun pegó un salto en cuanto oyó una voz junto a él, y volteó a ver a la persona responsable, que, claro está, no podía ser nadie más que Yura.

 

— Lo siento, no quise asustarte —rió, y apuntó la fotografía—. Estabas viendo eso, ¿no es así?

— Huh, sí. Es solo... creo que se ve adorable —soltó algo torpemente—. Siempre me ha gustado el Cascanueces, y ver ésto aquí es...

— Lo sé. A mí y a Yeol también nos gusta mucho ese. De hecho, a mi hermano le fascina, aún mas que a mi. Entenderás de lo que hablo cuando lo conozcas.

 

La puerta de la entrada había sonado en cuanto hubo terminado de hablar, y, como si hubiese sido invocado, apareció un chico alto —muy alto— en la sala, quitándose la nieve que había quedado encima de él. Baekhyun captó casi de inmediato que aquel sujeto tenía que ser su hermano menor.

 

— ¡Oye, Yeol! —exclamó su hermana, haciendo una mueca mientras se acercaba al gigante que aún se sacudía la campera—. Se suponía que tendrías que haber venido con el traje puesto. ¿Dónde está? ¿Es que ya te has cansado de él?

 

El aludido rió de forma graciosa y se inclinó para besar a su hermana en la cabeza.

 

— Hoy he terminado antes, así que tuve tiempo de sobra para quitármelo. Está en la cochera.

 

Yura bufó, y se cruzó de brazos cual niña pequeña.

 

— Me gusta cuando lo traes puesto.

 

Baekhyun observaba la escena entre divertido, desconcertado y nervioso. Divertido por ver actuar de esa forma a Yura, toda ella infantil, como si fuese la menor de los dos, desconcertado por la altura de ese sujeto, que definitivamente tenía que ser de otro mundo, y nervioso porque sabía que, en cualquier momento, tendría que conocerlo y, obviamente, aquello no se le daba para nada bien.

 

— Ven, Yeollie. Tengo que presentarte a alguien.

 

Y ese momento, al parecer, sería justo ahora.

 

— Baekhyun, él es Chanyeol, mi hermano menor. Yeol, él es el nuevo ayudante de mamá. Ha estado fascinada con él desde que había comenzado a trabajar en la cafetería, y no ha tardado en pedirle que le ayude a decorar la casa y a hacer entregas también. Ya sabes como es ella.

 

El gigante, presentado como Chanyeol, había puesto toda su atención en el chico parado frente a él, y un brillo extraño apareció en sus ojos que logró incomodar a Baekhyun. Sin embargo, no tardó en sonreír, tranquilizándolo de alguna manera.

 

— Vaya, un gusto conocerte. Espero mi madre no te esté haciendo trabajar hasta explotar.

— Oh, no. De hecho... —musitó demasiado nervioso, por lo que solo bajó un poco la cabeza, evitando el contacto visual, y apretó un poco los extremos de su buzo—. Gusto en conocerte.

— ¿Sabes, Yeol? ¡A él también le gusta el Cascanueces! Éste chico es un amor. Nos ha tocado la lotería. Si tienes suerte, tal vez se hagan mejores amigos, ¿eh? —bromeó Yura.

 

Baekhyun levantó la vista lentamente, y pudo ver como la sonrisa del gigante se ensanchaba cada vez mas para él.

 

— ¡Eso es genial!

 

Y a pesar de haberlo conocido apenas hoy, Baekhyun ya estaba flotando en las nubes, puesto a que, aquel chico, era verdaderamente amigable, y eso le había agradado en demasía. Sin poder olvidar las palabras de Yura —ni las últimas de Chanyeol—, continuó con su labor con una pequeña sonrisa, con la esperanza de que éstas se cumplieran.

 

Si tengo suerte, tal vez pueda hacerme amigo de él...

 

Y él lo anhelaba porque, pensaba, no le vendría mal un amigo mas con el cuál pensar en pasar la próxima Navidad.

 

-

 

En casa de los Park todos habían trabajado en lo que restaba de la semana.

 

Personas corriendo de allá para acá, llevando y trayendo cosas de la cafetería, la señora Park, algo estresada, decorando el resto del interior de la casa, Yura cocinando todo el día para los montones de invitados que tendrían, y Chanyeol colocando las luces en el exterior de la casa, junto a Baekhyun, que, como si fuera obvio, solo le sostenía la caja con las decoraciones, puesto a que era demasiado bajo como para llegar hasta el techo.

 

— ¡Listo! Ya ha quedado —dijo Chanyeol, bajando de un salto de las escaleras.

 

Baekhyun miró la hermosa y brillante obra maestra del mas alto, y sonrió satisfecho.

 

— Quedó bien —soltó—. Y ahora, ¿qué sigue en la lista de quehaceres? ¿Algo en lo que pueda ayudar esta vez?

— Veamos... —el mas alto miró la hoja que había tenido guardada en el bolsillo, y sonrió enormemente—. Al parecer, lo único que nos queda por hacer es quitar la nieve de la entrada y acabamos.

— Genial.

 

Faltando pocas horas para la Navidad, Baekhyun mantuvo sus pensamientos ocupados, haciendo todo lo que le pedía la señora Park, quien, al parecer, había quedado satisfecha con su ayuda, y había olvidado decorar su propio departamento.

 

Oh, por Dios. Mi árbol de Navidad debe de estar mas solitario que yo”

 

La gente había comenzado a llegar, por lo que su corazón no tardó en bombear rápidamente en señal de nervios. Así que se colocó el abrigo rápidamente y se ajustó la bufanda y el gorro, listo para partir a casa.

 

— Vaya, Baekhyun. ¿Ya te vas?

— Señora Park —dijo el chico, y sonrió tímidamente—. Sí, ya debo irme. Están esperándome en casa.

 

Mi árbol, mi sofá, y mi programa favorito”

 

— Es una pena —respondió la mujer—. Sería agradable que te quedaras.

 

Y a Baekhyun le hubiese encantado, pero alguien más lo estaría esperando esa noche.

 

— Me encantaría, en verdad, pero ya he hecho planes —se disculpó.

— Oh, bueno. Ni modo —soltó y lo guió hasta la cocina, entregándole un budín navideño en cuanto llegaron—. Al menos, acepta ésto.

 

El chico sonrió, encantado.

 

— Muchas gracias, señora Park.

— Que tengas felices fiestas, pequeño. Recuerda que nuestras puertas estarán abiertas si deseas venir, al menos, por un rato.

— Lo tendré en cuenta —contestó, parado en el pórtico—. Adiós, y felices fiestas para ustedes también.

 

-

 

— ¡En serio, Baek! Verte aquí ésta Navidad hace que se me vaya la borrachera casi por completo.

 

Baekhyun puso los ojos en blanco.

 

— Que no te sorprenda, Jongdae. 'Soo me ha obligado a venir.

— Vaya, ahora tiene mas sentido tu visita —respondió el aludido, invitándole a pasar—. Pasa, pasa. Hay suficientes botellas para ambos.

— Prefiero mantenerme cuerdo ésta noche, gracias —contestó con una mueca al ver el interior del departamento—. Por Dios, Jongdae. Deberías limpiar un poco.

— ¿Para qué? Si de nuevo se va a ensuciar.

 

El chico volvió a poner los ojos en blanco y avanzó hasta el sofá, esquivando todas las botellas vacías en su camino, y tomó una bolsa de detrás de los cojines, colocando toda la basura dentro.

 

— ¡Oye, no! —exclamó Jongdae—. Mi basura...

— Que pena, pero no me quedaré aquí mientras ésto sea una pocilga. Así que deja la maldita botella que tienes en la mano y ayúdame a recoger todo.

 

Su amigo bufó.

 

— Creo que juntarte con Kyungsoo te ha hecho algún mal.

— Cualquiera en su sano juicio se cansaría de ver ésta porquería de departamento.

 

Jongdae, y sin muchas ganas de discutir, resopló e hizo lo que su amigo le había pedido.

 

Aún era demasiado temprano para, siquiera, pensar en decoraciones y comida, por lo que Baekhyun, y luego de terminar de limpiar, se lanzó al sofá y encendió la televisión, cambiando los canales mientras trataba de encontrar algún especial de Navidad.

 

— ¿Seguro que no quieres un trago? —le preguntó Jongdae, sentándose a su lado.

— ¡Que no!

 

Y antes de hacerle tragar la botella a su interlocutor, el chico se vio interrumpido por el sonido estridente del timbre.

 

— ¡Genial! ¡Mas visitas! —exclamó su amigo, apresurándose a abrir la puerta, un poco tambaleante.

— Jongdae, quédate quieto. Vas a caer —dijo Baekhyun, siguiéndolo.

 

Casi se atraganta con su propia saliva al ver a las personas paradas allí.

 

— ¿Kyungsoo? —soltó—. ¿Jongin?

— Hola, Baek —dijo el de ojos grandes, arrastrando a su novio dentro—. Vaya. Al parecer te la has arreglado para dejar impecable éste lugar.

 

Baekhyun, aún demasiado atónito para responder, se acercó a ellos.

 

— Yo creí... ¿No se supone que estarían con los padres de Jongin?

— Bueno —soltó Kyungsoo—. Visitar a nuestros amigo antes no está mal, ¿verdad?

— ¡Pero qué agradable sorpresa! —exclamó Jongdae—. Kyungsoo y Jongin. Verlos aquí es raro, pero son bienvenidos. Hay suficientes botellas para todos.

— ¿Es que siempre está borracho? —preguntó Jongin.

— La mayoría del tiempo. Ese chico no tiene remedio —respondió su novio, frunciendo el ceño en dirección a su amigo—. Alguien debería de hacer algo con él.

— Debería conseguirse una pareja, es todo —replicó Baekhyun—. ¿Y bien? ¿A qué se debe su visita?

— Creí que necesitarías ayuda con los preparativos y demás—dijo Kyungsoo, levantando en alto la bolsa que traía en manos—. Has trabajado mucho ésta semana. Déjame la cena a mí, y las decoraciones a Jongin, ¿entendido?

 

El chico lo miró agradecido, y se dejó caer en el sofá nuevamente.

 

— 'Soo, eres el mejor.

— Sí, lo sé. Ahora ve y lleva a Jongdae al cuarto. Ese idiota necesita dormir.

 

Baekhyun bufó, pero lo hizo de todos modos.

 

El resto de la tarde transcurrió tranquilamente. Jongin y Kyungsoo se habían encargado de hacer su día mas divertido de lo que creía, y Jongdae no estaba presente como para fastidiarlos con sus bromas de mal gusto. Todo había ido genial hasta que había llegado la hora en que la pareja debía irse.

 

— ¿Seguro que estarás bien?

— Que sí, Kyungsoo. Jongdae puede ser un pesado, pero es buena compañía.

— Llámame si necesitas que venga.

— No hará falta. La pasaré genial, ¿está bien? Además, aún debo encontrarme con mi muñeco favorito, ¿recuerdas?

 

Kyungsoo rió.

 

— Sigo sin entender cómo pudiste enamorarte de alguien que ni conoces.

— Ya te lo dije —soltó Baekhyun, algo avergonzado—. No estoy enamorado.

— Bueno, hablas siempre de él.

— Eso no quiere decir nada.

— Claro que sí.

— Esta bien, sí. Puede que no me haya enamorado, pero sí me gusta, ¿contento?

— Demasiado —Kyungsoo se acercó para abrazar a su amigo y palmear su espalda—. Sabes que solo me preocupo por ti. No me gusta verte tan solo.

— Lo sé, y gracias por eso —contestó, y sonrió cálidamente—. Ahora ve con tu novio. Ha estado tocando la bendita bocina desde hace un buen rato.

 

Kyungsoo asintió.

 

— Cuida de Jongdae. Ese idiota es capaz de asaltar una tienda con tal de obtener todo el licor que le hemos quitado.

— Eso no pasará —aseguró, viendo a su amigo alejarse—. ¡Diviértanse!

 

-

 

— ¡Baek! —gritó—. ¿Dónde está mi licor, maldición?

— Ya te lo he dicho, Jongdae —soltó Baekhyun—. Kyungsoo se ha deshecho de todo.

— ¡Ah, santa mierda! —protestó su amigo—. Con lo que me había costado...

— Te lo ganas por ser un bebedor empedernido.

 

Jongdae le fulminó con la mirada y se dejó caer en el sillón reclinable.

 

— Dime que al menos ha hecho algo de comer.

— Toda la cena de Navidad.

— ¡Genial! —exclamó—. Al menos no tendré que lamentarme tanto el estar sobrio esta noche.

— Y yo le estoy agradecido por eso, la verdad —dijo—. Por cierto, ¿me acompañas al centro a comprar algunos regalos? Kyungsoo me recriminará luego si no le he comprado nada ni a mi familia ni a él.

— Claro, pero antes quisiera saber que regalo me darás a mi.

 

Baekhyun puso los ojos en blanco.

 

— A ti ya te he regalado mi presencia. No pidas mas.

— Bah. Eres cruel.

 

El clima había ido de frío a helado en el transcurso del día, y Baekhyun ya no sabía qué demonios hacer para cubrirse lo suficiente como para que dejara de temblar. Él no toleraba para nada el invierno, puesto a que siempre se le hacía difícil el movilizarse.

 

En ese sentido, realmente envidiaba a Jongdae.

 

Con solo una chaqueta y una bufanda que no estaba para nada ajustada, su amigo parecía que disfrutaba de la vida en vez de estar congelándose, como, se supone, les sucedía a las personas normales. Y es que él siempre había sido como una estufa humana, conservando su calor corporal en todo momento, como si fuese un regulador humano. Mientras los demás estaban, prácticamente, convirtiéndose en cubos de hielo andantes, él solo metía las manos en sus bolsillos y continuaba caminando de lo mas normal.

 

Lo que también resultaba impactante, puesto a que su amigo, hace no mas de tres horas, se había bebido todos sus suministros de alcohol para toda una vida entera, y, sin embargo, parecía que nunca hubiese pasado una gota de licor por su boca, ni que conociese lo que se siente tener una maldita resaca. Estaba radiante.

 

Baekhyun odiaba que tuviese tanta suerte.

 

— ¿Por qué demonios no ajustas mas tu bufanda?

 

Jongdae lo miró divertido.

 

— ¿Qué? ¿Tienes frío? Si el día está hermoso.

— Estás loco.

 

El aludido rió.

 

— Pero que poca resistencia.

— Tú eres el raro que se aguanta todo. Yo soy solo una persona normal.

— Y algo friolenta.

— Cállate.

Notas finales:

Espero sus RW para esta hermosa mini-historia :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).