Monitis Aguda
Donghae entró a su habitación con una toalla sobre el cuello, utilizando una de las puntas para frotar su húmedo cabello.Recién regresaba a su hogar después de terminar el último concierto del año y, por fin tenía tiempo para pensar en aquello que tanto lo molestaba desde hace unos días: el beso con Hyukjae...
Se acercó lentamente a la cama y tomó asiento con suavidad; apoyó sus codos en las piernas y enseguida cubrió su afligido rostro con ambas manos: —esto no me puede estar pasando—pensó frustrado, —¿cómo es posible que después de tanto tiempo, y de todo lo que hemos pasado juntos, ahora me encuentre tan confundido?Después de todo, no es como si fuera la primera vez que lo hacemos.
Tan sumido en sus pensamientos estaba, que no escuchó sonar la puerta de su habitación:
—Nemo, —el apodo cariñoso— la cena está servida… —una pausa—. ¿Nemo?
Kim Heechul entró a la habitación del menor al no recibir respuesta. La imagen que le dio la bienvenida era demasiado surreal; Lee Donghae, —personaje conocido por su actitud infantil, con la idea de bromas y juegos siempre por delante—, mostraba una faceta totalmente opuesta:la de alguien serio y que parecía ahogado en un extenso mar de preocupaciones… Imposible…
—Lee Donghae, ¿no escuchas cuando tu mayor te habla? —Preguntó mientras golpeaba la cabeza del muchacho con una mano para luego sentarse a su lado.
—¿Ehh? —La respuesta vaga— ¿Qué?... ¡Oh,hyung! No lo escuché entrar… ¿decía algo?
El mayor lo evaluó con la mirada por unos segundos, hasta levantarse y dirigirse a la puerta para pasar a ponerle seguro.
—Nada realmente importante, eso puede esperar. —Kim se puso serio, comportándose como siempre lo hacía cuando la situación requería demostrar porqué era uno de los mayores—. Lo que quiero que me digas es: ¿qué te tiene tan preocupado? Esa seriedad no va contigo.
Heechul podía ser muchas cosas, pero lo que nunca se podría negar era la preocupación que sentía por sus compañeros de banda, los protegía y cuidaba muy a su manera. Especialmente al pequeño hombre que tenía a lado.
—¿Preocupado? No sé a qué se refiere hyung, soy el mismo de siempre. —Aseguró DongHae con una sonrisa forzada mientras se levantaba intentando salir del cuarto, siendo súbitamente detenido por el mayor.
—¿A quién crees que engañas? —Espetó con expresión seria— No olvides que soy el gran Kim Heechul, conozco muy bien la personalidad de todos en el grupo, y sobre todo la tuya.
Donghae lo miró por unos segundos.
Dejando salir un suspiro de derrota, se sentó de nuevo en la cama incitando a su mayor para que imitara su actuar; Heechul lo hizo con gesto apresurado.
Si bien era cierto que pretendía ayudar a su dongsaeng pues el problema parecía ser grande, también lo movía esa «curiosa» personalidad suya que le empujaba a estar siempre al pendiente de hasta el más mínimo chisme.
—¿Recuerdas que hace un par de días, en uno de los conciertos me besé con Eunhyuk?
Heechul hizo una mueca maliciosa.
—¿Cómo olvidarlo después de ver lo locas que se pusieron las fans solo por eso? Pero ya vas a ver como el SiChul los desbanca. —Afirmó mientras empezaba a hacer planes mentales para envolver a su Simba en el juego.
—Hyung, por favor concéntrese. Esto es serio.
—Hum… sí, lo siento. ¿Qué con eso?
—Bueno… que desde ese momento no he podido olvidar el beso y pues… cada vez que estoy a solas con él tiemblo, me sudan las manos, tartamudeo… ¿Será que estoy enfermo? —Preguntó inocente, la confusión haciéndolo ver todavía más adorable… y estúpido.
La diva del grupo lo miró con los ojos abiertos y una muestra de incredulidad en su mirada. En serio no puede ser tan inocente…
—¿Es en serio lo que me estás diciendo? —Preguntó aún incrédulo.
—Sí, ¿sabes qué es lo que tengo? ¿Debo ir al médico?
Heechul lo veía fijamente, seguía sin superar lo que su querido dongsaeng le decía.
—Sé lo que tienes, esa enfermedad se manifiesta diferente para las personas, por lo que para cada persona el nombre cambia. En tu caso, creo que se llama Monitis aguda.
—¿Es grave? —Preguntó el menor claramente alarmado.
La situación ya comenzaba a molestar a Heechul.
—¡No puedo creer que aún no me captes! —Explotó el mayor y Donghae solo se rascó la cabeza.
—¿Qué quiere decir?
—Lee Donghae, concéntrate un poco.—Hizo una pausa y suspiró—¿Qué tendría que ver una enfermedad con lo que sientes cuando estás con el mono? A no ser que al chico le salten pulgas y te las pegue cuando tú apareces, obviamente nada.
—¿Entonces no estoy enfermo? ¿Pero qué me pasa?—La expresión del menor volvió a ser la de la total derrota. Cubrió su rostro con las manos y gruñó.
Heechul, al verlo en ese estado, se calmó un poco, largando un leve suspiro.
—Lo que te ocurre es que estás enamorado.
El cuerpo de Hae se tensó; alzó lentamente la cabeza para posar su asombrada mirada en la de su mayor.
—¿Enamorado? Pero… yo no puedo estar enamorado de él… —Susurró más para sí mismo que para su acompañante. Heechul sonrió sin que el otro se diera cuenta, no podía perder esa oportunidad.
—La verdad es que concuerdo contigo, —dijo como quien no quiere la cosa, mientras se soplaba las uñas—,es que si me hubieras salido que eso te pasaba con alguien como Kyuhyun o cualquier otro lo entendería. ¡Pero estamos hablando de la cosa llamada Hyukjae! Sencillamente no tiene sentido.
Donghae frunció el ceño, Heechul estaba siendo muy grosero con su amigo. Sintiendo una ira que hace tiempo no sentía, empuñó sus manos con fuerza mientras se volteaba hacia el mayor y temblando de enojo le reclamó:
—¿Qué tiene de malo? ¡Hyukjae es la persona más amable que he conocido! Le prohíbo, hyung, que se exprese así de él.
Donghae se quedó callado un momento, en su mente lloviendo miles de imágenes de aquel hombre con que había compartido tanto y ahora lo estaba metiendo en apuros.
—Hyuk es alguien que siempre me está apoyando—sonrió—, siempre me está sonriendo, siempre tiene una palabra bonita para mí. Le pido que en mi presencia no hable así de él.
—Me acabas de decir que realmente no puedes estar enamorado, ¿entonces por qué saltas de esa manera solo por decir algo sin trascendencia? —Inquirió burlón. Había atrapado al pez.
—Yo… bueno… es mi amigo, debo reaccionar así. —Donghae se defendió, pero comenzaba a dudar de que esa fuera realmente la única razón.
—Eso no te lo crees ni tú mismo. —Comentó el mayor mientras se ponía de pie y abría la puerta—. Mas te vale arreglar tus sentimientos por el mono rápido, dicen que se está comunicando de nuevo con la chica del escándalo de hace un tiempo.
Le regaló un guiño antes de salir por completo y azotar la puerta.
Donghae se quedó pensativo unos segundos.
—Sobre mi cadáver. ¡Lee HyukJae es mío!—Expresó con determinación encaminándose hacia el comedor donde se encontraban ya reunidos sus compañeros—. Hyukkie… —Lo buscó con la mirada hasta que lo encontró—, ¿podemos hablar?
FIN…