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Caminos Entrelazados por Anabella Noviembre

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Notas del capitulo:

Hola, sé que dije que iba a publicar el viernes pero bueno, ustedes sabrán disculpar. 

Espero que les guste este episodio tanto como a mí. Adiós.

En la habitación de un modesto apartamento ubicado en el centro de Konoha, un celular sonaba sin parar. Sobresaltado, cierto rubio saltó de la cama y corrió a atender la llamada:

— ¡¿Hola?!

—Hola, Naruto, por… por qué no atendías?

—Hinata… - el rubio aún estaba medio dormido- ¿Qué pasa?

—Pues… aún sigo esperándote… ¿Vas a ir a trabajar hoy?- Naruto miró el reloj, exactamente las 07:15.

—Ay noooo!!! ¡¡Es tardísimo!! Me quedé dormido! ¿En dónde estás?

—En el andén de siempre… Aquí te espero.

—No te preocupes Hinata, ve tu primero, o los dos llegaremos tarde.

— ¿Estás seguro?

—Sí, ve tranquila.

—Está bien. Nos vemos, te amo.-Ese “te amo”, por alguna razón incomodó a Naruto.

—Nos vemos Hina…

      Así, un nuevo día comenzó. Luego de vestirse lo más rápido que pudo, Naruto fue hacia su trabajo como ayudante en la cafetería Nara. Ya en el tren, nuevos pensamientos vinieron a él, esta vez pensando en lo que cierta persona le dijo unos meses atrás cuando caminaban juntos en el centro comercial de Konoha:

— ¿De veras necesitas todas esas cosas que compraste? – le preguntó aquella vez el rubio señalando la pila cajas que traía su amigo.

—Claro que sí. Las necesitaré cuando me vaya a estudiar a Alemania. – Le respondió el joven de cabello negro azabache, con una sonrisa en su rostro.

—Ojalá no tuvieras que irte tan lejos Sasuke. Voy a extrañarte.

—No te pongas cursi, ¿quieres? – Replicó Sasuke con tono sobrador. –Además volveré dentro de un año, y podremos practicar artes marciales, ¿vale?


       Recordando aquel momento, Naruto no entendía como una persona tan alegre y bella, se había convertido en un ser tan sombrío y mezquino. No lo entendía, ni aun sabiendo lo que Sasuke había sufrido. Simplemente, no tenía lógica. Se sentía culpable, culpable por lo que había pasado ese día, culpable por no haber detenido a su amigo a tiempo, culpable por haberlo perdido. Sasuke Uchiha, ese joven moreno de ojos negros como la noche y su compañero en la amistad hace años, se había transformado en un total desconocido. “Pude haberlo evitado… ¿por qué fui tan estúpido?” repetía una y otra vez Naruto en su cabeza, mientras miraba el paisaje por la ventana del tren.
      Ya en la cafetería, el joven Uzumaki tomó su puesto de trabajo, cuando una voz masculina lo interrumpe:

—Otra vez tarde, Naruto Uzumaki  –Dijo un adolescente de tez bronceada y coleta alta.

—Shikamaru, ehhh… creo que me quedé dormido… – Respondió el rubio con voz casi inaudible. – Por favor Shikamaru, no le digas a tu madre que llegué tarde ¿Sii? Porfa, te lo recompensaré.

—No tienes nada que yo quiera, además, no es culpa mía el que haraganees por las mañanas… –Contestó el joven Nara poniendo las manos detrás de su cabeza y mirando a Naruto de forma acusadora.

— ¿Estás seguro? Qué lástima, estaba seguro de que a Temari le hubiese encantado verte de nuevo, pero… si no quieres…

— ¿Temari? Esa chica amiga tuya… es muy problemática, pero… quizás sea demasiado descortés rechazar una invitación suya. – Dijo Shikamaru haciendo como si no le importara.

— ¡Entonces está decidido! ¡Si me disculpas, voy a limpiar tantito las mesas de fuera!¡¡Gracias por no decirle a Yoshino-san!!  – Con éste último grito Naruto se fue corriendo.

—¡¡Naruto!! Espera! Yo no dije… – El rubio desaparece de la vista de Shikamaru. – Maldita sea… lo hizo de nuevo…

—Esa era la voz de Naruto, ¿o sea que ya llegó? – Preguntó una linda chica, con ojos color perla y largo cabello negro azulado.

—Sí, ya ha llegado. ¿Terminaste de limpiar los pisos del almacén?

—Sí, ya he terminado Shikamaru-san, ¿Pu… puedo preguntar en dónde está Naruto?

—Está  limpiando las mesas de fuera. Hinata, deja ese trapeador y ponte a tender las mesas, no tardan en llegar los clientes.

—Como usted diga, Shikamaru-san. “Vaya… qué lástima, – Pensó Hinata mientras guardaba el trapeador en el cuarto de la limpieza– en serio quería saludar a Naruto”–De pronto un chico de cabello castaño tira del cabello de la jovencita  con ojos de perla.

—Ouch! – Gruñó Hinata dándose vuelta – Kiba! ¡No me hales del cabello!

—Jaja, es que me encanta molestarte.

—Dime Kiba, ¿ya viste a Naruto el día de hoy?

— ¿Naruto? Sí, lo vi cuando llegó.

—Y… por si acaso, ¿Él te preguntó por mí?

—Mmmm… no Hina.

—Lo sabía. – Dijo Hinata con mirada triste.

—No te preocupes Hinata… – Respondió Kiba tratando de consolarla. – Yo sé que le importas… en serio.

—Sí, supongo. Lo siento Kiba, pero debo preparar las mesas.

     Una Hinata un tanto sombría se dirigió a hacer su trabajo, y con la llegada de los clientes, un pesado día comenzó. Entre cafés, postres y bebidas frías, el tiempo pasa volando. Ha llegado el momento de dejar los delantales  e ir a casa. La morena colgó su uniforme y fue hacia el salón, donde Naruto charlaba animadamente con Shikamaru. Un poco tímida, o más que de costumbre, interrumpió la conversación.

—Naruto…

— ¡Hina! – Dijo el rubio volteándose con una gran sonrisa. – ¿Cómo estás? Hoy con tanto trabajo, no pude ni saludarte.

—Pues… muy bien. ¿Quieres salir a pasear hoy?

—Es verdad, hoy hubo muchos clientes – Afirmó Shikamaru, ignorando la pregunta de Hinata. Luego tomó una libreta que estaba apoyada en la mesa y se dirigió al mostrador. – Vayan si quieren, ha sido un día agotador, yo debo hacer un inventario antes de cerrar.

— ¿Necesitas ayuda? – Preguntó Naruto. Hinata se dio cuenta de que nadie prestó atención a su invitación y agachó la cabeza.

—No te preocupes, Kiba se quedará a ayudarme. –Respondió Shikamaru– Y por favor, trata de llegar temprano mañana, ¿está bien?

—De acuerdo. Vamos Hina!! – Naruto tomó la mano de Hinata, y salieron juntos, encontrando a Ten Ten  junto con un apuesto joven, charlando en una mesa de fuera de la cafetería.

— Hey!! Chicos! – Los llamó la joven castaña.

— ¿Ten Ten? ¿Neji?! – Respondió Hinata sorprendida.

—Hola Hinata, que tal… Naruto. –Dijo muy serio Neji, un apuesto muchacho de cabello largo y ojos colores perla, iguales a los de la morena.

—Neji, qué haces aquí? – Preguntó con timidez Hinata.

—Bueno, vine a buscarte y decidí esperarte afuera, ¿No te acuerdas de que quedamos en ver la película de los robots en el cine? Cuando llegué pregunté por ti pero aún no salías del turno. Tu compañera me dijo que te esperara.

—Al decir verdad, se parecen mucho! – Replicó Ten Ten muy sorprendida– ¿Acaso son hermanos o algo así?

—Algo así… – Respondió rápidamente Neji, levantándose de la silla– Hinata, ¿vienes o no?

—Claro! – Dijo Hinata, que si bien no tenía ganas de ir, no se atrevía a decir que no. – Naruto, quieres venir?

—Lo siento Hina, pero acabo de recordar que tengo algo que hacer… –Se le vino a la mente su compromiso con Gaara– Le dije a un amigo que le ayudaría hoy.

— ¿Algo que hacer…? Ah, ya veo. –Dijo la morena con resignación. – Entonces… nos vemos mañana.

—Vamos Hina, no te preocupes por tonterías –Dijo Neji, alejándola de Naruto. –Ah, y… TenTen te llamas no? Me gustaría hablar contigo otro día. Adiós!

    Así, los Hyuga se alejaron, y Ten Ten se quedó con una sonrisa dibujada en la cara.

—Él es increíble… – Esbozó la castaña con una voz dulce.

—TenTen… deberías tener cuidado con ese tipo. No me cae nada bien. Nos vemos mañana.


      Naruto emprendió la marcha dejando atrás a una TenTen con cara de extrañada. Mirando al rubio alejándose, TenTen sólo pudo pensar: “Y a este, ¿Qué bicho le picó?”


Fin Capítulo 2

Notas finales:

La continuación, en unos días.


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