Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero tener un bebé [En edición] por mikuuchan

[Reviews - 320]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola gente bonita, como lo prometido es deuda aquí tienen su capítulo semanal, así que disfrutenlo, por cierto ya respondí sus reviews y gracias por sus lindos comentarios me hacen feliz...

Naruto observó detenidamente al azabache ignorando por completo la voz afable del doncel, se maldecía una y mil veces haber dejado de lado su orgullo inquebrantable para ir en busca del moreno a departir civilizadamente y aclarar lo dicho días atrás en su acalorado disentimiento. Sin embargo, la decepción de haber sido testigo  de las andanzas acostumbradas de Sasuke le enojaba con demasía.

Exhaló y aspiró el aire retenido en sus pulmones tratando de no exaltarse por la mezcla de sentimientos encontrados que se embarrullaban en su ser, dirigió al instante sus expresivos orbes añiles hacia los oscuros ojos del doncel sonriéndole con ironía, viendo con detalle la belleza del chico que tenía en frente estudiándolo minuciosamente y admitiendo la gracia del doncel de tez clara, cabello color caoba y buena figura, era un joven extremadamente atractivo viese donde lo viese y aquello le molestaba de sobremanera enfureciéndose con el Uchiha.

—Lamento haberte importunado, Sasuke. —el blondo bramó colérico sin poder menguar el tinte amargo de su voz, en cambio el pelinegro permaneció estoico observando el irritado rostro del rubio doncel.

—Naruto… yo…

—No hace falta que menciones palabra alguna, Sasuke… Me ha quedado claro absolutamente todo, me retiro y disculpen la irrupción. —el blondo apretó los puños en sus costados y se alejó con parsimonia del departamento oyendo a lo lejos el llamado del azabache pasos atrás.

—¡Naruto!… Espera un momento. —el pelinegro avanzó presuroso tras el rubio tomándolo del brazo y mirándolo fijamente, notó de inmediato la seriedad que acompañaba al rubiales por el inexpresivo gesto marcado en la faz del doncel.

—Antes que nada agradecería que alejaras tus manos de mi persona, Uchiha. —el pelinegro hizo caso a la petición de Naruto distanciándose con prudencia.

—Déjame explicarte, por favor…

—¿Qué me explicaras, Sasuke? No hay que ser un genio o poseer altos grados de idiosincrasia para darse cuenta de la realidad, ¿no?

—Solo permíteme darte mis razones…

—No me interesan escucharlas, no existe justificación razonable para tratar de disimular una farsa, Sasuke…

—No esperaba que vinieras aquí, Naruto.

—¡Por supuesto que no lo esperabas! Y me alegro de haberlo hecho, ahora me doy por enterado de que cada una de las palabras dichas eran nefastas mentiras, Sasuke. Tenía la intención de aclarar el asunto que nos puso en una encrucijada dejando mi egolatría y altivez de lado para hacerme presente y pedirte disculpas por la forma en que te traté aquel día. Pensé que sería agradable que tú y yo habláramos sobre nuestros sentimientos esclareciendo las dudas y confusiones que ambos percibimos, pero lo primero que detallo es tu inusual manera de evadir los problemas, metiéndote con doncel o mujer que te plazca en el lugar y momento menos oportuno, mostrando una actitud tan inmadura en un hombre de tu edad. Preferí venir a verte descuidando mi trabajo en la oficina a sabiendas de que debería estar en el despacho encerrado con Gaara ultimando pormenores de la defensa en un importante caso que debo llevar, y mírame aquí haciendo el ridículo en el pasillo de tu domicilio montando una escena patética con la maldita excusa de querer enmendar mis errores porque me hacías falta, necesitaba saber que tenía a mi mejor amigo. Sin embargo, ahora puedo decir que soy plenamente consciente de que a ti no te importo en lo más mínimo —el azabache miró de soslayo al rubio repudiándose por su comportamiento soberbio, no podía reclamar ni pronunciarse al respecto porque no había manera de alegar una verdad a ojos propios del blondo.

—¡Discúlpame por favor! Actué sin medir consecuencias y ahora soy sensato de mi comportamiento banal y estúpido no anticipando con cautela mis acciones, pero lo que te dije es totalmente cierto, quizás soy un maldito egoísta en pensar solo en mí y querer que contribuyas en ello, pero todo es real, Naruto… Yo realmente…

—¡Cállate, no te quiero oír más!... Quisiera encontrar la razón de por qué finges un interés amoroso hacia a mí cuando tú y yo sabemos que no hay ni existirá un nosotros, solo es una mofa de tu parte para regocijarte y alardear como sueles hacer comúnmente con todas tus conquistas y eso me duele, Sasuke. No te interesa lastimarme con el fin de conseguir lo que deseas con un único propósito en mente, superar con creces a Shikamaru.

—Naruto, jamás te lastimaría de ese modo. No deseó, ni quiero utilizarte para demostrar lo hombre que soy, porque no podría tan siquiera imaginarlo. Lo que siento por ti va más allá de la amistad y es una realidad que no puedo seguir ocultando.

—No te creo ninguna palabra… Solo por nuestra amistad de años te pido que olvidemos este tema. Empieza a tomar en serio a tus parejas pasajeras y relaciónate con ellas, porque yo solo quiero ser feliz junto a mi bebé.

—¿Me vas alejar de tu lado solo por tener el gesto de ser sincero contigo?

—Es lo mejor, Sasuke. Te quiero como amigo y no quiero perderlo a él por incongruencias poco convincentes…

—Entonces debo conformarme con seguir siendo tu amigo…

—Si no quieres continuar con nuestra amistad lo entenderé perfectamente.

—No pienso perderte, Naruto. Y te demostraré con hechos que ya no seré un infeliz bastardo que solo piensa en sí mismo.

—No lo hagas por mí, hazlo porque de verdad te nace hacerlo, además quiero decirte que si se me da la oportunidad de iniciar una relación con Shikamaru después de que se lleve a cabo la inseminación y él esté dispuesto a aceptarme con mi bebé, seré capaz de arriesgarme a iniciar un noviazgo junto a él, a estas alturas de mi vida necesito la estabilidad, tranquilidad y seguridad que solo Shikamaru podría ofrecerme.

—¡¿Qué demonios estas diciendo?!... ¿Has perdido la razón o solo lo dices para hacerme rabiar?... Ese tipo no es nada de lo que crees, Naruto. Él solo es una fachada de lo que quiere que veas…

—¿Y qué me dices de ti?... ¿No eres igual? —el azabache guardó silencio sin poder rebatirle al rubio, estaba anonadado por la actitud altiva del doncel. —No mencionas absolutamente nada porque es cierto, Sasuke.

—Sé que he cometido errores como todo ser humano, pero no por ello iré a martirizarme pensando en lo que pude y no hacer, Naruto.

—Me ha quedado completamente claro que no sientes el menor remordimiento de cada uno de tus actos y es una pena que llegáramos a esto para descubrir las caretas, ¿no crees?

—No tengo que mostrar una máscara cuando estoy completamente seguro que mis sentimientos hacia ti son sinceros, te quiero Naruto, realmente te quiero... —el azabache se aproximó al rubio doncel mirándolo con aquellos penetrantes ojos brunos reflejando la intensidad que albergaba hacia el blondo, en cambio el ojiazul evitaba por todos los medios alejarse del pelinegro anticipando lo que el Sasuke quería hacer con él.

—¿Qué demonios intentas hacer?... esto no es un juego, Sasuke… —Naruto se apartó nervioso guardando silencio abruptamente ante el contacto de los labios del moreno sobre los suyos, sus expresivos ojos azules se abrieron con gracia, sorprendido por la acción sugerente del pelinegro, su cuerpo permaneció inmóvil siendo víctima de una crisis de pánico y su malsana mente no le permitía procesar con sensatez la situación en la que estaba expuesto, inmediatamente la lucidez hizo acto de presencia y percibió el roce de las manos del pelinegro rodear su cintura, apegándolo a la confinidad cálida que emanaba el Uchiha. Se reprendió por ello, maldiciéndose por el constante golpeteo de su acelerado corazón y su falta de decisión por alejarlo de su boca. Arrugó el entrecejo y con ambas manos empujó al varón lo suficientemente fuerte para hacerlo trastabillar y poder escapar de su aprisionamiento.

—¡¿Por qué demonios lo hiciste, bastardo?!... ¡¿Cómo te atreviste?! —el blondo limpió con la manga de su camisa sus labios observando inquisitivamente al moreno, estaba enojado con Sasuke, con él mismo y el vuelco en que terminó todo. Se reprochaba innumerables veces no haber previsto lo sucedido y más era su frustración por no saber lidiar con el alboroto causando.

—Lo siento, no debí sobrepasarme… —el blondo caminó a paso seguro hacia el pelinegro estampándole  un fuerte puñetazo en el rostro, el escozor del golpe le recorrió los nudillos de su mano quejándose  mediante una mueca de dolor reflejado en su irascible rostro, pero aquello no le importó en lo más mínimo al doncel, el enojo que carcomía con demasía su enfurruñado estado llegaba a tal grado de rabia que no media la impulsividad de su carácter, él no podía pasar por alto el atrevimiento que tomó el moreno para hacerle molestar y mucho menos toleraría ser el otro de Sasuke.

—¡En tu vida intentes nuevamente a besarme! Por qué no soy el tipo de doncel a quien estás acostumbrado a tratar, se defenderme por mis propios medios de idiotas como tú… —el rubio aferró su bolso y se encaminó al ascensor del edifico sin mirar al abatido pelinegro, quería huir de la incomodidad y poner principalmente en orden sus ideas. Presionó el botón del elevador y cruzó por última vez miradas con el azabache.

—¡Joder, pega fuerte! —Sasuke acariciaba con ahínco su mejilla enrojecida sin borrar la sonrisa de autosuficiencia en la cara, le había costado dolorosamente un beso del rubio, pero al menos tenía la satisfacción de haber probado por primera vez los labios delineados del blondo y él estaba completamente seguro que lo volvería hacer una y mil veces más porque no pensaba renunciar a Naruto.

El rubio caminaba indignado en dirección a su automóvil, debía salir cuanto antes del complejo de apartamentos donde vivía Sasuke. Su corazón aun latía desbocado y él no podía controlar el incesante palpitar que retumbaba en sus oídos, olvidar el beso que le plantó el moreno era imposible, su mente repasaba una y otra vez la forma en cómo el pelinegro hizo contacto con su boca y no sabía que reacción tomar ante ello, era una mezcla contradictoria de lo que sentía y el acalorado encuentro, suspiró con pesadez y decidió partir a su lugar de trabajo a centrarse en sus obligaciones primordiales…

Sasuke ingresó a su departamento siendo recibido por el doncel, aquel chico le miraba curioso acercándose con cautela y sonriéndole con amabilidad, le agradaba la actitud del atractivo joven, desprendía un aire de calidez muy diferente a la de Naruto, pero no por ello le dejase de agradar, el rubio era tempestad absoluta y eso le fascinaba de su amigo, era un ser indomable, impulsivo y extremadamente temperamental que se valía de sus propios medios para alcanzar sus objetivos y hoy se lo dejó muy en claro, el rubiales solo tomaría en serio sus palabras si no empezaba actuar a la brevedad posible y él se encargaría de hacerle ver al doncel de sus delirios que desea una oportunidad.

—Ese doncel debe ser el tal Naruto, ¿no es así? —el azabache alzó una de sus oscuras cejas mirándolo con curiosidad, él no le había mencionado nada con respecto a Naruto y se preguntaba como el chico podría saber del rubio.

—¿Cómo sabes que aquel doncel era Naruto?

—Cuando estuvimos juntos no dejabas de llamarle, lo has de querer demasiado, ¿verdad?, noté como le mirabas y sé que lo quieres. —el doncel le sonrió con afectuosidad, acariciándole la mejilla enrojecida del azabache.

—Lo quiero, pero viendo por donde va el asunto, cada vez la distancia nos aleja irremediablemente.

—Cuando él me vio, pude observar la decepción en sus ojos y claro, por obvias razones cualquiera se sentiría molesto si encuentras a tu interés afectivo en una situación comprometedora con otra persona. Él te quiere, solo que no se ha dado cuenta de ello... algunos tardan más en reconocer sus propios sentimientos en comparación a otros.

—¿Lo crees así?

—Puedo afirmártelo, digamos que las mujeres y los donceles somos mucho más perceptivos en temas amorosos siempre y cuando, lo mires desde un punto de vista distinto. —el moreno sonrió ante las palabras positivas del doncel.

—Espero que tengas razón, escuchar un poco de optimismo de alguien más, es agradable…

—Si realmente lo quieres como dices, no continúes dejándote envolver por los placeres carnales que no conducen a nada, solo recapacita de ello. —el doncel se acercó a Sasuke y lo besó con cariño, se separó de él observándole con alegría. —La pase muy bien contigo, pero es mejor que me marche y te deje con la tarea de analizar tus prioridades, estoy seguro que cuando pienses en ello podrás aclarar tus dudas. —el azabache se despidió del joven recordando sus palabras, ahora estaba completamente decidido en ir por Naruto, porque él era su única e importante prioridad…

El blondo aligeró el paso hacia su oficina sin responder a los saludos e intromisiones de sus colegas, solo necesitaba encerrarse en su despacho y pensar en todo, no tenía cabeza para comportarse cordial ante la multitud que le necesitaba, solo deseaba un momento de paz para consigo mismo…

—¡Maldito rubio! Finalmente apareces en una mañana de caos en el bufete, si continuas en tu racha de irresponsabilidad tomaré la decisión de despedirte de aquí y sin ningún jodido Yen ¡Me escuchaste! —el pelirrojo dejó su prologa al notar el rostro desencajado de Naruto, cerró la puerta a sus espaldas y se sentó en el sofá de cuero negro que adornaba el mobiliario del despacho.

—Gaara, fui en busca de Sasuke y lo vi con otro, es un maldito bastardo. —el taheño entreabrió la boca con sorpresa escuchando con toda su atención a su blondo compañero, frunció molesto el ceño por la algarabía y desfachatez conocida del pelinegro, se levantó del asiento acercándose al doncel abrazándolo para mostrarle su entero apoyo.

—Te prometo que cuando vea a Sasuke le partiré los huevos, ¡Te lo juro por que me llamo Sabaku No Gaara! —Naruto sonrió dejándose estrechar por los brazos protectores de su amigo doncel, el rubio sabía que las amenazas hechas por el bermejo eran irrefutables, como también tenía conocimiento del ligero temor que el pelirrojo causaba en Sasuke, y no solo a él, sino a todo ser que atentara entrometerse en el camino del exitoso abogado, Gaara era de aquellas personas que imponía respeto con solo dedicarles su característica mirada gélida sin muestra de sentimientos y lo mejor que podía hacer cualquiera era mantenerse al margen del temerario doncel de cabellos rojos.

—¿Puedo decirte algo y no te enojaras Gaa – chan? —el bermejo se separó del rubio tomando su lugar en el cómodo sofá, atento a cada palabra que articulara el blondo.

—Depende de lo que me quieras decir…

—El Uchiha me besó. —el pelirrojo miró con confusión al blondo ladeando su cabeza y esperando una explicación lo suficientemente convincente para no exaltarse con antelación. —No me mires así, Gaara. Me intimidas, pero no es lo que piensas, yo no correspondí al contacto de Sasuke, me dejó petrificado por qué no lo vi venir, no podía razonar en ese preciso instante y cuando finalmente pude superar mis crisis de nervios lo golpeé y creo que me fracturé la mano.

—¡Vaya me sorprendes rubio! para serte sincero no me imaginaba verte en fase de revolucionario callejero. —el blondo hizo un mohín causándole una sonora carcajada al pelirrojo.

—Ahora te burlas de mi tú también, Gaara… ya no se pueden confiar en los amigos…

—Deja la paranoia, Naruto. Solo fue algo sorpresivo que aún no puedo figurarme, pero me alegra saber que te das a respetar y siento algo de culpa porque si no te fuera persuadido te hubieses evitado todo el bochorno que tuviste que pasar.

—No Gaa-chan, de hecho fue mejor que me diera cuenta de la clase de persona que es Sasuke, a pesar de que llevo muchos años de ser su amigo, nunca es tiempo suficiente para terminar de conocer a alguien y mucho menos a él.

—Tienes toda la razón… Sasuke se comporta como el mujeriego galán que es, junto a él siempre existirá la constante duda de una infidelidad latente. Sin embargo, él siempre ha mostrado ser muy tolerante contigo Naruto y no creas que lo estoy defendiendo, todo lo contrario, pienso que él ahora se debate entre el cambio de verte como su mejor amigo a convertir su amistad en un enamoramiento.

—Pero no por ello tiene derecho a tratarme como el otro, yo no pienso ser el amante de nadie. —el rubio bufó molesto, observando los acabados elaborados que adornaban su oficina, en cambio el pelirrojo sonrió con sorna mirando las facciones contraídas del rubio.

—¿Estás celoso, Naruto?

—¡¿Qué cosas dices, Gaara?! ¡Por supuesto que no! jamás sentiría celos por él, ni por nadie, solo cuando mi bebé crezca y quiera presentarme a su novio o novia entonces sabré que es percibir ese extraño sentimiento, pero antes no. —el pelirrojo sonrió con deje de burla haciendo enfurecer al blondo.

—Lo que tú digas, Naruto… ahora cambiando de tema, tengo que mostrarte algo que te encantará y me lo agradecerás el resto de tu jodida vida.

—Ilústrame, Gaa-chan… Tus regalos son muy bien recibidos. —el pelirrojo sacó de su carpeta unos folletos deslizándolos sobre el escritorio del rubio ganándose una sorpresiva reacción de emoción del blondo.

—¡Oh por Dios! ¿Es lo que creo que es, Gaara? —el pelirrojo asiente con la cabeza sonriendo imperceptiblemente.

—Pensé que tomarnos un fin de semana de cero estrés en un lugar paradisíaco fuera de Japón nos vendría muy bien, además de que es mi regalo de despedida para acostumbrarme a tu nueva vida como doncel embarazado. 

—No puedo hacerme a la idea de que estaremos en “Las Maldivas” todo un fin de semana, sin pensar en clientes, el caso de los Aburame, sin tener que lidiar con Sasuke, es lo que necesitaba, Gaa-chan, eres increíble… pero…

—No te preocupes, ya se lo que piensas, el bufete estará a cargo de Neji, él es la persona idónea para hacerse cargo de todo mientras nosotros nos damos la gran vida, solo mentalízate en dejar todos los problemas e inconvenientes en Japón y disfrutar el viaje en todo su esplendor, necesito ir a encontrarme con un buen tío para poder desfogar, ya me he convertido en un jodido puritano.

—Yo creo que también necesito follar con alguien, estar en abstinencia mucho tiempo no es muy grato... —ambos donceles sonrieron con picardía trabajando motivados ante la expectativa de su viaje, las horas transcurrieron con la presión de la hora laboral, revisando documentos, reuniéndose con los ejecutivos y clientes, atendiendo llamadas con carácter de urgencia y demás contratiempos que consumieron la jornada. Sin embargo, Naruto no se esperó la interrupción de un prepotente azabache que hacia acto de presencia en su oficina con una alterada secretaria que garlaba por la falta de respeto pidiendo disculpas al rubio doncel.

—Puedes retirarte, Hinata. —la pelinegra hizo una reverencia dejando a la pareja a solas. —Si quieres que te atienda, has lo mismo que todos mis clientes y prevé una cita con mi secretaria, a diferencia de ti, yo si cumplo con un horario estrictamente laboral y no tengo tiempo para recibir visitas amistosas…

—Yo también laboro, Naruto, quizás no ganó tanto dinero como tú, pero trabajo en el área que me apasiona.

—Felicidades por ti, ahora retírate o me veré en la obligación de llamarle a seguridad.

—Hazlo, no pienso moverme de aquí hasta que no pongamos todo sobre la mesa. —el azabache le sonrió con descaro ganándose la mirada furtiva del rubio, se acomodó en el enorme sofá y observó a un costado del blondo los llamativos impresos de un lujoso resort, se levantó bajo el implícito escrutinio de Naruto tomando los folletos en sus manos.

— ¡¿Qué demonios haces?! —el blondo se aproximó al azabache tratando de arrebatarle de las manos los fascículos de su viaje. Sin embargo, Sasuke sacó provecho de su estatura para vislumbrar con detalle la promoción prometedora que mostraba tales papeles.

—¿Así que te iras a Las Maldivas?... ¿Con quién piensas ir, eh?

—¡Devuélvemelo, idiota! no es asunto tuyo…

—Todo lo que tenga que ver contigo es de mi total interés... —Naruto se ruborizó ligeramente por la voz aterciopelada del moreno, dejando de luchar con la impotente figura del varón en frente suyo, envolviéndose por el cautivante olor que desprendía Sasuke...

Notas finales:

Aixxx que lindo el primer beso no correspondido ahahaha le dieron su golpe por Teme...

¿¡Oh! y ahora que pasará?

¿Sasuke impedirá que Naruto se vaya de parafernalia con Gaara?

¿Secuestrará al dobe y lo atará a su cama para hacerle que cosas sabrá?

Pues yo si sé que sucederá y no se los diré en una semana -inserte risa malévola aquí-

Ya saben que los reviews, sugerencias, peticiones, amanenazas, todo es bienvenido...

¡Nos estamos leyendo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).