Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero tener un bebé [En edición] por mikuuchan

[Reviews - 320]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola gente bonita! no tuvieron que esperar mucho por que ya está el nuevo capítulo.

Bien, este cap. tuve que dividirlo en dos por que me salió demaciado largo, estaba tan inspirada que ya iba por la página número 16 y sería bastante tedioso leerlo. 

Gaara caminaba junto a Sai por los amplios pasillos del aeropuerto, observando con curiosidad los aspavientos de la pareja que tenían al frente, mirándolos con atención, analizando los gestos que cada uno hacía por inercia. Él notaba la intensidad con que Naruto y Sasuke cruzaban miradas, las sonrisas sinceras que se dibujaban en sus rostros por algún comentario o el cambio de humor repentino tan típico en ellos, las discusiones y peleas sin sentido que son la base principal para demostrar su confianza.

Él lo sabía y también Sai compartía el mismo sentir al ver cada detalle de ese par, la forma atenta en que Sasuke trataba a Naruto o la manera en que su carácter generalmente frio cambiaba al tener al rubio cerca. Ninguno dudaba de los sentimientos de la “futura nueva pareja”, en sus ojos se reflejaba el cariño por el uno y el otro, no como una amistad de años, sino como un hombre y un doncel que se entendían a la perfección.

Rieron por sus amigos, celebrando en silencio de que finalmente el rubio y el azabache se percataran de sus verdaderos sentimientos… Gaara jamás había sospechado que existiese tal compenetración, pero al ver atentamente aquellos detalles que para muchos podrían pasar desapercibidos, para él no… la confianza que el par mostraba a simple vista era tanta que no había duda en la sinceridad del inicio de una posible relación, todo lo contrario a lo que fue su noviazgo con Sasuke que se basó explícitamente a la intimidad. Sonrió por la felicidad de ambos, augurando buenos deseos y cerrando el capítulo de su vida con el pelinegro.

—Tengo que reconocerlo, pero ese duplo se ven bien como pareja. —Sai comentó sonriendo burlón al observar a su amigo, mientras que el pelirrojo le daba la razón asintiendo con la cabeza.

—Definitivamente, no puedo negar lo contrario cuando se nota a distancia la confianza que existe entre ellos.

—¿Puedo hacerte una pregunta?... te pido disculpas de antemano si te parece incomodo responderme y tampoco tienes por qué contestarme, pero…

—Soy un doncel muy impaciente y me desagrada enormemente que intenten dar vueltas en un asunto en particular, por lo que te aconsejo que evites hacerme enojar… pregunta lo que quieras, no creo que me incomode en lo absoluto. —el pelinegro observó el inexpresivo rostro del bermejo asintiendo como autómata, no podía evitar reconocer que el pelirrojo le parecía bastante atractivo, demasiado a decir verdad, pero el carácter hermético de éste deja mucho que desear.

—¡Qué carácter te cargas! —Gaara frunció el ceño entornando sus gélidos ojos turquesas en la figura del apuesto varón que yacía a su costado.

—¡Y qué puedo decir de ti… eres extremadamente hilarante por no decir payaso que logras exasperar a cualquiera! —Sai rió divertido haciendo que el pelirrojo volteara a mirar malhumorado el flujo de gente que dirigía su andar hacia los locales cercanos del propio aeropuerto.

—¡Me agradas, Gaa-chan!... ¡Seamos amigos!

—¡¿Qué carajos dices?! —el pelirrojo exclamó exaltado, mirando de soslayo al rubio que permanecía a una distancia prudente en compañía del azabache observándolo con curiosidad.

 

 

—Tu amigo es tan extraño, Sasuke… realmente me da un poco de lastima imaginar lo que le hará Gaara cuando logre sacarlo de sus casillas.

—Lo sé, Sai es algo peculiar, pero a fin de cuentas es un buen tipo y puedo asegurarte que lo único que está haciendo es molestarlo, siempre actúa de esa manera cuando conoce a alguien que llama su atención, además fui claro con él advirtiéndole que no se acercara a Gaara con intenciones de cualquier índole. —el pelinegro suspiró resignado al notar las facciones marcadas del taheño lidiando con su singular amigo.

—¿Por qué tomaste la iniciativa de advertirle a tu amigo sobre Gaara, aun te interesa? —Naruto cuestionó al pelinegro viéndolo con aquellos expresivos ojos azules que escrudiñaban el más mínimo rastro de duda en los orbes oscuros del moreno. Sasuke por su parte sonrió con arrogancia notando de inmediato el porqué de esa pregunta disfrazada de desconfianza, le agradaba en demasía que el blondo mostrara cierto interés en él, ya sea en pequeños actos que lo avergonzaban por besarle, hablarle de forma cariñosa o cuando el propio rubiales le celaba negándole lo evidente.

—¿Si ese fuese el caso, te molestaría, Naruto? —el rubio chasqueó la lengua al escuchar el tono de mofa por parte del pelinegro, le molestaba ver la pedantería de Sasuke en cada oportunidad que tenia de hacerlo rabiar por insignificantes detalles que no consideraba que fuesen de importancia.

—Ya sé a dónde quieres llevar esta estúpida conversación por una simple pregunta, Sasuke... no voy a caer en tus jueguitos. Tenlo por seguro, Uchiha.

—Gaara es un doncel hermoso y no se puede negar lo obvio, Naruto… hace un tiempo atrás él fue mi pareja y de alguna manera u otra existirá cierto cariño por los recuerdos que ambos compartimos, a pesar de que nuestra relación fue bastante corta y no llegó a funcionar como esperábamos, pero eso no significa que no me preocupe por él y lo quiera como un buen amigo porque para mí él aún sigue siendo alguien importante en mi vida.

—Me han quedado bastante claras tus palabras... —el rubio musitó con cierto desconcierto haciendo sonreír al azabache.

—No te precipites en sacar conclusiones equivocadas hasta que termine de hablar. Sé perfectamente cómo eres y puedo imaginarme las historias trágicas que desde ya te estas formulando en esa ingeniosa mente que posees.

—¿Puedo saber quién diablos te ha dicho que me estoy figurando ideas descabelladas, Sasuke?

—Escucha Naruto… tú eres el único doncel quien me interesa ahora, creo que desde hace mucho llamabas mi atención, solo que debió suceder una serie de situaciones para percatarme finalmente de ello. Eres precioso y me encantas, tan siquiera puedes suponer el esfuerzo que estoy haciendo por mantenerme tranquilo a tu lado y no acceder a cometer alguna imprudencia por ser varón. No quiero que pienses que intento justificarme. Sin embargo, debes de saber que solamente tú eres capaz de despertar tantas emociones y sentimientos intensos en mí que son difíciles explicar con simples palabras. Gaara forma parte de mi pasado y tú eres mi presente y estoy seguro que mi futuro también. Por tal razón, trato de hacerte entender que no debes de sentir desconfianza hacia mí, aunque debo de reconocer que tengo cierta culpa por llevar una vida desenfrenada haciéndote dudar al respecto, pero puedo asegurarte que no hay, ni habrá otra mujer o doncel en vida, solo tú Naruto. —el rubio sonrió convencido por cada frase dicha por el pelinegro, percibiendo la sinceridad con que el azabache le hablaba. Demostrándole una vez más que no ejercería presión en iniciar de forma inmediata una relación, sino todo lo contrario, empezar a construir los cimientos de confianza y aceptar su amor a través del enamoramiento que se estaba dando entre ellos como una verdadera pareja.

—¡Tienes una maldita labia convincente que me hace envidiarte, estúpido Uchiha! —el azabache rió por lo bajo sintiendo los cálidos labios del rubio sobre los suyos, mientras él se encargaba de aferrar el asir de sus manos en la cintura del doncel alzándolo levemente para profundizar el ósculo. Adoraba que fuese el propio blondo el que tomara la decisión de besarlo en público sin importarle el qué dirán, porque conocía cada detalle de Naruto, la impulsividad explosiva tan característica en él, guardando cierto recato cuando se refería a las muestras de cariño en general, sabia lo mucho que le costaba al ojiazul abrirse sentimentalmente y él le entendía de alguna manera aquella peculiaridad tan propia.

—No es que tenga una maldita labia como dices, solo soy un hombre sincero que habla abiertamente de sus sentimientos con la persona a la que quiere. —Naruto sonrió divertido separándose del moreno para fijar sus zafiros en los ojos contrarios.  

—¡Lo que tú digas, Sasuke!... reconozco que me agrada saber que soy muy importante para ti y debo decir que estas escalando muy alto para ganarte mi entera confianza, porque quiero que sepas que no he olvidado aquella vez que te vi con ese doncel en tu departamento, eh…

—¡Vaya, sí que eres celoso, Naruto!

—¡Por supuesto que no lo soy! Simplemente no me gusta que miren lo que considero mío. —el azabache rió con ganas observando las mejillas arreboladas del doncel que hacia el esfuerzo de ocultar el sonrojo por lo que había dicho sin pensar.

—¡Estas progresando muy rápido, Naruto! sobretodo me encanta que me veas de esa forma. —Sasuke le guiñó el ojo al rubio escuchándolo maldecir al instante, disfrutaba molestarlo en la menor ocasión que tuviese haciendo notar el ambiente ameno que existía entre ellos, rompiendo con el patrón de mantener una relación amistosa sin acelerar el proceso con verdaderas prisas, porque ambos de algún modo sabían que no había necesidad de ir más allá rápidamente, sino conocerse de forma especial y que todo se diera de manera espontánea, sin presiones o dudas de por medio.

—¡Todo es tu culpa, Sasuke! Siempre logras que mencione frases sin coherencia y que por obvias razones nunca fuese capaz de decir.

—¿Estas totalmente seguro de eso? —el azabache cuestionó al blondo con seriedad, mirándolo con cierto deje de diversión, mientras que el propio rubio se sintió nervioso al ver con detalle la imponente  presencia del pelinegro.

—¡Deja de molestar, Uchiha bastardo!

—Me gusta que demuestres tu posesividad para conmigo, porque yo también tengo todo el derecho de serlo contigo, aunque suelo cuidar muy recelosamente lo que considero de mi propiedad y sabes a lo que me refiero, Naruto… no te quiero cerca de Shikamaru.

—Puedo darme una ligera idea de lo que tratas de decirme… con respecto a Shikamaru te quiero dejar muy en claro que no creo necesario que me adviertas de nada, sabes perfectamente que siempre haré lo que se me venga en gana con o sin tu consentimiento.

—Tus palabras se prestan para interpretarlas de muchas maneras, se claro, por favor...

—En ningún momento le he dado entrada a Shikamaru para que se interese en mí. Él es un buen hombre, bastante atractivo e inteligente, además de que tengo años de conocerlo, y si esperas que deje mi amistad con él por celos sin fundamentos nuestra relación simplemente no funcionará, jamás te daré motivos para que desconfíes de mí, siempre y cuando la confianza sea recíproca y pongas de tu parte, Sasuke.

—No seré yo quien te haga ver la clase de persona que es Shikamaru, serás tú el que tarde o temprano se dará cuenta de la hipocresía de ese tipo, por tanto prefiero que este tema muera aquí y ahora, no pienso amargar mi buen humor hablando de ese imbécil, Naruto. —el rubio rodó los ojos con indignación, aun le costaba comprender por qué el azabache no tenía el más mínimo voto de confianza hacia el galeno.

—Quédate tranquilo, lo que una vez sentí por Shikamaru fue hace mucho tiempo y siempre hacías cualquier tontería para alejarme de él. Ahora solo existe camaradería y respeto, no hay nada más que me ligue de manera sentimental a él, además si te he dicho que he considerado darte una oportunidad en iniciar una relación es porque me importas más de lo que imaginas, Sasuke. Espero que te hayan quedado claras mis palabras por qué no pienso repetírtelo nuevamente. —el rubio tiró con fuerza la casaca que vestía el pelinegro plantándole un beso demandante siendo correspondido de forma inmediata por el azabache.

—Deberías considerar aclararme todo lo que respecta de esa manera, eh. —Sasuke sonrió coqueto haciendo reír al rubio por el peculiar gesto.

—Déjate de bromas y vamos por Gaara antes de que intente golpear a Sai.

 

 

—Gaara, solo estoy bromeando, no es para que te alteres de esa forma.

—Déjame decirte que tus jueguitos sin sentido no me agradan en lo absoluto, no todas las personas son capaces de soportar tus malos chistes, además no sé qué demonios querías preguntar para que evadieras la pregunta que ibas a hacer.

—¡Oh tienes razón, lo había olvidado!… me preguntaba si aún mantienes algún tipo de interés especial en Sasuke, sé a través de él que tuvieron un noviazgo hace algún tiempo y ahora que tu amigo está saliendo con él no te es incómodo verlos como pareja.

—Lo mismo que le contesté a Naruto pienso hacerlo contigo, Sai. Mi historia con Sasuke es parte del pasado, además no sé si se pueda decir con plena seguridad que fue un noviazgo en sí, cuando la relación duró poco más de una semana. Ambos son mis amigos y los aprecio por igual. Sin embargo, ahora que he puesto mi total atención en ver cómo se tratan, me he dado cuenta de la cercanía tan obvia que desprende ese par. Se quieren de una manera que jamás he visto en otras personas… quién soy yo para tratar de impedir que se dé esa relación por simples costumbres de creer que los “ex novios de los amigos son prohibidos” ese pensamiento tan estúpido es sinónimo de egoísmo, no define el concepto de amor y ellos se aman aunque renieguen o no se percaten de ello todavía. Lo único que podría afectarme y que pienso hablar personalmente con Sasuke en cuanto tenga la oportunidad, es para advertirle de las consecuencias que pueden llegar a ocurrir si lastima a mi amigo, no se lo perdonaría y puedo estar casi seguro que él no será capaz de hacer lo contrario por su propio bien. —el azabache observó con detenimiento el imperturbable rostro del pelirrojo, admirando la convicción de las palabras dichas por Gaara.

—¡Eres tan interesante, Gaara! Que no puedo evitar sonreír por tu pensamiento liberal, definitivamente has llamado mi atención como ninguna otra persona lo ha hecho.

—¡¿Eh?!

—Deja de decir idioteces, Sai. Creo que fui lo suficientemente claro contigo para que evitaras incomodar a Gaara con tus tonterías. —Sasuke cruzó los brazos haciendo el esfuerzo de no soltar en risas al observar el rostro desencajado del pelirrojo, acción que fue vista por el rubio quien sonreía divertido por la situación.

—¿De dónde diablos has sacado a este tipo, Sasuke?

—Sai es un completo imbécil que se dedica a la pintura, Gaara… puedo asegurarte que no es peligroso, algo raro quizás, pero inofensivo en su totalidad.

—¡¿Por qué demonios me insultas, bastardo?! Aún sigo aquí y lo haces descaradamente en mi presencia. —Naruto rió por lo bajo tratando de contenerse, tomó el brazo del pelirrojo alejándose unos pasos del par de varones para calmar la evidente furia del bermejo doncel.

—¡Ese tipo es insoportable, Naruto! en un momento conversar con él fue agradable, pero terminó por sacar a relucir su verdadero yo.

—¡Venga, Gaa-chan!... ¿No será que Sai ha captado cierto interés en ti? Es un tipo muy atractivo y al parecer le agradas.

—Recuérdame liquidarte en cuanto des un paso en el despacho, Naruto. —el pelirrojo masculló entre dientes, entornando sus expresivos ojos turquesas hacia su interlocutor. 

—¡¿Qué?!... ¡¿Cuál es el motivo?!

—Aunque seas mi socio en el bufete, te olvidas que soy yo el encargado del área administrativa. Por ende, tomo decisiones en base a lo que considero inútil en la firma y tú últimamente no estas rindiendo como se debe, ahora te has ganado un inminente despido, Naru – chan. —el rubio abrió sus zafiros con sorpresa, sabía que ese apodo cariñoso utilizado por Gaara solo lo mencionaba cuando en verdad estaba enojado y deseaba desquitarse con alguien.

—Solo estaba bromeando, Gaara. No tomes todo a la defensiva.

—Si sabes que estoy cabreado, no sigas tirando más leña, estúpido rubio. —Gaara peinó sus rojizas hebras sedosas, observando de reojo a Sasuke y Sai, bufó molesto esperando por el taxi que lo llevase inmediatamente a su domicilio.

 

 

—Tenías que hacer acto de presencia cuando estaba a poco de conquistar a Gaara. No solo quieres tener a Naruto para ti, sino a tu ex novio también ¡Qué egoísta eres, Sasuke!

—¿De qué vas, idiota? a mi parecer fue todo lo contrario, Gaara estuvo a poco de golpearte sin compasión alguna… si aprecias tu vida no te hagas el chistoso con él.  No es cualquiera que soporta tu complejo de personalidad, Sai. No sé cómo te he aguantado por años y ahora intentas congraciarte estúpidamente.

—¡Joder, Sasuke! cuando te fuiste con Naruto a tu habitación hice lo que me pediste, cuide de Gaara y la pasamos muy bien, claro con un par de copas de más quien no la pasa de maravilla, pero congeniamos, puedo asegurártelo.

—¡¿Qué carajos le hiciste, Sai?! —Sasuke bramó colérico al ver la sonrisa petulante del pelinegro, se imaginaba múltiples escenarios y ninguno podría ser de su agrado.

—¡Hey bastardo! No me mires de esa forma, a diferencia de ti se controlarme, soy un caballero y no le puse ni un dedo encima a Gaara, ni siquiera hubo un beso de por medio, solo hablamos como si fuésemos viejos conocidos, nada más… —el azabache suspiró aliviado, no tenía nada en contra de Sai, de hecho era de las pocas personas a las cuales le tenía un enorme aprecio, aunque jamás se lo diría. Sin embargo, no sabía a ciencia cierta si pudiese funcionar una posible relación con el pelirrojo, no deseaba ver a su amigo desilusionado al fallar en el intento.

—¿Te interesa Gaara?

—¡Sasuke, ese doncel se muere de bueno es obvio que me interesa y sé perfectamente  lo que vas a decirme, pero déjame recalcarte que puedo manejar el carácter de Gaara, solo dame tiempo y un voto de confianza, no soy un maldito adolescente como crees.

—Tú sabrás lo que haces, Sai… si es tu decisión no soy nadie para oponerme a que salgas con mi ex pareja.

—Está de más mencionar que Gaara fue tu pareja en algún momento de tu vida, Sasuke. ¡Eres un maldito egocéntrico!

—¡Hazme el favor de tranquilizarte, idiota! Solo espero que cuando Gaara te mande al demonio no se te ocurra aparecerte en mi departamento desahogándote en pena. —Sai frunció el ceño molesto con el pelinegro, no creía que aquel pelirrojo fuese tan temerario como lo describía su amigo.

—Quiero creer que la persona que describes eres tú, Sasuke… hace unos cuantos días atrás el que no levantaba mirada por cierto rubio en su departamento fue otro o quizás me haya equivocado. —el pelinegro carraspeo ignorando el cometario mordaz de Sai.

—¡Cierra la maldita boca y larguémonos de aquí! —Sasuke tomó su maleta en mano para acercarse al par de donceles que esperaban por ambos varones.

—Gaara y yo ya nos vamos. Hemos pedido un taxi y espera por nosotros… por favor Sasuke, ve temprano a mi departamento mañana, tenemos que estar a la hora exacta en la clínica.

—Lo que a mí concierna me adelanto, no deseo ver derramar tanta miel por parte de ustedes, tortolos. —el pelirrojo se encaminó hacia la estación de taxis abordando el mismo, despidiéndose del grupo.

—Supongo que Sai lo habrá hecho enojar.

—Creo que yo también tuve algo que ver para cabrearlo aún más… digamos que solo los donceles nos entendemos. —el pelinegro asintió sin replicar lo dicho por el rubio para acercarse a él tomándolo de la cintura y depositar un casto beso sobre sus labios.

—Entonces nos vemos mañana. Estaré a primera hora en tu casa para ir juntos a la clínica y conocer los mentados exámenes que te tienen agobiado.

—A pocas horas sabremos los resultados de los análisis y me siento extremadamente ansioso, pero todo saldrá bien... en fin, no divagaré más en lo que resta de noche y mejor hago mi acto de solidaridad del día ofreciéndole mi generosa ayuda a tu amigo.

—¿Qué piensas hacer, Naruto?

—Ya lo veras… —el rubio se alejó de Sasuke para aproximarse a la dirección del pelinegro sonriéndole zorrunamente dispuesto hacer su papel de celestino de la mejor manera posible.  —He notado que tienes cierto interés en mi enfurruñado amigo y pienso ayudarte al respecto. En esta tarjeta que te estoy entregando están los números telefónicos de Gaara y la dirección del bufete donde trabajamos, es tu decisión si sabes utilizar la información que te estoy ofreciendo a tu conveniencia. —Sai guardó la pequeña tarjeta en uno de los bolsillos de su pantalón para tomar con delicadeza ambas manos del rubio besándolas con devoción, ganándose la mirada inquisitiva de Sasuke.

—¡Joder Naruto!... ¡Gracias! Te juro que si tuviera un anillo en este momento de propongo matrimonio. ¡Eres un sol!

—¡¿Qué estupideces estas diciendo, imbécil?! —el azabache apartó al rubio de la cercanía de Sai, molesto por la osadía del varón al tocar lo que considera suyo.

—Deja por un momento tus celos de lado, Sasuke. Agradece que la vida te haya dado un encantador y generoso doncel.

—Solo espero que tus intenciones con Gaa – chan sean buenas porque si es lo contrario no será nada agradable conocer lo que te pude llegar a suceder por meterte con un doncel, y más si es mi amigo el que está involucrado. —Sai sonrió nervioso dándole su palabra al rubio de jamás lastimar al pelirrojo, se despidió de la pareja para partir a su casa, acción que tanto Naruto como Sasuke hicieron pocos minutos después.  

 

 

La noche en casa del rubio no fue la mejor experiencia que esperaba, no era capaz de conciliar el sueño a pesar de sentir su cuerpo agotado por el viaje. La inquietud de saber que dentro de un par de horas su vida y la de Sasuke cambiaria drásticamente le alteraban los nervios en niveles impensables, razón que lograba despertar una serie de dudas que lo mortificaban de una manera u otra. Sin embargo, al transcurrir de los minutos la pesadez del insomnio iba desapareciendo, haciendo que el blondo finalmente cerrara sus ojos y descansara lo suficiente para conocer la dura realidad que debía hacer frente al despertar.

El sonido ensordecedor del despertador alteró la paz de su ostentosa pieza, Naruto por su parte golpeó con fuerza el reloj apagando inmediatamente el ruidoso objeto, suspiró cansino desperezándose a los pies de la cama haciendo el esfuerzo de levantarse y arreglarse como es debido.  

Preparó con afán la tina dándose un baño rápido para tomar lo primero que vio en el enorme closet, vistió con unos jeans oscuros y una camisa holgada manga larga de color pastel haciendo resaltar sus llamativos ojos azules, peinó sus rebeldes cabellos rubios con sus finos dedos acomodando lo mejor que podía sus hebras doradas para dirigirse en dirección a la cocina y prepararse un modesto desayuno, mientras esperaba la llegada del moreno.

Hizo el intento de digerir la fruta picada que tenía en su plato, pero simplemente la ansiedad hacía estragos en él impidiéndole pasar bocado, dejó el desayuno tal cual como lo sirvió bebiendo únicamente jugo de naranja.

—Estoy tan nervioso que no puedo controlarme. —el rubio musitó con voz queda llevando su mano hacia su pecho, percibía el palpitar acelerado de su corazón y sabía que aquel malestar no auguraba nada bueno. Sin embargo, trató de distraerse viendo algún programa de televisión, miraba sin poner total atención hasta que escuchó el timbre de su departamento, se sobresaltó de su cómodo sofá dirigiéndose a la entrada para abrir y encontrarse con el azabache.

—Tal como te lo prometí, he llegado a la hora acordada. —el rubio sonrió saludando al pelinegro con un pequeño beso en los labios.

—Me alegra que hayas sido puntual, Sasuke. —el pelinegro solo se limitó a sonreír, observando como el rubio tomaba las llaves del auto y su bolso para más tarde cerrar la puerta del departamento, ambos se dirigieron al estacionamiento abordando el carro del blondo e ir en dirección a la clínica.

En el transcurso del camino ninguno de los dos mencionó palabra alguna, cada uno divagaba en sus propios pensamientos concentrando en las ideas que se alojaban de forma inmediata en sus mentes. La distancia hacia la clínica se hacía corta para el rubio, quien miró de soslayo como el azabache se estacionaba, mientras él no dejaba de mover sus manos sobre sus rodillas nervioso.

—¡Todo estará bien, Naruto! —el rubio sintió el asir de una de las manos del pelinegro sobre las suyas, viéndolo acercarse para besar con delicadeza el dorso. Él quería creer en las palabras de Sasuke, que todo estaría bien, pero de alguna manera su intuición como doncel le decía lo contrario.

Notas finales:

La buena noticia es que no tendrán que esperar casi nada para el nuevo cap por que ya esta listo, en serio que me agradó como ha quedado -inserte risa malévola aquí-

La verdad es que estaba en un dilema en buscarle pareja a Gaara así que al final decidí dejar Saigaa aunque no es unas de mis parejas favoritas, no es que me desagrade, simplemente que no entiendo de donde surgió el Sai x Gaara ahahaha 

Espero sus comentarios, suegerencias, amenazas, etc... sé que me demoro en contestar, pero siempre lo hago.

¡Nos estamos leyendo!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).