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Quiero tener un bebé [En edición] por mikuuchan

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Notas del capitulo:

¡Hola gente bonita! lamento la demora, pero perdí el piche capítulo que ya tenía escrito y tuve que volver a escribirlo.

Nunca mantengan abierto dos ventanas con historias diferentes por que suele suceder que cierras el que no es -tuve que aprender a la mala-

Sasuke tomó con delicadeza la fina mano del rubio aferrando el asir sobre ella, transmitiéndole la confianza y confort que necesitaba. Naruto por su parte, le sonrió con sinceridad, agradeciéndole el gesto en silencio a través de una mirada segura, para finalmente decidir ingresar sin mayor reparo a la entrada principal de la clínica junto al azabache. Ambos observaron con detenimiento los detalles pulcros de aquel centro de fertilidad, concurrido por un número de personas que yacían esperando para ser atendidos, caminaron con calma aproximándose en dirección a la joven de la recepción donde les corroboró la hora de su cita.

El rubio suspiró cansino, intentando menguar ese extraño sentimiento que le agobiaba en demasía. La presión en su pecho le incomodaba haciendo estragos en su persona  con un sinfín de emociones que iban ligadas al malestar y la preocupación de lo que revelarían aquellos exámenes, quizás por el simple hecho de verse expuesto a una situación poco alentadora al tratarse de un procedimiento médico, pero pese el panorama que suponía el sentir de pesadez no mermaba.

Miró de reojo el perfil del azabache, quien preguntaba con amabilidad a la fémina por la consulta programada, inmediatamente el blondo notó los aspavientos exagerados de la mujer para con el pelinegro y no le agradó en lo absoluto como la pelirroja se le insinuaba al moreno, frunció el ceño apretando con fuerza el brazo del varón, ganándose con ello una sonrisa divertida por parte de éste.

—¿Qué sucede, Naruto? —el moreno cuestionó fingiendo incredulidad por la mueca marcada en el rostro del doncel, sabía que el rubio tenia ciertas tendencias posesivas y debía admitir que le agradaba enormemente ver aquellos detalles donde Naruto dejaba a relucir ese temperamento fiero con él, le demostraba que sus sentimientos eran correspondidos a igualdad, enorgulleciéndose por ello.

—No ocurre absolutamente nada, debería de… —Naruto guardó silencio de forma abrupta deshaciéndose del agarre del azabache para apresurar sus pasos por los amplios pasillos del corredor, acercándose hacia el castaño galeno quien salía de su consultorio con un par de papeles en mano. Sasuke chasqueó la lengua con indignación al verse ignorado por el rubio en cuanto vio a Shikamaru, siendo mayor su pesar al notar como el blondo se dejaba hacer por el doctor sin ningún tipo de preocupación cuando él le observaba con cierto recelo.

—¡Qué alegría verte, Naruto! supongo que vienes por los resultados de los análisis… tengo entendido que Tsunade espera por ti. —el azabache prefirió mantener su distancia viendo de reojo al doncel junto al galeno, no iba a perder la calma cuando el rubio le aseguró por propia voz que no debía figurarse ideas absurdas con respecto a Shikamaru, y solo por ello, trataría de refrenar sus impulsos de alejar a Naruto del castaño.

—Sasuke y yo estamos ansiosos por conocer los resultados de los análisis, de hecho íbamos camino al consultorio de Tsunade y como te he visto salir, pensé que estarías con nosotros.

—Ya no seré el doctor encargado para llevar el procedimiento de inseminación una vez se diese la potestad para continuar, he tenido una charla con Tsunade y ha tomado la decisión de desligarme de su caso. —el rubio abrió sus expresivos ojos azules con sorpresa, tratando de descifrar la razón para llegar a considerar separar a Shikamaru de toda práctica.

—¿Qué ha sucedió, Shikamaru? No tenía conocimiento de ello, inclusive no estaba tan siquiera enterado de nada hasta ahora que me lo comentas. —el blondo cuestionó con curiosidad.

—Tsunade al igual que otros colegas anteponen la ética profesional de un doctor: “mantenerse al margen con respecto a personas allegadas”. No es un secreto a voces de que tengo fuertes sentimientos por ti, Naruto. Por ello, lo mejor es evitar situaciones que sean contraproducentes en un caso en específico. No quiero que tengas una idea equivocada hacia mí, creyendo en un supuesto intencional por lo que es preferible en esta ocasión, no intervenir para mayor tranquilidad de ambos, además de que mi superior me lo ha pedido encarecidamente y como tal, debo acatar sus órdenes sin replica alguna. —el rubio meditó las palabras del galeno en silencio, agradeciéndole con una amble sonrisa su sinceridad y preocupación para con él.

—Entiendo tu posición y agradezco tu profesionalismo, Shikamaru. No tengo palabras para expresarte mi enorme gratitud. Sin embargo, me gustaría hablar contigo sobre tus sentimientos, sé que este no es el lugar ni el momento para ello, pero te mereces que sea sincero contigo. —el galeno solo se limitó a asentir con la cabeza mirando fijamente al doncel, podía suponer lo que el rubio tendría que comentarle, por lo que trató de mantenerse sereno regalándole una fingida sonrisa.

—Me parece bien, no tengo ningún inconveniente en que nos tomemos un momento para hablar con sinceridad sobre ello, lo he hecho contigo y del mismo modo deseo que lo seas para mi persona, además sea cual sea tu respuesta contaras con mi apoyo incondicionalmente, Naruto.

—¡Gracias Shikamaru, eres un gran hombre!

—No hace falta que me lo agradezcas, Naruto. De hecho para demostrarte mi verdadera amistad, puedes tener la plena confianza en venir a mí cuando lo necesites, en el momento y el lugar que tu prefieras del mismo modo que podrás consultarme cualquier duda que tengas con respecto al proceso de inseminación o lo que se te ofrezca, estaré siempre a tu disposición. —el doncel sonrió enternecido por la palabras de apoyo por parte del castaño, admirando la nobleza de aquel varón que yacía enfrente de él que le trataba con tanta amabilidad.

—Nos están esperando, Naruto. —el pelinegro se aproximó al par imponiendo su presencia delante de Shikamaru, no le hacía gracia tener que observar al castaño cerca del rubio a sabiendas de que él estaba ahí.

—Sasuke tiene razón, en este momento Tsunade debe de estar esperando por ustedes. —el azabache frunció el ceño molesto, no toleraba estar en el mismo sitio que el galeno. Aborrecía su pedantería y todo lo que tuviese que ver entorno a él, debiéndose su malestar principalmente en el interés sentimental hacia el rubio, lo veía en su mirada, en los gestos o en la forma con que Shikamaru le hablaba a Naruto, cada uno de esos detalles lo alteraba en demasía.

El doncel notó el ambiente tenso que se generaba en aquel pasillo al estar ambos varones cerca, incomodándose inmediatamente por contemplar la batalla de miradas pesadas de ambos hombres ignorando su presencia.

—¿Por qué no te adelantas al consultorio, Naruto? iré en un momento. —la voz fuerte del azabache sobresaltó al rubio doncel, quien se mantuvo quieto observando el mínimo rastro de provocación  por alguno de los hombres que permanecían estoicos observándose con recelo contenido.

El rubio optó por alejarse de aquella sofocante atmosfera, no sin antes despedirse amablemente del castaño varón y adentrase al consultorio de la doctora encargada de su expediente médico.

—Si le has sugerido a Naruto anticiparse a la consulta, es por que deseas departir civilizadamente con mi persona, ¿No es así, Sasuke? —el pelinegro bufó conteniendo su irascible estado de molestia al notar la sonrisa ladina del galeno.

—No te creas el importante, Shikamaru. Si le he pedido a Naruto darme un momento, solo es para evitar que se incomodase al tener que ser testigo de “nuestra agradable muestra de amistad”, desgraciadamente tendré que verte más de lo que quisiera, pero eso no significa que considere advertirte que te mantengas alejando de él.

—Por supuesto, a veces suelo olvidar el insignificante detalle de que contigo no se puede tener una charla amigable, además no creo que sea necesario que te tomes tantas atribuciones al respecto, Uchiha.

—Solo permanece al margen, Shikamaru. No entraré en pormenores del porqué de mi petición ya que estaría tentado a realizar una jugarreta bastante baja para jactarme de tus sentimientos no correspondidos hacia Naruto. —el pelinegro rió petulante haciendo enojar de manera instantánea al galeno, quien tensó la mandíbula en un gesto notorio que no pasó desapercibido por los oscuros ojos del moreno. Sin embargo, el castaño recompuso su actitud desafiante y altanera recordando lo que prontamente irá a suceder con Sasuke como muestra del interés de querer dañarlo a modo de resentimiento.

—Te noto confiado, Uchiha... —el galeno miró con fijeza al pelinegro sonriéndole con burla, la necesidad de ver desmoronarse al moreno, era un sentimiento regocijante para él, quería ser testigo de su caída y estar para Naruto en cuanto conociese del resultado, mofándose del mal ajeno provocado única y exclusivamente por él.

—¿No crees que debería de estarlo, Shikamaru? Estos análisis solo son exámenes de rutina, no debería de estar tan siquiera preocupado.

—Ya veo… si fuese tú no me vanagloriaba precipitadamente de lo que pueda suceder, algunas veces no todo resultada como figuramos, Sasuke. —el azabache ladeó la cabeza buscando el significado de aquella frase, de alguna manera no le había agradado las palabras de Shikamaru.

—¿Qué quieres decir? —el pelinegro interrogó con incertidumbre, no se confiaba de la extraña seguridad que transmitía el galeno.

—Tú sabrás interpretarlo de la manera que sea conveniente para ti, no creo que deba explicártelo explícitamente cuando he sido bastante claro, pero dado el valor de mi civismo te aconsejaré que evites farfullar de más, puede que “la caída sea muy dolorosa, Sasuke”. —el castaño sonrió arrogante, inclinando su cabeza en una exagerada reverencia mostrando una actitud pedante de burla para el pelinegro.

—No sé qué demonios tramas con tanta intriga, Shikamaru, pero sea lo que estés planeando no funcionará conmigo.

—A diferencia de ti, ocupo una vida bastante ajetreada en la que me preocupo de mis propios asuntos, no tengo el tiempo para dedicártelo a ti, si es lo que piensas, además si no te has percatado, estoy en hora laboral. Por ende me retiro a cumplir con mis obligaciones. —el galeno le sonrió al azabache, despidiéndose con un saludo de mano.

—¡Maldito imbécil! —el pelinegro masculló entre dientes, mientras veía la figura del castaño caminar a paso cauteloso por el pasillo de la clínica.

—Supongo que debo de desearte suerte, la necesitaras, Sasuke... —Shikamaru musitó en voz baja observando de reojo cómo el pelinegro se adentraba al consultorio. —Es una pena que no vaya estar justo en ese preciso instante en que tú cara se desfigurará al conocer tan interesante resultado.

 

 

—¡Te has demorado, Sasuke! —el blondo encaró al moreno en cuanto ingresó al consultorio de la rubia doctora.  

—Lo siento, pero era necesario que conversara con Shikamaru, teníamos unos asuntos que tratar. —el doncel miró con incertidumbre al azabache, quien permaneció estoico ante su escrutinio visual.

—Luego hablaremos de ello, Sasuke…

Tsunade por su parte, se acercó al par tomando asiento inmediatamente en la silla reclinable detrás del escritorio, observando con atención al rubio y al azabache, tenía ambos documentos sobre sus manos esperando el visto bueno del duplo para abrirlos y dar a conocer los resultados de dichos exámenes.

—Hace un momento le comentaba a Naruto que tomé la decisión de retirar a Shikamaru de llevar su caso en especial, creo firmemente que es conveniente mantener a conocidos fuera de procedimientos médicos. Por tanto, me vi en la necesidad de asumir la responsabilidad de cuidar la ética profesional de mi pupilo y evitar inconvenientes a futuro. —el rubio le dio la razón a la galena, mientras que Sasuke no pudo evitar formar una sonrisa de gozo en su atractivo rostro al escuchar tan magnificas noticias para él.

—Estoy de acuerdo en su decisión, Tsunade – san. —el moreno contestó con firmeza, sintiéndose tranquilo por saber que el castaño estaría alejado del doncel cuando se diera inicio la fase de fecundación.

—Ya que hemos aclarado ese asunto en particular, procedamos a conocer los resultados si les parece bien. —el rubio y el azabache le dieron la autorización a la doctora en continuar.

Tsunade abrió el sobre sellado de color blanco con los análisis finales del rubio, mientras Naruto yacía nervioso en espera, observando con sumo detalle los movimientos gráciles de la galena.

Sasuke miró de reojo a su costado derecho, percatándose inmediatamente del estrés generado en el ojiazul por la seriedad grabada en su fino rostro, tomó la mano del doncel y la enlazó con la suya, brindándole seguridad. Sin embargo, ambos terminaron por fijar su vista en la faz de la doctora, quien embozó una ligera sonrisa dando por enterado que no había signo de alarma.

—Los exámenes de Naruto nos indican que no existe impedimento alguno para llevar a cabo el proceso de inseminación, solo presentas bajos niveles de hemoglobina como un posible caso de anemia, pero con el cuidado y dieta adecuada que se te especificará, no habrá problemas mayores en llevar a término el embarazo, una vez se complete con éxito la fecundación. —el rubio sonrió con alegría, abalanzándose con emoción a los brazos del pelinegro.

—No tenías por qué preocuparte, todo marcha bien, Naruto. —el azabache le susurró palabras de cariño, mientras correspondía al efusivo abrazo por parte del rubio, ambos sonrieron entre sí guardando la compostura de forma rápida, para escuchar a la doctora, quien tomó su debido tiempo en explicarle cada cifra y significado de los análisis del doncel.

—Si no tienen ninguna duda al respecto, prosigamos con las pruebas de Sasuke… —comentó Tsunade, realizando el mismo procedimiento de abrir el envoltorio con los papeles de los exámenes, siendo observada por el rubio y el azabache quienes se notaban ansiosos en querer oír la voz de la galena revelando tales resultados. Sin embargo, ambos se percataron del gesto de la doctora al ver con atención el aspaviento de incredulidad reflejada en su rostro, para más tarde, mirar con fijeza cada uno de los números que yacían impresos sobre aquellas blancas hojas.

—¿Qué sucede? —el azabache se adelantó en preguntar con cierto temor en su tono de voz generalmente seguro, al mantener sus oscuros ojos fijos en la presencia de la rubia doctora. Tsunade tenía plena certeza de lo que indicaban aquellos análisis, por las bajas cifras que presentaba el espermiograma todo parecía ser que el pelinegro era un hombre estéril.

Para ningún doctor comprometido con su carrera jamás es agradable ser el portavoz de una mala noticia, pero ella debía guardar el recato y actuar de forma profesional, colocó el par de documentos sobre el escritorio, fijando sus almendrados ojos claros en ambos jóvenes.

—No pienso mentirte, Sasuke… desgraciadamente el examen de esperma que se te practicó arroja a un padecimiento de posible esterilidad. —el azabache y el rubio permanecieron en silencio tratando de procesar lo dicho, ninguno de los dos podía pronunciar palabras sobre la dolorosa aclaración de la doctora.

—¡No puede ser posible, Tsunade! Tiene que haber algún error en esos exámenes, por favor verifique… —el rubio salió de su estupefacción, alzando la voz alterado viendo el imperturbable rostro de la galena, supo de inmediato que la mujer no vacilaba ante la muestra de información.

—Tenemos que realizarte otras pruebas al respecto, Sasuke. No podemos fijarnos de un único examen cuando se debe corroborar con exactitud el problema. —el moreno ignoraba la voz de la rubia, su subconsciente repetía una y otra vez la misma palabra “esterilidad”, negándose a aceptarlo al igual que el blondo doncel, que observaba con desesperación el inexpresivo rostro del pelinegro.

—¡Esto no puede estar pasando! —Sasuke musitó taciturno, aferrando sus manos con fuerza sobre sus rodillas, no quería ver el rostro del doncel, sabía que estaba igual de conmocionado que él. No había palabras para expresar su verdadero sentir de culpa, frustración, y de rabia. Estaba molesto con él mismo, con la situación a la que debería enfrentar, con las circunstancias que había planeado junto al ojiazul y que ahora se veían empañadas por la cruda realidad.

—¡Escúchame Sasuke! Te prometo que buscaremos una solución juntos. —el rubio apoyó su mano sobre la del azabache tratando de calmarlo, no sabía cómo lidiar con la asfixiante exasperación de ver al moreno de forma impasible sin mostrar ápice de conmoción. Sin embargo, Sasuke retiró de forma brusca el asir del blondo, sorprendiendo al doncel por el repentino acto.

—La esterilidad e infertilidad se mide a igual escala en hombres, mujeres y donceles, no se le atribuye únicamente a un género de sexo, Sasuke. Debemos estudiar a fondo el diagnóstico de lo que padeces y determinar el tratamiento adecuado, no todo está perdido. —el azabache sonrió con amargura, escondiendo sus oscuros ojos en el flequillo de cabello que caía sobre la parte frontal de su rostro, se levantó de la silla con parsimonia, retirándose de aquel consultorio, necesitaba pensar en lo que haría de ahora en adelante, no deseaba arrastrar al doncel en un camino de incertidumbre donde jamás podría darle lo que tanto deseaba, un bebé.

Naruto trató de impedir que el pelinegro se marchara, pero se detuvo al observar a la rubia galena, quien le indicó desistir del intento.

—Para un hombre saber que es estéril es un duro golpe, debes de darle su espacio para que lo asimile de forma prudente y tome la decisión de afrontar este asunto. —el rubio arrugó el entrecejo por la desesperación que le agobiaba, se sentía culpable de haber empujado al azabache a una situación que no debía sufrir y más ahora que conocía finalmente el resultado.

—¿En qué se diferencia la esterilidad de la infertilidad, Tsunade? —el rubio cuestionó con voz queda a la galena, esperanzado en escuchar una alternativa para el moreno.

—Ambos conceptos tienen definiciones distintas, pero la gran mayoría suele ligarlas de una manera u otra, habiendo confuciones al respecto. La esterilidad masculina puede abarcar muchos factores, ya sea una condición hereditaria, anomalías en la producción de esperma o en otros casos, se asume a una categoría idiopática, es decir, no saber con precisión el padecimiento, mientras que la infertilidad se refiere a la incapacidad de causar un embarazo. Actualmente existen tratamientos para encontrar la solución, solo se debe realizar los exámenes pertinentes para indicar la medicación adecuada.

—Estoy preocupado por Sasuke, ninguno de los dos se esperó una noticia como esta. —el rubio musitó afligido de la situación, la culpa era tanta que no se atrevía abordar el tema con el azabache.

—Como doctora he visto muchos casos como este, de hecho esta reacción en Sasuke es bastante normal como te lo dije anteriormente, primero debe aceptar la realidad y luego comprender la magnitud de lo que padece. Existen alternativas que garantizan al cien por ciento la llegada de un bebé, Naruto. Hoy en día la ciencia ha avanzado a pasos agigantados y la esterilidad no es un tema tabú como se le conoce, lo sufre un gran número de parejas.

—Comprendo…

—Solo deja que Sasuke lo considere y el tiempo dirá lo que ha de ser. —el rubio trató de sonreírle a la doctora en un vano intento, mientras tomaba en sus manos ambos sobres con los resultados, se despidió de la mujer y salió del consultorio con un revoltijo de pensamientos.

—¡Todo es mi culpa! Si tan solo no hubiese obligado a Sasuke a ser el donante nada de esto estuviese ocurriendo. —el doncel apoyó su cuerpo en la pared, analizando en lo que haría para afrontar al azabache, caminó por el pasillo, encontrándose al castaño galeno charlar con una enfermera.

—Hace un momento vi salir a Sasuke del consultorio, pero lo he visto bastante acongojado ¿ha sucedido algo, Naruto? —el castaño se acercó al doncel, observando el ensombrecido gesto en el rostro del rubio, suponiendo lo que él ya sabía con anticipación, escuchó con sumo interés cada palabra dicha por el ojiazul y fingió gran pesar.

—Yo realmente no sé qué hacer, Shikamaru. Nunca contemplé que esto iría a pasar…

—No te preocupes, sé dónde está Sasuke e iré hablar con él, creo que en este momento el consejo de un hombre que conoce del tema le vendría bien, Naruto. —el rubio asintió ido, sentándose en una de las sillas de la sala de espera, mientras que el castaño se alejó de su figura con una inmensa sonrisa dibujada en su varonil rostro de camino al parque de la clínica en busca del moreno y regocijarse como él deseaba.

—Todo ha salido a pedir de boca. —Shikamaru musitó en voz baja, sonriendo como nunca antes lo había hecho, dirigiendo su andar en dirección al conjunto de bancas donde yacía sentado el pelinegro, mientras éste miraba retraído el suelo pensando en lo que tendría que hacer con respecto al rubio. 

Notas finales:

Pues creo que hay gente odiando a Shikamaru, mientras que yo adoro lo cabronazo que es ahahaha

Ya saben que los comentarios, siempre son bien recibidos y contesto siempre, aunque me demoro un poco, pero los respondo, eh...

Nos estamos leyendo!


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