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MELODY por Sai Ki

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Notas del capitulo: ¿Sólo ha pasado una semana? Apostaba porque habían sido dos.
Espero les guste este capítulo tanto como a mí, deben saber que lo acabo de escribir... Pero sin más palabras aburridas, lean!
Tres semanas, tres semanas habían pasado desde que no podía avanzar esa canción, incluso había terminado otro par pero, la canción que había denominado "La de tonada melancólica" se negaba a salir tal cual la quería, incluso había escrito "Dos versiones" pero ninguna era lo suficientemente buena para el "castaño prodigio".

"De pronto es como que sólo Tora puede hacer que suene bien"

Miró el reloj de su muñeca, era medianamente temprano, las diez de la noche para ser exactos. Tardaría 45 minutos en llegar al departamento del más alto y le diría algo como "Necesito que la termines, yo no soy capaz"

Probablemente el guitarrista no tendría ningún plan, ¿Estaría bien llamarle? Recordaba vagamente que le había pedido llamar la próxima vez que llegara de imprevisto a su hogar.

Tomó su iPhone y llamó al más alto.

Tres tonos bastaron para que el otro contestara.

"-¿Saga? ¿Te encuentras bien? ¿Por qué llamas?"

"-¿Estás ocupado?"

"-No, no lo estoy"

"-Perfecto, voy para allá, ten lista tu guitarra y algunos lápices, necesito tu ayuda de nuevo"

"-Está bien..."

Tomó el mismo bolso de la vez anterior y apagó todas las luces.

"No creo regresar hasta mañana, esa canción necesitará toda la noche para ser escrita"

Subió al primer taxi vacío que encontró y le indicó la dirección al chofer, recargándose por completo en los asientos traseros; se sentía como un niño que se sale con la suya.

¿Y para qué negarlo?

Le gustaba esa actitud con la que Tora le aceptaba sus ocurrencias, siempre parecía secundarle a pesar de hacer comentarios como "Estás demente" o "¿Qué estás diciendo?"

Su sonrisa se reflejó en la ventana del copiloto, mentiría si dijera que no estaba feliz de tener nuevamente al mayor tocando "Sólo para él"

"Qué egoísta me he vuelto"

Rió suavemente por sus propios pensamientos, en verdad se sentía un adolescente cuando de Tora se trataba pero, ya daba lo mismo, se había prometido no dejarle ir como si de cualquier "conquista" se tratase.
Era cierto que mantenían sexo casual pero, de pronto incluso se quedaban a jugar videojuegos o a comer.

Eso ya no era simple sexo. ¿Cierto?

Luego de esos 45 minutos, llegó a su destino, tomó el ascensor y cuando menos lo pensó, ya había tocado dos veces la puerta.

"-Nunca te dejas las cosas para después pero, no me quejo"

"-Oh, qué buen saludo de bienvenida, yo también me alegro de verte, Amano"

Bromeó el menor casi corriendo a sentarse en el sofá y dejar su bolso al lado.

Esta vez todo se encontraba mucho más ordenado que la ultima vez que había ido; la guitarra acústica estaba en el sofá de dos plazas y había un par de tazas de café en la mesa de centro.

"-¿En qué necesitas ayuda?"

Preguntó el de ojos avellana con sus respectivos anteojos.

"-La misma melodía de la otra vez, intenté con dos versiones pero no termina de convencerme, escucha"

Saga tomó la guitarra y tocó cada una de las versiones que había descrito con anterioridad, el más alto permaneció en silencio escuchando atento cada nota.

"-¿Qué opinas?"

"-Bueno... Esa a la que llamas primera versión es excesivamente lenta, pareciera que es una balada pero, no tiene el toque de las primeras dos hojas qué corregimos aquella vez y, de la segunda versión... es la más apegada a la original pero, hay unas notas qué deberían ser más agudas, o eso pienso"

"-Si, pensé lo mismo pero, por más que intenté descifrar la nota equivocada, no lo logré"

"-En ese caso es lo que debemos corregir, si le cambiamos lo necesario podríamos terminar la canción hoy mismo... Quieres terminarla hoy, lo veo en tus ojos"

"-Exactamente eso... ayúdame a mejorarlas"

Lo primero que hicieron fue una copia de la que sería su "versión original" luego agregaron cambios por aquí y por allá turnándose la guitarra para tocar y llegar a algo "medianamente bueno".

Pasó la media noche y de ahí le siguió la una de la mañana, habían bebido cada uno cuatro tazas de café y seguían sin encontrar el tono exacto. Saga había dicho que quería algo melancólico pero sin caer en la tendencia del smouth jazz o blues, además de que, con lo exigente que era a la hora de componer, si comenzaba con cambios a la mitad de la hoja, luego quería rehacer por completo la primer melodía, ahí era cuando Tora entraba y le decía que no era necesario tanto cambio, le indicaba algunas notas que consideraba "claves" y seguían con la corrección.

"-Me duelen los ojos, Takashi... Deberías descansar, mañana podemos continuar"

Habló Tora quitándose los anteojos y masajeándose las sienes, comenzaba dolerle la cabeza.

"-Podemos terminarla hoy, mañana la grabaremos y el domingo descansamos, así estará lista para el lunes"

"-Por si no habías notado la hora.. ya es sábado"

Miraron de nuevo la hora, 03:01 de la mañana y apenas habían corregido la mitad.

No era que le molestara la exigencia de Saga, era que sus ojos simplemente ya no daban para más, ni el café podía mantenerlo despierto a esa hora.

Fue a la ventana y encendió un cigarrillo para despejar su mente mientras observaba las luces de la ciudad, escuchando el sonido del sacapuntas sobre el lápiz, ruido sobre el papel... Seguramente el bajista ya estaba escribiendo más notas o sacando copias, siempre era así de metódico cuando se trataba de música.
Aquella postura que el bajista adoptaba le era estupenda cuando se trataba de trabajo, tan único, tan... admirable.

"-Mira, Tora, si hacemos está última página me doy por bien servido, mañana podemos continuarla y-¡No me jodas!"

"Reí por lo bajo ante su actitud.
La luz había sido cortada, y desde mi vista, era más de media ciudad, probablemente la compañía de electricidad estaba haciendo mejoras... habían interrumpido nuestro trabajo.

"-Esto es una señal de que debemos ir a dormir, te dije que con eso era suficiente"

"-Ya entendí, ya entendí... "

Noté como se acercaba hasta donde yo estaba y como me quitaba el cigarrillo de los labios para ahora ser él quien comenzara a fumar... Me miró por el reflejo de la ventana y esbozó una media sonrisa.
Incluso cuando se dedicaba a fumar mantenía el estilo de "bajista sexy", reí bajo por mis propios pensamientos"


Se miraron por la ventana y sonrieron con picardía, en ese momento no necesitaban palabras, habían entendido sus deseos a través del cristal.

Saga apagó el cigarrillo contra el mismo cristal y sin pensarlo mucho se acercó al rostro ajeno, pasó un brazo detrás de su nuca y le atrajo a sus labios, besándose ambos lentamente en el inicio, algo que cambiaría luego de algunos segundos.

Ambos se necesitaban, ese mes y medio había sido como un tormento, vamos ni siquiera se habían besado.

El guitarrista sabía que cuando se trataba de trabajo, el bajista le ponía un alto a sus "encuentros" y sólo se dedicaba a crear música pero, luego de lo que había pasado tres semanas atrás estaba seguro que el castaño no podría controlarse. Eso mismo le demostraba ahora que recorría con la lengua toda su boca, de forma lenta, fingiendo que no necesitaba más, fingiendo que el más alto no provocaba nada en su interior, fingiendo que no era una clara invitación para que lo hiciera suyo.

Incluso parecía que la compañía de electricidad sabía lo que ambos necesitaban, si no hubieran cortado la luz, ahora mismo el bajista estaría molesto porque el otro ya tenía los ojos cansados y no le ayudaba a pensar mejor, ya hasta se hubiera ido de su departamento hablando maldiciones a todo lo que veía, tenía una faceta nada adorable cuando se enojaba.
Pero no, justo habían cortado la luz para que Saga no se enojara con él y a cambio le estaba besando de esa forma "como sólo el bajista sabía".


"-Vine aquí para arreglar esa melodía... aun que, ya que estamos aquí, podríamos pasar ese tiempo de calidad... "

Esta vez el castaño fue quien tomó las manos ajenas e hizo que le rodeara la cintura con ellas. Sin reclamos, el más alto le acercó a su cuerpo y volvieron a besarse.

Pasos por aquí y por allá les llevaron a la habitación; parados frente a la cama compartían un juego de lenguas tanto dentro como fuera de sus bocas, no necesitaban pensar en el tiempo; a pesar de que minutos atrás se quejaban de que ya hasta era sábado, las 3:32 am no representaban ya nada, afuera mismo podría haber caída de meteoritos, intervención extranjera, tsunami, incluso una invasión extraterrestre, pero, no importaba.

Sólo existía tiempo para ellos.

El pelinegro se recostó sobre la cama con el bajista en brazos, recargando la espalda en la pared de la cama, besando ahora su cuello, apartando los mechones de cabello que pudieran estorbarle en el contacto de sus labios contra su piel. Besando y mordiendo toda su extensión, por ahora se daría el lujo de marcar con su boca el delgado cuerpo de su amante.

"-Esto te relaja ¿Cierto?"

"-Es... agradable"

El castaño acarició el abdomen del mayor por debajo de su playera amplia, firme. Subió por sus costados llevándose la prenda con cada movimiento hasta que el mismo Tora fue quien se la quitó; pronto, el más joven quedó en las mismas condiciones.


Quien recibió besos y mordidas en el cuello esta vez fue el guitarrista, quien mantenía las manos sobre los glúteos ajenos, esperando cualquier oportunidad para incitarle a su bajista que se moviera sobre su hombría.
Las succiones y marcas sobre sus hombros no se hicieron esperar, al bajista le encantaba marcar esa parte de su cuerpo.

"-¿Te he dicho que eres demasiado sexy?"

El menor lanzó la pregunta obteniendo únicamente la sonrisa de orgullo en el rostro del pelinegro. No necesitaba responder, lo sabía.
Sin mas, pronto el de ojos avellana se vio sin zapatos, calcetines y pantalones. Sintiendo la mirada de Saga en todo su cuerpo, como si buscara sobre un mapa alguna especie de tesoro.

"-¿No crees que estás demasiado vestido? A mi ya casi me desnudas... Eres rápido hasta para esto"

"-Puedo ir tan lento como quieras pero... ¿Piensas hacerme esperar?"

Mentiría si dijera que aquellas palabras no le sonaron a reto. ¿Desde cuándo el sex symbol le retaba? Sonrió. Ya se las cobraría por decir tal cosa, el que terminaría rogando sería alguien más.

Besó sus labios nuevamente mientras lentamente despojaba de sus ropas al de ojos chocolate, incitándole de nueva cuenta a que se moviera sobre él; no tardó en recibir respuesta.
Ambos miembros se rozaban debajo de las prendas, lento, como había convenido el bajista.

A Saga le gustaba hacer el tonto, le gustaba aumentar la excitación hasta que no pudiera más y ya luego el pelinegro se encargaba de penetrarle con rudeza; en buen momento se había metido con su compañero, ambos satisfacía ese deseo, ambos salían beneficiados y ambos llegaban al orgasmo.


Pronto ambos se vieron completamente desnudos, mirándose sin pudor.

El más alto le hizo acomodarse a horcajadas sobre su vientre, invitándole a lamer sus dedos.
Así lo hizo, uno a uno los dedos del mayor fueron lubricados con su saliva: uno por uno y finalmente los tres juntos, imitando incluso un vaivén con la cabeza.


Un dedo, una queja

Dos dedos, un gemido


"Los suaves gemidos de Saga me encantaban... siempre que le dilataba se dedicaba a gimotear, su voz sonaba tan suave, no era aguda, tampoco era grave, era la perfecta combinación, esa que sólo él tenía y que me hacia perder el control.

A pesar de ya haberlo dilatado, seguía jugando con mis dedos en su interior, me divertía cuando elevaba la vista con sus ojos entrecerrados, rogándome con la mirada que me detuviera y lo penetrara de una vez. Era demasiado orgulloso para decirme abiertamente qué era lo quería, al menos con palabras, ya que siempre terminaba insinuando lo que quería.

La palabra "pasivo" no existía en su vocabulario, prácticamente era tabú, nunca antes se había dejado penetrar por alguien, no entiendo qué lo llevó a darme ese "privilegio" pero ahora estaba convencido de que no dejaría alguien más me lo quitara.

Saga era sólo mío"



"Le vi sonreír, ¿Acaso se burlaba de mí? Ese maldito guitarrista se gloriaba de que me tenía gimiendo debajo de él...

A la mierda los modales"

El mismo Saga fue quién apartó los dedos ajenos de su interior; ante la atenta mirada casi de sorpresa por el de ojos avellana, arrodillado sobre la cama, guió la hombría de Tora a su propia entrada, auto-penetrándose frente al más alto, ese que apenas podía verle en el cuarto oscuro en el que se encontraban; la luz había sido reinstalada, desconocían la hora en que eso había pasado, después de todo, ya que el guitarrista no tenía por qué estar en su habitación, acostumbraba apagar las luces.
Sus cuerpos apenas eran iluminados por las luces exteriores que lograban colarse a través de las cortinas blancas que cubrían sus ventanas.

Le estaba regalando la mejor vista del mundo a aquel "Maldito guitarrista".

"-Lento, Saga..."

Murmuró el pelinegro rodeándole con suavidad la cintura, estrechándolo contra sus brazos.

"-Eso estoy haciendo... Idiota"

Fue la respuesta del bajista antes de que comenzara a besarle de nuevo.
Ambos comiéndose a besos mientras el más joven lograba acostumbrarse a la intromisión en su interior.

Tora dejó que fuera el mismo castaño quien se quitara ese dolorcillo, sintiendo las suaves embestidas que lograba contra su sexo, haciéndole suspirar. Escuchándole gimotear contra su cuello, sin perder el ritmo que él mismo había creado, no era ni lento, ni rápido... era el término medio que los volvía locos a ambos.

Pronto, cambiaron posiciones, el de ojos chocolate sentía como el miembro duro y palpitante del más alto entraba por completo dentro de él, como le indicaba que rodeara su cadera con las piernas, cada estocada era tan certera.

"Cerré los ojos y me aferré a sus brazos, gimiendo de vez en cuando su nombre, diciéndole lo bien que lo hacía.
Esto no se comparaba nada con lo que había pasado aquella vez en la ducha.
¿Masturbarme cuando sabía que Tora me esperaba con los brazos abiertos? Ese día no estaba pensando claro, en su departamento lo tenía todo..."

Las embestidas se hicieron más rápidas cuando el bajista se contrajo inconscientemente, el grave gemido que inundó la habitación fue el del más alto, el interior ajeno lo ponía a mil, Saga siempre tenía algo que le hacia desearle, algo con lo que le sorprendía cada mañana. ¿Aquello lo hacia a propósito? No, no era de guardarse las cosas e irlas mostrando de vez en cuando, simplemente era de ganarse su confianza.

Pero no quería tener sólo su confianza a la hora de la intimidad, quería escuchar todo lo que pensaba su "querido" Takashi.

Ya no quería simplemente tenerlo para él por una noche.

Quería tenerlo para él todos los días.

Se había enamorado.

"-Amano... hazlo de nuevo..."

"-¿Hacer qué, cariño?"

Le encantaba llamarle así, el sonrojo que ese "pequeño pervertido" le mostraba cuando salía con sus "palabras cursis" aún cuando le penetraba de esa forma en que hasta la cama seguía sus movimientos, era digno de ver.

Definitivamente no quería compartirlo.

"-Hazlo de nuevo..."

Murmuró no queriendo decirlo, si el otro infeliz sabía perfectamente lo qué quería ¿Entonces por qué le molestaba así?

Oh, si, a Tora le gustaba que le rogaran tanto como a él.

"-Amano... maldita sea sólo hazlo de nuevo, no te hagas el idiota, sabes... a lo que me refiero"

"-No escucho la palabra mágica..."

Jugó de nuevo con los sentimientos ajenos y para obtener lo que quería, salió de su interior, haciéndole girar con ayuda de sus brazos. Ahora le tenía completamente a su merced, Saga se encontraba con brazos y piernas contra el colchón; estaba, literalmente, mordiendo la almohada. Tora besó de su espalda baja hasta su nuca, dejando una marca tras otra donde se le viniera en gana. Si el castaño quería marcarle los hombros, entonces él le "devolvería el favor" con marcas en la espalda, así de sencillo.

"Maldición... ¿Por qué...?
No es normal que sienta un nudo en el estómago mientras me insinúa pedirle las cosas "por favor" ¿Acaso lo que pensé hace tres semanas...?"

"-Por favor... Shinji"

Le embistió de nueva cuenta, siendo tan certero que de inmediato tocó el punto G del chico, quien se aferró al cubrecama y más tarde le siguió las embestidas a modo contrario, perdiéndose ambos en el placer; dejando de lado los "sentimientos encontrados" que habían tenido minutos atrás.

No era momento para pensar en eso.

El presemen del guitarrista ayudaba como lubricante, sabía que lo mucho que podría soportar serían diez minutos; sabía también, que su contrario no aguantaría más.

Cambió de posición nuevamente, llevando al castaño sobre su cuerpo, besando su cuello y labios mientras esperaban a que su excitación bajara al menos un poco.

"Nuevamente se disponia a jugar, no me molestaba para nada que retrasara nuestro orgasmo pero, quería que se auto-penetrara de nuevo, quería terminar en su interior"

"Si había algo mejor que mirarle a la cara mientras se mordía el labio inferior, quería verlo. Su cabello estaba pegado a su frente y parte del cuello gracias al sudor, sus hombros estaban rojos, su pecho subía y bajaba al igual que mi mano sobre su miembro, me encantaba provocarle todo eso, estaba loco por ese maldito guitarrista"

"-No sabes cuanto me gustas... Amano, por favor..."

Dijo el bajista recargando la frente contra el hombro ajeno, suspirando por lo bajo en cuanto sintió las expertas manos del pelinegro sobre su pelvis, acariciándole con la yema de los dedos y haciendo un poco de presión sobre la misma para que se moviera contra su entrepierna.

"No entendí muy bien lo que ese "me gustas" había significado pero, no pude evitar sonreír, Saga lo era todo para mi"

Por segunda vez, el castaño se auto-penetraba por el miembro del más alto, gimoteando cuando el mismo Tora era quien presionaba sus caderas contra las suyas llegando a su próstata sin problema alguno.

Conocía tan bien al más joven...

Caricias por aquí, besos por allá y la sensación que producían las contracciones del de ojos chocolate en ambos cuerpos fueron suficientes para que con no más de cuatro embestidas, el castaño terminara en su vientre.
Se dejó llevar por la forma en que el más bajo recibía el orgasmo y un minuto más tarde, Tora terminó en su interior, llenándole con su esperma.

Lo único que se escuchaba en esas cuatro paredes era su respiración irregular intentando ser controlada, sufriendo uno que otro espasmo en sus cuerpos.

El más alto salió del interior del bajista quien más tarde se acostó a su lado, ambos cubiertos sólo con una manta, uno al lado del otro, aquello había sido rápido.

"Probablemente por el tiempo que llevamos sin hacerlo"

Parecían reflexionar sobre ello como si fuera algo malo. Después de todo, con una vez no quedaban totalmente satisfechos, aunque por ahora parecía ser "justo lo necesario".

"Mantuve los ojos cerrados esperando que Tora dijera algo, parecía mudo en ese instante. Movimientos en la cama, el sonido del encendedor y más tarde, el conocido olor a tabaco inundada la habitación, sonreí.

"-¿Quieres?"

Preguntó y con sólo asentir un par de veces, él mismo fue quien llevó el cigarrillo a mis labios."

Nuevamente sentía ese estremecimiento, ¿Tenía que ser tan atento siempre?

"-¿Desde cuándo eres tan amable, eh?"

Preguntó el castaño escondiendo el rostro en el pecho ajeno, siendo bien recibido por el contrario quien le rodeó los hombros.

"-¿No puedo serlo?"

"-No dije eso..."

"-¿Te molesta?"

"-Tampoco he dicho eso"

"-Entonces no preguntes..."

"-Esas son mis líneas"

Alegó el bajista siendo callado por los labios del más alto, de imprevisto.

"-Vuelve a decir lo que dijiste hace un rato"

Pidió el guitarrista mirándole a los ojos de manera insistente. Pero, ¿A qué carajo se refería el mayor? Había dicho muchas cosas, además habían pasado en silencio los últimos minutos. No entendía nada.

"-Hace un rato, dijiste que te gustaba"

Le "ayudó" a recordar al notar la clara confusión en el de ojos chocolate quien sólo pudo pedir que la tierra se lo tragara. ¿Le había puesto atención? ¿Por qué quería que lo dijera de nuevo?

"-¿Esto es un interrogatorio? Maldición Tora, deberías saberlo. ¿Acaso crees que te propuse éstos encuentros sólo por tu linda cara? Bueno, en ese momento era distinto porque sólo me atraías pero, bah, ya dije demasiado"

"-Me gustaría saber esa historia pero sé que no me dirás, al menos ahora..."

El de ojos avellana se quedó en silencio un momento mostrando esa sonrisa que tanto le gustaba a su "amante".

"A saber qué rayos esté pensando, ah, ya sé, el maldito se está burlando de mí"

Pasó por la mente del bajista e hizo una mueca de desagrado, eso le pasaba por tener la lengua tan larga.

"-No te enojes, bonita, sonrío porque al fin lo dijiste"

"-Creí que te molestaría mi confesión, idiota. ¿Desde cuándo me llamas bonita, eh?"

"-Desde hace un rato ¿Objeciones?"

"-Espera... ¿Entonces tú sientes lo mismo por mi?"

"-¿Qué te hace pensar eso? Vaya importancia que te das"

El bajista estuvo a punto de darle uno de los tantos golpes que acostumbraba cuando Tora le molestaba pero el pelinegro fue más rápido y le detuvo ambos brazos.

"-Espero que ahora que somos novios dejes de maltratarme o te irá mal, Takashi"

"-¿Somos novios? Nunca escuché la pregunta"

"-No hace falta, ambos sentimos algo y somos solteros, sin compromisos, además desde el inicio eres sólo mío, firmaste el contrato desde la primera vez que estuviste en ésta cama"

"-Maldito... "

"-Así que ahora déjame dormir porque seguro vas a molestar desde temprano con la melodía esa que no terminamos"

"-Es verdad, por culpa de la maldita luz no terminamos nada.. espero tus ojos funcionen en unas horas y al menos puedas hacer el desayuno"

Una mirada cómplice bastó para indicarse que ya era hora de dormir; desnudos, debajo de las mantas, ocuparon su lugar en la cama.


Aquellas seis horas que durmieron fueron tan reconfortantes para sus almas que al despertar se sonrieron como unos bobos ¿Qué mierda importaba lo que fuera a pasar de ahora en adelante? Apostaban que tendrían días para entablar algo "serio".
Notas finales: Al final pienso que son pocas las veces en que Tora y Saga tienen un momento realmente serio así que por eso este final.
Por otro lado, aviso que comenzaré una nueva historia, larga, también es ToraxSaga así que si éste no les gustó demasiado, espero puedan darle una oportunidad al segundo.

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